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ISSN: 1665-8140
revista.espacios.publicos@gmail.com
Universidad Autónoma del Estado de México
México
Resumen
Abstract
This article analyzes the traits of the political culture manifested by the
indians in Mexico. Through such analysis of their perception on politics,
the way they relate to the power structure and their participation in public
affairs, it is argued that they show a peculiar form of political culture, mainly
characterized by the composition of a common and self-managed political
organization, developed in parallelism with the traditional models of the
institutional one: the electoral-partisan.
* Doctor en Ciencias Sociales. Profesor de tiempo completo en Ciencias Políticas y Administración Pública,
Centro Universitario Amecameca, uaem.
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Rafael Cedillo Delgado
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Rasgos de la cultura política de los indígenas
en México. Una revisión a inicios del siglo xxi
Cuadro 1
Relación Indígenas-población en América
País Indígenas (miles) % de la población nacional
1. Argentina 398 1.5
2. Belice 30 20
3. Bolivia 4,200 66
4. Brasil 243 0.2
5. Canadá 500 1.5
6. Colombia 547 2.2
7. Costa rica 32 1.0
8. Chile 925 5.7
9. Ecuador 3.340 40
10. El Salvador 300 5.5
11. Estados Unidos 1.568 5.5
12. Guatemala 4.200 59
13. Guyana 28 ---
14. Honduras 245 6.0
15. México 12.000 18
16. Nicaragua 152 5.0
17. Panamá 126 6.0
18. Paraguay 67 2.3
19. Perú 10.200 55
20. Surinam 10 ---
21. Venezuela 331 2.0
Total 39.442 100
Fuente: Stavenhagen (1988: 66).
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Respecto a los datos sobre la población Si bien es cierto que los grupos indígenas
indígena en América, Rodolfo Stavenhagen en México no forman la mayoría de la po-
aclara que: las cifras estimadas son las más blación, como en Bolivia y Guatemala, o re-
altas, debido a que, por lo general, los presentan la mitad de la población, como en
censos nacionales tienden a subenumerar a Perú, sí suman millones que constituyen la
las poblaciones indígenas, porque algunos población mayoritaria de extensas regiones
no incluyen preguntas al respecto, porque del país, principalmente en el centro y en
no existen criterios claros y unívocos para el sureste, en donde los grupos que hablan
determinar a la población india, porque lenguas indígenas y comparten sus usos y
los gobiernos tienden a minimizar a dicho costumbres tienen una gran importancia.
sector poblacional, o por negación expresa
del individuo, debido a la carga valorativa En la mayoría de las entidades de México
“negativa” que dicha definición ha con- hay habitantes de lengua indígena; con la
llevado por mucho tiempo (Stavenhagen, excepción de Aguascalientes, Nuevo León,
1988: 67). Tamaulipas y Zacatecas (en donde la poca
población indígena es inmigrante de otros
México, para la última década del siglo xx, estados). Además, se debe tener en cuenta
hablando en términos relativos (consideran- que “29% de los municipios de México
do al número de indígenas en relación con es predominante indígena y que 86% de
la población total) ocupaba el sexto lugar a los pueblos indios están concentrados en
nivel continental, con alrededor del 18% de 11 entidades federativas: Oaxaca, Vera-
población indígena; pero, en términos abso- cruz, Chiapas, Yucatán, Puebla, México,
lutos, es el país de América que contaba con Hidalgo, Guerrero, Distrito Federal, San
la mayor cantidad de población indígena, Luís Potosí y Michoacán” (Munzel y Pérez
con alrededor de 12 millones, ligeramente 1987: 571-605).
