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LIBRO: ORACIONES Y PLEGARIAS

ÍNDICE

I – ORACIONES DIARIAS

1. - AL INICIAR EL DÍA

Por la señal
Padre Nuestro
Ave María
Gloria al Padre
Credo Apostólico
Credo Niceno
Ángelus
Acto de contrición
Ofrecimiento del día

2. - INVOCAMOS AL ESPÍRITU SANTO


Ven, Espíritu Creador
Ven, Espíritu Santo

3. - ORACIONES MARIANAS
 El Rosario
1
Rosario 1
Misterios gozosos
Misterios dolorosos
Misterios luminosos
Misterios gloriosos
Rosario 2
Misterios gozosos
Misterios dolorosos
Misterios luminosos
Misterios gloriosos
 Letanías
Letanía Lauretana

Letanía en las constituciones:

 Para los misterios gozosos


 Para los misterios dolorosos
 Para los misterios luminosos
 Para los misterios gloriosos

Letanías alternativas

 Visita a la Virgen

Visita 1
Visita 2

2
4.- ANTÍFONAS LITÚRGICAS MARIANAS

Adviento y Navidad
Tiempo Ordinario
Cuaresma
Tiempo Pascual

5.- EN LA COMIDA

Bendición
Acción de gracias

6.- EXAMEN DE CONCIENCIA

II – ORACIONES DE TRADICIÓN

1. Te Deum
2. Trisagio a la Santísima Trinidad
3. Novena al Espíritu Santo
4. Celebramos los misterios de Jesucristo
 Junio, mes dedicado al Corazón de Jesús
 Letanías al Corazón de Jesús
5. Adoración del Santísimo Sacramento

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 Acto de desagravio ante el Santísimo
 Alabanzas a Jesús Sacramentado
 Pange lingua – Tantum ergo
 Alma de Cristo
6. Oraciones marianas:
 María, danos tu bendición
 Bajo tu amparo
 Bendita sea tu pureza
 Acordaos
 Mira la Estrella
 Magnificat
 Consagración a María: Oh Señora mía
 Consagración a María: Virgen Inmaculada
 Por la congregación (M. Carmen Sallés)
 Celebración mariana del sábado
 Mes de mayo
 Novena a María Inmaculada
 Novena a la Virgen del Carmen

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III - ORACIONES VOCACIONALES
1. Por las vocaciones concepcionistas
2. Por la fidelidad a la llamada de Dios
3. Señor Dios, Padre providente
4. Señor Dios, que con la fuerza de tu Espíritu...
5. Señor Dios, Tú pusiste los ojos en una mujer...
6. Señor Dios, como concepcionistas...
7. Señor Jesús
8. Santa Carmen
9. Santa Carmen, no somos las mejores...
10. María, mujer orante
11. Señor Jesús, nuestra Congregación...
12. Señor Jesús, en un momento...
13. Señor, hoy vengo a ti, como los ciegos
14. María, en este día quiero orar ante Ti
15. Dios vivo y verdadero
16. Jesús, nuestro Buen Pastor
17. Señor, que nos sigues llamando
18. Virgen del Magníficat
19. (Pablo VI)
5
20. Por todas las vocaciones
21. (Juan Pablo II)
22. (Juan Pablo II)
23. (Benedicto XVI)
24. La vocación al servicio de la Iglesia comunión
25. (Benedicto XVI)

IV – ORACIONES DIVERSAS
1. Acto de fe
2. Acto de esperanza
3. Acto de caridad
4. A Jesús Maestro
5. Por la Iglesia
6. Por el Papa
7. Por las necesidades de la Congregación
8. Por la unión de las Iglesias
9. Por las hermanas enfermas
10. Por las hermanas difuntas
11. Oración del educador concepcionista
12. Al comenzar las reuniones
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Imploramos la intercesión de algunos santos:
13. A San José – Siete domingos a San José
14. Novena a San José
15. A Santa Carmen Sallés
16. A Santo Domingo de Guzmán
17. A San Agustín
18. A San Antonio María Claret
19. A Santa Teresa de Jesús
20. A San Francisco de Asís

Para los tiempos litúrgicos de Adviento y Cuaresma:


21. Celebración para el Adviento
22. Celebración penitencial para la Cuaresma
23. Viacrucis
24. Corona Dolorosa

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PRESENTACIÓN

El presente libro, ‘Oraciones y Plegarias’, en


su tercera edición, renovada y ampliada, quiere ser
un referente para los momentos de oración de
religiosas y miembros del Movimiento Laico
Concepcionista. Deseamos siga alimentando la
espiritualidad y el estilo de oración propio de la
Congregación.

“Vivir la vocación exige experiencia de Dios,


el momento privilegiado es la oración. Nuestra
consagración, religiosa o laical, nos pide fomentar la
intimidad con el Señor, de donde brota el amor que
nos ayuda a unificar la vida y nos impulsa y sostiene
en el apostolado.

Carmen Sallés nos quiso contemplativas en la


oración y en la acción. Por tanto, daremos suma
importancia a la oración, como uno de los
fundamentos de la Congregación, y haremos de
nuestra tarea cotidiana un lugar de encuentro con Dios
y de entrega a los hermanos.” (CC 38)

“La espiritualidad apostólica concepcionista se


nutre de la Palabra de Dios, la participación en la vida
litúrgica y sacramental, la relación filial con María, la
oración personal y comunitaria, la vida apostólica y el

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encuentro con los hermanos de comunidad y misión”.
(CC 39)

Este libro consta de cuatro apartados:


I. oraciones diarias; II. oraciones de tradición
congregacional; III. oraciones vocacionales; y
IV. oraciones diversas.

Confiamos que pueda ser una ayuda que nos


estimule y nos lleve a crecer en la espiritualidad
concepcionista, en sencilla y fiel docilidad al Espíritu, de
quien brota la auténtica oración cristiana.

Amar a Dios significa tener la mente, el corazón


y todo el ser centrado en Dios. Sólo así es posible
acoger la fuerza que nace de esta relación fecunda y
transformadora.

M. Carmen continua estimulándonos hoy,


como lo hacía con las concepcionistas de entonces:
“Adelante, siempre adelante, Dios proveerá”.
Continuemos manteniendo el clima de oración y de
apertura al Espíritu, que nos concede todas las gracias,
ilumina el corazón y nos conduce a una vida nueva.
Estas oraciones y plegarias, son mediaciones que
canalizan el potencial de la vida interior de cada uno de
nosotros, son vías que se convierten en auténticas

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teofanías. Esta experiencia espiritual siempre va
acompañada de una misión que cumplir.

El Espíritu Santo nos fortalece en la vida


interior: “os daré un corazón nuevo, infundiré en
vosotros un espíritu nuevo…” Considerémonos
herederos de esta promesa. En el interior de todo ser
humano hay y siempre habrá un espacio sagrado
donde se adora al verdadero Dios. Con María
Inmaculada sabremos unificar oración y vida,
permaneciendo siempre atentos a la Palabra de Dios,
para hacerla vida en nuestro día a día.

La Congregación concepcionista celebra, este


año 2012, la canonización de nuestra Fundadora. Con
el deseo de siempre volver a lo esencial, es importante
acercarnos a Madre Carmen, partiendo de lo más
íntimo a su persona y misión: la oración, su experiencia
de Dios, su santidad y su relación con las personas,
sobre todo con la niñez, la juventud y la mujer.

M. María Luz Martínez Andrés


Superiora General

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1. - AL INICIAR EL DÍA

Por la señal

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos,


líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea


tu nombre; venga a nosotros tu reino, hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer
en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

Ave María

Dios te salve, María, llena eres de gracia;


el Señor es contigo;
bendita tu eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros
pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

Gloria al Padre
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Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era
en el principio ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.

Credo Apostólico
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo
y de la Tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo,
nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia
del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue
crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a
vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa
Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el perdón
de los pecados, la resurrección de la carne y la vida
eterna. Amén.
Credo Niceno
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de
Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del
Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros,

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los hombres, y por nuestra salvación, bajó del cielo y
por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la
Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y
fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
escrituras, y subió al cielo y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a
vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el
Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe
una misma adoración y gloria, y que habló por los
profetas. Creo en la Iglesia que es una, santa, católica
y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para
el perdón de los pecados. Espero la resurrección de
los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

Ángelus

V. El ángel del Señor anunció a María,


R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
V. He aquí la esclava del Señor,
R. Hágase en mí, según tu palabra.

V. Y el Hijo de Dios se hizo hombre,


R. Y habitó entre nosotros.
V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Jesucristo.
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Oración

Infunde, Señor, tu gracia en nuestras almas,


para que, habiendo conocido por el anuncio del
ángel, la Encarnación de tu Hijo,
por su pasión y cruz, lleguemos a la gloria de la
resurrección, por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,


Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien
sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las
penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia,
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme
y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
Amén.

Ofrecimiento del día


Señor, te ofrecemos este día que va a empezar y te
consagramos todos nuestros pensamientos, palabras
y acciones. Bendice Señor, todo lo que hagamos,
todo lo que padezcamos en el día de hoy, para que
en todas las cosas busquemos tu gloria y el cumplir
en todo tu voluntad. Acaba Señor, por tu gracia, lo
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que has empezado por tu misericordia (Oración
adaptada de Madre Carmen Sallés).

2. – INVOCAMOS AL ESPÍRITU SANTO


Ven, Espíritu Creador

Ven Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles


y llena de la divina gracia los corazones que creaste.

Tú eres nuestro consolador, don del Dios Altísimo


fuente viva, fuego, caridad, y espiritual unción.

Tú, que das los siete dones,


Tú, eres el dedo de la mano de Dios;
Tú, el prometido del Padre,
Tú, quien pones en los labios
los tesoros de tu palabra.

Enciende la luz en nuestros sentidos,


infunde tu amor en nuestros corazones,
y con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra frágil carne.

Aleja de nosotros al enemigo;


danos pronto la paz;
sé Tú, nuestro guía, y, puestos bajo tu dirección,
evitaremos lo malo.

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Por Ti conozcamos al Padre, y también al Hijo,
y que siempre creamos en Ti que procedes de ambos.

Gloria a Dios Padre,


y al Hijo que resucitó de entre los muertos,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos de los siglos. Amén.

V.- Envía tu Espíritu y serán creadas todas las cosas.


R.- Y renovarás la faz de la tierra.

Oración
Oh Dios, que ilustraste los corazones de tus fieles
con la luz del Espíritu Santo; concédenos que guiados
por este mismo Espíritu, saboreemos lo bueno y
gocemos siempre de tus consuelos. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.

Ven, Espíritu Santo

- Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles


y enciende en ellos el fuego de tu amor.
- Envía, tu Espíritu y serán creadas todas las cosas.
- Y renovarás la faz de la tierra.
Oración
Oh Dios que iluminaste los corazones de tus fieles
con la luz del Espíritu Santo, concédenos que guiados
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por este mismo Espíritu, saboreemos lo bueno y
gocemos siempre de tus consuelos, por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.

3. – ORACIONES MARIANAS
 El Rosario
Rosario 1
V.- Abre, Señor, mis labios.
R.- Y mi boca proclamará tu alabanza.

V.- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,


R.- Como era en el principio, ahora y siempre por los
siglos de los siglos. Amén.

Misterios gozosos: lunes y sábados

La Anunciación del Ángel a la Virgen María.


La Visita de Nuestra Señora a Santa Isabel.
El Nacimiento de Jesús en el portal de Belén.
La Presentación del Niño Jesús en el templo.
Jesús, perdido y hallado en el templo.

Misterios dolorosos: martes y viernes

La oración de Jesús en el Huerto.


Los azotes a Jesús atado en la columna.
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Jesús es coronado de espinas.
Jesús sube al calvario cargado con la cruz.
La muerte de Jesús en la cruz.

Misterios luminosos: jueves

El bautismo del Señor en el Jordán.


Jesús manifiesta su gloria en las bodas de Caná.
El anuncio del Reino, invitando a la conversión.
La transfiguración del Señor.
La institución de la Eucaristía.

Misterios gloriosos: miércoles y domingos

La resurrección del Señor.


La ascensión de Jesús al cielo.
La venida del Espíritu Santo.
La asunción de María Virgen al cielo.
La coronación de María como reina de cielos y tierra.

Rosario 2
V.- Abre, Señor, mis labios.
R.- Y mi boca proclamará tu alabanza.

V.- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,


R.- Como era en el principio, ahora y siempre por los
siglos de los siglos. Amén.

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Misterios gozosos: lunes y sábado

Primer misterio: "Alégrate y goza, Hija de Sión, que


yo vengo a habitar dentro de Ti, oráculo del Señor.
Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos, y serán
pueblo mío" (Za 1, 10-11).

Segundo misterio: "Todos sobrecogidos daban gloria


a Dios, diciendo: un gran profeta ha surgido entre
nosotros. Dios ha visitado a su pueblo" (Lc 7,16).

Tercer misterio: "Y la Palabra se hizo carne y acampó


entre nosotros, y hemos contemplado su gloria:
gloria propia del Hijo Único del Padre, llena de gracia
y de verdad" (Jn 1,14).

Cuarto misterio: "Simeón tomó a Jesús en brazos y


bendijo a Dios diciendo:
Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque
mis ojos han visto a tu salvador, a quien has
presentado ante todos los pueblos como luz para
alumbrar a las naciones y como gloria de tu pueblo
Israel" (Lc 2,28).

Quinto misterio: "Todos los que le oían, quedaban


asombrados de su talento y de las respuestas que
daba" (Lc 2,47).
Misterios dolorosos: martes y viernes

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Primer misterio: "Se apartó de ellos como un tiro de
piedra, y puesto de rodillas, oraba: Padre, si quieres,
aparta de mí este cáliz. Pero que no se haga mi
voluntad sino la tuya" (Lc 22, 41-42).
Segundo misterio: "Algunos se pusieron a escupirle y
tapándole la cara, le abofetearon y le decían: haz de
profeta" (Lc 14, 65).

Tercer misterio: "Los soldados desnudaron a Jesús... y


trenzando una corona de espinas, se la ciñeron a la
cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y,
doblando ante El la rodilla, se burlaron diciendo:
salve, rey de los judíos" (Mt 27, 28-29).

Cuarto misterio: "Quien no lleva su cruz detrás de mí,


no puede ser discípulo mío" (Lc 14,27).

Quinto misterio: "Jesús decía; Padre, perdónalos


porque no saben lo que hacen: Y dijo a uno de los
malhechores: te lo aseguro, hoy estarás conmigo en
el paraíso" (Lc 23, 34 y 43).

Misterios luminosos: jueves

Primero misterio: Jesús se presenta a donde Juan,


para ser bautizado por él. Una vez bautizado salió
luego del agua; se abrieron los cielos y el Espíritu de

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Dios bajó sobre él y una voz del cielo decía: Este es mi
Hijo amado, en quien me complazco. (Mt 3, 13-17)

Segundo misterio: El primer milagro de Jesús


acontece en Caná de Galilea, cuando Cristo Jesús,
transformando el agua en vino, abre a la fe el corazón
de los discípulos, gracias a la intervención de María.
(Jn 2, 1-11)

Tercer misterio: “El tiempo se ha cumplido y el Reino


de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena
Nueva”. (Mc 1, 15)

Cuarto misterio: “una nube los cubrió y se llenaron de


temor. Y vino una voz desde la nube, que decía: «Este
es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle”. (Lc 9, 28-36)

Quinto misterio: La institución de la Eucaristía.


“Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con los
apóstoles”. (Lc 22, 14)

Misterios gloriosos: miércoles y domingo

Primer misterio: "Yo soy la resurrección y la Vida; el


que cree en mí, aunque haya muerto vivirá; y el que
está vivo y cree en mí, no morirá para siempre" (Jn
11, 25-26).

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Segundo misterio: "Anda, ve a mis hermanos y diles:
subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios
vuestro" (Jn 20, 17).
Tercer misterio: "Cuando el Espíritu Santo descienda
sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos
en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los
confines del mundo" (Hch 1, 8).

Cuarto misterio: "El que resucitó a Cristo Jesús de


entre los muertos dará también vida a vuestros
cuerpos mortales por virtud de su Espíritu, que habita
en vosotros" (Rom 8, 11).

Quinto misterio: "Señor del cielo y de la tierra, que


has colocado a tu derecha a María Reina, danos un
día el gozo de tener parte en la gloria" (Súplica
Mariana).

 Letanías

Lauretana

Señor, ten piedad Señor, ten piedad


Cristo ten piedad Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad Señor, ten piedad
Cristo, óyenos Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos Cristo, escúchanos

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Dios Padre celestial Ten piedad de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo Ten piedad...
Dios Espíritu Santo Ten piedad...
Trinidad Santa, un solo Dios Ten piedad...
Santa María, Ruega por nosotros
Santa Virgen de las vírgenes »
Madre de Cristo »
Madre de la divina gracia »
Madre purísima »
Madre castísima »
Madre virginal »
Madre sin corrupción »
Madre Inmaculada »
Madre amable »
Madre admirable »
Madre del Buen Consejo »
Madre del creador »
Madre del salvador »
Madre de la iglesia »
Virgen prudentísima »
Virgen digna de veneración »
Virgen digna de alabanza »
Virgen poderosa »
Virgen clemente »
Virgen fiel »
Espejo de justicia »
Trono de la sabiduría »
Causa de nuestra alegría »

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Vaso espiritual »
Vaso digno de honor »
Vaso insigne de devoción »
Rosa mística »
Torre de David »
Torre de marfil »
Casa de oro »
Arca de la alianza »
Puerta del cielo »
Estrella de la mañana »
Salud de los enfermos »
Refugio de los pecadores »
Consuelo de los afligidos »
Auxilio de los cristianos »
Reina de los Ángeles »
Reina de los Patriarcas »
Reina de los Profetas »
Reina de los Apóstoles »
Reina de los Mártires »
Reina de los Confesores »
Reina de las Vírgenes »
Reina de todos los Santos »
Reina concebida sin pecado original »
Reina elevada al cielo »
Reina del Santísimo Rosario »
Reina de la Paz, »

V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

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R.- Perdónanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Escúchanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Ten misericordia de nosotros.
V.- Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,
R.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Cristo.
Oración

Te rogamos, Señor Dios, que nos concedas gozar de


perpetua salud del alma y cuerpo y, por la intercesión
de la bienaventurada Virgen María, seamos librados
de la tristeza presente y disfrutemos de la eterna
alegría. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Letanías en las constituciones:

 Para los misterios gozosos

Santa María Ruega por nosotros


Virgen Purísima
Sierva del Señor
Modelo de fecundidad espiritual
Madre de Dios
María Inmaculada
Madre de Jesús

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Virgen del Magníficat
Preferida de Dios
Expresión del amor fecundo y creador del Padre
Madre del Fiat
Mujer libre y obediente
Mujer de fe activa
Madre de los caminantes
Contemplativa en la acción
María de Nazaret
Nuestra Señora de la esperanza
Modelo de entrega total a Dios
Modelo de educadora
Virgen oyente a la escucha de Dios
Madre y Maestra
Primera evangelizadora

V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


R.- Perdónanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Escúchanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Ten misericordia de nosotros.
V.- Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,
R.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Cristo.

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Oración
Te rogamos, Señor Dios, que nos concedas gozar de
perpetua salud del alma y cuerpo y, por la intercesión
de la bienaventurada Virgen María, seamos librados
de la tristeza presente y disfrutemos de la eterna
alegría. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 Para los misterios dolorosos

Santa María Ruega por nosotros


Primera seguidora de Cristo
Virgen Corredentora
Virgen fiel
Madre de los pobres y humildes
Seguidora del Señor
Mujer fuerte al pie de la Cruz
Cumplidora fiel de la voluntad del Padre
Mujer discreta y humilde
Modelo de silencio en Nazaret
Fruto espléndido de la redención
Evangelio viviente
Regalo de Dios para cada Concepcionista
Mujer reflexiva
María de cada día
Maestra de vida interior
Mujer atenta y disponible
Mujer obediente
Modelo de todas las virtudes

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V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Perdónanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Escúchanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Ten misericordia de nosotros.
V.- Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,
R.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Cristo.

Oración
Te rogamos, Señor Dios, que nos concedas gozar de
perpetua salud del alma y cuerpo y, por la intercesión
de la bienaventurada Virgen María, seamos librados
de la tristeza presente y disfrutemos de la eterna
alegría. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 Para los misterios luminosos

Santa María Ruega por nosotros


Plenitud del proyecto de Dios
Criatura amada desde su origen
Ofrenda de amor al Padre
Madre de la Divina gracia
Primer fruto de la Redención
Mujer consagrada
Modelo de disponibilidad y servicio
Maestra de amor en los gestos humanos
Mediadora en nuestras necesidades
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Maestra en la pobreza
Constructora de la familia concepcionista
Tierra de bendición
Fuente de nuestro carisma y misión
Maestra en el seguimiento incondicional a Cristo
Mujer activa, libre y obediente
Instrumento de paz y reconciliación
Modelo de vida ascética
Inspiradora y modelo del Movimiento Laico
Concepcionista
Madre, luz de esperanza
Luz que ilumina nuestra vida en comunión
Madre que nos unes en tu Cuerpo Místico
Imagen de lo que deseamos ser
Sagrario viviente
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Perdónanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Escúchanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Ten misericordia de nosotros.
V.- Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,
R.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Cristo.

