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Sentencia del Tribunal de 21 de junio de 1974.

REYNERS

La excepción a la libertad de establecimiento prevista por el artículo 55, párrafo primero


del Tratado CEE debe ser restringida a aquellas actividades contempladas por el artículo 52
que por sí mismas comportan una participación directa y especifica en el ejercicio del poder
público; no se puede dar tal calificación en el marco de una profesión liberal como la de
abogado a actividades tales como la consulta y la asistencia jurídica, o la representación y
la defensa de las partes en justicia incluso si la realización de estas actividades constituye el
objeto de una obligación o de una exclusividad establecida por la ley.

Sentencia del Tribunal de 19 de enero de 1988, Gullung,

La Directiva 77/249 debe interpretarse en el sentido de que sus disposiciones no pueden ser
alegadas por un Abogado establecido en un Estado miembro para ejercer en el territorio de
otro Estado miembro sus actividades como prestatario de servicios cuando en este último
Estado miembro el acceso a la profesión de Abogado le había sido prohibido por razones
referentes a la dignidad, a la honorabilidad y a la probidad.

El artículo 52 del Tratado debe interpretarse en el sentido de que un Estado miembro, cuya
legislación impone a los Abogados la inscripción en un Colegio, puede prever la misma
exigencia frente a los Abogados de otros Estados miembros que disfrutan del derecho de
establecimiento garantizado por el Tratado para establecerse como Abogados en el territorio
del primer Estado miembro.

Sentencia del Tribunal de Justicia De 30 de noviembre de 1995

el Consiglio Nazionale Forense planteó, con arreglo al artículo 177 del Tratado CE, dos
cuestiones prejudiciales sobre la interpretación de la Directiva 77/249/CEE del Consejo, de
22 de marzo de 1977, dirigida a facilitar el ejercicio efectivo de la libre prestación de
servicios por los Abogados

Dichas cuestiones se suscitaron en el marco de un procedimiento disciplinario iniciado por


el Colegio de Abogados de Milán") contra el Sr. Gebhard, al que se le imputa el
incumplimiento de las obligaciones derivadas de la Ley no 31, de 9 de febrero de 1982,
relativa a la libre prestación de servicios por los Abogados que sean nacionales de un
Estado miembro de las Comunidades Europeas (GURI no 42, de 12 de febrero de 1982), al
ejercer en Italia una actividad profesional con carácter permanente en el despacho abierto
por él y al utilizar el título de "avvocato".

el Sr. Gebhard, nacional alemán, fue autorizado a ejercer la profesión, estndo colegiado en
Alemania pero sin tener su propio despacho.

El Sr. Gebhard reside en Italia desde marzo de 1978, donde vive con su esposa, de
nacionalidad italiana, y sus tres hijos. La renta del Sr. Gebhard está sujeta a tributación
íntegramente en Italia, lugar de su residencia.5 El Sr. Gebhard ejerció su actividad
profesional en Italia a partir del 1 de marzo de 1978, inicialmente en calidad de
colaborador; luego en calidad de socio.
El Sr. Gebhard declara que ejerce en Italia una actividad esencialmente extrajudicial de
asistencia y representación de personas de lengua alemana (actividad que representa el 65
% de su volumen de negocios), así como una actividad de representación de personas de
lengua italiana en Alemania y en Austria (actividad que representa el 30 % de su volumen
de negocios). El 5 % restante lo constituye la asistencia a profesionales italianos a quienes
sus clientes plantean problemas de Derecho alemán.

Algunos profesionales italianos, entre ellos los "avvocati" con los que estuvo asociado el
Sr. Gebhard hasta 1989, lo denunciaron ante el Colegio de Abogados de Milán. Le
reprochaban haber hecho figurar el título de "avvocato.

Tras haberle prohibido utilizar el título de "avvocato", el Colegio de Abogados de Milán


decidió, el 19 de septiembre de 1991, iniciar un procedimiento disciplinario contra el Sr.
Gebhard por haber incumplido las obligaciones derivadas de la Ley no 31/82, al ejercer en
Italia una actividad profesional con carácter permanente desde su propio despacho y al
utilizar el título de "avvocato".

