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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

CURSO DE EXPERTO UNIVERSITARIO EN


“ Delincuencia Juvenil y Derecho Penal de Menores”
Departamento de Derecho Penal y Criminología-UNED-

EL DERECHO PENAL DE MENORES:

CONCEPTO Y EVOLUCIÓN.
PRINCIPIOS INFORMADORES DE LA LO 5/2000 DE 12 DE
ENERO, DE RESPONSABILIDAD PENAL DEL MENOR..

SUPUESTOS DE RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS MENORES


MEDIDAS COMPRENDIDAS EN LA LEY.

JUZGADOS DE MENORES.
MINISTERIO FISCAL..
EL PROCESO.
ASITENCIA JURIDICA, FUNCIÓN COLEGIO DE ABOGADOS.

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

RESUMEN

El presente trabajo trata sobre la responsabilidad que deben asumir los mayores de catorce años y
menores de dieciocho que cometen hechos tipificados como delitos o faltas en el Código Penal y en
las restantes leyes penales especiales; así como el estudio de los órganos Jurisdiccionales
especializados en menores , Fiscalia, Cuerpos de Seguridad y asistencia jurídica especializada.

INDICE

EL DERECHO PENAL DE MENORES:

I.- CONCEPTO Y EVOLUCIÓN.-


II.- PRINCIPIOS INFORMADORES DE LA LO 5/2000 DE 12 DE ENERO.-
III.-RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS MENORES Y MEDIDAS
COMPRENDIDAS EN LA LEY.-
IV.- JUZGADOS DE MENORES.-
V.- MINISTERIO FISCAL.-
VI.- EL PROCESO.
VII.- ASITENCIA JURIDICA, FUNCIÓN COLEGIO DE ABOGADOS.-
VIII.- BIBLIOGRAFIA.

CONCEPTO Y EVOLUCIÓN I

Es la responsabilidad que deben asumir los mayores de catorce años y menores de dieciocho que
cometen hechos tipificados como delitos o faltas en el Código Penal y en las restantes leyes penales
especiales.

1 La responsabilidad penal de menores se exige a las personas mayores de catorce años y


menores de dieciocho por la comisión de hechos tipificados como delitos o faltas en el
Código Penal o en las leyes penales especiales.
2 No se aplica a los menores de catorce años, para los que se observan otras normas de
protección y educación de menores previstas en el Código Civil y en la Ley Orgánica
1/1996, de 15 de enero sobre protección jurídica del menor, debiendo dar cuenta a la Entidad
Pública que tenga atribuida la competencia sobre menores en la Comunidad Autónoma de
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que se trate para que adopte medidas tendentes a la reeducación y protección del menor de
14 años que hubiera observado una conducta reprochable.
Las edades indicadas se han de entender siempre referidas al momento de la comisión de los hechos,
sin que el haberse rebasado las mismas antes del comienzo del procedimiento o durante la
tramitación del mismo tenga relevancia a los efectos de la aplicación de la Ley.

Se considera la imputabilidad como la actitud para poder cometer un delito y soportar la pena, es
decir, una especie de capacidad jurídica, de modo que, viene a asimilarse a la capacidad de obrar del
derecho privado, y lo mismo que se puede hablar de capacidad para realizar negocios jurídicos,
puede hablarse de capacidad o incapacidad para responder penalmente de una acción típicamente
antijurídica.

Viene así a perfilarse la imputabilidad como una posibilidad de atribución del hecho, si bien, es
necesario que el individuo además tenga unas determinadas cualidades, que son INTELIGENCIA,
VOLUNTAD y aptitud para sentir la MOTIVACIÓN de la norma, esto es, sentir la coacción
psicológica del castigo. En este sentido, podemos definir la imputabilidad como la posibilidad
abstracta y potencial de que a un hombre le sean atribuibles las consecuencias de su obrar, como su
causa eficiente, consciente y libre.

Resulta de lo expuesto que la imputabilidad es ANTECEDENTE necesario de la culpabilidad. Pero


dicho presupuesto de la culpabilidad no se formula de forma positiva, sino que ha de deducirse de la
no concurrencia de alguna de las causas que la excluyen:

En primer lugar la anomalía o alteración psíquica, o intoxicación plena, siempre que anulen la
capacidad intelectiva y volitiva del sujeto es decir, que impidan comprender la ilicitud del hecho
o actuar conforme a esa comprensión,

En segundo lugar las alteraciones de la percepción que determinen una gran alteración de la
conciencia de la realidad y la minoría de determinada edad (14 años).

Esta concepción NEGATIVA servirá también para evitar la frecuente confusión entre causas de
inimputabilidad y las de exculpación o inculpabilidad. El INIMPUTABLE es psicológicamente
incapaz, y lo es para toda clase de acciones, ora de modo perdurable como el enajenado ora
transitoriamente. En cambio, el INCULPABLE es completamente capaz y, si no se le reprocha su
conducta, es porque a causa de error o por no podérsele exigir otro modo de obrar, en el juicio de
culpabilidad se le absuelve.

Pero a diferencia de los dos primeros supuestos, en que pericialmente se determina la imputabilidad
total o parcial y en un procedimiento penal se declara la misma, respecto a los menores se ha
elaborado una legislación ESPECIAL, tanto desde el punto de vista ORGÁNICO, en cuanto
los órganos encargados de enjuiciar las conductas típicamente antijurídicas por los mismos
realizadas, como en cuanto al PROCEDIMIENTO e IMPOSICIÓN en su caso de las medidas
correctoras o reformadoras, algunas sin diferencia cualitativa con las penas.

Pues bien, ese conjunto de normas específicas en su aspecto corrector es el que integra el Derecho
Penal de Menores, en cuanto que puede considerarse otro derecho de menores en su aspecto
protector, en los ámbitos civil y administrativo, a cuyas exigencias da respuesta en nuestro derecho
el Código Civil, y la Ley Orgánica 1/1996 de 15 de enero de protección jurídica del menor,
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anteriormente citadas.

En cuanto a los sometidos a este derecho corrector, puede seguirse un sistema de presunción iure
et de iure de falta de imputabilidad, es decir, de capacidad de culpabilidad por debajo de
determinada edad, o un sistema de examen del discernimiento o un sistema mixto.

1 El CÓDIGO de 1822 seguía un sistema mixto, al disponer en el artículo 23 que no puede


ser considerado como delincuente ni culpable en ningún caso el menor de 7 años cumplidos
añadiendo que el mayor de esta edad, pero que no haya cumplido los 17, que cometiere una
acción que tenga carácter de delito o culpa, se examinará y declarará previamente en el juicio
si ha obrado o no con discernimiento y malicia según lo que resulte y lo más o menos
desarrolladas que estén sus facultades intelectuales.

2 El CÓDIGO de 1848 - 1850: Mantenía también un sistema mixto aunque modificando las
edades, al declarar EXENTO de responsabilidad criminal al menor de 9 años así como al
mayor de 9 y menor de 15, a no ser que hubiere obrado con discernimiento.

3 El CÓDIGO de 1928 establecía entre las causas de imputabilidad (Art. 56) como
IRRESPONSABLE al menor de 16 años, y los códigos siguientes de 1932 y 1944, éste con
sus textos de 1963 y 1973, siguieron el mismo sistema de presunción iure et de iure de
inimputabilidad, al incluir entre los EXENTOS de responsabilidad criminal al menor de 16
años, manteniendo como atenuante el ser menor de 18 años, al igual cp 1870

4 EL CÓDIGO DE JUSTICIA MILITAR de 1945, hasta la reforma de 1980 consideraba


atenuante la de no tener el culpable de la edad de 18 años, y declaraba EXENTO de
responsabilidad criminal al menor de 16 años que no hubiera obrado con discernimiento.

5 El CÓDIGO de 1995 altera fundamentalmente el sistema, al prescindir de la atenuante de


ser menor de 18 años, y en el Capítulo de las causas que eximen de responsabilidad criminal,
no incluye la minoría de edad en la enumeración del artículo 20, sino que declara en el
artículo 19 que los menores de 18 años no serán responsables criminalmente con arreglo a
este código, sino que, cuando un menor de dicha edad cometa un hecho delictivo podrá ser
responsable con arreglo a lo dispuesto en la ley que regule la responsabilidad penal del
menor. Llama así la atención, en primer lugar que el código no los declara exentos de
responsabilidad criminal, sino únicamente con arreglo a este código de otro lado, que remite
a una ley que regule la responsabilidad penal del menor. Esta ley es la ley orgánica 5/2000
de 12 de enero reguladora de la responsabilidad penal de menores.

La creación de los tribunales tutelares de menores tuvo lugar por ley 25 de noviembre de 1918,
modificada por un Real Decreto ley de 1929 y ligeramente 1931, formulándose una nueva ley en
1940, modificada 1942 1943, aprobándose definitivamente el texto refundido de la ley de Tribunales
de menores por Decreto de 11 de junio de 1948 y por Decreto de la misma fecha su reglamento.

La ley de 1948 regulaba la organización de los Tribunales Tutelares, a los que reconocía
competencia no sólo para conocer de las acciones u omisiones atribuidas a los menores, realizadas
antes de cumplir los 16 años que código penal o leyes especiales califiquen de delitos o faltas sino
en los casos de menores de tal edad prostituidos, licenciosos, vagos o vagabundos que a juicio del
Tribunal requiriesen del ejercicio de sus facultades reformadoras, así como de las FALTAS
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cometidas por los mayores de 16 años comprendidas en el ART 584 del Cp entonces vigente, sin
otra EXCEPCIÓN que las atribuidas a la jurisdicción castrense por el código de justicia militar y de
las infracciones cometidas por tales menores consignadas en leyes provinciales o municipales.
Consecuentemente se preveía el ejercicio de 3 DISTINTAS FACULTADES: reformadoras que no
tendrían carácter represivo sino educativo-tutelar, protectoras cuyas resoluciones serán
esencialmente preventivas y de enjuiciamiento de mayores, que tendría carácter represivo.

Declarada inconstitucional por Sentencia 36/1991 de 14 de febrero el artículo 15 de la ley por no


respetar el artículo 24 de la Constitución (pues se establecía que las sesiones no serían públicas y
que el Tribunal no estaba sujeto a las reglas procesales vigentes), se creo un vacío normativo, que
como se reconocía en dicha sentencia sólo podía ser llenado de manera definitiva por la actividad
del legislador. Por ley orgánica 4/1992 se realizó un importante modificación de la ley de 1948, que
pasó a denominarse, acorde con la LOPJ 1985, ley orgánica reguladora de la competencia y
procedimiento de los juzgados de menores, estableciendo como supletorias las normas de la
LECRim y el Código penal.

Finalmente, se aprueba la LO 5/2000 que ha sido modificada por LO 15/2003 y LO 8/2006.

Esta última modificación obedece, según su Exposición de Motivos a que las estadísticas revelan un
aumento considerable de delitos cometidos por menores, lo que ha causado gran preocupación social
y ha contribuido a desgastar la credibilidad de la Ley por la sensación de impunidad de las
infracciones más cotidianas y frecuentemente cometidas por estos menores, como son los delitos y
faltas patrimoniales. Junto a esto, debe reconocerse que, afortunadamente, no han aumentado
significativamente los delitos de carácter violento, aunque los realmente acontecidos han tenido un
fuerte impacto social. Con el objetivo de resolver estos problemas, esta Ley Orgánica plantea la
revisión de determinados aspectos de la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la
responsabilidad penal de los menores.

PRINCIPIOS INFORMADORES DE LA LO 5/2000 DE 12 DE


ENERO II

La diferencia entre el FUNDAMENTO de la responsabilidad penal de los menores y la


exigida a los mayores de edad, que se basa en la naturaleza formalmente penal pero
materialmente sancionadora-educativa tanto del procedimiento como de las medidas aplicables a
los infractores menores de edad.

El señalamiento de DIFERENTES TRAMOS DE EDAD a efectos procesales y


sancionadores. No obstante, la LO 8/2006 ha suprimido definitivamente la posibilidad de
aplicar la Ley a los comprendidos entre 18 y 21.

La configuración como elemento determinante del procedimiento y de las medidas que se


adopten el SUPERIOR INTERÉS DEL MENOR que ha de ser valorado con criterios técnicos
sin perjuicio de adecuar la aplicación de las medidas a principios garantistas generales como el
principio acusatorio, el principio de defensa o el principio de presunción de inocencia. No
obstante, la Exposición de Motivos de la LO 8/2006 dice que ese interés superior no puede ser el
único y excluyente frente a otros bienes constitucionales a cuyo aseguramiento obedece toda
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norma punitiva o correccional

El acatamiento de los criterios orientadores contenidos en la DOCTRINA DEL TC en orden a la


necesidad de garantizar en el proceso sancionador de los menores las garantías y derechos
fundamentales de los intervinientes en ellos.

El carácter PREVENTIVO ESPECIAL y no represivo de las medidas que deben estar


orientadas hacia la efectiva reinserción y el interés superior del menor valorados con criterios
que deben buscarse en el ámbito de las ciencias no jurídicas.

El reconocimiento implícito del PRINCIPIO DE FLEXIBILIZACIÓN y DE


OPORTUNIDAD apoyado en el de intervención mínima que da relevancia a la posibilidad de
la no apertura del procedimiento o de la renuncia al mismo o permitir la participación de los
padres del menor en la aplicación.

El reconocimiento del INTERÉS DE LA VÍCTIMA - Se establece un procedimiento singular,


rápido y poco formal para el resarcimiento, en su caso, de daños y perjuicios. Se introduce el
principio de responsabilidad SOLIDARIA de los padres, tutores, acogedores o guardadores del
menor responsable, permitiendo la moderación judicial. También se arbitra un amplio derecho
de participación a las víctimas ofreciéndoles la oportunidad de intervenir en las actuaciones
procesales con algunos límites en base al interés del menor. En la reforma de 2006 se refuerza su
derecho a la información y la tutela en el proceso a las víctimas menores de determinados
delitos.

La COMPETENCIA corresponde al Juez de menores, interviene el Ministerio Fiscal con la


función de promover la acción de la Justicia y la defensa de la legalidad, así como de los
derechos de los menores, siendo el instructor del proceso, y respecto del letrado del menor tiene
participación en todas las fases del proceso.

La EJECUCIÓN de las medidas judicialmente impuestas corresponde a las entidades


públicas de protección y reforma de menores de las Comunidades Autónomas, bajo el control
del Juez de Menores.

RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS MENORES Y MEDIDAS


COMPRENDIDAS EN LA LEY III

- ÁMBITO DE APLICACIÓN: Según el ART 1.1 esta ley se aplicará para exigir responsabilidad
penal a los mayores de 14 años y menores de 18 por la comisión de hechos tipificados como delito o
faltas en el código penal o en las leyes especiales.