Oración
Te rogamos, Señor Dios, que nos concedas gozar de
perpetua salud del alma y cuerpo y, por la intercesión

29
de la bienaventurada Virgen María, seamos librados
de la tristeza presente y disfrutemos de la eterna
alegría. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 Para los misterios gloriosos

Santa María Ruega por nosotros


Reina de la Paz
Madre de la Iglesia
María que nos congrega en Jesús y en el amor del
Padre
Asunta al cielo
Presencia orante en la Iglesia
María, mediadora nuestra
Reina de los Apóstoles
Orante en el cenáculo
Primera discípula del Señor
Madre de la divina gracia
Modelo de crecimiento en la fe
Misionera por excelencia
Bienaventurada por tu fe
Modelo de mujer consagrada
Modelo de unión con Dios
Estímulo de nuestra comunidad
Imagen perfecta de Cristo
Primicia de la Iglesia
Sagrario del Espíritu Santo
Transparencia de Dios

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Creadora de fraternidad
Fundadora de nuestra Congregación
Modelo de fidelidad apostólica
Corazón de Dios

V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


R.- Perdónanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Escúchanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Ten misericordia de nosotros.
V.- Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,
R.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Cristo.

Oración
Te rogamos, Señor Dios, que nos concedas gozar de
perpetua salud del alma y cuerpo y, por la intercesión
de la bienaventurada Virgen María, seamos librados
de la tristeza presente y disfrutemos de la eterna
alegría. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Letanías alternativas

1.
Santa María, Madre
Santa María, esplendor de gracia
Santa María, amparo de la fe

31
Santa María, puerta del cielo
Santa María, fuente de la luz
Santa María, fuente, de la vida
Santa María, fuente de salvación
Santa María, camino de perfección
Virgen María, madre providente
Virgen María, madre del consuelo
Virgen María, salud de los enfermos
Virgen María refugio de pecadores
Estrella de la evangelización
Discípula de la paz
Maestra espiritual del cristiano
Administradora de la redención
Reina de la misericordia
Reina de la piedad
Reina de las misiones
Reina de la paz

V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


R.- Perdónanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Escúchanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Ten misericordia de nosotros.
V.- Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,
R.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Cristo.

32
Oración
Señor Dios, en tu presencia resplandece toda
hermosa la Virgen María, tu humilde sierva.
Concédenos procurar como Ella todo lo que es
verdadero y noble, para llegar un día ante Ti, fuente
de toda belleza y autor del amor hermoso. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén

2.
María, la nueva Eva
María Virgen, hija de Sión
María, Virgen de Nazaret
María, esposa de José
Madre por obra del Espíritu Santo
Madre del Rey de Israel
Madre del Mesías Salvador
Madre que meditaba en su corazón
Madre con Jesús en el templo
Madre atravesada por la espada
Madre que intercedió en Caná
Madre al pie de la cruz
Bendita entre todas las mujeres
Gloria de Jerusalén
Alegría de Israel
Honor de nuestro pueblo
Tú que creíste las palabras del Señor
Tú, la bienaventurada por generaciones
Tú perseverante en la oración

33
Tú coronada por doce estrellas
Tú imagen de la nueva Jerusalén

V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


R.- Perdónanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Escúchanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Ten misericordia de nosotros.
V.- Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,
R.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Cristo.

Oración
Dios Padre, amante de la vida, que te revelas en la
historia con manifestaciones de amor y fidelidad. Te
damos gracias porque has venido a nuestro
encuentro para vencer nuestra limitación y pecado.
Por María te suplicamos que suscites en nosotros el
Espíritu Consolador, para que, atentos a los
acontecimientos de nuestra historia, sepamos acoger
y dar sentido a todo signo de amor, esperanza y
confianza. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

3.
Santa Madre de Dios
Hija predilecta del Padre
Virgen escogida desde siempre

34
Madre predestinada
Hija de Adán
Criatura nueva
Elegida entre los humildes
Mujer toda santa
Llena de gracias
Virgen bienaventurada
Virgen Inmaculada
Virgen de Pentecostés
Madre del Redentor-Salvador
Tú, cooperadora del Señor
Tú, colaboradora en la obra del Señor
Tú que sufriste con el Hijo
Tú Reina del universo
Figura y modelo de la Iglesia
Ejemplo de santidad
Fuerza de los elegidos
María signo seguro de esperanza
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Perdónanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Escúchanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Ten misericordia de nosotros.
V.- Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,
R.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Cristo.

35
Oración
Padre amigo de los hombres, guía a tu pueblo en las
necesidades de la vida. Te damos gracias porque has
bendecido nuestra tierra, escogiendo a la Virgen para
ser Madre de tu Hijo y de todos los vivientes. Te
rogamos, que el mismo Espíritu, implorado por María
con los apóstoles ilumine nuestro caminar, nos
infunda su amor y sea para todos, el consuelo y la
paz. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

4. Letanía de la “Marialis Cultus”

Madre del Hijo de Dios


Madre del Verbo Encarnado
Madre del Autor de la vida
Madre del Siervo de Yavé
Madre, cooperadora del Salvador
Madre, asociada a la pasión del Hijo
Madre de la misericordia
Madre de la gracia
Virgen obediente
Virgen en escucha
Virgen oferente
Virgen en oración
Verdadera sede de sabiduría
Camino que conduce a Cristo
Verdadero templo de Dios
Victoria de la vida sobre la muerte

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Mujer nueva
Mujer fuerte
Maestra de vida espiritual
Modelo de vida evangélica
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Perdónanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Escúchanos, Señor.
V.- Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R.- Ten misericordia de nosotros.
V.- Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,
R.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Cristo.

Oración:
Oh Dios, que en la virginidad fecunda de María has
dado a la humanidad los bienes de la salvación, haz
que experimentemos su intercesión, y por medio de
Ella, recibamos al autor de la vida. Por Jesucristo
Nuestro Señor. Amén.

5.
Santa María - Ruega por nosotros
María, Madre de nuestros combates - Escúchanos
María, Madre de nuestros triunfos - Alégrate
María, Madre de nuestra alegría - Enséñanos a
alegrarnos

37
María, Madre de nuestro día - Ayúdanos en el trabajo
diario
María, Madre de nuestras jornadas - Guárdanos
María, Madre de nuestras noches - Ampáranos
María, Madre siempre - Vela por nosotros
María, Madre de los ausentes - Recuérdalos
María, Madre de la juventud - Dales esperanza
María, Madre de los tristes - Consuélalos
María, Madre de las familias - Acógelas
María, Madre de los pobres - Susténtalos
María, Madre de los pecadores - Ayúdanos
María, Madre de los soberbios - Danos humildad
María, Madre del buen ejemplo - Enséñanos
María, Madre de toda luz - Ilumínanos

a. Visita a la Virgen
Visita 1

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues


todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A Ti,
celestial princesa, virgen sagrada María, te ofrezco en
este día alma, vida y corazón. Mírame con
compasión, no me dejes, Madre mía.

- Ave María purísima.


- Sin pecado concebida.
- Alabemos y demos gracias a la Santísima Trinidad
que nos manifestó a María, la Virgen, vestida de sol,
38
con la luna debajo de sus pies y una corona de doce
estrellas sobre su cabeza.
- Por los siglos de los siglos. Amén.

- Alabemos y demos gracias a Dios Padre porque


escogió a María por Hija suya. Amén.
• Padre nuestro
- Alabado sea Dios Padre porque la predestinó para
ser Madre de su Divino Hijo. Amén.
• Ave María
- Alabado sea Dios Padre porque la preservó sin
mancha de pecado en su Inmaculada Concepción.
Amén.
• Ave María
- Alabado sea Dios Padre porque la favoreció con
todos sus dones desde su nacimiento. Amén.
• Ave María
- Alabado sea Dios Padre porque le dio a San José
como esposo para su ayuda y protección. Amén.
- Ave María y Gloria

- Alabemos y demos gracias a Dios Hijo porque de


entre todas las mujeres escogió a María por Madre.
Amén
• Padre nuestro
- Alabado sea Dios Hijo porque se hizo hombre en el
seno de María Virgen. Amén.
• Ave María

39
- Alabado sea Dios Hijo porque nació de María en
Belén y fue alimentado por Ella en su niñez. Amén.
• Ave María
- Alabado sea Dios Hijo porque quiso ser educado por
Ella en su infancia. Amén.
• Ave María
- Alabado sea Dios Hijo porque le reveló los misterios
de la redención del mundo. Amén.
• Ave María y Gloria.
- Alabemos y demos gracias al Espíritu Santo porque
eligió a María como esposa. Amén.
• Padre nuestro
- Alabado sea el Espíritu Santo porque reveló por vez
primera a Ella este nombre de Espíritu Santo. Amén
• Ave María
- Alabado sea el Espíritu Santo porque por su obra
María fue al mismo tiempo virgen y madre. Amén
• Ave María
- Alabado sea el Espíritu Santo porque vivió en Ella
como en su Templo. Amén.
• Ave María
- Alabado sea el Espíritu Santo porque la ensalzó en el
cielo sobre todas las criaturas. Amén.
• Ave María y Gloria

Oración:
Madre Inmaculada, te ofrecemos nuestra
Congregación. Concédenos tu gracia para vivir en

40
fidelidad el Carisma que el Espíritu Santo inspiró a
Carmen Sallés. Bendice a nuestra Madre General y
guíala en el desempeño de la misión que el Señor le
ha confiado. Atiende a todas y cada una de las
religiosas en aquello que tú sabes necesitan y
ayúdanos como buena Madre a penetrar en el
misterio de tu Inmaculada Concepción. Haz que con
nuestras vidas, seamos en verdad presencia tuya en
el mundo.
Madre, dirige tu mirada de amor sobre todos los que
han recibido y reciben nuestra acción apostólica.
Bendice a cuantos colaboran con nosotras en la tarea
que tú nos has confiado. Bendice a nuestras familias y
haz que sean fieles a sus compromisos. Te lo pedimos
por tu Hijo Jesús. Amén.

Visita 2

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues


todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A Ti,
celestial princesa, virgen sagrada María, te ofrezco en
este día alma, vida y corazón. Mírame con
compasión, no me dejes, Madre mía.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.


Te alabamos Padre por medio de tu Hijo Jesucristo y
en el Espíritu Santo, porque nos has manifestado a la

41
Virgen María vestida de sol, con la luna bajo sus pies
y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Por
los siglos de los siglos. Amén.
Te alabamos y te damos gracias Padre eterno, porque
has escogido a María por hija tuya.
Padre nuestro...
Te alabamos Padre, porque desde la eternidad
elegiste a María para ser la Madre toda Santa de tu
Hijo.
Dios te salve María..
Te alabamos Padre eterno, porque hiciste a María
Inmaculada desde su Concepción.
Dios te salve María...
Te alabamos Padre eterno, porque llenaste a María
de fe, esperanza y caridad.
Dios te salve María...
Te alabamos Padre eterno, porque diste a María por
compañero y esposo a S. José.
Dios te salve María... Gloria al Padre...
Te alabamos y te damos gracias Jesucristo. Hijo de
Dios, porque escogiste a María por Madre tuya.
Padre nuestro... Te alabamos Hijo de Dios, porque te
encarnaste en el seno de María haciendo de Ella tu
morada.
Dios te salve María...
Te alabamos Hijo de Dios, porque has querido nacer
de María y siendo tú el Pan vivo bajado del cielo,
quisiste ser alimentado por Ella.

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Dios te salve María...
Te alabamos Hijo de Dios, porque siendo la sabiduría
infinita has querido ser educado por María en tu
infancia.
Dios te salve María...
Te alabamos Hijo de Dios, porque revelaste a María el
misterio de la Redención e hiciste de Ella su fruto más
espléndido.
Dios te salve María... Gloria al Padre...

Te alabamos Espíritu Santo y damos gracias porque


escogiste a María como esposa.
Padre nuestro...
Te alabamos Espíritu Santo, porque revelaste a María
tu nombre de Espíritu Santo en el momento de la
Encarnación.
Dios te salve María...
Te alabamos Espíritu Santo, porque consagraste a
María y haciendo fecunda su virginidad, fue a un
mismo tiempo Virgen y Madre.
Dios te salve María...
Te alabamos Espíritu Santo, porque cubriste a María
con tu sombra en la Encarnación, haciéndola Templo
vivo de la Santísima Trinidad.
Dios te salve María...
Te alabamos Espíritu Santo, porque ensalzaste a
María en el cielo sobre todas las criaturas.
Dios te salve María... Gloria al Padre...

43
Oración final
A ti Madre de los hombres y de las naciones, con
confianza te entregamos la humanidad entera, con
sus temores y sus esperanzas: que la luz de Cristo
llegue a todos los hombres. Guía a los gobernantes
en la búsqueda de la verdadera libertad y de la
justicia. Dirige los pasos de los pueblos por caminos
de paz y de armonía. Te lo pedimos por tu Hijo Jesús.
Amén.

4. - ANTÍFONAS LITÚRGICAS MARIANAS


Adviento y Navidad

Madre del Redentor Alma Redemptoris

Madre del Redentor, Alma Redemptoris


Virgen fecunda, Mater,
puerta del cielo quae per via caeli
siempre abierta, porta manes,
estrella del mar, et stella maris
ven a librar succurre cadenti
al pueblo que tropieza surgere qui curat
y quiere levantarse. populo:
Ante la admiración Tu quae genuisti
del cielo y tierra, natura mirante
engendraste a tuum sactum
tu Santo Criador, Genitorem:
44
y permaneces Virgo prius
siempre virgen. ac posterius
Recibe el saludo Gabrielis ab ore
del ángel Gabriel, sumens illud Ave
y ten piedad de peccatorum
nosotros pecadores. miserere.

Tiempo Ordinario Salve Regina

Dios te salve
Salve Regina, Mater
Dios te salve, Reina y misericordiae,
Madre de misericordia, vita, dulcedo, et spes
vida, dulzura y nostra, salve.
esperanza nuestra, Dios Ad te clamamus exsules
te salve. filii Hevae.
A Ti llamamos los Ad te suspiramus,
desterrados hijos de gementes et flentes
Eva; a Ti suspiramos, in hac lacrimarum valle.
gimiendo y llorando, en Eia ergo advocata
este valle de lágrimas. nostra,
Ea, pues, Señora, illos tuos
abogada nuestra, vuelve misericordes oculos
a nosotros esos tus ojos ad nos converte.
misericordiosos, y Et Iesum,
después de este benedictum fructum
destierro muéstranos a ventris tui,

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Jesús, fruto bendito de nobis post hoc exsilium
tu vientre. ostende.
Oh clementísima, oh O clemens,
piadosa, oh dulce o pia, o dulcis
Virgen María. Virgo Maria.

V.- Ruega por nosotros, V.- Ora pro nobis,


Santa Madre de Dios. Sancta Dei Genitrix
R.- Para que seamos R.- Ut digni
dignos de alcanzar las efficiamur
promesas de Nuestro promissionibus
Señor Jesucristo. Christi.

Oración Oremus

Omnipotente y eterno Omnipotens sempiterne


Dios, que con la Deus, qui gloriosae
cooperación Virginis Matris Mariae
del Espíritu Santo, corpus et animam,
preparaste el cuerpo y ut dignum Filii tui
el alma de la gloriosa habitaculum effici
Virgen y Madre, mereretur,
María, para que fuese Spiritu Sancto
merecedora de ser cooperante praeparasti:
digna morada de tu da, ut cius
Hijo; concédenos, commemoratione
por su intercesión, laetamor, eius pia
seamos liberados intercessione, ab

46
de los males presentes instantibus malis, et a
y de la muerte eterna. morte perpetua
Por el mismo Cristo liberemur. Per eumdem
nuestro Señor. Christum Dominum
Amén. nostrum.
Amen.

Cuaresma

Reina del Cielo Ave Regina caelorum:

Salve Reina de los cielos Ave Regina caelorum,


y Señora de los ángeles, Ave Domina Angelorum;
salve, raíz, salve, puerta, salve radix, salve porta.
que dio paso Ex qua mundo
a nuestra luz. lux est orta.
Alégrate, virgen Gaude.
gloriosa, Virgo gloriosa.
entre todas la más bella; Super omnes speciosa.
salve, oh Vale, o valde decora.
hermosa doncella, Et pro nobis
ruega a Cristo por Christum exora.
nosotros.

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Tiempo Pascual Regina coeli

Reina del cielo V.- Regina coeli, laetare,


R.- alleluia
V. - Reina del cielo V.- Quia quem meruisti
alégrate; R.- aleluya. portare, R.- aleluia
V. - Porque el Señor a V.- Resurrexit, sicut
quien has merecido dixit, R.- alleluia;
llevar; R.- aleluya. V.- ora pro nobis Deum,
V. - Ha resucitado según R.- alleluia.
su palabra; R.- aleluya.
R.- Ruega al Señor por V.- Gaude et laetare
nosotros; R.- aleluya. Virgo María,
V. - Gózate y alégrate, alleluia.
Virgen María, aleluya. V.- Quia surrexit
R. - Porque Dominus vere,
verdaderamente ha alleluia.
resucitado el Señor,
aleluya. Oremus
Deus, qui per
Oración resurrectionem Filii tui,
Oh Dios, que por la Domini nostri
resurrección de tu Hijo, Iesu Christi,
nuestro Señor mundum laetificare
Jesucristo, dignatus es:
has llenado el mundo de praesta, quaesumus;
alegría, concédenos, por ut, per eius Genetricem

48
intercesión de su Virginem Mariam,
Madre, perpetuae capiamus
la Virgen María, gaudia vitae.
llegar a alcanzar los Per eundem
gozos eternos. Christum
Por nuestro Señor Dominum nostrum.
Jesucristo. Amén. Amen.

5. – EN LA COMIDA
Bendición:

Se puede rezar una de estas bendiciones u otras:


- Bendice, Señor, estos alimentos que vamos a
tomar en tu santo nombre. Amén.
- Señor, tú eres quien da la vida al mundo. Bendice
ahora este alimento y concédenos un amor
fraterno y espíritu de acción de gracias. Amén.
- Bendice Señor, a cuantos hoy comemos este pan.
Bendice a quienes lo hicieron y haz que juntos lo
comamos en la mesa celestial. Amén.
- Bendícenos, Señor, y bendice nuestros alimentos.
Bendice también a quienes nos los han preparado
y da pan a los que no lo tienen. Amén.

Acción de gracias:

Se puede rezar una de estas oraciones u otras:


49
- Gracias, Señor, por todos tus dones. Que el Señor
nos haga partícipes de la mesa celestial. Amén.
- Te damos gracias, Señor, Padre santo, por el
alimento que nos has dado. Haz que podamos un
día sentarnos en la mesa de tu reino y cantar
eternamente tus alabanzas. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
- Te damos gracias, Dios misericordioso, que has
restaurado nuestras fuerzas con los dones de tu
providencia, te pedimos que fortalezcan también
nuestro espíritu. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
- Dios, Padre nuestro, te damos gracias por este
alimento que reunidas fraternalmente hemos
recibido de tu generosidad; que aprendamos
también a compartir con los hermanos los bienes
que de ti hemos recibido. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.

6. – EXAMEN DE CONCIENCIA
Al mediodía 1

Con María, nos ponemos en la presencia del Señor


para alabarle en nombre de la creación y renovar el SÍ
de nuestra consagración. Pidamos perdón por las

50
veces que no hemos sido transparencia de Dios.
(Silencio)

V.- Tú, que nos das a María como madre y modelo de


nuestra consagración, R.- Señor, ten piedad.
V.- Tú, que en María Inmaculada nos das la esperanza
de nuestra liberación, R.- Señor, ten piedad.
V.- Tú, que en María nos pones como modelo a la
mujer que supo comprometerse con la construcción
del Reino, R.- Señor, ten piedad.

Todas: Dios todopoderoso tenga misericordia de


nosotras, perdone nuestros pecados y nos lleve a la
vida eterna. Amén.

V.- Pedimos por el Papa (N.)


R.- Concédele una fe inquebrantable, una esperanza
viva y una caridad solícita. Haz que toda la Iglesia se
mantenga en comunión con él, por el vínculo de la
unidad, del amor y de la paz.