arriba de Perú, con 10 millones. Aunque el
indigenista José Matos Mar estimaba que “la Lo sobresaliente de la distribución geo-
población india mexicana es de 8 701 688, gráfica indígena es que la población más
sólo 9.47%” (Matos, 1993: 165). importante que habla lenguas nativas radica
en la capital del país (Distrito Federal y zona
A fines de los noventa, el Instituto Nacional metropolitana), calculada entre un millón
Indigenista estimaba la población india en 8 doscientos mil y tres millones; la mayoría
701 688 mexicanos, 10.7% de la población habla náhuatl, otros zapoteco, otomí, mix-
nacional; se especificaba que 37 de los 300 teco, mazahua, totonaco, purépecha, u otra.
distritos electorales con que cuenta el país Según Anne Bar Din, “Se estima que 40
(una décima parte) tenían en promedio más de las 56 etnias indígenas mexicanas están
del 30% de población indígena y que de representadas entre los 20 millones de
ésos, nueve tienen al menos 70% de pobla- capitalinos. Su lugar de origen es, principal-
ción nativa: en Chiapas, Guerrero, Hidalgo, mente, el Estado de México y Tlaxcala, pero
Oaxaca, Veracruz y Yucatán. se encuentra población de todo el país. En
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intenciones, pero que atentaban contra el Soubie, 1979: 623-647 y Burguete y Mayor,
patrimonio cultural de los pueblos y de las 1984: 13-34).
comunidades indígenas; además de que en
la práctica no correspondieron a los recla- Una de las formulaciones críticas las pre-
mos y demandas de los mismos indígenas sentó Pablo González Casanova, desde un
como más tarde se manifestaría. punto de vista más político que antropoló-
gico, cuando escribió que la relación entre
Esta teoría “integracionista” fue aceptada sin los Estados modernos latinoamericanos
graves impugnaciones hasta por lo menos la y sus poblaciones indígenas tienen en el
segunda mitad de 1960, cuando comienzan marginalismo de estos últimos su funda-
a surgir serios cuestionamientos a la política mento; quienes se encuentran al margen
gubernamental (Warman, 1970); pero de del desarrollo económico, político y social,
manera más severa durante los setenta, cuan- que es particularmente característico de las
do en una serie de reuniones, manifiestos, sociedades subdesarrolladas. En donde:
declaraciones, actas, recomendaciones, etc.
escritas no sólo por pensadores no indígenas, No sólo guardan éstas una muy desigual distri-
sino por propios intelectuales y líderes indí- bución de la riqueza, del ingreso, de la cultura
genas, se cuestionan la política indigenista general y técnica, si no que con frecuencia
anterior. Para que en 1980, en el viii Con- –como en el caso de México– encierran
dos o más conglomerados socioculturales,
greso Indigenista Interamericano, se dé una
uno superparticipante y otro supermarginal,
ruptura con la anterior política, inicie una uno dominante –llámese español, criollo o
revisión crítica del indigenismo y se planteen ladino– y otro dominado –sea nativo, indio o
las nuevas bases de la reivindicación indígena indígena– (González, 1982: 89).
en México y en el continente.
Estos fenómenos: el marginalismo o la no-
Además, surge el denominado neoindige- participación en el crecimiento del país, la
nismo, corriente ideológica iniciada durante sociedad dual o plural, la heterogeneidad
la década de los setenta, que se distanció, cultural, económica y política que divide al
de manera gradual pero significativa, de los país en dos o más mundos con características
rasgos del paternalismo integracionista del distintas, se hallan esencialmente ligados
“indigenismo”. “Una vertiente recuperó a entre sí y ligados a su vez con un fenómeno
los indígenas, tanto como sujetos históricos mucho más profundo que es el colonialismo
como en su condición de sujetos culturales, interno o el dominio y explotación de unos
sin dejar de recrear algunos resabios de grupos culturales por otros.
