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7.

Proceso De Acción De Inconstitucionalidad


a. Concepto

a. Es un proceso constitucional que tiene como finalidad que las leyes, decretos
legislativos y otras normas con rango de ley (decretos de urgencia, tratados
internacionales, resoluciones legislativas, etc.) no contravengan a la Constitución.
La demanda de acción de Inconstitucionalidad se presenta al Tribunal Constitucional
dentro del plazo de seis meses a partir de su publicación quien resuelve en instancia
única y declara en su sentencia si la norma que ha sido impugnada, efectivamente,
contradice o no la Constitución o si el órgano que emitió la norma era el competente
para emitirla.
De no presentarse una acción contra una norma prescribe la acción para instar el
proceso. Sin embargo, aun cuando esto obsta que la norma impugnada pueda ser
controlada a través del proceso de inconstitucionalidad o de control concentrado, cabe
resaltar que ello no excluye que esa misma norma pueda serlo a través del control
difuso, si bien con los efectos interpartes y simplemente inaplicatorios (no
derogatorios) de la sentencia.
Si el Tribunal declara inconstitucional una norma, ésta pierde efecto desde el día
siguiente a la publicación de la sentencia, lo que equivale a decir que, a partir de ese
momento, deja de existir en el ordenamiento jurídico, pero esto sólo sucede cuando se
emite sentencia, antes de esto, mientras dura la demanda ésta no pierde vigencia y si
no fue admitida, dentro de seis meses puede ser susceptible de nueva acción

b. Es un proceso constitucional que tiene como finalidad que las leyes, decretos
legislativos y otras normas con rango de ley (decretos de urgencia, tratados
internacionales, resoluciones legislativas, etc.) no contravengan a la Constitución.
La demanda de acción de Inconstitucionalidad se presenta al Tribunal Constitucional
dentro del plazo de seis meses a partir de su publicación quien resuelve en instancia
única y declara en su sentencia si la norma que ha sido impugnada, efectivamente,
contradice o no la Constitución o si el órgano que emitió la norma era el competente
para emitirla.
De no presentarse una acción contra una norma prescribe la acción para instar el
proceso. Sin embargo, aun cuando esto obsta que la norma impugnada pueda ser
controlada a través del proceso de inconstitucionalidad o de control concentrado, cabe
resaltar que ello no excluye que esa misma norma pueda serlo a través del control
difuso, si bien con los efectos interpartes y simplemente inaplicatorios (no
derogatorios) de la sentencia.
Si el Tribunal declara inconstitucional una norma, ésta pierde efecto desde el día
siguiente a la publicación de la sentencia, lo que equivale a decir que, a partir de ese
momento, deja de existir en el ordenamiento jurídico, pero esto sólo sucede cuando se
emite sentencia, antes de esto, mientras dura la demanda ésta no pierde vigencia y si
no fue admitida, dentro de seis meses puede ser susceptible de nueva acción
c. Personas facultadas para interponer Acción de Inconstitucionalidad

Esta Acción sólo puede ser utilizada por las siguientes personas o agrupaciones:
 El Presidente de la República : Con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros,
designa a uno de sus Ministros para que plantee la acción de inconstitucionalidad y lo
represente en el proceso. El Ministro designado puede delegar su representación en un
Procurador Público.
 El Fiscal de la Nación y el Defensor del Pueblo interponen directamente la acción.
Pueden actuar en el proceso mediante apoderado.
 El 25% de los Congresistas actúan en el proceso mediante apoderado nombrado al
efecto.
 Los ciudadanos a que se refiere el inciso 5) del Artículo 25 para interponer la acción
deben actuar con patrocinio de letrado y conferir su representación a uno solo de ellos.
(5 mil ciudadanos con firmas aprobadas por el Jurado Nacional de Elecciones)
 Los Presidentes de Región o los Alcaldes Provinciales actúan en el proceso por si o
mediante apoderado y con patrocinio de letrado.
 Los Colegios Profesionales para plantear la acción, previo acuerdo de su junta directiva,
deben actuar con el patrocinio de abogado y conferir su representación al Decano del
respectivo Colegio Profesional.

a. Normas que pueden se declaradas inconstitucionales

1. Las Leyes;
2. Los decretos legislativos;
3. Los decretos de urgencia;
4. Los tratados internacionales que hayan requerido o no la aprobación del Congreso
conforme a los Artículos 56 y 57 de la Constitución;
5. Los reglamentos del Congreso;
6. Las normas regionales de carácter general; y
III. Las ordenanzas municipales.

a. Supuestos en que las leyes son declaradas inconstitucionales


b. 1. Cuando contravengan la Constitución en el fondo, o
2. Cuando no hayan sido aprobadas o promulgadas o publicadas en la forma prescrita
por la Constitución.
c. Procedimiento (Según el Capítulo III que se refiere sobre el procedimiento de la
inconstitucionalidad)
1. Etapa Postulatoria

El funcionario o institución que desea solicitar la acción de constitucionalidad una


demanda ante el Tribunal Constitucional que debe contener:
Según el Art. 29° de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional la demanda debe contener:
1. Los datos de identidad de los órganos o personas que ejercitan la acción y su domicilio
legal y procesal;
2. La indicación de la norma que se impugna en forma precisa;
3. Los fundamentos de hecho y de derecho que la Sustentan y la relación numerada de los
documentos que se acompañan; y
4. La designación del apoderado si lo hubiere, y de los sustitutos.
A la demanda se acompañan, en su caso:
1. Certificación del acuerdo adoptado en Consejo de Ministros, cuando el actor sea el
Presidente de la República.
2. Certificación de las firmas correspondientes por el Oficial Mayor del Congreso si los
actores son el 25% del número legal de Congresistas.
3. Certificación en cada caso por el Jefe del Registro Nacional de Identificación y Estado
Civil, en los formatos que proporcione el Tribunal, si los actores son cinco mil ciudadanos o
el uno por ciento de los ciudadanos del respectivo ámbito territorial.
4. Certificación del acuerdo adoptado en la Junta Directiva del respectivo Colegio
Profesional.
5. Certificación del acuerdo adoptado en el Consejo de Coordinación Regional o en el
Concejo Provincial, cuando el actor sea Presidente de Región o Alcalde Provincial,
respectivamente. En todos los casos se acompañan, además, copias de la Demanda y de los
recaudos correspondientes.
Una vez que se ha interpuesto la demanda, el Tribunal resuelve sobre su admisión, dentro
de un plazo que no puede exceder de diez días.
Dentro del mismo término y motivadamente, el Tribunal resuelve la in admisibilidad de la
demanda, si concurre alguno de los siguientes supuestos:
1. Que la demanda se haya interpuesto vencido el plazo previsto por el Artículo 26.
2. Que en la demanda se hubiera omitido alguno le los requisitos previstos en el Artículo 29
o no se acompañen los documentos a que se refiere el artículo anterior.
Admitida a trámite, el Tribunal corre traslado de la demanda:
1. Al Congreso o a la Comisión Permanente, en caso de receso, si se trata de Leyes y
Reglamentos del Congreso
2. Al Congreso o a la Comisión Permanente y al Poder Ejecutivo, si la norma impugnada es
un Tratado Internacional, Decreto Legislativo o Decreto de Urgencia.
3. A los órganos correspondientes si la norma impugnada es de carácter regional o
municipal. El órgano notificado se apersona en el proceso y fórmula obligatoriamente su
alegato en defensa de la norma impugnada, por medio de apoderado nombrado
especialmente para el efecto.
El apersonamiento y el alegato deben efectuarse dentro del plazo de treinta días
improrrogables, contados a partir de la fecha de notificación de la demanda. Vencido este
plazo sin que se cumpla con absolver el traslado de la demanda, se da por absuelto el
trámite en rebeldía de la parte empleada.
Transcurrido el plazo a que se refiere el último párrafo del artículo precedente, el Tribunal
señala fecha para la vista de causa dentro de los diez días útiles siguientes. Las partes
pueden hacer uso del derecho de informar oralmente comenzando por el actor, y por el
tiempo que el Tribunal señale.
Pero, la demanda, debe ser el caso, pude ser declarada :
 Inadmisible: con la motivación correspondiente, si es presentada, con omisión de los
requisitos y recaudos exigidos o extemporáneamente, fuera del plazo previsto o,
eventualmente, si el Tribunal ya hubiere resuelto desestimatoriamente una demanda
igual en el fondo en rigor, estos dos últimos aspectos constituyen causales que dan lugar
a una resolución que declara la improcedencia de la demanda, y no exactamente a una
resolución de inadmisibilidad, como lo señala la norma. Por esto, con razonable lógica
se admite que el Tribunal puede disponer la subsanación de los requisitos omitidos, si
así lo considera. En clara consonancia con el principio de presunción de
constitucionalidad de las leyes, en el proceso d inconstitucionalidad no existen
provisiones cautelares, de modo tal que en el supuesto de que la demanda fuera
admitida, la norma impugnada no es suspendida en su vigencia ni en su aplicación, lo
cual no obsta que ella pueda ser inaplicada por los jueces en ejercicio del control difuso.
 Admitida la demanda: Se corre traslado de ésta a los sujetos procesales titulares de la
legitimación pasiva, los cuales tienen el plazo improrrogable de treinta días contados a
partir de notificada la demanda para apersonarse y formular el alegato en defensa de la
norma impugnada. De no ser así, se da por absuelto el trámite en rebeldía. El siguiente
acto procesal es la vista de la causa. Ésta se produce en la fecha que el Tribunal
determina dentro del plazo de los diez días siguientes de transcurrido el plazo para la
contestación antes señalada. En dicho acto, las partes tienen el derecho de informar
oralmente por el tiempo que el Tribunal les asigne. El Tribunal Constitucional ha sido
sumamente generoso con el tiempo dispensado a los informantes, sin una rigidez
específica en cuanto a la duración e, incluso, con derecho a réplica y duplica, todo ello, a
efectos de un efectivo ejercicio del derecho de la partes de ser oídos por el Tribunal,
aspecto relevante en cuanto constituye un atributo del debido proceso y, por otra parte,
con la finalidad de brindar una mayor y mejor ilustración a los magistrados del asunto
controvertido.

Con esta etapa concluye la etapa postulatoria del proceso de inconstitucionalidad, para
advenir luego en la etapa decisoria constituida por el acto procesal de la sentencia.
1. Etapa decisoria

Está constituida por la sentencia, por el que se resuelve en definitiva sobre la


constitucionalidad o no de la norma objeto de impugnación.
La sentencia constitucional que concluye el proceso de inconstitucionalidad ostenta una
estructura determinada por la propia Ley Orgánica del Tribunal Constitucional. En efecto,
ella consta de cinco partes: encabezamiento, asunto, antecedentes, fundamentos y fallo.
La sentencia estimatoria puede declarar la inconstitucionalidad de la norma impugnada en
su totalidad o en parte de ella. Tratándose de la inconstitucionalidad de una norma
tributaria, la sentencia debe resolver lo pertinente respecto a las situaciones jurídicas
producidas mientras estuvo en vigencia.
La sentencia tiene efectos generales invalidatorios
 Erga omnes; su valor es establecido por la propia Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional cuando señala rotundamente que " las sentencias recaídas en los
procesos de inconstitucionalidad (…) vinculan a todos los poderes públicos (…)". Se trata
de efectos generales, lo que equivale a decir, derogatorios de la norma impugnada, con
lo cual ella queda sin efecto, resultando así expulsada del ordenamiento jurídico, en
clara consonancia con el carácter de legislación negativa que la sentencia del Tribunal
Constitucional reviste en el control concentrado de la constitucionalidad; y esto,
precisamente, en oposición al efecto concreto o interpartes propio de la sentencia del
control difuso.
 Ex nune; de modo tal que carece de efecto retroactivo; sin embargo, existen al menos
dos excepciones previstas. La primera se refiere a la declaratoria de inconstitucionalidad
de las normas tributarias, en las que se habilita el Tribunal determinar los efectos en el
tiempo de su sentencia en coherencia con el efecto nulo que la Constitución atribuye a
las normas tributarias que contravengan los principios constitucionales tributarios
enunciados en su artículo 74°. La segunda excepción alude a la inconstitucionalidad de
normas de carácter penal, en las que si bien no se autoriza al Tribunal a proceder como
en el caso anterior, se exceptúa de la regla de prohibición de revivir procesos fenecidos
que implica la declaratoria de inconstitucionalidad, en los casos en que aquellas hayan
sido aplicadas, en consonancia nuevamente, con el principio de retroactividad benigna
de las leyes penales, constitucionalmente consagrado.

a. Carácter de la sentencia de Inconstitucionalidad

La sentencia tiene carácter de cosa juzgada, tanto en sentido material como formal.
 Material: En el sentido de la inmutabilidad de lo decidido en sede jurisdiccional respecto
a la norma impugnada, sea en sentido estimatorio, esto es, declarando la
inconstitucionalidad de aquella, sea en sentido desestimatorio, declarando su
constitucionalidad.
 Formal en la medida en que contra dicha sentencia no cabe recurso impugnatorio
alguno, lo cual, empero, no obsta que se pueda solicitar la aclaración de ella o su
corrección, que, desde luego, no supone en absoluto habilitar su impugnación y la
consiguiente enervación de la autoridad de cosa juzgada que la reviste. En efecto, la
aclaración o corrección de la sentencia procede de oficio o a instancia de parte, dentro de
dos días de publicada y con el único propósito de aclarar algún concepto o subsanar
cualquier error material u omisión en que se hubiese incurrido, respectivamente. La
resolución correspondiente es expedida, sin más trámite, al segundo día después de
formulada la petición.