Al mediodía 2

Reconozcamos nuestras culpas y pidamos perdón a


Dios por nuestros pecados y fragilidades. (Silencio)

Yo confieso ante Dios todopoderoso, y ante vosotros


hermanos, que he pecado mucho de pensamiento,

51
palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa,
por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María,
siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a
vosotras hermanas, que intercedáis por mí ante Dios
nuestro Señor. Amén.

Dios misericordioso tenga compasión de nosotras,


perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna. Amén.

V.- Pedimos por el Papa (N.)


R.- Concédele una fe inquebrantable, una esperanza
viva y una caridad solícita. Haz que toda la Iglesia se
mantenga en comunión con él, por el vínculo de la
unidad, del amor y de la paz.

A la noche

Se puede escoger una de estas formas

1. Al llegar al fin de nuestro día (de nuestra jornada),


agradezcamos a Dios sus dones y pidámosle su
misericordia. (Silencio)

V.- Señor, ten misericordia de nosotras,


R.- porque hemos pecado contra Ti.
V.- Muéstranos, Señor, tu misericordia,
R.- y danos tu salvación.

52
Dios misericordioso tenga compasión de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna. Amén.

2. Gracias, Señor, por el día que hemos vivido.


Examinemos nuestra conciencia y nuestra fidelidad al
amor recibido de Ti. (Silencio)

V.- Señor, ten misericordia de nosotras,


R.- porque hemos pecado contra Ti.
V.- Muéstranos, Señor, tu misericordia,
R.- y danos tu salvación.
Dios misericordioso tenga compasión de nosotras,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna. Amén.

3. Señor Jesús, que en M. Carmen nos dejaste un


modelo de perdón digno de ser imitado, ayúdanos a
comprender las ocasiones en que hoy hemos juzgado
y condenado solamente por las apariencias, y danos
tu Espíritu para que, como ella, sepamos restituir en
nuestro corazón el amor a los hermanos. (Silencio)

Restáuranos, Señor Jesús, restáuranos en el amor.


Que tu perdón y tu bondad nos den la luz, nos den la
paz.

53
4. “Amaos los unos a los otros”. “Ámense unas a
otras como hermanas…” Palabras bien sencillas, pero
¿he amado hoy o me he limitado a tolerar? ¿Qué he
hecho, o qué he dejado de hacer, para acoger,
comprender, perdonar, como deseo serlo yo?
(Silencio)

Gracias, Señor, por Ti mismo, gracias por tu


presencia.
Gracias por tu perdón y tu amor.

5. “Quien no es fiel en las cosas pequeñas, no lo será


en las grandes”, decía M. Carmen. Procura percibir
hasta los detalles más pequeños con los que Dios te
ha regalado hoy, observa tu conducta y pide perdón
de tus fallos. (Silencio)

Consuélame, Señor, por mi falta de fidelidad.


Apártame del camino falso y dame la gracia de
cumplir tu Voluntad.

6. Señor Jesús, hazme ver con claridad si los pasos


que he dado durante este día han sido para seguirte
sin condiciones, o si, por el contrario, he tratado de
compaginarte con mis intereses. Dame, Señor, un
corazón sincero. (Silencio)

54
Padre, perdona nuestras ofensas como nosotros
perdonamos a los que nos han ofendido, y no nos
dejes caer en tentación.
María, danos tu bendición, para que no caigamos en
tentación. Amén.
Se puede terminar también con una de las oraciones
siguientes.

1. del Sl 4
Sólo en ti, Señor, hallamos la paz: te damos gracias
por los favores que hoy hemos recibido de ti y
confiamos que velarás por nosotras a lo largo de esta
noche, con la luz de tu rostro. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.

2. del Sl 129
Contempla, Señor, nuestra pequeñez, que tus oídos
estén atentos a la súplica que te dirigimos desde
nuestra pobreza. Purifica nuestro corazón y mantén
en vela nuestro espíritu, para que mañana, te
volvamos a bendecir en el trabajo que nos tienes
confiado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

3. del Sl 133
Te bendecimos Señor, por el gozo de haber vivido a
tu servicio durante el día de hoy; concédenos que,
mientras nuestro cuerpo descanse, levantemos hacia

55
ti nuestra alma para cantar tus alabanzas. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.

4.
Gracias, porque al fin del día podemos agradecerte
los méritos de tu muerte y el pan de la Eucaristía, la
plenitud de alegría de haber vivido tu alianza, la fe, el
amor, la esperanza y esta bondad de tu empeño de
convertir nuestro sueño en una humilde alabanza.
Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espírito Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.

5.
Antes de cerrar los ojos, los labios y el corazón,
al final de la jornada, buenas noches, Padre Dios.
Gracias por todas las gracias que nos ha dado tu
amor; si muchas son nuestras dudas, infinito es tu
perdón. Mañana te serviremos en tu presencia mejor.
A la sombra de tus alas, Padre nuestro, abríganos.
Quédate junto a nosotros y danos tu bendición.

Antífona Mariana propia del tiempo litúrgico

56
II - ORACIONES DE TRADICIÓN
1. A ti, oh Dios
A ti, oh Dios te
alabamos: Te Deum laudamus:
a ti, Señor, te te Dominum confitemur.
reconocemos. Te aeternum Patrem
A tí, eterno Padre, onmis terra veneratur.
te venera Tibi omnes Angeli: Tibi
toda la creación. caeli et universae
Los ángeles todos, Potestates.
los cielos Tibi Cherubin et
y todas Seraphim: incessabili
las potestades voce proclamant.
te honran. Sanctus, Sanctus, Sanctus,
Los querubines Dominus Deus Sabaoth.
y serafines Pleni sunt caeli et terra:
te cantan sin cesar: maiestatis gloriae tuae.
Santo, santo, Te gloriosus Apostolorum
santo es el Señor, chorus.
Dios del universo. Te Prophetarum
Los cielos laudabilis numerus.
y la tierra Te Martyrum candidatus
están llenos de la laudat exercitus.
majestad de tu gloria. Te per orbem terrarum,
A ti ensalza sancta confitetur Ecclesia.
el glorioso coro Patrem inmensae,
de los apóstoles, majestatis.
Venerandum tuum
57
la multitud admirable verum, et unicum Filiúm.
de los profetas, Sanctum quoque
el blanco ejército Paraclitum Spiritum.
de los mártires. Tu Rex gloriae, Christe.
A ti la Iglesia santa, Tu Patris sempiternus es
extendida Filius.
por toda la tierra, Tu, ad liberandum
te proclama: suscepturus hominem,
Padre de inmensa non horruisti Virginis
majestad; uterum.
Hijo único y verdadero Tu devicto mortis aculeo,
digno de adoración; aperuisti credentibus
Espíritu Santo, regna caelorum.
paráclito. Tu ad dexteram Dei sedes
Tú eres el Rey in gloria Patris.
de la gloria, Cristo. Judex crederis esse
Tú eres el Hijo venturus.
único del Padre. Te ergo; quaesumus, tuis
Tú, para librar al famulis subveni,
hombre, quos pretiosi Sanguine
aceptaste la redemisti.
condición humana Aeterna fac cum Sanctis
sin desdeñar el seno tuis in gloria numerari.
de la Virgen. Salvum fac populum
Tú, rotas las cadenas tuum, Domine, et benedic
de la muerte, hereditati tuae.
abriste a los creyentes Et rege, eos et extolle
el reino del cielo. illos usque in aeternum.

58
Tú te sientas a la Per singulos dies
derecha de Dios benedicimus te.
en la gloria del Padre. Et laudamus nomen tuum
Creemos que in saeculum, et in
un día has de venir saeculum saeculi.
como juez. Dignare, Domine, die isto
Te rogamos, pues, sine peccato nos
que vengas en ayuda custodire.
de tus siervos, Miserere nostri, Domine,
a quienes redimiste miserere nostri.
con tu preciosa Fiat misericordia tua,
sangre. Domine, super nos,
Haz que quemadmodum
en la gloria eterna speravimus in te.
nos asociemos Domine speravi; non
a tus santos. confundar in aeternum.

2. Trisagio a la Santísima Trinidad


V.- Dios mío ven en mi auxilio,
R.- Señor, date prisa en socorrerme.
V.- Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo,
R.- Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.

Oración
Espíritu Santo, que eres uno con el Padre y con el
Hijo, ven a nosotras.

59
Nuestra lengua, entendimiento y obrar, canten tus
maravillas.
Que nuestra caridad sea fuerte y se extienda a todos
los hombres.

Concédenoslo, Padre misericordioso, y tu Hijo


unigénito, igual al Padre, que reinas con el Espíritu
Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración al Padre
Alabanza y gloria eterna a Dios Padre que nos ha
mostrado su amor enviándonos a su Hijo.
Padre nuestro...
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos,
llenos están los cielos y la tierra de tu gloria,
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo
(tres veces).

Oración al Hijo
Resuene la alabanza en nuestros labios a gloria del
Hijo que nos ha redimido.
Padre nuestro...
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos,
llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo
(tres veces).

60
Oración al Espíritu Santo
Alabanza a Dios Padre y al Hijo, y que nuestros labios
te canten, Espíritu Santo, por toda la eternidad. Padre
nuestro...
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos,
llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo
(tres veces).

Antífona
A Ti Dios Padre no engendrado; a Ti Dios Hijo
Unigénito; a Ti Dios Espíritu Santo Paráclito; Santa e
indivisible Trinidad, te confesamos con el corazón y
con la boca, te alabamos y te bendecimos, a Ti la
gloria por los siglos de los siglos. Amén.

V.- Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu


Santo,
R.- Le alabamos y ensalzamos por los siglos de los
siglos. Amén.

Oración final:
Señor Dios, Uno y Trino, danos tu gracia, tu caridad y
el ser uno contigo, para que ahora y siempre te
amemos y glorifiquemos, Dios Padre, Dios Hijo y Dios
Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

61
3. Novena al Espíritu Santo

Invocación para todos los días

Ven, Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo.


Padre amoroso del pobre;
don en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.

Ven dulce huésped del alma,


descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,


divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo,


lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos.


Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.

62
Día primero
Reflexión
"Andad según el Espíritu y no realicéis los deseos de
la carne. El fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz,
comprensión, servicialidad, bondad, lealtad,
amabilidad, dominio de sí mismo. Si vivimos por el
Espíritu marcharemos tras el Espíritu" (Gal
5,16.22a.25). Momentos de silencio.

V.- Ven Espíritu Santo,


R.- Cambia los corazones de los hombres y reúnenos
en una fraternidad universal.
V.- Ven Espíritu Santo,
R.- A las naciones conmocionadas por la violencia, la
guerra o el hambre, y dales la paz.
V.- Ven Espíritu Santo,
R.- A los obreros, a los labradores, artesanos, y dales
la alegría de reconocer que sus manos construyen un
universo más habitable.
V.- Ven Espíritu Santo,
R.- A las familias, a los jóvenes, a los ancianos, a los
niños: Que todos unidos demos el testimonio de lo
que el mundo tiene de positivo y permanente.

Oración
Padre, envía tu Espíritu sobre nosotros y sobre toda
la Iglesia, para que fortalecidos en la fe, hagamos
unidad con los que más de cerca nos rodean; que nos

63
sintamos apóstoles de tu Hijo y llevemos su mensaje
al conocimiento de todos los hombres. Te lo pedimos
por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Día segundo
Reflexión
"El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien
vosotros matasteis colgándolo de un madero. La
diestra de Dios lo exaltó haciéndolo jefe y salvador,
para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de
los pecados. Testigo de esto somos nosotros y el
Espíritu Santo que Dios da a los que le obedecen"
(Hech 5,30-32). Momentos de silencio.

V.- Porque traes a los pobres consuelo, y salud y


esperanza a los enfermos:
R.- Ven a nosotros Espíritu Santo.
V.- Porque das fortaleza al pequeño y moderas al
soberbio:
R.- Ven a nosotros Espíritu Santo.
V.- Porque asientas la paz en los pueblos y destierras
odios y miedos:
R.- Ven a nosotros Espíritu Santo.
V.- Porque avivas el rescoldo del fuego y tu palabra es
pan y misterio:
R.- Ven a nosotros Espíritu Santo.

64
Oración
Padre, brille sobre nosotros el esplendor de tu gloria
y que el Espíritu Santo, luz de tu luz, fortalezca los
corazones de los regenerados por tu gracia. Te lo
pedimos por Jesucristo nuestro Señor: Amén.

Día tercero
Reflexión
No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu
Santo? El habita en vosotros porque lo habéis
recibido de Dios. No os poseéis en propiedad, porque
os han comprado pagando un precio por vosotros.
Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!"
(1Cor 6, 19-20). Momentos de silencio.

V.- Espíritu Santo, tú que llenas de fuego el corazón


de los que buscan a Jesús:
R.- Reafirma en nuestros corazones la certeza del
amor del Padre.
V.- Espíritu Santo, tú que iluminas la mente de los
que escuchan la palabra, buscando la voluntad del
Padre:
R.- Reafirma en nuestros corazones la certeza del
amor del Padre.
V.- Espíritu Santo, tú que reúnes en tu amor a
quienes se esfuerzan por amar, siguiendo el ejemplo
de Jesús:

65
R.- Reafirma en nuestros corazones la certeza del
amor del Padre.
V.- Espíritu Santo, tú que sin cesar creas y haces
germinar un mundo nuevo:
R.- Reafirma en nuestros corazones la certeza del
amor del Padre.

Oración
Padre, que tu Espíritu nos penetre con su fuerza, para
que nuestro pensar te sea grato y nuestro obrar
concuerde con tu voluntad. Te lo pedimos por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Día cuarto
Reflexión
"Si Cristo está con vosotros el cuerpo está muerto al
pecado, y el espíritu vive por la justicia. Si el Espíritu
del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita
en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a
Cristo Jesús, vivificará también vuestros cuerpos
mortales por el mismo espíritu que habita en
vosotros" (Rom 8, 10-11).
Momentos de silencio

V.- Ven Espíritu a tu Iglesia, Sacramento del futuro,


para que ella marque la esperanza escatológica en el
mundo y en la historia,
R.- Y renueva la faz de la tierra.

66
V.- Ven Espíritu, a tu Iglesia, para que no sea una
institución externa al mundo, sino un modo de ser
con el mundo,
R.- Y renueva la faz de la tierra.
V.- Ven Espíritu Santo, a los Obispos, Sacerdotes y
Religiosos, para que ellos, impulsados por tu fuerza
presenten en sus vidas la esperanza de un mundo
digno de ti,
R.- Y renueva la faz de la tierra.
V.- Ven Espíritu Santo, a las familias, a los
educadores; que todos unidos demos testimonio de
lo que el mundo tiene de positivo y trascendente,
R.- Y renueva la faz de la tierra.

Oración
Padre, concede a tu Iglesia, consagrada por el Espíritu
Santo, dedicarse plenamente a tu servicio y vivir
unida en el amor, según tu voluntad. Te lo pedimos
por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Día quinto
Reflexión
"El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad,
porque nosotros no sabemos pedir lo que nos
conviene, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos inefables. El que escudriña los
corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu y que su

67
intercesión por los santos es según Dios" (Rom 8, 26-
27). Momentos de silencio:

V.- Tú que eres nuestro consolador,


R.- Ven, Espíritu Santo.
V.- Tú, que eres don del Dios Altísimo,
R.- Ven, Espíritu Santo.
V.- Tú, que eres fuente viva,
R.- Ven, Espíritu Santo.
V.- Tú, que eres fuego y caridad,
R.- Ven, Espíritu Santo.

Oración
Padre, derrama sobre nosotros la fuerza de tu
Espíritu Santo, para que podamos cumplir fielmente
tu voluntad y demos testimonio de ti con nuestras
obras.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Día sexto
Reflexión
"Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos
son hijos de Dios.
Habéis recibido no un espíritu de esclavitud, para
recaer en el temor, sino un espíritu de hijos
adoptivos, que nos hace gritar: ¡Abba! (Padre). Ese
Espíritu y nuestro espíritu, dan un testimonio
concorde: que somos hijos, también herederos,

68
herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que
sufrimos con El para ser también con El glorificados"
(Rom 8, 14-17). Momentos de silencio.

V.- Espíritu Santo, llénanos de tu luz,


R.- Y haz que ayudemos a otros a ver.
V.- Espíritu Santo, llénanos de tu gozo,
R.- Y haz que contagiemos alegría.
V.- Espíritu Santo, llénanos de tu paciencia,
R.- Y danos constancia en ella.
V.- Espíritu Santo, llénanos de tu caridad,
R.- Y haz que formemos verdaderas comunidades
fraternas.

Oración
Padre, envíanos tu Espíritu Santo que renueve
nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor y nos
haga discípulos y testigos como María. Te lo pedimos
por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Día séptimo
Reflexión
“Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede
pensar lo que Dios ha preparado para los que le
aman. Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu, y el
Espíritu todo lo penetra, hasta la profundidad de
Dios” (1Cor 2,9-10). Momentos de silencio.

69
V.- Espíritu Santo,
R.- Que hoy nuestras palabras y obras sean según tu
voluntad.
V.- Espíritu Santo,
R. Que no juzguemos ni menospreciemos a ninguno
de nuestros hermanos.
V. Espíritu Santo,
R. Cólmanos de alegría y paz en nuestra fe.
V. Espíritu Santo,
R. Sé tú mismo nuestra recompensa.

Oración
Derrama, Señor, sobre nosotros la fuerza del Espíritu
Santo, para que podamos cumplir fielmente tu
voluntad y demos testimonio de ti con nuestras
obras. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Día octavo
Reflexión
"El Dios de nuestros Padres resucitó a Jesús, a quien
vosotros matasteis colgándolo de un madero. La
diestra de Dios lo exaltó haciéndolo jefe y salvador,
para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de
los pecados. Testigo de esto somos nosotros y el
Espíritu Santo que Dios da a los que le obedecen"
(Hch 5.30-32). Momentos de silencio.

70
V.- Espíritu Santo,
R.- Ven a renovar la faz de la tierra.
V.- Espíritu Santo,
R.- Graba tu ley en nuestros corazones.
V.- Espíritu Santo,
R.- Enséñanos a orar al Padre.
V.- Espíritu Santo,
R.- Sé tú mismo nuestra recompensa.

Oración
Padre, envíanos tu Espíritu que nos de fuerzas para
luchar por la verdad, la justicia y el amor; luz para
iluminar; generosidad para servir; paciencia para
esperar siempre. Te lo pedimos por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.

Día noveno
Reflexión
Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los
muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre
los muertos a Cristo Jesús, vivificará también vuestros
cuerpos por el mismo Espíritu que habita en vosotros
(Rom 8, 11). Momentos de silencio.

V.- Espíritu de fe, esperanza y caridad,


R.- Ven a nosotros.
V.- Espíritu de sabiduría y entendimiento,

71
R.- Ven a nosotros.
V.- Espíritu de consejo y fortaleza,
R.- Ven a nosotros.
V.- Espíritu de ciencia, piedad y temor de Dios,
R.- Ven a nosotros.

Oración
Padre, que has querido que la celebración de la
Pascua durase simbólicamente cincuenta días y
acabase con el día de Pentecostés, te pedimos que
los pueblos divididos por el odio y el pecado se
congreguen por medio de tu Espíritu y que las
diversas lenguas encuentren su unidad en la
confesión de tu nombre. Te lo pedimos por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.

4. Celebramos los misterios de Jesucristo

 Junio, mes dedicado al Corazón de Jesús

Oración-Consagración

Corazón de Jesús, tú eres el Hijo amado del Padre, y


con Él, eres la fuente de todas las gracias; de ti
procede la unidad y la plenitud, la verdadera
humildad y la fortaleza, eres el principio de vida y
plenitud de toda santidad.
72
En ti, Cristo, reconocemos el centro de nuestro
Carisma y misión. Movidas por el Espíritu que nos
dejaste para ser fieles a la misión que tenemos
encomendada, nos consagramos libre y
amorosamente a ti, renunciando al egoísmo, a la
comodidad, a creernos mejores que los demás.
Queremos que nuestra vida sea un mensaje auténtico
de tu evangelio, siguiendo el estilo de familia que tú
pusiste en el corazón de nuestra Fundadora.
Queremos en este día, reiterarte nuestra lealtad y
nuestra firme voluntad de servirte en todos los que
nos has confiado para que puedan crecer en cultura y
ofrecerles en tu nombre el don de la fe.

Que nuestra consagración a ti, Corazón de Jesús,


ponga su fundamento en una dedicación
incondicional a tu servicio. Que nuestra pobreza, esté
unida a tu desamparo, nuestros dolores tengan la
fuerza en tu pasión, nuestra esperanza esté segura en
tu victoria, y nuestro corazón quiera siempre
parecerse al tuyo. Amén.

