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Calidad de La Educacion y Gestion Escolar
Calidad de La Educacion y Gestion Escolar
a) La Relevancia de Educación
Una educación básica, para ser de calidad, debe ser relevante. Ahora bien, la relevancia se refiere:
• La que se refiere a la relevancia para el niño que es hoy, y la que tiene que ver con la relevancia
para el adolescente y el adulto que será mañana.
Una educación de calidad debe poder ser relevante a la etapa de desarrollo, las necesidades y los
intereses del niño que desde hoy es persona. De la misma manera, un sistema educativo de
calidad debe mostrar una preocupación por identificar escenarios de futuro que permitan imaginar
los requerimientos y exigencias que el medio le impondrá cuando este niño llegue a niveles
superiores del sistema educativo y/o mercado de trabajo.
• Una escuela de calidad debe poder dar respuesta a los necesidades individuales y a las sociales.
De manera muy especial, una escuela construyendo una sociedad en la que la democracia,
además de constituir una forma de gobierno, se convierta en una forma de vida.
Entendemos relevancia en sentido amplio. Como consecuencia de una educación básica
relevante, un niño o una niña debe poder sobrevivir, entender el entorno y enfrentarse a la vida en
cualquier punto del planteo. Por ello, lo más relevante en la educación básica son los habilidades
fundamentales: para comunicarse oralmente y por escrito; para analizar y sintetizar y para
colaborar en la solución de problemas.
Una educación relevante no puede comenzar siéndolo si no parte del conocimiento y de la
valoración del contexto específico en el que se encuentra inserta la escuela. Esto sólo puede
hacerlo cada escuela, no puede hacerse adecuadamente desde ningún nivel central.
b) La eficacia
Este segundo componente del concepto de calidad de la educación se define como la capacidad
de un sistema educativo básico de lograr los objetivos (relevantes) con la totalidad de los alumnos
que teóricamente deben cursar el nivel, y en el tiempo previsto para ello. Como puede observarse,
este concepto incluye el de cobertura, el de permanencia, el de promoción y el de aprendizaje real.
c) La equidad
No es posible lograr plena eficacia sin equidad. Un sistema de educación básica, para ser de
calidad, debe partir del reconocimiento de que diferentes tipos de alumnos acceden a la educación
con diferentes puntos de partida. Por ello, se propone ofrecer apoyos diferenciales a fin de
asegurar que los objetivos de la educación se logren, de manera equiparable, para todos. La
equidad implica dar más, apoyar más, a los que más lo necesitan.
Todo ello hace referencia a la gestión escolar. Se requiere un proceso de planeación que permita
diagnosticar y definir lo que hay que hacer para aumentar la cobertura y abatir los índices de
deserción y reprobación, así como para mejorar los resultados de aprendizaje. Es evidente que ello
requiere una coordinación, y que todos los docentes tienen un indispensable papel a cumplir en el
proceso. El logro de objetivos como los anteriores, por otra parte, difícilmente podrá alcanzarse sin
una vinculación estrecha de la escuela con la comunidad y con los padres de familia, y sin el logro
de niveles altos de colaboración.
Interesante también es observar que objetivos de esta naturaleza se tienen que perseguir y
monitorear a lo largo de todo el año. Para prevenir la reprobación, por ejemplo, es indispensable
que se reconozca el proceso de construcción del rezago escolar progresivo, y que se esté atento,
diariamente y en cada salón de clases, a sus manifestaciones a fin de brindar la atención
individualizada que permite evitar que dicho rezago se convierta en un proceso difícilmente
reversible tendiente a la reprobación.
Cuando una escuela se propone mejorar sus índices de cobertura, permanencia, promoción y
aprendizaje, el sistema debe ofrecer los apoyos que ésta necesita para lograrlo adecuadamente.
Por ejemplo, el sistema podría actualizar a sus docentes para que puedan conducir el trabajo en
aula de manera que puedan destinar tiempo a trabajo individual con sus alumnos.
d) La eficiencia
La eficiencia se refiere al logro de resultados con uso óptimo de los recursos. Se ubica en el último
lugar en el listado de componentes porque históricamente este es el que ha recibido mayor
atención y ha sido objetivo de continuo monitoreo. Interesa decir que, en la medida en que un
sistema educativo logre abatir los índices de deserción y de reprobación, estará también
aumentando su eficiencia, pues estará evitando el desperdicio y liberando los espacios ocupados
por quienes debieran yo encontrarse en otro grado de nivel educativo. Eliminar la reprobación
representaría para estos sistemas un considerable ahorro. Y su solución se encuentra
fundamentalmente a partir del quehacer de cada escuela .
Cabe, no obstante, una clara palabra de advertencia. La escuela pública requiere del subsidio del
Estado. No es posible, en aras de la eficiencia, trasladar los gastos de la educación pública a la
comunidad. Ello resultaría claramente injusto, pues el sistema tiende a hacer pagar más a quienes
menos tienen .
En síntesis, hemos descubierto la importante presencia de la gestión escolar en los cuatro
componentes aquí considerados del concepto de calidad de la educación. Gestión como
planeación, como liderazgo, como trabajo colegiado; como la distribución y la petición de cuentas
de responsabilidades por la calidad a cada miembro del personal escolar; gestión como estrecha
vinculación y colaboración con padres de familia y comunidad; gestión como preocupación central
por los aprendizajes y su relevancia; gestión como evaluación retroalimentadora permanente.