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Resumen: A pesar de las transformaciones po- Abstract: In spite of the political transformatio-
líticas que han ocurrido en México durante los ns occurred in Mexico during the last 20 years,
últimos 20 años, la cultura política del mexica- the Mexican citizen’s political culture has shown
no ha dejado ver pocos avances. Actualmente few improvements, since certain characteristics
siguen predominando características que no keep on prevailing and do not encourage an
fomentan una participación autónoma y pro- autonomous participation contribuing to the suc-
positiva que ayude al éxito de la democracia. cess of the democratic process. Some of the most
Entre ellas destacan el conocimiento e interés relevant advances for such process are knowledge
por la política; la confianza interpersonal, en and interest in politics; confidence in the inter-
las instituciones y en la democracia; la toleran- personal relationships, in institutions and in
cia; y la competencia subjetiva. Este panorama democracy; tolerance; and subjective competence.
propicia que sigan prevaleciendo rasgos auto- Their absence favours the prevalence of authori-
ritarios como el clientelismo y el corporativis- tarian features as clientelism and corporativism.
mo, los cuales no fortalecen la democracia. Los Small cultural changes have taken place in the
pequeños cambios culturales se han dado en electoral domain though, where there is a great
el ámbito electoral, donde no sólo hay una acceptance of plurality and competition among
gran aceptación a la pluralidad y competencia the political parties and citizens consider suffrage
entre los partidos políticos: ahora los ciudada- not as a right but as a political weapon.
nos consideran el voto ya no como un derecho
sino como un arma política.
U
n tema poco tratado en el debate sobre la consolidación demo-
crática en México es el papel que desempeña la cultura política.
Autores como Almond, Verba, e Inglehart han señalado que un ré-
gimen democrático necesita de una cultura política que le sea congruente,
Revista
D. Mexicana
R. © 2008. Nacional70,
de Sociología
Universidad núm. de
Autónoma 2 (abril-junio, 2008):
México-Instituto 261-303. Sociales. Revista Mexicana de Sociología
de Investigaciones
262 MARÍA AIDÉ HERNÁNDEZ
política, tal como lo deja ver Lijphart en su artículo “The Structure of Inference”: “En
conclusión, me gustaría señalar que mi crítica metodológica, así como las escasas y más
bien generales recomendaciones que he hecho aquí, tienen que ver sólo con un aspecto
muy limitado de la cultura política. El punto fundamental que la motiva y la domina,
así como el tratamiento a partir del cual la considero desde diversas perspectivas, es
la relación cultura/estructura. Sin embargo, la mayor importancia del libro no radica
en la respuesta a esta pregunta; por lo demás, no se trata de una respuesta del todo
sorprendente. La contribución mayor de la cultura cívica es la descripción y análisis
cuidadosos que hace de los detalles de cinco culturas políticas. Su propósito no sólo
consiste en poner a prueba la hipótesis en el nivel macro, sino también —y de manera
más significativa— en explorar y descubrir pautas de actitudes en el nivel micro. Con-
vengo en la opinión de Philip E. Converse de que un logro mayor de la cultura cívica
es su “[…] éxito en lograr algunos de los ‘sabores’ de las diferencias en la cultura po-
lítica: como el clima de Mark Twain, todos se han referido vagamente acerca de él, pero
nadie ha hecho mayor cosa a ese respecto de manera sistemática. Fortalece la estruc-
tura de la inferencia respecto del asunto medular, y constituye un logro en su propio
derecho” (Lijphart, 1980: 54).
2 Las características metodológicas de cada encuesta se encuentran al final de este
su siguiente trabajo: The Civic Culture Revisited. En este libro, Almond (1980: 26) apun-
ta: “Definí cultura política como algo que contiene orientaciones cognitivas, afectivas, y
evaluativas ante los fenómenos políticos, distribuidos en poblaciones nacionales o en
subgrupos”.
5 Aunque esta encuesta recibió diversas críticas, sus aportaciones son valiosas para
conocer la cultura política en México en la primera mitad del siglo XX. Gil Villegas
apunta los principales comentarios hechos a Civic Culture para el caso mexicano:
a) La muestra de encuestados de Almond y Verba para el caso mexicano resultó su-
mamente limitada y posiblemente poco representativa. Se limitó a las zonas urbanas aun
cuando los censos de 1960 mostraban que 63% de la población mexicana era rural.
b) La traducción al inglés del cuestionario en español aplicado en México tuvo gra-
ves deficiencias. Como ejemplo se puede señalar que a los encuestados mexicanos se les
preguntó cuánta influencia en el mejoramiento de la vida en México tienen las leyes y
decretos del gobierno federal, a lo cual respondieron que “Muy poco” o “Ninguno”. Sin
embargo, en la versión en inglés no se hablaba de leyes y decretos sino de activities of
the national government. Si en la versión en español se hubiera utilizado la expresión de
cuánto influyen las actividades del gobierno nacional en el mejoramiento de la vida, el
resultado de la encuesta hubiera sido probablemente muy distinto.
c) Almond y Verba concluyeron a partir de su investigación que —debido a factores
psicológicos como la desconfianza y el individualismo extremo de los mexicanos— la
participación política en México es muy limitada, lo cual se reflejaba en el gran absten-
cionismo electoral. Sin embargo, Cornelius señala que una consideración más cuidadosa
del proceso de la socialización adulta hubiera revelado la importancia de varias formas de
participación política en México que no se limitan a las elecciones, pues por esos años el
voto constituía una experiencia relativamente poco importante en la vida política.
d) El estudio de Almond y Verba no examinó las formas de oposición o formas no
legales de participación política, tales como las manifestaciones de protesta (o las que
están abiertamente contra el sistema), así como la participación en las invasiones de
tierra, la violencia políticamente motivada y otras conductas que enfrentan directamente
al individuo con el sistema (Villegas, 1992: 10).
Ante tales críticas, debe tenerse en cuenta que los autores mencionados son los
primeros en integrar encuestas al estudio de la cultura política y en hacer un estudio
internacional.
6 Durante las últimas cuatro décadas, en nuestro país el grado de escolaridad ha ido
creciendo. En 1960 era de 2.6 grados; en 2000 pasó a 7.7 grados; en 2003 era de 7.8 gra-
dos aproximadamente. Sin embargo, en los países industrializados el promedio de la
población alcanza los 15 grados escolares (<www.inep.org/content/view/16/51/>).