vanguardismo paternalista” (Melgar, 1991:
52). Otra vertiente desarrolló una crítica El término colonialismo interno fue acuñado
sostenida a la cuestión étnica nacional, que por Pablo González Casanova (1963: 15-31)
obligó a un replanteamiento de las políticas y Rodolfo Stavenhagen (1963: 63-104),
de lenguaje, cultura y desarrollo, formuladas desde la década de los sesenta, en donde
por los “estados nacionales” (Rodríguez y dejaron de manifiesto que los indios eran
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poco o ningún conocimiento del sistema actitudes pasivas y las sociedades correspon-
político nacional. No hay una diferenciación den a regímenes políticos autoritarios. Bajo
entre lo público y lo privado. tal premisa, los indígenas mexicanos, como
los no indígenas del país, bien podrían enca-
De súbdito, contempla conglomerados en sillarse en este tipo de cultura política.
donde los integrantes tienen conocimiento
del sistema político y el impacto de los pro- La cultura política participativa se desarrolla
ductos tales como el bienestar, los beneficios en sociedades avanzadas, democráticamente
y las leyes. Sin embargo, no tienen interés hablando, que prevén una posición activa
en participar activamente en las actividades del individuo, hay una adhesión al sistema
públicas. político, porque los ciudadanos tienen una
orientación afectiva y juicios positivos. Existe
Participativa, Sociedades en donde los inte- un conocimiento pleno de lo que ocurre
grantes tienen altos niveles de información e en el sistema nacional y los integrantes se
identidad con el sistema político, y se com- involucran en los asuntos públicos.
prometen con la articulación de demandas y
la adopción de decisiones (Almond y Verba, Desgraciadamente, las posturas teóricas
1992: 173-174). esbozadas de Almond y Verba sobre cul-
tura política no fueron bien utilizadas en el
La cultura política parroquial es aquella que campo de las ciencias sociales, pues sólo se
se desarrolla en sociedades simples, en un destacaba la idea de que la participación más
clan o dentro de una tribu, en donde el in- importante es la que se da por la vía electoral
dividuo no espera nada del sistema político y a través de los partidos políticos, centrán-
porque no conoce más allá de su comunidad; dose en las formas institucionales de hacer
es decir, no tiene interés por la cosa pública. política y dejando de lado las informales que
Dicha concepción se puede ejemplificar con también ocurren en la vida cotidiana. La
aquellas localidades que no les interesan concepción de Almond y Verba, sin duda,
los asuntos nacionales; sin embargo, se en- fue muy influyente pero de ningún modo
cuentran pendientes de los acontecimientos pusieron punto final al debate sobre cultura
ocurridos en su comunidad. Bajo una visión política, pues hasta hoy en día todavía hay
simplista muchos autores catalogarían aquí a discusiones al respecto.
los indígenas; cosa que no es tan clara como
veremos adelante. Francisco Galván y Rafael Farfán, quienes
realizaron un estudio crítico sobre el tema
La cultura política de súbdito, se refiere a ¿Cuál cultura política?, consideran que
aquella que conoce los acontecimientos que otra definición influyente es la que propone
pasan a su alrededor, sabe de la situación Lucían Pye; para él es:
política a nivel estatal y federal, pero no se
involucra en la vida pública, pues no espera El conjunto de actividades, creencias y
nada de él. En ésta los ciudadanos muestran sentimientos que ordenan y dan significado
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dad, al partido oficial, debido a que, hacia do el que la mayoría de indígenas de aquella
la década de los cuarenta y por lo menos, época fuera monolingües y analfabetas, y
de modo claro, hasta mediados de la década ajenos al sistema político nacional [...]. En
de los setenta, el partido dominante, Partido consecuencia, el Estado asumió un tutelaje
Revolucionario Institucional (pri) había lo- especial hacia ellos, a través del indigenismo,
grado consolidar y mantener su poder a tra- que en los hechos significaba supervisar su
vés de los sectores de campesinos (incluidos eventual integración a la sociedad nacional
los indígenas), obreros y grupos populares (Arizpe, 1990: 17).
