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Espacios Públicos

ISSN: 1665-8140
revista.espacios.publicos@gmail.com
Universidad Autónoma del Estado de México
México

Cedillo Delgado, Rafael


Rasgos de la cultura política de los indígenas en México. Una revisión a inicios del siglo XXI
Espacios Públicos, vol. 12, núm. 26, diciembre, 2009, pp. 206-228
Universidad Autónoma del Estado de México
Toluca, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=67612145011

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Rasgos de la cultura política de los indígenas en
México. Una revisión a inicios del siglo xxi

Fecha de recepción: 13 de febrero de 2009


Fecha de aprobación: 25 de marzo de 2009

Rafael Cedillo Delgado*

Resumen

En este trabajo se analizan los rasgos de cultura política que manifiestan


los indígenas de México. A través de la revisión de su percepción sobre
la política, de la forma como se relacionan con las estructuras de poder
y de su participación en los asuntos públicos, se argumenta que éstos
manifiestan una peculiar forma de cultura política, caracterizada por la
conformación de una organización política comunal y de autogestión,
desarrollada en forma paralela a los modos tradicionales de organización
política institucional: la partidista-electoral

Palabras clave: cultura política, indígenas, participación, organización,


autogestión.

Abstract

This article analyzes the traits of the political culture manifested by the
indians in Mexico. Through such analysis of their perception on politics,
the way they relate to the power structure and their participation in public
affairs, it is argued that they show a peculiar form of political culture, mainly
characterized by the composition of a common and self-managed political
organization, developed in parallelism with the traditional models of the
institutional one: the electoral-partisan.

* Doctor en Ciencias Sociales. Profesor de tiempo completo en Ciencias Políticas y Administración Pública,
Centro Universitario Amecameca, uaem.

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Rafael Cedillo Delgado

Key words: political culture, indians, parti- solicitaron el derecho de organizarse y


cipation, organization, self-management. autogobernarse por sus usos y costumbres;
manifestaron desconfianza en las institu-
ciones políticas nacionales, desdén por las
Introducción formas partidistas y electorales con que se
renuevan los cargos públicos y escepticis-
La cuestión indígena fue uno de los temas mo respecto al mandato gubernamental;
que más relevancia tuvo en México a fines es decir, revelaban una forma peculiar de
del siglo xx, sobre todo a raíz del levanta- entender y practicar la política.
miento indígena chiapaneco en 1994, con
el Ejército Zapatista de Liberación Nacional Por lo anterior, aquí pretendemos esbozar
(ezln). Entonces, los medios de comuni- aquellos rasgos de cultura política que
cación, el ámbito académico y el gobierno manifiestan los indígenas, en el marco del
mexicano se ocuparon de “redescubrir” al sistema político nacional, que nos permita
México profundo que Bonfil Batalla (1990) revelar sus peculiaridades como grupo social
ya había descrito con gran agudeza. Se minoritario. El argumento principal es que
señaló que, efectivamente, los indígenas los indígenas de México tienen una pecu-
son un sector de la población mexicana his- liar forma de cultura política, distinguida
tóricamente marginados, son los olvidados por la conformación de una organización
de siempre y era necesario satisfacer sus política comunal y de autogestión; distinta
aspiraciones y cubrir sus demandas. a la cultura política nacional, caracterizada
por la participación dominante en partidos
El movimiento indígena de fin de siglo llamó y elecciones.
la atención de la estructura política nacional y
reactivó a una sociedad civil que parecía ale- El trabajo se organiza en cuatro apartados:
targada; sin embargo, resultó insuficiente para en el primero se ubica a los indígenas como
que se diera una solución definitiva a sus legí- un grupo poblacional importante en la socie-
timas demandas. Una vez que el movimiento dad mexicana; en el segundo se hace una
indio fue perdiendo fuerza y el impacto en la revisión de las políticas gubernamentales
sociedad civil fue menguando, en esa misma respecto a los indígenas; en tercer lugar se
medida la esfera del poder nacional dejó de exponen los rasgos de cultura política de
ocuparse del asunto y éste se volvió en una dicho sector social y, finalmente, se presenta
asignatura pendiente para el siglo xxi. una reflexión sobre las perspectivas políticas
de los indígenas en México.
No obstante, uno de los logros más impor-
tantes del movimiento indígena fue dejar
en claro que su lucha era política y no sólo Los indígenas en México
económica o social. Además de demandar
el reconocimiento de sus tradiciones y Se estima que la población indígena del con-
de requerir mejores condiciones de vida, tinente americano, para fines del siglo xx,

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en México. Una revisión a inicios del siglo xxi

“sumaba aproximadamente 40 millones de personas, de las cuales la mayoría


está concentrada en Mesoamérica y el área andina” (Fuenzalida, 1991: 11);
en estas dos áreas, donde se ubica México, habitan alrededor de 30 millones
que representan 75% de la población indígena del continente.

En el área andina, habitan alrededor de 18 millones de indígenas que se


distribuyen de la siguiente forma: en Ecuador la población india constituía
40% del total, en Perú los grupos indígenas eran del 55% y en Bolivia
representan 66% de los bolivianos (ver cuadro 1). Valga señalar que estos
países cuentan con una población indígena numerosa y han caminado por
procesos políticos y sociales parecidos, aunque no iguales.

En Mesoamérica, por su parte, México cuenta con una población étnica


de 12 millones (18%); en Belice esta población es de 30 mil, pero con
porcentaje del 66% del total, a pesar de ser una nueva república de
habla inglesa y en Guatemala la población indígena es de 59% del total
nacional. De tal forma que las diferencias cuantitativas y en menor grado
las cualitativas son significativas entre regiones y países, situación que se
reproduce a nivel interno, como veremos más adelante.

Cuadro 1
Relación Indígenas-población en América
País Indígenas (miles) % de la población nacional
1. Argentina 398 1.5
2. Belice 30 20
3. Bolivia 4,200 66
4. Brasil 243 0.2
5. Canadá 500 1.5
6. Colombia 547 2.2
7. Costa rica 32 1.0
8. Chile 925 5.7
9. Ecuador 3.340 40
10. El Salvador 300 5.5
11. Estados Unidos 1.568 5.5
12. Guatemala 4.200 59
13. Guyana 28 ---
14. Honduras 245 6.0
15. México 12.000 18
16. Nicaragua 152 5.0
17. Panamá 126 6.0
18. Paraguay 67 2.3
19. Perú 10.200 55
20. Surinam 10 ---
21. Venezuela 331 2.0
Total 39.442 100
Fuente: Stavenhagen (1988: 66).