- BASES DE LA RESPONSABILIDAD – ART 5


1. Los menores serán responsables con arreglo a esta Ley cuando hayan cometido los hechos a los
que se refiere el artículo 1 y no concurra en ellos ninguna de las causas de exención o extinción de
la responsabilidad criminal previstas en el vigente Código Penal.
2. No obstante lo anterior, a los menores en quienes concurran las circunstancias previstas en los
números 1, 2 y 3 del ART 20 del CP les serán aplicables, en caso necesario, las medidas
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terapéuticas a las que se refiere el ART 7.1, letras d) y e), de la presente Ley.
3. Las edades indicadas en el articulado de esta Ley se han de entender siempre referidas al
momento de la comisión de los hechos, sin que el haberse rebasado las mismas antes del
comienzo del procedimiento o durante la tramitación del mismo tenga incidencia alguna sobre la
competencia atribuida por esta misma Ley a los Jueces y Fiscales de Menores.
.
- TÍTULO II. DE LAS MEDIDAS – ART 7 (modificado por LO 8/2006)

Las medidas que pueden imponer los Jueces de Menores, ordenadas según la restricción de derechos
que suponen, son las siguientes:
1) Internamiento en régimen CERRADO. Las personas sometidas a esta medida residirán en el
centro y desarrollarán en el mismo las actividades formativas, educativas, laborales y de ocio. Este
internamiento se llevará a cabo, si hubiera plazas, en el centro más próximo al domicilio del menor,
sin que el traslado a otro centro pueda realizarse, salvo que sea en interés del menor y con
aprobación del Juez de Menores.

2) Internamiento en régimen SEMIABIERTO. Las personas sometidas a esta medida residirán en


el centro, pero podrán realizar fuera del mismo alguna o algunas de las actividades formativas,
educativas, laborales y de ocio establecidas en el programa individualizado de ejecución de la
medida. (…) La realización de actividades fuera del centro es condicionada y puede quedar
suspendida por le Juez.

3) Internamiento en régimen ABIERTO. Las personas sometidas a esta medida llevarán a cabo
todas las actividades del proyecto educativo en los servicios normalizados del entorno (Colegios,
Institutos, Academias, etc), residiendo en un centro como domicilio habitual, con sujeción al
programa y régimen interno del mismo.
4) Internamiento TERAPEÚTICO en régimen cerrado, semiabierto o abierto. En los centros de
esta naturaleza se realizará una atención educativa especializada o tratamiento específico dirigido a
personas que padezcan anomalías o alteraciones psíquicas, un estado de dependencia de bebidas
alcohólicas, drogas tóxicas o sustancias psicotrópicas, o alteraciones en la percepción que
determinen una alteración grave de la conciencia de la realidad. Esta medida podrá aplicarse sola o
como complemento de otra medida. Cuando el interesado rechace un tratamiento de deshabituación,
el Juez habrá de aplicarle otra medida adecuada a sus circunstancias.

Según el art. 7.2, las medidas de internamiento constarán de dos períodos: El primero se cumplirá en
el centro de internamiento correspondiente y el segundo en régimen de libertad vigilada.

5) TRATAMIENTO AMBULATORIO. Las personas sometidas a esta medida habrán de asistir al


centro designado con la periodicidad requerida por los facultativos que las atiendan y seguir las
pautas fijadas para el adecuado tratamiento de la anomalía o alteración psíquica, adicción al
consumo de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas o sustancias psicotrópicas, o alteraciones en la
percepción que padezcan.

Estas 2 últimas medidas podrán aplicarse solas o como complemento de otra medida y cuando el
interesado rechace un tratamiento de deshabituación, el Juez habrá de aplicarle otra medida
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adecuada a sus circunstancias.

6) ASISTENCIA A UN CENTRO DE DÍA. Las personas sometidas a esta medida residirán en su


domicilio habitual y acudirán a un centro, plenamente integrado en la comunidad, a realizar
actividades de apoyo, educativas, formativas, laborales o de ocio.

7) PERMANENCIA DE FIN DE SEMANA. Las personas sometidas a esta medida permanecerán


en su domicilio o en un centro hasta un máximo de 36 horas entre la tarde o noche del viernes y la
noche del domingo, a excepción, en su caso, del tiempo que deban dedicar a las tareas socio-
educativas asignadas por el Juez que deban llevarse a cabo fuera del lugar de permanencia.

8) LIBERTAD VIGILADA. En esta medida se ha de hacer un seguimiento de la actividad de la


persona sometida a la misma y de su asistencia a la escuela, al centro de formación profesional o al
lugar de trabajo, según los casos, procurando ayudar a aquélla a superar los factores que
determinaron la infracción cometida. Asimismo, esta medida obliga, en su caso, a seguir las pautas
socio-educativas que señale la entidad pública o el profesional encargado de su seguimiento, de
acuerdo con el programa de intervención elaborado al efecto y aprobado por el Juez de Menores. La
persona sometida a la medida también queda obligada a mantener con dicho profesional las
entrevistas establecidas en el programa y a cumplir, en su caso, las reglas de conducta impuestas por
el Juez entre las previstas en el art. 7 que no podrán atentar contra su dignidad (...).

9) La PROHIBICIÓN de aproximarse o comunicarse con la víctima o con aquellos de sus


familiares u otras personas que determine el Juez. Esta medida impedirá al menor acercarse a
ellos, en cualquier lugar donde se encuentren, así como a su domicilio, a su centro docente, a sus
lugares de trabajo y a cualquier otro que sea frecuentado por ellos. La prohibición de comunicarse
con la víctima, o con aquellos de sus familiares u otras personas que determine el Juez o Tribunal,
impedirá al menor establecer con ellas, por cualquier medio de comunicación o medio informático o
telemático, contacto escrito, verbal o visual. Si esta medida implicase la imposibilidad del menor de
continuar viviendo con sus padres, tutores o guardadores, el Ministerio Fiscal deberá remitir
testimonio de los particulares a la entidad pública de protección del menor, y dicha entidad deberá
promover las medidas de protección adecuadas a las circunstancias de aquél, conforme a lo
dispuesto en la Ley Orgánica 1/1996.

10) CONVIVENCIA con otra persona, familia o grupo educativo. La persona sometida a esta
medida debe convivir, durante el período de tiempo establecido por el Juez, con otra persona, con
una familia distinta a la suya o con un grupo educativo, adecuadamente seleccionados para orientar
a aquélla en su proceso de socialización.

11) PRESTACIONES EN BENEFICIO DE LA COMUNIDAD. La persona sometida a esta


medida, que no podrá imponerse sin su consentimiento, ha de realizar las actividades no retribuidas
que se le indiquen, de interés social o en beneficio de personas en situación de precariedad. Se
buscará relacionar la naturaleza de dichas actividades con la naturaleza del bien jurídico lesionado
por los hechos cometidos por el menor.

12) Realización de TAREAS SOCIO-EDUCATIVAS. La persona sometida a esta medida ha de


realizar, sin internamiento ni libertad vigilada, actividades específicas de contenido educativo
encaminadas a facilitarle el desarrollo de su competencia social.
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13) AMONESTACIÓN. Esta medida consiste en la reprensión de la persona llevada a cabo por el
Juez de Menores y dirigida a hacerle comprender la gravedad de los hechos cometidos y las
consecuencias que los mismos han tenido o podrían haber tenido, instándole a no volver a cometer
tales hechos en el futuro.

14) PRIVACIÓN DEL DERECHO de conducir ciclomotores y vehículos a motor, o del


derecho a obtenerlo, o de las licencias administrativas para caza o para uso de cualquier tipo
de armas. Esta medida podrá imponerse como accesoria cuando el delito o falta se hubiere
cometido utilizando un ciclomotor o un vehículo a motor, o un arma, respectivamente.

15) INHABILITACIÓN ABSOLUTA. La medida de inhabilitación absoluta produce la privación


definitiva de todos los honores, empleos y cargos públicos sobre el que recayere, aunque sean
electivos; así como la incapacidad para obtener los mismos o cualesquiera otros honores, cargos o
empleos públicos, y la de ser elegido para cargo público, durante el tiempo de la medida.

Los Juzgados de Menores no podrán imponer medidas por tiempo superior al solicitado por el
Ministerio Fiscal o acusador particular ni medidas de internamiento por tiempo superior al que
habría durado la pena privativa de libertad si el menor, de haber sido mayor de edad hubiera sido
declarado responsable de acuerdo con el Código Penal.

1 Para la ELECCIÓN de la medida o medidas adecuadas se deberá atender de modo flexible, no


sólo a la prueba y valoración jurídica de los hechos, sino especialmente a la edad, las
circunstancias familiares y sociales, la personalidad y el interés del menor, puestos de manifiesto
los dos últimos en los informes de los equipos técnicos y de las entidades públicas de protección
y reforma de menores. El Juez deberá motivar en la sentencia las razones por las que aplica una
determinada medida, así como el plazo de duración de la misma (art. 7.3).

1 El Juez PODRÁ IMPONER al menor una o varias medidas de las previstas en esta Ley con
independencia de que se trate de uno o más hechos, sujetándose si procede al artículo 11, pero,
en ningún caso, se impondrá a un menor en una misma resolución más de una medida de la
misma clase (art. 7.4)

2 El Juez competente para la ejecución, de oficio o a instancia del MF o del letrado del menor,
previa audiencia de éstos e informe del equipo técnico y, en su caso, de la entidad pública de
protección o reforma de menores, podrá en cualquier momento dejar sin efecto la medida
impuesta, reducir su duración o sustituirla por otra, siempre que la modificación redunde en el
interés del menor y se exprese suficientemente a éste el reproche merecido por su conducta.

- REGLAS GENERALES DE APLICACIÓN Y DURACIÓN DE MEDIDAS (2 AÑOS)

1. Cuando los hechos cometidos sean calificados de FALTA, sólo se podrán imponer las
medidas de:
a) libertad vigilada hasta un máximo de 6 meses; b) amonestación; c) permanencia de fin de
semana hasta un máximo de 4 fines de semana; d) prestaciones en beneficio de la comunidad

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hasta 50 horas; e) privación del permiso de conducir o de otras licencias administrativas hasta 1
año; f) la prohibición de aproximarse o comunicarse con las personas que se determine hasta 6
meses o g) la realización de tareas socio-educativas hasta 6 meses.

2. La medida de internamiento en régimen CERRADO sólo podrá ser aplicable cuando se


trate de:

a) Los hechos estén tipificados como delito grave por el Código Penal o las leyes penales
especiales.
b) Tratándose de hechos tipificados como delito menos grave, en su ejecución se haya
empleado violencia o intimidación en las personas o se haya generado grave riesgo para la
vida o la integridad física de las mismas.
c) Los hechos tipificados como delito se cometan en grupo o el menor perteneciere o actuare
al servicio de una banda, organización o asociación, incluso de carácter transitorio, que se
dedicare a la realización de tales actividades.

3. La DURACIÓN de las medidas no podrá exceder de 2 años, computándose el tiempo ya


cumplido por el menor en medida cautelar. La medida de prestaciones en beneficio de la comunidad
no podrá superar las 100 horas. La medida de permanencia de fin de semana no podrá superar los 8
fines de semana. No obstante, en los supuestos de gravedad, todas las medidas se amplían en
duración.

4. Las acciones u omisiones IMPRUDENTES no podrán ser sancionadas con medidas de


internamiento en régimen cerrado.

- ART 14.2 CUANDO EL MENOR ALCANCE LA EDAD DE 18 AÑOS y se trate de la medida


de internamiento en régimen cerrado sin haber finalizado su cumplimiento, el Juez de Menores,
oído el Ministerio Fiscal, el letrado del menor, el equipo técnico y la entidad pública de protección
o reforma de menores, podrá ordenar en auto motivado que su cumplimiento se lleve a cabo en un
centro penitenciario conforme al régimen general previsto en la LOG Penitenciaria si la conducta
de la persona internada no responde a los objetivos propuestos en la sentencia.

ART 12. PROCEDIMIENTO DE APLICACIÓN DE MEDIDAS EN SUPUESTOS DE


PLURALIDAD DE INFRACCIONES.

Cuanto el Juez sentenciador tenga conocimiento de la existencia de otras medidas firmes en


ejecución, pendientes de ejecución o suspendidas condicionalmente, impuestas al mismo menor por
otros jueces de menores en anteriores sentencias, y una vez que la medida o medidas por él
impuestas sean firmes, ordenará al secretario judicial que dé traslado del testimonio de su sentencia,
por el medio más rápido posible, al Juez que haya dictado la primera sentencia firme, el cual será el
competente para la ejecución de todas, asumiendo las funciones previstas en el apartado 2 de este
artículo. 2. El Juez competente para la ejecución procederá a la refundición y a ordenar la ejecución
de todas las medidas impuestas conforme establece el artículo 47 de esta Ley. Desde ese momento,
pasará a ser competente a todos los efectos con exclusión de los órganos judiciales que hubieran
dictado las posteriores resoluciones.
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- RESPONSABILIDAD CIVIL, ART 61.3 –

Cuando el responsable de los hechos cometidos sea un menor de dieciocho años, responderán
solidariamente con él de los daños y perjuicios causados sus padres, tutores, acogedores y
guardadores legales o de hecho, por este orden. Cuando éstos no hubieren favorecido la conducta
del menor con dolo o negligencia grave, su responsabilidad podrá ser moderada por el Juez según
los casos.

- Finalmente la disposición adicional 4ª establece que para los ACTOS TERRORISTAS O


PARATERRORISTAS así como los hechos constitutivos de delito tipificado en los ARTS 138,
139, 179 y 180 cometidos por menores se excluye expresamente a los mayores de 18 años el
beneficio de la aplicación de la ley de responsabilidad penal del menor y para los menores se
establecen unas especialidades consistentes básicamente en el aumento del tiempo de duración del
internamiento y además se atribuye la competencia para conocer de los delitos de los artículos 571 a
580 del código penal cometidos por menores a la AUDIENCIA NACIONAL creando a tal efecto un
Juzgado Central de Menores que se incluye en la estructura de la misma.

