Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Autos Y Vistos
Autos Y Vistos
men
AUTOS Y VISTOS:
Que a fs. 49 se presenta el Dr. Alfonso Eduardo Speciale como apoderado
del Sr. Leonardo Marcos Russo, tal como lo acredita con poder general judicial,
solicitando como pretensión se dicte sentencia condenando a la demandada,
Municipalidad de la Costa al pago de pesos ochenta y dos mil, actualizado a la fecha de
su efectivo pago, con intereses, y costas.
Que según manifiesta la actora, con fecha 26-06-1995, la demandada
expide a favor de TRASNORTE S.R.L. a la orden de Leonardo Russo el certificado de
deuda –que adjunta en copia-, en la que se reconoce adeudar a los nombrados la suma
de cincuenta y un mil novecientos pesos por dicho certificado, más el monto de un
convenio de pago de reconocimiento de deuda por la suma de treinta mil ochocientos diez
pesos.
Que continúa su relato la accionante manifestando, que en el certificado de
deuda se reconoce, también que la debido es por motivo de los servicios prestados por la
empresa citada ut supra, en el cumplimiento de la recolección de residuos y levantamiento
de barrido en San Clemente del Tuyú, de conformidad a las constancias de los
expedientes administrativos números 4122-2857/94, 4122-2857 Alcance 1, 4122-1067/95
y 4122-1849/95.
Manifiesta la actora, que el certificado de deuda posee como característica
la posibilidad de ser cedido a terceros por ante escribano público, circunstancia que
acaeció el día 22 de agosto de 1995, oportunidad en que dicho certificado fue cedido por
el a la firma IVECAM S.A.
Expresa asimismo, que, se notificó a la demandada de la cesión de
derechos efectuada sobre el certificado de deuda a favor de IVECAM S.A., el cual debía
ser cancelado por la deudora el día 30-11-95.
Afirma luego la actora, que transcurrido en exceso la fecha de cancelación
de la deuda, sin que la ejecutada diera cumplimiento a su obligación, con fecha 4-12-95
envía dos cartas documento, una a la empresa IVECAM S.A. –las CD 011885104 AR, que
adjunta en fotocopia-, mediante la cual se notificó a la empresa mencionada que rescindía
la cesión de acciones y derechos referente a la certificación de la deuda; y la segunda a la
Municipalidad de la Costa –la C.D. 011885095 AR, adjunta también en fotocopia-, en la
cual se le notifica de manera expresa que se ha rescindido la cesión de derechos y
acciones a favor de IVECAM S.R.L. referente a la certificación de deuda por la suma de
pesos cincuenta y un mil ciento noventa.
Continúa su relato, diciendo que, en dos oportunidades se constituyó con la
escribana Ana Claudia Balaguer a la Tesorería de la Municipalidad de la Costa, los días
20-09-95 y 1-12-95, reclamando la cancelación de la deuda consignada en el certificado,
obteniendo como respuesta que: “no hay dinero disponible para efectuar el pago”,
-adjunta copias de ambas actas notariales-.
Que, posteriormente, expresa que la prueba a producir en autos tiende a
demostrar la totalidad de los trabajos efectuados y su correlación con la deuda, que la
comuna tenía con el actor.
Funda en derecho, justifica la competencia del Juzgado para intervenir en
autos, y propone prueba.
Que, con el proveído de fecha 8-03-05 se lo tiene por presentado, parte y
con el domicilio por constituido, tramitando la acción por la vía del proceso ordinario, y
dando traslado de la demanda por el término de 45 días para que la accionada, conteste y
comparezca a estar a derecho.
Que a fs. 60 y siguientes, con fecha 5-08-05 se presenta la demandada a
contestar demanda, compareciendo como apoderado el Dr. Marcelo Bonavita, quien
solicita se rechace la acción en todas sus partes, con condenación en costas para la
actora.
El apoderado de la demandada, luego de las negativas de estilo, opone
excepción de falta de legitimación activa, argumentado en contra de la pretensión de la
actora.