La cosa juzgada material prohibe que el sentido o contenido de lo decidido en la sentencia


resulte directa o indirectamente, contradicho o eludido. Este extremo se haya precisado por
la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional respecto al Poder Judicial en el ámbito de su
función jurisdiccional, en cuanto proscribe que la norma cuya constitucionalidad haya sido
confirmada a través de un proceso de inconstitucionalidad sea susceptible de ser inaplicada
a través del control difuso de la constitucionalidad. Por otra parte, debe entenderse que la
cosa juzgada material tiene también como consecuencia que ningún órgano del Estado y, en
especial, aquellos productores de normas susceptibles de ser impugnadas vía proceso de
inconstitucionalidad, emitan otras de sentido análogo a una que ya haya sido declarada
inconstitucional. La Ley Orgánica del Tribunal Constitucional no contiene estipulación
alguna en ese sentido, lo cual, empero, no puede razonablemente entenderse como la
inexistencia de una prescripción de esa naturaleza, pues supondría enervar la cosa juzgada
de la sentencia, resultado éste constitucionalmente inadmisible. Por tanto, no obstante
dicho vacío, una interpretación o, más exactamente, una integración adecuada de él debe
conducir a entender la proscripción mencionada como una de carácter implícito a la cosa
juzgada de la sentencia de inconstitucionalidad, tesis que se refuerza si se repara en que la
ley relativa al proceso de control normativo abstracto de las normas de jerarquía inferior a
la ley ( denominado en el sistema peruano acción popular) contempla una proscripción
expresa de esa naturaleza.
a. Publicación

Dictada la sentencia, ésta es enviada para su publicación, dentro de las 48 horas siguientes,
al diario oficial "El Peruano", el cual deberá efectuarla dentro de un plazo de los tres días
siguientes de recibida la transcripción de la sentencia.
Si ello no aconteciera, el Presidente del Tribunal Constitucional está facultado para
disponer la publicación en uno de los diarios de mayor circulación nacional.
Si la norma declarada inconstitucional es una norma emanada de un gobierno local
(municipalidad provincial) o regional, adicionalmente a la publicación antes señalada se
ordena otra, que se efectúa en el diario de la circunscripción correspondiente en el que se
publican los avisos judiciales.
El acto de publicación de la sentencia es de suma trascendencia en el proceso de
inconstitucionalidad. Se trata de una condición de la eficacia de la sentencia, en la medida
en que ésta no surte efectos sino a partir de ese momento. De modo análogo a la
circunstancia de que la existencia de una ley en el ordenamiento jurídico se da a partir de su
publicación, el efecto expulsatorio de la sentencia de inconstitucionalidad se rige basándose
en tal acto. Por esta razón, la notificación de la sentencia a las partes, sin dejar de ser
importante, reviste un carácter secundario con relación al objeto del proceso.
h. Fundamentos de Voto
El quórum para la resolución de las sentencias en los procesos de inconstitucionalidad es de
seis magistrados. Para la declaración de inconstitucionalidad es menester la formación de
una mayoría calificada de seis votos conformes.
Los magistrados del Tribunal Constitucional incluido su presidente pueden emitir votos
singulares y fundamentos de voto. Los votos singulares se emiten, cuando durante la
deliberación han sostenido una opinión discrepante, los fundamentos de voto se emiten
cuando, si bien coincide con el sentido del fallo del colegiado, el magistrado discrepa con
sus fundamentos, expresando en el denominado "fundamento de voto" el considerando
alternativo pertinente. Los votos singulares y los fundamentales de voto se publican junto
con la sentencia.
i. Tipos de Sentencias de inconstitucionalidad
La identidad entre norma legal y contenido de la ley, ha situado a los Magistrados
constitucionales en la corta perspectiva de mantener la plena validez de una ley o declararla
inconstitucional, ya sea parcial o totalmente. Por lo tanto, los Magistrados Constitucionales
dictará una infracción constitucional y las necesidades y posibilidades del modelo
constitucional.
Las infracciones constitucionales que dictará el Tribunal Constitucional son:
a. Infracción grave a la Constitución
La jurisdicción constitucional tiene como regla declarar la inconstitucionalidad de las
normas legales cuando éstas violen material o formalmente de manera grave la
Constitución. Lo que supone que el Tribunal Constitucional desarrolle el control de la
constitucionalidad de las normas, pero considerando la presunción de constitucionalidad
de las leyes aprobadas democráticamente. Esto supone que para declarar la nulidad de una
ley, basta que se haya aprobado abiertamente en contra de la Constitución y de los
principios democráticos que ella contempla.
En cuanto a la aplicación de la Resolución Constitucional en el tiempo el artículo 204° de la
Constitución señala que la "sentencia del Tribunal que declara una norma legal
inconstitucional se publica en el diario oficial. Al día siguiente de la publicación, dicha
norma queda sin efecto". El artículo 103° de la Constitución es claro y expreso: "ninguna ley
tiene fuerza ni efectos retroactivos, salvo en materia penal, cuando favorece al reo";
asimismo, el artículo 109° dice que "la ley es obligatoria desde el día siguiente de su
publicación en el diario oficial, salvo disposición contraria de la misma ley que posterga su
vigencia en todo o en parte".
De lo contrario, resulta indiscutible que si bien la sentencia que declara inconstitucional
una norma legal, sólo tiene efectos a futuro y no efectos retroactivos, presenta excepciones
de aplicación retroactiva de la ley benigna, prevista en la Constitución. Sin embargo, al
parecer, ésta no es la única excepción constitucional.
Si bien las sentencias de inconstitucionalidad no tienen efectos retroactivos es evidente que
la norma legal que ha quedado sin efectos sea inválida por ineficaz. Pero los efectos de la
sentencia no anulan todos los actos y consecuencias jurídicas producidas por la norma legal
salvo que hayan afectado derechos fundamentales, garantizados especialmente en la
Constitución.
En ese sentido, el artículo 40° de la LOTC, ha dispuesto que "las sentencias declaratorias de
inconstitucionalidad no permiten revivir procesos fenecidos en los que se haya hecho
aplicación de las normas declaradas inconstitucionales, salvo en las materias previstas en el
segundo párrafo del artículo 103° y último párrafo del artículo 74° de la Constitución". Por
otro lado, también se encuentran normas constitucionales que sancionan el carácter
irrenunciable de los derechos laborales constitucionales -artículo 26°, inciso 2. En estos
casos, la sentencia del Tribunal Constitucional también podría tener efectos retroactivos, a
fin de no convalidar normas nulas desde su origen. En consecuencia, la nulidad de la ley por
inconstitucional es a futuro y sólo por excepción la nulidad puede ser retroactiva.
b. Incompatibilidad constitucional de la ley
Si bien los fundamentos de la demanda de inconstitucionalidad deben producir como
consecuencia lógica un fallo de nulidad, esto no siempre debería ser así. Es decir, la
fundamentación válida para considerar una ley inconstitucional, en muchos casos podría
generar un perjuicio mayor si el fallo fuera anulatorio. Este tipo de sentencia esta vinculado
a los casos de inconstitucionalidad parcial de la norma, donde en particular es importante
que con la anulación total de una ley, no se perjudique un grupo ciudadano, dando tiempo
al Congreso en dar una nueva ley que integre a todas las personas por igual.
El TC para evitar una decisión que afecte a los ciudadanos y en vez de declarar nula la ley,
no obstante los fundamentos por la inconstitucionalidad, podría declara a la ley
incompatible con la Constitución, dejando, así al Congreso la oportunidad de corregir en la
ley su falta de una correcta apreciación constitucional.
Esta constatación de una incompatibilidad constitucionalidad, es cierto que podría generar
ciertas incertidumbres sobre lo que debe ser válido, por eso, los fundamentos del fallo
deben ser asumidos por el Congreso con la fuerza de ley de toda sentencia del Tribunal
Constitucional. No obstante, "mientras la anulación no se produzca, el juez ordinario sigue
estando sujeto sólo a la ley, que interpreta con libertad".
Es evidente que en este tipo de sentencia, la mayoría del Congreso debe ser receptiva a la
opinión del Tribunal, para que los legisladores configuren mejor la norma cuestionada, que
aún sigue vigente. Considerando que si el Tribunal Constitucional declarase la nulidad de la
ley, se produciría una mayor incompatibilidad con el ordenamiento constitucional por el
daño que causaría.
c. Infracción por vaciamiento de la Constitución
Se trata de los supuestos en que la inconstitucionalidad de una ley no se manifiesta
abiertamente, sino que la ley es constitucional o interpretada constitucionalmente, pero
queda latente que en conexión con otras normas legales podrían forman un complejo
normativo inconstitucional, en tanto que las otras normas legales están igualmente
ubicadas en las fronteras entre la precaria constitucionalidad de una norma legal y la simple
inconstitucionalidad.
Es el caso que las mayorías parlamentarias y el Gobierno puedan ir articulando un conjunto
de leyes y decretos legislativos o de urgencia, que por sí mismos no serían abiertamente
inconstitucionales, pero que puestos en conjunto se podría formar un complejo normativo,
que estaría vaciando de contenido a una institución constitucional. Es el caso de las leyes
que regulan las reforma del Poder Judicial, que si bien individualmente se encuentran en
los límites de la constitucionalidad, y en un caso, incluso, el Tribunal Constitucional la
declaró inconstitucional parcialmente. En conjunto, configuran una intervención del Poder
Ejecutivo en el Poder Judicial, poniendo en cuestión la independencia y la autonomía
judicial consagradas en la Constitución.
En estos casos, el TC eventualmente podría declarar en su fallo una "doble resolución" o
medida "suspensoria", en virtud de la cual la norma legal que vacía de contenido la
Constitución, tiene un plazo de caducidad; vencido éste y si el Congreso no ha modificado la
norma legal, queda sin efecto la norma impugnada o se reabre el proceso constitucional. En
este último supuesto, la resolución bien podría declarar la nulidad de la ley;
Esto sería factible, si entendemos que la demanda de inconstitucionalidad de una ley
determinada, no es un límite para que los magistrados constitucionales aprecien el
conjunto normativo, en el cual la norma impugnada devendría en inconstitucional, por
vaciamiento de la norma constitucional.
d. Interpretación de la ley conforme a la Constitución
Cuando una norma legal da lugar a ser interpretada de varias maneras, una
inconstitucional y otra constitucional, señala la doctrina, que debería preferirse la
interpretación que esté totalmente acorde con la Constitución.
En ese sentido, la ley no debe ser declarada nula si puede ser interpretada conforme a la
Constitución, en razón a que se parte de la presunción a favor de la constitucionalidad de la
ley en caso de duda.
La interpretación conforme a la Constitución parece razonable aplicarla sólo en las
controversias de índole puramente políticas, distintas de los conflictos de contenido político
y planteamiento jurídico. Sobre todo, si la presunción de constitucionalidad de las leyes está
a condición de la existencia previa de un ejercicio democrático del poder.
j. Las Sentencias Interpretativas del Tribunal Constitucional
Como es sabido, los tribunales constitucionales han diseñado sofisticadas técnicas en sus
respectivas sentencias tendientes a evitar el vacío legislativo como consecuencia de la
declaración de inconstitucionalidad así como en el ejercicio del principio de declaración de
inconstitucionalidad como última ratio. Es dentro de este contexto que la práctica
jurisprudencial de estos tribunales ha instituido las denominaciones "sentencias
interpretativas", que posibilitan una declaración que no necesariamente tiene que ser de
inconstitucionalidad o constitucionalidad.
Las sentencias interpretativas pueden ser de dos clases:
 Aditivas: Se caracterizan porque consideran que la disposición es inconstitucional en la
parte que omite (inconstitucionalidad por defecto), por lo tanto, la consecuencia
normativa contraria pasa a formar parte integrante de la norma (sentencia aditiva).
 Sustitutivas: En donde se descarta la versión interpretativa (original o de la lectura
literal) por una que se conforme a la Constitución (aquí se emplea la técnica de
interpretación conforme a la Constitución y de la declaración de inconstitucionalidad
como última ratio); consecuentemente, la versión interpretativa inconstitucional resulta
implícitamente expulsada del ordenamiento jurídico.