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Rafael Cedillo Delgado

Respecto a los datos sobre la población Si bien es cierto que los grupos indígenas
indígena en América, Rodolfo Stavenhagen en México no forman la mayoría de la po-
aclara que: las cifras estimadas son las más blación, como en Bolivia y Guatemala, o re-
altas, debido a que, por lo general, los presentan la mitad de la población, como en
censos nacionales tienden a subenumerar a Perú, sí suman millones que constituyen la
las poblaciones indígenas, porque algunos población mayoritaria de extensas regiones
no incluyen preguntas al respecto, porque del país, principalmente en el centro y en
no existen criterios claros y unívocos para el sureste, en donde los grupos que hablan
determinar a la población india, porque lenguas indígenas y comparten sus usos y
los gobiernos tienden a minimizar a dicho costumbres tienen una gran importancia.
sector poblacional, o por negación expresa
del individuo, debido a la carga valorativa En la mayoría de las entidades de México
“negativa” que dicha definición ha con- hay habitantes de lengua indígena; con la
llevado por mucho tiempo (Stavenhagen, excepción de Aguascalientes, Nuevo León,
1988: 67). Tamaulipas y Zacatecas (en donde la poca
población indígena es inmigrante de otros
México, para la última década del siglo xx, estados). Además, se debe tener en cuenta
hablando en términos relativos (consideran- que “29% de los municipios de México
do al número de indígenas en relación con es predominante indígena y que 86% de
la población total) ocupaba el sexto lugar a los pueblos indios están concentrados en
nivel continental, con alrededor del 18% de 11 entidades federativas: Oaxaca, Vera-
población indígena; pero, en términos abso- cruz, Chiapas, Yucatán, Puebla, México,
lutos, es el país de América que contaba con Hidalgo, Guerrero, Distrito Federal, San
la mayor cantidad de población indígena, Luís Potosí y Michoacán” (Munzel y Pérez
con alrededor de 12 millones, ligeramente 1987: 571-605).
arriba de Perú, con 10 millones. Aunque el
indigenista José Matos Mar estimaba que “la Lo sobresaliente de la distribución geo-
población india mexicana es de 8 701 688, gráfica indígena es que la población más
sólo 9.47%” (Matos, 1993: 165). importante que habla lenguas nativas radica
en la capital del país (Distrito Federal y zona
A fines de los noventa, el Instituto Nacional metropolitana), calculada entre un millón
Indigenista estimaba la población india en 8 doscientos mil y tres millones; la mayoría
701 688 mexicanos, 10.7% de la población habla náhuatl, otros zapoteco, otomí, mix-
nacional; se especificaba que 37 de los 300 teco, mazahua, totonaco, purépecha, u otra.
distritos electorales con que cuenta el país Según Anne Bar Din, “Se estima que 40
(una décima parte) tenían en promedio más de las 56 etnias indígenas mexicanas están
del 30% de población indígena y que de representadas entre los 20 millones de
ésos, nueve tienen al menos 70% de pobla- capitalinos. Su lugar de origen es, principal-
ción nativa: en Chiapas, Guerrero, Hidalgo, mente, el Estado de México y Tlaxcala, pero
Oaxaca, Veracruz y Yucatán. se encuentra población de todo el país. En

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cuanto a su lugar de residencia, además de poblacional; incluso se aprovechó del bagaje


la población nativa de Milpa Alta, Tláhuac, cultural del indígena para forjar la identidad
Xochimilco y Magdalena Contreras, tiene su e ideología nacional a través del llamado
peso demográfico en las delegaciones Gus- indigenismo, que consistió en rescatar sus
tavo A. Madero, Iztapalapa y Cuauhtémoc” valores y costumbres ancestrales para forjar
(Bar Din, 1992: 153-154). las bases de la nacionalidad y del mexicanis-
mo, debido a su importancia como política
Dicho panorama nos haría pensar que la social e ideológica del Estado mexicano, pues
población indígena tiene una importante ayudó a forjar el nacionalismo; además de
influencia en la vida política y social del contener las directrices gubernamentales del
país, lo cierto es que en el México colonial, trato social y político de la cuestión indígena,
independiente, revolucionario y posrevo- es indispensable hablar del tema.
lucionario o contemporáneo, se hallan en
una situación de marginalidad y tienen una El indigenismo, como se le denominó a la
participación desigual para acceder y con- política oficial, procuró, bajo el lema de la
trolar la riqueza nacional y el poder; lo cual “integración nacional” y hablando de am-
no contradice que, a lo largo de la historia paro e igualdad, forzar a éstos a abandonar
del país, encontremos algunas individuales la obstinación de ser indígenas. Así, este fue
excepciones, por ejemplo, Benito Juárez, un movimiento cultural y político que abarcó
indígena oaxaqueño, presidente del país de manifestaciones dentro de la novela, poesía,
1858 a 1872. pintura, teatro, música, etc., pero que en
términos generales tenía tres elementos in-
Como bien señala Bonfil Batalla, “En el siglo separables:
xx, cuando se constituye el sistema político
contemporáneo de México, el problema de La denuncia de la opresión del Indio, la
las comunidades indígenas es tratado siguien- búsqueda de políticas de superación de
do los lineamientos occidentales; es decir, la situación indígena por el camino de la
anteponiendo el proyecto civilizatorio de la “integración” al conjunto de la sociedad, y
clase dominante frente a la barbarie indígena la manifestación, como consecuencia de lo
(1990: 10). anterior, del carácter mestizo, indoamericano,
del continente (Bengoa, 1994).
En las diversas luchas sociales que experi-
mentó el país para lograr la independencia Con dichos planteamientos, es claro que el
o para consolidar su régimen político, los objetivo central de la política oficial, que
indígenas participaron de manera decidida, pretende ser nacional, es que los indios
aunque siempre como masas y no como dejen de serlo y se incorporen a la marcha
clase dirigente. La clase política que salió del desarrollo y al fortalecimiento económico
beneficiada del movimiento social y político de un país unicultural, pluriclasista y con
revolucionario de 1910-1917, siempre supo un solo idioma oficial. Metas que sin duda
de la importancia cuantitativa de dicho sector no dejan de estar infundidas de buenas

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Rafael Cedillo Delgado

intenciones, pero que atentaban contra el Soubie, 1979: 623-647 y Burguete y Mayor,
patrimonio cultural de los pueblos y de las 1984: 13-34).
comunidades indígenas; además de que en
la práctica no correspondieron a los recla- Una de las formulaciones críticas las pre-
mos y demandas de los mismos indígenas sentó Pablo González Casanova, desde un
como más tarde se manifestaría. punto de vista más político que antropoló-
gico, cuando escribió que la relación entre
Esta teoría “integracionista” fue aceptada sin los Estados modernos latinoamericanos
graves impugnaciones hasta por lo menos la y sus poblaciones indígenas tienen en el
segunda mitad de 1960, cuando comienzan marginalismo de estos últimos su funda-
a surgir serios cuestionamientos a la política mento; quienes se encuentran al margen
gubernamental (Warman, 1970); pero de del desarrollo económico, político y social,
manera más severa durante los setenta, cuan- que es particularmente característico de las
do en una serie de reuniones, manifiestos, sociedades subdesarrolladas. En donde:
declaraciones, actas, recomendaciones, etc.
escritas no sólo por pensadores no indígenas, No sólo guardan éstas una muy desigual distri-
sino por propios intelectuales y líderes indí- bución de la riqueza, del ingreso, de la cultura
genas, se cuestionan la política indigenista general y técnica, si no que con frecuencia
anterior. Para que en 1980, en el viii Con- –como en el caso de México– encierran
dos o más conglomerados socioculturales,
greso Indigenista Interamericano, se dé una
uno superparticipante y otro supermarginal,
ruptura con la anterior política, inicie una uno dominante –llámese español, criollo o
revisión crítica del indigenismo y se planteen ladino– y otro dominado –sea nativo, indio o
las nuevas bases de la reivindicación indígena indígena– (González, 1982: 89).
en México y en el continente.
Estos fenómenos: el marginalismo o la no-
Además, surge el denominado neoindige- participación en el crecimiento del país, la
nismo, corriente ideológica iniciada durante sociedad dual o plural, la heterogeneidad
la década de los setenta, que se distanció, cultural, económica y política que divide al
de manera gradual pero significativa, de los país en dos o más mundos con características
rasgos del paternalismo integracionista del distintas, se hallan esencialmente ligados
“indigenismo”. “Una vertiente recuperó a entre sí y ligados a su vez con un fenómeno
los indígenas, tanto como sujetos históricos mucho más profundo que es el colonialismo
como en su condición de sujetos culturales, interno o el dominio y explotación de unos
sin dejar de recrear algunos resabios de grupos culturales por otros.
vanguardismo paternalista” (Melgar, 1991:
52). Otra vertiente desarrolló una crítica El término colonialismo interno fue acuñado
sostenida a la cuestión étnica nacional, que por Pablo González Casanova (1963: 15-31)
obligó a un replanteamiento de las políticas y Rodolfo Stavenhagen (1963: 63-104),
de lenguaje, cultura y desarrollo, formuladas desde la década de los sesenta, en donde
por los “estados nacionales” (Rodríguez y dejaron de manifiesto que los indios eran