Autores como Stephan Morris (2000) han señalado el enriquecimiento ilícito de los pre-
sidentes, secretarios de gabinete, funcionarios de alto rango, líderes campesinos y sindi-
catos, durante varios sexenios. Ahora, Transparencia Mexicana ha indicado que la
corrupción en México después de la alternancia política no ha disminuido (Reyes
Heroles, 2004).
8 Sobre el papel de la identificación partidaria, otra investigación importante es la
Cuadro 1
OPCIONES DEMOCRÁTICAS
Le agradecería que me dijese si para usted Mucho/algo Poco/nada Ns/nc Total
la democracia tiene mucho, algo, poco o % % % %
nada que ver con las siguientes opciones:
Para la encuesta de 1994, se hizo una prueba de léxico que pedía a los
encuestados la asociación de tres palabras con democracia. El resultado
fue el siguiente.
Cuadro 2
LÉXICO SOBRE LA DEMOCRACIA
Justicia
Libertad
Igualdad
Derecho
Respeto
Unión
Política
Gobierno
Votación*
*El orden de las palabras se presen-
ta de acuerdo con su mención en la
encuesta.
Este orden permite ver que el mexicano tiene una visión ideal de la
democracia, donde valores como la justicia, la libertad y la igualdad son
Cuadro 3
RELACIONES CON LA DEMOCRACIA
Justicia
Libertad
Derechos
Votación
Acuerdo
10
En este cuestionario se excluyó la palabra igualdad, pero el orden de las otras
palabras deja ver que si se hubiera incluido, seguiría conservando una de las relaciones
más importantes en torno a la democracia.
Priva una gran desconfianza en los partidos políticos; pero, ¿es este
sentimiento actual? ¿Puede llevar dicha desconfianza a que los mexica-
nos crean que tales instituciones no son indispensables para la vida
política?
La falta de confianza en los partidos políticos no es reciente; se origina
y permanece desde años atrás, aunque con el transcurso del tiempo ha
sufrido algunos cambios. En 1955, 0% declaró que no operaría mediante
un partido político si tratara de oponerse a alguna reglamentación injusta,
respuesta que demostraría un alejamiento del papel de los partidos como
instancias de representación ciudadana. No hay que olvidar que en ese
periodo predominaba un sistema electoral de partido hegemónico y ello
anulaba toda competencia política así como el desarrollo de campañas
políticas. Tal contexto generaba un gran desconocimiento —principal-
mente en las zonas rurales— de los partidos políticos existentes.
Para 1993, cuando ya hubo pluralidad y competitividad entre los par-
tidos políticos, 45% de los encuestados apuntaba que los partidos políticos
eran indispensables para la democracia; asimismo, 51% señalaba que los
partidos políticos facilitaban la participación de los ciudadanos en la polí-
tica. Sin embargo, a pesar del reconocimiento del papel que detentan los
partidos políticos como instituciones políticas, sólo 13% estableció creer to-
talmente en ellos. Dichas cifras permiten deducir que para esa época los
B. El Poder Legislativo
C. El presidente
VI. LA TOLERANCIA
12
Dicha encuesta fue realizada a mediados de 2004 por la Secretaría de Desarrollo
Social (Sedesol) y la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (CNPD). Los re-
sultados pueden hallarse en <www.sedesol.gob.mx> y en Székely (2007).
A. Participación política
Cuadro 4
PARTICIPACIÓN POLÍTICA
Cuadro 5
ASOCIATIVIDAD ENTRE LOS MEXICANOS
14 En el trabajo de campo que realicé para la tesis de doctorado titulada “El capital
Cuadro 6
PARTICIPACIÓN EN UNA ASOCIACIÓN
Participa o es miembro de un Sí No
% %
Sindicato 11 88
Partido político 19 80
Asociación deportiva 12 87
Asociación religiosa 37 62
Asociación cultural 11 88
Organización no partidista de ciudadanos 8 90
B. Participación corporativa-clientelar
1. Participación electoral
para instrumentar fácilmente otras condiciones laborales: las que necesitaba el nuevo
proyecto económico. El corporativismo también facilitó —tanto en la etapa de despegue
económico como en la del desarrollo estabilizador— las políticas públicas necesarias
para el desarrollo económico (Luna y Pozas, 1992: 193).
19 Creó 300 distritos electorales fijos de acuerdo con un criterio geográfico; se estable-
una mayor equidad en las reglas electorales, factores que con los años
consolidarían la pluralidad y la competitividad electoral.
En esta primera etapa, el partido hegemónico20 —mediante las leyes
electorales— sobrerrepresentó al PRI y subrepresentó a la oposición,
además de que limitaba y controlaba su crecimiento (Molinar, 1991).
De manera paralela a dichas reglas, el corporativismo de los sectores
obrero, campesino y popular —por un lado— participó activamente en
los procesos electorales: luchaba para alcanzar cuotas de representación
popular, intervenía en las campañas electorales, en el control de las mesas
de votación; además, era parte de las operaciones fraudulentas como el
acarreo de votantes, el relleno de urnas y —de ser necesario— su secues-
tro y destrucción. Por otro lado, el corporativismo mostró un gran control
de las asociaciones: ser miembro de una de ellas obligaba a pertenecer al
PRI y a votar por el partido. El voto era estrechamente vigilado para que,
primero, se emitiera, y luego para que favoreciera al partido tricolor21
(Durand, 2004: 62). Haciendo uso de las reglas electorales y del corpo-
rativismo, el PRI alcanzó una alta votación electoral hasta las elecciones
de 1976, tal como lo muestra el siguiente cuadro.
La etapa cuando se puede ubicar la transición electoral va de 1982 a
1994. Después de una gran crisis económica y con la transformación en
el sistema electoral, el descontento social se encauzó por medio de las
elecciones; como consecuencia, en 1982 se observó un crecimiento en la
participación electoral (cuadro 7).
der permite la existencia oficial de partidos que no pueden competir con él en términos
antagónicos y en pie de igualdad, además de que no contempla la rotación del poder
(Sartori, 1976: 261).