 Letanías al Corazón de Jesús:

Señor, ten piedad,


Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, óyenos
73
Cristo, escúchanos
Padre eterno Dios de los cielos
Ten piedad de nosotros
Dios Hijo Redentor del mundo
Ten piedad de nosotros Dios
Espíritu Santo
Ten piedad de nosotros
Trinidad Santa, un solo Dios
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en
las entrañas de la Virgen Madre
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de
Dios
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, de majestad infinita
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, templo santo de Dios
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, tabernáculo del altísimo y puerta
del cielo
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, casa de Dios
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor
Ten piedad de nosotros

74
Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, centro de justicia y amor
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús abismo de todas las virtudes
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, dignísimo de toda alabanza
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, Rey y centro de los corazones
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros de
la sabiduría y de la ciencia
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús en quien habita toda la plenitud de
la divinidad
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, en quien el Padre halló todas sus
complacencias
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos
recibido
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad
Ten piedad de nosotros

75
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, saciado de oprobios
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, perforado por una lanza
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, fuente de toda consolación
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren
Ten piedad de nosotros
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos
Ten piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo
Perdónanos Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo
Escúchanos Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo
Ten piedad de nosotros.

76
V.- Jesús manso y humilde de corazón,
R.- Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

Oración
Omnipotente y sempiterno Dios, mirad al corazón de
vuestro amadísimo Hijo y a las alabanzas y
satisfacciones que os dio en nombre de los
pecadores, y conceded propicio el perdón a los que
imploran vuestra misericordia, en nombre de vuestro
mismo Hijo Jesucristo, que con Vos vive y reina en
unión con el Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.

5. Adoración del Santísimo Sacramento


 Acto de desagravio ante el Santísimo:
Jesús, te damos gracias por tu permanencia entre
nosotros en la Eucaristía y por el amor con que
constantemente nos has amado.
Sentimos que sean tantos los que te olvidan y
ofenden; que en tantos sagrarios estés solitario, y
que en muchos hogares hoy estés olvidado.
Nosotras, arrepentidas de nuestros pecados,
queremos en la medida de nuestras fuerzas, hacerte
compañía por todos aquellos que te abandonan y
comprometer nuestra vida, como ofrenda de
desagravio.
María Inmaculada, te pedimos perseverar en la fe,
anímanos con tu esperanza y reanima fuertemente
77
nuestra caridad. Contigo, nos ofrecemos a Jesús, hoy,
para unimos a su sacrificio de alabanza al Padre, para
la salvación del mundo.

V.- Por todos los sacrilegios, blasfemias, profanación


de fiestas, que se cometen contra Dios.
R.- Perdón, Señor, perdón.
R.- Por los ataques a la Iglesia, persecuciones y
propaganda contra la fe.
R.- Perdón, Señor, perdón.
V.- Por el desprecio al magisterio de los Papas, por los
falsos profetas.
R.- Perdón, Señor, perdón.
V.- Por las opresiones de los gobiernos; por todas las
injusticias sociales, laborales, familiares; por los que
promueven la delincuencia.
R.- Perdón, Señor, perdón.
V.- Por los que favorecen la violencia, los que
asesinan; por los que mandan torturar, los que tratan
mal a sus semejantes; por los que roban y estafan.
R.- Perdón, Señor, perdón.
V.- Por la inmoralidad y corrupción en el trabajo
profesional, en las relaciones, espectáculos,
diversiones, modas, lecturas, ...
R.- Perdón, Señor, perdón.
V.- Por todos los pecados de escándalo y respeto
humano.
R.- Perdón, Señor, perdón.

78
V.- Por los pecados contra la familia, contra el amor
fraterno.
R.- Perdón, Señor, perdón.
V.- Por los religiosos y sacerdotes indignos, por los
políticos ambiciosos, por todos los abusos de
autoridad.
R.- Perdón, Señor, perdón.

Oración
Señor Jesús, que por amor a los hombres estás noche
y día en el Sacramento de la Eucaristía, esperando
siempre y recibiendo con amor a cuantos vienen a
visitarte: creemos firmemente que estás en el
Santísimo Sacramento; te adoramos y te damos
gracias por el amor que nos has regalado.
Queremos ser contigo una continua acción de gracias
al Padre; para ti, la compañía que te haga presente el
amor de todos los hombres; y desde tu caridad
infinita, un testimonio del amor que debe ser la señal
de tus amigos.
Te pido perdón por todas las ofensas que recibes en
el desamor en que los hombres vivimos y te
ignoramos, por nuestra autosuficiencia y egoísmo.
Con María, nuestra Madre, quiero vivir
permanentemente en el Cenáculo de la Eucaristía, y
que recibas toda mi existencia como una alabanza y
acción de gracias que desde mi ser te tributa la
creación entera.

79
Padre eterno, por el sacrificio de tu Hijo en la
Eucaristía, recibe hoy nuestras súplicas y dígnate
atenderlas favorablemente. Amén.

 Alabanzas a Jesús Sacramentado:

Bendito sea Dios,


Bendito sea su Santo, nombre,
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,
Bendito sea el nombre de Jesús,
Bendito sea su sacratísimo corazón,
Bendita sea su preciosísima sangre,
Bendito sea Jesús en el santísimo sacramento del Altar,
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito,
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María
Santísima,
Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción,
Bendita sea su gloriosa Asunción,
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre
Bendito sea San José su castísimo esposo,
Bendito sea Dios, en sus ángeles y en sus santos.

V.- Nos diste Pan del cielo,


R.- Que contiene en sí todo deleite.
80
Oración
Oh Dios que nos dejaste un recuerdo de tu Pasión en
este Sacramento admirable, concédenos que de tal
manera veneremos los sagrados misterios de tu
Cuerpo y tu Sangre, que consigamos el fruto de tu
Redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.

 Canta, oh lengua Pange lingua

Canta, oh lengua, del Pange, lingua gloriosi


glorioso, corporis mysterium,
Cuerpo de Cristo el sanguinisque pretiosi,
misterio, quem in mundi
Y de la Sangre pretium
preciosa fructus ventris
Que, en precio del generosi
mundo Rex effudit
Vertió el Rey de las géntium.
naciones Nobis datus,
Fruto del más noble nobis natus,
seno. ex intacta Virgine,
et in mundo
Veneremos, pues conversatus,
postrados sparso verbi
Tan augusto semine, sui moras
sacramento; incolatus miro clausit
Y el oscuro rito ordine.
81
antiguo In supremae nocte
Ceda a la luz de este cenae recumbens cum
nuevo; fratribus, observata lege
Supliendo la fe plene cibis in legalibus,
sencilla cibum turbae duodenae
Al débil sentido se dat suis manibus.
nuestro.
Verbum caro panem
Al Padre, al Hijo, verum verbo cangem
Salud, honor y poder, efhicit, fitque ennguis
Bendición Chrtsti merum, et, si
y gozo eterno: sensus deficit, ad
Y al que procede de firmándum cor
ambos sincerum sola fides
Demos igual sufficit.
alabanza. Amén.

Tan sublime Tantum ergo

Tan sublime Tantum ergo


Sacramento, sacramentum
adoremos en verdad. veneremur cémui,
Que los ritos ya pasados at antiquum
den al nuevo su lugar. documentum
Que la fe preste a los novo cedat ritui;
ojos praestet fides
la visión con que mirar. supplementum
sensuum defectui.

82
Bendición y gloria Genitóri Genitoque
eterna laus et jubilatio,
a Dios Padre creador. salus, honor,
A su hijo Jesucristo virtus quoque
y al Espíritu de amor. sit et benedictio
Demos siempre igual procedenti ab utroque
gloria, compar sit laudatio.
alabanza y honor. Amén.

 Alma de Cristo

Alma de Cristo, santifícame.


Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh buen Jesús, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame,
y mándame ir a ti, para que con tus santos
te alabe por los siglos de los siglos. Amén.

83
6. Oraciones marianas
 María, danos tu bendición, para que
nunca caigamos en ninguna tentación. Pues toda
dichosa suerte está, María, en tus manos. Haz
Señora, consigamos, tus hijos buena muerte. La
bendición del Padre, el amor del Hijo y la gracia del
Espíritu Santo, sean con nosotros ahora y siempre.
Amén.
 Bajo tu amparo nos acogemos, Santa
Madre de Dios, no olvides las súplicas que te
dirigimos en nuestras necesidades; líbranos siempre
de todo peligro, Virgen gloriosa y bendita.

 Bendita sea tu pureza y eternamente


lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa
belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María,
te ofrezco desde este día: alma, vida y corazón.
Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.

 Acordaos, oh piadosísima Virgen


María, que jamás se ha oído decir, que ninguno de los
que han acudido a vuestra protección, implorado
vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya
sido abandonado de Vos. Animado por esta
confianza, a Vos también acudo, Oh Virgen y Madre
de las Vírgenes, y, aunque gimiendo bajo el peso de
mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra
84
presencia soberana. No desechéis, Oh Madre de Dios,
mis humildes súplicas, antes bien inclinad a ellas
vuestros oídos y dignaos atenderlas favorablemente.
Amén.

 Mira la Estrella (San Bernardo)

Si te arrastra el huracán de la tentación, si te


doblegan el dolor y la angustia, mira la Estrella, acude
a María.

Si te anegan las olas de la soberbia, te abruma la


calumnia, la ambición o la envidia, mira la Estrella,
acude a María.

Si la ira, la avaricia y el hedonismo amenazan la


barquilla de tu alma, mira la Estrella, acude a María.

Si te turban tus muchos pecados, te avergüenzan tus


acciones, te aterra la mala conciencia y estás al borde
del abismo, mira la Estrella, acude a María.

No perderás el camino si la sigues, ni la esperanza si


la invocas.
En el peligro, en la pena, en la duda, mira la Estrella,
acude a María.

85
Si ella te sostiene, no temas. No se aparte su nombre
de tu boca, no se aleje de ella tu corazón. Acude a
María en toda ocasión.

 Magnificat (Lc 1, 46-55)

Proclama mi alma la grandeza del Señor,


se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,


porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:


dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,


acordándose de la misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

86
 Consagración a María: Oh Señora
mía, Oh Madre mía, yo me entrego enteramente a
Vos; y en prueba de mi filial afecto, os consagro en
este día: mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón;
en una palabra, todo mi ser. Ya que soy toda vuestra,
Madre de bondad, guardadme y defendedme como
cosa y posesión vuestra. Amén.

 Consagración a María: Virgen


Inmaculada, queremos ser totalmente tuyos y
recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a
Cristo en su Iglesia. Te consagramos en este día
nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos
nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías,
nuestras enfermedades y dolores. Todo lo que
tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado,
Señora y Madre nuestra. Madre de la Iglesia, que
podamos llevar a todos la verdadera paz y alegría
que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que
con Dios Padre y el Espíritu Santo, vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
(Oración adaptada de Juan Pablo II)

 Por la Congregación (Carmen Sallés)


Madre mía, al consagrarme a Ti con amor, te
encomiendo a todas mis hermanas, y junto con ellas
todas las necesidades de la Congregación. Bendícela.
87
Te pido humildemente que nos alcances de Dios el
perdón de los pecados y la gracia de una santa
muerte, para que pasemos de esta vida a tus brazos y
tú seas nuestra defensa ante el trono de Dios.
Madre mía, sé siempre la Madre y Reina de toda la
Congregación. No la desampares. Todo lo ponemos
bajo tu cuidado. La bendición del Padre, el amor del
Hijo, y la gracia del Espíritu Santo, sean con nosotros
ahora y siempre. Amén.

 Celebración mariana del sábado

Saludo

Damos gracias a Dios porque eligió a María para


Madre del Verbo, haciéndola Inmaculada desde su
concepción. Predestinada antes que todas las
criaturas como Reina, Corredentora y Abogada
nuestra. Amén.

Plegarias

Virgen Inmaculada, Tú que eres bendita no sólo por


haber llevado al Hijo de Dios en tu seno, sino también
por haber oído y cumplido su Palabra; ruega por
nosotros para que estemos siempre abiertos a la voz
del Espíritu.
Dios te salve María...

88
Virgen Inmaculada, Tú eres llena de gracia, eres la
más bella de todas las criaturas y la agraciada a los
ojos de Dios. El Señor te vistió con vestido de
santidad y te rodeó con el manto de su gracia, como
a esposa adornada con sus joyas.
Dios te salve María...

Virgen Inmaculada, eres bendita sobre todas las


mujeres de la tierra, porque el Señor hizo en ti
maravillas. Tú eres la gloria de Jerusalén; Tú la alegría
de Israel; Tú el orgullo de nuestra raza.
Dios te salve María...

Felicitación: Bendita sea tu pureza, y eternamente lo


sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa
belleza. A ti, celestial princesa, Virgen Sagrada María,
te ofrezco desde este día alma, vida y corazón.
Mírame con compasión. No me dejes Madre mía.

Oración final
Dios todopoderoso, que por la Concepción
Inmaculada de la Virgen María preparaste a tu Hijo
una digna morada, y en previsión de su muerte, la
preservaste de toda mancha de pecado, concédenos
por su intercesión, llegar a ti limpios de todas
nuestras culpas. Amén.

89
 Mes de mayo
Antífona

V.- Dichosa eres María, porque de ti vino la salvación


del mundo, Tú que ahora vives ya en la gloria del
Señor, intercede por nosotros ante tu Hijo.
R.- A ti honor y gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
Reflexión del día: (buscar tema apropiado)

Breve silencio

Invocaciones

María Inmaculada, llena de gracia, el Señor está


contigo; enséñanos a estar abiertas a la acción de
Dios en nosotros, a transparentarle en nuestras vidas.
Dios te salve María...

María Inmaculada, esclava del Señor, que hiciste de


tu "Fíat" la norma y camino de tu vida, guíanos para
que seamos también nosotras fieles al "SI" de nuestra
consagración religiosa y lleguemos a ser en manos de
Dios, miembros activos, libres y obedientes en la fe.
Dios te salve María...

María Inmaculada, que consagraste toda tu vida a la


persona y obra de tu Hijo, haz que aprendamos de su
90
ejemplo cómo hemos de vivir nuestra vida de
entrega, disponibilidad y servicio a los demás.
Dios te salve María...

María Inmaculada, modelo fiel y generoso de amor


personal y singular a Dios en Cristo, anímanos para
que dejándonos guiar por el Espíritu Santo,
crezcamos en este amor y sigamos a Cristo en su
entrega a los pobres y necesitados de ayuda y
comprensión.
Dios te salve María...

María Inmaculada, Virgen orante, que guardabas y


meditabas en tu corazón los acontecimientos que no
comprendías en la vida de tu Hijo, enséñanos a ser
contemplativas en nuestra oración para serlo en la
acción, secundando en todo las llamadas que Dios
nos hace.
Dios te salve María...

Oración final
Dios todopoderoso, que nos has dado a María
Inmaculada como Madre y Reina de nuestra
Congregación, concédenos por su intercesión,
fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y
constancia en el amor. Amén.

91
 Novena a nuestra Madre Inmaculada
Invocación para todos los días
V.- Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la
roca que nos salva; El eligió a María desde toda la
eternidad.
R.- Alabemos a María en su Inmaculada Concepción.
V.- Porque el Señor es un Dios grande, soberano de
todos los dioses, hizo grande a su Madre,
preservándola de toda mancha de pecado.
R.- Alabemos a María en su Inmaculada Concepción.

V.- Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al


Señor, creador nuestro, porque creó pura a su
Madre, asociándola a su obra redentora.
R.- Alabemos a María en su Inmaculada Concepción.

V.- Ojala escuchéis hoy su voz, no endurezcáis el


corazón; sigamos el consejo de María que nos dice:
"haced lo que El os diga".
R.- Alabemos a María en su Inmaculada Concepción.

V.- Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como


era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
R.- Alabemos a María en su Inmaculada Concepción.

92
Día primero

"María guardaba todas las cosas y las meditaba en su


corazón".
Toda la vida de María refleja esa actitud de
contemplación, de fe, de discernimiento, de estar
atenta al querer de Dios para escucharle en su
corazón, descubrirle en los acontecimientos de su
vida, en la historia de su pueblo y en la de su Hijo. En
medio de la oscuridad y el misterio, María, supo
acoger la Palabra, no sólo para guardarla en su
corazón sino para asimilarla, dejarse transformar por
ella y llevarla a la práctica, haciéndose: "esclava del
Señor" y servidora de los hombres con total
disponibilidad y fidelidad.

- Demos gracias a Dios por esta actitud de


contemplación activa de María.
- Pidamos a María nos haga contemplativas en la
acción.

Rezamos tres Avemarías.

Oración final para todos los días

María, con el ángel te saludamos como la llena de


gracia; con Isabel te aclamamos como bendita entre
todas las mujeres; a coro te decimos: "Feliz tú porque

93
creíste que para Dios no hay nada imposible".
Queremos ratificar nuestra pertenencia a Ti, en
nombre de cada miembro de la Congregación,
ponemos en tus manos cuanto somos y tenemos.
Queremos, contigo y como Tú, responder a la
llamada de Dios con un Fiat sereno y total, desde un
abandono filial, apoyadas sólo en su Palabra, con una
fe sincera y una caridad ardiente.
Queremos, como Tú, consagrarnos a la Verdad, vivir
ocultas con Cristo en Dios, participar en su Misterio y
Misión Salvadora: la misión apostólica de la Iglesia,
según nuestro propio carisma: procurando la
salvación de las almas y, en especial de los niños y
jóvenes que con nosotras se educan.
Queremos ser para los hombres de hoy, reflejo vivo
del Misterio de tu Inmaculada Concepción: hacer
silencio en nuestras vidas; dejarnos llenar del Espíritu
de Dios; engendrar a Cristo, primero en el corazón,
para después dar al mundo "el Dios-con-nosotros".

Día segundo

María Inmaculada nos recuerda que aunque el


pecado es nuestra herencia, la Vida de Dios es
nuestro destino, esa Vida que respeta a la persona
humana en su libertad y la sobrenaturaliza en el
amor, como lo hizo en María. Ella, la Virgen
Inmaculada, es la proclamación de que el proyecto de

94
Dios para el hombre es un amor gratuito,
incondicional, definitivo, Ella es el canto al amor de
Dios que, desde toda la eternidad, "nos ha elegido en
la persona de Cristo para que fuésemos santos e
inmaculados en el amor".
- Demos gracias a Dios porque en María,
encontramos la imagen más perfecta de lo que la
Congregación y cada una de las Religiosas queremos
ser.
- Pidamos a María ser fieles a nuestra vocación a la
santidad.
Rezamos tres Avemarías.

Día tercero

Dios preservó a María de pecado, la purificó con la


sangre anticipada del Redentor, la llenó del Espíritu y
la colmó de su gracia. En Ella Dios encontró una
persona enteramente abierta, acogedora, dialogante
y disponible, que asumió con plena libertad la misión
que El le confió. Al SÍ generoso de Dios, responde el SÍ
agradecido de María, siendo consecuente en la
circunstancia de su vida, desde la fe y el amor, a la
llamada de Dios. Por eso la salvación no es sólo
regalo de Dios, sino realidad humana. El Salvador nos
vino, gracias al amor misericordioso de Dios y al SI de
María Inmaculada.

95
- Damos gracias a Dios porque en Maria Inmaculada
encontramos la respuesta de Jesús al: "haced lo que
El os diga".
- Pidamos a María saber vivir sus actitudes de alianza
definitiva con el Señor; de fe, disponibilidad y
entrega.
Rezamos tres Avemarías.

Día cuarto

En María Inmaculada todo es gracia; el Señor la


envolvió en su Amor infinito desde el principio hasta
el fin. Y en el canto del Magníficat, María expresó la
alegría de saberse amada,- redimida y salvada: "Mi
alma proclama la grandeza del Señor, y se alegra mi
espíritu en Dios mi salvador... porque el poderoso ha
hecho obras grandes en mí...". También a cada una
de nosotras el Señor nos dice: "con amor eterno te
amé". También para cada una, Dios quiso la gracia
salvífica desde el principio; El ha conservado su amor
infinito eternamente a nuestra disposición y por el
bautismo, hemos recibido la redención y salvación de
Cristo.
- Demos gracias a Dios porque en María Inmaculada y
en nosotras ha demostrado su Amor y gracia.
- Pidamos a María hacer nuestras sus actitudes de
alegría y gratitud.
Rezamos tres Avemarías.

96
Día quinto

María Inmaculada no sólo es llamada a ser Madre de


Dios, sino a darlo a los demás: Ella lleva la Buena
Noticia de Cristo a su prima Isabel; en las bodas de
Caná adelanta la hora de su Hijo y estimula la fe de
los discípulos; nos impulsa a -hacer lo que su hijo nos
diga; Ella permanece al pie de la Cruz y es la que
alienta la fe y la esperanza de los discípulos de la
Iglesia naciente. Reconoció su pequeñez, sabiendo
que para El "nada es imposible" y que en nosotras y a
través nuestro, quiere hacer grandes cosas.
- Damos gracias porque en María encontramos el
camino que nos invita a ser y vivir enteramente para
Dios y para los demás.
- Pidamos a María acoger cada día con gozo y
agradecimiento el don de Dios.
Rezamos tres Avemarías.