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en México. Una revisión a inicios del siglo xxi

los explotados y marginados en la estruc- los indígenas, trataremos de establecer qué


tura social de los países de América Latina se entiende por cultura política.
(Zapata, 1990: 217-278).

La estructura colonial, sostiene González Ca- Perspectivas sobre cultura


sanova, se parece a las relaciones de dominio política
y explotación típicas de la estructura urbano-
rural de la sociedad tradicional y de los países Uno de los conceptos sobre cultura política
subdesarrollados, en tanto que una población más influyente es el de los norteamericanos
constituida por distintas clases (la urbana o Gabriel Almond y Sydney Verba, considerados
la colonialista) domina y explota a otra inte- precursores sobre el tema, ya que a inicios de
grada también por diferentes clases (la rural los sesenta sacaron a la luz pública un trabajo
o colonizada); se parece incluso porque las que trata de explicar cómo es la cultura política
características culturales de la ciudad con- en cinco países: Estados Unidos, Gran Bretaña,
trastan en forma aguda; se distingue porque Alemania, Italia y México.
la heterogeneidad cultural es históricamente
otra, producto del encuentro de dos razas o En la concepción de Almond y Verba, la
culturas, o civilizaciones, cuya génesis y evo- cultura política se refiere a las orientacio-
lución ocurrieron hasta un cierto momento -la nes y actitudes, específicamente políticas,
conquista o la “concesión”-, sin contacto entre hacía el sistema político así como su fun-
sí, y se juntaron por la violencia y la explota- cionamiento y su manera de actuar. Para el
ción, dando lugar a discriminaciones raciales análisis proponen utilizar tres dimensiones:
y culturales que acentúan el carácter adscrip- lo cognoscitivo, evaluativo y afectivo. Con
tivo de los grupos de la sociedad colonial: los los tres elementos se puede definir qué tanto
conquistadores (blancos) y los conquistados está informado, involucrado e identificado
(indios) (González, 1969: 243-244). el individuo o colectividad, con su sistema
político; de igual forma se puede conocer
Desde luego que la realidad de los diversos qué tan participativo o pasivo se encuentra
grupos indígenas de México es mucho más de las actividades públicas (Almond y Verba,
compleja que lo sintetizado en los párrafos 1992: 171-172).
anteriores; sin embargo, dichos elementos
nos sirven para poder comprender un ámbito Con base en las dimensiones propuestas,
más concreto, que nos ocupa en este trabajo, Almond y Verba establecieron una tipología
como es el de su cultura política, aspecto que busca caracterizar a grupos sociales. Los
en donde la herencia histórica, las formas tipos de cultura política que ellos consideran
de organización, las experiencias de la vida son la parroquial, de súbdito y participativa,
cotidiana y la socialización en sus comunida- que observan las siguientes características:
des tendrá gran peso como veremos en un
apartado posterior; pero antes de revisar las La parroquial, contempla aquellas comuni-
formas de concebir y practicar la política de dades en donde sus miembros manifiestan

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Rafael Cedillo Delgado

poco o ningún conocimiento del sistema actitudes pasivas y las sociedades correspon-
político nacional. No hay una diferenciación den a regímenes políticos autoritarios. Bajo
entre lo público y lo privado. tal premisa, los indígenas mexicanos, como
los no indígenas del país, bien podrían enca-
De súbdito, contempla conglomerados en sillarse en este tipo de cultura política.
donde los integrantes tienen conocimiento
del sistema político y el impacto de los pro- La cultura política participativa se desarrolla
ductos tales como el bienestar, los beneficios en sociedades avanzadas, democráticamente
y las leyes. Sin embargo, no tienen interés hablando, que prevén una posición activa
en participar activamente en las actividades del individuo, hay una adhesión al sistema
públicas. político, porque los ciudadanos tienen una
orientación afectiva y juicios positivos. Existe
Participativa, Sociedades en donde los inte- un conocimiento pleno de lo que ocurre
grantes tienen altos niveles de información e en el sistema nacional y los integrantes se
identidad con el sistema político, y se com- involucran en los asuntos públicos.
prometen con la articulación de demandas y
la adopción de decisiones (Almond y Verba, Desgraciadamente, las posturas teóricas
1992: 173-174). esbozadas de Almond y Verba sobre cul-
tura política no fueron bien utilizadas en el
La cultura política parroquial es aquella que campo de las ciencias sociales, pues sólo se
se desarrolla en sociedades simples, en un destacaba la idea de que la participación más
clan o dentro de una tribu, en donde el in- importante es la que se da por la vía electoral
dividuo no espera nada del sistema político y a través de los partidos políticos, centrán-
porque no conoce más allá de su comunidad; dose en las formas institucionales de hacer
es decir, no tiene interés por la cosa pública. política y dejando de lado las informales que
Dicha concepción se puede ejemplificar con también ocurren en la vida cotidiana. La
aquellas localidades que no les interesan concepción de Almond y Verba, sin duda,
los asuntos nacionales; sin embargo, se en- fue muy influyente pero de ningún modo
cuentran pendientes de los acontecimientos pusieron punto final al debate sobre cultura
ocurridos en su comunidad. Bajo una visión política, pues hasta hoy en día todavía hay
simplista muchos autores catalogarían aquí a discusiones al respecto.
los indígenas; cosa que no es tan clara como
veremos adelante. Francisco Galván y Rafael Farfán, quienes
realizaron un estudio crítico sobre el tema
La cultura política de súbdito, se refiere a ¿Cuál cultura política?, consideran que
aquella que conoce los acontecimientos que otra definición influyente es la que propone
pasan a su alrededor, sabe de la situación Lucían Pye; para él es:
política a nivel estatal y federal, pero no se
involucra en la vida pública, pues no espera El conjunto de actividades, creencias y
nada de él. En ésta los ciudadanos muestran sentimientos que ordenan y dan significado

