Está en la página 1de 4

El aprendizaje en niños con Déficit de Atención e

Hiperactividad
A diario vemos en las escuelas niños como el que ilustra el siguiente caso:
Facundo es un niño de 7 años que cursa por segunda vez el primer grado.
Desde que ingresa al patio de la escuela para el saludo a la bandera, su actividad es
incontrolable y llama la atención. No puede quedarse quieto en la fila, recorre las hileras
de los niños de los otros grados, conversa permanentemente, desobedece las
indicaciones de los docentes, cambia permanentemente de lugar en fila, empuja...
Una vez dentro del aula, no respeta la opinión de sus compañeros, habla a los gritos,
saca las pertenencias de los demás, contesta de mal modo, agrede física y verbalmente
incluso, hasta a los docentes cuando le llaman la atención.
En cuanto al trabajo escolar, "se engancha" por períodos muy breves, no completa las
tareas, sus trabajos son poco prolijos, sus útiles están desordenados y tirados por el piso.
Estas escenas pueden resultar familiares a los docentes y muchas veces, se pueden sentir
desbordados y sin saber como manejarlas.
En la mayoría de los casos, no se trata de niños deficientes aunque presentan severos
problemas de aprendizaje. Su autoestima se daña ante tantas críticas y lógicamente no
quieren ir más a la escuela. Pero también en casa la vida es difícil para ellos y para sus
familias.
La falta de atención y la inquietud constante, son síntomas que nos alertan sobre la
posibilidad de estar frente a casos de niños con Déficit de Atención (D.A.) e
Hiperactividad, un problema que afecta a 1 de 14 chicos de la Ciudad de Buenos Aires.
Este trastorno suele aparecer a edad temprana, se convierte en un verdadero problema
en la escuela y puede persistir durante años, afectando las relaciones, el aprendizaje y la
felicidad de quienes lo padecen.
Los adultos somos los que tenemos que ayudarlos, de modo que, aunque nos resulte
difícil educarlos, tenemos que comprenderlos, apoyarlos, estimularlos y, sobre todo
amarlos.

ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE LOS NIÑOS CON D.A. E


HIPERACTIVIDAD.

Atención:¬
Lo que más caracteriza a los niños hiperactivos con D.A. es su falta de atención. No
pueden completar sus tareas, pasan de una actividad a otra sin terminar ninguna. Se
distraen con facilidad ante estímulos irrelevantes. Tienen dificultades para mantener la
atención incluso en los juegos. A menudo extravían objetos necesarios para las tareas o
actividades (ejercicios escolares, juguetes, lápices, etc.) y suelen tratarlos con descuido.
No pueden organizar sus tareas o actividades.
Impulsividad:¬
A menudo hablan excesivamente, interrumpen al que está hablando, no pueden esperar
su turno, responden antes de que se termine de formular la pregunta. Están inquietos
con las manos o los pies y no pueden estar sentados por mucho tiempo. Corren o saltan
en situaciones en las que debieran estar quietos. Experimentan dificultades para jugar
tranquilamente
Comportamiento:¬
Su comportamiento es imprevisible, e inapropiado para su edad. Se pueden mostrar
violentos y agresivos, física y verbalmente. Con frecuencia mienten y cometen hurtos.
Les cuesta seguir las indicaciones que se les dan. Presentan cambios bruscos de humor,
no aceptan perder, por lo que no sumen sus fracasos o equivocaciones.
Aprendizaje:¬
La mayoría de estos niños presentan dificultades en la adquisición de la lectura, la
escritura y el cálculo. En lectura omiten palabras, sílabas e incluso renglones, no
comprenden lo que leen. Tienen dificultad para memorizar y para generalizar la
información adquirida. Su escritura es torpe, con tachones, desordenada, su ortografía
con múltiples faltas y confusiones.

Los docentes debemos estar muy atentos ante estas situaciones, solicitar la ayuda de
profesionales y trabajar mancomunadamente con la familia. Desde nuestro lugar
podemos ayudar mucho teniendo en cuenta las siguientes recomendaciones:
Comprender el problema del niño, hablar con los padres y♣ hacer la derivación
correspondiente.
Sentarlo en el lugar adecuado, con♣ niños tranquilos, lejos de estímulos que lo
distraigan, y cerca del docente.
Darle órdenes simples y cortas. Se debe desmenuzar la conducta a♣ modificar en
pequeños pasos e ir viendo que los cumpla.
Estimularlo ante♣ los logros más pequeños.
Alternar el trabajo en el banco con otras♣ actividades que le permitan pararse y
desplazarse.
Darle más tiempo en las♣ actividades escritas, indicarle cuando se está equivocando.
Evitar insistir♣ sobre lo que hace mal.
Y sobre todo, darle afecto y contención.♣

Cómo ayudar al niño con déficit atencional


Los menores con déficit atencional demandan más tiempo de
sus padres, quienes generalmente, no encuentran la manera
de que se queden tranquilos, les obedezcan y no molesten a
sus hermanos.