21 Por ejemplo, en la elección de 1976 votaron para elegir presidente 17 606 872
personas, de un total empadronado de 25 913 063; por el PRI votaron 15 435 321, ape-
nas dos millones más que su sector corporativo, el cual representaba casi 50% del total
del padrón electoral (Durand, 2004: 63).
Cuadro 7
PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LAS ELECCIONES FEDERALES
DE 1964-2006
En las siguientes elecciones (1988), por primera vez el PRI haría frente a
un candidato de oposición con fuerza nacional: Cuauhtémoc Cárdenas,
quien supo canalizar el descontento social vía las elecciones. Los resul-
tados electorales no fueron confiables, puesto que hubo problemas técnicos
con las computadoras en el momento del conteo (“se cayó el sistema”); y,
posteriormente, “por accidente” se quemaron las papeletas electorales.
Debido a todo ello, el resultado oficial está muy lejos de ser creíble, y en
el imaginario colectivo prevalece la idea de que en las elecciones de 1988
hubo un gran fraude electoral, pues se observó una gran participación en
favor de Cárdenas, candidato del Frente Democrático Nacional (FDN).
Tal como lo muestra el cuadro 7, las elecciones de 1994 han sido las
más concurridas de la historia. Una posible hipótesis para explicar el he-
cho radica en que los mexicanos no quisieron otro gran fraude electoral.
Por ello, no sólo acudieron a votar, sino que también se organizaron bajo
la figura de observadores electorales.22 A partir de tales elecciones quedó
ANEXO
BIBLIOGRAFÍA
Resumen
Los programas y estrategias para combatir la pobreza, la desigualdad y la marginación
social han tenido diversos enfoques y alcances, particularmente a partir de 1970, sin
embargo las cifras oficiales sobre pobreza extrema indican que las políticas de desarrollo
social y superación de la pobreza no han sido capaces de revertir su crecimiento. Hay
que revisar y ajustar la política social en el marco de una nueva estrategia de crecimiento
económico con equidad social. La prioridad en México no puede seguir siendo el man-
tener los equilibrios macroeconómicos, aunque tampoco hay que descuidarlos, pero
deben ser más importantes el bienestar colectivo y la propia estabilidad social: los equi-
librios fiscales, por ende, no pueden tener prioridad sobre los desequilibrios sociales.
En otras palabras, es urgente un modelo de desarrollo con sentido social y humano que
genere crecimiento económico, reduzca las desigualdades y fomente la cohesión social.
Ese es el desafío.
Palabras clave: pobreza, desigualdad, política social, programas contra la pobreza, de-
sarrollo social.
*Rector de la unam y profesor de las facultades de Medicina y Química de esta Universidad. Correo elec-
trónico: rectoria@unam.mx; **Investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias,
unam. Correo electrónico: davidmn@unam.mx; ***Asesor del Rector de la unam. Correo electrónico:
ddelafs@gmail.com
9
José Narro, David Moctezuma y Diego de la Fuente
墨西哥的社会政策的挫折和挑战
摘要
为消除贫困、不平等现象和社会边缘人群而进行的计划与策略内容多样,
规模不一,1970年代以来尤为如此。然而,官方统计的绝对贫困人口数量
表明,社会发展与战胜贫困的政策并未能够阻止贫困增长。有必要审视和调
整社会政策,将其纳入一个走向社会平等的新的经济增长战略框架。墨西哥
的首要任务不仅仅是继续保持宏观经济平衡发展,尽管这一点亦不能忽视,
但民众的福祉和社会稳定本身更为重要。所以,财政平衡不能优先于社会平
衡。亦即,迫切需要一种包涵社会和人文意义的发展模式,才能带来经济增
长,减少不平等现象,提升社会凝聚力。这是一大挑战 。
关键词: 贫穷 不等式 社会政策 扶贫方案 社会发展
10
Descalabros y desafíos de la política social en México
Introducción
1
En la estimación de la pobreza el Coneval toma en cuenta ocho factores, el ingreso es sólo uno
de ellos: rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad
y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda, acceso a la alimentación y grado de
cohesión social. Si se consideran todos éstos, el número de pobres es de 52 millones de perso-
nas. Véase el Comunicado de prensa del Coneval del 29 de junio de 2011.
11
José Narro, David Moctezuma y Diego de la Fuente
Sabemos que tiene una amplia trayectoria en nuestro país, tanto por la di-
versidad de programas como por el volumen de los recursos asignados. Los
programas y estrategias para combatir la pobreza, la desigualdad y la margina-
ción social han sido diversos en sus enfoques y en sus alcances.
El abordaje de la problemática social ha incluido los ámbitos federal, es-
tatal y local; los enfoques de los programas han sido integrales, parciales o
sectoriales; los alcances han ido de lo universal a lo focalizado, pasando por
lo regional, y las orientaciones han sido rurales o urbanas. Por supuesto que
no han faltado las perspectivas étnicas o de género en algunos de estos pro-
gramas.
A pesar de que la pobreza y la desigualdad son problemas históricos con
orígenes estructurales, hasta la década de los años setenta del siglo pasado, en
el contexto de una brusca caída de la producción agrícola y de la crisis del mo-
12
Descalabros y desafíos de la política social en México
2
En 2009 se redujo a 68 años la edad mínima para obtener esta pensión.
13
José Narro, David Moctezuma y Diego de la Fuente
La desigualdad afecta tanto a los países pobres como a los que no lo son, in-
cluidos aquellos que se encuentran en situaciones intermedias. Se trata de un
asunto extraordinariamente extendido; la pobreza extrema no, pues es menos
frecuente en los países que cuentan con políticas públicas efectivas para que la
población disponga de un piso básico de satisfactores. En este aspecto algunas
naciones han sido más exitosas que otras pero desafortunadamente en México
las políticas destinadas a combatir la pobreza y la desigualdad no han alcanza-
do los resultados esperados.
La gráfica 1, elaborada por la ocde es clara al respecto. Aquí podemos ver
que en realidad los niveles de desigualdad, salvo contados casos, no suelen ser
muy distintos entre las naciones latinoamericanas y las europeas. Pero una
vez que se aplican los impuestos y las transferencias, es decir, después de la
instrumentación de las políticas públicas, en los países europeos los niveles
de desigualdad disminuyen notablemente, lo cual no se registra en el caso
de los latinoamericanos donde por supuesto está México. Es evidente que las
políticas sociales de nuestros países han resultado ineficientes para lograr la
edificación de sociedades más equitativas.