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en México. Una revisión a inicios del siglo xxi

a un proceso político y que proporcionan en la vida política, la obligación de aceptar


los supuestos y normas fundamentales que las decisiones de la mayoría, la inclusión o
gobiernan el comportamiento en el sistema exclusión del recurso a formas violentas de
político. En esta definición es fácil comprobar acción. (…) No hay que olvidar, por último,
una tendencia a caracterizar los principios el lenguaje y los símbolos específicamente
conductuales que rigen las acciones del sujeto políticos, como las banderas, las contraseñas
político (Pye en Galván y Farfán, 1992: 12). de las diversas fuerzas políticas, las consignas,
etc. (Sani en Bobbio, et al., 1981: 415).
Pye, al igual que Almond y Verba, hace
referencia a la cultura política en sus rasgos Dicha visión sobre la cultura política implica
generales, en donde los aspectos culturales considerar la política desde campos muy leja-
se mezclan con las percepciones y compor- nos de la “oficial”, de los ámbitos institucionales
tamientos políticos. Para dichos autores el y no institucionales, incluso de aquella que se
interés está en explicar rasgos en todo el da en la vida cotidiana. Esta perspectiva sólo
sistema político, sin hacer grandes diferen- puede ser comprendida con anteojos nuevos,
cias en las subculturas o modos particulares es decir, darle importancia al señalamiento de
de entender o vivir la política, como podría Javier Roíz, en el sentido de que:
ser el caso de grupos minoritarios como los
indígenas en México. Por tal motivo, revi- La cultura política de un país es el producto,
saremos otros conceptos más acordes con por un lado, de la historia colectiva de un sis-
nuestro tema. tema político; por el otro, es la consecuencia
de las historias de vida de los miembros de ese
En el Diccionario de Política, coordinado sistema. Es producto público y privado, colecti-
por Norberto Bobbio, Nicola Matteuci y vo e individual a la vez (Roíz, 1982: 206).
Gianfranco Pasquino se menciona la defini-
ción de Cultura Política de Giacomo Sani, La cultura política así, se circunscribe no
para quien es: sólo a la vida pública de las instituciones
tradicionales y actores históricos del ejerci-
El conjunto de actitudes, normas y creencias, cio político, sino también de la heterogénea
compartidas más o menos ampliamente por sociedad civil, aquella que le da sentido y
los miembros de una determinada unidad coherencia a la relación entre gobernantes
social y que tiene como objeto fenómenos y gobernados, la cual decide sus formas de
políticos. (…) Conocimientos relativos a las lucha y de participación pública, que no
instituciones, a la práctica política y a las son siempre las opciones que se le ofrecen
fuerzas políticas que operan: actitudes como desde las alturas del poder, sino las que
la indiferencia, el cinismo, la rigidez, el dog- considera útiles y necesarias para satisfacer
matismo o, por el contrario, la confianza, la sus intereses y aspiraciones políticas.
adhesión, la tolerancia hacia las fuerzas distin-
tas de la propia. (…) Normas como el derecho Revisando los estudios al respecto, nos
y el deber de los ciudadanos de participar encontramos que no se ha indagado lo

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Rafael Cedillo Delgado

suficiente; la mayoría de las investigaciones ca los indígenas de México. Los elementos


centran su atención en la explicación de la mencionados se aplican de la siguiente
cultura política de las sociedades con base manera:
en las pautas que el comportamiento electo-
ral revela, dejando fuera a aquellos grupos a) Cognoscitivo, referido al conocimiento
que no de manera necesaria se manifiestan que tienen los indígenas respecto del sis-
políticamente a través de las urnas, pues tema político, del presidente del país, de
comparten una visión diferente del poder los gobernadores, senadores, diputados,
público, aunque están inmersos dentro de alcaldes y dirigentes de los partidos políti-
la concepción política de la mayoría. cos. De igual forma, la idea particular que
tienen de resolver los problemas políticos
El sistema político mexicano, a de fines del que les incumbe.
siglo xx, registró una serie de cambios en b) Afectivo, alusivo a los sentimientos de
sus estructuras políticas básicas, pues se afinidad o rechazo que genera la actividad
trastocó el sistema de partido hegemónico, política entre los indígenas, desde los
y se dio paso a un sistema con un incipien- caciques, intermediarios y gobernantes
te equilibrio de poderes, con pluralidad y de todos los niveles. Asímismo, la con-
alternancia política, una ciudadanía más fianza y asentimiento que tienen sobre
participativa, entre otras transformaciones las autoridades emergidas en el seno de
políticas. En dicho proceso se presentó, su tradicional forma de organizarse.
también, una incipiente irrupción de actores c) Evaluativo, concerniente al juicio que
políticos diversos que participan de manera tienen los integrantes de dicho grupo
novedosa u opuesta a la manera tradicional social en relación con la política, las ins-
de ver y hacer la política, descubriendo una tituciones oficiales, los partidos políticos,
sociedad en donde grupos “minoritarios” los candidatos, alcaldes y representantes
manifiestan una forma particular de cultura de sus comunidades.
política, como el caso de los indígenas,
quienes no sólo reclaman su derecho a la Con esos tres indicadores se pretende esbo-
igualdad frente a la sociedad mayoritaria, zar los rasgos que externan los indígenas en
sino también su derecho a ser diferentes México desde fines del siglo xx y principios
en la concepción y forma de entender y del xxi.
practicar la política.

Tomando en cuenta tres variables básicas La cultura política de los


para explicar la cultura política de Almond indígenas
y Verba, lo cognoscitivo (conocimientos),
lo afectivo (sentimientos) y lo evaluativo Un primer punto de partida para entender
(apreciación), pero sin centrar el análisis en la cultura política de la población indígena
la actividad político-electoral, se explicará de México, es que ésta se encontraba ligada,
cómo perciben, entienden o viven la políti- en teoría mas no en la práctica y en la reali-

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dad, al partido oficial, debido a que, hacia do el que la mayoría de indígenas de aquella
la década de los cuarenta y por lo menos, época fuera monolingües y analfabetas, y
de modo claro, hasta mediados de la década ajenos al sistema político nacional [...]. En
de los setenta, el partido dominante, Partido consecuencia, el Estado asumió un tutelaje
Revolucionario Institucional (pri) había lo- especial hacia ellos, a través del indigenismo,
grado consolidar y mantener su poder a tra- que en los hechos significaba supervisar su
vés de los sectores de campesinos (incluidos eventual integración a la sociedad nacional
los indígenas), obreros y grupos populares (Arizpe, 1990: 17).
urbanos, incorporados a la Confederación
Nacional Campesina (cnc), Confederación De tal forma, los indígenas, como grupo,
de Trabajadores de México (ctm) y Confede- no estaban incluidos dentro de las formas
ración Nacional de Organización Populares institucionales de participación política. El
(cnop), respectivamente. gobierno, los partidos y las organizaciones
sociales y grupos de presión, consideraba
Sin embargo, la inclusión teórica de los que los indígenas deberían integrarse a la
indígenas dentro de los campesinos afi- sociedad nacional mayoritaria y compartir
liados al pri, resulta una aseveración un la forma institucional “oficial” de entender
tanto engañosa, ya que dicho partido no los y practicar la política.
contemplaba como grupo con intereses y
demandas propias, pues aparte del problema Tal imposición nunca fue reconocida ni
de la tierra, no contemplaba la defensa de aceptada por los indígenas mexicanos, pues
sus costumbres, lengua y tradiciones com- éstos tenían manifestaciones diferentes de
partidas como comunidades. Como señala entenderse con las estructuras de poder
Lourdes Arizpe: y por ende, registraban formas peculiares
de sentir y vivir la política, en la mayoría
Esta organización política dejó fuera a un de veces confrontada con la del México
solo segmento de la base social del país, mayoritario.
esto es, a los indios, bajo el razonamiento de
que pertenecían al sector campesino. (Así) A decir de Pablo González Casanova, en el
mientras que los grupos de los (diferentes) México indígena coexisten dos tipos de au-
sectores podían hacer llegar sus demandas toridades: las tradicionales, de los indígenas
directamente a través de la intrincada red y las constitucionales, las del México oficial.
corporativa del pri-gobierno, los grupos in- Las que corresponden al gobierno indígena,
dios quedaron relegados. Seguramente, tam- que el sistema constitucional no reconoce,
bién influyó el dictado político vasconcelista y las que corresponden al México imagina-
vigente entonces y aun en muchos círculos rio, organizado bajo patrones occidentales.
del poder, de que debería propiciarse úni- Desde luego que hay más autoridades, pero
camente una cultura mestiza, integrando al dos son las principales: “unas de los indios y
indígena a las estructuras organizadas en el otras de los mestizos, aquéllas identificadas
partido. Es posible que también haya influi- con la sola tradición y éstas con el derecho,