urbanos, incorporados a la Confederación
Nacional Campesina (cnc), Confederación De tal forma, los indígenas, como grupo,
de Trabajadores de México (ctm) y Confede- no estaban incluidos dentro de las formas
ración Nacional de Organización Populares institucionales de participación política. El
(cnop), respectivamente. gobierno, los partidos y las organizaciones
sociales y grupos de presión, consideraba
Sin embargo, la inclusión teórica de los que los indígenas deberían integrarse a la
indígenas dentro de los campesinos afi- sociedad nacional mayoritaria y compartir
liados al pri, resulta una aseveración un la forma institucional “oficial” de entender
tanto engañosa, ya que dicho partido no los y practicar la política.
contemplaba como grupo con intereses y
demandas propias, pues aparte del problema Tal imposición nunca fue reconocida ni
de la tierra, no contemplaba la defensa de aceptada por los indígenas mexicanos, pues
sus costumbres, lengua y tradiciones com- éstos tenían manifestaciones diferentes de
partidas como comunidades. Como señala entenderse con las estructuras de poder
Lourdes Arizpe: y por ende, registraban formas peculiares
de sentir y vivir la política, en la mayoría
Esta organización política dejó fuera a un de veces confrontada con la del México
solo segmento de la base social del país, mayoritario.
esto es, a los indios, bajo el razonamiento de
que pertenecían al sector campesino. (Así) A decir de Pablo González Casanova, en el
mientras que los grupos de los (diferentes) México indígena coexisten dos tipos de au-
sectores podían hacer llegar sus demandas toridades: las tradicionales, de los indígenas
directamente a través de la intrincada red y las constitucionales, las del México oficial.
corporativa del pri-gobierno, los grupos in- Las que corresponden al gobierno indígena,
dios quedaron relegados. Seguramente, tam- que el sistema constitucional no reconoce,
bién influyó el dictado político vasconcelista y las que corresponden al México imagina-
vigente entonces y aun en muchos círculos rio, organizado bajo patrones occidentales.
del poder, de que debería propiciarse úni- Desde luego que hay más autoridades, pero
camente una cultura mestiza, integrando al dos son las principales: “unas de los indios y
indígena a las estructuras organizadas en el otras de los mestizos, aquéllas identificadas
partido. Es posible que también haya influi- con la sola tradición y éstas con el derecho,
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aquéllas sirviendo al indio y éstas al ladino” algunos pueblos indígenas de Oaxaca, ca-
(González, 1982: 116). racterística de innumerables comunidades
indias de México:
La diferencia entre las autoridades “tradicio-
nales” (la de los indígenas) y las “externas” En las comunidades indígenas no se vota,
o constitucionales, consiste en que las prime- o al menos no en la forma en que se hace
ras son elegidas de manera directa por los en las zonas urbanas. La tradición política
integrantes de la comunidad (en asambleas indígena es participativa, tiene un carácter
o reuniones, que a veces duran varios días). colectivo, comunal, donde las autoridades ya
Cargos que ocupan debido a sus méritos, sean religiosas o civiles, se eligen de acuerdo
que no están determinados por prácticas con un riguroso escalafón que tienen que
como el “amiguismo”, el “compadrazgo”, seguir todos los miembros de la comunidad,
el “influyentismo” o de la corrupción; sino desde el cargo más bajo, no por ello menos
por sus servicios al pueblo; los cuales deben importante, hasta el de representantes de una
ser sin salario, de manera honesta, leal e comunidad, y para lo cual lo más importante,
inteligente frente a la comunidad (a quienes es el arraigo a la tierra y al grupo, la perma-
se les debe). nente ayuda en la solución de los problemas
colectivos, la disposición en la celebración de
En efecto, una situación que pasa desaper- las fiestas, tequios, etcétera, y sobre todo, la
cibida cuando se habla de la comunidad honestidad en el desempeño de los cargos
indígena es su carácter de entidad política (Melgar, 1991: 54).