14
Descalabros y desafíos de la política social en México
50
40
30
20
10
0
Argentina
Luxemburgo
Colombia
Alemania
Filandia
Reino Unido
Polonia
Dinamarca
Brasil
Irlanda
Holanda
Portugal
Bélgica
Francia
México
Austria
Chile
España
Suecia
Grecia
Italia
Perú
Fuente: Centro México, Organización para el Desarrollo Económico y la Cooperación (ocde). Consultado el 14/01/2013,
http://www.oecd.org/centrodemexico/15disminuciondelindiceginienmexicodespuesdelatransferenciadeimpuestos.htm.
15
José Narro, David Moctezuma y Diego de la Fuente
Millones de personas
Millones de personas
40 10
30 8
6
20
4
10
2
0 0
Nacional Urbano Rural Nacional Urbano Rural
Fuente: Reporte “Pobreza en México y en las entidades federativas 2008 - 2010”, Coneval.
Persistencia de la desigualdad
16
Descalabros y desafíos de la política social en México
1963 0.530
1989 0.536
1992 0.543
1994 0.539
1996 0.526
1998 0.539
2000 0.552
2006 0.516
2008 0.528
2010 0.499
Fuente: Coeficiente de Gini de 1963 tomado de Nora Lustig, “La desigual distribución del ingreso y la riqueza en México”,
en R. Cordera y C. Tello (eds.), La desigualdad en México, Siglo xxi. El resto son estimaciones del Consejo Nacional de Eva-
luación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) basadas en las Encuestas Nacionales de Ingresos y Gastos de los Hogares
(enigh) 1989 a 2010.
17
José Narro, David Moctezuma y Diego de la Fuente
18
Descalabros y desafíos de la política social en México
19
José Narro, David Moctezuma y Diego de la Fuente
3
Campeche, Chiapas, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Oaxaca, Puebla, San Luis
Potosí, Veracruz, Yucatán y Zacatecas.
20
Descalabros y desafíos de la política social en México
80
60
40
20
Fuente: Elaborado con datos del Coneval, “Medición de la pobreza 2010 por municipio.”
21
José Narro, David Moctezuma y Diego de la Fuente
22
Descalabros y desafíos de la política social en México
4
Con relación al ingreso, la medición de la pobreza utiliza dos líneas: la línea de bienestar mí-
nimo, que equivale al valor de la canasta alimentaria (rural y urbana) por personas al mes; y
la línea de bienestar (también rural y urbana), que equivale al valor total de la canasta alimen-
taria y de la no alimentaria (que incluye bienes y servicios básicos como educación, vivienda,
transporte público, prendas de vestir, calzado y cuidados de la salud, entre otros) por personas
al mes. Cfr. Análisis y medición de la pobreza, Líneas de bienestar y canasta básica en http://
www.coneval.gob.mx
23
José Narro, David Moctezuma y Diego de la Fuente
blación de cinco años o más habla alguna lengua indígena), 218 tienen grado
de marginación muy alto, 75 alto y sólo 19 lo tienen medio; ninguno se situó
en los grados de marginación bajo y muy bajo. En otro contexto, de los 441
municipios que ese Consejo identificó en el año 2010 como de muy alta mar-
ginación, 49.4% corresponde a un municipio indígena esto a pesar de que su
población representa casi 6% del total en el país (Conapo, 2010).
70
60 39.1%
50
Pobreza: 79.3%
40 5.4 millones de personas
3.3 carencias promedio
30 35.8%
Pobreza: 46.2%
52 millones de personas 40.2%
20
2.5 carencias promedio
10
10.4%
0
Nacional Indígena
Fuente: Reporte “Pobreza en México y en las entidades federativas 2008 - 2010”, Coneval.
24
Cuadro 5. Pobreza en municipios seleccionados con mayor población indígena
Entidad Municipio Población Ingreso promedio mensual Porcentaje de la población
indígena Población Menor a línea de Pobreza Pobreza Rezago Sin servicios Carencia de
total indígena bienestar mínimo (%) extrema educativo de salud alimentación
Yucatán Mérida 193 061 3 931 2 997 7.6 29.4 3.3 16.2 20.8 18
Chiapas Ocosingo 162 283 830 684 70.9 90.9 59.7 37.1 41.5 34.8
Quintana Roo Benito Juárez 153 816 3 955 3 080 6.3 26.3 3.2 16.8 32.4 18
Chiapas Chilón 108 066 557 534 80 95.3 70.6 42.6 32.1 45.3
Puebla Puebla 100 353 3 817 - 11.1 39.9 6 16.3 38.8 28.2
Chiapas San Cristóbal 94 493 2 143 1 405 33.7 66.1 21.3 26.5 40.3 25.7
Hidalgo Huejutla 93 315 1 656 1 255 36.4 66.7 23.2 27.5 10.9 42.7
Distrito Federal Iztapalapa 79 826 3 189 2 608 8.2 37.4 3.2 11.4 41.3 19.5
Oaxaca Juchitán 79 719 2 173 1 981 21.4 60.2 11.3 27.3 42.3 17.1
México San Felipe 76 627 1 115 1 022 51.6 80.6 43.4 38.2 21.7 61.4
Chiapas Chamula 76 596 553 559 76.1 94.8 69.7 55 50.8 31
Chiapas Tila 69 316 683 646 75.5 94.2 69.3 41.6 60 33.4
México Ecatepec 68 618 2 837 2 187 11.1 40.8 6 17.8 40.3 31.1
Veracruz Tantoyuca 66 912 1 273 918 45.6 77 39 25.6 33.2 39.4
Veracruz Papantla 65 537 1 662 - 34.6 68.5 25.5 25.5 38.6 31.9
Nacional 6 986 413 - - 3.5 46.2 10.4 20.6 31.8 24.9
Fuente: Los datos sobre el tamaño de la población indígena provienen de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (cdi). Los datos sobre pobreza, ingreso total e ingreso de la población indígena
así como los de carencias básicas se encuentran en “Medición de la pobreza 2010 por municipio”, elaborado por el Coneval. El Censo de Población y Vivienda 2010, elaborado por el inegi, da cuenta de la población in-
dígena total.