En el relato de los hechos, el apoderado de la accionada, aduce que el
crédito reclamado ha sido cancelado oportunamente, quedando extinguida la acción.
Además, expresa que la Municipalidad en ningún momento suscribió contrato alguno con
el actor, razón por la cual el reclamo impetrado deviene totalmente improcedente. Cita
doctrina y jurisprudencia en sustento a sus argumentos.
Finalmente, la demandada ofrece y propone prueba.
Con fecha 10-08-05, se tiene a la demandada por presentada, parte con el
carácter invocado, el domicilio legal mencionado como constituido, -ver fs. 65-.
Acompañada la cédula de traslado, se tiene por contestada en término la demanda, y
respecto de la excepción opuesta de falta de legitimación activa interpuesta por la
accionada, se rechaza la misma por extemporánea, pero se resuelve tratar la misma con
la cuestión de fondo -ver proveído de fs. 23-08-05-.
Seguidamente, con fecha 7-09-05, la parte actora interpone recurso de
reposición y contesta traslado, afirma que impugna el proveído del 23 de agosto de ese
año, por considerar que la excepción de falta de legitimación fue interpuesta
extemporáneamente, solicitando su rechazo. Argumenta a favor del recurso, y contesta al
traslado conferido, solicitando se resuelva lo planteado y se provea la prueba ofrecida.
Que a fs. 70/71 vta. se presenta la actora respondiendo al traslado de la
contestación de demanda, manifestando –entre otras cosas-, que la deuda reclamada en
autos no ha sido cancelada, y que la demandada debió asumir el onus probandi,
acompañando comprobante de pago, recibos o cualquier otro documento que acreditara
lo que expresa en su presentación.
Que con fecha 2-11-05 se realiza la audiencia preliminar prevista en el
artículo 41 del C.C.A., -ver fs. 66/67-.
A fs. 88/88 vta., se incorpora la respuesta al oficio remitido por el Sr.
Intendente de la municipalidad demandada.
Que con fecha 27-03-06 se presenta la parte actora, desistiendo de la
pericia contable, y solicitando se declare la negligencia de prueba de la contraria, -ver. fs.
95-.
Posteriormente, con respecto a la presentación de la actora, se resolvió
declarar la caducidad de las pruebas de absolución de posiciones y testimonial de la parte
demandada con fundamento en los artículos 408 y 430 del C.P.C.C., -fs. 96/97-.
Que a fs. 99 vta. se certifica la prueba a pedido de la parte actora.
Posteriormente, con fecha 19-05-06 se ponen los autos para alegar por el
término común de cinco días comunes. A fs. 91/94 vta. se presentan los alegatos de la
parte actora, y de fs. 101/102, los alegatos de la demandada.
Con fecha 6-07-06 pasan los autos para sentencia.
CONSIDERANDO:
I) Que en lo que atañe a la prueba presentada y producida en autos cabe
expresar, que con respecto a la documental acompañada por la actora consistente en los
convenios de pago obrantes a fs. 6/7 y 8, se tienen por reconocidos por no haber sido
expresamente cuestionados por la demandada, criterio similar debe adoptarse con la
cesión de derechos y acciones obrantes a fs. 11/12, y las constataciones notariales de fs.
14/19. Con respecto a las cartas documento de fs. 9 y 10, las mismas se tienen por
enviadas y recepcionadas, ya que las mismas no fueron controvertidas por la accionada al
momento de contestar la demanda.
En cuanto a la pericia contable solicitada por la actora, la parte se presenta
a fs. 95 desistiendo de la misma.
II) Corresponde, ahora abordar la excepción de falta de legitimación activa
introducida por la demandada, tal como expresara en el proveído de fs. 69 en esta
resolución, dado que su presentación extemporánea así lo determinó al no haberlo hecho
en el plazo fijado por las normas procesales para que sea tratada como excepción previa.