propia, en tanto que como órgano político de
la población de una comunidad cuenta con la Dichas prácticas son indicativo de una forma
representatividad de todos, y en ella (a través peculiar de cultura política, que es partici-
de los cabildos) formulan sus demandas en pativa en términos propios. Para los indí-
concordancia con sus derechos, sus intereses genas, las autoridades constitucionales son
y sus necesidades. Es así como la solución representantes de los blancos y mestizos. Las
interna de los conflictos entre indígenas se designa el gobernador, de acuerdo con los
realiza por medio de autoridades recono- blancos, por lo que toda elección –indirecta
cidas, no teniendo lugar la apelación a las o representativa– carece absolutamente de
autoridades blanco-mestizas sino en casos sentido, y el encargado constitucional ni
extremos (Tapia y Moctezuma, 1991: 31). remotamente representa a la comunidad,
que tiene sus propias autoridades.
Dichas prácticas políticas deben ser tomadas
en cuenta, a pesar de no ser homologables Si bien es cierto que dichas prácticas se
con la cultura occidental, puesto que co- apartan de lo que señalan los cánones cul-
rresponden al sistema de ideas y prácticas turales democráticos de occidente y tiene
sociales de los indígenas, muy respetables diversos problemas con su desarrollo, no se
por funcionales, no por democráticas. A puede por ello desdeñar y descalificar, habrá
manera de ejemplo, está lo que sucede en que recordar que las llamadas democracias
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para el Estado, el sentar nuevas bases de compuesta por una mayoría abrumadora de
entendimiento con una organización india maestros que se constituyó como un grupo
que aceptase el diálogo en los términos que de presión enmarcado en las agencias edu-
él quisiera” (Bonfil, 1990: 206-208). cativas oficiales, con todo lo que ello implica
de posibilidades y limitaciones.
Tal fue el caso del Consejo Nacional de Pue-
blos Indígenas (cnpi), integrado por varias De modo indirecto, el cnpi provocó, tam-
docenas de Consejos supremos como repre- bién, el surgimiento de organizaciones
sentación de diversos grupos étnicos, que paralelas, independientes del gobierno,
surgió como resultado del Primer Congreso vinculadas en algunos casos con partidos de
Nacional de Pueblos Indígenas (convocado oposición o realmente autónomas en otros.
por la cnc) celebrado en Pátzcuaro, Mi- Así, hacia fines de los setenta, en diversas
choacán, en 1975, con amplio apoyo oficial regiones del país emergieron organizaciones
y con la asistencia al acto de clausura del independientes indias, cuyas demandas gi-
presidente del país, Luis Echeverría. raron, principalmente, en torno al problema
de la tierra. Los pueblos de la montaña de
De dicho Congreso, así como de los otros dos Guerrero, los de la huasteca, los del Istmo
congresos nacionales, celebrados en 1977 y de Tehuantepec y los de la meseta tarasca,
1979 (con la presencia al acto de clausura del son algunos de los que se movilizaron polí-
presidente José López Portillo), se emitió un ticamente en forma más aguerrida durante
documento resolutivo que, si bien es cierto, estos años; de ellos, varios se adhirieron al
permitieron llamar la atención sobre muchos Movimiento Plan de Ayala que luchaba por
de los problemas de los pueblos indios, no la independencia de las organizaciones cam-
manifestaban reclamos que trastrocaran los pesinas frente al Estado; este movimiento
cimientos del Estado paternalista, ni propo- no puede ser considerado como el trayecto
nían alternativas políticas que defendieran la que siguió el desarrollo de la organización
autonomía de las organizaciones indígenas indígena. Si bien es cierto que en la Coor-
frente al gobierno (Bonfil, 1988: 372-388). dinadora Nacional Plan de Ayala (cnpa),
creada en 1979, estaban representadas
No debe pensarse que los Consejos Supre- 13 etnias distintas (náhuatl, purépecha,
mos, constituidos en el marco del cnpi, eran mazahua, otomí, zapoteca, huasteca, tzotzil,
de una conformación homogénea; porque tzeltal, triqui, amuzgo, chatino, chinanteco) y
así como existían algunos virtualmente 14 de sus 21 organizaciones tenían una base
inexistentes y por completo alejados de los campesina indígena, sus planteamientos y
problemas que viven los pueblos indios que demandas rebasaban por mucho reivindi-
decían representar, había otros recuperados caciones propias de los grupos indígenas.