José Narro, David Moctezuma y Diego de la Fuente
Gráfica 5. Proporción de la población urbana y rural en condiciones de pobreza y pobreza extrema 2010
70
60
50
40.9%
40
Pobreza: 64.9%
17 millones de personas
30 3.0 carencias promedio Pobreza: 40.5%
35 millones de personas
34.2% 2.3 carencias promedio
20
10 23.9%
6.3%
0
Rural Urbana
Fuente: Reporte “Pobreza en México y en las entidades federativas 2008 - 2010”, Coneval.
26
Descalabros y desafíos de la política social en México
urbanas las cifras son de 34 y seis. Conviene destacar que a pesar de que la
población urbana rebasa a la rural de manera importante, con una proporción
de 3.3 a 1, el número de pobres extremos en el ámbito rural supera a los que
viven en las zonas urbanas.
En el cuadro 6 se detallan las diferencias mostradas en la gráfica 5. Como
se puede observar, los valores que ocupa la población rural en todos los indi-
cadores son mayores que los de la población urbana, las únicas excepciones
corresponden a los indicadores de población no pobre y no vulnerable, y
población vulnerable por ingresos. Esta última se refiere a quienes tienen in-
gresos por debajo de la línea de bienestar pero sin carencias sociales, y dado
que en las comunidades rurales 93.6% de la población vive al menos con una
de seis carencias sociales, el valor de este indicador para el medio rural es de
sólo 1.1 por ciento.
De manera más específica, en el cuadro 6 se observa que los niveles de reza-
go educativo son el doble entre las poblaciones rurales respecto de las urbanas,
que alrededor de 82% de las primeras no tienen seguridad social, en contraste
con el ya elevado 54% de las segundas; que en cuanto a la falta de acceso a
servicios básicos de la vivienda, la proporción rural-urbano es mayor de 6:1;
que la cantidad de individuos con ingresos menores a la línea de bienestar
mínimo en el medio rural es más de dos veces aquella de la población urbana,
y así sucesivamente con el resto de los indicadores.
Finalmente, el cuadro 7 muestra los distintos indicadores de pobreza y
carencias utilizados anteriormente pero en términos del tamaño poblacional
del municipio clasificado en: poblaciones menores a los 2 500 habitantes;
entre 2 500 y 15 000 habitantes; entre 15 000 y 100 000; entre 100 000 y
un millón, y los de un millón y más de habitantes. Resulta notable que en la
medida en que el tamaño poblacional del municipio aumenta, las condiciones
de pobreza y de carencias disminuyen de manera importante, a excepción de
la pobreza moderada en la que municipios de tamaño intermedio tienen los
mayores porcentajes.
El Consejo Nacional de Población, menciona que:
27
José Narro, David Moctezuma y Diego de la Fuente
Pobreza multidimensional
Prevención social
Bienestar
28
Descalabros y desafíos de la política social en México
29
José Narro, David Moctezuma y Diego de la Fuente
30
Descalabros y desafíos de la política social en México
Economía se 13 12 185
Conclusiones
Hoy más que nunca es necesario revisar y ajustar la política social en el marco
de una nueva estrategia de crecimiento económico con equidad social. La
prioridad en nuestro país no puede seguir siendo el mantenimiento de los
equilibrios macroeconómicos. Tampoco hay que descuidar esos equilibrios,
esto es obvio, pero ellos no pueden ser más importantes que el bienestar co-
lectivo y la propia estabilidad social; los equilibrios fiscales no pueden tener
prioridad sobre los desequilibrios sociales.
31
José Narro, David Moctezuma y Diego de la Fuente
32
Descalabros y desafíos de la política social en México
Bibliografía
33
José Narro, David Moctezuma y Diego de la Fuente
34
La ciudadanía en México
Un breve recuento histórico
Introducción
3
Una tendencia opuesta a la ciudadanía pasiva sería lo observado por Alexis de Tocqueville
en su análisis de la democracia en los Estados Unidos. El pensador francés destacó el valor de la
voluntad y la iniciativa individual de los estadounidenses para constituir asociaciones y organi-
zaciones, fundamentales en la definición del interés y el bien público, proyectando el valor de
la participación social y política. Esta característica distintiva de la democracia estadounidense,
desde luego que ha cambiado en las últimas décadas; lo que Tocqueville reseñó corresponde a
la época de origen y auge de la democracia en los Estados Unidos, hacia los siglos XVIII y XIX.
Para mayores detalles, véase Tocqueville, 1987. 119
Luis Reyes García
4
Creado por Cornelius Castoriadis (1983), el concepto de imaginario social suele utilizarse
en ciencias sociales para definir las representaciones sociales que se tienen de las instituciones; con
frecuencia se utiliza como sinónimo de cosmovisión, mentalidad, conciencia colectiva e ideología,
pero en la obra de Castoriadis tiene un significado mucho más preciso, ya que supone un esfuerzo
122 desde el materialismo para relativizar la influencia de lo material sobre la vida social.
La ciudadanía en México. Un breve recuento histórico
7
En efecto, la creación de un sistema de salud pública y de seguridad social a través de la
fundación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en 1943 y del Instituto de Seguridad
y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en 1959, contribuyó a procurar el
cumplimiento del derecho a la salud y la seguridad social contenido en el artículo 123 constitu-
cional. No obstante, como es de todos sabido, el sistema enfrenta un notable deterioro tras años
130 de desgaste de infraestructura, reducción paulatina del financiamiento público, y corrupción.