10 El 14 de octubre de 1991, el Sr. Gebhard presentó ante el Colegio de Abogados de Milán


una solicitud de inscripción en la lista de colegiados. Esta solicitud se basaba en la
Directiva 89/48/CEE del Consejo, de 21 de diciembre de 1988, relativa a un sistema
general de reconocimiento de los títulos de enseñanza superior que sancionan formaciones
profesionales de una duración mínima de tres años (DO 1989, L 19, p. 16), y en la
realización, en Italia, de un período de prácticas profesional de más de diez años. No parece
que el Colegio de Abogados adoptara una decisión formal respecto a dicha solicitud.11 El
procedimiento disciplinario, iniciado el 19 de septiembre de 1991, concluyó con una
decisión de 30 de noviembre de 1992 por la que el Colegio de Abogados de Milán impuso
al Sr. Gebhard una sanción de suspensión del ejercicio de la actividad profesional durante
seis meses.

El Sr. Gebhard interpuso, ante el Consiglio Nazionale Forense, un recurso contra dicha
decisión, especificando, no obstante, que el objeto de su recurso era también impugnar la
denegación presunta de su solicitud de inscripción en la lista de colegiados. En dicho
recurso alegaba, especialmente, que la Directiva 77/249 le concede el derecho a ejercer su
actividad profesional desde su propio despacho en Milán.

La Directiva 77/249 se aplica a las actividades realizadas por los Abogados en concepto de
prestación de servicios. Prevé que el Abogado que preste sus servicios deberá utilizar su
título profesional en el idioma o en uno de los idiomas del Estado miembro de procedencia,
indicando la corporación profesional a la que pertenezca o el órgano jurisdiccional ante el
cual esté habilitado para actuar en virtud de la legislación de ese Estado (artículo 3).

El apartado 1 del artículo 4 de la Directiva 77/249 dispone: "Las actividades relativas a la


representación y a la defensa de clientes ante los tribunales o ante las autoridades públicas
se ejercerán en cada Estado miembro de acogida en las condiciones previstas para los
Abogados establecidos en ese Estado, excluyéndose cualquier condición de residencia o de
inscripción en una organización profesional de tal Estado."

El Derecho italiano fue adaptado a las disposiciones de la Directiva 77/249 mediante la Ley
no 31/82, cuyo artículo 2 dispone lo siguiente:"[A los nacionales de los Estados miembros
que estén autorizados en el Estado miembro de procedencia a ejercer la profesión de
Abogado] se les permitirá ejercer la actividad profesional de Abogado, en los ámbitos
judicial y extrajudicial, con carácter temporal (con carattere di temporaneità) y en las
condiciones fijadas en el presente Título.Para el ejercicio de las actividades profesionales
contempladas en el párrafo anterior, no se permitirá instalar en el territorio de la República
un despacho ni un establecimiento principal o secundario."18 En tales circunstancias, el
Consiglio Nazionale Forense decidió suspender el procedimiento y pedir al Tribunal de
Justicia que se pronunciara con carácter prejudicial sobre las siguientes cuestiones:

El artículo 2 de la Ley no 31, de 9 de febrero de 1982, relativa a la libre prestación de


servicios por parte de los Abogados nacionales de los Estados miembros de las
Comunidades Europeas según el cual no se permite 'instalar en el territorio de la República
un despacho ni un establecimiento principal o secundario' , ¿es compatible con el régimen
establecido por dicha Directiva, habida cuenta de que en ésta no se hace alusión alguna al
hecho de que la apertura de un despacho pueda interpretarse como un indicio de la
intención del Abogado de ejercer su actividad de forma no temporal ni ocasional, sino con
carácter permanente?
b) ¿Qué criterios, basados en la duración o en la frecuencia de las
prestaciones efectuadas por el Abogado que actúe dentro del régimen de que trata la
mencionada Directiva, deben aplicarse para determinar si la referida actividad tiene o no
carácter temporal?
"

este Tribunal de Justicia no es competente para pronunciarse sobre la compatibilidad de una


disposición nacional con el Derecho comunitario. En cambio, es competente para
proporcionar al órgano jurisdiccional nacional todos los elementos de interpretación
pertenecientes al ámbito del Derecho comunitario que puedan permitirle apreciar dicha
compatibilidad para la resolución del asunto que le haya sido sometido