por sus propias bases y convertidos en vehí- “La cnpa, por su composición heterogénea,
culos reales de lucha. Uno de los ejemplos, pronto derivó en un movimiento aglutinador
de esta situación, era la Alianza Nacional de de diversos proyectos, con varias corrientes
Profesionales Indígenas Bilingües (anpibac), (desde trotskistas hasta las del juego político
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electoral y de la lucha parlamentaria), y por donde las formas de gobierno que prevalecen
lo tanto, con demandas que difícilmente tienen que ser sujetas a negociación con el
congeniaban” (Pare, 1985: 85-86). gobierno federal. La imposición de decisiones
del Estado, que la mayoría de las veces es
Las verdaderas bases de los nuevos pro- contraria a sus intereses, provocó conflictos
yectos ideológicos y programáticos de los y enfrentamientos que llegaron a desenlaces
indígenas las encontramos en otra parte, violentos. Una muestra representativa fue
no en los debates teóricos de los llamados el conflicto desarrollado el 22 de enero de
etnopopulistas y etnomarxistas dentro del 1989 entre los xoxocoltecas y el gobierno
seno del movimiento neoindigenista, sino (federal y estatal), al no aceptar los primeros
en los mismos planteamientos y en los mo- la imposición -a través del fraude- de un
vimientos de carácter étnico que proliferaron candidato del pri al puesto de ayudante
por todo el país. municipal, que terminó con la represión de
los opositores (planilla azul) y el asesinato de
Uno de los aspectos en donde se presenta dos de sus integrantes. Situación que motivó
de manera más reveladora, es en lo que al pueblo de Xoxocotla a buscar nuevas
respecta al consenso sobre la legitimidad formas de organización y lucha alternas a las
de las autoridades locales, que, al parecer, tradicionales, incluso uniéndose a partidos de
es más importante entre las comunidades izquierda, para defenderse de las agresiones
indígenas que para los “ciudadanos” del que consideran ajenas y externas (Tapia,
sistema político “nacional”, quienes muchas 1991: 35-37).
veces no conocen, y en consecuencia no les
piden cuentas a sus representantes, ya sean La misma situación se puede ver reflejada
regidores, diputados o senadores. en el caso de Juchitán, en el Istmo de Te-
huantepec, Oaxaca, en donde la población
Como prueba está lo que sucedió en Xoxo- indígena (zapoteca) continúa alardeando su
cotla, pueblo indígena del estado de More- identidad a través de sus fiestas y sus formas
los, donde los habitantes, de manera organi- de vestir; pero que al mismo tiempo confor-
zada, durante 1980 lucharon por obtener los mó un movimiento de oposición política de
servicios que el Estado se niega a satisfacer coloración étnica, aceptando muchas veces
o bien, han resistido a la implementación la colaboración de partidos distintos al ofi-
de proyectos estatales o privados que aten- cial, que les permitió conquistar la alcaldía
ta contra el patrimonio de la comunidad, local. Ello provocó que “en las elecciones
sobre todo se opusieron sistemáticamente municipales de 1983, se pusiera en marcha
a aceptar las propuestas gubernamentales la máquina del pri del estado de Oaxaca,
(imposiciones) que tienen que ver con los apoyada por el aparato de nivel nacional,
cambios de sus autoridades locales. con el fin de reconquistar la alcaldía de
Juchitán. Hubo enfrentamientos y muer-
Xoxocotla, como ocurrió con otros pueblos tes, y al final, las autoridades superiores,
indígenas de México, fue una comunidad constitucionales, nombraron una comisión
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Lejos de las críticas y vivas al movimiento, importantes del país. Las semejanzas se
éste logró que el gobierno se sentara a dia- resumen en los siguientes aspectos:
logar y buscar resolver algunos de los pro-
blemas que aquejaban a los indígenas. Se • Las autoridades de los pueblos indios
crearon varias comisiones (como la conai, son designadas en un ámbito que no es
la Comisión de Concordia y Pacificación) secreto sino público.