La ciudadanía en México. Un breve recuento histórico
8
Los estudiantes críticos del régimen, la formación de la guerrilla urbana y rural y el sindi-
calismo independiente eran reacciones de amplios sectores de la sociedad dispuestos a no seguir
siendo controlados por las organizaciones corporativas del Estado mexicano, quien los persi-
guió, encarceló y desapareció. La literatura sobre el tema es abundante, algunos acercamientos
a manera de síntesis se pueden encontrar en Aguilar y Meyer (1989), Basáñez (1981), Hirales
(1996), Medina (1994) y Tello (1995). 133
Luis Reyes García
en contradicción con el régimen político prevaleciente. Para mayores detalles, véase Reyes del
Campillo y Hernández (2004). 135
Luis Reyes García
10
Dos estudios previos y antecedentes de este trabajo fueron: Los mexicanos de los noventa
(1994) y La reforma electoral y su contexto sociocultural (1996). 137
Luis Reyes García
Conclusiones
El largo, complicado y azaroso proceso de construcción de ciudadanía
en México todavía no ha logrado establecer valores estables, en térmi-
nos de las virtudes cívicas que plantea el republicanismo cívico. El ciu-
dadano modelo no existe, el ciudadano como posibilidad aún está en
proceso de construcción. El Estado está en búsqueda del ciudadano,
afirma Lorenzo Meyer, para decir que aún se tiene la esperanza de que
desde la sociedad civil se configure y se forme el individuo virtuoso
que se requiere para dirigir los asuntos públicos en una perspectiva del
bien común, el cual nos acerque a mejores condiciones en términos de
derechos, justicia, equidad y libertad en todos los ámbitos de la vida
social.
La experiencia histórica de la ciudadanía en México bien podría ca-
lificarse como dramática y por momentos trágica, pues una y otra vez
los derechos se han truncado, las libertades se han reducido al mínimo.
La experiencia de la vida pública como horizonte de posibilidad para
construir junto al otro la vida en sociedad, parece no terminar por esta-
blecerse en la conciencia de los individuos que conformamos este país;
una y otra vez ganan los intereses de unos sobre los otros y se constru-
yen hegemonías perniciosas que excluyen y deterioran los principios de
equidad e igualdad.
Una cuestión que se hace evidente en la revisión de las distintas
etapas por las que ha atravesado la ciudadanía, es que la mayoría de los
agentes encargados de la organización y movilización de los individuos,
no parecen asumir responsabilidades en materia de formación. En este
142 sentido, partidos políticos, sindicatos y organizaciones sociales en gene-
La ciudadanía en México. Un breve recuento histórico
Bibliografía
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1994 Cultura política y educación cívica, México, Miguel Ángel
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Luis Reyes García
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Luis Reyes García
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2000 La justicia y la política de la diferencia, Madrid, Cátedra / Uni-
versitat de València.
149
Revista Problemas del Desarrollo, 182 (46), julio-septiembre 2015
Resumen
La adopción del modelo de economía abierta para reorientar la Política Económica en
México provocó desequilibrios en el crecimiento y la distribución interna de la riqueza
porque el control del entorno macroeconómico, rezaga los indicadores del bienestar
social e incrementa la pobreza y desigualdad. Si bien la Política Social ha buscado com-
pensar el deterioro en las condiciones de vida de la población, sus alcances son insufi-
cientes en la medida que la misma Política Económica le impone límites que obligan a
focalizar el gasto público hacia poblaciones objetivo con lo cual deja a una proporción
amplia en situación de vulnerabilidad. Los datos muestran que la Política Social focali-
zada es incapaz de revertir los desequilibrios derivados por esta orientación de la Política
Económica. No corregir los factores que rigen el modelo actual, vulnera gradualmente
las condiciones de vida de la población y la seguridad nacional.
Palabras clave: Política Económica, Política Social, gasto social, pobreza, programas
sociales.
Clasificación JEL: E61, I31, I32, I38.
41
Felipe Torres y Agustín Rojas
墨西哥经济政策和社会政策:失衡及后果
摘要:为重新调整经济政策,墨西哥采取了开放型经济模式。在这一模式下,对宏
观经济环境的控制降低了社会福利指标,加剧了贫困和社会不公,从而导致了经济
增长以及财富分配的失衡。尽管社会政策力图弥补居民生活条件的恶化,但是其力
度是远远不够的。经济政策为社会政策强加了限制,使其不得不将公共支出用于目
标人群,从而进一步扩大了弱势群体的范围。数据表明:有针对性的社会政策无法
扭转经济政策转向带来的失衡。如果不纠正当前经济模式的主导因素,墨西哥居民
生活条件以及国家安全将逐步削弱。
关键词:经济政策,社会政策,社会支出,贫困,社会规划项目
42
Política Económica y Política Social en México: desequilibrio y saldos
1
Introducción
A finales de los años setenta del siglo pasado, el modelo de desarrollo econó-
mico interno por sustitución de importaciones se agotó, o bien se reorientaron
las estrategias que surtieron el mismo efecto. Esto provocó desequilibrios tales
como la reversión de las tasas de crecimiento positivas logradas durante el
llamado “milagro económico de México”. A principios de los años ochenta,
el país enfrentó una crisis de endeudamiento y débiles resultados de creci-
miento generados por un nuevo modelo de desarrollo económico que, susten-
tado en la apertura comercial y desregulación, buscaba reestructurar las fallas
aducidas a la participación del Estado en la economía, combinada con gastos
sociales excesivos.
La crisis económica interna impulsó la aplicación de políticas económicas
de estabilización y ajuste estructural basadas en pactos. Las políticas mone-
tarias y fiscales buscaban contener los altos niveles de inflación, restaurar el
equilibrio en la balanza comercial y reducir el déficit público. Sin embargo,
sus resultados reflejaron una mayor desestabilización de la economía, la inca-
pacidad del Estado para impulsar el desarrollo económico y el traslado del cos-
to del ajuste estructural a las familias; ello intensificó las desigualdades sociales
y regionales expresadas en mayor pobreza y marginación.
A partir de los años noventa, la Política Económica subordinó las necesi-
dades del país a las estrategias que sigue la dinámica económica mundial, lo
que debilita el crecimiento interno y no detiene los impactos que el modelo
de economía abierta genera en la población; esto incrementa la tensión y el
descontento social. Así, la Política Social es rebasada para actuar como meca-
nismo de contrapeso, ya que impone restricciones al ejercicio del gasto social
que obligan a focalizar los recursos públicos, reorientar programas de atención
y reducir coberturas de población y territorio. En síntesis: la Política Social
en México se encuentra marginada por los intereses de la Política Económica
cuyas estrategias se encaminan al fortalecimiento de la concentración y no de
una distribución más equitativa de la riqueza.