 Dº de establecimiento:

Comprende, sin perjuicio de las excepciones y requisitos previstos, el acceso, en el


territorio de cualquier otro Estado miembro, a toda clase de actividades por cuenta propia y
su ejercicio, así como la constitución y gestión de empresas y la apertura de agencias,
sucursales o filiales.

el carácter temporal de las actividades de que se trata debe determinarse no sólo en función
de la duración de la prestación, sino también en función de su frecuencia, periodicidad o
continuidad. El carácter temporal de la prestación no excluye la posibilidad de que el
prestador de servicios, en el sentido del Tratado, se provea, en el Estado miembro de
acogida, de cierta infraestructura (incluida una oficina, despacho o estudio) en la medida en
que dicha infraestructura sea necesaria para realizar la referida prestación.28 No obstante,
esta situación debe distinguirse de la del Sr. Gebhard, nacional de un Estado miembro, que
ejerce, de manera estable y continuada, una actividad profesional en otro Estado miembro
en el que, a partir de un centro de actividad profesional, se dirige, entre otros, a los
nacionales de ese Estado. Dicho nacional está comprendido dentro del ámbito de aplicación
de las disposiciones del capítulo relativo al derecho de establecimiento y no del relativo a
los servicios.
El Colegio abogados de milan exige q esté colegiada, lo q no puede sostenerse. el acceso a
algunas actividades por cuenta propia y su ejercicio pueden estar supeditados a la
observancia de determinadas disposiciones legales, reglamentarias o administrativas,
justificadas por razones de interés general, tales como las normas de organización, de
aptitud, de deontología, de control y de responsabilidad (véase la sentencia de 28 de abril
de 1977, Thieffry, 71/76, Rec. p. 765, apartado 12). Estas disposiciones pueden prever, en
particular, que el ejercicio de una actividad específica quede reservado, según el caso, a
aquellas personas que sean titulares de un diploma, certificado u otro título, a las que
pertenezcan a un Colegio profesional o bien a las que estén sometidas a determinada
disciplina o control. Dichas disposiciones pueden también establecer los requisitos para la
utilización de los títulos profesionales, como el de "avvocato".36 Cuando el acceso a una
actividad específica, o su ejercicio, esté supeditado a tales requisitos en el Estado miembro
de acogida, el nacional de otro Estado miembro que pretenda ejercer esa actividad deberá,
en principio, reunir dichos requisitos. Esta es la razón por la que el artículo 57 prevé que el
Consejo adoptará Directivas, como la mencionada Directiva 89/48, para el reconocimiento
mutuo de diplomas, certificados y otros títulos, por una parte, y para la coordinación de las
disposiciones nacionales relativas al acceso y ejercicio de las actividades no asalariadas,
por otra.

Sin embargo, según la jurisprudencia de este Tribunal de Justicia, las medidas nacionales
que puedan obstaculizar o hacer menos atractivo el ejercicio de las libertades
fundamentales garantizadas por el Tratado deben reunir cuatro requisitos: que se apliquen
de manera no discriminatoria, que estén justificadas por razones imperiosas de interés
general, que sean adecuadas para garantizar la realización del objetivo que persiguen y que
no vayan más allá de lo necesario para alcanzar dicho objetivo (véase la sentencia de 31 de
marzo de 1993, Kraus, C-19/92, Rec. p. I-1663, apartado 32).38 Del mismo modo, los
Estados miembros no pueden, al aplicar sus disposiciones nacionales, dejar de tomar en
consideración los conocimientos y aptitudes ya adquiridos por el interesado en otro Estado
miembro (véase la sentencia de 7 de mayo de 1991, Vlassopoulou, C-340/89, Rec. p. I-
2357, apartado 15). Por consiguiente, están obligados a tener en cuenta la equivalencia de
los diplomas (véase la sentencia Thieffry, antes citada, apartados 19 y 27) y, llegado el caso,
a efectuar una comparación entre los conocimientos y aptitudes exigidos por sus
disposiciones nacionales y los del interesado (véase la sentencia Vlassopoulou, antes citada,
apartado 16).