Día sexto

María Inmaculada es para nosotras una llamada a


estar abiertas a la acción del Espíritu, a tener una
gran sensibilidad ante el bien para acogerlo y ante el
mal para denunciarlo y rechazarlo. Como María,
debemos ser signos de esperanza, asumiendo el
riesgo de la fe que nos llevará a vivir el presente con
toda la intensidad y amor posible, confiadas en el

97
poder salvador de Dios. Como Ella, alentar la
esperanza de cuantos viven a nuestro lado,
impulsándoles a la paciente espera de las promesas
del Reino y a vivir las Bienaventuranzas para hacer
realidad el Reino de Dios entre nosotros.
- Damos gracias a Dios porque María Inmaculada es
camino seguro para llegar a El.
- Pidamos a María lograr la plena realización de
nuestro ser y la felicidad a la que Dios nos llama.
Rezamos tres Avemarías.

Día séptimo

María, igual que nosotras, no estuvo exenta de


tentación, de los sentimientos humanos más
intensos, del camino de la maduración y de la
peregrinación de la fe. Pero Ella permaneció
Inmaculada, llena de gracia toda su vida, porque supo
abrazar de todo corazón el amor que Dios le ofreció,
consagrándose totalmente a la persona y a la obra de
su Hijo, sirviendo con generosidad a los hombres en
el misterio de la Redención.
- Damos gracias a Dios por María Inmaculada, palabra
y transparencia de Dios.
- Pidamos a María saber vivir nuestro SI con
generosidad.
Rezamos tres Avemarías.
Día octavo

98
María Inmaculada, la mujer siempre fiel a Dios, es
también la mujer del momento presente, la mujer del
"haz lo que haces". Su fidelidad se concretó y
actualizó en cada momento porque lo grande, lo
importante, lo maravilloso, no es comenzar, sino
continuar, perseverar en actitud de perfecta
disponibilidad al plan de Dios.
- Damos gracias a Dios porque María Inmaculada nos
estimula, día a día, a vivir en Cristo y a transmitirlo a
los demás.
- Pidamos a María la fidelidad al deber de cada día, a
la escucha del Espíritu Santo.
Rezamos tres Avemarías.

Día noveno

María, tú dijiste: "me llamarán bienaventurada todas


las generaciones", y nosotras hoy, en el último día de
tu novena queremos decirte: "Te llamarán
bienaventurada", porque eres la que el Eterno Hijo,
Redentor del mundo, ha redimido la primera en el
misterio de la Inmaculada Concepción.
"Te llamarán bienaventurada", así te han llamado
todas las generaciones. Así te llamará nuestra
generación. También nosotras queremos proclamarte
BIENAVENTURADA; llena de gracia desde los
primeros instantes de tu existencia, predestinada por

99
Dios a ser "santa e inmaculada en su presencia... para
alabanza de su gloria".
- Damos gracias a Dios por María Inmaculada, gloria y
orgullo de todas nosotras.
- Pedimos a María bendiga nuestra Congregación y a
cuantos se relacionen con nosotras.
Rezamos tres Avemarías.

 Novena a la Virgen del Carmen

Del 8 al 16 de julio

Introducción para todos los días

Virgen del Carmen, queremos a lo largo de esta


novena, caminar por la plegaria y la reflexión hacia
una meta: la de conocerte mejor, y amarte cada día
más. Ilumínanos para descubrirte en el misterio de
Cristo y de la Iglesia. Haz que, a través de la
experiencia espiritual del Carmelo, te contemplemos
como Virgen Orante, que nos enseña a acoger,
meditar, vivir y proclamar la Palabra de Dios, y como
Madre que acompaña el desarrollo de nuestra
existencia desde el Bautismo hasta la plenitud de
Cristo.

100
Día primero

Tanto en María como en nosotros, hay búsqueda,


evolución, superación de etapas..., tanto para María
como para nosotros, Dios es el inesperado, el
imprevisto.
Y Ella como nosotros necesita volver constantemente
sobre sí misma en la oración, a fin de aceptar y dar
los nuevos pasos que Dios le va exigiendo. María,
necesita que su vida sea guiada por el Espíritu hacia
la realización plena de la salvación, que es la
edificación del cuerpo eclesial de Cristo.
En silencio, contemplamos lo que es capaz un ser
humano cuando se adhiere a la voluntad de Dios.
Pidamos a la Madre, nos enseñe a cumplir siempre la
voluntad de Dios.
Rezamos tres avemarías.

Oración final para todos los días

Virgen del Carmen, nos encomendamos a tu bondad


e intercesión. Te presentamos el rico tesoro de
nuestras Constituciones, el compromiso de fidelidad
y unidad Congregacional, y la misión que cada una de
las religiosas tiene encomendado realizar.
Con gozo, te proclamamos Madre y Guía de nuestra
Congregación. Acoge, te rogamos, este filial acto de
entrega y haz que participemos cada vez más, en el

101
testamento de Jesús en el Calvario. Por El, con El y en
El, nos proponemos vivir y trabajar en la construcción
del reino de Padre.
Virgen del Carmen, ruega por nosotros. Amén.

Día segundo

"Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,


que nos ha regalado con toda clase de bendiciones...
en Cristo". Y esta bendición, nos recuerda Juan Pablo
II, alcanza su pleno significado en María al pie de la
Cruz de su Hijo. Ella se asoció desde su corazón
maternal a su sacrificio, consintiendo con amor a la
inmolación de la víctima engendrada por Ella misma.
En la Anunciación se le dijo:
"Será grande... reinará por los siglos... su reino no
tendrá fin". Humanamente hablando, continúa el
Papa, la Cruz era un desmentido a estas palabras. En
esos momentos "la obediencia de la fe" demostrada
por María era heroica... Se abandona sin reservas a
Dios, presentándole el homenaje de su
entendimiento y de su voluntad.
En silencio, contemplamos la fuerza del Espíritu en
María, que ensancha su corazón a la medida del
corazón de Dios.
Pidamos a María nos enseñe a abandonarnos
incondicionalmente a la Providencia de Dios.
Rezamos tres avemarías.

102
Día tercero

María en Caná, se halla presente como educadora de


nuestra fe. Ella nos enseña a acoger el don de Dios.
Allí, Ella dice a los apóstoles, a la Iglesia, a nosotros,
las insuperables palabras que constituyen un
testamento: "Haced lo que El os diga". Es decir, no os
contentéis con escuchar, sino haced. No seáis meros
oyentes, sino discípulos, porque "el que obra la
verdad verá la luz".
Contemplemos en silencio a María, quien se queda
en segundo plano, porque sabe hasta qué punto es
superior el don que el Padre hace de su Hijo al
mundo.
Pidamos a María tener siempre como único Maestro
a su Hijo.
Rezamos tres avemarías.

Día cuarto

Al pie de la cruz es donde se descubre el valor del


pecado, allí no hay pecado pequeño, pero quien se
sitúa bajo la cruz no se deja anonadar por el pecado,
sabe que la cruz es victoria. Y es a la luz de la cruz
cómo contemplamos la Concepción Inmaculada de
María. El apacible y sereno rostro de la Madre, recibe
toda su luz del rostro herido y ensangrentado de su

103
Hijo. María, en su resplandeciente santidad, es la
imagen definitiva de la gracia como don de la cruz.
Contemplamos en silencio a María, su pureza anuncia
nuestra purificación, nuestra comunión con la
santidad de Dios.
Pidamos a María nos conduzca día a día por el
camino de la santidad.
Rezamos tres avemarías.

Día quinto

Cada vez que el Espíritu es enviado desde el Padre, es


en orden a realizar la obra de la salvación y a que se
haga efectiva la comunión entre Dios y los hombres.
Cuando el Espíritu viene por vez primera a María, y la
convierte en Madre de Dios, es para que su Hijo, una
vez muerto y resucitado, envíe el Espíritu desde el
Padre, sobre todos los hombres, "como el Dios que
habita en lo más íntimo del corazón".
Contemplemos en silencio a María, habitada por su
Dios. Nadie mejor que Ella puede decir: "ya no soy yo
quien vive, es Cristo quien vive en mí".
Pidamos a María haga de cada una de nosotras una
humanidad más, en la que Jesús renueve su misterio.
Rezamos tres avemarías.

104
Día sexto

Hemos sido puestos y conservados en el ser por el


amor personal de aquel que es la Roca, el Dios fiel. Y
este Dios que desea que yo exista frente a El, me
proporciona el medio de responder a su amor. Puedo
ser pobre y frágil, pero mi fe en El no me deja dudar
del amor fiel de Dios. La fe de María era tal, que sabía
ver un "SI" donde todo decía "NO". Necesitamos que
Ella nos enseñe esta fidelidad que lleva al
seguimiento incondicional de Cristo.
Contemplemos en silencio a María, a Ella no le faltan
momentos de prueba, pero la prueba en Ella no
destruye la alegría de quien se ha fiado plenamente
de Dios.
Pidamos a María por cada una de las hermanas de la
Congregación, para que el Señor siga haciendo en
nosotras el milagro de María.
Rezamos tres avemarías.

Día séptimo

María es la única criatura que puede decir a Jesús lo


mismo que le dice el Padre: ."Tú eres mi Hijo" aun
cuando dichas filiaciones no sean iguales. María es
verdaderamente Madre de Aquel a quien puede
decir: "Te he dado la vida, eres mi hijo aun cuando
seas mi creador"; así, María participa de un modo

105
misterioso pero real del primer quehacer trinitario,
en ese "amor frontal'' que va del Padre al Hijo y que
procedente del Padre; "salta" desde el Hijo a todas
las criaturas.
Contemplemos en silencio a María, integrada en la
caridad trinitaria, que Ella llene nuestra vida y
nuestros corazones de este amor.
Pidamos a María, nos enseñe a vivir la presencia de la
Santísima Trinidad dentro de nosotros.
Rezamos tres avemarías.

Día octavo

El Espíritu al ser invocado por el Sacerdote, en


confiada súplica, produce la doble transformación
que sólo El es capaz de verificar: la del pan y el vino,
en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Y esa otra más
difícil de nuestras vidas y nuestros corazones, "en
perfecta gloria del Padre". Hay una profunda analogía
entre la acción del Espíritu Santo que viene sobre
María, y la venida del mismo Espíritu sobre el pan y el
vino para transformarlos radicalmente, para
"convertirlos" y hacerlos portadores del dinamismo
vivificante del Señor Resucitado. Y se da también una
analogía más profunda todavía entre la venida del
Espíritu Santo sobre nosotros para nuestra
conversión eucarística, para que, según palabras de

106
San Agustín: "lleguemos a ser Aquel a quien hemos
recibido".
Contemplemos en silencio a María, que contribuye al
igual que la misma eucaristía, a edificar la Iglesia,
Cuerpo Místico de Cristo.
Pidamos a María suscite en nosotras la respuesta
libre del amor a la acción santificante del Espíritu
Santo.
Rezamos tres avemarías.
Día noveno
En un mundo apasionado por el activismo y la
eficacia, la Iglesia se halla presente para recordarle
que a Dios no se le "merece". Que Dios es el
inesperado, y que la esperanza es hija de la fe,
fundada en el amor universal de Dios. María lo sabe
mejor que nadie, por eso ora por la Iglesia y por el
mundo; da gracias por todas las adhesiones que
brotan de los corazones e intercede por los que
dudan y se desaniman.
Contemplemos en silencio a María, que como Madre
educadora, no deja de velar "hasta ver a Cristo
formado en nosotros" y agradezcámosle su
intercesión maternal.
Pidamos a María para que todos los hombres sientan
su protección y descubran que la aceptación de la
voluntad de Dios es nuestra mayor alegría.
Rezamos tres avemarías.

107
III - ORACIONES VOCACIONALES

1. Por el aumento y fidelidad de las vocaciones


concepcionistas:
Bendita sea nuestra Madre María Inmaculada.
Madre, Reina y Señora de nuestra Congregación,
escuchamos a Jesús que mandaba a sus discípulos
hacer oración para que el Divino Dueño enviase
operarios a su mies.
Tuya es María esta heredad. Tú has escogido este
campo y le has señalado con el título de
Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza.
Nosotras, también necesitamos operarias para
nuestro campo, llenas de celo apostólico, dispuestas
a propagar por el mundo la semilla evangélica. Madre
de Cristo y Madre nuestra, atiende nuestros ruegos,
bendice y santifica a las que ya hicimos donación
absoluta de nuestras vidas; haz que seamos dignas de
la misión sublime que el Señor nos ha confiado.
Danos, te pedimos, numerosas y santas religiosas,
verdaderas continuadoras de la obra de tu Hijo en el
mundo.
Corazón de Jesús: Tú que te ofreciste por amor al
Padre y a los hermanos, haz de nuestra vida una
ofrenda de amor, santa y agradable a Ti.

108
2. Por la fidelidad a la llamada de Dios:

Señor Jesús, Pastor bueno, que has ofrecido tu vida


para que todos tengan la vida: Danos a nosotros,
comunidad creyente, extendida por todo el mundo,
la abundancia de tu vida, y haznos capaces de
testimoniarla a los demás.
Concede la abundancia de tu vida a todas las
personas consagradas a Ti, para el servicio de la
Iglesia; hazlas felices en su entrega, infatigables en su
ministerio, generosas en su sacrificio. Que su ejemplo
abra otros corazones para seguir tu llamada.
Señor Jesús, da la abundancia de tu vida a todas las
personas, de manera especial a los jóvenes que
llamas a tu servicio; ilumínales en la elección,
ayúdalos en las dificultades, sostenlos en la fidelidad,
hazlos dispuestos y decididos en ofrecer su vida
según tu ejemplo, para que otros tengan vida. Se lo
pedimos al Padre en tu nombre. Amén.

3. Señor Dios, Padre providente

Padre providente y misericordioso,


que concediste a Santa Carmen Sallés
la gracia de penetrar en el misterio de la Redención
contemplando a María Inmaculada,
le confiaste en la Iglesia la misión
de trabajar por la salvación de niños y jóvenes.

109
Concédenos por su intercesión
la gracia de obtener numerosas vocaciones,
para continuar su misión y llevar el carisma
concepcionista
por el mundo entero. Amén

4. Señor Dios, que con la fuerza de tu Espíritu...

continúas haciendo fructificar en tu Iglesia


las gracias de la Redención de tu Hijo Jesucristo,
suscitando vocaciones consagradas
para colaborar en la salvación del mundo,
mira con amor a nuestra Congregación,
que has bendecido con tu generosidad,
y haz surgir una nueva primavera de vocaciones,
para que el carisma que concediste a Santa Carmen
Sallés se mantenga vivo y dé frutos de salvación
en favor de niños y jóvenes,
que reflejen en sus vidas
la belleza de María Inmaculada. Amén.

5. Señor Dios, tú pusiste los ojos en una mujer,

María, y la encontraste abierta y disponible


para acoger a tu hijo Jesús en sus entrañas,
educarle y sufrir a su lado para la salvación de los
hombres.
Años más tarde, otra mujer, Carmen Sallés,

110
poniendo su mirada en María Inmaculada,
e inspirada por tu Espírito,
fundó una familia especialmente consagrada a María:
la congregación de religiosas Concepcionistas
Misioneras de la Enseñanza,
dedicadas a imitar al Maestro,
educando a los jóvenes en la casa de María
Inmaculada
para formar en ellos la imagen de tu Hijo Jesús.
Desde nuestra pobreza,
hoy acudimos a Ti, “ Dueño de la mies”,
para pedirte continuadoras de la obra de Santa
Carmen Sallés en la Iglesia.
Danos Señor, nuevas vocaciones,
brazos que trasmitan la ternura de María,
corazones entusiasmados por la persona y las
enseñanzas del Maestro,
para que la obra de Santa Carmen Sallés
pueda perpetuarse y trabajar en la Iglesia para
extender tu Reino. Amén.

6. Señor Dios, como concepcionistas,

seguidoras del carisma


que inspiraste a Santa Carmen Sallés,
y a través de nuestra misión:
educar al estilo de María Inmaculada,
queremos dar respuesta a la luz del evangelio

111
y de nuestra identidad concepcionista,
a las necesidades y problemas que nos plantea el
hombre de hoy.
Te pedimos ayuda para
- ser signos de esperanza ante un mundo que pierde
la fe,
- ser santas e “inmaculadas”, como María, desde
nuestro trabajo diario,
- ser testimonio de vida desde la comunión fraterna
y desde nuestra misión de educadoras.
Guiadas por la acción del Espíritu Santo,
acogidas por la mirada de María Inmaculada
queremos continuar
la misión de Santa Carmen Sallés,
pero necesitamos savia nueva
en nuestras comunidades.
Tú que eres el Dueño de la mies,
envíanos jóvenes que,
entusiasmadas por la persona de Jesús,
y mirando a María,
sigan el camino que Santa Carmen Sallés
inició en la Iglesia. Amén.

7. Señor Jesús,

hemos sentido la necesidad de reunirnos en tu


nombre
para orar, respondiendo a tu invitación:

112
“Orad al Dueño de la mies para que envíe obreros a
su campo”.
Hemos conocido la vida de una fiel seguidora tuya:
Santa Carmen Sallés,
y el entusiasmo de la Congregación Concepcionista
para educar al estilo de María Inmaculada,
y ayudar a los jóvenes a encontrarse
con los valores humanos y sobrenaturales.
Tú que fuiste concebido en el seno inmaculado de
María,
creciste bajo su mirada y fuiste educado por Ella,
concédenos vocaciones que puedan continuar
nuestra misión concepcionista en el mundo,
y dar a conocer la belleza y la ternura de María
Inmaculada
para gloria de tu nombre. Amén

8. Santa Carmen,
¿Quién cuidará a los niños y jóvenes si tu pozo se
seca?
¿Quién dará agua viva a esas criaturas indefensas y
permeables ,
capaces de labrar en todos la corona de la victoria?
¿Quién les dirá que Dios les ama y les conduce por su
gracia al cielo, ese vivir para siempre en Él?
Intercede ante el Señor, Santa Carmen,
para que tu fuente se vuelva manantial
donde la vida brote,

113
donde la muerte eterna se aleje,
donde el mal se quiebre,
mediante la presencia constante de tus hijas
que prosiguen tu ejemplo,
incansables tras el Maestro, con María Inmaculada.
Amén.

9. Santa Carmen,
no somos las mejores, ni las más santas,
ni las siempre confiadas.
Cuando nos miras, cada mañana,
subes el listón y dices: “Adelante”.
Santa Carmen, proclama hoy,
en medio de nuestro mundo
que Dios necesita “tú sí” para salvarnos,
para decir que hay “pan para todos”.
Necesitamos refuerzo,
jóvenes corazones insertos en el mundo de hoy,
este mundo tan amado, tan expuesto, tan inquieto.
Necesitamos refuerzo,
con el toque del Señor que retirándoles del mundo,
los transforme en apóstoles,
que lleven tu sello, donde el Señor quiera. Amén.

10. María, mujer orante,

Enséñanos a exponer a tu Hijo


la apremiante necesidad
114
de que otras manos trabajen la tierra concepcionista,
otros pies recorran los caminos que Santa Carmen
Sallés inició.
Danos un corazón capaz de unificar nuestra vida a la
luz de Dios.
Que en nuestro interior, pronunciemos con fe,
las palabras que arranquen a Jesús el milagro
de la multiplicación de obreros en la mies,
para que el campo concepcionista
sea regado con la oración, la entrega y el servicio;
así surgirán, continuadoras del Reino
extendiendo el carisma de evangelizar educando.
Madre del “SÏ”,
que el nuestro sea diario, coherente,
para que otros también lo sigan.
Madre de la mejor Palabra
pronunciada interiormente,
que contemplando tu silencio,
sea fecundo nuestro “hágase”.
Madre,
Tú que supiste adelantar la hora de Jesús en Caná,
pon a punto nuestro Ser y nuestro Hacer,
para que llegue el tiempo de que surjan vocaciones.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

115
11. Señor Jesús,
nuestra Congregación se siente bendecida por tu
amor.
Nos has elegido para derramarnos en cada surco
del campo concepcionista.
Te pedimos prolongues en nuestra tierra tu
bendición,
para que con ella en nuestros labios,
seamos capaces de transmitir
las mejores palabras a los niños;
con ella en nuestras manos,
demostremos a los jóvenes el camino del servicio;
con ella en nuestro corazón,
seamos testigos en la misión del gozo
que brota de ser fieles en tu seguimiento.
Ayúdanos a decir con lenguaje inteligible
a nuestros destinatarios,
que aspiramos a lo mejor, como María;
que nos desafía la constante llamada a vivir de la
Palabra,
como santa Carmen Sallés lo hizo en su tiempo.
A Ti, Señor,
que eres la fuente de la vida,
que la repartes sin medida, te pedimos:
envíanos continuadoras a nuestro campo.
Que la fe, la alegría y la gracia,
sean un desafío constante para
que resurja la generosidad en los jóvenes

116
a quienes sigues mirando con cariño,
para que respondan decididas y contagiadas
por el carisma concepcionista. Amén.