El tránsito hacia un proyecto de desarrollo e inversión pública, que atien-
da las necesidades internas con una nueva Política Social renovada que am-
plíe su cobertura y magnitud, será vital para lograr el crecimiento económico
mediante una redistribución adecuada del ingreso y, así, alcanzar la equidad
social.
1
Este trabajo es resultado del proyecto papiit in300815 “Dimensiones regionales de la seguri-
dad alimentaria en México”.
43
Felipe Torres y Agustín Rojas
44
Política Económica y Política Social en México: desequilibrio y saldos
como Política de Estado (Flinn, 1970: 8-9; 17-19; Hobsbawm, 1983: 15-29;
Rheinheimer, 2009; Villarespe, 2002: 15).
Desde los años cuarenta y hasta finales de los setenta del siglo pasado, las
estrategias de crecimiento económico de diversos países en desarrollo se basa-
ron en la intervención del Estado en la actividad económica bajo un modelo
industrial por sustitución de importaciones y de fortalecimiento del mercado
interno (Pérez, 1996: 347-363). Diversas naciones experimentaron avances
reflejados en altas tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (pib) que,
como en el caso de México, superaron el 5% anual.
Ese modelo transformó al sistema de producción: abandonó el modelo
agrario-exportador y colocó a la industria como el motor de crecimiento eco-
nómico y de fortalecimiento del mercado interno. La estrategia minimizó pri-
mero a las actividades de bienes de consumo no duraderos y transitó hacia
aquellas con mayor grado de complejidad como los bienes intermedios y de
capital. Asimismo, alteró la estructura socio-espacial de las inversiones e incre-
mentó el número de trabajadores asalariados que migraron del campo hacia
los centros urbanos e industriales (Guillén Romo, 2001: 20-21). El Estado
participó activamente en la economía, principalmente en la protección y fo-
mento a las empresas nacionales, la fijación de aranceles, precios de garantía,
apoyos fiscales y exenciones; además, creó instituciones especializadas para
atender diversas problemáticas sectoriales.
En este contexto se edifica el Estado Benefactor que impulsó el desarrollo
económico y el bienestar en alimentación, salud, vivienda y educación
(Montagut, 2008: 53-75). Para ello, desplegó una Política Económica de corte
nacionalista orientada al crecimiento de la capacidad productiva, el estímulo
de la demanda agregada con políticas fiscales y monetarias de corte expansivo
y el incremento del empleo e ingreso. Con la provisión de servicios básicos
baratos, garantizó también la seguridad social y atenuó los desequilibrios in-
ternos que afectaban a algunas regiones. El gasto público creciente posibilitó
la redistribución de recursos y el bienestar social.
Si bien el Estado Benefactor intentó brindar cobertura universal en
derechos básicos, a nivel internacional se presentaron tres distintos regímenes
de bienestar y de protección social que sincronizaron de manera distinta a la
Política Económica y la Política Social. El primero de ellos, el socialdemócrata,
procuró garantizar a toda la población, de forma institucionalizada, la provi-
sión de un conjunto de satisfactores, ya que al asegurar los niveles mínimos
de bienestar suponía avanzar hacia un modelo de desmercantilización de los
servicios sociales y el acceso más allá de las restricciones que impone el mer-
cado. El segundo, el conservador, en contraste con el anterior, estratificó y
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Felipe Torres y Agustín Rojas
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Política Económica y Política Social en México: desequilibrio y saldos
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Felipe Torres y Agustín Rojas
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Política Económica y Política Social en México: desequilibrio y saldos
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Felipe Torres y Agustín Rojas
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Cuadro 1. México: evolución de la Política Económica y de la Política Social, 1910-2014
Fase Modelo económico: Marco general de la Política Social Programas sociales: institucionalización
Política Económica y principales programas sociales
Primera Agrario-Exportador / Constitucional: se buscó el cumplimiento, por parte Satisfacción de las demandas sociales derivadas de la Revolución mexicana: derecho a la educación, salud, vivienda,
(1910/1917-1940) Posrevolucionario del Estado, de los derechos sociales emanados de composición pluricultural, organización y desarrollo de la familia, satisfacción de necesidades elementales, información
la Constitución Política de 1917, principalmente los garantizada por el Estado, trabajo digno, disfrute del agua y recursos del subsuelo.
artículos 30, 40, 60, 27 y 123
Segunda Modelo de Estado de Bienestar: universalista e institucional- Instituciones y programas sociales universales y redistributivos: enfocados a la atención de diferentes problemáticas
(1940 - 1980) Industrialización redistributivo, cuyo objetivo fue coadyuvar al sectoriales en materia de educación, salud, salubridad y asistencia pública, vivienda, seguridad social y servicios
por sustitución bienestar social y reducir las desigualdades sociales sociales, consumo de productos de la Canasta Básica Alimentaria, inversión pública en desarrollo rural, marginación
de importaciones y desigualdad social, soberanía alimentaria. Las principales instituciones y programas sociales edificados durante
(keynesiana) el periodo, orientados a atender dichas problemáticas, principalmente mediante la redistribución, fueron: Instituto
Mexicano del Seguro Social (1943-a la fecha), Secretaría de Salubridad y Asistencia (1943), Instituto Nacional de la
Vivienda (1954), Instituto de Seguridad Social y Servicios Sociales de los Trabajadores (1959), Compañía Nacional
de Subsistencias Populares (1962-1999), Programas de Inversiones Públicas en Desarrollo Rural (1973-1983),
Coordinación General del Plan de Zonas Deprimidas (1977-1983), Programa Nacional Alimentario (1983).
Tercera Modelo de economía Estado mínimo: focalización y racionalización de Implementación de programas de combate a la pobreza y desarrollo regional: orientados al abatimiento de la pobreza
(1980 - a la fecha) abierta recursos públicos destinados a la asistencia social, en zonas rurales marginadas, mejoramiento de las condiciones de vida de la población y elevación de los niveles
cuyo objetivo es la lucha contra la pobreza, la re- mínimos de bienestar, promoción de acciones intersectoriales en materia de educación, salud y alimentación bajo
ducción de la marginación y la desigualdad social un enfoque regional, incorporación al mercado de trabajo, transferencias monetarias a población en situación de
pobreza extrema a través de la focalización, ampliación de la cobertura hacia localidades semi-urbanas y urbanas,
mejoramiento del ingreso. Los principales programas fueron el Programa Nacional de Solidaridad (1988/89-1997),
Programa Nacional de Educación, Salud y Alimentación (1997-2002), Programa de Desarrollo Humano Oportunidades
(2002-2014), Programa Prospera (2014 a la fecha).
por los mayores ingresos fiscales procedentes del comercio. La bonanza logró
afianzar el marco institucional para brindar los servicios sociales básicos a la
población.