Reglas especiales de aplicación y duración de las medidas:

1 1.Cuando se trate de los hechos previstos en la regla 2ª precitada (aquellos en los que la
medida de internamiento en régimen cerrado puede aplicarse) el Juez, oído el Ministerio
Fiscal, las partes personadas y el equipo técnico, actuará conforme a las reglas siguientes:

o a) si al tiempo de cometer los hechos el menor tuviere catorce o quince años de edad,
la medida podrá alcanzar tres años de duración. Si se trata de prestaciones en
beneficio de la comunidad, dicho máximo será de ciento cincuenta horas, y de doce
fines de semana si la medida impuesta fuere la de permanencia de fin de semana.

o b) si al tiempo de cometer los hechos el menor tuviere dieciséis o diecisiete años de


edad, la duración máxima de la medida será de seis años; o, en sus respectivos casos,
de doscientas horas de prestaciones en beneficio de la comunidad o permanencia de
dieciséis fines de semana.
En este supuesto, cuando el hecho revista extrema gravedad, el Juez deberá imponer
una medida de internamiento en régimen cerrado de uno a seis años, complementada
sucesivamente con otra medida de libertad vigilada con asistencia educativa hasta un
máximo de cinco años. Sólo se podrá sustituir, modificar o dejar sin efecto la medida
una vez transcurrido el primer año de cumplimiento efectivo de la medida de
internamiento.
A los efectos previstos en el párrafo anterior, se entenderán siempre supuestos de
extrema gravedad aquellos en los que se apreciara reincidencia.
1 2. Cuando el hecho sea constitutivo de alguno de los delitos tipificados en los artículos 138,
139, 179, 180 y 571 a 580 del Código Penal, o de cualquier otro delito que tenga señalada en

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dicho Código o en las leyes penales especiales pena de prisión igual o superior a quince
años, el Juez deberá imponer las medidas siguientes:

o a) si al tiempo de cometer los hechos el menor tuviere catorce o quince años de edad,
una medida de internamiento en régimen cerrado de uno a cinco años de duración,
complementada en su caso por otra medida de libertad vigilada de hasta tres años.

o b) si al tiempo de cometer los hechos el menor tuviere dieciséis o diecisiete años de


edad, una medida de internamiento en régimen cerrado de uno a ocho años de
duración, complementada en su caso por otra de libertad vigilada con asistencia
educativa de hasta cinco años. En este supuesto sólo podrá hacerse uso de las
facultades de modificación, suspensión o sustitución de la medida impuesta, cuando
haya transcurrido al menos, la mitad de la duración de la medida de internamiento
impuesta.
2 3. En el caso de que el delito cometido sea alguno de los comprendidos en los artículos 571 a
580 del Código Penal, el Juez, sin perjuicio de las demás medidas que correspondan con
arreglo a esta Ley, también impondrá al menor una medida de inhabilitación absoluta por un
tiempo superior entre cuatro y quince años al de la duración de la medida de internamiento
en régimen cerrado impuesta, atendiendo proporcionalmente a la gravedad del delito, el
número de los cometidos y a las circunstancias que concurran en el menor.
3 4. Las medidas de libertad vigilada previstas deberán ser ratificadas mediante auto motivado,
previa audiencia del Ministerio Fiscal, del letrado del menor y del representante de la entidad
pública de protección o reforma de menores al finalizar el internamiento, y se llevará a cabo
por las instituciones públicas encargadas del cumplimiento de las penas.

Pluralidad de infracciones

1 1. Los límites máximos establecidos para la duración de las medidas serán aplicables, aunque
el menor fuere responsable de dos o más infracciones, en el caso de que éstas sean conexas o
se trate de una infracción continuada, así como cuando un sólo hecho constituya dos o más
infracciones. No obstante, en estos casos, el Juez, para determinar la medida o medidas a
imponer, así como su duración, deberá tener en cuenta, además del interés del menor, la
naturaleza y el número de las infracciones, tomando como referencia la más grave de todas
ellas.
Si dichas infracciones hubiesen sido objeto de diferentes procedimientos, el último Juez
sentenciador señalará la medida o medidas que debe cumplir el menor por el conjunto de los
hechos, dentro de los límites y con arreglo a los criterios expresados en el párrafo anterior.
1 2. Cuando alguno o algunos de los hechos a los que se refiere el apartado anterior fueren de
los que pueden imponerse medida de internamiento en régimen cerrado, esta medida podrá
alcanzar una duración máxima de diez años para los mayores de dieciséis años y de seis años
para los menores de esa edad, sin perjuicio de la medida de libertad vigilada que, de forma
complementaria, corresponda imponer con arreglo a dicho artículo.
2 3. Cuando el menor haya sido responsable de más de un hecho delictivo se le impondrá una
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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

o varias medidas. Cuando una misma conducta sea constitutiva de dos o más infracciones, o
una conducta sea medio necesario para la comisión de otra, se tendrá en cuenta
exclusivamente la más grave de ellas para la aplicación de la medida correspondiente.
3

Modificación de la medida impuesta

1 1. El Juez competente para la ejecución, de oficio o a instancia del Ministerio Fiscal o del
letrado del menor, previa audiencia de éstos e informe del equipo técnico y, en su caso, de la
entidad pública de protección o reforma de menores, podrá en cualquier momento dejar sin
efecto la medida impuesta, reducir su duración o sustituirla por otra, siempre que la
modificación redunde en el interés del menor y se exprese suficientemente a éste el reproche
merecido por su conducta.
2 2. En los casos anteriores, el Juez resolverá por auto motivado, contra el cual se podrán
interponer los correspondientes recursos.

Suspensión de la ejecución de la medida

1 1. El Juez competente para la ejecución, de oficio o a instancia del Ministerio Fiscal o del
letrado del menor, y oídos en todo caso éstos, así como el representante del equipo técnico y
de la entidad pública de protección o reforma de menores, podrá acordar motivadamente la
suspensión de la ejecución del fallo contenido en la sentencia, cuando la medida impuesta no
sea superior a dos años de duración, durante un tiempo determinado y hasta un máximo de
dos años. Dicha suspensión se acordará en la propia sentencia o por auto motivado del Juez
competente para la ejecución cuando aquélla sea firme, debiendo expresar, en todo caso, las
condiciones de la misma. Se exceptúa de la suspensión el pronunciamiento sobre la
responsabilidad civil derivada del delito o falta.
2 2. Las condiciones a las que estará sometida la suspensión de la ejecución del fallo contenido
en la sentencia dictada por el Juez de Menores serán las siguientes:

o a) No ser condenado en sentencia firme por delito cometido durante el tiempo que
dure la suspensión, si ha alcanzado la mayoría de edad, o no serle aplicada medida en
sentencia firme en procedimiento regulado por esta Ley durante el tiempo que dure la
suspensión.

o b) Que el menor asuma el compromiso de mostrar una actitud y disposición de


reintegrarse a la sociedad, no incurriendo en nuevas infracciones.

o c) Además, el Juez puede establecer la aplicación de un régimen de libertad vigilada


durante el plazo de suspensión o la obligación de realizar una actividad socio-
educativa, recomendada por el equipo técnico o la entidad pública de protección o
reforma de menores en el precedente trámite de audiencia, incluso con compromiso
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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

de participación de los padres, tutores o guardadores del menor, expresando la


naturaleza y el plazo en que aquella actividad deberá llevarse a cabo.
3 3. Si las condiciones expresadas en el apartado anterior no se cumplieran, el Juez alzará la
suspensión y se procederá a ejecutar la sentencia en todos sus extremos. Contra la resolución
que así lo acuerde se podrán interponer los correspondientes recursos.

Refundición de medidas impuestas:

1 1. Si se hubieran impuesto al menor varias medidas en la misma resolución judicial, y no


fuere posible su cumplimiento simultáneo, el Juez competente para la ejecución ordenará su
cumplimiento sucesivo conforme a las reglas establecidas en el apartado 5.
La misma regla se aplicará a las medidas impuestas en distintas resoluciones judiciales,
siempre y cuando dichas medidas sean de distinta naturaleza entre sí. En este caso será el
Juez competente para la ejecución quien ordene el cumplimiento simultáneo o sucesivo con
arreglo al apartado 5 , según corresponda.
1 2. Si se hubieren impuesto al menor en diferentes resoluciones judiciales dos o más medidas
de la misma naturaleza, el Juez competente para la ejecución, previa audiencia del letrado
del menor, refundirá dichas medidas en una sola, sumando la duración de las mismas, hasta
el límite del doble de la más grave de las refundidas.
El Juez, previa audiencia del letrado del menor, deberá proceder de este modo respecto de
cada grupo de medidas de la misma naturaleza que hayan sido impuestas al menor, de modo
que una vez practicada la refundición no quedará por ejecutar más de una medida de cada
clase.
1 3. En caso de que, estando sujeto a la ejecución de una medida, el menor volviera a cometer
un hecho delictivo, el Juez competente para la ejecución, previa audiencia del letrado del
menor, dictará la resolución que proceda en relación a la nueva medida que, en su caso se
haya impuesto, conforme a lo dispuesto en los dos apartados anteriores. En este caso podrá
aplicar además las reglas establecidas para el supuesto de quebrantamiento de la ejecución.
2 4. En cuanto el Juez sentenciador tenga conocimiento de la existencia de otras medidas
firmes de ejecución, pendientes de ejecución o suspendidas condicionalmente, y una vez que
la medida o medidas por él impuestas sean firmes, procederá a actuar conforme a las reglas
de refundición.
3 5. Cuando las medidas de distinta naturaleza, impuestas directamente o resultantes de la
refundición prevista en los números anteriores, hubieren de ejecutarse de manera sucesiva, se
atenderá a los siguientes criterios:

o a) La medida de internamiento terapéutico se ejecutará con preferencia a cualquier


otra.

o b) La medida de internamiento en régimen cerrado se ejecutará con preferencia al


resto de las medidas de internamiento.

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

o c) La medida de internamiento se cumplirá antes que las no privativas de libertad, y


en su caso interrumpirá la ejecución de éstas.

o d) Las medidas de libertad vigilada se ejecutarán una vez finalizado el internamiento


en régimen cerrado que se prevé en el mismo artículo.

o e) En atención al interés del menor, el Juez podrá, previo informe del Ministerio
Fiscal, de las demás partes y de la entidad pública de reforma o protección de
menores, acordar motivadamente la alteración en el orden de cumplimiento previsto
en las reglas anteriores.
4 6. Lo dispuesto se entiende sin perjuicio de las previsiones para el caso de que el menor
pasare a cumplir una medida de internamiento en centro penitenciario al alcanzar la mayoría
de edad.
5 7. Cuando una persona que se encuentre cumpliendo una o varias medidas impuestas con
arreglo a esta Ley sea condenada a una pena o medida de seguridad prevista en el Código
Penal o en leyes penales especiales, se ejecutarán simultáneamente aquéllas y éstas si fuere
materialmente posible, atendida la naturaleza de ambas, su forma de cumplimiento o la
eventual suspensión de la pena impuesta, cuando proceda.
No siendo posible la ejecución simultánea, se cumplirá la sanción penal, quedando sin efecto
la medida o medidas impuestas en aplicación de la presente Ley, salvo que se trate de una
medida de internamiento y la pena impuesta sea de prisión y deba efectivamente ejecutarse.
En este último caso, a no ser que el Juez de Menores adopte alguna de resolución relativa a
la sustitución, modificación o deje sin efecto de la medida, la medida de internamiento
terminará de cumplirse en el centro penitenciario, y una vez cumplida se ejecutará la pena.

Qué sucede si el menor no cumple las medidas impuestas:

1. Cuando el menor quebrantare una medida privativa de libertad, se procederá a su reingreso


en el mismo centro del que se hubiera evadido o en otro adecuado a sus condiciones, o, en
caso de permanencia de fin de semana, en su domicilio, a fin de cumplir de manera
ininterrumpida el tiempo pendiente.
2. Si la medida quebrantada no fuere privativa de libertad, el Ministerio Fiscal podrá instar del
Juez de Menores la sustitución de aquélla por otra de la misma naturaleza.
Excepcionalmente, y a propuesta del Ministerio Fiscal, oídos el letrado y el representante
legal del menor, así como el equipo técnico, el Juez de Menores podrá sustituir la medida por
otra de internamiento en centro semiabierto, por el tiempo que reste para su cumplimiento

De la prescripción

Los hechos delictivos que hayan sido cometidos por menores prescriben y por tanto no podrán ser

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

iniciados procedimientos penales para su persecución: :


1.º Con arreglo a las normas contenidas en el Código Penal, cuando se trate de los hechos
delictivos tipificados en los artículos 138, 139, 179, 180 y 571 a 580 del Código Penal o
cualquier otro sancionado en el Código Penal o en las leyes penales especiales con pena de
prisión igual o superior a quince años.
2.º A los cinco años, cuando se trate de un delito grave sancionado en el Código Penal con pena
superior a diez años.
3.º A los tres años, cuando se trate de cualquier otro delito grave.
4.º Al año, cuando se trate de un delito menos grave.
5.º A los tres meses, cuando se trate de una falta.
Las medidas prescribirán:
Las que tengan una duración superior a los dos años prescribirán a los tres años. Las restantes
medidas prescribirán a los dos años, excepto la amonestación, las prestaciones en beneficio de la
comunidad y la permanencia de fin de semana, que prescribirán al año. El resto de medidas
prescribirán a los 2 años.
Registro de sentencias firmes
En el Ministerio de Justicia se llevará un Registro de las sentencias firmes dictadas por los Juzgados
de Menores, cuyos datos sólo podrán ser utilizados por los Jueces de menores y por el Ministerio
Fiscal.

JUZGADOS DE MENORES IV

Juzgados de Menores son aquellos Juzgados especializados, y a quien la Ley tiene encomendado
con carácter exclusivo el enjuiciamiento de los delitos y faltas cometidos por los mayores de 14 años
y menores de 18, deben:
1 Pronunciarse sobre la responsabilidad penal derivada de los hechos cometidos por personas
de edades comprendidas entre los 14 y los 18 años.
2 Pronunciarse sobre la responsabilidad civil de los mismos por los daños y perjuicios que
hubiera ocasionado el menor con la comisión del delito o la falta.
3 Velar por el cumplimiento y la ejecución de sus sentencias que dicten.
El Juzgado de Menores que debe pronunciarse sobre la posible responsabilidad penal del menor es
el del lugar en el que se ha cometido el hecho presuntamente delictivo.
Si el menor hubiera cometido varios delitos o faltas en lugares diferentes, el Juzgado competente
para juzgar al menor por los diversos delitos cometidos será el del domicilio de éste.
Subsidiariamente, será competente el Juzgado del lugar en el que se hubiese cometido el delito
castigado legalmente de forma más severa, y si todos los delitos cometidos tuviesen el mismo
castigo, por el primero que comenzara la causa. Si las causas hubieran comenzado al mismo tiempo

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

o no consta cual comenzó primero, el que la Audiencia o el Tribunal Supremo en su caso designen.
La competencia para conocer de los delitos de terrorismo corresponde al Juzgado Central de
Menores de la Audiencia Nacional con independencia del lugar de su comisión.