Las sentencias constitucionales interpretativas se incorporan como "normas ajenas a la ley


cuya constitucionalidad se demandó", patentizando así, la jurisprudencia constitucional
como una auténtica fuente de derecho en la misma línea, en este caso, que las leyes, si bien
no está contemplado ello de modo expreso en la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional;
sin embargo lo está en clara compatibilidad con la función de control de constitucionalidad
que compete al Tribunal Constitucional.
A través de esta modalidad de sentencias, el Tribunal Constitucional se integra en plenitud
en aquello que con gran acierto se ha denominado "constitucionalismo cooperativo",
caracterizado por la participación activa que aquel adquiere en el proceso de producción y
creación del derecho, perfeccionándolo en el sentido de la Constitución, dentro de un
contexto en el que antes de generar tensiones entre los órganos que participan en dicho
proceso se inserta de un modo armónico, lo cual resulta bastante significativo para la
afirmación en nuestro sistema político, de un órgano de reciente data como el Tribunal
Constitucional peruano.
k. Efectos de las sentencias
 Las sentencias de inconstitucionalidad tiene efectos para todos y para el futuro. Es decir,
al día siguiente de la publicación de la sentencia del Tribunal, queda sin efecto la norma
legal.
 Las sentencias del TC se caracterizan por gozar de una triple identidad: fuerza de ley,
cosa juzgada y efecto vinculante para terceros:

a. Fuerza de ley: Se parte de romper con el principio positivista de que una ley sólo puede
ser derogada por otra ley, por cuanto también una sentencia del Tribunal Constitucional,
declarando inconstitucional una ley, tiene fuerza de ley para dejar sin efectos generales a
una ley.
De otro lado, se puede señalar que la fuerza de ley de la sentencia que declara
inconstitucional una ley por el Tribunal Constitucional, goza de un doble carácter: - Fuerza
pasiva, en tanto no puede ser revocada por otra sentencias judiciales o derogada por otra
norma legal, salvo por otras sentencias del propio Tribunal;
- Fuerza activa, en tanto deja sin efecto a la norma legal que haya sido declarada
inconstitucional ya todas las demás que se opongan al fallo.
b. Cosa juzgada. Sobre la base del precepto constitucional, que otorga a una sentencia del
TC la eficacia derogatoria de una ley sobre otra, se deriva el carácter de cosa juzgada de las
sentencias que declaran inconstitucional una ley. Es en mérito de haber pasado en
autoridad de cosa juzgada, según el artículo 37° de la LOTC, propio de las sentencias firmes
de todo tribunal, según el artículo 139°-2 de la Constitución, que dicho fallo constitucional
no puede ser contradicho por razón procesal de forma cosa juzgada formal o por razón
sustantiva del fallo de cosa juzgada material, en sede judicial ordinaria o especial, ni
modificarse por una nueva ley del Congreso o del Poder Ejecutivo. Más aún, el mencionado
artículo 37° LOTC lleva al extremo: la "sentencia denegatoria de la inconstitucionalidad de
una norma impide la interposición de nueva acción, fundada en idéntico precepto
constitucional"; es decir, se consagra la cosa juzgada material y formal.
Lo postulado no obsta para que si varían ostensiblemente las situaciones de hecho, el
Tribunal pueda estimar una nueva acción de inconstitucionalidad sobre una nueva ley que
norma idéntica materia que la anterior, cambiado su precedente jurisprudencial, de
acuerdo a la mayoría súper calificada de seis votos sobre siete magistrados, que demanda el
artículo 55° de la LOTC. Lo cual ciertamente garantiza el poder de veto a los magistrados de
la minoría en el seno del Tribunal.
El carácter mutable de una sentencia lleva a señalar que "la cosa juzgada no crea ni una
presunción ni una ficción de verdad". De ahí que una nueva acción contra dicha norma
legal, sólo ante el Tribunal Constitucional fundada en idéntico precepto constitucional, no
sería inconstitucional, si la interpretación que se haga de la ley y de la norma constitucional,
se basen en nuevos elementos de juicio, derivados del cambio de circunstancias sociales,
políticas o económicas, que deberían ser materia de evaluación concreta de los magistrados
del Tribunal.
c. Aplicación vinculante a los poderes públicos. La afirmación de que la sentencia del
Tribunal Constitucional que declara inconstitucional una .1ey, por su carácter de cosa
juzgada, tiene efectos vinculantes u obligatorios para los poderes públicos, se deriva del
carácter general que produce los efectos derogatorios de su sentencia. En efecto, como
señala el artículo 204° de la Constitución, "la sentencia del Tribunal que declara la
inconstitucionalidad de una norma se publica en el diario oficial. Al día siguiente de la
publicación, dicha norma queda sin efecto".
Es decir, el carácter vinculante de la sentencia del TC tiene consecuencias más allá de los
efectos de la cosa juzgada formal, porque es exigible no sólo a las partes del proceso, sino a
todos los órganos constitucionales y para todos la casos futuros, no sólo por la dispuesto en
el fallo de la sentencia, sino también en los fundamentos y consideraciones de la misma348.
Como en el caso de la cosa juzgada, el TC es el único que no queda vinculado a su sentencia,
sea ésta estimatoria o desestimatoria de la demanda de inconstitucionalidad de una ley.
En particular, los jueces y tribunales ordinarios y demás autoridades administrativas, se
encuentran sometidos a la jurisprudencia del TC, tanto si se declara la inconstitucionalidad
de la norma legal, como si ha sido des- estimada la demanda. En este sentido, el artículo
39° de la LOTC dispone que "los jueces deben aplicar una norma cuya constitucionalidad
haya sido confirmada por el Tribunal".
Sentencia Del Tribunal Constitucional De Una Acción De Inconstitucionalidad
V. S-331
..., el derecho personal a la integridad física, síquica y moral, el derecho al honor, a la
dignidad personal y a la buena reputación, el derecho a una vida tranquila y en paz y el
derecho a la igualdad entre los seres humanos, son valores más altos, constitucionalmente,
que la finalidad legítima de preservar el vínculo matrimonial.
Exp. Nº 018-96-I/TC
Lima
Sentencia Del Tribunal Constitucional
En Lima, a los 29 días del mes de abril de mil novecientos noventa y siete, reunido el
Tribunal Constitucional en sesión de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los señores
Magistrados:
Nugent, Presidente,
Acosta Sánchez, Vicepresidente,
Aguirre Roca,
Díaz Valverde,
Rey Terry,
RevoredoMarsano,
García Marcelo;
actuando como Secretario Relator (e), el doctor José Luis Echaíz Espinoza, pronuncia la
siguiente sentencia; con el voto discordante del Magistrado José García Marcelo.
Asunto:
Demanda de inconstitucionalidad interpuesta por el Defensor del Pueblo, don Jorge
Vicente Santisteban de Noriega, contra el artículo 337º del Código Civil, promulgado
mediante el Decreto Legislativo Nº 295.
Antecedentes:
Admitida a trámite con fecha 03 de enero de 1997; se ordenó el traslado legal
correspondiente al Congreso de la República, que en Sesión de Mesa Directiva, de fecha 30
de enero de 1997 nombró como apoderado del Congreso al señor Congresista, don Jorge
Muñiz Zichez, ante este Tribunal.
1. La Demanda
La demanda de inconstitucionalidad se interpone contra el artículo 337º, del Código Civil,
que dispone: "La sevicia, la injuria grave y la conducta deshonrosa son apreciadas por el
Juez teniendo en cuenta la educación, costumbre y conducta de ambos cónyuges".
Respecto al texto transcrito el accionante expresa, principalmente, lo siguiente:
a) El artículo 337º del Código Civil de 1984, viola el derecho fundamental a la igualdad ante
la ley.
Este derecho está reconocido en el artículo 2, inciso 2), de la Constitución de 1993, así como
también está previsto en el artículo 26º del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y
Políticos y en el artículo 24º de la Convención de Derechos Humanos.
Aplicando el test de razonabilidad al artículo 337º, se concluye que éste es discriminatorio,
por las siguientes razones: a) El citado artículo coloca a las personas de escasa educación o
de pocos recursos económicos en una situación de desventaja en relación con aquellas
personas que sí poseen estudios o una buena posición económica; b) Si bien la finalidad de
preservar el vínculo matrimonial es legítima, la regulación restrictiva del divorcio en el
Código Civil vigente es una muestra de que existen otros medios que pueden conducir al fin,
sin sacrificar el principio constitucional de igualdad; c) El derecho a la vida, a la integridad
física, psíquica y moral así como el derecho al honor y a la buena reputación son más
importantes que la preservación del vínculo matrimonial; d) No se explica por qué la
conducta de ambos cónyuges debe apreciarse sólo en las tres causales aludidas en el
artículo 337º y no en las otras, a no ser que se pretenda mantener diferenciaciones
históricamente muy arraigadas, y que han situado a vastos sectores de la población en una
posición desventajosa y abiertamente contraria al principio de igualdad.
b) El artículo 337º del Código Civil de 1984, viola el derecho fundamental a la vida, a la
integridad moral, psíquica y física.
La violencia contra la mujer, en cualquiera de sus formas, constituye una violación de los
derechos humanos, especialmente del derecho a la vida y a la integridad física, psíquica y
moral, recogido en el artículo 2º, inciso 1) de la Constitución Política del Perú.
El derecho a la vida se encuentra reconocido también en el artículo 6º del Pacto
Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, y en el artículo 4º de la Convención
Americana de los Derechos Humanos, norma que reconoce también, en su artículo 5º, el
derecho a la integridad personal.
La norma impugnada que señala que la violencia física y psicológica se valora teniendo en
cuenta la educación, costumbres y conducta de los cónyuges, determina que la protección
de los derechos humanos depende del grado de instrucción y del estrato social al que
pertenezca su titular.
c) El artículo 337º del Código Civil de 1984, viola el derecho fundamental al honor y a la
buena reputación.
La jurisprudencia ha definido la injuria grave como toda ofensa inexcusable e inmotivada al
honor y a la dignidad de un cónyuge, producida en forma intencional y reiterada por el
cónyuge ofensor, haciendo insoportable la vida en común.
La doctrina ha definido el honor como el sentimiento de autoestima, la apreciación positiva
que la persona tiene de sí misma y de su actuación. La reputación es la cara opuesta, porque
es la buena idea que los demás se hacen de una persona. El honor y reputación son
derechos complementarios de la persona y esenciales para que pueda convivir en sociedad.
No se entiende por qué la valoración de la injuria grave dependa de la condición social de
los cónyuges. Ante idénticos insultos una persona de escasa educación puede sentirse tan
ultrajada como un profesional adinerado. El derecho constitucional al honor y a la buena
reputación debe protegerse al margen de la instrucción de la persona y del estrato social al
que pertenezca.
La Constitución de 1993 reconoce el derecho fundamental al honor y la buena reputación en
su artículo 2º, inciso 7). Este derecho se encuentra también reconocido en el artículo 17º del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en el artículo 11º de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.
d) El artículo 337º del Código Civil de 1984, viola los derechos fundamentales a la paz, a la
tranquilidad y a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de la vida.
La aplicación del artículo 337º del Código Civil trae como consecuencia que aquellas
personas cuyas demandas de separación de cuerpos o de divorcio sean desestimadas en
atención a su educación y costumbre, continúen soportando hechos de violencia, agravios y
deshonor, que vulneran el derecho reconocido en el artículo 2º, inciso 22, de la
Constitución Política del Perú.
2. Contestacion De La Demanda
Absolviendo el trámite de contestación de la demanda, el Congreso, a través de su
apoderado, el señor Congresista Jorge Muñiz Sichez, la niega y contradice en todas sus
partes, principalmente, por los siguientes fundamentos:
a) El artículo 337º del Código Civil no viola el derecho a la igualdad ante la ley.
El primer deber de protección que tiene el Estado recae en la familia, por eso es que en el
artículo 337º del Código Civil le otorga facultad al juez para poder analizar las situaciones
en las que se han producido la sevicia, injuria grave o conducta deshonrosa a fin de
determinar si constituyen causal de separación de cuerpos, siempre teniendo en cuenta la
conservación de la familia.
El reconocimiento del matrimonio y la familia como institutos naturales de la sociedad los
coloca como precedentes en un orden de prioridad. Estas instituciones existen antes de la
ley. La ley sólo las reconoce, lo que equivale a decir que la sociedad tiene base en ellos por lo
que están investidos de protección y conservación.
El artículo 337º del Código Civil no viola el derecho a la igualdad ante la ley. Basa su
fundamento en lo señalado por el constitucionalista José Coloma Marquina, el cual
manifiesta que el Tribunal constitucional español ha dividido en dos áreas la protección al
principio de igualdad, desigualdad en la ley y desigualdad en la aplicación de la ley.
Continúa diciendo que, "El Tribunal Constitucional analiza la supuesta desigualdad cuando
ésta nace de la Ley, determinando primero, si existe una causa objetiva y razonable que
fundamenta la no igualdad; y segundo, si dicha desigualdad está desprovista de una
justificación también objetiva y razonable, debiendo haber una relación de
proporcionalidad entre medios y fin...".
Es distinto el caso de la desigualdad en la aplicación de la ley: citando al constitucionalista
José Coloma, el demandante sostiene que se viola el principio en la aplicación de la ley,
cuando un mismo precepto se aplica a casos iguales con notoria desigualdad por motivos
arbitrarios, desigualdad que es sinónima para el Tribunal Constitucional español, de
conducta arbitraria. A diferencia del test que se aplica en casos de desigualdad en la ley,
donde la razonabilidad se mide en función de la propia norma, en la desigualdad por
aplicación de la ley, ésta se mide respecto a la aplicación de la norma al caso concreto; así
serán razonables las subnormas deducidas de la norma aplicable de acuerdo a cómo fueron
utilizadas. En el control de igualdad en este caso, lo fundamental para el órgano de
protección de la igualdad, sino plasman una adecuada tutela judicial.
b) El artículo 337º del Código Civil no viola el derecho a la vida y a la integridad moral,
psíquica y física.
Según los demandados, que citan a José Rubén Taramona, la sevicia puede definirse como
el trato cruel que da uno de los cónyuges al otro, actos vejatorios realizados a fin de
producir un sufrimiento que logre exceder el respeto entre marido y mujer. La sevicia "Se
expresa por maltratos físicos, siendo apreciada por los daños materiales que produce. Lo
que busca el cónyuge agresor es el sufrimiento del otro cónyuge logrando exceder el mutuo
respeto entre marido y mujer".
Considera la parte demandada que el artículo 337º no contribuye a la violación de estos
derechos, pues el juez debe calificar la voluntad del infractor y la calidad del receptor
debido a que el grado del agravio depende sustancialmente de la forma en que sean
apreciados y percibidos los hechos por la víctima en ese momento.
Lo que puede ser sevicia para unos, calificada como una causal de separación de cuerpos
puede ser tolerable para otros, por lo que no daría lugar al fundamento de la demanda.
Está condicionado al arbitrio judicial, a la interpretación del juez teniendo en cuenta las
condiciones socio económicas y culturales del cónyuge que invoca la acción, evaluando si
las causas del maltrato fueron graves o no, si se trata de un hecho aislado o de un verdadero
hábito; si los hechos ocurrieron en público o en privado, o si el uso de la fuerza ocurrió en
defensa de un derecho o arbitrariamente.
c) El artículo 337º del Código Civil no viola el derecho al honor y la buena reputación.
Cada persona tiene un conjunto de características propias que constituyen su identidad, por
lo tanto, si para unas personas las causales previstas en el artículo 337º del Código Civil
pueden ser una grave ofensa, para otros no puede serlo en razón de su comportamiento
habitual, costumbres o educación, u otros factores.
Por otra parte, los demandados señalan que "la injuria grave está relacionada a las ofensas
que se realizan al honor y dignidad del cónyuge, producidas en forma reiterada e
intencional por el agresor haciendo insoportable la vida en común. Esta puede darse en
forma escrita, verbal, actitudes que denotan un ultraje y que representen un vejamen hacia
la personalidad y dignidad". Como atenuación parcial, sostienen, que hay que tener en
cuenta que los Tribunales aceptan como principio jurídico el aforismo clásico "Scienti et
consentienti non fit injuria" (Al que conoce y consciente, no se le causa injuria o perjuicio).
d) Respecto a la violación al derecho a la paz, a la tranquilidad y a gozar de un ambiente
equilibrado y adecuado al desarrollo de la vida.
La conducta deshonrosa consiste en la realización de hechos carentes de honestidad que
atentan contra la estimación y respeto que deben existir entre los cónyuges a fin de lograr la
armonía conyugal. La parte demandada no expone mayores argumentos de contestación,
respecto a este punto.
Finalmente, considera que la norma contenida en el artículo 337º del Código Civil, no es
inconstitucional en tanto que ella sólo faculta al juez "a tener en cuenta" ciertos criterios en
función de la naturaleza de las causales invocadas, pues éstas se constituyen luego en juicio
valorativo.
Habiendo examinado los argumentos expuestos en la demanda y en la contestación de la
misma, así como los manifestados a la vista de la causa, y los propios de los señores
magistrados; encontrándose los miembros del Tribunal en aptitud de emitir su voto, y
habiéndose efectuado la votación en el Pleno convocado, para tal efecto por el Presidente
del Tribunal;
Fundamentos:
Considerando:
1. Que se ha planteado la presente acción con el objeto de que el Tribunal Constitucional
declare la inconstitucionalidad del artículo 337º del Código Civil, que establece que "La
sevicia, la injuria grave y la conducta deshonrosa son apreciadas por el juez teniendo en
cuenta la educación, costumbre y conducta de ambos cónyuges"; que la mencionada
disposición se relaciona sistemáticamente con las causales de separación de cuerpos
previstas en los incisos 2, 4 y 6 del artículo 333º del mismo cuerpo legal y con las causales
de divorcio vincular, conforme al artículo 349º del Código Civil.
2. Que, en consecuencia, este Tribunal debe decidir si la apreciación por el juez, en cada
caso concreto, de la educación, costumbre y conducta de los cónyuges es o no
discriminatoria, como alega el demandante y para ello debe analizar si la desigualdad de
educación, costumbre y conducta entre las parejas casadas, es circunstancia justificatoria
del trato desigual que debe hacer el juez, en la aplicación del artículo 337º del Código Civil,
como alega el demandado; que el principio de igualdad que la Constitución consagra en su
artículo 2 inciso 2) exige, en primer lugar, que la diferenciación en el tratamiento jurídico
persiga una finalidad legítima; que es legítima la finalidad del artículo 337º del Código Civil
pues consiste en la conservación del vínculo matrimonial, y que es deber del Estado,
plasmado en el artículo 4º de la Constitución, proteger a la familia, promover el
matrimonio y reconocer a ambos como institutos fundamentales de la sociedad; que, sin
embargo, también es legítima y constitucional la finalidad, dentro y fuera del matrimonio,
de la defensa y del respeto a la dignidad de la persona humana, como lo establece el artículo
1º de la Constitución vigente, así como la protección del Estado a la vida, integridad moral,
física y psíquica de la persona humana y de su libre desarrollo y bienestar, como lo dispone
el artículo 2º inciso 1) de la Constitución; que también es legítimo y constitucional el
derecho de toda persona al honor y a la buena reputación, como se desprende del artículo
2º inciso 7) de la Constitución; que el derecho a la paz, a la tranquilidad, a gozar de un
ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de la vida, también constituye una finalidad
legítima y constitucional plasmada en el artículo 2º inciso 22) de la Constitución y, por ello,
resulta legítimo y constitucional el precepto del artículo 2º inciso 24), h de la Constitución
cuando ordena que nadie debe ser víctima de violencia moral, psíquica o física, ni sometido
a tratos inhumanos o humillantes.
Que, en consecuencia, nos encontramos ante dos valores reconocidos como
constitucionales y legítimos: la defensa y conservación del vínculo matrimonial, finalidad
del artículo 337º del Código Civil, y la defensa de algunos de los derechos fundamentales de
la persona individual, esté o no casada.
Que, el principio de igualdad plasmado en la Constitución no sólo exige, para el tratamiento
desigual en la aplicación de la ley a las personas, que la finalidad legislativa sea legítima,
sino que los que reciban el trato desigual sean en verdad desiguales; que los derechos
personales a la dignidad, a la integridad física, psíquica y moral, al libre desarrollo y
bienestar, al honor y buena reputación, a la vida en paz, al goce de un ambiente adecuado,
al desarrollo de la vida y a no ser víctima de violencia ni sometido a tratos humillantes, son
derechos constitucionales aplicables a todo ser humano, sin que interese su grado de
educación, sus costumbres, su conducta o su identidad cultural. En lo que respecta a estos
derechos fundamentales, todas las personas son iguales, y no debe admitirse, en algunas
personas y en otras no, la violación de estos derechos.
Que si bien la finalidad de la conservación del matrimonio que contiene el artículo 337º del
Código Civil es legítima, no debe preferirse ni sacrificarse a la consecución de ésta, otras
finalidades también legítimas y constitucionales, referidas a la defensa y desarrollo de la
persona humana como tal, pues, a juicio de este Tribunal, los derechos humanos citados
tienen mayor contenido valorativo y constituyen finalidades más altas y primordiales que la
conservación del matrimonio.
El Tribunal no considera legítima la preservación de un matrimonio cuando para lograrla,
uno de los cónyuges deba sufrir la violación de sus derechos fundamentales, derechos que
son inherentes a su calidad de ser humano.
Que, el término "sevicia" utilizado en el artículo 337º del Código Civil y también por los
demandados en la contestación a la demanda, debe entenderse sustituido por el de
"violencia física y psicológica" y no sólo referido, como parece entender la parte
demandada, a los actos de crueldad física; que la violencia física y psicológica a la que se
refiere el artículo impugnado del Código Civil, es una violencia alegada como fundamento
por la presunta víctima para solicitar la separación de cuerpos o el divorcio, por lo que no
cabe presumir que ha consentido con ella, o que la ha perdonado, sino más bien, que no
está dispuesto a tolerarla ni por costumbre, ni por miedo a la separación o al divorcio, ni
por su grado de educación o cultura; que la existencia de violencia debe ser comprobada por
el juez respecto a su debida existencia de modo objetivo; que, planteada la demanda de
separación de cuerpos o de divorcio por el cónyuge agredido, y comprobada la existencia de
violencia por acto o por conducta del otro cónyuge queda configurada y tipificada la
circunstancia a que se refieren los artículos 333º y 349º del Código Civil como causal de
separación de cuerpos y de divorcio vincular, pues la violencia no deja de ser tal por el
hecho de que quien la realiza o el que la sufre, o ambos, tengan determinado nivel de
educación o cultura, o vivan en un ambiente donde se acostumbre aceptarla, pues en todos
los casos vulnera la integridad física y psíquica de la víctima, así como su dignidad y
derecho a vivir en paz; que, en consecuencia, siempre que hayan indicios de violencia física
o psicológica por uno de los cónyuges debe bastar la exigencia de la presunta víctima a la
separación de cuerpos o al divorcio para que sea admitida como presunta causal y pueda
iniciarse el proceso; que, dentro del proceso, una vez comprobada fácticamente la violencia,
queda probada también la vulneración a los principios constitucionales precitados, y no
cabe, por ende, supeditar su carácter de causal, a la educación o conductas de los cónyuges.
Que, en cuanto a la costumbre, si bien es cierto que en algunos lugares del territorio
peruano, o entre algunas parejas, socialmente se acepta la violencia del marido sobre la
mujer, ello no justifica que el Estado recoja esa costumbre por el simple hecho de ser tal, y
la plasme legislativamente, porque es deber del Estado y de este Tribunal orientar a la
sociedad peruana hacia un status cada vez mas civilizado y justo. Costumbres que vulneran
derechos fundamentales como el de la integridad física y psicológica, el de la igualdad de los
seres humanos, el de la dignidad personal y el derecho a gozar de una vida en paz, deben ser
erradicadas de la sociedad por el Estado. La violencia entre marido y mujer, sin importar
dónde ocurra, o qué arraigada esté, es siempre violatoria de tales derechos constitucionales
que protegen a los seres humanos, todos ellos con dignidad, tengan o no cultura, tengan o
no educación, tengan o no el peso de una costumbre primitiva y degradante.
Que, respecto a la injuria grave, como causal de separación de cuerpos y de divorcio, la
"gravedad" es condición para que la injuria constituya causal; que la gravedad de la injuria
depende del sentimiento subjetivo, particular e interno que ocasiona en la víctima, y que la
intensidad de ese sentimiento depende a su vez, del sentido de honor que ella tenga de sí
misma.
Que el honor interno de cada persona, es decir la apreciación que de sus propios valores y
virtudes tiene, debe diferenciarse del honor externo, que es la percepción que tienen los
demás respecto a los valores y virtudes de esa persona. La injuria, a diferencia de la
calumnia y la difamación, incide sólo sobre el honor interno, que es muy subjetivo, pues
depende de la escala de valores particular del individuo y de la comparación que sobre su
propia conducta y su escala de valores, el mismo individuo realiza, sin que interese, a estos
efectos, la apreciación externa de terceros.
Que, con estas premisas el Tribunal opina que la gravedad de la injuria para convertir a ésta
en causal de separación de cuerpos o de divorcio, sí debe ser apreciada por el juez en cada
caso concreto pues, a diferencia de la violencia o sevicia, todo hecho supuestamente
injurioso puede no serlo, o serlo con distintos grados de intensidad, según la educación,
costumbres o conductas de la persona y de la pareja. El juez deberá investigar si el hecho
presuntamente injurioso hirió gravemente el honor interno del demandante y que, en
consecuencia, no estaba acostumbrado a tal hecho o si, al contrario, estaba acostumbrado a
perdonarlo, o a consentirlo, de manera que no constituye, para ese individuo en particular,
una injuria grave, capaz de ocasionar la separación de cuerpos o el divorcio. No quiere esto
decir que el juzgador deba clasificar a la sociedad por estratos de mayor o menor cultura,
costumbres o educación, pues en un mismo estrato económico, social y cultural es posible
encontrar parejas y dentro de éstas, personas, con distinta apreciación y sentimiento de lo
que constituye una injuria grave: la indagación del juez debe referirse al honor interno de la
víctima y a la relación con su pareja, sin que sea gravitante el estrato social o cultural al que
pertenezca.
Que la conducta deshonrosa como causal de separación de cuerpos y de divorcio exigida por
el artículo 337, debe necesariamente concordarse con el inciso 6 del artículo 333 y con el
artículo 349 del Código Civil, es decir que no constituye causal cualquier conducta
deshonrosa, sino únicamente la que "haga insoportable la vida en común". En esta causal
debe apreciarse por el juzgador no sólo el honor interno sino el honor externo de la víctima,
es decir, la opinión que tengan los terceros sobre su anterior, o presente, o futura
aceptación de la conducta deshonrosa de su cónyuge; que el requisito adicional de que
"haga insoportable la vida en común" para constituir causal, la hace incidir sobre valores y
derechos fundamentales de la persona, reconocidos en la Constitución, cuya defensa no
debe quedar al arbitrio del juez. Una vez probados los dos extremos del inciso 6 del artículo
333º del Código Civil, es decir que existe conducta deshonrosa por parte de uno de los
cónyuges y que dicha conducta hace razonablemente insoportable la vida en común, queda
configurada la violación objetiva al derecho constitucional que toda persona tiene al honor,
a la buena reputación y a la vida en paz, derechos que deben ser reconocidos,
independientemente del grado de instrucción de la persona o del estrato social o cultural al
que pertenezca.
Que, en lo que concierne a la costumbre, si bien el término "conducta" sugiere una "serie"
de hechos que pueden suponer una costumbre entre los cónyuges, y por ende, una situación
aceptada tácitamente por el agraviado, tal presunta aceptación no "constitucionaliza" la
violación a la dignidad y al honor de la víctima. El requisito adicional a la conducta
deshonrosa, de "hacer insoportable la vida en común" supone de modo razonablemente
objetivo que, llegado determinado momento, la víctima en la relación conyugal ya no está
dispuesta ni puede soportar más la conducta deshonrosa de su cónyuge, a costa de sí mismo
y de sus derechos personales básicos: la interposición de la demanda debe considerarse,
entonces, como presunción de derecho, de que ese momento ha llegado y la conducta
deshonrosa una vez comprobada fácticamente en el proceso, pasa a constituir causal de
separación de cuerpos o de divorcio.
Que, en base al artículo 2º inciso 2 de la Constitución Política, que prohíbe distinguir entre
las personas por motivos de origen, condición económica o de cualquiera otra índole; a la
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la
Mujer, ratificada por el Perú el 22 de Marzo de 1996, en especial a su artículo 6º que
proclama "el derecho de la mujer a ser valorada y educada libre de patrones estereotipados
de comportamiento y prácticas sociales y culturales basadas en conceptos de inferioridad o
subordinación", derecho que este Tribunal también reconoce a todo varón; al artículo 2
inciso 7) de la Constitución Política que reconoce el derecho fundamental al honor y a la
buena reputación, que concuerda con el artículo 11º de la Convención Americana de
Derechos Humanos y al artículo 20º inciso 22 de la misma Constitución Política, que
consagra el derecho a la paz, a la tranquilidad y a gozar de un ambiente equilibrado y
adecuado al desarrollo de la vida y, vistas las sugerencias del Comité de Derechos Humanos
de las Naciones Unidas dentro del marco del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, este Tribunal considera que los medios escogidos por el legislador, es decir, la
apreciación por el juez en base a la educación, costumbre y conducta de los cónyuges,
respecto a la violencia física y psicológica y a la conducta deshonrosa que haga insoportable
la vida en común, no son adecuados, ni necesarios, ni proporcionales, para la consecución
de la finalidad de preservar el vínculo matrimonial, pues vulneran principios y finalidades
constitucionales más importantes. Dicho de otro modo, el derecho personal a la integridad
física, síquica y moral, el derecho al honor, a la dignidad personal y a la buena reputación,
el derecho a una vida tranquila y en paz y el derecho a la igualdad entre los seres humanos,
son valores más altos, constitucionalmente, que la finalidad legítima de preservar el vínculo
matrimonial.
Por estas consideraciones el Tribunal Constitucional
Falla:
Declarando fundada en parte la demanda de inconstitucionalidad interpuesta por el
Defensor del Pueblo, don Jorge Vicente Santisteban de Noriega, contra el artículo 337º del
Código Civil, en la medida que la sevicia y la conducta deshonrosa que hace insoportable la
vida en común, sean apreciadas por el juez teniendo en cuenta la educación, costumbre y
conducta de ambos cónyuges, disposición que queda derogada; e infundada la demanda en
lo referente a la injuria grave, disposición que queda vigente. El artículo 337º del Código
Civil, en consecuencia, se entenderá referido en adelante exclusivamente a la causal de
injuria grave.
Regístrese y publíquese en el diario oficial, en el plazo de ley.