216
Rafael Cedillo Delgado

aquéllas sirviendo al indio y éstas al ladino” algunos pueblos indígenas de Oaxaca, ca-
(González, 1982: 116). racterística de innumerables comunidades
indias de México:
La diferencia entre las autoridades “tradicio-
nales” (la de los indígenas) y las “externas” En las comunidades indígenas no se vota,
o constitucionales, consiste en que las prime- o al menos no en la forma en que se hace
ras son elegidas de manera directa por los en las zonas urbanas. La tradición política
integrantes de la comunidad (en asambleas indígena es participativa, tiene un carácter
o reuniones, que a veces duran varios días). colectivo, comunal, donde las autoridades ya
Cargos que ocupan debido a sus méritos, sean religiosas o civiles, se eligen de acuerdo
que no están determinados por prácticas con un riguroso escalafón que tienen que
como el “amiguismo”, el “compadrazgo”, seguir todos los miembros de la comunidad,
el “influyentismo” o de la corrupción; sino desde el cargo más bajo, no por ello menos
por sus servicios al pueblo; los cuales deben importante, hasta el de representantes de una
ser sin salario, de manera honesta, leal e comunidad, y para lo cual lo más importante,
inteligente frente a la comunidad (a quienes es el arraigo a la tierra y al grupo, la perma-
se les debe). nente ayuda en la solución de los problemas
colectivos, la disposición en la celebración de
En efecto, una situación que pasa desaper- las fiestas, tequios, etcétera, y sobre todo, la
cibida cuando se habla de la comunidad honestidad en el desempeño de los cargos
indígena es su carácter de entidad política (Melgar, 1991: 54).
propia, en tanto que como órgano político de
la población de una comunidad cuenta con la Dichas prácticas son indicativo de una forma
representatividad de todos, y en ella (a través peculiar de cultura política, que es partici-
de los cabildos) formulan sus demandas en pativa en términos propios. Para los indí-
concordancia con sus derechos, sus intereses genas, las autoridades constitucionales son
y sus necesidades. Es así como la solución representantes de los blancos y mestizos. Las
interna de los conflictos entre indígenas se designa el gobernador, de acuerdo con los
realiza por medio de autoridades recono- blancos, por lo que toda elección –indirecta
cidas, no teniendo lugar la apelación a las o representativa– carece absolutamente de
autoridades blanco-mestizas sino en casos sentido, y el encargado constitucional ni
extremos (Tapia y Moctezuma, 1991: 31). remotamente representa a la comunidad,
que tiene sus propias autoridades.
Dichas prácticas políticas deben ser tomadas
en cuenta, a pesar de no ser homologables Si bien es cierto que dichas prácticas se
con la cultura occidental, puesto que co- apartan de lo que señalan los cánones cul-
rresponden al sistema de ideas y prácticas turales democráticos de occidente y tiene
sociales de los indígenas, muy respetables diversos problemas con su desarrollo, no se
por funcionales, no por democráticas. A puede por ello desdeñar y descalificar, habrá
manera de ejemplo, está lo que sucede en que recordar que las llamadas democracias

217
Rasgos de la cultura política de los indígenas
en México. Una revisión a inicios del siglo xxi

desarrolladas no están exentas de problemas tanto que manifiestan formas de organi-


y de iniquidades, y que los indios consideran zación política propias, funcionales y que
que su forma de organización y relación corresponden a una realidad concreta; la
política es más confiable porque es propia y cual se pretendía reemplazar por una cultura
responde a sus más legítimos intereses. política imaginaria, más racional y moderna
–si se quiere– en términos occidentales,
Los indígenas tienen una forma particular de pero que no es coincidente con la todavía
ver las relaciones de poder, que responden presente civilización indígena de México.
más a costumbres ancestrales, problemática
local y perspectivas de las propias comunida- No obstante, hay varios indicios que nos
des, en las que los hombres blancos son vistos permiten advertir nuevas maneras de orga-
como ajenos y altamente perjudiciales para su nización indígena que, sobre todo a partir de
propio desarrollo material y humano. la segunda mitad de los setenta, comenzaron
a transformar las tradicionales formas de
En tales términos, no es cierto que los indíge- comportamiento y de demandas políticas
nas desconozcan la existencia de un sistema de los pueblos indígenas, dando origen a
político nacional y lo que ello significa, sino diversas estrategias de reivindicación india
que más bien, no se ven en él representa- que no existían o no se manifestaban con la
dos y consideran que éste está constituido misma claridad anteriormente, y que a la
de tal forma que no sólo no los ayuda sino luz de los acontecimientos ocurridos en los
que actúa contrariamente a sus intereses y noventa, podría ayudar a comprender lo que
a su tradicional forma de organización. No ocurrió con el levantamiento de los indígenas
registran una cultura política parroquial, zapatistas en 1994.
pues sí participan en la organización política
y saben que hay una autoridad nacional y El proceso de irrupción de organizaciones
estatal, pero no consideran que ésta los políticas indias, que surgieron desde prin-
represente. cipios de los años setenta, fueron creadas
y auspiciadas, muchas veces, por el propio
Por ello, muchos indígenas cumplen con gobierno federal, con la intención de crear
el rito de votar como lo mandan las leyes un interlocutor definido e institucionalizado
nacionales, lo cual explica en buena medida con el mundo indígena. No debemos olvidar
las altas votaciones que el partido oficial que, para el Estado mexicano, los indios no
(pri) obtenía en las zonas rurales, pero que existían como unidades políticas y por lo
en realidad dichas autoridades no son más tanto, el reconocimiento de un interlocutor
importantes que las que ellos mismos eligen indio era imposible. Sin embargo, factores
a través de sus ancestrales mecanismos de como “la agudización de los conflictos con
representación política. las comunidades (por la tierra, principalmen-
te) y la necesidad de reforzar las bases de
Los indígenas son grupos de personas que legitimidad del gobierno, que entraba en un
poseen una cultura política auténtica, en proceso de desgaste; hacían indispensable,