MINISTERIO FISCAL V
Fiscalía de Menores
Qué es un Fiscal de Menores
Es aquel a quien corresponde la defensa de los derechos de los menores, la vigilancia de las
actuaciones que deban realizarse en interés del menor y el cumplimiento de las garantías del
procedimiento contra el menor, dirigiendo personalmente la investigación de los hechos e
impulsando el procedimiento.
Quién puede acudir al Fiscal de Menores
Cualquier persona puede acudir a la Fiscalía para denunciar hechos presuntamente cometidos por
menores o para poner en conocimiento de la Fiscalía situaciones que puedan afectar la integridad
física o psíquica del menor.

Funciones del Fiscal de Menores


El Ministerio Fiscal será el encargado de llevar a cabo la instrucción de los procedimientos por
los hechos delictivos cometidos por menores. Si algún ciudadano tuviera conocimiento de algún
hecho delictivo presuntamente cometido por un menor de dieciocho años, deberá ponerlo en
conocimiento del Ministerio Fiscal. Éste será el encargado de admitir o no a trámite la denuncia,
según que los hechos sean o no constitutivos de delito y practicará las diligencias que sean
necesarias para la comprobación del hecho y de la responsabilidad del menor.
La actuación instructora del Ministerio Fiscal (oyendo al menor, testigos, denunciantes, etc) tendrá
como objeto tanto valorar la participación del menor en los hechos, como proponer las concretas
medidas de contenido educativo y sancionador adecuadas a las circunstancias del hecho y de su
autor y, sobre todo, al interés del propio menor valorado en la causa.

EL PROCESO VI

INCOACIÓN DEL EXPEDIENTE

Detención de los menores

Obligaciones de las autoridades y funcionarios que intervengan en la detención de un


menor:

o Practicar la detención en la forma que menos perjudique al menor.


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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

o Informarle, en un lenguaje claro y comprensible y de forma inmediata, de los hechos


que se le imputan, de las razones de su detención y de los derechos que le asisten.

o Notificar inmediatamente el hecho de la detención y el lugar de la custodia a los


representantes legales del menor y al Ministerio Fiscal. Si el menor detenido fuera
extranjero, el hecho de la detención se notificará a las correspondientes autoridades
consulares cuando el menor tuviera su residencia habitual fuera de España o cuando
así lo solicitaran el propio menor o sus representantes legales.
Toda declaración del detenido se llevará a cabo en presencia de su Abogado y de aquéllos
que ejerzan la patria potestad, tutela o guarda del menor -de hecho o de derecho-, salvo que,
en este último caso, las circunstancias aconsejen lo contrario. En defecto de estos últimos la
declaración se llevará a cabo en presencia del Ministerio Fiscal, representado por persona
distinta del Fiscal que fuera el instructor del expediente.
El menor detenido tendrá derecho a la entrevista reservada con su abogado con anterioridad
y al término de la práctica de la diligencia de toma de declaración.
Mientras dure la detención los menores deberán hallarse custodiados en dependencias
adecuadas y separadas de las que se utilicen para los mayores de edad, y recibirán los
cuidados, protección y asistencia social, psicológica, médica y física que requieran conforme
a su edad, sexo y características individuales.
La detención de un menor por funcionarios de Policía no podrá durar más tiempo del
estrictamente necesario para la realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento
de los hechos y, en todo caso, dentro del plazo máximo de 24 horas, el menor detenido
deberá ser puesto en libertad o a disposición del Ministerio Fiscal.
Cuando el detenido sea puesto a disposición del Ministerio Fiscal, éste habrá de resolver,
dentro de otras 24 horas sobre la puesta en libertad del menor, sobre el desistimiento o sobre
la apertura del expediente, poniendo al menor a disposición del Juzgado de Menores
competente.
DESISTIMIENTO DEL EXPEDIENTE
El Fiscal podrá desistir, es decir, no dar lugar a la apertura del expediente, cuando concurran
las siguientes circunstancias:

o los hechos denunciados fueran delitos menos graves cometidos sin violencia ni
intimidación o faltas siempre y cuando el menor no hubiera cometido con
anterioridad hechos similares.
En el caso de que el Fiscal acordara el desistimiento, dará cuenta de lo actuado hasta ese
momento a la Entidad Pública que en la Comunidad Autónoma de que se trate tenga
encomendada la protección de los menores, para que si la misma lo estima conveniente
adopte medidas de protección y educación respecto al mismo. Asimismo, el Ministerio
Fiscal comunicará a los ofendidos o perjudicados conocidos el desistimiento acordado.
El desistimiento por el Ministerio Fiscal no impedirá que se realicen los trámites necesarios
para determinar la responsabilidad civil en que pudiera haber incurrido el menor por los
daños y perjuicios ocasionados a la víctima.

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

También podrá el Ministerio Fiscal desistir, no ya de la apertura sino incluso de la


continuación del expediente, atendiendo siempre a la gravedad y circunstancias de los
hechos y del menor, y principalmente a la falta de violencia o intimidación graves en la
comisión del hecho, cuando el menor se encuentre en cualquiera de los siguientes casos:

o se haya conciliado con la víctima (cuando hubiera reconocido el daño causado y se


disculpe ante la víctima y ésta acepte dichas disculpas),o

o haya asumido el compromiso de reparar el daño que le hubiere causado, es decir,


asumir con la víctima o el perjudicado el compromiso de realizar determinadas
acciones en beneficio de aquéllos o de la comunidad y llevarlas a cabo, o

o se haya comprometido a cumplir la actividad educativa que hubiera propuesto el


equipo técnico (formado por psicólogos, médicos forenses y educadores sociales).
Será necesario que el compromiso de reparación o cumplimiento de la actividad educativa
sea también asumido por el representante legal del menor, salvo que este fuera mayor de
edad y sea aprobado por el Juez de Menores.
Si el menor no cumpliera la reparación o actividad educativa acordada, el Ministerio Fiscal
continuará con la tramitación del expediente.

DERECHOS DEL MENOR DESDE EL MOMENTO DE SU DETENCIÓN:


a) Ser informado por el Juez, el Ministerio Fiscal o el agente de policía de los derechos
que le asisten.
b) Designar Abogado que le defienda, o a que le sea designado de oficio y a entrevistarse
reservadamente con él, incluso antes de prestar declaración.
c) Intervenir en las diligencias que se practiquen durante la investigación preliminar y en
el proceso judicial, y a proponer y solicitar la práctica de diligencias.
d) Ser oído por el Juez o Juzgado antes de que éste adopte cualquier resolución que le
concierna personalmente.
e) La asistencia afectiva y psicológica en cualquier estado y grado del procedimiento,
con la presencia de los padres o de otra persona que indique el menor, si el Juzgado
de Menores autoriza su presencia.
f) La asistencia de los servicios del equipo técnico adscrito al Juzgado de Menores.
El expediente será notificado al menor desde el momento mismo de su incoación . A tal fin, el Fiscal
requerirá al menor y a sus representantes legales para que designen letrado en el plazo de tres días,
advirtiéndoles que, de no hacerlo, se le nombrará de oficio de entre los integrantes del turno de
especialistas del correspondiente Colegio de Abogados. Una vez producida dicha designación, el
Fiscal la comunicará al Juez de Menores.
El Ministerio Fiscal no podrá practicar por sí mismo diligencias restrictivas de derechos
fundamentales (como registro de domicilio, escuchas telefónicas...), sino que habrá de solicitar del
Juzgado de Menores las prácticas de las que sean precisas para el buen fin de las investigaciones, y
será la Autoridad Judicial quien las autorice o no.

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

DE LAS MEDIDAS CAUTELARES


El Ministerio Fiscal, de oficio o a instancia de quien haya ejercitado la acción penal, cuando
existan indicios racionales de la comisión de un delito o el riesgo de eludir u obstruir la
acción de la justicia por parte del menor, podrá solicitar del Juzgado de Menores, en
cualquier momento, la adopción de medidas cautelares para la custodia y defensa del menor
expedientad o para la debida protección de la víctima.
Dichas medidas podrán consistir en internamiento en centro en el régimen adecuado, libertad
vigilada, prohibición de aproximarse o comunicarse con la víctima o con aquellos de sus
familiares u otras personas que determine el Juez, o convivencia con otra persona, familia o
grupo educativo.
El Juzgado de Menores, oído el letrado del menor, así como el equipo técnico y la
representación de la entidad pública de protección o reforma de menores, que informarán
especialmente sobre la naturaleza de la medida cautelar, resolverá sobre lo propuesto
tomando en especial consideración el interés del menor. Las medidas cautelares se
documentarán en el Juzgado de Menores en pieza separada del expediente.
La medida cautelar adoptada podrá mantenerse hasta que recaiga sentencia firme.

a) Medida cautelar de internamiento


Para la adopción de la medida cautelar de internamiento se
atenderá a la gravedad de los hechos, valorando también las
circunstancias personales y sociales del menor, la existencia de
un peligro cierto de fuga, y, especialmente, el que el menor
hubiera cometido o no con anterioridad otros hechos graves de
la misma naturaleza.
El tiempo máximo de duración de la medida cautelar de
internamiento será de seis meses, y podrá prorrogarse, a
instancia del Ministerio Fiscal, previa audiencia del letrado del
menor y mediante auto motivado, por otros tres meses como
máximo.El tiempo máximo de duración de la medida cautelar
de internamiento será de tres meses, y podrá prorrogarse, a
instancia del Ministerio Fiscal y mediante auto motivado, por
otros tres meses como máximo.

b) Medidas cautelares en los casos de exención de la responsabilidad


Si en el transcurso de la instrucción que realice el Ministerio
Fiscal quedara suficientemente acreditado que el menor se
encuentra en situación de enajenación mental, se adoptarán las
medidas cautelares precisas para la protección y custodia del
menor conforme a los preceptos civiles aplicables, instando en
su caso las actuaciones para la incapacitación del menor sin
perjuicio todo ello de concluir la instrucción y, en su caso,
adoptar alguna medida terapéutica adecuada al interés del
menor.

DE LA CONCLUSIÓN DE LA INSTRUCCIÓN
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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

Acabada la instrucción, el Ministerio Fiscal:


Resolverá la conclusión del expediente, notificándosela a las partes personadas, y
remitirá al Juzgado de Menores el expediente, junto con las piezas de convicción
y demás efectos que pudieran existir, con un escrito de alegaciones en el que
constará la descripción de los hechos, la valoración jurídica de los mismos, el
grado de participación del menor, una breve reseña de las circunstancias
personales y sociales de éste, la proposición de alguna medida de las previstas en
la Ley con exposición razonada de los fundamentos jurídicos y educativos que la
aconsejen, y, en su caso, la exigencia de responsabilidad civil. Asimismo
propondrá la prueba de que intente valerse.
Podrá proponer la participación en el acto de la audiencia de aquellas personas o
representantes de instituciones públicas y privadas que puedan aportar al proceso
elementos valorativos del interés del menor y valorar la conveniencia o no de las
medidas solicitadas. En todo caso serán llamadas al acto de audiencia las
personas o instituciones perjudicadas civilmente por el delito, así como los
responsables civiles.
Podrá también solicitar del Juzgado de Menores el sobreseimiento de las
actuaciones, en los supuestos anteriormente expuestos (conciliación, compromiso
de reparación o actividad educativa).
Enviado por el Ministerio Fiscal el expediente al Juzgado de Menores, éste dará traslado de
las alegaciones del Fiscal y de las actuaciones realizadas al Abogado del menor para que a su
vez haga las alegaciones que estime convenientes y proponga las pruebas que considere
oportunas.

DE LA FASE DE AUDIENCIA
El Juez de Menores, una vez realizados los trámites anteriores, podrá :
Dictar sentencia de conformidad si se dan los requisitos previstos en la Ley.
Acordar la celebración de la audiencia.
El sobreseimiento, mediante auto motivado, de las actuaciones.
El archivo por sobreseimiento de las actuaciones con remisión de particulares a la
entidad pública de protección de menores correspondiente cuando así se haya
solicitado por el Ministerio Fiscal.
La remisión de las actuaciones al Juez competente, cuando el Juez de Menores
considere que no le corresponde el conocimiento del asunto.
Practicar por sí las pruebas propuestas por las partes y que hubieran sido
denegadas por el Fiscal durante la instrucción y que no puedan celebrarse en el
transcurso de la audiencia, siempre que considere que son relevantes a los efectos
del proceso. Una vez practicadas, dará traslado de los resultados al Ministerio
Fiscal y a las partes personadas, antes de iniciar las sesiones de la audiencia.
La audiencia se celebrará con asistencia del Ministerio Fiscal, de las partes personadas, del

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

letrado del menor, de un representante del equipo técnico que haya evacuado el informe
correspondiente, y del propio menor, el cual podrá estar acompañado de sus representantes
legales, salvo que el Juez, oídos los citados Ministerio Fiscal, letrado del menor y
representante del equipo técnico, acuerde lo contrario. También podrá asistir el representante
de la entidad pública de protección o reforma de menores que haya intervenido en las
actuaciones de la instrucción, cuando se hubiesen ejecutado medidas cautelares o definitivas
impuestas al menor con anterioridad. Igualmente, deberán comparecer la persona o personas
a quienes se exija responsabilidad civil; aunque su inasistencia injustificada no será por sí
misma causa de suspensión de la audiencia.
El secretario judicial explicará al menor, en un lenguaje comprensible para éste, los hechos
que le imputa el Ministerio Fiscal y las medidas que el mismo solicita y la responsabilidad
civil. El Juez le preguntará si se declara autor de los hechos y si está conforme con la medida
solicitada y la responsabilidad civil. Si mostrase su conformidad con dichos extremos, oídos
el letrado del menor y la persona o personas contra quienes se dirija la acción civil, el Juez
podrá dictar resolución de conformidad. Si el letrado no estuviese de acuerdo con la
conformidad prestada por el propio menor, el Juez resolverá sobre la continuación o no de la
audiencia, razonando esta decisión en la sentencia.
Si el menor estuviere conforme con los hechos pero no con la medida solicitada, se
sustanciará el trámite de la audiencia sólo en lo relativo a este último extremo, practicándose
la prueba propuesta a fin de determinar la aplicación de dicha medida o su sustitución por
otra más adecuada al interés del menor y que haya sido propuesta por alguna de las partes.
Cuando el menor o la persona o personas contra quienes se dirija la acción civil no
estuvieren conformes con la responsabilidad civil solicitada, se sustanciará el trámite de la
audiencia sólo en lo relativo a este último extremo, practicándose la prueba propuesta a fin
de determinar el alcance de aquélla.
Cuando proceda la celebración de la audiencia, el Juez invitará al Ministerio Fiscal, a
quienes hayan ejercitado, en su caso, la acción penal, al letrado del menor, y eventualmente y
respecto de las cuestiones que estrictamente tengan que ver con la responsabilidad civil al
actor civil y terceros responsables civilmente, a que manifiesten lo que tengan por
conveniente sobre la práctica de nuevas pruebas o sobre la vulneración de algún derecho
fundamental en la tramitación del procedimiento, o, en su caso, les pondrá de manifiesto la
posibilidad de aplicar una distinta calificación o una distinta medida de las que hubieran
solicitado. Seguidamente, el Juez acordará la continuación de la audiencia o la subsanación
del derecho vulnerado, si así procediere. Si acordara la continuación de la audiencia, el Juez
resolverá en la sentencia sobre los extremos planteados.
Seguidamente se iniciará la práctica de la prueba propuesta y admitida y la que, previa
declaración de pertinencia, ofrezcan las partes para su práctica en el acto, oyéndose,
asimismo, al equipo técnico sobre las circunstancias del menor. A continuación, el Juez oirá
al Ministerio Fiscal, a quien haya ejercitado en su caso la acción penal, al letrado del menor
y al actor civil y terceros responsables civilmente respecto de los derechos que le asisten,
sobre la valoración de la prueba, su calificación jurídica y la procedencia de las medidas
propuestas; sobre este último punto, se oirá también al equipo técnico y, en su caso, a la
entidad pública de protección o reforma de menores. Por último, el Juez oirá al menor,
dejando el expediente visto para sentencia.