1. Artículo 204
2. Antecedentes en la Constitución de 1979
3. Análisis Exegético
4. Artículo 205
5. Análisis exegético

366. Artículo 204


"Artículo 204.- La sentencia del Tribunal que declara la inconstitucionalidad de una
norma se publica en el diario oficial. Al día siguiente de la publicación, dicha norma
queda sin efecto.
No tiene efecto retroactivo la sentencia del Tribunal que declara inconstitucionalidad en
todo o en parte, una norma legal".
Antecedentes en la Constitución de 1979

Los Artículos de la Constitución de 1979 que operan como antecedentes de éste que
comentamos tiene el siguiente texto:
"Articulo 300.- No tiene efecto retroactivo la sentencia del Tribunal que declara
inconstitucional una norma en todo o en parte".
"Articulo 301.- El tribunal comunica al Presidente del Congreso la sentencia de
inconstitucionalidad de normas emanadas del Poder Legislativo. El Congreso por el mérito
del fallo aprueba una ley que deroga la norma inconstitucional.
Transcurridos cuarenta y cinco días naturales, sin que se haya promulgándola derogatoria,
se entiende derogada la norma inconstitucional. El tribunal ordena publicar la sentencia en
el diario Oficial".
Ambos Constituciones establecen que la sentencia del Tribunal no tiene efecto retroactivo.
En cuanto al procedimiento de invalidación. La Constitución de 1979 exigía
una comunicación al Congreso de la sentencia que declaraba la inconstitucionalidad de una
Ley a fin de que derogara la norma en un plazo de hasta cuarenta y cinco días. Luego , si tal
cosa no había ocurrido. Se publicaba la sentencia entendiéndose derogada la norma.
La constitución de 1993, simplemente manda publicar la sentencia y desde el día siguiente a
la publicación, la norma queda sin efecto.
ANÁLISIS EXEGETICO
La sentencia en una acción de Inconstitucionalidad tiene efectos importantes y a la vez
particulares:
 Si declara fundada la demanda, entonces produce el efecto de invalidarla. No es una
derogación porque este concepto tiene un significado claro en la teoría y en la
legislación: el articulo 103 de la Constitución dice que " La Ley se deroga sólo por otra
ley". Aunque oportunamente hemos manifestado críticas de naturaleza técnica a esta
expresión, sí es indudable que la derogación es solamente la privación de vigencia a una
norma legislativa por otra norma legislativa. La derogación es, pues, esta especie de
invalidez. La sentencia del Tribunal no es una norma legislativa y por lo tanto no deroga,
pero igualmente invalida.

Al propio tiempo, importa destacar que el Tribunal actúa con autoridad para desarrollar en
la sentencia hasta dos aspectos , hayan o no sido demandados:
a.
b. Puede ordenar la invalidación de otras normas si encuentra que están vinculados a
aquella cuya invalidación se ha solicitado. Deberá indicarlas.
c. Puede resolver la inconstitucionalidad de la Ley por razones que no hayan sido
invocados en la demanda.

Estas disposiciones se encuentran en el artículo 38 de la Ley Orgánica del Tribunal


Constitucional :
"Ley 26435, artículo 38.- Cuando la sentencia declara la inconstitucionalidad de un
dispositivo de la norma impugnada. Declara igualmente la de aquellos otros preceptos de la
misma norma a los que debe extenderse por conexión o consecuencia y que haya
sido materia de la causa.
El tribunal puede fundar la declaración de inconstitucionalidad en la infracción de
cualquier norma constitucional , aunque no haya sido invocada en el curso del proceso".
En otros procesos estas normas serían una arbitrariedad al pronunciarse el Tribunal en
términos no pedidos pero en el caso de la inconstitucionalidad es posible porque ni el
demandante actúa por interés individual ni, en consecuencia, el Tribunal resuelve
peticiones de partes en su propio interés. Por el contrario, lo esencial de una acción de
inconstitucionalidad es el control de la coherencia del sistema jurídico y ese es un fenómeno
válido en sí mismo, independientemente de los legítimos intereses directos que puedan
tener quienes se han perjudicado por la norma inconstitucional. Por ello, si encuentra
inconstitucionalidades que no fueron perdidas, las puede declarar siempre que estén
vinculadas al caso bajo proceso: el interés que se maneja en el caso de la
inconstitucionalidad de las leyes es siempre de naturaleza social, coincida o no con interés
individuales específicos.
 Si se declara infundada la demanda de inconstitucionalidad, la sentencia tiene el efecto
de impedir una nueva acción de inconstitucionalidad contra esa norma, en virtud del
mismo articulo de la Constitución. Dice la Ley Organiza del Tribunal Constitucional:

"Ley 26435, articulo 37.- (...)


La sentencia denegatoria de la inconstitucionalidad de una norma impide la interposición
de nueva acción, fundada en idéntico precepto constitucional.
(....)".
La Ley Orgánica del Tribunal Constitucional establece varias normas con respecto a los
efectos de la sentencia de una Acción de Inconstitucionalidad. Destacamos lo más
importantes:
 Una vez emitida, las sentencias del Tribunal son cosa juzgada y obligan a todo el Estado.
Lo dice el artículo 35:

"La Ley 26435 , artículo 35.- Las sentencia recaídas en los procesos de
inconstitucionalidad tiene autoridad de cosa juzgada, vinculan a todos los poderes
públicos y producen efectos generales, desde el día siguiente a la fecha de su publicación
conforme al siguiente párrafo.
(....)".
 La regla general consiste en que la sentencia del Tribunal que declara inconstitucional
una norma de rango de Ley, no tiene efecto retroactivo. Es decir, no modifica las
situaciones que hayan quedado establecidos mientras la norma existió y hasta que fue
declara inconstitucional.

La Ley Orgánica del Tribunal Constitucional establece dos excepciones a este principio que
tiene sólido fundamento constitucional y que, por tanto, nos parecen concordantes y no
incompatibles con la Constitución. En verdad, si los constituyentes, hubieran tenido mejor
técnica legislativa, deberían haberlas introducido en este articulo 204. ellas son:
a. Si a la sentencia del Tribunal que declara la inconstitucionalidad de una ley se le
puede atribuir efectos retroactivos benignos en materia penal, hay que hacerlo. Esta
decisión se halla perfectamente amparada en el segundo párrafo del artículo 103 de la
Constitución y es sistemáticamente consistente con él.
b. Si la norma invalida por la sentencia de inconstitucionalidad fuera una norma
tributaria , es aplicable la última parte del artículo 74 que dice "No surten efecto las
normas tributarias dictadas en violación de lo que establece el presente articulo". En
otras palabras, los efectos tributarios que hayan tenido dicho norma son invalidados
también.