218
Rafael Cedillo Delgado

para el Estado, el sentar nuevas bases de compuesta por una mayoría abrumadora de
entendimiento con una organización india maestros que se constituyó como un grupo
que aceptase el diálogo en los términos que de presión enmarcado en las agencias edu-
él quisiera” (Bonfil, 1990: 206-208). cativas oficiales, con todo lo que ello implica
de posibilidades y limitaciones.
Tal fue el caso del Consejo Nacional de Pue-
blos Indígenas (cnpi), integrado por varias De modo indirecto, el cnpi provocó, tam-
docenas de Consejos supremos como repre- bién, el surgimiento de organizaciones
sentación de diversos grupos étnicos, que paralelas, independientes del gobierno,
surgió como resultado del Primer Congreso vinculadas en algunos casos con partidos de
Nacional de Pueblos Indígenas (convocado oposición o realmente autónomas en otros.
por la cnc) celebrado en Pátzcuaro, Mi- Así, hacia fines de los setenta, en diversas
choacán, en 1975, con amplio apoyo oficial regiones del país emergieron organizaciones
y con la asistencia al acto de clausura del independientes indias, cuyas demandas gi-
presidente del país, Luis Echeverría. raron, principalmente, en torno al problema
de la tierra. Los pueblos de la montaña de
De dicho Congreso, así como de los otros dos Guerrero, los de la huasteca, los del Istmo
congresos nacionales, celebrados en 1977 y de Tehuantepec y los de la meseta tarasca,
1979 (con la presencia al acto de clausura del son algunos de los que se movilizaron polí-
presidente José López Portillo), se emitió un ticamente en forma más aguerrida durante
documento resolutivo que, si bien es cierto, estos años; de ellos, varios se adhirieron al
permitieron llamar la atención sobre muchos Movimiento Plan de Ayala que luchaba por
de los problemas de los pueblos indios, no la independencia de las organizaciones cam-
manifestaban reclamos que trastrocaran los pesinas frente al Estado; este movimiento
cimientos del Estado paternalista, ni propo- no puede ser considerado como el trayecto
nían alternativas políticas que defendieran la que siguió el desarrollo de la organización
autonomía de las organizaciones indígenas indígena. Si bien es cierto que en la Coor-
frente al gobierno (Bonfil, 1988: 372-388). dinadora Nacional Plan de Ayala (cnpa),
creada en 1979, estaban representadas
No debe pensarse que los Consejos Supre- 13 etnias distintas (náhuatl, purépecha,
mos, constituidos en el marco del cnpi, eran mazahua, otomí, zapoteca, huasteca, tzotzil,
de una conformación homogénea; porque tzeltal, triqui, amuzgo, chatino, chinanteco) y
así como existían algunos virtualmente 14 de sus 21 organizaciones tenían una base
inexistentes y por completo alejados de los campesina indígena, sus planteamientos y
problemas que viven los pueblos indios que demandas rebasaban por mucho reivindi-
decían representar, había otros recuperados caciones propias de los grupos indígenas.
por sus propias bases y convertidos en vehí- “La cnpa, por su composición heterogénea,
culos reales de lucha. Uno de los ejemplos, pronto derivó en un movimiento aglutinador
de esta situación, era la Alianza Nacional de de diversos proyectos, con varias corrientes
Profesionales Indígenas Bilingües (anpibac), (desde trotskistas hasta las del juego político

219
Rasgos de la cultura política de los indígenas
en México. Una revisión a inicios del siglo xxi

electoral y de la lucha parlamentaria), y por donde las formas de gobierno que prevalecen
lo tanto, con demandas que difícilmente tienen que ser sujetas a negociación con el
congeniaban” (Pare, 1985: 85-86). gobierno federal. La imposición de decisiones
del Estado, que la mayoría de las veces es
Las verdaderas bases de los nuevos pro- contraria a sus intereses, provocó conflictos
yectos ideológicos y programáticos de los y enfrentamientos que llegaron a desenlaces
indígenas las encontramos en otra parte, violentos. Una muestra representativa fue
no en los debates teóricos de los llamados el conflicto desarrollado el 22 de enero de
etnopopulistas y etnomarxistas dentro del 1989 entre los xoxocoltecas y el gobierno
seno del movimiento neoindigenista, sino (federal y estatal), al no aceptar los primeros
en los mismos planteamientos y en los mo- la imposición -a través del fraude- de un
vimientos de carácter étnico que proliferaron candidato del pri al puesto de ayudante
por todo el país. municipal, que terminó con la represión de
los opositores (planilla azul) y el asesinato de
Uno de los aspectos en donde se presenta dos de sus integrantes. Situación que motivó
de manera más reveladora, es en lo que al pueblo de Xoxocotla a buscar nuevas
respecta al consenso sobre la legitimidad formas de organización y lucha alternas a las
de las autoridades locales, que, al parecer, tradicionales, incluso uniéndose a partidos de
es más importante entre las comunidades izquierda, para defenderse de las agresiones
indígenas que para los “ciudadanos” del que consideran ajenas y externas (Tapia,
sistema político “nacional”, quienes muchas 1991: 35-37).
veces no conocen, y en consecuencia no les
piden cuentas a sus representantes, ya sean La misma situación se puede ver reflejada
regidores, diputados o senadores. en el caso de Juchitán, en el Istmo de Te-
huantepec, Oaxaca, en donde la población
Como prueba está lo que sucedió en Xoxo- indígena (zapoteca) continúa alardeando su
cotla, pueblo indígena del estado de More- identidad a través de sus fiestas y sus formas
los, donde los habitantes, de manera organi- de vestir; pero que al mismo tiempo confor-
zada, durante 1980 lucharon por obtener los mó un movimiento de oposición política de
servicios que el Estado se niega a satisfacer coloración étnica, aceptando muchas veces
o bien, han resistido a la implementación la colaboración de partidos distintos al ofi-
de proyectos estatales o privados que aten- cial, que les permitió conquistar la alcaldía
ta contra el patrimonio de la comunidad, local. Ello provocó que “en las elecciones
sobre todo se opusieron sistemáticamente municipales de 1983, se pusiera en marcha
a aceptar las propuestas gubernamentales la máquina del pri del estado de Oaxaca,
(imposiciones) que tienen que ver con los apoyada por el aparato de nivel nacional,
cambios de sus autoridades locales. con el fin de reconquistar la alcaldía de
Juchitán. Hubo enfrentamientos y muer-
Xoxocotla, como ocurrió con otros pueblos tes, y al final, las autoridades superiores,
indígenas de México, fue una comunidad constitucionales, nombraron una comisión

220
Rafael Cedillo Delgado

municipal conforme a su interés” (Bataillón, son nombrados por funcionarios públicos