Sobre la excepción en tratamiento, se puede decir que, la misma ha sido
definida como: “La excepción de falta de legitimación para obrar en el actor se
corresponde con la tradicionalmente llamada defensa de falta de acción, por la que se
controvierte la existencia de la legitimatio ad causam, o sea que quien demanda no
revestiría la condición de persona idónea o habilitada por la ley para discutir el objeto
sobre el que versa el litigio, es decir, que no sería titular de la relación jurídica sustancial
en la que se funda le pretensión (art. 345, inc. 3ro, CPCC, 25, CPCA)”, (SCBA, Causa B.
59.538, “Rapagnini, Fernando Javier c. Caja de Previsión Social para Profesionales de la
Ingeniería s/ DCA”, sentencia del 9-V-2001).
Y también, que: “Si bien la decisión del litigio judicial supone como
presupuesto inescindible determinar si el derecho existe, previamente a ello es necesario
establecer si éste la corresponde a aquel que lo hace valer y si debe ser satisfecho por
aquel a quien se lo esgrime, pues el poder jurídico que deriva de los derechos sólo tendrá
eficacia para aquel que está obligado, y más allá de que se haya articulado la cuestión
como excepción previa, defensa de fondo o de otro modo, ya que la legitimación es
requisito esencial de la acción (art. 345, inc. 3ero, CPC; art. 499, C. Civ.)”, (Cámara Civil y
Comercial de La Plata II, Sala 3era., “Otta, María Carmen y otro c. Wengrovski, Gustavo
José y otro s/ daños y perjuicios”, sentencia del 24-V-2001).
Resulta acreditado en autos, que la Municipalidad de la Costa, reconoció
oportunamente adeudar a la firma TRASNORTE S.R.L. la suma de pesos cincuenta y un
mil ciento noventa correspondiente a los servicios que prestara para la demandada de
recolección de residuos y levantamiento de barrido en San Clemente del Tuyú y Las
Toninas, Expedientes Nros. 4122-2857/94, 4122-2857/94 Alc. 1, 4122-1067/95 y 4122-
1849/95, tal como se desprende de la certificación de deuda obrante a fs. 8; y la suma de
pesos treinta mil ochocientos diez, por los mismos servicios y constando en las mismas
actuaciones administrativas mencionadas ut supra, -ver fs. 6/7-, aunque ninguna de las
partes requirió su incorporación a este proceso.
Que, si bien la demandada no cuestionó la deuda, si en cambio argumentó
en la contestación de demanda, que la misma habría sido cancelada sin consignar ningún
dato sobre dicha circunstancia, ni tampoco acompañó documentación que acreditara el
pago. De todos modos, estas cuestiones son ajenas al tratamiento de la excepción que
desarrollo en este apartado.
Sobre este tema, se ha dicho entre otras cosas, que: “Algunos juristas
afirman que la inexistencia es la forma más radical de ineficacia, y lógicamente la primera,
puesto que excluye a las otras figuras: “el negocio que no existe no puede ni siquiera ser
inválido o ineficaz en el sentido estricto”. El acto inexistente es un acto no avenue, es
decir no sucedido para el Derecho, por lo que una cosa es existir con vicios –acto nulo- y
otra es no existir. La raíz de la inexistencia como categoría jurídica se encuentra en la
realidad o falta de realidad de la hipótesis negocial, lo que ante su ausencia le impide al
acto aparente producir efectos jurídicos”, (Bueres, Alberto J.; Highton, Elena; “Código
Civil”, T. 2C, Hammurabi Editor, Bs. As. 1999, pág. 271).
Complementando lo anterior, se puede agregar, que: “En nuestro país
podemos distinguir dos posiciones bien definidas en la doctrina nacional: la de los
partidarios de la teoría de la inexistencia como categoría distinta de la nulidad como
causal de ineficacia, y la de los autores que la niegan. En la primera posición,
aparentemente mayoritaria, encontramos los juristas que afirman la existencia de dos
categorías diferentes e independientes de ineficacia: la nulidad y la inexistencia….”,
(Bueres, Alberto J.; Higton Elena; obra citada supra, pág. 276).