y reuniones con representantes de los indí- • Son elegidas por un voto que no es nomi-
genas, del gobierno, del poder legislativo, nal, sino comunitario.
de los ciudadanos, del ezln, y todo quedó • Son retribuidos en su gestión no con
en propuestas, iniciativas y en general, en dinero sino con prestigio.
buenas intenciones. El presidente electo • Entre sus actividades se mezclan lo reli-
en 2000, Vicente Fox Quesada, prometió gioso y lo profano.
resolver el problema en 15 minutos, finalizó • Lo destacable es que las tradiciones y
su sexenio y no dio respuesta satisfactoria costumbres no se han modificado tras-
a la cuestión indígena. El levantamiento cendentalmente.
acompañó el arribo al poder presidencial
de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994) Los matices generales que hoy se pueden
y lo concluyó (2000), sin que se lograra un destacar es que los grados de asimilación
acuerdo que contemplara las dos visiones entre las autoridades indígenas y constitu-
e intereses de las partes, por lo que la cionales son muy variados. Los tarascos,
cuestión indígena y la respuesta puntual a por ejemplo, identifican por completo su
sus demandas era todavía una asignatura estructura de poder con la del municipio.
pendiente. Los huicholes, a su vez, conservan sus
autoridades tradicionales, pero también
Un estudio elaborado por Carlos Tello autoridades mixtas electas de acuerdo con
Díaz, “Formas de gobierno en las comu- sus costumbres y son al mismo tiempo re-
nidades indígenas en México”, (Instituto conocidas por el municipio. Los tzotziles, en
Federal Electoral, 2000) nos presenta cambio, rigen sus vidas por un sistema de
algunas conclusiones interesantes que nos cargos que es diferente y corre paralelo al
permiten confirmar algunas variables de la de las autoridades del municipio (Instituto
cultura política de este importante sector Federal Electoral, 2000).
poblacional de la sociedad mexicana, y
esbozar algunas vertientes de lo que falta Una de las grandes enseñanzas que trajeron
por complementar en este siglo xxi. Este consigo los acontecimientos suscitados du-
autor corroboró la idea de que en el país rante los noventa, es que hay que tomar en
hay una gran diversidad de grupos indíge- cuenta que el reconocimiento de la autoridad
nas, pero que en usos y costumbres hay “oficial” al lado, o de manera opuesta a la
grandes similitudes, sobre todo en cuanto nativa no es igual en todo el país, por lo que
a la percepción que se tiene de lo qué es las propuestas para normar las relaciones
la autoridad en los pueblos indios más entre el mundo indio y el mundo mestizo
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sujetos y no sólo objetos, de la actividad núm. 1-2, México, Instituto Indigenista In-
política en México. teramericano.
Los cimientos de una vida “nueva”, distinta, Bataillon, Claude (1988), “Notas sobre el indige-
a la que aspiran y sueñan los indígenas de nismo mexicano”, en Indianidad, etnocidio e
México, todavía está por alcanzarse. Las uto- indigenismo en América Latina, México, Insti-
pías que su cosmovisión contempla, el futuro tuto Indigenista Interamericano-cemca.
que su imaginario colectivo ha construido,
está por devenir y sólo el tiempo revelará sus Bengoa, José (1994), “Los indígenas y el Estado
alcances, esperemos que el siglo xxi sea una nacional en América Latina”, en Anuario
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