1988: 129-140). como de aquellos salidos de partidos polí-
ticos de oposición o de organizaciones no
Otra circunstancia, muy parecida a las gubernamentales. En los hechos sus autori-
anteriores, se presentó en 1988, en el ii dades son electas siguiendo usos y costum-
Distrito Electoral de Oaxaca, que cuenta con bres a través de asambleas comunitarias,
una población étnica mayoritaria (zapoteca, aunque, en algunos casos signifique que
chinteca, cuicateca y mixe). “La pugna se después de ser designadas sean apropiados
originó por la imposición del partido oficial por el partido oficial, o en otros casos más
de dos candidatos, contra la voluntad ma- extremos, formar una doble representación,
yoritaria de los 52 pueblos indígenas del propia, frente a la formal o legalizada por
área, que provocó el abstencionismo y fuga el poder nacional.
de militancia étnica priísta, antecedidos por
fuertes conflictos políticos que motivaron la Por otra parte, dicho proceso de organi-
intervención del ejército en la región. “El zación y lucha de nuevo cuño indígena no
triunfo priísta resultó formal, pues en los he- puede ser extensible a todas y cada una de
chos careció de la legitimidad y el consenso las regiones o grupos étnicos del país, en
de los pueblos indígenas de dicho Distrito” especial a aquellas ubicadas en el Norte
(Melgar, 1991: 54). del país, las que poseen otras tradiciones
políticas y culturales. “Aunque la excepción
En las mismas fechas, pero en la región es el grupo yaqui, de los más importantes
istmeña de Veracruz, ocurrieron hechos del norte de México, siempre han luchado
semejantes, donde el desborde de pobla- por su derecho a la autodeterminación de
ciones étnicas (nahuas y popolucas) fuera su gobierno. En los hechos han consegui-
de los marcos del partido oficial, se hizo do desarrollar una forma de organización
visible en las elecciones municipales de eficaz que les permite negociar con el go-
Mecayapan, Pajapan y Soteapan, entre bierno federal, de igual a igual, conflictos
otras. “El abandono por parte del Comité de carácter político y económico, al grado
Ejecutivo Estatal del pri, de los criterios de que han logrado conservar su patrimonio
residencia y promoción local para elegir los territorial y cultural, codiciado y mermado
candidatos, devino en el móvil principal de en forma constante por grupos económi-
este creciente y explosivo disenso étnico” camente importantes” (Bataillón, 1988:
(Melgar, 1991: 55-56). 136-137).

Un aspecto crucial a destacar de estas A partir de la segunda mitad de los setenta y


luchas es que los diversos grupos indíge- de manera más evidente durante los ochen-
nas han sabido rechazar la imposición de ta, en diversas regiones del país y a través
autoridades y líderes espurios, que tratan de múltiples movimientos de reivindicación
de asumir el rol de representantes de sus política, con fuertes raigambres étnicas, los
causas y de sus problemas, tanto de los que pueblos indígenas emprendieron una serie

221
Rasgos de la cultura política de los indígenas
en México. Una revisión a inicios del siglo xxi

de movilizaciones encaminadas a lograr los indígenas, se difundieron (incluso


formas de autogobierno que les permitan reeditaron) estudios sobre los indios en
ejercer autoridad sobre un determinado te- México y surgieron diversas propuestas de
rritorio, con autonomía en su desarrollo étni- solución a la situación indígena. (Harvey,
co y capacidad de decisión sobre los asuntos 2000; Legorreta, 1998; Tello, 1995 y
que les competen o afectan; mostrando así Womack, 1998).
una forma particular de vivir, sentir y sufrir
la política, las relaciones de poder, es decir, Durante el movimiento zapatista surgieron
enseñando una forma peculiar y distintiva personajes como el subcomandante Mar-
de cultura política. cos (Le Bot, 1997 y Vázquez, 2000), el
comandante Tacho, Ramona, entre otros,
que fueron los interlocutores de los indíge-
La lucha política indígena de fin nas (Monroy, 1995). Las críticas, como las
de siglo voces de apoyo fueron diversas, unos acu-
saron a los cabecillas de no ser indígenas y
El levantamiento del ezln, el 1 de enero sólo buscar satisfacer intereses personales,
de 1994, vino, sin duda, a impulsar el que buscaban la desintegración territorial
debate sobre la inclusión de la cuestión con sus demandas de autonomía, que no
indígena en la agenda política nacional. representaban a los indios del país, que se
Con este levantamiento, que inició como negaban a conformar un partido político
armado y que rápidamente se convirtió y participar en elecciones como lo hacían
en un movimiento social, con gran reso- el pri, pan o prd, incluso que estaban fi-
nancia a nivel nacional e internacional, se nanciados y asesorados por organizaciones
puso en la mesa de la discusión aspectos internacionales y que nada tenían que ver
cruciales para los pueblos indios, como la con los problemas nacionales.
autonomía, el respeto a su cultura, a sus
usos y costumbres y en términos generales Por el contrario, quienes los apoyaban,
al derecho a formas de vida y gobierno creían en forma desmedida que la movili-
propias (Montemayor, 1999 y Hernández, zación social y la apuesta ciudadana era la
1995); trajo, en sus primeros momentos, vía alterna a la crisis política que vivía el
una gran simpatía de amplios grupos de la país (motivados, tal vez, por los asesinatos
población, quienes presionaron al gobier- políticos del candidato presidencial del pri
no para que el levantamiento indígena no Luis Donaldo Colosio, del secretario general
fuera aplastado y se pactara con ellos un del mismo, José Francisco Ruiz Massieu y
arreglo de paz, que contemplara muchas del cardenal Jesús Posadas Ocampo), así
de sus demandas, y no quedara en el ol- como de los problemas económicos poste-
vido un problema que, según ellos, tenía riores (error de diciembre de 1994). Cabe
500 años de duración y que no debería señalar que, con el tiempo, el apoyo mayor
prolongarse más. Entonces se volvieron hacia el ezln venía más del exterior que de
los ojos a los problemas ancestrales de los propios mexicanos.

222
Rafael Cedillo Delgado

Lejos de las críticas y vivas al movimiento, importantes del país. Las semejanzas se
éste logró que el gobierno se sentara a dia- resumen en los siguientes aspectos:
logar y buscar resolver algunos de los pro-
blemas que aquejaban a los indígenas. Se • Las autoridades de los pueblos indios
crearon varias comisiones (como la conai, son designadas en un ámbito que no es
la Comisión de Concordia y Pacificación) secreto sino público.
y reuniones con representantes de los indí- • Son elegidas por un voto que no es nomi-
genas, del gobierno, del poder legislativo, nal, sino comunitario.
de los ciudadanos, del ezln, y todo quedó • Son retribuidos en su gestión no con
en propuestas, iniciativas y en general, en dinero sino con prestigio.
buenas intenciones. El presidente electo • Entre sus actividades se mezclan lo reli-
en 2000, Vicente Fox Quesada, prometió gioso y lo profano.
resolver el problema en 15 minutos, finalizó • Lo destacable es que las tradiciones y
su sexenio y no dio respuesta satisfactoria costumbres no se han modificado tras-
a la cuestión indígena. El levantamiento cendentalmente.
acompañó el arribo al poder presidencial
de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994) Los matices generales que hoy se pueden
y lo concluyó (2000), sin que se lograra un destacar es que los grados de asimilación
acuerdo que contemplara las dos visiones entre las autoridades indígenas y constitu-
e intereses de las partes, por lo que la cionales son muy variados. Los tarascos,
cuestión indígena y la respuesta puntual a por ejemplo, identifican por completo su
sus demandas era todavía una asignatura estructura de poder con la del municipio.
pendiente. Los huicholes, a su vez, conservan sus
autoridades tradicionales, pero también
Un estudio elaborado por Carlos Tello autoridades mixtas electas de acuerdo con
Díaz, “Formas de gobierno en las comu- sus costumbres y son al mismo tiempo re-
nidades indígenas en México”, (Instituto conocidas por el municipio. Los tzotziles, en
Federal Electoral, 2000) nos presenta cambio, rigen sus vidas por un sistema de
algunas conclusiones interesantes que nos cargos que es diferente y corre paralelo al
permiten confirmar algunas variables de la de las autoridades del municipio (Instituto
cultura política de este importante sector Federal Electoral, 2000).
poblacional de la sociedad mexicana, y
esbozar algunas vertientes de lo que falta Una de las grandes enseñanzas que trajeron
por complementar en este siglo xxi. Este consigo los acontecimientos suscitados du-
autor corroboró la idea de que en el país rante los noventa, es que hay que tomar en
hay una gran diversidad de grupos indíge- cuenta que el reconocimiento de la autoridad
nas, pero que en usos y costumbres hay “oficial” al lado, o de manera opuesta a la
grandes similitudes, sobre todo en cuanto nativa no es igual en todo el país, por lo que
a la percepción que se tiene de lo qué es las propuestas para normar las relaciones
la autoridad en los pueblos indios más entre el mundo indio y el mundo mestizo