12. Señor Jesús,


en un momento de nuestra vida
sentimos tu mirada sobre cada una de nosotras;
tu llamada nos invitaba a seguir tu camino
y el proyecto concepcionista se convirtió
en el horizonte de nuestros pasos.
Hoy te damos gracias por el don de la vocación,
porque ha dado a nuestras vidas sentido y esperanza,
porque ya no nos reconoceríamos al margen de este
proyecto.
Te pedimos por las jóvenes en las que sigues fijando
tu mirada,
abre su corazón a la luz, allana su sendero
para que puedan descubrirte como Camino, Verdad y
Vida.
Haznos capaces de suscitar interrogantes
con el testimonio gozoso de nuestra entrega,
de alentar sus pasos vacilantes,
de mostrarles, con la vida,
que seguirte conduce a una existencia feliz y plena.
Que María, oyente y discípula, nos ayude a acoger la
Palabra
para guardarla en el interior
y testimoniarla con nuestros gestos y palabras.

117
En tus manos de Madre, confiamos nuestra plegaria
para que el eco de tu llamada siga resonando
en corazones jóvenes que quieran hacer
del carisma concepcionista su identidad y su
proyecto.
En tu nombre seguimos sembrando
y a ti confiamos nuestra cosecha. Amén.

13. Señor,
hoy vengo a ti, como los ciegos,
de quienes nos habla San Mateo:
“ten compasión de nosotras”.
Sí te pido por mí, por nosotras,
por esta comunidad concepcionista en el aquí,
yen el ahora, como nos venía Santa Carmen:
“Débil bajel tripulado por pobres mujeres”.
Queremos vivir una fraternidad real, sin complejos,
con las dificultades propias de todo grupo humano,
pero unidas por la oración como los discípulos en el
cenáculo,
“con María la Madre de Jesús”.
Una fraternidad en la Misión que nos has confiado,
seguras en la esperanza, con las puertas y ventanas
abiertas
para invitar, acoger y poder decir “Venid y veréis”.
Confiamos en Ti, Señor, como lo hacía Santa Carmen
Sallés.

118
Que sepamos abrir caminos, ajenos a nuestros
planes,
pero confiando en Ti, Señor Jesús.
Envíanos vocaciones, llenas de sentido apostólico,
capaces de hacer presente tu mensaje salvador,
para que juntas podamos ser testigos
de tu amor misericordioso. Amén.

14. María,
en este día quiero orar ante Ti,
pon en mis labios tus palabras
y en mi corazón tus sentimientos.
Vengo a exponerte, la necesidad de nuevas
vocaciones,
para esta obra inspirada por Dios a Santa Carmen
Sallés.
Que tu Sí, “hágase en mí según tu palabra”,
siga resonando en el corazón de las jóvenes,
tú, “haced lo que Él os diga”, sea nuestra norma de
conducta.
Que con gozo, no exento de dificultades y dolor,
sepamos “guardar en el corazón”,
todo aquello que no acertamos a entender.
Acoge como Madre nuestras comunidades,
a los jóvenes de nuestros centros y lugares de
trabajo,
como acogiste a Juan,
en un momento trascendente de tu vida.

119
Que seamos como aljibes,
que se llenan por el estudio y la oración
para extender por el mundo el mensaje de tu Hijo:
mensaje de paz, de justicia, de solidaridad, de amor.
Amén.

15. Dios vivo y verdadero,


que llenas de alegría nuestros corazones,
y que has enviado a tu Hijo Jesucristo
para ser Camino, Verdad y vida.
Haz que tu Palabra nos guíe en la entrega
al servicio de los más necesitados.
Bendice nuestra Congregación
con jóvenes que compartan desinteresadamente su
amor.
Ayúdanos a reconocer los signos de tu Espíritu en los
jóvenes
y a acompañarlos cualquiera que sea su vocación.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

16. Jesús nuestro Buen Pastor,

Tú te compadeciste al ver la multitud


porque andaban como ovejas sin pastor,
y nos animaste a rezar
para que el Padre enviara obreros a la mies,
escucha la oración
que te dirigimos confiadas y,

120
por la intercesión de María Inmaculada
y Santa Carmen Sallés,
envía a nuestra Congregación jóvenes valientes
y llenas de entusiasmo por la construcción del Reino.
Concede a los padres de familia generosidad
y confianza en Ti y en sus hijas,
para que las ayuden al elegir su vocación.
Que aquellas a quienes llamas estén
abiertas y disponibles
para servirte en los hermanos,
especialmente en los niños y jóvenes. Amén.

17. Señor,
que nos sigues llamando
a vivir con gozo tu alianza de amor
y sostienes nuestra entrega.
Acompaña nuestra vocación,
y haz fecunda nuestra vida de total consagración a ti.
Con la confianza de María y con su sencillez,
queremos llegar a tu corazón de Padre
y pedirte vocaciones concepcionistas
que vivan transmitiendo la Buena Noticia a niños y
jóvenes,
y suscitando en sus vidas el bien, la bondad, la
belleza.
Llénanos de ti, Señor,
para que ayudemos a los jóvenes
a descubrir la belleza de la vida consagrada.

121
Que nuestro testimonio sea convincente
porque estemos enamoradas de ti.
Unidas como familia concepcionista,
te pedimos que bendigas a nuestra congregación
con vocaciones.
Ponemos en tu corazón de Padre
nuestro deseo de servirte
al estilo de María Inmaculada.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

18. Virgen del Magníficat,


que acogiste la llamada de Dios
haciéndola vida en tu ser:
danos tu apertura al Espíritu
para dar vida en nosotras a la Palabra de Dios;
acompaña a las jóvenes
que sienten la llamada a la vida concepcionista
para dar un sí generoso.
Virgen María del Magníficat,
danos un corazón agradecido
que sepa compartir el don de la vocación;
haznos fieles a nuestra identidad concepcionista;
que sepamos reconocer las llamadas de Dios
para ser mediadoras de su llamada.
Virgen María de Caná
que en la alegría de unas bodas
y atenta a las necesidades de los novios,
animas a Jesús a iniciar su misión:

122
impulsa a las jóvenes que quieren entregar su vida a
Dios
a tomar decisiones según su voluntad.
Virgen María al pie de la Cruz:
danos tu fortaleza en las dificultades,
mantén nuestra esperanza
para vivir con gozo al servicio de la Iglesia
y contagiar el carisma concepcionista. Amén.

19. (Compuesta por Pablo VI)

Jesús, Divino Pastor de las almas,


que llamaste a los Apóstoles para hacerlos pescadores
de hombres,
atrae hacia ti las almas ardientes y generosas de los
jóvenes, para hacerlos tus seguidores y tus ministros;
hazlos partícipes de tu sed de Redención universal,
en favor de la cual renuevas tu Sacrificio sobre los
altares.
Tú, Señor, «siempre dispuesto a interceder por nosotros»,
descúbreles los horizontes del mundo entero,
donde la muda plegaria de tantos hermanos
pide la luz de la verdad y el calor del amor,
para que respondiendo a tu llamada,
prolonguen aquí abajo tu misión,
edifiquen tu Cuerpo Místico que es la Iglesia
y sean «sal de la tierra», «luz del mundo».
Extiende, Señor,

123
tu amorosa llamada también a muchas almas de mujeres
puras y generosas,
e infúndeles el anhelo de la perfección evangélica
y la entrega al servicio de la Iglesia
y de los hermanos necesitados de asistencia y caridad.

20. Por todas las vocaciones

Buen Pastor, Señor Jesucristo,


que sientes compasión
al ver a las muchedumbres como ovejas sin Pastor.
Te pedimos que envíes a tu Iglesia sacerdotes
según tu corazón,
que nos alimenten con tu Cuerpo y tu Sangre;
Diáconos que sirvan en el ministerio sagrado
y en la caridad a sus hermanos;
Religiosos y Religiosas que,
por la santidad de sus vidas,
sean signos y testigos de tu Reino;
Laicos, que como fermento en medio del mundo,
proclamen y construyan tu Reino
por el ejercicio de su diario quehacer.
Fortalece a los que has llamado,
ayúdalos a crecer en amor y santidad,
para que respondan plenamente a su vocación.
María, Madre y Reina de las vocaciones,
ruega por nosotros. Amén.

124
21. (Compuesta por Juan Pablo II)

Jesucristo, Salvador del mundo,


que a orillas del mar de Galilea
llamaste a los Apóstoles para constituirlos
fundamento de la Iglesia y portadores de tu
Evangelio,
te pedimos que hoy sigas fijando tu mirada
en niños y jóvenes de nuestras familias, colegios y
parroquias, invitándolos a seguirte
en la vida sacerdotal y religiosa.
Dales luz que disipe sus dudas,
y decisión para que te sigan y se embarquen contigo.
Infúndeles confianza y sabiduría
para llevar tu Palabra y el testimonio de tu Amor a los
hombres y mujeres de nuestro tiempo.
Tú que eres nuestro Salvador,
ayer, hoy y por los siglos de los siglos. Amén.

22. (Compuesta por Juan Pablo II)

Virgen María, humilde hija del Altísimo,


en ti se ha cumplido de modo admirable
el misterio de la divina llamada.
Tú eres la imagen de lo que Dios cumple
en quien a Él se confía;
en ti la libertad del Creador ha exaltado
la libertad de la criatura.
125
Aquel que es nacido en tu seno
ha reunido en un solo querer
la libertad salvífica de Dios
y la adhesión obediente del hombre.
Gracias a Ti, la llamada de Dios se salda
definitivamente con la respuesta del hombre-Dios.
Tú, primicia de una vida nueva,
protégenos a todos nosotros en el "SÍ" generoso del
gozo y del amor.
Santa María, Madre de cada llamado,
haz que los creyentes tengan la fuerza
de responder con ánimo generoso
al llamamiento divino
y sean alegres testimonios del amor
hacia Dios y hacia el prójimo.
Joven hija de Sión, Estrella de la mañana,
que guías los pasos de la humanidad hacia el
porvenir, orienta a la juventud del nuevo milenio
hacia Aquel que es "la luz verdadera
que ilumina a todo hombre". Amén.

23. (compuesta por Benedicto XVI)

Oh Dios, que te sirves de nuestro testimonio


para suscitar nuevas vocaciones
sacerdotales y religiosas al servicio de tu Pueblo,
concédenos profundizar nuestra amistad con Cristo,
conscientes de que la oración
126
es el primer testimonio que suscita vocaciones.
Que siguiendo a Jesús
nos esforcemos en dar testimonio
del don total de si a Dios,
con entrega plena, continua y fiel,
y con la alegría de hacernos compañeros de camino
de tantos hermanos,
para que se abran al encuentro con Cristo y su
Palabra se convierta en luz en su sendero.
Que viviendo la comunión
y llevando una vida indivisa,
mostremos la belleza de la vocación,
para que siga suscitando en muchos jóvenes
el deseo de seguir a Cristo
para siempre, generosa y totalmente.
Concédenos la capacidad del encuentro y del diálogo,
que les ilumine y acompañe,
a través sobre todo de la ejemplaridad de la
existencia vivida como vocación.
Que la Virgen María, Madre de la Iglesia,
custodie hasta el más pequeño germen de vocación
en el corazón de quienes el Señor llama a seguirle
hasta que se convierta en árbol frondoso, colmado de
frutos para bien de la Iglesia y de toda la humanidad.

127
24. La vocación al servicio de la Iglesia
comunión

Virgen y Madre, Santa María,


que animaste a la primera comunidad, en la que
«todos perseveraban unánimes en la oración»,
ayuda a la Iglesia a ser en el mundo de hoy
icono de la Trinidad, signo elocuente del amor divino
a todos los hombres.
Virgen María, que respondiste con prontitud
a la llamada del Padre diciendo:
«Aquí está la esclava del Señor»,
intercede para que no falten en el pueblo cristiano
servidores de la alegría divina:
sacerdotes que, en comunión con sus obispos,
anuncien fielmente el evangelio y celebren los
sacramentos, cuidando al pueblo de Dios,
que estén dispuestos a evangelizar a toda la
humanidad.
Que aumente el número de las personas consagradas,
que vayan contracorriente,
viviendo los consejos evangélicos
de pobreza, castidad y obediencia,
y den testimonio profético de Cristo
y de su mensaje liberador de salvación.
María, que comprendiste mejor que nadie
el sentido de las palabras de Jesús:

128
«Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la
palabra de Dios y la ponen en práctica»,
haz que los hermanos y hermanas
a los que el Señor llama a vocaciones particulares
en la Iglesia, aprendan a escuchar a tu divino Hijo.
Ayúdanos a todos, a decir con la vida:
«Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad».

25. (Compuesta por Benedicto XVI)

Señor, ayúdanos a comprender mejor


cómo "la confianza en la iniciativa de Dios"
modela y da valor a la "respuesta humana",
a través de un fecundo diálogo contigo.
Atráenos Jesús, modelo ejemplar de adhesión total
y confiada a la voluntad del Padre,
al que toda persona consagrada ha de mirar,
y haz que te sigamos generosamente
y vivamos sin ataduras el Evangelio.
A Dios Padre, que nos eligió en la persona de Cristo
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el
amor (cf Ef 1, 3-4),
le damos gracias porque también hoy
sigue llamando a obreros para su viña.
Que el sí inmediato de la Virgen María,
su respuesta humana llena de confianza
en la iniciativa de Dios,

129
nos mueva a encomendarle a Ella
a cuantos descubren la llamada de Dios
para encaminarse por la senda del sacerdocio ministerial
o de la vida consagrada.
Y a Ella le pedimos
que nos haga testigos de la alegría
que brota de la unión íntima con Dios. Amén.

IV - ORACIONES DIVERSAS

1. Acto de fe
Dios mío, porque eres la Verdad, creo firmemente
todo aquello que has revelado y la Iglesia nos
propone para creer. Creo expresamente en ti, único
Dios verdadero en tres Personas iguales y distintas,
Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y creo en Jesucristo, Hijo
de Dios, que se encarnó y murió por nosotros.
Conforme a esta fe quiero vivir siempre. Señor,
acrecienta mi fe.

2. Acto de esperanza
Dios mío, espero de tu bondad, por tus promesas y
por los méritos de Jesucristo, nuestro Salvador, la
vida eterna y la gracia necesaria para merecerla con
las buenas obras que debo y quiero hacer. Señor, que
pueda gozarte para siempre.

130
3. Acto de caridad
Dios mío, te amo con todo el corazón sobre todas las
cosas, porque eres infinitamente bueno y nuestra
eterna felicidad: por amor a ti amo a mi prójimo
como a mí mismo, y perdono las ofensas recibidas.
Señor, haz que yo te ame cada vez más.

4. A Jesús Maestro:
Maestro entre los discípulos, Amigo entre los amigos,
Dios, entre los hombres.
Como los doce, estamos en oración, puestos nuestros
ojos en ti, esperando tu Palabra. Prepara nuestra
tierra, Remueve los surcos de nuestro corazón. Deja
caer la lluvia sobre nuestra sequía. Aparta las piedras
de nuestro camino.
Haznos: Tierra permeable, mullida y abierta a tu
voluntad, donde pueda brotar la esperanza, donde se
pueda recoger alegría, donde pueda detenerse el
joven que empieza a vivir, el viajero, cansado de la
vida, el que busca y el que espera.
Te lo pedimos unidas entre nosotras y con María, y se
lo encomendamos en tu nombre al Padre. Amén.

5. Por la Iglesia:
Dios Padre nuestro, que has dispuesto con admirable
providencia, que el reino de Cristo se extienda por

131
toda la tierra y que todos los hombres participen de
la Redención salvadora:
Te rogamos que la Iglesia Universal, sea Sacramento
de salvación y manifieste y realice el misterio de tu
amor a los hombres. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

6. Por el Papa:
Padre nuestro, que para suceder al Apóstol Pedro,
elegiste a tu siervo N., como Pastor de tu grey.
Escucha la plegaria de tu pueblo y haz que nuestro
Papa, vicario de Cristo en la tierra, confirme en la fe a
todos los hermanos y que toda la Iglesia se mantenga
en comunión con él por el vínculo de la unidad, del
amor y de la paz, para que todos encuentren a Ti, la
verdad y la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

7. Por las necesidades de la Congregación:


Padre Santo, en esta hora de la historia de la Iglesia y
de la humanidad, te pedimos: Por nuestra
Congregación de Religiosas Concepcionistas
Misioneras de la Enseñanza, que tú mismo has
puesto en nuestras manos y confiado al cuidado de tu
Iglesia.
Renueva en ella los dones y el Carisma que confiaste
a tu sierva Carmen Sallés. Mantenía en fidelidad

132
siempre creciente. Realiza en ella tus designios, y la
"obra de María". Junta, llama, reúne de todos los
confines de la tierra a las que has destinado para
formar el "Cuerpo Místico de nuestra Madre, María
Inmaculada".
Concédenos que seamos portadoras de María, que
reflejemos en nosotras la Gran Señal: La Mujer
vencedora de las fuerzas del mal.
Que María, nuestra Madre, nos ayude a renovarnos
en Cristo y colaborar activamente en la obra de la
Evangelización, formando niños y jóvenes en la
realidad de una vida nueva. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.

8. Por la unión de las Iglesias:


Señor Dios nuestro, que amas a los hombres, te
rogamos derrames sobre nosotros la gracia
abundante de tu Espíritu, para que, caminando en
santidad, según la vocación a que nos llamas, demos
a los hombres testimonio de la verdad y busquemos
la unidad de todos los creyentes en el vínculo de la
paz verdadera. Por Jesucristo .nuestro Señor. Amén.

9. Por las hermanas enfermas


Para implorar la salud
Dios todopoderoso, dador de la salud y remedio de
todos los males, confiando plenamente en Ti, te
133
encomendamos a nuestra hermana (nombre), a fin
de que envuelta en tu amor y tu poder, pueda recibir
la salud y la salvación según tu santa voluntad. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Para preparar para la muerte

Hermana, al salir de este mundo, hazlo en el nombre


del Dios, Padre todopoderoso que te creó; en el
nombre de Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que murió
por ti; en el nombre del Espíritu Santo que sobre ti
descendió.
Entra en el lugar de la paz y que tu morada esté junto
a Dios en Sión, la ciudad Santa, con Santa María la
Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, y con San
José y todos los ángeles y santos.
Querida hermana, te entregamos a Dios, y como
criatura suya, te ponemos en sus manos, pues es tu
creador que te formó del polvo de la tierra. Y al dejar
esta vida, salgan a tu encuentro la Virgen María y
todos los ángeles y santos.
Cristo que sufrió muerte de Cruz por ti, te conceda la
libertad verdadera.
Cristo, Buen Pastor, te cuente entre sus ovejas. Que
te perdone todos los pecados y te agregue al número
de sus elegidos. Que puedas contemplar cara a cara a
tu Redentor y gozar de su visión...
Por los siglos de los siglos. Amén.
134
V.- Acoge, Señor, en tu reino a tu sierva para que
alcance la salvación que espera de tu misericordia.
R.- Amén.

V.- Libra, Señor, a tu sierva de todos sus sufrimientos.


R.- Amén.

V.- Libra, Señor, a tu sierva como libraste a Abrahán


de todos sus peligros.
R.- Amén.

V.- Libra, Señor, a tu sierva como libraste a Moisés y


lo llevaste a la tierra prometida.
R.- Amén.

V.- Libra, Señor, a tu sierva como libraste a Pedro y a


Pablo de la cárcel.
R.- Amén.

V.- Libra, Señor, a tu sierva por Jesús nuestro


Salvador, que por nosotros sufrió muerte cruel y nos
obtuvo la vida eterna.
R.- Amén.

Oración
Padre misericordioso, te encomendamos a nuestra
hermana (nombre) y te rogamos que la recibas en el

135
gozo de tu reino, pues por ella tu Hijo bajó a la tierra
y la redimió.
Aunque por su fragilidad haya pecado en esta vida,
nunca te negó a ti, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo,
sino que permaneció en la fe y te sirvió fielmente. Te
lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Rezar o cantar todas juntas la Salve.

10. Por las hermanas difuntas


Al expirar una hermana

V.- Venid en su ayuda santos de Dios; salid a su


encuentro ángeles del Señor.
R.- Recibid su alma y presentadla ante el Altísimo.