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

DE LA SENTENCIA
Finalizada la audiencia, el Juez de Menores dictará la sentencia en un plazo máximo de cinco
días.
La sentencia contendrá todos los requisitos previstos en la vigente Ley Orgánica del Poder
Judicial y en ella, valorando las pruebas practicadas, las razones expuestas por el Ministerio
Fiscal, por las partes personadas y por el letrado del menor, lo manifestado en su caso por
éste, tomando en consideración las circunstancias y gravedad de los hechos, así como todos
los datos debatidos sobre la personalidad, situación, necesidades y entorno familiar y social
del menor, la edad de éste en el momento de dictar la sentencia, y la circunstancia de que el
menor hubiera cometido o no con anterioridad otros hechos de la misma naturaleza,
resolverá sobre la medida o medidas propuestas, con indicación expresa de su contenido,
duración y objetivos a alcanzar con las mismas. La sentencia será motivada, consignando
expresamente los hechos que se declaren probados y los medios probatorios de los que
resulte la convicción judicial.
En la misma sentencia se resolverá sobre la responsabilidad civil derivada del delito o falta.
También podrá ser anticipado oralmente el fallo al término de las sesiones de la audiencia,
sin perjuicio de su documentación con arreglo al artículo 248.3 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial.
Cada Juzgado de Menores llevará un registro de sentencias en el que se incluirán firmadas
todas las definitivas. La llevanza y custodia de dicho registro es responsabilidad del
secretario judicial.
La sentencia dictada por el Juez de Menores podrá ser recurrida en apelación ante la
Audiencia Provincial.

2. Reglas de aplicación y duración

Estas reglas han sido principalmente el objeto de la reforma de 2006.

a) Reglas generales: art. 9 LO:

1. Cuando los hechos cometidos sean calificados de falta, sólo se podrán imponer las medidas de: a)
libertad vigilada hasta un máximo de 6 meses; b) amonestación; c) permanencia de fin de semana
hasta un máximo de 4 fines de semana; d) prestaciones en beneficio de la comunidad hasta 50 horas;
e) privación del permiso de conducir o de otras licencias administrativas hasta 1 año; f) la
prohibición de aproximarse o comunicarse con las personas que se determine hasta 6 meses o g) la
realización de tareas socio-educativas hasta 6 meses.

2. La medida de internamiento en régimen cerrado sólo podrá ser aplicable cuando se trate de: a)
Hechos tipificados como delito grave por el CP o las leyes penales especiales; b) Hechos tipificados
como delito menos grave, en:

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

a. Internamiento en régimen CERRADO. Las personas sometidas a esta medida residirán en el


centro y desarrollarán en el mismo las actividades formativas, educativas, laborales y de ocio.
b. Internamiento en régimen SEMIABIERTO. Las personas sometidas a esta medida residirán
en el centro, pero podrán realizar fuera del mismo alguna o algunas de las actividades
formativas, educativas, laborales y de ocio establecidas en el programa individualizado de
ejecución de la medida. La realización de actividades fuera del centro quedará condicionada a la
evolución de la persona y al cumplimiento de los objetivos previstos en las mismas, pudiendo el
Juez de Menores suspenderlas por tiempo determinado, acordando que todas las actividades se
lleven a cabo dentro del centro.
c. Internamiento en régimen ABIERTO. Las personas sometidas a esta medida llevarán a cabo
todas las actividades del proyecto educativo en los servicios normalizados del entorno,
residiendo en el centro como domicilio habitual, con sujeción al programa y régimen interno del
mismo.
d. INTERNAMIENTO TERAPÉUTICO en régimen cerrado, semiabierto o abierto. En los
centros de esta naturaleza se realizará una atención educativa especializada o tratamiento
específico dirigido a personas que padezcan anomalías o alteraciones psíquicas, un estado de
dependencia de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas o sustancias psicotrópicas, o alteraciones en
la percepción que determinen una alteración grave de la conciencia de la realidad. Esta medida
podrá aplicarse sola o como complemento de otra medida prevista en este artículo. Cuando el
interesado rechace un tratamiento de deshabituación, el Juez habrá de aplicarle otra medida
adecuada a sus circunstancias.
e. TRATAMIENTO AMBULATORIO. Las personas sometidas a esta medida habrán de
asistir al centro designado con la periodicidad requerida por los facultativos que las atiendan y
seguir las pautas fijadas para el adecuado tratamiento de la anomalía o alteración psíquica,
adicción al consumo de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas o sustancias psicotrópicas, o
alteraciones en la percepción que padezcan. Esta medida podrá aplicarse sola o como
complemento de otra medida prevista en este artículo. Cuando el interesado rechace un
tratamiento de deshabituación, el Juez habrá de aplicarle otra medida adecuada a sus
circunstancias.
f. ASISTENCIA A UN CENTRO DE DÍA. Las personas sometidas a esta medida residirán en
su domicilio habitual y acudirán a un centro, plenamente integrado en la comunidad, a realizar
actividades de apoyo, educativas, formativas, laborales o de ocio.
g. PERMANENCIA DE FIN DE SEMANA. Las personas sometidas a esta medida
permanecerán en su domicilio o en un centro hasta un máximo de treinta y seis horas entre la
tarde o noche del viernes y la noche del domingo, a excepción, en su caso, del tiempo que deban
dedicar a las tareas socio-educativas asignadas por el Juez que deban llevarse a cabo fuera del
lugar de permanencia.
h. LIBERTAD VIGILADA. En esta medida se ha de hacer un seguimiento de la actividad de la
persona sometida a la misma y de su asistencia a la escuela, al centro de formación profesional o
al lugar de trabajo, según los casos, procurando ayudar a aquélla a superar los factores que
determinaron la infracción cometida. Asimismo, esta medida obliga, en su caso, a seguir las
pautas socio-educativas que señale la entidad pública o el profesional encargado de su
seguimiento, de acuerdo con el programa de intervención elaborado al efecto y aprobado por el
Juez de Menores. La persona sometida a la medida también queda obligada a mantener con
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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

dicho profesional las entrevistas establecidas en el programa y a cumplir, en su caso, las reglas
de conducta impuestas por el Juez, que podrán ser alguna o algunas de las siguientes:
- Obligación de ASISTIR con regularidad al centro docente correspondiente, si el menor está
en edad de escolarización obligatoria, y acreditar ante el Juez dicha asistencia regular o
justificar en su caso las ausencias, cuantas veces fuere requerido para ello.
- Obligación de SOMETERSE a programas de tipo formativo, cultural, educativo,
profesional, laboral, de educación sexual, de educación vial u otros similares.
- Prohibición de ACUDIR a determinados lugares, establecimientos o espectáculos.
- Prohibición de AUSENTARSE del lugar de residencia sin autorización judicial previa.
- Obligación de RESIDIR en un lugar determinado.
- Obligación de COMPARECER personalmente ante el Juzgado de Menores o profesional
que se designe, para informar de las actividades realizadas y justificarlas.
- Cualesquiera otras obligaciones que el Juez, de oficio o a instancia del Ministerio Fiscal,
estime convenientes para la reinserción social del sentenciado, siempre que no atenten contra su
dignidad como persona. Si alguna de estas obligaciones implicase la imposibilidad del menor de
continuar conviviendo con sus padres, tutores o guardadores, el Ministerio Fiscal deberá remitir
testimonio de los particulares a la entidad pública de protección del menor, y dicha entidad
deberá promover las medidas de protección adecuadas a las circunstancias de aquél, conforme a
lo dispuesto en la Ley Orgánica 1/1996.
i. La PROHIBICIÓN de aproximarse o comunicarse con la víctima o con aquellos de sus
familiares u otras personas que determine el Juez. Esta medida impedirá al menor acercarse a
ellos, en cualquier lugar donde se encuentren, así como a su domicilio, a su centro docente, a sus
lugares de trabajo y a cualquier otro que sea frecuentado por ellos. La prohibición de
comunicarse con la víctima, o con aquellos de sus familiares u otras personas que determine el
Juez o Tribunal, impedirá al menor establecer con ellas, por cualquier medio de comunicación o
medio informático o telemático, contacto escrito, verbal o visual. Si esta medida implicase la
imposibilidad del menor de continuar viviendo con sus padres, tutores o guardadores, el
Ministerio Fiscal deberá remitir testimonio de los particulares a la entidad pública de protección
del menor, y dicha entidad deberá promover las medidas de protección adecuadas a las
circunstancias de aquél, conforme a lo dispuesto en la Ley Orgánica 1/1996.
j. CONVIVENCIA con otra persona, familia o grupo educativo. La persona sometida a esta
medida debe convivir, durante el período de tiempo establecido por el Juez, con otra persona,
con una familia distinta a la suya o con un grupo educativo, adecuadamente seleccionados para
orientar a aquélla en su proceso de socialización.
k. PRESTACIONES en beneficio de la comunidad. La persona sometida a esta medida, que no
podrá imponerse sin su consentimiento, ha de realizar las actividades no retribuidas que se le
indiquen, de interés social o en beneficio de personas en situación de precariedad.
l. REALIZACIÓN de tareas socio-educativas. La persona sometida a esta medida ha de
realizar, sin internamiento ni libertad vigilada, actividades específicas de contenido educativo
encaminadas a facilitarle el desarrollo de su competencia social.

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

m. AMONESTACIÓN. Esta medida consiste en la reprensión de la persona llevada a cabo por


el Juez de Menores y dirigida a hacerle comprender la gravedad de los hechos cometidos y las
consecuencias que los mismos han tenido o podrían haber tenido, instándole a no volver a
cometer tales hechos en el futuro.
n. PRIVACIÓN del permiso de conducir ciclomotores y vehículos a motor, o del derecho a
obtenerlo, o de las licencias administrativas para caza o para uso de cualquier tipo de armas. Esta
medida podrá imponerse como accesoria cuando el delito o falta se hubiere cometido utilizando
un ciclomotor o un vehículo a motor, o un arma, respectivamente.
ñ. INHABILITACIÓN ABSOLUTA, que produce la privación definitiva de todos los honores,
empleos y cargos públicos sobre el que recayere, aunque sean electivos; así como la incapacidad
para obtener los mismos o cualesquiera otros honores, cargos o empleos públicos, y la de ser
elegido para cargo público, durante el tiempo de la medida.
2. Las medidas de INTERNAMIENTO constarán de dos períodos: el primero se llevará a cabo en
el centro correspondiente, conforme a la descripción efectuada en el apartado anterior de este
artículo, el segundo se llevará a cabo en régimen de libertad vigilada, en la modalidad elegida por el
Juez. La duración total no excederá del tiempo que se expresa en los artículos 9 y 10. El equipo
técnico deberá informar respecto del contenido de ambos períodos, y el Juez expresará la duración
de cada uno en la sentencia.
3. Para la elección de la medida o medidas adecuadas se deberá atender de modo flexible, no sólo a
la prueba y valoración jurídica de los hechos, sino especialmente a la edad, las circunstancias
familiares y sociales, la personalidad y el interés del menor, puestos de manifiesto los dos últimos en
los informes de los equipos técnicos y de las entidades públicas de protección y reforma de menores
cuando éstas hubieran tenido conocimiento del menor por haber ejecutado una medida cautelar o
definitiva con anterioridad, conforme a lo dispuesto en el artículo 27 de la presente Ley. El Juez
deberá motivar en la sentencia las razones por las que aplica una determinada medida, así como el
plazo de duración de la misma, a los efectos de la valoración del mencionado interés del menor.
4. El Juez podrá imponer al menor una o varias medidas de las previstas en esta Ley con
independencia de que se trate de uno o más hechos, sujetándose si procede a lo dispuesto en el
artículo 11 para el enjuiciamiento conjunto de varias infracciones; pero, en ningún caso, se
impondrá a un menor en una misma resolución más de una medida de la misma clase, entendiendo
por tal cada una de las que se enumeran en el apartado 1 de este artículo.

- ÁMBITO DE APLICACIÓN: Según el ART 1.1 esta ley se aplicará para exigir responsabilidad
penal a los mayores de 14 años y menores de 18 por la comisión de hechos tipificados como delito
faltas en el código penal o en las leyes especiales.

- RÉGIMEN DE LOS MENORES DE 14 AÑOS; En virtud del ART 3 de la ley cuando el autor
de los hechos mencionados en los artículos anteriores sea menor de 14 años no se le exigirá
responsabilidad con arreglo a la presente ley sino que se le aplicará lo dispuesto en las normas sobre
protección de menores previstas en el CC y demás disposiciones vigentes. El MF deberá remitir a la
entidad publica de protección de menores testimonio de los particulares que considere precisos
respecto al menor a fin de valorar su situación y dicha entidad habrá de promover las medidas de
protección adecuadas a las circunstancias de aquel conforme a la LO 1/1996.

- BASES DE LA RESPONSABILIDAD – ART 5


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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

1. Los menores serán responsables con arreglo a esta Ley cuando hayan cometido los hechos a los
que se refiere el artículo 1 y no concurra en ellos ninguna de las causas de exención o extinción de
la responsabilidad criminal previstas en el vigente Código Penal.
2. No obstante lo anterior, a los menores en quienes concurran las circunstancias previstas en los
números 1, 2 y 3 del ART 20 del CP les serán aplicables, en caso necesario, las medidas
terapéuticas a las que se refiere el ART 7.1, letras d) y e), de la presente Ley.
3. Las edades indicadas en el articulado de esta Ley se han de entender siempre referidas al
momento de la comisión de los hechos, sin que el haberse rebasado las mismas antes del
comienzo del procedimiento o durante la tramitación del mismo tenga incidencia alguna sobre la
competencia atribuida por esta misma Ley a los Jueces y Fiscales de Menores.
- ART 6. DE LA INTERVENCIÓN DEL MINISTERIO FISCAL - Corresponde al Ministerio
Fiscal la defensa de los derechos que a los menores reconocen las leyes, así como la vigilancia de las
actuaciones que deban efectuarse en su interés y la observancia de las garantías del procedimiento,
para lo cual dirigirá personalmente la investigación de los hechos y ordenará que la policía judicial
practique las actuaciones necesarias para la comprobación de aquéllos y de la participación del
menor en los mismos, impulsando el procedimiento.