Estos dos puntos se hallan en el artículo 40 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional.
"Ley 26435, articulo 40.- Las sentencias declaratorias de inconstitucionalidad no permiten
revivir procesos fenecidos en los que se haya aplicación de las normas declaradas
inconstitucionales, salvo en las materias previstas en el segundo párrafo del Artículo 103 y
último párrafo del Artículo 74 de la Constitución".
Un tema de retroactividad que no han abordado ni la Constitución ni la Ley Orgánica del
Tribunal Constitucional es el siguiente : según el artículo 62 de la Constitución, una vez
elaborado un contrato de acuerdo a la legislación vigente en el momento de
perfeccionamiento, "Los términos contractuales no pueden ser modificados por leyes u
otras disposiciones de cualquier clase". La pregunta evidente es : si se hace un contrato en
virtud de una ley cuyas normas luego don declaradas inconstitucionales ¿valen las cláusulas
por consiguiente inconstitucionales del contrato o pirden vigencia? Desde un punto de vista
estrictamente literal tendríamos que concluir que en virtud del articulo 62 el contrato
mantendría validez porque no puede ser modificado por "disposiciones de cualquier clase"
lo cual incluiría a las sentencias del Tribunal.
Sin embargo , es evidente que contraría al Derecho que eso sea así. Lo más adecuado sería
rescatar lo posible del contrato adaptándolo a las nuevas circunstancias. No sería
sistemático, en nuestro entender, que un acto privado subsistiera a una ley declarada
inconstitucional porque está fundada en ella y tiene estabilidad jurídica. Las
inconstitucionalidades no pueden prevalecer sobre el texto de la Constitución por ninguna
razón dentro del sistema jurídico porque la Constitución es la única norma suprema
del Estado.
Este comentario hace ver esta notable deficiencia técnica en la Constitución, que consiste en
no haber concordando debidamente las normas de artículo 62 y del articulo 204.
 Todos los órganos jurisdiccionales del Estado deben seguir obligatoriamente las
interpretaciones de la Constitución que hagan las sentencias del Tribuna Constitucional.
Esa norma, en realidad, se aplica a todo tipo de sentencias, no sólo las de
inconstitucionalidad, pero desde luego también a ellas. Dice la primera disposición
general de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional:

"Ley 26435, primera disposición general .- Los Jueces y Tribunales interpretan y aplican las
leyes o toda norma con rango de Ley y los reglamentos según los preceptos
y principios constitucionales , conforme a la interpretación de los mismos que resulte de las
resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional en todo tipo de procesos".
A los temas anteriores, la mayoría de ellos de naturaleza técnica, se suma uno que combina
lo técnico con lo político y puede resumirse en los siguiente : desde que a los miembros del
Tribunal los nombra el Congreso con votación calificada de dos tercios, y desde que siendo
siete miembros se necesitan seis votos conformes para declarar la inconstitucionalidad de
se agencien en la negociación política del nombramiento, la seguridad de garantizar que no
sea declaradas inconstitucionales las leyes que ellos no deseen ver invalidadas.
Articulo 138.-
(....)
En otro proceso, de existir incompatibilidad entre una norma constitucional y una norma
legal, los jueces prefieren la primera. Igualmente, prefieren la norma legal sobre toda otra
norma de rango inferior".
El articulo 39 de la Ley del Tribunal Constitucional nos enfrenta, así , al siguiente problema
jurídico: ¿cómo debe ser confirmada la Ley impugnada?".
Aquí caben dos interpretaciones. La primera consiste en que toda demanda de
inconstitucionalidad infundada, genere automáticamente la confirmación de la
constitucionalidad de la Ley respectiva. Así parece entenderlo Néstor Pedro Sagués en este
texto:
La incógnita que aquí ocupa, es si un poder no constituyente sino, "constituido" como el
Congreso del Perú, puede válidamente requerir a otro poder constituido, como el Tribunal
Constitucional , que para declarar a una ley inconstitucional, voten en tal sentido seis de los
siete vocales de dicho tribunal, y que de no lograrse esa mayoría calificada, la ley del caso
quede declarada como constitucional, veredicto obligatorio, además para todos los jueces
del país.
La otra, que se entienda que toda confirmación es un acto de declaración de voluntad y que,
consiguientemente, el Tribunal sólo declararía tal cosa cuando por cuatro votos o más
adopte un acuerdo en tal sentido ( hay que recordar que el Tribunal adopta todos sus
acuerdos por mayoría de votos que son cuatro.- salvo cuando se trata de la inadmisibilidad
de la demanda de inconstitucionalidad o de declarar tal inconstitucionalidad en que
necesita seis votos).
Nosotros consideramos que en este problema, como en otros muchos de la misma
naturaleza, hay que recalcar que el sentido de establecer un quórum calificado de votación
es el de exigir acuerdo entre una mayor cantidad de votantes que la normal para adoptar
una decisión. Sin embargo , no alcanzar un quórum calificado de votación, por sí mismo,
jamás significa que se haya adoptado la decisión contraria. Al revés: al no haberse cumplido
el quórum exigido, no habrá resolución en ningún sentido.
Por otra parte es también evidente, que en el Derecho, cualquier confirmación es un acto
que requiere una declaración de voluntad, bien en el Derecho privado, bien en el Derecho
Público.
Por otra parte, es también evidente que, en el Derecho cualquier confirmación es un acto
que requiere una declaración de voluntad. Bien en el Derecho privado, bien en el Derecho
Público.
Es consecuencia, si el Tribuna Constitucional toma decisiones por no menos de cuatro
votos, habría que concluir que sólo puede confirmar la constitucionalidad de una ley, con la
consecuencia de que los jueces no pueden ejercitar el control difuso, cuando obtenga cuatro
votos en tal sentido. Esta última afirmación, inclusive, tiene dos posibles formas de
efectivizarse: la primera consiste en que cuatro votos por declarar infundada la acción,
automáticamente signifique confirmación dela constitucionalidad de la ley cuestionada ; la
segunda consiste en que el Tribunal debería primero voto por declarar infundada la accion,
automáticamente signifiquen confirmación de la constitucionalidad de la ley cuestionada :
la segunda consiste en que el Tribunal debería primero votar por declarar fundada o
infundada la demanda de inconstitucionalidad y de elegir esta última decisión, debería
hacer una segunda votación para decidir si confirma o no la constitucionalidad de la ley.
Hay que notar que, desde el punto de vista del control difuso, no es lo mismo según los
términos de la ley peruana, la presunción de constitucionalidad que existe frente a toda ley
debidamente aprobada y promulgada ; que confirmar su constitucionalidad. En el primer
caso, la presunción nunca es de pleno derecho y puede se contradicha por el juez. En el
segundo, ya no podría desde que los jueces no tendrían competencia para ejercitar el
control difuso. La presencia de legalidad se convertiría en este caso, en una ficción de
legalidad ( es decir, que no puede ser impugnada).
También es preciso señalar que esta pretensión del articulo 39 de la Ley del Tribuna
Constitucional peruano de que la constitucionalidad de la ley sea de alguna manera
confirmada. Es contraria al principio de control de la constitucionalidad, que requiere estar
siempre presente porque si bien la norma puede no ser incompatible con la Constitución en
un determinado momento, en uno siguiente sí puede llegar a serlo, y por muchas razones
no la última de ellas el cambo tecnológico febril que existe en la sociedad contemporánea.
Pero, para dar cabal respuesta a esta alternativa, a nuestros juicios es necesario también
poner, al lado delos elementos técnicos del problema el análisisde la naturaleza de la
funcion jurisdiccional que en esta matera tiene el Tribunal Constitucional y sobre todo, la
influencia que sus decisiones tendrán en la manera como quedan conformadas
las competencias que la Constitución establece.
Dentro de estos últimos aspectos, hay que determinar si una votación que quedó cinco
votos a favor de la inconstitucionalidad y dos votos en contra de ella, confirma a la Ley
discutida de manera tal que nunca más pueda juez alguno discutir su constitucionalidad.
En nuestro criterio, esta forma de concebir las cosas es absurda porque una votación que
consiste en esencia en una ausencia de generación de la voluntad del Tribunal
Constitucional, estaría sin embargo impidiendo que se ejercite una competencia tan
importante como la del control difuso, constitucionalmente reconocida a los jueces.
Aún más ; creemos que inclusive, el Tribunal Constitucional podría considerar que la
confirmación de constitucionalidad que acarreé la imposibilidad del control difuso por los
jueces, es una extralimitación de las normas de ley orgánica y que, en consecuencia, nunca
declare confirmada la constitucionalidad de una ley.
Existirían muchos argumentos razonables para adoptar esta alternativa de los cuales, lo
más importantes son a nuestro juicio tres. El primero , que una competencia
constitucionalmente establecida no puede ser recortada por la aplicación de una ley. El
segundo, que una decisión del Tribunal Constitucional no puede efectuar las competencias
jurisdiccionales de los jueces ordinarios en sí mismas aunque, desde luego sí podrá sentar
un precedente de observancia obligatoria, peor eso es algo muy distinto a lo que venimos
comentando. Tercero, que es siempre absurdo pretender que una declaración de
"confirmación" de la constitucionalidad. Convierta en la realidad en constitucional a la
norma. Esto es un error porque siempre, constitucionalmente , cabrá la posibilidad de
preferir la norma superior a la inferior.
Sin embargo , si no se adoptara esta posición extrema, sino una intermedia de considerar
que la confirmación de constitucionalidad requiere por lo menos cuatro votos en el sentido
de declarar infundada la acción de inconstitucionalidad, entonces podríamos elaborar el
siguiente cuatro que contiene todas las posibilidades:
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Nuestra opinión sobre el tema, en definitiva, consiste en que no consideramos correcto que
el Tribunal Constitucional confirme la constitucionalidad de una Ley de manera tal que el
control difuso no puede ser más posible. También consideramos que si el Tribunal declara
infundada una demanda de inconstitucionalidad,. Peor no confirma la constitucionalidad
de la Ley en el mismo fallo, siempre se podría ejercitar el control jurisdiccional difuso,
inclusive , lo podría realizar el propio Tribunal Constitucional en la resolución
de acciones de amparo. Hábeis hábeas y Corpus data por sus propias competencias como
última y definitiva instancia.
367. Articulo 205
"Articulo 205.- Agotada la jurisdicción interna, quien se considere lesionado en
los derechos que la Constitución reconoce puede recurrir a los tribunales u organismos
internacionales constituidas según tratados o convenios de los que el Perú es parte".
Antecedentes en la Constitución de 1979
El artículo antecedente en la Constitución de 1979 es el siguiente :
"Artículo 305.- Agotada la jurisdicción interna, quien se considera lesionado en los
derechos que la Constitución reconoce, puede recurrir a los tribunales u organismos
internacionales constituidas según tratados de los es parte del Perú.
Con pequeños cambios de redacción que no afectan el significado del texto, ambas
Constituciones contienen idénticas normas respecto del asunto que tratamos.
Análisis exegético
Coincidimos con Fernández Segado cuando sostiene en la cita siguiente que el tema de
los derechos humanos ha escapado ya, para bien, de la soberaníade los Estados:
En nuestros días la cuestión de los derechos humanos no es algo que pueda quedar
circunscrito a la soberanía de los Estados; por el contrario , puede ser considerada,
como patrimonio de la comunidad internacional: de ahí que su tutela haya transcendido el
ámbito estrictamente estatal, siendo factible hablar de una protección transnacional de los
derechos. Ello no es sino la resultante obligada del hecho de que los derechos humanos
constituyen, como ha afirmado Cassese un nuevo derecho natural de la Humanidad, no en
el sentido tradicional del derecho natural, es decir, no en el sentido preceptos hallados por
individuos y particulares en la "razón humana" y exigidos en cánones
de conducta superiores al derecho positivo, sino más bien en el sentido de un conjunto de
parámetros de conducta y de evaluación concordemente destilados ( por obra de todos los
Estados) de tradiciones ideológicos y filosóficas, de preceptos religiosos y concepciones del
mundo, y transformados por los Estados mismos en código internacional de conducta (73.).
Desde luego, la internacionalización no es plena y automática. Tiene primero que existir un
trámite interno, porque los órganos internacionales suponen que cada. Estado brinda
seguridad a las personas en la protección de sus derechos, en base a un debido concepto
que hemos analizado al comentar el inciso 3 del artículo 139 de la Constitución. Como dice
el propio Fernández Segado que cada Estado dé protección judicial a los derechos humanos
no es sólo un asunto de procedimiento: llega a ser un asunto de fondo porque la protección
por debido proceso de los derechos es, en realidad, un derecho más y tal vez, uno de los
instrumentos mas importantes para su vigencia:
(...) esta regla del agotamiento previo de los recursos internos, en la esfera del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos , tiene ciertas implicaciones respecto de los Estado.
Así lo han entendido la Corte Interamericana de Derechos Humanos, a cuyo juicio la regla
en cuestión obliga a los Estados a suministrar recursos judiciales efectivos a las víctimas de
una violación de los derechos humanos. Recursos que deben corresponder a las exigencias
del "Debido proceso legal" y garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos reconocidos
por la Convención de ahí que la misma corte en su sentencia del 26 de junio de 1987 ( Caso
Velásquez Rodríguez, excepciones preliminares) sostuviera que "cuando se invocan ciertas
excepciones a la regla del agotamiento de los recursos interno, como son la inefectividad de
tales recursos o la que el agraviado no está obligado a interponer tales recursos, sino una
nueva violación de las obligaciones contraídas por la Convención. En dichas circunstancias
–concluye la corte – la cuestión de los recursos internos se aproxima sensiblemente a la
materia de fondo, debiendo ser examinada junto con esta" (74):
El artículo 205 de la Constitución exige que se haya agotada la jurisdicción interna. El
primer lugar, esto significa que el proceso haya llegado en la última instancia posible y haya
sido denegado. Pero como muchas veces la personas no tiene acceso a la justicia en estas
materias de manera que el proceso no avance, los organismos internacionales
especializados, muchas veces han entendido que el agotamiento de la vía interna puede ser
también la presentación infructuosa de una acción que no es recibida. Dice Garcia Sayán:
No voy a entrar a analizar aquí el concepto de "Agotamiento de la jurisdicción interna" que ,
para efectos de la aplicación de las normas sobre derechos humanos por los organismos ya
mencionados , ha sido materia de larga elaboración basada en una aproximación no
formalista. Sólo cabe recordar que en virtud de los estipulado en las normas
internacionales, se entenderá por tal no sólo la terminación de los procedimientos judiciales
y/o administrativos sino que producen igual efecto las situaciones de retardo injustificado
en la decisión : imposibilidad de acceso o de agotamiento de los recursos internos
disponibles y por ciento, la falta de una legislación interna que garantice el debido proceso
(75).
Según el articulo 39 de la ley 23506 promulgada el 07 de diciembre de 1982, Ley de Corpus
Corpus y Amparo la jurisdicción internacional es la siguiente :
"Ley 23506, artículo 39.- Para los efectos de lo establecido en el artículo 305 de la
Constitución , los organismos jurisdiccionales internacionales a que puede recurrir quien se
considere lesionado en los derechos que la Constitución reconoce son el Comité de
Derechos Humanos de las Naciones Unidad, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos de la Organización de Estados Americanos y aquellos otros que se constituyen en
el futuro y que sean aprobados por tratados que obliguen al Perú y que tengan la categoría a
que se refiere el artículo 105 de la Constitución".
Obviamente las referencias son a los artículos de la Constitución de 1979, vigente al
aprobarse la norma. El equivalente del artículo 305 es, en la constitución de 1993, el que
ahora comentamos y más bien no existe equivalente del artículo 105 que establecía:
"Constitución de 1979, artículo 105.- Los preceptos contenidos en los tratados relativos a
derechos humanos, tiene jerarquía constitucional, no pueden ser modificados sino por el
procedimiento que rige para la reforma de la Constitución.
A pesar de las limitaciones de concordancia entre las normas de la ley 23506 y la
Constitución de 1993 lo cierto es que en el Perú se puede recurrir al Comité de los Derechos
Humanos y precisamente en virtud de la Constitución de 1979 que ratificó la Convención
Americana. Sobre Derechos Humanos de San José de Costa Rica, también a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos.
Respecto de la Comisión Interamericana sus funciones están contenidas en el artículo 41 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos que establece:
"Convención Americana sobre Derechos Humanos, articulo 41°, la Comisión tiene
la función principal de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos y en
el ejercicio de su mandato tiene las siguiente funciones y atribuciones :
a. Estimular la conciencia de los derechos humanos en los pueblos de América:
b. Formular recomendaciones, cuando lo estime conveniente, a los gobiernos de los
Estados Miembros para que adopten medidas progresivas a favor de los derechos
humanos dentro del marco de sus leyes internas y sus preceptos constitucionales al
igual que disposiciones apropiadas para fomentar el debido respeto a esos derechos;
c. Preparar los estudios o informes que considere convenientes para el desempeño de
sus funciones:
d. Solicitar de los gobiernos de los Estados Miembros que le proporcionen informes
sobre las medidas que adopten en materia de derechos humanos;
e. Atender las consultas que, por medio de la Secretaría General de la Organización de
los Estados Americanos, le formulen los Estados Miembros en cuestiones
relacionadas con los derechos humanos y dentro de sus posibilidades les prestará el
asesoramiento que estós le soliciten:
f. Actuar respecto de las peticiones y otras comunicaciones en ejerció de su autoridad de
conformidad con lo dispuesto en los artículos 44 al 51 de esta Convención y
g. Rendir un informe anual a la Asamblea General de la Organización de los Estados
Americanos".

