La historiografía muestra acontecimientos y permite observar el pasado y la
escritura de la historia en el tiempo y esta determinada por el lugar en que se produce, es una experimentación crítica con modelos sociológicos, económicos, psicológicos o culturales [1]. Desde la historiografía se puede estudiar detalladamente el retorno del acontecimiento o también conocido como la historia del tiempo presente.
Alfonso Mendiola describe que el giro historiográfico es la observación de
observaciones del pasado, y que a su vez el observador tiene la capacidad de entender la explicación del historiador en el pasado, pues su tarea es buscar desde una perspectiva esencialmente reflexiva, la interrogación de conceptos y análisis desarrollados por los historiadores de ayer. Entender la realidad como resultado de la observación exige que se distinga la operación de observar cuando es referida la noción de ciencia de la historia, pues cuando se refiere a operación historiográfica se habla de una disciplina científica y por tanto se observa por medio de comunicaciones y no de percepciones, es decir, las observaciones que hace la historia se notifican por medio de textos impresos y no se quedan en el interior de la conciencia del investigador [2].
Michel de Certeau explica que el funcionamiento de la operación
historiográfica deambula entre hacer historias y contar historias, sin reducirse a lo uno ni a lo otro, pues ''anda entre lo que elimina al constituirlo como pasado y lo que organiza del presente; entre la privación o el desposeimiento que postula y la normatividad social que impone al lector sin que él lo sepa. ”, para él la historiografía actual es una colección y no recolección de información, también advierte que la escritura es importante, pues al simbolizarla escrituralmente se sustituye “el trabajo de una investigación por la autoridad de un saber”[3]. Por tanto, el acontecimiento permite el hecho de una escritura o de una interpretación actual.
Finalmente Certeau nos muestra la relación entre el discurso historiográfico y
la noción de acontecimiento e indica que no pueden ser pensados a través de elementos conocidos, es decir, si la historia desea enfrentar la cuestión del acontecimiento y que tiene en sí mismo un carácter excepcional y extraño, nos indica entonces que el historiador no puede pensar en él de manera separada al discurso historiográfico. El acontecimiento y el discurso historiográfico - según él- deben pensarse juntos y no por aparte, pues los dos reciben préstamos propios en tanto que son circulares el uno al otro, por otro lado Alfonso Mendiola muestra la historia como disciplina científica y como un saber narrativo acerca del pasado, pues hacer historia consiste en sujetarse a observaciones reales la que observa es la ciencia de la historia y no lo hace por medio de ideas o percepciones, sino por comunicaciones propias de la sociedad, y en este caso, comunicaciones impresas.
[1] El devenir del acontecimiento en la operación historiográfica The
becoming of event in historiographical operation Francisco J. Rivero uia/ehess México/Francia
[2] Vid. Alfonso Mendiola. “El giro historiográfico. La observación de
observaciones del pasado”.
[3] MICHEL DE CERTEAU Y LA OPERACIÓN HISTORIOGRÁFICA Ignacio
Betancourt Robles', Estudios de humanidades y ciencias sociales N° 14 (2005): 19-22
[5] 5 Cfr. Michel Trebitsch, “El acontecimiento clave para el análisis del tiempo presente”, pp. 19-27.