Además, es pertinente mencionar, que: “En nuestra doctrina admite la
categoría de actos jurídicos inexistentes Llerena, Machado, Llambías, Molinario, Borda.
En cambio, la rechazan Salvat, Lafaille, Etcheverry Boneo, Castiglione, Segovia y Nieto
Blanc. Los primeros señalan que la categoría de actos jurídicos inexistentes es extraña al
sistema de las nulidades. En tanto que éstas constituyen sanciones legales que inciden
sobre los actos jurídicos privándolos de sus efectos propios, la inexistencia de tales actos,
más que un principio jurídico, es una noción primordial del razonamiento y de la lógica. La
nulidad es una sanción de la ley que recae sobre un acto jurídico real o existente, es
decir, que reúne los elementos esenciales de tal: sujeto, objeto y forma específica o
esencial. La inexistencia es una noción conceptual –no legal-, que nuestro entendimiento
aplica a ciertos hechos, que no obstante tener apariencia de actos jurídicos, no son tales
por carecer de algún elemento esencial de ellos, sea sujeto, sea el objeto, sea la forma
específica. A este no ser acto jurídico se lo designa adecuadamente con la denominación
de acto jurídico inexistente. López Olaciregui admite que la categoría de la inexistencia es
una noción autónoma, aunque con un alcance limitado. La inexistencia es una situación
de hecho: se llega cuando se comprueba que el acto no fue otorgado por el sujeto o que
lo que otorgó el sujeto no es el acto exigido por la ley. Si medio otorgamiento, hubo
celebración del acto en consecuencia, no se puede hablar de su inexistencia…”,
(Llambías, Jorge J.; “Código Civil- Anotado”; T. II-B, Abeledo Perrot; Bs. As. 1979, pág.
208/209).
Continuando con lo anterior, tengo que: “Quienes admiten la distinción
entre la nulidad y la inexistencia, advierten que no sólo tiene un mero valor lógico, sino
que reviste gran importancia práctica, señalando a tal efecto las siguientes diferencias en
el funcionamiento de una y otras categorías: 1) La inexistencia del acto jurídico puede ser
verificada sin necesidad de que ese punto haya sido incluido en la litis. Constituye una
cuestión de hecho, susceptible de acreditarse en el período de prueba. Ante la
comprobación de le inexistencia del acto jurídico que aparecía como real, el juez sacará
las consecuencias racionales pertinentes a los fines de la admisión o rechazo de la acción
entablada. En cambio, el acto nulo, en principio requiere, para que sobre él recaiga
pronunciamiento judicial, que la cuestión de la nulidad haya sido articulada por las partes
mediante acción o excepción. Sólo cuando el acto es nulo de nulidad absoluta puede
actuar el juez de oficio. 2) En cuanto a la oportunidad procesal de la articulación.- La
inexistencia del acto puede ser invocada aun después de trabada la litis, si resulta
acreditada en el período de prueba. Pero no podrá ser aducida en el caso contrario. En
cambio, la nulidad absoluta (sea acto nulo o anulable) puede ser alegrada en cualquier
estado del juicio, antes de la citación para sentencia. La nulidad relativa (sea acto nulo o
anulable) ha de ser alegada en la demanda o la contestación, no siendo últil la ulterior
alegación. 3) En cuanto al derecho a alegar la inexistencia o nulidad.- El acto inexistente
puede ser alegado como tal por cualquier interesado en la inexistencia, aun por el que lo
ha ejecutado sabiendo o debiendo saber el impedimento que obstaba al nacimiento del
acto. En cambio la nulidad absoluta y la relativa sólo pueden ser alegada por las personas
que expresamente contemplan los arts. 1047 y 1048, respectivamente….5)En cuanto a
los efectos del acto entre las partes.- Esta es la principal diferencia práctica. Los efectos
del acto anulable se rigen por lo dispuesto en los arts. 1050 y ss del Código Civil. Algunas
de estas disposiciones –arts. 1053 a 1055- importan acordar al acto anulable un cierto
efecto en cuanto a las partes vienen a quedar en una situación distinta a la que se
hubiese presentado si el acto no se hubiese cumplido, no obstante lo dispuesto en el art.
