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Casa de Oración Iglesia del Nazareno

Tema 14: Cuida el corazón


Base bíblica: Proverbios 4:23-27
Introducción
Horton, un reconocido escritor cristiano afirmó: “Toda conducta es resultado de fuentes
ocultas. Todas las palabras son expresión de pensamientos. Lo primero y más importante
es que las fuentes ocultas del pensamiento y los sentimientos sean puros. La fuente de
todas nuestras dificultades es la amargura de corazón, los sentimientos de envidia, la
súbita irrupción del deseo corrupto”.
Aquellas fuentes ocultas están en el corazón. Es por eso que la Biblia dice que sobre toda
cosa guardada, guardemos el corazón porque éste determina el rumbo de nuestra vida
(NTV). El corazón es la “bodega” de los pensamientos. En ella podemos encontrar tesoros
muy valiosos, y en ocasiones, despojos despreciables. Ahora bien, la calidad de nuestra
vida será directamente proporcional al estado de nuestro corazón. El proverbista descubrió
cómo cuidar el corazón a través de tres consejos fundamentales:

1. Cuide su manera de hablar (v. 24)


Hablar es un don, pero también es una gran responsabilidad. Esta pregunta sugiere
cuidarnos del uso de palabras malintencionadas y perversas; y como si fuera poco, de la
destructiva práctica de la mentira. Con respecto a la poderosa influencia de las palabras,
Jesús dijo: no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre, sino lo que sale
de la boca, eso es lo que contamina al hombre. Mateo 15:11. Lo que digas,
inevitablemente podrá dañar a otros, pero a quien primero contamina, es a ti.
Hablar negativamente y sin fundamento de personas ausentes, es otra forma de exponer
nuestro corazón a la fatal destrucción causada por la murmuración. Hablar bien de otro
cuando en realidad no es eso lo que pensamos, es una evidente forma de mentir. Toda
especie de mentira, aunque esté sujeta a una “buena intención” siempre abrirá una puerta
a la destrucción.

2. Sea estricto con lo que sus ojos ven (v. 25)


Donde fijes tus ojos, allá llegarán tus pies. No hace falta “llegar” para ser atrapados, basta
sólo con fijar la mirada en el pecado, para que nuestro corazón termine preso de los malos
deseos. Existe un “camino” demasiado corto entre los ojos y el corazón y sólo hay un filtro
que puede establecerse entre ambos órganos: la Biblia, el consejo perfecto de Dios.

¿Qué estás mirando? ¿A qué o a quién has dedicado tu mirada? Recuerda la vieja historia
del rey David, que en vez de ocuparse de la guerra (mirar al frente), quiso tomar el sol
sobre su terraza, y al ver desnuda a Betsabé (se distrajo) mientras tomaba un baño, no la
pudo sacar de su mente. Fue tan fuerte el deseo, que por estar con ella propició la muerte
de uno de sus mejores hombres; Urías, esposo de Betsabé (2 Samuel 11).

3. Tenga cuidado con los lugares que visita (v. 26)


Todo aquel que persigue un destino, está obligado a fijarse en el “mapa” para asegurarse
que viaja por el camino correcto. Así es nuestra vida; es necesario que examinemos con
cuidado cual es nuestro proceder. A la vez, preguntarnos si la ley de Dios aún guía
nuestros comportamientos, no vaya a ser que nos encontremos perdidos en de la ruta
inicial.

No existe mejor “brújula” que la Palabra de Dios con la sabiduría que ella contiene. La
bendición plena de Dios está sujeta a la obediencia a la Palabra de Dios. Es una regla que
jamás falla. La voz de Dios a través de las Escrituras nos guiará por sendas perfectas, a
veces con tramos difíciles, pero seguras. Cuide de no estar en los sitios incorrectos, usted
podría perder más de lo que se imagina.

Conclusión
Su corazón es un gran tesoro que usted debe cuidar atentamente. Cuando su corazón se
compromete, también se compromete cada área de su vida. Rinda su corazón a Dios y
pídale que lo purifique, de esa manera usted podrá vivir en paz y en constante libertad.

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