Debido a su connotación industrial concentrada, el proceso de crecimien-
to provocó desigualdades sectoriales, principalmente en el sector agrícola, que
si bien lograba generar excedentes para afianzar el desarrollo, posteriormente
entró en rezago y crisis. Ello generó un éxodo masivo de campesinos hacia
los centros urbanos, provocando grandes contrastes en el crecimiento de las
ciudades. La década de los cincuenta obligó a una reorientación de la Política
Económica y Social, para responder ahora a la problemática generada por el
llamado “proceso de urbanización salvaje”, básicamente en los casos de la Ciu-
dad de México, Monterrey y Guadalajara.
La transición de un patrón de asentamiento predominante rural hacia otro
urbano generó cambios significativos en los estilos de vida, en las estructuras
familiares y el consumo de los hogares, que desembocaron en una transforma-
ción de las necesidades sociales y en la alteración de los parámetros mínimos
de bienestar. El Estado estableció lineamientos para atender las necesidades
mediante la racionalización del gasto social.
Los desequilibrios sectoriales propiciaron el agotamiento del modelo de
industrialización. La excesiva protección del Estado, que desembocó en me-
nores niveles de competitividad de las empresas nacionales, y la inequitativa
distribución regional de los ingresos, que empezaba ya a generar descontento
social, fueron algunos de los factores que frenaron la dinámica económica
precedente y la irradiación de beneficios sociales.
El deterioro sistemático del nivel de vida de la población a partir de los
años setenta, resultado del bajo ritmo de crecimiento y la agudización de las
desigualdades sociales, reorientó nuevamente la Política Social. Ante la ines-
tabilidad experimentada en el país, el Estado implementó los Programas de
Inversiones Públicas en Desarrollo Rural (prider) en 1973, y más tarde la
Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas (Coplamar),
a fin de resarcir los rezagos sociales en las zonas rurales. De igual manera,
la apertura del Sistema de Tiendas Rurales así como el Sistema Alimentario
Mexicano (sam) en 1980, lo cual mostraba la clara preocupación por el au-
mento de la pobreza en las zonas rurales (Barba, 2004: 27-31; Boltvinik y
Marín, 2003: 473-475).
Para contrarrestar los efectos de la deuda de los años ochenta se imple-
mentaron programas de ajuste estructural, provocando un cambio radical
en la Política Económica y consecuentemente en la Social. Esto posibilitó
la Reforma del Estado, lo cual inicia la tercera etapa de las políticas sociales
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Política Económica y Política Social en México: desequilibrio y saldos
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Felipe Torres y Agustín Rojas
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Política Económica y Política Social en México: desequilibrio y saldos
Gráfica 1. México: distribución promedio del pib por entidad federativa, 1993-2012 (porcentajes)
Tlaxcala 0.53
Colima 0.54
Baja California Sur 0.56
Nayarit 0.59
Zacatecas 0.79
Aguascalientes 1.11
Morelos 1.27
Durango 1.27
Yucatán 1.35
Quinta Roo 1.38
Hidalgo 1.44
Oaxaca 1.56
Guerrero 1.64
Querétaro 1.70
San Luis Potosí 1.77
Chiapas 1.78
Sinaloa 2.03
Tabasco 2.15
Michoacán de Ocampo 2.35
Sonora 2.61
Baja California 3.10
Tamaulipas 3.14
Coahuila de Zaragoza 3.15
Campeche 3.24
Puebla 3.48
Guanajuato 3.56
Chihuahua 3.76
Veracruz de Ignacio de Llave 4.44
Jalisco 6.39
Nuevo León 7.12
México 9.62
Distrito Federal 20.55
0 5 10 15 20 25
Fuente: inegi.
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Felipe Torres y Agustín Rojas
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Política Económica y Política Social en México: desequilibrio y saldos
Gráfica 2. México: distribución promedio de la población por entidad federativa, 1990-2012 (porcentajes)
Baja California Sur 0.46
Colima 0.55
Campeche 0.71
Quinta Roo 0.91
Nayarit 0.97
Aguascalientes 0.98
Tlaxcala 0.99
Zacatecas 1.42
Querétaro 1.46
Durango 1.53
Morelos 1.56
Yucatán 1.72
Tabasco 1.93
Sonora 2.30
Hidalgo 2.32
San Luis Potosí 2.37
Coahuila de Zaragoza 2.41
Baja California 2.50
Sinaloa 2.59
Tamaulipas 2.84
Chihuahua 3.07
Guerrero 3.12
Oaxaca 3.51
Nuevo León 3.97
Chiapas 4.07
Michoacán de Ocampo 4.08
Guanajuato 4.83
Puebla 5.14
Jalisco 6.53
Veracruz de Ignacio de Llave 7.17
Distrito Federal 8.92
México 13.09
0 2 4 6 8 10 12 14
Fuente: elaboración propia a partir de información del Censo de Población y Vivienda, varios años, inegi.
Cuadro 3. México: distribución del ingreso total por decil de hogares. Años seleccionados (estructura porcentual)
Deciles 1992 2002 2012
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Felipe Torres y Agustín Rojas
Cuadro 4. México: distribución de la población económicamente activa (pea) por nivel de ingresos
(estructura porcentual)
Nivel de ingresos / Año 1995 2000 2005 2010 2012
Fuente: inegi.
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4
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2005
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2013
Fuente: inegi.
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Porcentaje
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2004
2007
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-20
-40
-60
Inflación Salario mínimo nominal Pérdida del poder adquisitivo
Fuente: elaboración propia a partir de información de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) y del inegi.
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Año Nacional *
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2010
2012
2013
Gasto Público Gasto Social
Fuente: elaboración propia a partir del Sexto Informe de Gobierno, Felipe Calderón Hinojosa. Segundo Informe de Gobierno,
Enrique Peña Nieto.
Conclusiones
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Bibliografía
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