Al rectificar la convención, el Perú se sometió a la competencia de la Comisión para


ocuparse de asuntos de derechos humanos de las personas que habitan territorio peruano:
"Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículo 44°,
cualquier persona o grupo de personas, o entidad, no gubernamental legalmente reconocida
de uno o más estados Miembros de la Organización, puede presentar a la Comisión
peticiones que contenga denuncias o quejas de violación de esta Convención por un Estado
Parte".
La corte Interamericana de Derechos Humanos está también regulada en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, los aspectos centrales de su competencia se hallan en
los siguientes artículos:
"Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículo 63°.-
1. Cuando decida que hubo violación de un derecho o libertad protegidos en esta
Convención, la Corte dispondrá que se garantice al lesionado en el goce de su derecho
o libertad conculcados. Dispondrá asimismo, si ello fuera procedente, que se reparen
las consecuencias de la medida o situación que ha configurado la vulneración de estos
derechos y el pago de una justa indemnización a la parte lesionada.
2. En el caso de extrema gravedad y urgencia, y cuando se haga necesario evitar daños
irreparables a las personas, la corte, en los asuntos que esté conociendo, podrá tomar
las medidas provisionales que considere pertinentes. Si se tratare de asuntos que aún
no estén sometidos a suconocimiento , podrá actuar a solicitud de la Comisión".

"Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículo 64".


1. Los Estados Miembros de la Organización podrán consultar a la Corte acerca de la
interpretación de esta Convención o de otros tratados concernientes a la protección de
los derechos humanos en los Estados Americanos. Asimismo , podrán consultarlas, en
lo que les compete, los órganos enumerados en el capítulo X de la Carta de la
Organización de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires.
2. La corte a solicitud de un Estado Miembro de la Organización, podrá darle opiniones
acerca de la compatibilidad entre cualquiera de sus leyes interna y los mencionados
instrumentos internacionales".

Al ratificar el Artículo 45 del Pacto de San José. El Perú reconoce la facultad de los Estados
miembros de la OEA que observen un procedimiento recipocro, para denunciar el
incumplimiento en que incurra el propio Estado peruano, con lo cual también se autolimita
en su soberanía legal frente a la comunidad y al Derecho Internacional. A estos efectos, no
constituye violación del principio de no intervención , ni la denuncia de un Estado
contra oroni la propia acción investigadora o jurisdiccional de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos(76):
Y en referencia a la Corte Interamericana de Derechos Humanos señala:
Con la ratificación expresa del Artículo 62 del Pacto de San José, el Estado peruano
reconoce la competencia obligatoria de la Corte Intermaricana de Derechos Humanos. En
consecuencia, los tribunales nacionales deben ejecutar las sentencias de la Corte sin
requerimiento previo de revisión, homologación o procedimiento análogo así como
colaborar con esta última a efectos de las necesidades de administración de justicia de su
competencia (Interpretación y/o aplicación del Pacto) (77).
Sobre el Comité de Derechos Humanos, dice O’ Donnell:
La competencia del Comité de Derechos Humanos para conocer denuncias individuales
está definida en el artículo 1 del Protocolo Facultativo al Pacto Internacional sobre los
Derechos Civiles y Políticos que raza así:
Todo Estado Parte en el Pacto que llegue a ser parte en el presente Protocolo reconoce la
competencia del Comité para recibir y considerar comunicaciones de individuos que se
hallen bajo la jurisdicción de este Estado y aleguen ser victimas de una violación , por ese
Estado parte, de cualquiera de los derechos enunciados en el Pacto. El Comité no recibirá
ninguna comunicación que concierna a un Estado parte en el Pacto que no sea parte en el
presente Protocolo".
En virtud de lo anterior , la competencia del Comité en materia de denuncias individuales,
no se extiende a todos los Estados Partes en el Pacto, sino sólo a aquellos que han ratificado
también el Protocolo Facultativo (78).
Finalmente el articulo 40 de la Ley 23506 establece la forma en que son cumplidas en el
Perú las decisiones de los organismos de jurisdicción Internacional.
"Artículo 40.- La resolución del organismo internacional a cuya jurisdicción obligatoria se
halle sometido el Estado peruano, no requiere para su validez y eficacia de reconocimiento ,
revisión ni examen previo alguno. La Corte Suprema de Justicia de la
República recepcionara las resoluciones emitidas por el Organismo internacional, y
dispondrá su ejecución y cumplimiento de conformidad con las normas y procedimientos
internos vigentes sobre ejecución de sentencias".
En un artículo que señala un compromiso pleno con la jurisdicción internacional en
materia de derechos humanos.

La Acción de Inconstitucionalidad
Es la acción que se da ante la existencia de un asunto pendiente de resolver -sea ante los
tribunales de justicia o en el procedimiento para agotar la vía administrativa- en dónde se
considere que una norma a ser aplicada lesiona un derecho es ahí cuando la acción
constituye un medio razonable para amparar el derecho considerado lesionado en el
asunto principal, de forma que lo resuelto por el Tribunal Constitucional repercuta positiva
o negativamente en dicho proceso pendiente de resolver, por cuanto se manifiesta sobre la
constitucionalidad de las normas que deberán ser aplicadas en dicho asunto
En cuanto a la acción de inconstitucionalidad tenemos que se admite en los siguientes
casos:
Art.73.- Admisibilidad. Cabrá la acción de inconstitucionalidad:

Contra leyes y otras disposiciones generales, incluso las originadas en actos de sujetos privados,
que infrinjan, por acción u omisión, alguna norma o principio constitucional.

Contra los actos subjetivos de las autoridades públicas, cuando infrinjan, por acción u omisión,
alguna norma o principio constitucional, si no fueren susceptibles de los recursos de hábeas corpus o
de amparo.

Cuando en la formación de las leyes o acuerdos legislativos se viole algún requisito o trámite
sustancial previsto en la Constitución o, en su caso, establecido en el Reglamento de Orden,
Dirección y Disciplina Interior de la Asamblea Legislativa.

ch. Cuando se apruebe una reforma constitucional con violación de normas


constitucionales de procedimiento.

Cuando alguna ley o disposición general infrinja el artículo 7, párrafo primero, de la Constitución,
por oponerse a un tratado público o convenio internacional.

Cuando en la suscripción, aprobación o ratificación de los convenios o tratados internacionales, o


en su contenido o efectos se haya infringido una norma o principio constitucional o, en su caso, del
Reglamento de Orden Dirección y Disciplina Interior de la Asamblea Legislativa. En este evento, la
declaratoria se hará solamente para los efectos de que se interpreten y apliquen en armonía con la
Constitución o, si su contradicción con ella resultare insalvable, se ordene su desaplicación con
efectos generales y se proceda a su denuncia.

Contra la inercia, las omisiones y las abstenciones de las autoridades públicas.