1. La diferencia entre el fundamento de la responsabilidad penal de los menores y la exigida a


los mayores edad, que se basa en la naturaleza formalmente penal pero materialmente
sancionadora-educativa del procedimiento y de las medidas aplicables a los infractores
menores de edad.

2. Diferenciación de los DIFERENTES TRAMOS DE EDAD a efectos procesales y


sancionadores, por ello, junto al límite de los 14 años se admite la posibilidad de aplicar la
ley a los delincuentes juveniles, es decir a los mayores 18 años y menores de 21, en principio
sometidos al código penal. No obstante, la LO 8/2006 ha suprimido definitivamente la
posibilidad de aplicar la Ley a los comprendidos entre 18 y 21.

3. El acatamiento de los criterios orientadores contenidos en la DOCTRINA DEL TC en orden


a la necesidad de garantizar en el proceso sancionador de los menores las garantías y
derechos fundamentales de los intervinientes en ellos. Así, el ART 1.2 establece que las
personas a las que se aplique la presente Ley gozarán de todos los derechos reconocidos en
la Constitución y en el ordenamiento jurídico, particularmente en la Ley Orgánica 1/1996, de
15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, así como en la Convención sobre los
Derechos del Niño de 20 de noviembre de 1989 y en todas aquellas normas sobre protección
de menores contenidas en los Tratados válidamente celebrados por España.

4. El carácter PREVENTIVO ESPECIAL y no represivo de las medidas que deben estar


orientadas hacia la efectiva reinserción y el interés superior del menor valorados con criterios
que deben buscarse en el ámbito de las ciencias no jurídicas.

5. El reconocimiento del INTERÉS DE LA VÍCTIMA, incorporando junto a los criterios


tradicionales de admisión e intervención del perjudicado en el proceso, el derecho a solicitar
la reparación del daño o perjuicio sufrido, principios que provienen de la moderna
víctimología, como la conciliación entre la víctima e infractor, y el derecho de aquella a
recibir una satisfacción y a renunciar a consecuencia de la satisfacción, a la sanción del

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

hecho. Sin embargo el criterio de no admitir como parte acusadora al perjudicado provocó
una fuerte polémica social que ha sido rectificado por la ley orgánica 15/2003 que modifica
el artículo 25 de la ley que permite personarse en el procedimiento como acusador particular
al directamente ofendido, sus padres, herederos o representantes legales si fueran menores o
incapaces.

Además, según el ART 4 modificado por LO 8/2006 las víctimas y los perjudicados tendrán
derecho a personarse y ser parte en el expediente que se incoe al efecto, para lo cual el secretario
judicial les informará en los términos previstos en los artículos 109 y 110 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, instruyéndoles de su derecho a nombrar abogado o instar el
nombramiento de abogado de oficio en caso de ser titulares del derecho a la asistencia jurídica
gratuita. Asimismo, les informará de que, de no personarse en el expediente y no hacer renuncia
ni reserva de acciones civiles, el Ministerio Fiscal las ejercitará si correspondiere.
6. El reconocimiento implícito del PRINCIPIO DE FLEXIBILIZACIÓN Y DE
OPORTUNIDAD apoyado en el de intervención mínima que da relevancia a la posibilidad
de no apertura del procedimiento o de la renuncia al mismo tomando como base las
posibilidades del infractor en el ámbito familiar o educativo y el resarcimiento anticipado o
la conciliación con la víctima.

7. Por último, la ley acoge como principio el reconocimiento de las COMPETENCIAS DE


LAS CCAA tanto en la protección como en la reforma de menores.

El ART 7 de la ley enumera las medidas susceptibles de ser impuestas a los menores y las ordena
según la restricción de derechos que suponen y que son:

1. EL INTERNAMIENTO EN RÉGIMEN CERRADO: medida que sólo podrá ser aplicada


cuando en la descripción y calificación jurídica de los hechos se establezca que en su comisión
se ha empleado violencia o intimidación en las personas o actuando con grave riesgo vida o
integridad física de las mismas.
2. El internamiento en régimen semiabierto.
3. El internamiento en régimen abierto.
4. El internamiento TERAPEÚTICO.
5. EL TRATAMIENTO AMBULATORIO.
6. La asistencia a un centro de día.
7. LA PERMANENCIA DE FIN DE SEMANA: la personas sometidas a esta medida residirán en
su domicilio o en un centro hasta un máximo de 36 horas entre la tarde o noche del viernes y la
noche del domingo a excepción del tiempo que deban dedicar a tareas socio-educativas
asignadas por el juez.
8. LA LIBERTAD VIGILADA: que obliga a seguir las pautas socio-educativas que señale la
entidad publica o el profesional encargado de su seguimiento de acuerdo con el programa de
intervención elaborado al efecto y aprobado por el juez de menores además la persona sometida
a la medida queda obligada a mantener con dicho profesional las entrevistas establecidas en el
programa y a cumplir en su caso las reglas de conducta impuestas por el juez que podrán ser
alguna o algunas de las que la ley detalla.
9. LA CONVIVENCIA con otra persona, familia o grupo educativo.
10. Las prestaciones en beneficio de la comunidad.
11. La realización de tareas socio-educativas.
12. LA AMONESTACIÓN.
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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

13. LA PRIVACIÓN del permiso de conducir ciclomotores o vehículos a motor o el derecho a


obtenerlo o de las licencias administrativas para caza o para uso de cualquier tipo de armas,
medida que podrá imponerse como accesoria cuando el delito faltas y hubiere cometido
utilizando un ciclomotor o un vehículo a motor o un arma respectivamente.
14. LA INHABILITACIÓN ABSOLUTA aplicables según la disposición adicional 4ª cuando el
hecho cometido esté tipificado en los artículos 571 a 580 CP y que se impondrá por tiempo
superior entre 4 y 15 años al de duración de la medida de internamiento también aplicable.

- FLEXIBILIDAD PARA LA APLICACIÓN DE LA MEDIDA – para la elección de la medida o


medidas, tanto por el MF y el letrado del menor en sus postulaciones, como por el juez en la
sentencia, se deberá atender de modo flexible, no sólo a la prueba y valoración jurídica de los
hechos, sino especialmente a la edad, circunstancias familiares y sociales, la personalidad y el
interés del menor, de forma motivada en la sentencia.

- ART 9 – REGLAS DE APLICACIÓN DE LAS MEDIDAS


Cuando los hechos cometidos sean calificados de FALTA, sólo se podrán imponer las medidas de
amonestación, permanencia de fin de semana hasta un máximo de cuatro fines de semana,
prestaciones en beneficio de la comunidad hasta cincuenta horas, y privación del permiso de
conducir o de otras licencias administrativas.
La medida de internamiento en régimen CERRADO sólo podrá ser aplicable cuando en la
descripción y calificación jurídica de los hechos se establezca que en su comisión se ha empleado
violencia o intimidación en las personas o actuado con grave riesgo para la vida o la integridad física
de las mismas.
- MODIFICACIÓN DE LA MEDIDA IMPUESTA; ART 14 - El juez de oficio o a instancia del
ministerio fiscal o del letrado del menor, previa audiencia de éstos e informe del equipo técnico y en
su caso de la entidad publica de protección o reforma de menores podrá en cualquier momento dejar
sin efecto la medida impuesta, reducir su duración o sustituirla por otra siempre que la modificación
redunde en el interés del menor y se exprese suficientemente a éste el reproche merecido por su
conducta.
- Artículo 11. CONCURSO DE INFRACCIONES
1. REAL - Al menor responsable de una pluralidad de hechos se le impondrá una o varias
medidas, teniendo en cuenta los criterios expresados en los artículos 7.3 y 9 de la presente
Ley.
2. IDEAL - Sin embargo, cuando una misma conducta sea constitutiva de dos o mas
infracciones, o una conducta sea medio necesario para la comisión de otra, se tendrá en
cuenta exclusivamente la más grave de ellas para la aplicación de la medida correspondiente.
- Artículo 12. INFRACCIÓN CONTINUADA O CON PLURALIDAD DE VÍCTIMAS.
En los supuestos de infracción continuada o de una sola infracción con pluralidad de víctimas, el
Juez impondrá a la persona sentenciada una sola medida, tomando como referencia el más grave de
los hechos cometidos, en la máxima extensión de aquélla conforme a las reglas del artículo 9, salvo
cuando el interés del menor aconseje la imposición de la medida en una extensión inferior.

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

- Artículo 13. IMPOSICIÓN DE VARIAS MEDIDAS


Cuando a la persona sentenciada se le impusieren varias medidas en el mismo procedimiento y no
pudieran ser cumplidas simultáneamente, el Juez, a propuesta del Ministerio Fiscal y del letrado del
menor, oídos el representante del equipo técnico y la entidad pública de protección o reforma de
menores, podrá sustituir todas o alguna de ellas, o establecer su cumplimiento sucesivo, sin que en
este caso el plazo total de cumplimiento pueda superar el doble del tiempo por el que se le impusiere
la más grave de ellas.

- Finalmente la disposición adicional 4ª establece que para los ACTOS TERRORISTAS O


PARATERRORISTAS así como los hechos constitutivos de delito tipificado en los ARTS 138, 139,
179 y 180 cometidos por menores se excluye expresamente a los mayores de 18 años el beneficio de
la aplicación de la ley de responsabilidad penal del menor y para los menores se establecen unas
especialidades consistentes básicamente en el aumento del tiempo de duración del internamiento y
además se atribuye la competencia para conocer de los delitos de los artículos 571 a 580 del código
penal cometidos por menores a la AUDIENCIA NACIONAL creando a tal efecto un Juzgado
Central de Menores que se incluye en la estructura de la misma.

La DURACIÓN de las medidas no podrá exceder de dos años, computándose, en su caso, a estos
efectos el tiempo ya cumplido por el menor en medida cautelar, conforme a lo dispuesto en el ART
28.5 de la presente Ley. La medida de prestaciones en beneficio de la comunidad no podrá superar
las cien horas. La medida de permanencia de fin de semana no podrá superar los ocho fines de
semana.
En el caso de personas que HAYAN CUMPLIDO LOS 16 años en el momento de la comisión de
los hechos, el plazo de duración de las medidas podrá alcanzar un máximo de cinco años, siempre
que el delito haya sido cometido con violencia o intimidación en las personas o con grave riesgo
para la vida o la integridad física de las mismas y el equipo técnico en su informe aconseje la
prolongación de la medida. En estos supuestos, la medida de prestaciones en beneficio de la
comunidad podrá alcanzar las doscientas horas, y la de permanencia de fin de semana, dieciséis
fines de semana.
Excepcionalmente, cuando los supuestos previstos en la regla anterior revistieran EXTREMA
GRAVEDAD, apreciada expresamente en la sentencia el Juez habrá de imponer una medida de
internamiento de régimen cerrado de uno a cinco años de duración complementada sucesivamente
por otra medida de libertad vigilada con asistencia educativa hasta un máximo de otros cinco años.
Sólo podrá hacerse uso de lo dispuesto en los ARTS 14 y 51.1 de esta Ley una vez transcurrido el
primer año de cumplimiento efectivo de la medida de internamiento. Todo ello sin perjuicio de lo
previsto en la disposición adicional cuarta.
La medida de libertad vigilada deberá ser ratificada mediante auto motivado, previa audiencia del
Ministerio Fiscal, del letrado del menor y del representante de la entidad pública de protección o
reforma de menores, al finalizar el internamiento, y se llevará a cabo por las instituciones públicas
encargadas del cumplimiento de las penas, conforme a lo establecido en el artículo 105.1 del vigente
Código Penal.
A los efectos de este artículo, se entenderán siempre supuestos de extrema gravedad aquellos en los
que se apreciara reincidencia.
Las acciones u omisiones imprudentes no podrán ser sancionadas con medidas de internamiento en
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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

régimen cerrado.

PRINCIPIO ACUSATORIO – conforme el ART 8 el juez de menores no podrá imponer una


medida que suponga una mayor restricción de derechos ni por un tiempo superior a la medida
solicitada por el MINISTERIO FISCAL o por el ACUSADOR PARTICULAR. Tampoco podrá
exceder la duración de las medidas privativas se libertad del artículo 7. 1 letras a), b), c), d) y g) en
ningún caso, del tiempo que hubiese durado la pena privativa de libertad que se hubiese impuesto
por el mismo hecho si el sujeto hubiese sido mayor de edad y declarado responsable conforme al
código penal.

Como FUNDAMENTO o presupuesto de la culpabilidad, como ELEMENTO para otros, hemos de


considerar la imputabilidad como una cualidad o manera de ser de un sujeto. Así, para SAVERIO
ARABIA es la actitud de poder cometer un delito y soportar la pena, es decir, una especie de
capacidad jurídica, de modo que, como señala QUINTANO, viene a asimilarse a la capacidad de
obrar del derecho privado, y lo mismo que se puede hablar de capacidad para realizar negocios
jurídicos, puede hablarse de capacidad o incapacidad para responder penalmente de una acción
típicamente antijurídica.

Viene así a perfilarse la IMPUTABILIDAD como una posibilidad de atribución si bien, además es
necesario que el individuo tenga unas determinadas cualidades, que son INTELIGENCIA y
VOLUNTAD. En este sentido, podemos definir la imputabilidad como la posibilidad abstracta y
potencial de que a un hombre le sean atribuibles las conductas que pueda realizar, como su causa
eficiente, consciente y libre.

Resulta de lo expuesto que la imputabilidad es ANTECEDENTE necesario de la culpabilidad, en


cuanto ésta es actualización de aquella. Pero dicho presupuesto de la culpabilidad no se formula de
forma positiva, sino que ha de deducirse de la no concurrencia de alguna de las causas que la
excluyen:

1. En primer lugar la anomalía o alteración psíquica, o intoxicación plena, siempre que anulen la
capacidad intelectiva y evolutiva del sujeto es decir, en términos de la doctrina germana que
impidan comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensión,

2. En segundo lugar las alteraciones de la percepción que determinen una gran alteración de la
conciencia de la realidad y

3. La minoría de determinada edad.

ESTA CONCEPCIÓN NEGATIVA servirá también para evitar la frecuente confusión entre causas
de inimputabilidad y las de exculpación o inculpabilidad como la llamó GOLDSMITH. En España,
la diferencia la señaló, JIMÉNEZ DE ASÚA. Según este autor, el INIMPUTABLE es
psicológicamente incapaz, y lo es para toda clase de acciones, hora de modo perdurable como el
enajenado ora transitoriamente. En cambio, el INCULPABLE es completamente capaz y, si no se le
reprocha su conducta, es porque a causa de error o por no podérsele exigir otro modo de obrar, en el
juicio de culpabilidad se le absuelve.