1050. En cambio el acto inexistente no es regido por los arts. 1053 a 1055, sino que, de
suyo, no produce ningún efecto. La situación resultante debe ser considerada con entera
abstracción del acto inexistente que le ha servido de antecedente accidental, y debe
regirse por los principios legales que corresponden a esa situación por sí misma…”,
(Lambías, Jorge J.; obra citada, pág. 209/210).
Tengo también, que más allá de las discrepancias en el ámbito de la
doctrina nacional, en cambio hay consenso en reconocer la categorización mencionada
en el párrafo anterior, dentro de la jurisprudencia de nuestro Supremo Tribunal provincial,
y los distintos órganos de alzada civil y comercial, tal como seguidamente se podrá
observar.
Y esto es así, dado que: “Esta Suprema Corte tiene fijada como doctrina
legal: 1. Que en el derecho civil argentino el acto jurídico inexistente configura un
supuesto diverso del acto jurídico nulo o anulable. 2. Que el párrafo final del art. 1051 del
Código Civil no resulta aplicable a la inexistencia (conf. causa Ac. 31.354, sent. del 7-XII-
82; “Acuerdos y Sentencias”, 1985-I-141). Uno y otro criterios han sido transgredidos por
el fallo en recurso al extender a un acto en el que se prescindió totalmente de la voluntad
del titular de un derecho para transferirlo (acto inexistente) la aplicación del mencionado
art. 1051 del Código Civil”, (SCBA, causa Ac. 43.223, “Ramos, Roberto Martín c/
Bagnardi, Martín s/ Acción reivindicatoria”, sentencia del 17-XI-1992, voto del Dr. Héctor
Negri).
En sentido congruente con lo anterior, otro ministro del Supremo Tribunal,
adujo sobre la cuestión tratada, que: “1. No se discute que el primer eslabón de la cadena
de transmisiones dominiales que culminaron con la realizada a favor del actor, se trató de
un acto a non domino, esto es, de un acto en el que se prescindió de la voluntad del
sujeto legitimado para transferir los derechos sobre el bien objeto del mismo. Ya esta
Corte ha tenido oportunidad de calificar a estos actos como inexistentes (v. causa Ac.
31.354, sent. del 7-XII-82 y “Acuerdos y Sentencias”, 1985-I-141). Se dijo en la última de
las causas citadas que se trata en rigor del acto non avenu que llevara a Aubry y Rau
(“Cours de Droit Civil Francais”, 4ª ed., t. I, pág. 118) a decir que el acto que no reúne los
elementos que suponen su naturaleza y en cuya ausencia resulta imposible pensar en su
existencia, ha de considerárselo, no sólo como nulo, sino como “no sucedido” o “no
acontecido…Los actos jurídicamente inexistentes no son confirmables, ni prescriptibles
(C.S.N. in re “Explotadora de Tierra del Fuego S.A. c/Gobierno Nacional”, sent. del 6-XI-
39, en J.A., t. 68, pág. 444, con cita de un caso anterior publicado en “Fallos”, t. 179, pág.
249, publicado en J.A., t. 23, pág. 645), no producen efecto alguno (Cordeiro Alvarez, E.,
“El acto jurídico inexistente”, en Bol. de Inst. de Der. Civ. de la U.N. de Córdoba, año VII,
oct.-dic. de 1942, pág. 254, Llambías, J.J., “Vigencia de la teoría del acto inexistente”, en
Rev. de la Fac. de Der. y C. Soc. de la U.N.B.A., año III, nº 11, jul.-set. de 1948, pág. 650
Borda, G.A., “Parte general”, ed. 1976, t. II, pág. 425, nº 1263; S.C.B.A., en “La Ley”, t. 79,
pág. 457)”, (SCBA, in re Ramos, Roberto Martín, cit. ut supra, voto del Dr. Miguel Amilcar
Mercader).