V.- Cristo que te llamó, te reciba, y los ángeles te


conduzcan al abrazo de Abrahán.
R.- Recibid su alma y presentadla ante el Altísimo.

V.- Dale Señor el descanso eterno, y brille para ella la


luz eterna.
R.- Recibid su alma y presentadla ante el Altísimo.

Oración
Te rogamos Señor, que tu sierva (nombre), muerta ya
para este mundo, viva para ti. Y que tu amor
misericordioso borre los pecados que cometió por su

136
fragilidad humana. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

V.- A ti Señor, vida nuestra, dirigimos nuestras


súplicas. Tú que resucitaste a Lázaro del sepulcro.
R.- Escúchanos, Señor.

V.- Escucha nuestra oración por nuestra hermana.


Ilumina sus ojos con la luz de la gloria eterna.
R.- Escúchanos, Señor.

V.- Por la gracia del bautismo, haz que disfrute de la


filiación eterna.
R.- Escúchanos, Señor.

V.- Por la Eucaristía, Memoria de la Pascua de tu Hijo,


que le sirvió de alimento entre nosotros.
R.- Escúchanos, Señor.

V.- Que ungida por el óleo de los enfermos, haya


recibido el germen de la salud eterna.
R.- Escúchanos Señor.

V.- Madre Inmaculada, madre de nuestra


Congregación, en tus manos de Madre ponemos
nuestra oración para que nuestra hermana goce del
descanso eterno.
R.- Escúchanos, Señor.

137
Oración
Señor Jesucristo, eterno esposo de la Iglesia, que has
querido llamar al reino celestial a tu sierva (nombre),
a ti consagrada en la vida religiosa; mira con ojos de
misericordia las obras con que te sirvió y bendice la
comunidad en la cual vivió en este mundo. Te lo
pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

11. Oración del Educador Concepcionista


Enséñame, Señor, a ser maestro como Tú: a ver en
cada alumno, el hombre y la mujer que Tú soñaste.
Dame, tu sabiduría de Dios, tu amor de Padre, tu
paciencia de Maestro.
Dime, cómo hay que hablar al niño más pequeño, al
inseguro adolescente, al joven lleno de ilusiones;
cómo llegar a cada uno y respetar su ritmo.
Recuérdame, Señor, al entrar cada mañana en mi
clase, que aún me falta por explicar la lección más
bonita, la más interesante, aquella que sólo yo puedo
decir, porque es la lección de mi vida, la Palabra de tu
Evangelio y el amor de tu Madre.
Quiero guardar para ellos, mis alumnos, las mejores
palabras y un rincón grande en mi vida. Quiero
enseñarles a volar en libertad, llenar su vida de
ilusión y de esperanzas y, sobre todo, llenarlos de Ti.
Amén.

138
12. Al comenzar reuniones
Dios y Señor nuestro, tu Hijo prometió su presencia a
cuantos se reunieran en tu nombre; haz que lo
sintamos ahora presente entre nosotras, e
infúndenos el Espíritu de inteligencia, de verdad y de
paz, para que conozcamos de veras lo que a Ti te
agrada, y una vez conocido, lo realicemos con un
mismo sentir y querer. Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

Imploramos la intercesión de algunos santos

13. A S. José (19/3 y 1/5) Siete domingos a S.


José

Primer dolor y gozo


Glorioso San José, comprendemos tu angustia cuando
no entendías el misterio de la Encarnación del Hijo de
Dios en las entrañas de tu esposa. Dios nada te había
dicho, y tu reacción al abandonarla calladamente fue
una postura de hombre bueno, honrado y discreto.
Pero el Señor quitó tu pena cuando te dio cumplida
explicación del soberano misterio, y entonces la
alegría de tu sublime misión, llenó lo profundo de tu
alma.
Por este dolor y este gozo, concédenos la discreción,
el silencio y la caridad.
139
Que aprendamos la lección de tu gesto de hombre
bueno. Que no juzguemos para que no seamos
juzgados.

Segundo dolor y gozo


La visión real de un Dios que nace en un pesebre,
cubrió de lágrimas los ojos de San José. Era aquello
demasiado pobre, demasiado estrecho, demasiado
poca cosa.
Se cobijó allí como los mendigos. Pero aquella
pobreza tuvo el gozo de contemplar a Dios en aquel
niño.
Por este dolor y este gozo ayúdanos San José, a llevar
una vida austera y sencilla, como la que llevó Jesús de
Nazaret.
Que aprendamos la lección de vivir felices teniendo
pocas cosas.

Tercer dolor y gozo


Fue en la circuncisión cuando José empezó a
experimentar la misión cruenta del Señor. Pero al
escuchar el nombre de Jesús, sintió gran consuelo.
Por este dolor y este gozo, concédenos patriarca
José, que con nuestra vida ejemplar de cristianos,
hagamos fecunda la sangre redentora de Cristo.
Que aprendamos a recibir el dolor en nuestra vida,
como demostración de nuestro compromiso con la
salvación de los hombres.

140
Cuarto dolor y gozo
La profecía de Simeón fue un tremendo contraste:
muerte y resurrección de Jesús... si con el
pensamiento de la muerte, José sufría, la esperanza
de la resurrección fue su completo gozo.
Por este dolor y este gozo, enséñanos a tener
esperanza en las tristezas y dolores.
Que aprendamos a leer en las personas y en los
acontecimientos, la historia de salvación que tienes
para cada una de nosotras.

Quinto dolor y gozo


La Sagrada Familia, camino de Egipto, formaba un
grupo de desplazados de su Patria. Soledad, frío,
calor, gente extraña, país desconocido; inmensa
amargura para el corazón delicado de José.
Pero enseguida la paz llegó a su alma; aunque muy
lejos de su hogar, pudieron vivir con la tranquilidad
de que el niño estaba fuera de peligro.
Por este dolor y este gozo, concédenos José que
caminemos por la vida como verdaderos peregrinos
hacia la eternidad del cielo.
Enséñanos San José a vivir disponibles a la voluntad
de Dios.

Sexto dolor y gozo


De regreso a su tierra, el Rey Arquelao sembró la
intranquilidad en el corazón de José. Pero el Ángel de

141
Dios no se hizo esperar y le trajo del cielo la gozosa
nueva de que en Nazaret vivirían tranquilos y
contentos.
Por este dolor y este gozo, santifica José, nuestras
familias, para que siempre se parezcan a la santa
Familia de Nazaret.
Enséñanos a ser formadores de auténticas
comunidades.

Séptimo dolor y gozo


A Jesús perdido en medio de la multitud, tú José, lo
buscaste con el corazón apretado por una inmensa
pena. Pero si honda fue la pena más grande fue el
júbilo cuando lo encontraste en el Templo en medio
de los Doctores de la Ley.
Por este dolor y este gozo, otórganos San José,
constante presencia de Jesús en nuestra vida y su
imperecedera compañía en el cielo.
Enséñanos a vivir en constante búsqueda de Jesús.

Oración final
Dios misericordioso que confiaste los primeros
misterios de la salvación de los hombres a la fiel
custodia de José. Haz que por su intercesión, la Iglesia
los conserve fielmente y los lleve a la plenitud en su
misión salvadora. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

142
V.- Ruega por nosotros Patriarca San José.
R.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de nuestro Señor Jesucristo.

14. Novena a San José (11-19/3)

Antífona: Este es el siervo fiel y solícito a quien el


Señor ha puesto al frente de su familia.

V.- Intercede por nosotros San José.


R.- Para que alcancemos las promesas de Jesús.

Día primero: Hombre de fe


La fe de José es admirable, está en la línea de
aquellos a los que Jesús aplaudía. Está a la misma
altura de la fe de Abrahán, el Padre de todos los
creyentes, el que creyó a pesar de todo, el que creyó
cuando todo se hundía, el que creyó contra toda
esperanza.
Así fue la fe de José. Una fe que es confianza y
generosidad; una fe que le hace vivir pendiente de la
palabra de Dios y por ello al servicio atento y delicado
de Jesús y de María.

143
Preces

Pidamos a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, el


cual quiso ser también llamado "el hijo de José":

V.- Por todos los pastores y educadores, para que su


testimonio sea una auténtica proclamación de la
verdad del Evangelio. Roguemos por intercesión de
San José.
R.- Te lo pedimos Señor.

V.- Por los gobernantes, responsables de la


institución familiar, y de la convivencia de todos los
pueblos. Roguemos al Señor por intercesión de San
José.
R.- Te lo pedimos Señor.

V.- Por el aumento de vocaciones sacerdotales y


religiosas, para que los llamados al servicio del Señor
le respondan con generosidad y se dejen guiar por El.
Roguemos al Señor por intercesión de San José.
R.- Te lo pedimos Señor.

V.- Por todos los padres de familia, para que el Señor


les bendiga y les ayude en su difícil tarea educativa.
Roguemos al Señor por intercesión de San José.
R.- Te lo pedimos Señor.

144
V.- Por todos los religiosos, para que aprendamos de
San José su dedicación incondicional a los planes de
Dios y el amor expresado en servicio a Jesús y María.
Roguemos al Señor por intercesión de San José.
R.- Te lo pedimos Señor.

Oración final para todos los días


San José, Maestro de vida interior, trabajador
empeñado en tu tarea, servidor fiel de Dios. Tú, que
colaboraste en los planes de la Salvación, que eres
hombre de corazón atento; concede a nuestra
Congregación: un espíritu renovado por la cercanía
de Dios, un corazón como el tuyo, atento a su
palabra. Que a través de nosotras pueda Cristo llegar
a otras almas y transformarlas en apóstoles.
Que tu protección, con la de tu Santa Esposa, se deje
sentir sobre la Iglesia, a través de nuestra familia
Religiosa. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Día segundo: Protector de María y Jesús


José, está puesto por Dios para proteger al niño y a la
madre. No tiene grandes recursos materiales, pero
tiene un amor que todo lo puede, tiene unos brazos
fuertes, tiene un trabajo duro hecho con amor.
José, es como un Sacramento de la Divina
Providencia, como un verdadero ángel de la guarda.
Dios le ha encargado la misión de ser la mano
protectora de su Hijo.

145
Día tercero: Hombre humilde
La humildad, es uno de los mayores encantos de San
José. Pudo decir muy bien junto a María: "El Señor
mira la pequeñez de sus siervos".
José es de los que pasan por la vida sin hacerse notar,
sin molestar a nadie, sin aplastar. Y porque se vació
de sí mismo, construye su personalidad pensando y
viviendo para los demás. El será siempre el padre de
Jesús y el esposo de María.

Día cuarto: Patrono de la Iglesia


Todo el cariño y desvelo que entregó a Cristo, se los
dedicará a toda la Iglesia, que es el Jesús viviente, el
Cristo continuado. El que cuidó sabiamente a María,
cuidará asimismo a todos los que somos hijos de Ella.
José, nuestro patrono y protector, tú que eres
experto en la custodia de los débiles, protege a tu
Iglesia que camina en medio de muchas dificultades.

Día quinto: Hombre de vida interior


José, está siempre más dispuesto a escuchar que a
hablar. Está siempre atento a las palabras, a los
signos, a las personas. Su misión es cuidar la Palabra y
guardarla en su corazón.
En el silencio de Nazaret, el artesano de Dios, nos
dejó el hermoso ejemplo de saber vivir en un
segundo lugar, y por esto, asimilar con disponibilidad
la Palabra y vivir sólo para ella.

146
Día sexto: La pobreza de su alma
La humildad es como la pobreza del alma, cuando
uno se despoja, no ya de sus bienes sino de sí mismo,
cuando no considera como propios sus talentos y los
pone al servicio de los demás, cuando reconoce los
valores de los otros y se alegra como si fuesen
propios, entonces, se siente la verdadera pobreza y el
auténtico despojo del corazón, para llenarse
únicamente de Dios. El pobre, siente en su vida la
plenitud de Dios.

Día séptimo: Varón justo


La Iglesia ensalza la dignidad de San José, aplicándole
las frases que la Sagrada Escritura dedica al hijo de
Jacob: "¿Podremos por ventura, encontrar un
hombre como este, lleno del Espíritu de Dios...? Tú,
serás quien gobierne mi casa y todo mi pueblo te
obedecerá".
Señor, tú que ensalzaste a San José por ser hombre
justo y honrado ante tus ojos, concédenos ser
consecuentes con la fe que como regalo hemos
recibido y que sepamos transmitirla a cuántos nos
tienes encomendados.

Día octavo: Creyó en la Providencia


"Levántate, toma al Niño y a su Madre y huye a
Egipto, y estate allí hasta que yo te avise, porque
Herodes buscará al Niño para quitarle la vida".

147
Las dificultades no disminuyeron su amor, su paz, su
confianza plena en el Padre. Escuchó y asumió la
voluntad de Dios providente como única regla de su
vida.

Día noveno: Alegría de la fe


La alegría es patrimonio de los que confían en Dios,
de los que saben verlo en todos los acontecimientos,
porque la presencia de Dios, llena el corazón de la
auténtica alegría.
El gozo llenó el corazón de San José cuando pudo
conocer en su interior la maternidad de María, al
recibir al Hijo de Dios hecho niño en el Portal de
Belén, en la vida familiar y en el hogar de Nazaret.
Todo esto como respuesta en su corazón a un
peregrinar en la fe.

15. A Santa Carmen Sallés (6/12)


Oh Dios, que concediste a Santa Carmen
Sallés la abundancia de tu gracia, un profundo amor a
la Virgen Inmaculada, y el conocimiento de tu
predilección por la infancia y la juventud, haz de cada
uno de nosotros, un instrumento dócil a tus
inspiraciones, para que, como ella, seamos testigos
ante el mundo de las maravillas de tu amor.

148
Ayúdanos a recorrer con María, Madre y
Modelo, el camino de una plena fidelidad a Cristo y a
su Iglesia, sirviendo con amor a nuestros hermanos.

Dígnate concedernos la gracia que por su


intercesión te pedimos (...), por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.

Padrenuestro, Avemaría y gloria.

16. A Santo Domingo de Guzmán (8/8)

Antífona

"Qué hermosos son sobre los montes los pies del


mensajero que anuncia la paz, que trae la buena
nueva, que pregona la victoria"

Preces

Poniendo como mediador de nuestra oración a Santo


Domingo de Guzmán, te suplicamos, Señor:

V.- Por la Iglesia de Cristo, para que, atenta a los


signos de los tiempos, realice siempre con amor la

149
voluntad de Dios, buscando la salvación de todos los
hombres. Roguemos al Señor.
R.- Te lo pedimos Señor.

V.- Para que sean consolados los que sufren, saciados


los que tienen hambre y sed de justicia, de amor y de
paz; y los que buscan el perdón de Dios obtengan su
misericordia. Roguemos al Señor.
R.- Te lo pedimos Señor.

V.- Por los religiosos de vida activa, para que nos


dediquemos con entusiasmo a la predicación y a la
enseñanza de la fe, como sobreabundancia de la
contemplación y el estudio. Roguemos al Señor.
R.- Te lo pedimos Señor.

Oremos
Te pedimos Señor, que Santo Domingo de Guzmán,
insigne predicador de tu palabra, y fervoroso hijo de
María, ayude a tu Iglesia con sus enseñanzas y sus
méritos, e interceda también con bondad por
nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

17. A San Agustín (28/8)

Antífona
"Abre la boca en la asamblea, el Señor lo llena de
Espíritu de inteligencia y sabiduría, lo viste de un traje
de honor".
150
Preces

El Señor Jesús ha enviado su Espíritu al corazón de los


hombres. A él nos dirigimos:

V.- Asiste a los predicadores y a los teólogos para que


expongan fielmente la fe la Iglesia. Roguemos al
Señor.
R.- Te lo pedimos Señor.

V.- Penetra con tu luz el corazón de los hombres que


buscan la verdad, para que la encuentren y la amen.
Roguemos al Señor.
R.- Te lo pedimos Señor.

V.- Danos tu luz para poder decir con San Agustín:


"nos has hecho Señor para Ti y nuestro corazón no
halla sosiego hasta que descanse en Ti". Roguemos al
Señor.
R.- Te lo pedimos Señor.

Oración
Renueva Señor en tu Iglesia el Espíritu que infundiste
en San Agustín, para que, penetrados de ese mismo
Espíritu tengamos sed de ti, fuente de la sabiduría, y
te busquemos como el único amor verdadero. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.

151
18.A San Antonio María Claret (23/10)

Antífona

"Estos son los hombres santos, amigos de Dios,


insignes en la predicación de la verdad divina".

Preces

Oremos hermanos, por intercesión de San Antonio


María Claret, para que Dios todopoderoso nos
conceda que todos los hombres se salven y lleguen al
conocimiento de la verdad:

V.- Para que nuestra Iglesia camine hacia la unidad,


anuncie a Jesús con el testimonio de la vida y sea luz
para el mundo de hoy.
Roguemos al Señor.
R.- Te lo pedimos Señor.

V.- Para que nuestros Pastores, se sientan iluminados


con la luz del Espíritu y la fortaleza de sus dones les
de la valentía de proclamar la verdad, denunciar las
injusticias y ser hacedores de paz. Roguemos al
Señor.
R.- Te lo pedimos Señor.

152
V.- Para que en todos los pueblos y naciones de la
tierra no falten misioneros que anuncien la palabra
de Dios, sean un testimonio de auténtica caridad y
con paciencia preparen los caminos hacia un mundo
nuevo. Roguemos al Señor.
R.- Te lo pedimos Señor.

Oración

Señor Dios, que concediste a tu Obispo, San Antonio


María Claret, una caridad y un valor admirables para
anunciar el evangelio a los pueblos; concédenos por
su intercesión que, buscando siempre tu voluntad en
todas las cosas, trabajemos generosamente por ganar
nuevos hermanos para Cristo. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.

19. A Santa Teresa de Jesús (15/10)

Antífona

"Como busca la cierva corrientes de agua, así mi


alma te busca a ti, Dios mío; tiene sed de Dios, del
Dios vivo".

153
Preces

Oremos a Dios Padre, por Jesucristo su Hijo, que


enriqueció a Santa Teresa de Jesús con los dones y
carismas del Espíritu:

V.- Por la Iglesia de nuestro tiempo, en trance de


renovación y reforma, como en los tiempos de la
Madre Teresa. Roguemos al Señor.
R.- Te lo pedimos Señor.

V.- Por los religiosos y religiosas, llamadas a dar como


la santa Madre, un alto ejemplo de santidad cristiana
en la Iglesia y en el mundo. Roguemos al Señor.
R.- Te lo pedimos Señor.

V.- Por los teólogos y catequistas en su empeño de


decir, como, la santa Doctora, todo el contenido del
mensaje cristiano en el lenguaje del hombre de hoy,
Roguemos al Señor.
R.- Te lo pedimos Señor.

Oración

Señor Dios nuestro, que por tu Espíritu has suscitado


a Teresa de Jesús, para mostrar a tu Iglesia el camino
de la perfección, concédenos vivir de su doctrina y

154
enciende en nosotros el deseo de la verdadera
santidad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

20.A San Francisco de Asís (4/10)

Antífona
"Francisco de Asís, dejó su casa, abandonó la
herencia que le pertenecía y logró llegar a ser pobre y
necesitado. Así, el Señor le tomó a su servicio".

Preces

Oremos a Jesucristo, en cuya pobreza todos nos


hemos enriquecido:
V.- Por la Iglesia, para que se deje conducir por tu
voluntad con un corazón alegre desde el
desprendimiento y la pobreza. Roguemos al Señor.
R.- Te lo pedimos Señor.

V.- Para que la vida religiosa sea un testimonio en el


compartir lo que somos y tenemos con los que nos
necesitan. Roguemos al Señor.
R.- Te lo pedimos Señor.

V.- Por todos los hombres de hoy, para que tengamos


la capacidad de ver a Dios en los hermanos y en la
creación entera, el regalo que el Señor nos hace para
que seamos felices. Roguemos al Señor.
R.- Te lo pedimos Señor.
155
Oración

Dios todopoderoso, que otorgaste a San Francisco de


Asís la gracia de asemejarse a Cristo por la humildad y
la pobreza; concédenos caminar tras sus huellas, para
que podamos seguir a tu Hijo y entregarnos a ti, con
amor jubiloso y comprometernos a ser hacedores de
tu paz. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Para los tiempos litúrgicos de Adviento y Cuaresma

21. Celebración para el Adviento

Nos hemos reunido hoy aquí, para purificar nuestra


fe, avivar nuestra esperanza y examinarnos sobre
nuestra caridad. Como personas y como Comunidad,
debemos preparar la venida del Señor. Dios cumple
su promesa y viene a nosotros. Es siempre el Dios-
con-nosotros. Pero lo será en la medida en que le
sepamos acoger. El pecado personal y el colectivo
ponen obstáculo a su venida. Se trata de que también
por nuestra parte seamos nosotros-con-Dios...