Pero a diferencia de los dos primeros supuestos, en que pericialmente se determina la imputabilidad
total o parcial y en un procedimiento penal se declara la misma, respecto a los menores se ha

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

elaborado una legislación ESPECIAL, tanto desde el punto de vista ORGÁNICO, en cuanto los
órganos encargados de enjuiciar las conductas típicamente antijurídicas por los mismos realizadas,
como en cuanto al PROCEDIMIENTO e IMPOSICIÓN en su caso de las medidas correctoras o
reformadoras, algunas sin diferencia cualitativa con las penas.
PUES BIEN, ese conjunto de normas específicas es el que integra el Derecho de Menores, en su
aspecto corrector, en cuanto que puede considerarse otro derecho de menores en su aspecto
protector, en los ámbitos civil y administrativo, a cuyas exigencias da respuesta en nuestro derecho
el CC, y la LO 1/1996 de 15 de enero de protección jurídica del menor.

En cuanto a los sometidos a este derecho corrector, puede seguirse, bien el sistema de presunción
iure et de iure de falta de imputabilidad, es decir, de capacidad de culpabilidad por debajo del
determinada edad, o un examen del discernimiento o un sistema mixto.

EN EL DERECHO CODIFICADO SE HAN SEGUIDO DIVERSOS CRITERIOS:

1. CÓDIGO DE 1822: seguía un sistema mixto, al disponer en el artículo 23, que no puede ser
considerado como delincuente ni culpable en ningún caso el menor de 7 años cumplidos
añadiendo que si el mayor de esta edad, pero que no haya cumplido los 17, cometiere alguna
acción que tenga carácter de delito o culpa, se examinará y declarará previamente en el juicio si
ha obrado o no con discernimiento y malicia según lo que resulte, y lo más o menos desarrolladas
que estén sus facultades intelectuales.

2. CÓDIGOS DE 1848- 1850: Mantenían también un sistema mixto, aunque modificando las
edades, al declarar EXENTO de responsabilidad criminal al menor de 9 años y, asimismo, al
mayor de 9 y menor de 15 a no ser que haya obrado con discernimiento.

3. CÓDIGO DE 1928: Entre las causas de imputabilidad declaraba el artículo 56 que es


IRRESPONSABLE el menor de 16 años, y los códigos siguientes de 1932 y 1944, éste con sus
textos de 1963 y 1973, siguieron el mismo sistema de presunción iure et de iure de
inimputabilidad, al incluir entre los EXENTOS de responsabilidad criminal al menor de 16 años,
manteniendo un atenuante para el menor de 18 años al igual cp 1870

4. EL CÓDIGO DE JUSTICIA MILITAR de 1945, hasta la reforma de 1980 consideraba


atenuante la de no tener el culpable de la edad de 18 años, y declaraba EXENTO de
responsabilidad criminal al menor de 16 años que no hubiera obrado con discernimiento.

5. EL CÓDIGO DE 1995 altera fundamentalmente sistema, al prescindir del atenuante de ser


menor de 18 años, y en el capítulo de las causas que exime de responsabilidad criminal, no
incluye la minoría de edad en la enumeración del artículo 20 de los que están exentos de
responsabilidad criminal, sino que declara en el artículo 19 que los menores de 18 años no serán
responsables criminalmente con arreglo a este código, sino que, cuando un menor de dicha edad
cometa un hecho delictivo podrá ser responsable con arreglo a lo dispuesto en la ley que regule la
responsabilidad penal del menor. Llama así la atención, en primer lugar que el código no los
declara exentos de responsabilidad criminal, sino únicamente con arreglo a este código de otro
lado, que remite a una ley que regule la responsabilidad penal del menor. Esta ley es la ley
orgánica 5/2000 de 2 de enero reguladora de la responsabilidad penal de menores.

- EVOLUCIÓN EN EL DERECHO ESPECIAL

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

La creación de los tribunales tutelares de menores tuvo lugar por ley 25 de noviembre de 1918,
modificada por un Real Decreto ley de 1929 y ligeramente 1931, formulándose una nueva ley en
1940, modificada 1942 y 1943, aprobándose definitivamente el texto refundido de la ley de
Tribunales de menores por Decreto de 11 de junio de 1948 y por Decreto de la misma fecha su
reglamento.

La ley de 1948 regulaba la organización de los Tribunales Tutelares, a los que reconocía
competencia no sólo para conocer de las acciones u omisiones atribuidas a los menores, realizadas
antes de cumplir los 16 años que código penal o leyes especiales califiquen de delitos o faltas
además de los casos de menores de tal edad prostituidos, licenciosos, vagos y vagabundos que a
juicio del Tribunal, requieran el ejercicio de sus facultades reformadoras, sin otra excepción que las
atribuidas a la jurisdicción castrense por el código de justicia militar y de las infracciones cometidas
por tales menores consignadas en leyes provinciales o municipales.

Consecuentemente se preveía el ejercicio de 3 DISTINTAS FACULTADES: reformadoras que no


tendrían carácter represivo, sino educativo-tutelar, de enjuiciamiento de mayores, que tendría
carácter represivo, y protectora, en que las resoluciones serán esencialmente preventivas.

Declarada inconstitucional por Sentencia 36/1991 de 14 de febrero el artículo 15 de la ley por no


respetar el artículo 24 de la Constitución, se creo un vacío normativo, que como se reconocía en
dicha sentencia, sólo podía ser llenado de manera definitiva por la actividad del legislador. Por ley
orgánica 4/1992 se realizó un importante modificación de la ley de 1948, que pasó a denominarse,
acorde con la ley orgánica del poder judicial de 1985, ley orgánica reguladora de la competencia y
procedimiento de los juzgados de menores, estableciendo como supletorias las normas de la
enjuiciamiento criminal y del código penal. Finalmente, se aprueba la LO 5/2000.

El derecho penal de hoy requiere como presupuesto para exigir responsabilidad al autor de un hecho
definido en la ley como delito su plena capacidad de culpabilidad, capacidad que se encierra en el
presupuesto de la imputabilidad. Y la imputabilidad puede definirse en el vigente código penal
conforme a los términos empleados en el artículo 20. 1 y 2 como la aptitud del sujeto para
comprender la ilicitud de su obrar y para actuar conforme a esa comprensión.

Esa aptitud va unida en el hombre a su desarrollo físico psíquico de manera que, en tanto una
persona no alcance en su desarrollo biológico intelectual un grado de maduración que lo haga
común al resto de los ciudadanos, no puede considerársele en condiciones de interiorizar las normas
jurídicas y acomodar su comportamiento a esas normas ni exigírsele, en consecuencia, que pueda
obrar conforme a ellas, o lo que es lo mismo, no puede hacerse el reproche de culpabilidad necesario
para declararlo penalmente responsable de sus actuaciones ilícitas.

LA FASE DE INMADUREZ en la que el hombre no ha alcanzado la aptitud para comprender la


ilicitud o ilicitud de sus actos y para obrar de forma responsable a ese conocimiento aparece
constituida por el tramo de vida del sujeto que se denomina menor edad.

Precisamente porque la falta de madurez ético-intelectual de los menores sólo es propia de una etapa
de crecimiento natural y fisiológico que va a ser superada, señala MAURACH que debe evitarse el
uso del término inimputabilidad que es más adecuado para referirse a perturbaciones patológicas y
debe utilizarse la expresión exclusión de responsabilidad, que sólo indica que al sujeto no se le
exigen las consecuencias de su actuación.

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

- EN EL DERECHO ROMANO, la distinción del desarrollo de la edad del menor comprendida


tres fases:

1. LOS INFANS que eran los menores de siete años y cuya responsabilidad se equiparaba a los
furiosis es decir a los incapaces de todo raciocinio.

2. LOS IMPÚBERES que eran los mayores de 7 años y menores de 10 años y medio para los
varones y de 9 años y medio para las mujeres y que si en principio estaban asimilados a los
infantes, eran susceptibles de ser sometidos a un examen sobre su discernimiento, el cual
determinaría la imposición o no del castigo.

3. Y LOS MINORIS que lo eran hasta cumplidos los 18 años, respondiendo de sus actos pero
pena atenuada.

Estos criterios inspiraron las legislaciones medievales, el derecho canónico e informaron el derecho
intermedio llegando así a los primeros códigos penales.

- Los penalistas de la ESCUELA CLÁSICA acogieron el criterio romano y declaraban que durante
la infancia no existía responsabilidad mientras que en la adolescencia que se fijaba en edades entre
los 10 y 14 años la irresponsabilidad sólo se presumía por lo que había que hacer un análisis del
discernimiento del menor y en caso de ser consciente aplicarle una pena menor. En cuanto al
simplemente menor, es decir, el joven que no ha alcanzado la mayoría de edad penal era siempre
responsable pero atendiendo al incompleto discernimiento o el mayor ímpetu de la juventud y menor
fuerza de reflexión propias de esa edad su responsabilidad se consideraba atenuada.

- NUESTROS CÓDIGOS PENALES, tanto el de 1822 como los de 1848, 1850 y 1870, acogieron
estos criterios, dividiendo la menor edad en tres periodos:

1. El primero hasta los 7 ó 9 años en el que la irresponsabilidad era total.

2. El segundo que alcanzaba a los 12 ó 15 años en el que el menor era sometido un examen de
discernimiento que resultar positivo implicaba responsabilidad atenuada.

3. Y el tercer tramo comprendido hasta los 18 años donde la responsabilidad se estimaba


siempre pero la menor edad constituía una atenuante.

- UNA EVOLUCIÓN POSTERIOR rompió con el criterio del discernimiento, prefiriendo acudir al
módulo objetivo de los tramos de edad prefijados rígidamente. Además, se incorpora una nueva
concepción del Derecho de menores, como un derecho tuitivo, centrado en el bien del menor y en
su reeducación y reinserción. Ese sistema fue introducido en nuestro derecho por el código penal de
1932 y mantenido en los de 1944 y 1973 hasta la promulgación del código vigente.

Estos códigos establecieron una menor edad ABSOLUTA fijada en los 16 años declarando
penalmente irresponsables a los que no hubiesen alcanzado dicha edad y otra menor edad
RELATIVA a la que se establecía una atenuación privilegiada correspondiente al tramo de edad
comprendida entre los 16 y los 18 años admitiéndose incluso a partir del código de 1944 que éstos
podían ser excluidos de las penas y sometidos a las reglas de internamiento de los menores exentos
de pena.

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

- A PARTIR DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX la cuestión del tratamiento penal de la


delincuencia de menores va a ser replanteada fundamentalmente por 2 aspectos, uno criminológico y
otro jurídico-penal.

DESDE EL PUNTO DE VISTA CRIMINOLÓGICO se produce la constatación del creciente


incremento de la delincuencia infantil unido a una disminución de los tramos de las en los que la
delincuencia empieza a producirse, ello debido a ciertos factores etiológicos como la crisis
económica, la desestructuración de las familias, la marginalidad urbana etc., factores que
necesariamente deben orientar el trato penal de los menores no o a la represión sino a la
prevención y la rehabilitación más eficaz en el momento en que se está formando la personalidad
y el carácter.

DESDE EL PUNTO DE VISTA JURÍDICO-PENAL se censura el criterio biológico por no


acomodar así a los principios de la culpa del moderno derecho penal puesto que se trata de una
presunción de tal naturaleza que se opone al criterio personal e individualizado del reproche de
culpabilidad.

- TRATAMIENTO INTERNACIONAL: Para el planteamiento de este nuevo derecho penal de


menores resultaron de gran trascendencia las iniciativas internacionales entre las que destacan:

1. Las reglas mínimas de las Naciones Unidas para la administración de la justicia de menores
conocidas como reglas de BEIJIN por ser adoptada en el congreso celebrado en la capital de
China en 1984 y que fueron aprobadas definitivamente en la resolución 40/53 de la
Asamblea General de las Naciones Unidas el 25 de noviembre de 1985.

2. Por otro lado la recomendación del Comité de Ministros del Consejo de Europa de 1987
sobre reacciones sociales ante la delincuencia juvenil.

En atención a estos planteamientos y recomendaciones las legislaciones modernas optan por otra
vía, excluyendo de la legislación penal ordinaria a los delincuentes juveniles y sometiéndoles a un
derecho penal específico.

Este es el sistema que adopta nuestro CÓDIGO PENAL DE 1995 cuyo artículo 19 declara que los
menores de 18 años no serán responsables criminalmente con arreglo a este código. Cuando un
menor de dicha edad cometa un hecho delictivo podrá ser responsable con arreglo a lo dispuesto en
la ley que regule la responsabilidad penal del menor.

En definitiva no se declara la exención de responsabilidad penal del menor 18 años sino que se le
excluye del código penal ordinario y su eventual responsabilidad podrá ser exigida conforme a los
términos de una ley específica cuyo objeto será regular la responsabilidad penal de los menores.
También se admite en artículo 69 que los delincuentes juveniles, considerando tales a los mayores
18 años y menores de 21 se les podrán aplicar las disposiciones de la ley penal del menor "en los
casos y con los requisitos que ésta disponga".

EN ESPAÑA la legislación de menores complementaria del código penal se inicia por la ley de
bases de 1918 desarrollada en un decreto-ley del mismo año que estableció los Tribunales para niños
a los que quedan sometidos los menores de 15 años, sin embargo la creación de esos tribunales
tutelares se hizo de modo paulatino y se dispuso que sólo quedarían sometidos a ellos los menores
que cometieran delitos en aquellos lugares donde estos tribunales estuvieran funcionando lo que
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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

generó graves situaciones de desigualdad, ya que en los demás lugares los menores eran juzgados
conforme a las reglas de la LECr y se les aplicaba el Cp.

La cuestión quedó definitivamente resuelta en el código penal de 1944 al establecer la exención de


responsabilidad de los menores de 16 años y disponer que el menor de esa edad que cometiera un
delito sería entregado a la jurisdicción de los tribunales tutelares de menores (LTTM).

La normativa de esos tribunales venía establecida en la ley de 13 de diciembre de 1940 aunque


posteriormente un decreto de 11 de junio de 1948 aprobó el texto refundido de esa legislación. Una
de las características de esta ley de 1948 era que las normas de procedimiento del capítulo tercero
era prácticamente inexistentes porque el artículo 15 se limitaba decir que en los procedimientos para
corregir y proteger a los menores, las sesiones de los tribunales tutelares no serían públicas y que el
tribunal no se sujetará a las reglas procesales vigentes en las demás jurisdicciones.