SENTencia Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas Luxemburgo (Pleno),


de 7 mayo 1991 Vlassopoulou.

El hecho de que el nacional de un Estado miembro que ya está habilitado para el ejercicio
de la Abogacía y ejerce la profesión en su Estado de origen, y que desde hace cinco años
está autorizado para ejercer como "Rechtsbeistand" (Asesor Jurídico) en el Estado de
acogida, trabajando asimismo en un bufete de Abogados establecido en ese Estado, sólo
pueda ser habilitado para el ejercicio de la Abogacía en dicho Estado de acogida cuando
cumpla la normativa legal de éste a dicho efecto, ¿viola el principio de libertad de
establecimiento contenido en el artículo 52 del Tratado CEE?
».

Contestación: El artículo 52 del Tratado CEE debe interpretarse en el sentido de que las
autoridades nacionales de un Estado miembro, ante las cuales se solicita autorización para
ejercer la profesión de Abogado por un nacional de otro Estado miembro, que ya está
habilitado para ejercer esta misma profesión en su país de origen y que ejerce las funciones
de «Rechtsbeistand» (Asesor Jurídico), están obligadas a examinar en qué medida los
conocimientos y aptitudes acreditados por el título adquirido por el interesado en su país de
origen equivalen a los exigidos por la normativa del Estado de acogida; en el caso de que la
equivalencia entre estos títulos sólo sea parcial, las correspondientes autoridades nacionales
están facultadas para exigir al interesado que demuestre haber adquirido los conocimientos
y aptitudes que le faltan.

SENTENCIA DEL TRIBUNAL DE JUSTICIA de 7 de noviembre de 2000 : En el asunto


C-168/98.

- Parte demandante: Gran Ducado de Luxemburgo


- Demandada: Parlamento Europeo y consejo de la UE, apoyados por: [apoyan
sus pretensiones]
 reino de España
 paiss bajos
 Reino unido
 Irlanda del Norte
 Comisión

Luxemburgo solicita la anulación de la Directiva 98/5/CE del Parlamento Europeo y del


Consejo, de 16 de febrero de 1998, destinada a facilitar el ejercicio permanente de la
profesión de abogado en un Estado miembro distinto de aquel en el que se haya obtenido el
título .

El Gran Ducado de Luxemburgo formula tres motivos de anulación basados,


respectivamente, en una infracción del artículo 52, párrafo segundo, del Tratado CE
(actualmente artículo 43 CE, párrafo segundo, tras su modificación); en una infracción del
artículo 57, apartado 2, segunda frase, del Tratado, y en una infracción del artículo 190 del
Tratado CE (actualmente artículo 253 CE).

En apoyo de sus motivos, invoca los artículos 2, 5 y 11 de la Directiva 98/5, relativos,


respectivamente, al derecho del abogado migrante a ejercer con su título profesional de
origen, al ámbito de actividad de dicho abogado y al ejercicio en grupo de la profesión.

Sobre la infracción del artículo 52, párrafo segundo, del Tratado

El motivo basado en el artículo 52, párrafo segundo, del Tratado se divide en dos partes, la
primera relativa al establecimiento de una diferencia de trato entre nacionales y migrantes y
la segunda, a un menoscabo del interés general de protección de los consumidores, por un
lado, y de buena administración de la justicia, por otro.