Vamos a escuchar la palabra de Dios y a su Luz


examinar nuestra vida, en clima de oración y diálogo
con Él.

156
Monición

El tiempo de Adviento es un constante y repetido


anuncio: El Señor vendrá. ¿Cómo nos abrimos a esta
venida del Señor?
- La alegre celebración de la Navidad será un estallido
de aquella afirmación tantas veces repetida: El Señor
está con nosotros. Pero, ¿en qué medida estamos
nosotros con Él?
- Jesús vino a anunciarnos la Buena Noticia: el Reino
está con vosotros. Nosotras, ¿cómo vivimos ese
Reino de Dios?, ¿lo anhelamos?, ¿trabajamos por su
venida y caminamos hacia él?
- El Reino de Dios es toda verdad, toda justicia, todo
amor, toda belleza, toda bondad que hay o podría
haber entre nosotros. Celebrar la venida del Señor
significa: ¿descubrir más el reino que ya tenemos,
significa anhelar y luchar para que venga más a
nosotros y a todos los hombres?
- Esta celebración que nos reúne aquí, debe expresar
nuestro humilde reconocer los obstáculos que
impiden la plenitud del Reino de Dios entre nosotros.
Pero también nos hemos reunido para orar
confiadamente al Padre, repitiendo una vez más las
palabras del Padre nuestro: venga a nosotros tu
Reino. Por eso en primer lugar escucharemos su
palabra para que reafirme nuestra esperanza.

157
Oración
Padre, nos queremos preparar para celebrar de
nuevo la constante venida de tu Hijo a nuestra vida;
pero hay en nosotros miedos, egoísmos...
necesitamos que nos fecundes en tu verdad, tu
esperanza, tu amor. Por eso te pedimos nos ayudes a
renovarnos, que venga a nosotros tu reino. Te lo
pedimos confiadamente por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.

Lectura: Isaías 11, 1-10.


Salmo: N. 22, El Señor es mi Pastor.
Evangelio: Marcos 4,26-32.

Momentos de reflexión

Comunitariamente pedimos perdón

Confesión personal

Oración final

La esperanza que en Ti ponemos, Dios justo y


misericordioso, nunca ha sido defráudalo. Tú eres la
fuerza de los débiles, eres el Dios que nos salva. Tú,
cuando tu pueblo estaba esclavizado, enviaste a
Moisés para liberarlo en tu nombre; y en la plenitud

158
de los tiempos nos has enviado a tu propio Hijo para
hacernos partícipes de tu gloria eterna.
Te damos gracias por este Hijo tuyo y hermano
nuestro, Jesucristo, que puso su vida al servicio de
todos nosotros, para nuestra salvación.
En El se cumplieron tus promesas; se abrieron los
ojos al ciego y los oídos de los sordos, proclamó la
liberación a los cautivos y oprimidos y a los
hambrientos los llenó de bienes.
Te pedimos, por El y en El, sentir tu perdón de Padre
en nuestras vidas, y con ese don que llena de alegría,
sepamos llevar a todos el testimonio de tu gracia y
eterna misericordia. Amén.

22. Celebración penitencial para la Cuaresma

Monición

No estamos solos. Somos miembros de un todo.


Nuestro pecado entorpece el desarrollo del cuerpo
de la Iglesia.
Normalmente nuestro pecado nos duele, nos
avergüenza, porque hemos fallado nosotros, porque
no hemos sido capaces de vencer. Pocas son las veces
que nos avergonzamos por haber fallado a los demás,
por haberlos hecho fracasar en su camino.
Hasta en nuestro pecado somos tremendamente
egoístas. No nos importan los otros.

159
No nos interesa saber si por nuestros pecados el
mundo es menos justo, si por nosotros triunfa el odio
en vez del amor; la falsedad y mentira en vez de la
verdad; el placer y la comodidad en vez de la lucha
por el bien de todos.
No estamos solos. Somos un cuerpo que debe crecer
en armonía con el desarrollo de todos los miembros.

Lectura: 1 Cor. 12, 12-27.

Momentos de silencio

Canto: "Sí me levantaré".

Lectura: Mt 25, 31-46.

Momentos de silencio.

Oración del perdón


V.- Señor, tú has dicho: "vende lo que tienes y dalo a
los pobres" (Mt 10,21).
Perdónanos, por nuestros caprichos, por nuestros
gastos innecesarios, por nuestras exigencias.
Confiamos en tu misericordia.
R.- Perdón, Señor, hemos pecado.

V.- Señor, tú nos has dicho: "que vuestro amor sea


sincero..." (Rom 12, 9).

160
Perdónanos por no amar de veras, por nuestras
incomprensiones. Por negar servicios y favores. Por
mandar sin dialogar; por obedecer sin sonreír.
Confiamos en tu misericordia.
R.- Perdón, Señor, hemos pecado.

V.- Señor, tú nos has dicho: "alegraos con los que se


alegran y llorad con los que lloran" (Rom 12,15).
Perdónanos por no alegrarnos con los que triunfan,
con los que siempre sonríen, con los felices, con los
que tienen suerte. Perdónanos por no
comprometernos con los que sufren. Confiamos en tu
misericordia.
R.- Perdón, Señor, hemos pecado.

V.- Señor, tú nos has dicho: "bendecid a los que os


persiguen; bendecid, no maldigáis" (Rom 12, 14).
Perdónanos por ser rencorosos, vengativos.
Perdónanos por no comprender a quienes no piensan
como nosotros. Por nuestra indiferencia ante los
demás. Confiamos en tu misericordia.
R.- Perdón, Señor, hemos pecado.

V.- Señor, tú nos has dicho: "esforzaos por llevar una


vida laboriosa" (Tes 4,11). Perdónanos por nuestra
falta de entrega y lealtad en el trabajo personal y
comunitario. Por no ser fermento en la masa.
Confiamos en tu misericordia.

161
R.- Perdón, Señor, hemos pecado.

V.- Señor, tú nos has dicho: "ofreced vuestros


cuerpos como ofrenda grata" (Rom 12,1).
Perdónanos por buscar compensaciones que nos han
apartado del amor absoluto de nuestra vida, que eres
tú. Confiamos en tu misericordia.
R.- Perdón, Señor, hemos pecado.

V.- Señor, tú nos has dicho: "Vivid alegres en la


esperanza, pacientes en la tribulación, constantes en
la oración" (Rom 12, 12). Perdónanos, por no
aceptarnos como somos, por no ser fuertes en la
prueba. Confiamos en tu misericordia.
R.- Perdón, Señor, hemos pecado.

V.- Señor, tú nos has dicho: "Esta es la vida eterna:


que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu
enviado Jesucristo" (Jn 17, 3). Perdónanos, por
nuestra falta de fe comprometida. Por refugiarnos en
una fe que es evasión, o superficialidad. Perdónanos
por callar tus maravillas. Confiamos en tu
misericordia.
R.- Perdón, Señor, hemos pecado.

Momentos de silencio para examinarse y pedir


perdón.

162
Todos: Yo pecador... etc.

Oración final

Te damos gracias Padre, y te alabamos, porque has


puesto en nosotras el deseo de vivir en plenitud y
desarrollar nuestras mejores facultades en tu
servicio.
Al sentirnos hoy nuevamente perdonados, nos
atrevemos a. suplicarte que nos mantengas fieles en
tu servicio. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.

Todos

Queremos que nuestros pasos dejen testimonio de ti,


que donde encontremos odio, dejemos huellas
profundas de amor, que donde se albergue la
venganza, pongamos delicadamente el perdón, que
donde reine el pesimismo, sembremos el optimismo
de los que confían en Dios, que donde la tristeza
arruine la vida, llevemos el consuelo de una alegre
esperanza, que donde encontremos división,
sembremos la fecundidad de la unión, que donde el
error destruya el camino, la luz de la verdad sea
nuestro don, que donde el egoísmo va dejando
víctimas inocentes, seamos presencia generosa de tu
amor. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

163
Derrama, Señor, sobre nosotras tu Espíritu de amor,
para que habiendo recibido juntas el perdón, juntas
santifiquemos nuestra vida y avancemos por el
camino de tu amor. Te lo pedimos por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.

23. Viacrucis

Oración preparatoria

Tú, Señor Jesús, inocente, fuiste acusado; justo, fuiste


juzgado; santo, fuiste condenado. Tú, Hijo de
hombre, fuiste torturado, crucificado y llevado a la
muerte.
Tú, Hijo de Dios, fuiste blasfemado, mofado y
negado. Tú, la Luz, conociste las tinieblas; tú Rey,
fuiste- levantado sobre una cruz; tú, la Vida, sufriste
muerte; y muerto, resucitaste a la vida; A Ti,
elevamos nuestra plegaria.

Primera estación: Jesús es condenado a muerte.

T: Te adoramos, Cristo, y te bendecimos que, por tu


santa cruz redimiste al mundo.
Jesús es condenado:
- Por los sumos sacerdotes y el Sanedrín:
"¿qué os parece...? Es reo de muerte".

164
- por la muchedumbre:
"ellos gritaban cada vez más fuerte: crucifícalo
- Por Pilato:
"después de mandarlo azotar, lo entregó para que lo
crucificaran".
Oremos, para que aprendamos a no juzgar; por los
condenados a muerte y por los que tienen que
administrar la justicia.
T: Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí y
de todos los pecadores.

Segunda estación: Jesús carga con la cruz.

T: Te adoramos, Cristo, y te bendecimos que, por tu


santa cruz redimiste al mundo.
"El que quiera venir en pos de Mi, que se niegue a sí
mismo, tome su cruz y me siga". "Y con todo, eran
nuestras dolencias las que El cargaba, y nuestros
dolores los que soportaba... Nosotros, lo tuvimos por
azotado, herido de Dios y humillado".
Oremos, por quienes tienen que soportar pesadas
cruces, por quienes tienen la vocación de servir en la
Iglesia, para que lo hagan con humildad y en unión a
Cristo.
T: Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí y
de todos los pecadores.

165
Tercera estación: Jesús cae por primera vez.

T: Te adoramos, Cristo, y te bendecimos que, por tu


santa cruz redimiste al mundo.
"Mi alma está triste hasta la muerte, y adelantándose
un poco, cayó rostro en tierra".
"El espíritu está pronto, pero la carne es débil".
"El que crea estar en pie, tenga cuidado, mire no
caiga...”.
Oremos, por quienes conocen su debilidad y temen
su caída espiritual, y para que en los momentos de
fragilidad, sintamos el brazo fuerte de nuestro Dios.
T: Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí y
de todos los pecadores.

Cuarta estación: Jesús se encuentra con su Madre.

T: Te adoramos, Cristo, y te bendecimos que, por tu


santa cruz redimiste al mundo.
"A ti, una espada te traspasará el alma".
"¿No sabías que debo ocuparme en las cosas de mi
Padre...?".
Oremos, por las madres que ven sufrir a sus hijos,
que sean fuertes para darles fortaleza. Por los hijos
que no han sentido la compañía de sus madres, que
la ternura de Dios, sea estímulo en su camino.
T: Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí y
de todos los pecadores.

166
Quinta estación.- Jesús es ayudado por Simón de
Cirene.

T: Te adoramos, Cristo, y te bendecimos que, por tu


santa cruz redimiste al mundo.
"Cuando lo llevaban, echaron mano de un tal Simón
de Cirene, que regresaba del campo, y le cargaron la
cruz para que la llevara detrás de Jesús".
"Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas".
Oremos, pidiendo al Señor fortaleza para ayudar a
llevar cruces, y la humildad que necesitamos para
que nos ayuden a llevar nuestra propia cruz, cuando
nuestro pecado o las limitaciones nos imposibiliten.
T: Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí y
de todos los pecadores.

Sexta estación: Verónica enjuga el rostro de Jesús.

T: Te adoramos, Cristo, y te bendecimos que, por tu


santa cruz redimiste al mundo.
"Mi alma tiene sed del Dios vivo. ¿Cuándo entraré a
ver el rostro de Dios?".
"...seremos semejantes a El, porque lo veremos tal
cual es".
"...Entonces conoceré como soy conocido".
Oremos, para que todos los cristianos seamos
buscadores del rostro de Dios.

167
Por los contemplativos y por aquellos cuya dignidad
humana resulta desfigurada por su propia
degradación o la de sus semejantes.
T: Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí y
de todos los pecadores.

Séptima estación: Jesús cae por segunda vez.

T: Te adoramos, Cristo, y te bendecimos que, por tu


santa cruz redimiste al mundo.
"Levantaos, no tengáis miedo".
"Cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte".
Oremos, por todos los que hemos dejado caídos en el
camino. Por nuestras caídas en la desesperanza. Para
que sintamos la fuerza del Señor y desde nuestro
corazón agradecido ayudemos a levantarse a los que
la injusticia oprime y aplasta.
T: Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí y
de todos los pecadores.

Octava estación: Jesús consuela a las mujeres de


Jerusalén.

T: Te adoramos, Cristo, y te bendecimos que, por tu


santa cruz redimiste al mundo.
"Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien
por vosotras y vuestros hijos".

168
"...Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como
gallina a sus polluelos".
"Dichosos los que lloran, porque ellos serán
consolados".
Oremos, para que todos los cristianos sintamos el
consuelo de Jesús. Por aquellos que el dolor les lleva
a la amargura y no les deja encontrarse en las manos
providentes de nuestro Padre. Para que el dolor del
mundo se convierta en nuestra súplica diaria.
T: Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí y
de todos los pecadores.

Novena estación: Jesús cae por tercera vez.

T: Te adoramos, Cristo, y te bendecimos que, por tu


santa cruz redimiste al mundo.
"¿Quién desfallece sin que desfallezca yo...?"
"El Señor me dijo: mi gracia te basta, mi fuerza se
muestra en tu flaqueza".
"Fiel es Dios, que no permitirá que seáis tentados
más allá de lo que podéis".
Oremos, para que el Señor no nos deje caer en la
tentación de sentirnos autosuficientes, sordos ante el
dolor de nuestros hermanos, cobardes en el duro
caminar de cada día.
T: Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí y
de todos los pecadores.

169
Décima estación: Jesús es despojado de sus
vestiduras.

T: Te adoramos, Cristo, y te bendecimos que, por tu


santa cruz redimiste al mundo.
"Se repartieron los vestidos echándolos a suertes".
"Como salió del vientre de su madre, desnudo
volverá a la tierra...".
"Dichosos los pobres, porque de ellos es el reino de
los cielos".
Oremos, por quienes se sienten despojados en su
persona o en sus cosas.
Por los que no respetan los derechos de los demás.
Para que un día sepamos gozar de la bienaventuranza
de la pobreza de Jesús.
T: Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí y
de todos los pecadores.

Undécima estación: Jesús es clavado en la cruz.

T: Te adoramos, Cristo, y te bendecimos que, por tu


santa cruz redimiste al mundo.
"Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen".
"Mujer, ahí tienes a tu Hijo, Hijo, ahí tienes a tu
Madre".
"Hoy estarás conmigo en el Paraíso".
Oremos, para que el perdón de Jesús llegue a
nuestros corazones. Para agradecer a Jesús haber

170
llegado hasta el final de la entrega de su vida para
darnos vida eterna. Por los que se sienten clavados a
la cruz del dolor físico o moral, que ellos sean
también consolados por María nuestra Madre.
T: Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí y
de todos los pecadores.

Duodécima estación: Jesús muere en la cruz.

T: Te adoramos, Cristo, y te bendecimos que, por tu


santa cruz redimiste al mundo.
"Todo está cumplido".
"Padre en tus manos encomiendo mi espíritu".
"Jesús se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la
muerte y muerte de cruz".
Oremos, para que la esperanza de la victoria de la
Pascua ilumine todas nuestras muertes. Que su
llegada hasta el final, consecuente con la voluntad del
Padre, sea para nosotros la fuerza que estimule
nuestra vida.
T: Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí y
de todos los pecadores.

Décimo tercera estación: Jesús es bajado de la Cruz.

T: Te adoramos, Cristo, y te bendecimos que, por tu


santa cruz redimiste al mundo.

171
"José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pidió
autorización a Pilato para retirar el cuerpo de Jesús.
Pilato se lo concedió".
"Unas mujeres que lo seguían estaban allí”.
"Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios".
Oremos, junto con María la Madre de Jesús, para que
en su compañía podamos contemplar nuestra obra;
el cuerpo muerto de su Hijo. En presencia de tu
Madre queremos decirte hoy, Jesús nuestro Dios y
Redentor, que nos perdones.

T: Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí y


de todos los pecadores.

Décimo cuarta estación: Jesús puesto en el sepulcro.

T: Te adoramos, Cristo, y te bendecimos que, por tu


santa cruz redimiste al mundo.
"Habiéndolo bajado de la cruz, lo envolvió en una
sábana y lo depositó en un sepulcro".
"Ellos... fueron al sepulcro y lo aseguraron, sellando la
piedra y poniendo centinelas".
"...Y después de sepultado el cuerpo de Jesús, los
discípulos y las mujeres que los habían acompañado,
se volvieron a sus casas".
Oremos, para que Dios conceda a nuestros muertos
el descanso eterno en la esperanza de la
resurrección. Y seguros de que en Jesús está nuestra

172
vida, te pedimos, Señor, la esperanza gozosa que
anuncie que ya no estás en el sepulcro, que eres el
Resucitado.
T: Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí y
de todos los pecadores.

Súplica a Jesús Resucitado: Señor, que con amor


renuevas constantemente todo cuanto ha salido de
tus manos, santifica a tu Iglesia, hazla digna de la
misión que le has confiado. Que sea presencia de
esperanza para quienes te buscan. Que el amor y la
fraternidad sigan siendo el testimonio de los que hoy
queremos ser tus discípulos. Te lo pedimos por tu
Madre. Amén.

Un Padrenuestro por las intenciones del Papa.

24. Corona Dolorosa

V.- Abrid Señor mis labios,


R.- Y mi boca pronunciará tu alabanza.
V.- Dios mío ven en mi auxilio,
R.- Señor, date prisa en socorrerme.
V.- Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo,
R.- Por los siglos de los siglos. Amén.

173
Primer dolor
Virgen dolorosa, que: "avanzaste en la peregrinación
de la fe y mantuviste fielmente la unión con tu Hijo
hasta la cruz" (LG 58); por el dolor que
experimentaste a causa de la profecía de Simeón,
vivifica nuestra fe con el don de la sabiduría..
Rezamos siete avemarías.

Segundo dolor
Virgen dolorosa, que: "avanzaste en la peregrinación
de la fe y mantuviste fielmente la unión con tu Hijo
hasta la cruz" (LG 58); por el dolor que
experimentaste en la huida y permanencia en Egipto,
vivifica nuestra fe con el don de entendimiento.
Rezamos siete avemarías.

Tercer dolor
Virgen dolorosa, que: "avanzaste en la peregrinación
de la fe y mantuviste fielmente la unión con tu Hijo
hasta la cruz" (LG 58); por el dolor que
experimentaste en la pérdida de Jesús, vivifica
nuestra fe con el don de consejo.
Rezamos siete avemarías.

Cuarto dolor
Virgen dolorosa, que: "avanzaste en la peregrinación
de la fe y mantuviste fielmente la unión con tu Hijo

174
hasta la cruz" (LG 58); por el dolor que
experimentaste al encontrar a Jesús camino del
calvario, vivifica nuestra fe con el don de fortaleza.
Rezamos siete avemarías.

Quinto dolor
Virgen dolorosa, que: "avanzaste en la peregrinación
de la fe y mantuviste fielmente la unión con tu Hijo
hasta la cruz" (LG 58); por el dolor que
experimentaste acompañando a Jesús en su agonía
vivifica nuestra fe con el don de ciencia.
Rezamos siete avemarías.

Sexto dolor
Virgen dolorosa, que: "avanzaste en la peregrinación
de la fe y mantuviste fielmente la unión con tu Hijo
hasta la cruz" (LG 58); por el dolor que
experimentaste cuando la lanzada hirió el Corazón de
Jesús, vivifica nuestra fe con el don de piedad.
Rezamos siete avemarías.

Séptimo dolor
Virgen dolorosa, que: "avanzaste en la peregrinación
de la fe y mantuviste fielmente la unión con tu Hijo
hasta la cruz" (LG 58); por el dolor que sufriste en la
sepultura de Jesús, vivifica nuestra fe con el don del
temor de Dios.
Rezamos siete avemarías.

175
Oración
Señor Jesucristo, te rogamos que ahora y en la hora
de nuestra muerte, tengamos como intercesora a
María nuestra Madre. Ella que supo de dolores, nos
conceda la fortaleza para seguirte en la vida y gozar
de ti en la muerte. Amén.

&&&&&&&&

Este libro se terminó de imprimir en Madrid,


el 16 de julio de 2012, día de la Virgen del Carmen
y año de la canonización de Madre Carmen Sallés.

176

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