223
Rasgos de la cultura política de los indígenas
en México. Una revisión a inicios del siglo xxi

deben contemplar las particularidades de indígena como base de su integración nacio-


cada caso. nal. Con ello, se implementa la educación
bilingüe (español y lengua nativa), fortale-
El desarrollo histórico nos permite observar cimiento de la comunidad y de su autosufi-
una especie de relativismo cultural, que ciencia, rescate de la conciencia individual
suponía la idea de que una forma específica del indio y respeto a su cosmovisión.
de organización social (la indígena) podía
juzgarse sólo dentro de sus propios términos Precisamente, esta última línea comenzó a
(la occidental), que se ha reclamado como consolidarse entre los intelectuales (indi-
el sustentador del exclusivismo cultural; es genistas) y diversos grupos indígenas, que
decir, la creencia de que un tipo de sociedad procuraron, mediante sus movilizaciones
(mestiza) puede ser objetivamente mejor sociales, en pro de la tierra y el respeto de
que otra. sus usos y costumbres, participar más en los
asuntos políticos; y es a fines de los ochenta
Como argumenta Tello, de 1920 a 1968, y mediados de los noventa, cuando algunos
bajo el ímpetu de la Revolución, el indi- acontecimientos como el V Centenario del
genismo en México estuvo permeado por Descubrimiento de América, el otorgamiento
un concepto exclusivista de su misión. del premio Nobel de la Paz a Rigoberta
Para explicar el atraso de las comunidades Menchú, así como el levantamiento armado
indígenas, se señalaban rasgos propios de zapatista, con el consecuente llamado de
su cultura que dificultaban el progreso: atención a la sociedad civil y al gobierno
prácticas agrícolas tradicionales, economía federal, como se revitaliza e incluye en la
de prestigio, medicina popular, principio de agenda la situación indígena en México.
igualdad social que representaba un freno
al surgimiento de una clase empresarial. En 1995, tras una convocatoria del Poder
Todo ello, como hemos visto, en el discurso Legislativo, se dio la Consulta sobre dere-
del indigenismo, era responsable de su re- chos y participación indígenas, en donde los
zago. La solución entonces era aculturar al indios demandaban mayor participación en
indígena para poder integrarlo a la cultura los cargos de todos los niveles, insistiendo
dominante, la mestiza, y formar con él una en que “los municipios predominantemente
nación homogénea; lo cual sostenemos está indígenas pudieran elegir a sus candidatos
alejada totalmente de la realidad mexicana de acuerdo con sus usos y costumbres”.
(Instituto Federal Electoral, 2000). En 1996, en el Consejo Nacional Indígena,
convocado por el ezln, se reiteraron sus
Desde 1968, y por acontecimientos poste- demandas de autonomía, participación,
riores, como la trasformación y desgaste del respeto a su cultura: como punto culminante,
sistema político, el oficialismo oficial cambió el 16 de febrero de 1996, el gobierno de la
de dirección con un incipiente, aunque débil República y el ezln firmaron los Acuerdos
proyecto constructivista, mediante el cual se de San Andrés, en los que “el Estado debe
buscaba el robustecimiento de la identidad impulsar cambios jurídicos y legislativos que

224
Rafael Cedillo Delgado

amplíen la participación y representación forma abierta a sus dirigentes y representan-


políticas local y nacional de los pueblos in- tes, quienes observan en términos generales
dígenas” (Hernández y Vera, 1998; Reyna, una gran disposición por los asuntos de su
2000 y Viqueira, 2000). comunidad; a éstos, los indios los respetan
y se sienten representados por ellos.
Los avances y retrocesos de los indígenas
por alcanzar su autonomía política, social y La larga historia de explotación, manipula-
cultural, han sido innumerables, pero los re- ción, exclusión y marginación, de que fueron
tos parecen ser más favorables que en otras objeto por los grupos dominantes, por el
etapas de la historia de México. Falta mucho gobierno, los representantes y los partidos
por avanzar pero menos que cuando resurgió políticos, motivarían, no sólo el rechazo a
el movimiento indígena mexicano. incluirse por los canales “democráticos”
occidentales, sino a confirmar y reinventar
sus modos de organización y de gobierno
Reflexiones finales propio. Tienen una cultura política de la par-
ticipación, pero no por las vías institucionales
La revisión de la cultura política de los in- formales que el sistema político les ofrece,
dígenas en México, nos permite señalar que sino por las formas tradicionales, comunita-
éstos conocen muy bien al sistema político rias, que han forjado por varios siglos.
mexicano, sin embargo, no se sienten identi-
ficados con el mismo, ya que, históricamente La vía que los indígenas han seguido es
han tenido una relación de subordinación la lucha por la conservación, mediante
ante las instituciones y actores políticos na- recursos legales y pacíficos o por caminos
cionales y locales. La evaluación que tienen de la confrontación y resistencia, de sus
de la política institucional es negativa, ya que costumbres y tradiciones, formas de vida
no se sienten identificados, representados o y de administración, siempre desdeñadas
beneficiados por la misma; por ello, tienen o menospreciadas por la mayoría de la
sentimientos de indiferencia y rechazo por población que no comprende y admite que
la forma occidental de hacer política. ellos tienen una forma particular de ver y
entender la vida pública y privada en el
Los diferentes grupos indígenas del país, México de fines del siglo xx.
en el proceso de modificación del sistema
político, lejos de incluirse dentro de la vida Si bien es cierto que las propuestas de
política institucional, vía los partidos políti- inclusión político electoral que impulsaron
cos permitidos por la ley, buscaron crear e algunos grupos indígenas, como las deman-
integrar formas de organización propia, ya das de autonomía y nombrar sus autoridades
sean paralelas o alternas a las impuestas por por usos y costumbres de los indios que
las autoridades reconocidas oficialmente. simpatizan con el ezln, no han logrado
Debido a su herencia cultural, prefieren la cristalizarse, lo cierto es que se ha impulsado
democracia directa, en la cual ellos eligen en el reconocimiento de los indígenas, como

225
Rasgos de la cultura política de los indígenas
en México. Una revisión a inicios del siglo xxi

sujetos y no sólo objetos, de la actividad núm. 1-2, México, Instituto Indigenista In-
política en México. teramericano.

Los cimientos de una vida “nueva”, distinta, Bataillon, Claude (1988), “Notas sobre el indige-
a la que aspiran y sueñan los indígenas de nismo mexicano”, en Indianidad, etnocidio e
México, todavía está por alcanzarse. Las uto- indigenismo en América Latina, México, Insti-
pías que su cosmovisión contempla, el futuro tuto Indigenista Interamericano-cemca.
que su imaginario colectivo ha construido,
está por devenir y sólo el tiempo revelará sus Bengoa, José (1994), “Los indígenas y el Estado
alcances, esperemos que el siglo xxi sea una nacional en América Latina”, en Anuario
buena oportunidad para ellos. indigenista, vol. xxxiii, México, Instituto
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