Sobre la primera parte:

LUXEMBURGO:al suprimir toda obligación de formación previa en el Derecho del Estado


miembro de acogida y al permitir que los abogados migrantes ejerzan dicho Derecho, la
Directiva 98/5 crea, según el Gran Ducado de Luxemburgo, una diferencia de trato entre
nacionales y migrantes injustificada con arreglo a aquella disposición del Tratado, que no
autoriza al legislador comunitario a eliminar, en el marco de una Directiva que no se refiere
a la armonización de las condiciones de formación, una exigencia de capacitación previa.

la Directiva 98/5 niega la diferencia esencial que existe, y que debe mantenerse, entre
establecimiento y prestación de servicios.

El Parlamento y el Consejo, apoyados por las partes coadyuvantes, niegan la existencia de


una discriminación en sentido inverso. Consideran que los abogados que ejercen con su
título profesional de origen y los abogados que ejercen con el título profesional del Estado
miembro de acogida se encuentran en dos situaciones distintas, puesto que los primeros
quedan sujetos a diversas restricciones respecto a las condiciones de ejerciciode su
actividad. En cualquier caso, la fijación de límites al proceso de liberalización del acceso a
las actividades por cuenta propia no forma parte de las funciones del artículo 52 del
Tratado.

la prohibición de discriminación establecida por esta última disposición no es sino la


expresión específica del principio general de igualdad que, dado que forma parte de los
principios fundamentales del Derecho comunitario, debe ser respetado por el legislador
comunitario y que exige que las situaciones comparables no reciban un trato diferente, a no
ser que éste se justifique objetivamente.

En el presente asunto, ha de indicarse que el legislador comunitario no violó dicho


principio, puesto que las situaciones del abogado migrante que ejerce con su título
profesional de origen, por un lado, y del abogado que ejerce con el título profesional del
Estado miembro de acogida, por otro, no son comparables, PUES a diferencia del segundo,
que puede desempeñar todas las actividades abiertas o reservadas por el Estado miembro de
acogida a la profesión de abogado, al primero pueden prohibírsele determinadas actividades
y, en el ámbito de la representación y la defensa procesal de un cliente, imponérsele
determinadas obligaciones.

Sobre la segunda parte

LUXEMBURGO: al suprimir toda obligación de formación en el Derecho del Estado


miembro de acogida, la Directiva 98/5 menoscaba, según la parte demandante, el interés
general, en particular el de protección de los consumidores.

El Parlamento y el Consejo, apoyados por las partes coadyuvantes, consideran que la


Directiva 98/5 tuvo en cuenta razones imperiosas de interés general, en particular de
protección de los consumidores, en sus artículos 4, 5, 6 y 7. El Parlamento y el Reino
Unido destacan que, con arreglo a las normas deontológicas[3.1.3 del código deontológico
adoptado por el Consejo de los Colegios de Abogados de la Unión Europea (CCBE) ], los
abogados están obligados, en cualquier caso, a no tratar los asuntos respecto a los cuales les
consta o debería constarles que escapan a su competencia, y que cualquier incumplimiento
de esta norma constituye una falta disciplinaria.
Además, varias disposiciones de la Directiva 98/5 contienen normas destinadas a la
protección de los consumidores y a la buena administración de justicia:

- art 4
- 5.2 y 3
- 6.1 y 3
- 7

Por consiguiente, con vistas a facilitar el ejercicio de la libertad fundamental de


establecimiento de una determinada categoría de abogados migrantes, el legislador
comunitario prefirió, antes que un sistema de control a priori de la capacitación en el
Derecho nacional del Estado miembro de acogida, un régimen que incluye una información
al consumidor, una serie de limitaciones al alcance o a las formas de ejercicio de
determinadas actividades de la profesión, una serie de normas profesionales y
deontológicas que deben ser observadas, una obligación de seguro y un régimen
disciplinario en el que intervienen las autoridades competentes del Estado miembro de
origen y del Estado .miembro de acogida. No suprimió la obligación de conocimiento del
Derecho nacional aplicable en los expedientes tratados por el abogado afectado, sino que
únicamente dispensó a este último de la justificación previa de dicho conocimiento.

Al decidir así sobre el modo y el nivel de protección de los consumidores y de garantía de


la buena administración de justicia, no rebasó los límites de su facultad de apreciación.