Esa libertad de procedimiento dio origen a que el Tribunal Constitucional declarase resolviendo
sus sentencias 36/1991 de 14 de febrero varias cuestiones de inconstitucionalidad.

1. La primera reacción a la sentencia del Tribunal Constitucional fue la Instrucción de la


Fiscalía General del Estado 2/1992 para unificar la actuación de los fiscales ante los
tribunales tutelares de menores.

2. La segunda reacción fue la promulgación de la ley orgánica 4/1992 de 5 de julio sobre


reforma de la ley reguladora de la competencia y el procedimiento de los juzgados de
menores que modificó sustancialmente la ley de 1948 y que estará vigente hasta el 13 de
enero de 2001 en que fue sustituida por la ley orgánica 5/2000 de 12 de enero de
responsabilidad penal de los menores

- BASES DE LA RESPONSABILIDAD – ART 5


1. Los menores serán responsables con arreglo a esta Ley cuando hayan cometido los hechos a los
que se refiere el artículo 1 y no concurra en ellos ninguna de las causas de exención o extinción de la
responsabilidad criminal previstas en el vigente Código Penal.
2. No obstante lo anterior, a los menores en quienes concurran las circunstancias previstas en los
números 1, 2 y 3 del ART 20 del CP les serán aplicables, en caso necesario, las medidas terapéuticas
a las que se refiere el ART 7.1, letras d) y e), de la presente Ley.
3. Las edades indicadas en el articulado de esta Ley se han de entender siempre referidas al
momento de la comisión de los hechos, sin que el haberse rebasado las mismas antes del comienzo
del procedimiento o durante la tramitación del mismo tenga incidencia alguna sobre la competencia
atribuida por esta misma Ley a los Jueces y Fiscales de Menores.

- REGLAS PARA LA APLICACIÓN DE LA MEDIDAS

- En virtud del artículo 15 cuando el menor a quien se hubiere impuesto una medida de las
establecidas en esta ley alcanzase la mayoría de edad continuará el cumplimiento de la medida hasta
ALCANZAR LOS OBJETIVOS PROPUESTOS en la sentencia en que se le impuso conforme a los
criterios expresados en los artículos anteriores. NO OBSTANTE lo señalado el párrafo anterior
cuando las medidas de internamiento sean impuestas a quien haya cumplido 23 años de edad o
habiendo sido impuestas no haya finalizado su cumplimiento al alcanzar el joven dicha edad, el juez
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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

de menores oído el ministerio fiscal ordenará su cumplimiento en centro penitenciario conforme al


régimen ordinario previsto en la ley orgánica general penitenciaria.

Debe tenerse en cuenta además que:

1. EL JUEZ de menores no podrá imponer una medida que suponga una mayor restricción de
derechos ni por un tiempo superior a la medida solicitada por el MINISTERIO FISCAL o por el
ACUSADOR PARTICULAR.

2. TAMPOCO PODRÁ EXCEDER la duración de las medidas privativas de libertad del artículo
7. 1 letras a), b), c), d) y g) en ningún caso, del tiempo que hubiese durado la pena privativa de
libertad que se hubiese impuesto por el mismo hecho si el sujeto hubiese sido mayor de edad y
declarado responsable conforme al código penal.

3. En el caso de personas que HAYAN CUMPLIDO los 16 años en el momento de la comisión de


los hechos, el plazo de duración de las medidas podrá alcanzar un máximo de 5 años siempre el
delito haya sido cometido con violencia o intimidación en las personas o con grave riesgo vida o
integridad de las mismas y el equipo térmico en su informe aconseje la prolongación de la
medida. En estos supuestos la medida de prestaciones en beneficio de la comunidad podrá
alcanzar las 200 horas y la de permanencia de fin de semana 16 fines de semana.

4. EXCEPCIONALMENTE cuando estos supuestos revistan extrema gravedad apreciará


expresamente en la sentencia el juez deberá imponer una medida de internamiento de régimen
cerrado de uno a 5 años complementadas sucesivamente por otra medida de libertad vigilada con
asistencia educativa hasta un máximo de otros 5 años. Sólo podrá hacerse uso de lo dispuesto en
los artículos 14 y 51. 1 de esta ley una vez transcurrido el primer año de cumplimiento efectivo
de la medida de internamiento, todo ello sin perjuicio de lo previsto en la disposición adicional
4ª. A los efectos de este artículo se entenderán supuestos extrema gravedad aquellos en los que
se aprecie REINCIDENCIA

5. Cuando la postulación del fiscal o en la resolución dictada se apreciare alguna de las


circunstancias a las que se refiere los apartados 1, 2 y 3 del ART 20 del código penal sólo se
podrán imponer las medidas TERAPÉUTICAS del artículo 7 letras d) y e).

6. Finalmente la disposición adicional 4ª establece que para los ACTOS TERRORISTAS O


PARATERRORISTAS cometidos por menores se excluye expresamente a los mayores de 18
años de la aplicación de la ley de responsabilidad penal del menor y además se atribuye la
competencia para conocer de los delitos de los artículos 571 a 580 del código penal cometidos
por menores a la AUDIENCIA PENAL creando a tal efecto un Juzgado Central de Menores que
se incluye en la estructura de la misma.

Por último debemos señalar que la ley contiene en su artículo 10 normas especiales respecto a la
PRESCRIPCIÓN DEL DELITO, disponiendo que los hechos delictivos cometidos por los
menores prescriben: A los 5 años cuando se trate de un delito grave sancionado en el CP con pena
superior a 10 años; A los 3 años cuando se trate de cualquier otro delito grave; Al año cuando se
trate de un delito menos grave; A los tres meses cuando se trate de una falta. Las medidas que
tengan un plazo superior a los 2 años prescribirán a los 3 años. Las restantes medidas prescribirán a
los 2 años excepto la amonestación, las prestaciones en beneficio de la comunidad y el arresto con
tareas de fin de semana que prescribirán al año. Los hechos delictivos cometidos por mayores de 18
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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

años y menores de 21 prescribirán con arreglo al CP.

ASITENCIA JURIDICA A MENORES, FUNCIÓN COLEGIO DE


ABOGADOS. VII

NORMAS DE TURNO DE OFICIO DEL ILUSTRE COLEGIO DE ABOGADOS DE


MADRID ( Fecha aprobación 5 de diciembre de 2005 y posteriores modificaciones de 29 de
mayo de 2006 y 20 de febrero de 2007).

TITULO I.- DEL ACCESO Y PERMANENCIA EN EL TURNO DE OFICIO

Artículo 1.- REQUISITOS GENERALES MÍNIMOS:


1.- Podrán acceder al Turno de Oficio los Abogados que cumplan los siguientes
requisitos:
a) Tener residencia habitual y despacho profesional abierto en el ámbito territorial del Colegio, así
como tener cumplidas todas las obligaciones estatutarias.
b) Acreditar más de tres años en el ejercicio efectivo de la profesión.
c) Estar en posesión del Diploma del Curso de Escuela de Práctica Jurídica o de cursos equivalentes
homologados por el Colegio de Abogados o haber superado los cursos o pruebas de acceso a los
servicios de Turno de Oficio y Asistencia Letrada al Detenido establecidos por la Junta de Gobierno.

REQUISITOS ESPECÍFICOS
Para acceder a los Turnos Especiales de cada una de las materias, así como a los Turnos de
Extranjería y Refugio, del Jurado y de Vigilancia Penitenciaria, será necesario acreditar además del
cumplimiento de los requisitos para acceso al Turno de Oficio, acreditar una antigüedad mínima de
cinco años en el ejercicio de la profesión y formación específica.
Para el Turno Constitucional será necesario acreditar una antigüedad en el ejercicio de la profesión
de diez años.
Para acceder a los Turnos de Menores, Extranjería y Refugio, Jurado, Constitucional, Violencia de
Género y Vigilancia Penitenciaria, será necesario acreditar la realización de un curso específico en
estas materias.

CURSO ESPECÍFICO, NECESARIO PARA LA ESPECIALIZACIÓN EN MENORES,


MATERIAS QUE DEBEN TRATAR EN EL MISMO LOS LETRADOS QUE DEFIENDAN
A MENORES:

_ Políticas municipales de prevención sobre la adolescencia.


_ Intervención policial con menores
_ Competencias y funciones de la Fiscalía de Menores en el área de protección de menores.
_ Protección de los Derechos Fundamentales.
_ Protección de menores: competencias y funciones de la Entidad Pública.
_ Intervención del Abogado en la Reforma de Menores L.O. 5/2000: Principios y criterios informadores.
Intervención judicial. Contenidos de la Sentencia.
_ El Equipo Técnico en la L.O. 5/00 y su Reglamento: funciones y competencias.
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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

_ La acusación particular en el proceso penal de menores.


_ Oposición a resoluciones administrativas en materia de protección de menores.
Patria Potestad. Tutela ordinaria. Adopción. Emancipación. Defensor Judicial y Venta de bienes de
menores.
_ Competencias y funciones de la Comunidad Autónoma en la ejecución de medidas judiciales dictados
por los Jueces de Menores.
_ Análisis de la responsabilidad civil en la L.O. 5/2000 y el R.D. 1774/04:
Derechos-deberes del menor internado, quejas, peticiones, régimen disciplinario.
_ El Ministerio Fiscal en el proceso penal de menores
_ Sistema de recursos en la L.O. 5/2000 y su Reglamento.
_ MESA REDONDA CON ENFOQUE PRÁCTICO: Debate conjunto de un supuesto práctico sobre
reforma, previamente entregado a los alumnos.

NORMAS PARA EL TURNO DE OFICIO DE MENORES (REFORMA).

I.- SERVICIO DE GUARDIA.- PRESTACIONES DEL LETRADO:

a.- Asistencia al menor en el Centro donde se encuentre detenido: Comisaría de Policía, GRUME,
Guardia Civil.
b.- Asistencia al menor que como detenido es puesto a disposición del Ministerio Fiscal para
tomarle declaración.
c.-Asistencia al menor citado por el Fiscal para tomarle declaración en fase de Diligencias
Preliminares abiertas en Fiscalía.
d.- Asistencia al menor en el acto de la comparecencia previa a la adopción de medidas cautelares
ante el Juez de Menores. La obligación de realizar dicha prestación recae sobre el Letrado que
asistió al menor en su fase de detención, con independencia de que la comparecencia se celebre
transcurridas las 24 horas del servicio de guardia del Letrado.
e.- En las comparecencias de prórroga de medida cautelar, excepcionalmente asistirá el Letrado que
el día de su celebración se encuentre en servicio de guardia cuando en el respectivo expediente de
reforma no conste designación formal de Abogado defensor del menor.

II.- ABOGADO DEL MENOR IMPUTADO EN EL EXPEDIENTE DE REFORMA:

a.- Designación formal de Abogado: El criterio aplicable es el de Abogado por menor, de tal forma
que la designación siempre recaerá sobre el Abogado que asistió al menor por primera vez.
b.- El Abogado designado al menor asume su defensa en las fases d e instrucción, de audiencia y de
ejecución, así como en su caso en las vías de recursos (Reforma y Apelación).
c.- Al Abogado designado le corresponde, en su caso, interponer recurso de Casación para
unificación de doctrina, siempre que reúna la antigüedad de cinco años en el ejercicio, en caso
contrario el Letrado presentará escrito solicitando que, con suspensión de plazo, se interese del
Colegio designación de nuevo Letrado del turno de menores que cumpla el requisito de antigüedad.

III.- ABOGADO EN LA PIEZA SEPARADA DE RESPONSABILIDAD CIVIL:

a.- Designación de Letrado para los demandados (menor y representantes legales): Previa
comparecencia del / los demandados ante el Juzgado solicitando el nombramiento de Abogado de
oficio, la designación de Abogado para el menor recaerá sobre aquél que ejerció su defensa en el

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FRANCISCO MIGUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ – ABOGADO-

expediente de reforma principal, quien ejercerá la defensa del resto de los responsables civiles
demandados siempre que el menor no se oponga o las defensas no resulten contradictorias.

b.- Designación de Letrado a la parte demandante: Previos los trámites que impone la normativa
sobre la Justicia Gratuita o en su caso la existencia de desequilibrio procesal entre las partes (la
intervención de Letrado no es preceptiva), la designación de Abogado recaerá sobre aquél que
incorporado al turno de menores le corresponda por reparto rotativo, salvo que se haya designado
Abogado conforme lo dispuesto en el apartado IV de estas normas, en cuyo caso el nombramiento
corresponderá a aquél.

c.- La asistencia del Abogado designado a las partes se extiende también y en su caso a la segunda
instancia o recurso de apelación.

IV.- ABOGADO PARA EL PERJUICADO QUE SE PERSONE COMO ACUSACIÓN


PATICULAR EN EL EXPEDIENTE DE REFORMA:

La designación se efectuará a favor del Abogado incorporado al turno de menores que por turno
rotativo corresponda.

BIBLIOGRAFÍA VIII

1 Convención sobre los Derechos del Niño de 20 de noviembre de 1989.


2 Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor.
3 Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la Responsabilidad Penal de Menores.
4 Ley Orgánica 7/2000, de 22 de diciembre, de Modificación del Código Penal, y de la Ley
Orgánica de Responsabilidad Penal de Menores, en relación con delitos de terrorismo.
5 Circular FGE 1/2000 de 18 de diciembre de 2000, relativa a criterios de aplicación de la Ley
Orgánica 5/2000, de 12 de enero, por la que se regula la responsabilidad penal de los
menores.
6 Instrucción FGE 1/2000 de 26 de diciembre de 2000, sobre la necesaria acomodación a la
Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero de responsabilidad penal de los menores, de la
situación personal de los menores infractores que se hallen cumpliendo condena en centro
penitenciario o sujetos a prisión preventiva.
7 Instrucción FGE 2/2000 de 27 de diciembre de 2000, sobre aspectos organizativos de las
Secciones de Menores de las Fiscalías ante la entrada en vigor de la Ley Orgánica 5/2000, de
responsabilidad penal de los menores.
8 Real Decreto 232/2002, de 1 de marzo, por el que se regula el Registro de Sentencias sobre
Responsabilidad Penal de los Menores.
9 Real Decreto 1774/2004, de 30 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de la LO
5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores.

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10 Ley Orgánica 8/2006, de 4 de diciembre, por la que se modifica la LO 5/2000, de 12 de


enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores.
11 Instrucción FGE 5/2006, 20 de diciembre de 2006, sobre los efectos de la derogación del
artículo 4 de la Ley Orgánica 5/2000 de 12 de enero reguladora de la responsabilidad penal
de los menores, prevista por Ley Orgánica 8/2006 de 4 de diciembre.

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