Por ello, la psicóloga infantil Paulina Müller recomienda: "Los


padres deben esforzarce por aceptar que tienen un niño con
características especiales. Que no es igual al resto de sus
hijos o a los de sus amigos, y que, por lo tanto, requiere un
trato distinto.

La psicóloga aclara, eso sí, que una relación diferente no


significa dejarlo hacer lo que quiera".

Coincide la psicopedagoga Paula Pastor, quien señala que


estos menores son por esencia desorganizados y hay que darles un orden desde afuera, que
venga de sus padres. "Necesitan más apoyo de lo habitual, mucha constancia y
consistencia", precisa.

Póngase en acción... Recomendaciones cotidianas

- Asígnele responsabilidades familiares y tareas domésticas. Es mejor que el mismo las


escoja y se comprometa a cumplirlas.(ordenar, limpiar, ayudar a cocinar...)
- Ayude al niño a emplear sus habilidades como compensación de sus limitaciones o
alteraciones.

- Intente mejorar su autoestima, ayudándolo a darse cuenta que es necesario y positivo para
los demás, favoreciendo además al cambio de la imagen de "niño problema" y facilitando la
adaptación de él con los demás.

- Demuéstrele cariño y aceptación a través de constantes caricias, cosquillas, besos o juegos.


Tenga siempre en cuenta que el niño hiperactivo necesita gran cantidad de contacto físico y
afecto paterno.

-Intente fomentar la capacidad del niño para concentrarse en lo que


está haciendo, reduciendo los estímulos altamente perturbadores y
distractores en su entorno, como por ejemplo radio, televisión,
muchos cuadros o posters, etc.

- Realice junto a su hijo ejercicios de relajación y de reducción de


tensión ojalá cinco minutos en la mañana y cinco o diez en la tarde.
Trate de ser un modelo de cómo permanecer quieto y concentrado.
Lo ideal es que el resto de la familia también participe.

Al momento de estudiar

- Una vez que llegue del colegio es necesario que se distraiga y descanse de la jornada.
Luego podrá comenzar con el programa de estudio, intercalando periodos de descanso con
los de trabajo, ambos con una duración de veinte a treinta minutos. Gradualmente se podrá
ampliar los periodos de estudio y disminuir los de descanso.

- Créele un clima adecuado para el estudio, esto implica espacio, silencio y un lugar fijo,
donde cuente con los materiales para que no sea necesario interrumpir su trabajo.

- Ayúdelo a organizar el estudio, creando en conjunto un horario o programa.

- Proporciónele un diario mural donde pueda tener acceso a su horario de clases y tareas
pendientes, por ejemplo.

- Apoye a su hijo cuando sea necesario. Responda sus dudas, ayúdelo a organizar su trabajo,
coopere con la búsqueda de material. Evite hacer sus trabajos o actividades por él o ella, deje
que los realice por su cuenta.

- Se ha observado que se logra mejores resultados con estos niños cuando se dan las
instrucciones o se les habla en tono bajo o individual.

- Ayude al niño a focalizar su atención mediante instrucciones y


acercándose físicamente, realizando cambios de inflexión de voz o haciendo alguna seña
para que fije su atención en el lugar que sea necesario.

- Si comete algún error, intente que el niño lo descubra por sí mismo, guiando o realizando
preguntas abiertas. No se recomienda borrar su error. Deje que el niño lo haga, corrigiendo y
entendiendo por qué se equivocó.

- Refuerce constantemente de manera positiva sus logros, estimulando sus habilidades y


capacidades.
En cuanto al manejo conductual, es recomendable poner límites dentro del hogar, establecer
reglas claras y consistentes frente a su comportamiento y desempeño escolar. Respetar y ser
consecuente con las normas establecidas es garantía de éxito en la tarea de educar a un niño
con déficit atencional.

Consejos para
profesores

También podría gustarte