DEL TRIBUNAL DE JUSTICIA (Sala Quinta) de 7 de marzo de 2002 En el asunto C-


145/99,

Comisión de las Comunidades Europeas(demandante) contra República Italiana(dda).

1) Declarar que la República Italiana ha incumplido las obligaciones que le incumben en


virtud de los artículos 52 y 59 del Tratado CE (actualmente artículos 43 CE y 49 CE, tras su
modificación) y de la Directiva 89/48/CEE del Consejo, de 21 de diciembre de 1988,
relativa a un sistema general de reconocimiento de los títulos de enseñanza superior que
sancionan formaciones profesionales de una duración mínima de tres años:

- al haber mantenido, infringiendo lo dispuesto en el artículo 59 del Tratado, la prohibición


general, impuesta a los abogados establecidos en otros Estados miembros que ejerzan en
Italia en régimen de libre prestación de servicios, de disponer en este último Estado de la
infraestructura necesaria para la prestación de sus servicios;

- al haber obligado, infringiendo lo dispuesto en el artículo 52 del Tratado, a los abogados a


residir en la circunscripción judicial del colegio en que se encuentren inscritos, y

- al haber adaptado de manera incompleta su Derecho interno a lo dispuesto en la Directiva


89/48, dada la inexistencia de una normativa que establezca las modalidades de la prueba
de aptitud para los abogados procedentes de otros Estados miembros.
SENTENCIA DEL TRIBUNAL DE JUSTICIA (Gran Sala) de 19 de septiembre de 2006
En el asunto C-506/04

Graham J. Wilson y

Ordre des avocats du barreau de Luxembourg.

La petición de decisión prejudicial tiene por objeto la interpretación de la Directiva


98/5/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 16 de febrero de 1998, destinada a
facilitar el ejercicio permanente de la profesión de abogado en un Estado miembro distinto
de aquel en el que se haya obtenido el título.

Dicha petición fue presentada en el marco de un litigio originado por la negativa del conseil
de l’ordre des avocats du barreau de Luxembourg (Junta del Colegio de abogados de
Luxemburgo; en lo sucesivo, «Junta del Colegio de abogados») a inscribir al Sr. Wilson,
nacional del Reino Unido, en el Colegio de abogados de Luxemburgo.

CASO

Sr BARRISTER colegiado en Inglaterra y gales. Se presenta al examen oral en


Luxemburgo con abogado pero no se le permite el acceso a este último. Por ello decide no
someterse al examen. Se le notifica la denegación de inscripción e interpone recurso de
anulación contra la decisión denegatoria. El tribunal declinó su competencia para conocer
del recurso.

El Sr. Wilson interpuso contra dicha resolución un recurso. El órgano jurisdiccional


remitente expone que la cuestión de si el sistema de recursos establecido por la normativa
luxemburguesa es conforme con la Directiva 98/5 repercute directamente en la de si la
jurisdicción contencioso- administrativa es competente para conocer del litigio principal.
En cuanto al fondo, el órgano jurisdiccional nacional se cuestiona la compatibilidad con el
Derecho comunitario de las disposiciones luxemburguesas que establecen un control de los
conocimientos lingüísticos de los abogados europeos que deseen ejercer en Luxemburgo.

En estas circunstancias, la Cour administrative decidió suspender el procedimiento y


plantear al Tribunal de Justicia cuestiones prejudiciales.

 el órgano jurisdiccional remitente pregunta si, y en su caso con qué requisitos, el


Derecho comunitario permite al Estado miembro de acogida supeditar el derecho de un
abogado a ejercer de manera permanente su actividad en dicho Estado miembro con su
título profesional de origen a un control de su nivel de conocimiento de las lenguas de
dicho Estado miembro.

Art 3 de la D: la presentación ante la autoridad competente del Estado miembro de acogida


de una certificación de inscripción ante la autoridad competente del Estado miembro de
origen figura como el único requisito al que debe supeditarse la inscripción del interesado
en el Estado miembro de acogida para permitirle ejercer en él con su título profesional de
origen.

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