Es importante ubicar el objeto del proceso de inconstitucionalidad; al respecto la Sala
Constitucional ha dicho: “En estos procesos no se atiende la lesión individual que pueda
exhibir el actor, de manera preferente, pues lo que se persigue es la satisfacción de un
interés general de que los actos sujetos al derecho público y las normas se conformen con
el ordenamiento constitucional. Por eso, los efectos y la característica de una sentencia
estimatoria de inconstitucionalidad son declarativos y pronuncian una nulidad ab origine y
erga omnes.”(Nº 687-91 de las 15:30 hrs. del 2 de abril de 1991).
Debemos referirnos, además, a la Naturaleza y finalidad de la acción de
inconstitucionalidad, a lo cual la Sala ha dicho: “En relación con lo anterior, es necesario
tener en cuenta la naturaleza misma del proceso de la acción de inconstitucionalidad. En
primer término, se trata de un proceso de naturaleza incidental y no de una acción directa
o popular, con lo cual se quiere decir, que se requiere la existencia de un asunto pendiente
de resolver -sea ante los tribunales de justicia o en el procedimiento para agotar la vía
administrativa- para poder acceder a la vía constitucional, pero de manera tal que la acción
constituya un medio razonable para amparar el derecho considerado lesionado en el
asunto principal, de forma que lo resuelto por el Tribunal Constitucional repercuta positiva
o negativamente en dicho proceso pendiente de resolver, por cuanto se manifiesta sobre la
constitucionalidad de las normas que deberán ser aplicadas en dicho asunto; y únicamente
por excepción es que la legislación permite el acceso directo a esta vía -presupuestos de
los párrafos segundo y tercero del artículo 75 de la Ley de Jurisdicción Constitucional-. Por
otra parte, la finalidad de la ación de inconstitucionalidad es la determinación de la
constitucionalidad de las normas sometidas al examen constitucional, de manera que si se
determina su choque con el derecho de la Constitución, se declare su anulación del
ordenamiento jurídico, lo anterior para poder garantizar la supremacía de las normas y
principios constitucionales, según el mandato constitucional -articulo 10- y el legal -artículo
1º y 3 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional- encomendado a esta Sala. Esta, decisión
debe tenerse en cuenta que no se logra por el consenso de las partes, nótese que la
acción de inconstitucionalidad no es un proceso contradictorio, dado que este Tribunal
Constitucional no debe ajustarse a lo manifestado por las partes ni a lo indicado por la
Procuraduría General de la República -institución que actúa como órgano asesor de la
Sala, ni tampoco debe sujetarse a lo que consta en el expediente; la acción se presenta
ante este Tribunal y el mismo actúa de oficio con la colaboración de la Procuraduría
General de la República, de manera que la interposición de la acción puede tenerse como
una denuncia, ante la cual la Sala debe manifestarse, sea determinando la conformidad de
las normas impugnadas con el orden constitucional su disconformidad con él, y en
consecuencia, declarando su anulación del orden jurídico.”(Nº 4190-95 de las 11:33 hrs.
del 28 de julio de 1995).
Es importante acotar que una vez interpuesta la acción de inconstitucionalidad no puede
haber desistimiento, según lo expuesto por la Sala: “...Ya esta Sala, en resoluciones
anteriores ha dicho que no existe norma que autorice el desistimiento de una acción de
inconstitucionalidad y que esto se debe a que se está en presencia de la protección de
derechos socialmente apreciados. En el voto 687-91 de las quince horas treinta minutos
del dos de abril de mil novecientos noventa y uno, se consideró al respecto: `En punto a la
acción de inconstitucionalidad obviamente si lo que se persigue es preservar la
supremacía constitucional una vez requerida la intervención de la Sala (para lo que la ley
consagra una gran apertura) no es posible admitir que el proceso quede a disposición de
quienes en él participan (no partes, en el sentido procesal tradicional). En estos procesos
no se atiende la lesión individual que pueda exhibir el actor de manera preferente, pues lo
que se persigue es la satisfacción de un interés general de que los actos sujetos al
derecho público y las normas se conformen con el ordenamiento constitucional. Por eso,
los efectos y la característica de una sentencia estimatoria en inconstitucionalidad, son
declarativos y pronuncian una nulidad ab origine y erga omnes. En tales circunstancias
resulta obvio que existe un interés superior al individual, el de supremacía constitucional,
que escapa al poder del actor y se deposita exclusivamente en la Sala.'”(Nº 511-93 de las
15.21 hrs. del 2 de febrero de 1993. Similar: Nº 1440-92 de las 15:30 hrs. del 2 de junio de
1992).
Pero, ¿En qué situaciones se aplica la acción de inconstitucionalidad, cómo diferenciarlo,
para aclarar dicha duda tenemos que: Si lo que hay es aplicación indebida o errónea
interpretación de la ley, lo que procede es el amparo y no la acción: “La aplicación
indebida de la ley o su errónea interpretación en el caso concreto, es materia propia del
recurso de amparo y no de la acción de inconstitucionalidad, como lo expresa el artículo 29
de la Ley de la Jurisdicción Constitucional.” (Nº 5966-94 de las 15:54 hrs. del 11 de
octubre de 1994).
Por otra parte cabe destacarse que existe una Inimpugnabilidad de resoluciones
judiciales, para entender esto veamos lo que ha dicho la Sala: “...a tenor de lo dispuesto
en los artículos 10 de la Constitución y 74 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional,
queda fuera de la órbita de este Tribunal, analizar la constitucionalidad o no de las
resoluciones jurisdiccionales del Poder Judicial, prohibición ésta que se extiende no sólo
para los procesos de control constitucional propiamente dicho -la acción-, sino también
para los recursos de amparo, de conformidad con el artículo 30 inciso b de la Ley Nº 7135
y las reiteradas resoluciones que en este sentido ha dictado la Sala...” (Nº 2366-94 de las
15:24 hrs. del 17 de mayo de 1994)
En cuanto a las formalidades necesarias para presentar la acción tenemos que:
Artículo 78. - Formalidades. El escrito en que se interponga la acción deberá presentarse
debidamente autenticado.
Se expondrán sus fundamentos en forma clara y precisa, con cita concreta de las normas
o principios que se consideren infringidos.
Pero con el fin de explicitar aún más al respecto la Sala se ha pronunciado diciendo:
Formalidades; interpretación: “...ante esta jurisdicción, particularmente, los requisitos
formales son los apenas necesarios para poder dar trámite a los procesos, de acuerdo con
la naturaleza de su pretensión, y las normas que lo establecen se interpretan siempre a
favor del principio `pro sententia', ya ampliamente reconocido en la jurisprudencia de esta
Sala.”(Nº787-94 de las 15:21 hrs. del 8 de febrero de 1994).
Necesaria Claridad y Fundamentación de la Petitoria: “La petición en una acción de
inconstitucionalidad debe ser clara, precisa y concreta y no puede estar sujeta a
gradaciones o eventualidades y por ello debe rechazarse esta solicitud. En todo caso,
cuando se pide ante la Sala la inconstitucionalidad de una norma, la solicitud debe
fundamentarse en forma clara y precisa, con cita concreta de las normas o principios que
se consideran infringidos, según lo dispone el artículo 78 de la ley de la Jurisdicción
Constitucional, lo que el accionante no hizo en relación con su petición subsidiaria, no
contándose en consecuencia con los elementos de juicio necesarios para determinar sobre
su admisibilidad.”(Nº 139-I-95 de las 14:38 hrs. del 28 de febrero de 1995).
Artículo 79. - Presentación; otras formalidades.
El escrito será presentado ante la secretaría de la Sala, junto con certificación literal del
libelo en que se haya invocado la inconstitucionalidad del asunto principal, conforme con lo
dispuesto en el artículo 75.
Además, con todo lo escrito o documento se acompañarán siete copias firmadas para los
magistrados de la Sala, y las necesarias para la Procuraduría y las partes contrarias en el
proceso o procedimiento principal.
Si el cumplimiento de las anteriores formalidades fuera omitido entonces se aplicaría el
siguiente artículo:
Artículo 80. - Incumplimiento de Formalidades; rechazo de la acción; recurso de
revocatoria. Si no se llenaren las formalidades a que se refieren los dos artículos
anteriores, el Presidente de la Sala señalará por resolución cuáles son los requisitos
omitidos y ordenará cumplirlos dentro de tercero día.
Si no se diere el cumplimiento de lo ordenado, el Presidente denegará el trámite de la
acción. De esta última resolución podrá pedirse revocatoria dentro de tercero día, en cuyo
caso el Presidente elevará el asunto a conocimiento de la Sala para que esta decida lo que
corresponda.
Consulta de Constitucionalidad
Es la consulta que puede ser hecha por El Directorio de la Asamblea, los diputados o el
órgano legitimado para hacerlo y la misma procede en los siguientes casos:
Artículo 96. - En qué casos procede. Por la vía de la consulta de constitucionalidad, la
jurisdicción constitucional ejercerá la opinión consultiva previa sobre los proyectos
legislativos, en los siguientes supuestos:

Preceptivamente, cuando se trate de proyectos de reformas constitucionales, o de reformas a la


presente Ley, así como de los tendientes a la aprobación de convenios o tratados internacionales,
inclusive las reservas hechas o propuestas a unos u otros.

Respecto de cualesquiera otros proyectos de ley, de la aprobación legislativa de actos o contratos


administrativos, o de reformas al Reglamento de Orden, Dirección y Disciplina Interior de la
Asamblea Legislativa, cuando la consulta se presente por un número no menor de diez diputados.

Cuando lo soliciten la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Supremo de Elecciones o la


Contraloría General de la República, si se tratare de proyectos de ley o de mociones incorporadas a
ellos, en cuya tramitación, contenido o efectos estimaren como indebidamente ignorados,
interpretados o aplicados los principios o normas relativos a su respectiva competencia
constitucional.

ch. Cuando lo solicite el defensor de los Habitantes, por considerar que infringen derechos
o libertades fundamentales reconocidos por la Constitución o los instrumentos
internacionales de derechos humanos vigentes en la República.
Como decíamos anteriormente están legitimados para presentar una consulta de
constitucionalidad:
Artículo 97. - Legitimación. En los casos del inciso a) del artículo anterior, la consulta la
hará el Directorio de la Asamblea Legislativa. En los demás casos, los diputados o el
órgano legitimado para hacerla.
¿Más, cuando es el momento oportuno para presentarla?
Artículo 98. - Oportunidad. Cuando se trate de reformas constitucionales, la consulta
deberá hacerse después de su aprobación en primer debate, en primera legislatura, y
antes de la definitiva.
Cuando se trate de otros proyectos o actos legislativos sujetos al trámite de emisión de
leyes, deberá interponerse después de aprobados en primer debate y antes de serlo en
tercero.
No obstante, cuando la asamblea Legislativa tuviere un plazo constitucional o
reglamentario para votar el proyecto, la consulta deberá hacerse con la anticipación
debida, y el proyecto se votará aunque no se haya recibido el criterio de la Sala.
En los demás supuestos, la consulta deberá plantearse antes de la aprobación definitiva.
El contenido de la consulta deberá sujetarse a los siguientes requerimientos:
Artículo 99. - Contenido de la consulta. Salvo que se trate de la consulta forzosa
prevista en el inciso a) del artículo 96, la consulta deberá formularse en memorial
razonado, con expresión de los aspectos cuestionados del proyecto, así como de los
motivos por los cuales se tuvieran dudas u objeciones sobre su constitucionalidad.
Referente al plazo que tiene la Sala para pronunciarse respecto de la consulta:
Artículo 101. - Pronunciamiento de la Sala. La Sala evacuará la consulta dentro del mes
siguiente a su recibo, y, al hacerlo, dictaminará sobre los aspectos y motivos consultados o
sobre cualesquiera otros que considere relevantes desde el punto de vista constitucional.
El dictamen de la Sala sólo será vinculante en cuanto establezca la existencia de trámites
inconstitucionales del proyecto consultado.
En todo caso, no precluye la posibilidad de que posteriormente la norma o normas
cuestionadas puedan ser impugnadas por las vías de control de constitucionalidad.
CONSULTAS JUDICIALES DE CONSTITUCIONALIDAD
Es la potestad que tiene todo juez de consultarle a la Sala Constitucional cuando tuviere
dudas fundadas sobre la constitucionalidad de una norma o acto que deba aplicar, o de un
acto, conducta u omisión que deba juzgar en un caso sometido a su conocimiento.
Así tenemos que:
Artículo 102. - Legitimación para consultar. En qué caso es obligatoria y con cuál
propósito. Todo juez estará legitimado para consultarle a la Sala Constitucional cuando
tuviere dudas fundadas sobre la constitucionalidad de una norma o acto que deba aplicar,
o de un acto, conducta u omisión que deba juzgar en un caso sometido a su conocimiento.
Además, deberá hacerlo preceptivamente cuando haya de resolver los recursos de
revisión a que se refiere el artículo 42 de la constitución Política, fundados en una alegada
violación de los principios del debido proceso o de los derechos de audiencia o defensa;
pero esto solamente para los efectos de que la Sala Constitucional defina el contenido,
condiciones y alcances de tales principios o derechos, sin calificar o valorar las
circunstancias del caso concreto que motiva el respectivo recurso.
Ley de la Jurisdicción Constitucional.
Ley de la Jurisdicción Constitucional
Ídem.
Auuuuuuuuaaaaaaaaaaaaaaaaaa
La Acción de Inconstitucionalidad es un procedimiento seguido en única instancia ante Suprema Corte

de Justicia de la Nación (Pleno) que tiene por finalidad preservar la supremacía de la Constitución

mediante la derogación de leyes y tratados internacionales que la contraríen.

8.1. CONCEPTO

La Acción de Inconstitucionalidad constituye una petición —una solicitud— de control de validez

normativa, más que una acción (pese a que así se denomine), pues, a diferencia del Juicio de

Amparo y de la Controversia Constitucional, en ella no existe contienda entre partes propiamente

dicha (no es un juicio). Por tratarse de un medio de control abstracto no exige agravio de parte, sólo

requiere que se tilde de inconstitucional una ley (formal y materialmente) o un tratado internacional.

Tampoco se prevé la aptitud del desistimiento de parte.

Las normas que pueden impugnarse por esta vía son leyes que deriven del Congreso de la Unión,

de las legislaturas locales y de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, incluidas las orgánicas

de los Congresos federal y estatales que tengan por objeto regular la organización, funcionamiento

y atribuciones del Poder Legislativo de que se trate, así como los tratados internacionales

celebrados por el Presidente de la República y ratificados por el Senado. Se dispone de 30 días

naturales siguientes a la fecha de publicación de la norma para impugnarla en esta vía.

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