Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
III
El siglo XVIII
La presencia de la tradición (1689 – 1768)
- La corona impulsa un sistema administrativo para mediar la pugna entre los intereses privados y
públicos en la conquista y colonia.
- Se determina una serie de funcionarios de variada jerarquía en la administración de las colonias
(Oficiales Reales, Escribanos, Oidores, Fiscales de las Audiencias, Virreyes, Gobernadores,
Capitanes Generales, Presidentes de las Audiencias, Obispos)
- El sistema administrativo se regía por el Derecho Indiano, basado en tres aspectos: las
organizaciones locales preexistentes; el derecho castellano; y las nuevas formas de organización
social que surgieron en las colonias. Se destaca, para el tercer caso, el causismo, “tendencia a
resolver cada asunto separadamente dictando resoluciones especiales”, en la medida que eran
resoluciones que se hacían en la marcha.
- Este extenso sistema administrativo permitió a la corona solidificar su poder en las colonias,
impidiendo el surgimiento de individualismos a través de la estructura burocrática, que constituía un
Estado unitario y centralizador. El sistema administrativo permitía concretar la dominación, y se
sostenía en la obligación de informar que tenía todo funcionario real, y la necesidad de la real
confirmación.
- Si bien la corona dictaminaba la ley, también debía seguirla, haciendo surgir un equilibrio de
poder (Rey y Casa de Contratación; Rey y Consejo de Indias; Rey y Contaduría Mayor del Reino;
Rey y Ministros) o mutua fiscalización.
- La administración colonial desarrolló un carácter propio, en gran arte por la lejanía entre el
continente europeo y americano, y significó que permaneciera intacto por casi dos siglos y medio.
3.3.1.- El Obispo.-
- Representante del poder y autoridad de la Iglesia y el Papa en América. Designaba miembros de la
iglesia de su jurisdicción, presidía los sínodos y regulaba el funcionamiento de la iglesia en
América.
- Sin ser funcionario real, ejercía funciones de fiscalización a la administración colonial, y mantenía
informada a la corona al tener correspondencia directa con el Rey. Esto generó algunos conflictos
de autoridad en ocasiones, que se resolvían por una intervención real, que se traducía en una bula o
decreto a favor de alguna de las dos partes.
3.3.2.- El Gobernador.-
- Estaba encargado de la administración de un territorio determinado, indicado por el Virrey,
teniendo atribuciones ejecutivas, militares y judiciales. No se señalan sus atribuciones
específicamente en las Leyes de Indias, sino que se fueron determinando sobre la marcha frente a
situaciones particulares, por lo que sus atribuciones dependían de lo dicho por el Rey y por su
propia agenda política, lo cual solía generar conflictos de autoridad con la Audiencia.
- Su superior era el Virrey, y en algunas ocasiones, la Audiencia (cabe destacar que la Real
Audiencia de Chile dependía de la Audiencia de Lima, al ser de la jurisdicción del Virrey del Perú).
3.3.3.- El Cabildo.-
- Institución de organización urbana traída de España, se instala en América por los conquistadores
al ser una tradición histórica de organización local todavía presente en su imaginario de la sociedad.
- El Cabildo regulaba la vida urbana y permitía a los vecinos expresar opiniones sobre el
funcionamiento de la ciudad, encargado también algunas veces de administrar justicia, planificar el
trazado y la proyección y ejecución de obras públicas.
- Contaba también con distintos cargos, distribuidos entre los habitantes de la urbe, que se
encargaban de ejecutar las distintas resoluciones o ejercer la representación del Cabildo frente al
resto de la jerarquía organizativa de la colonia (Alcalde, Procurador General, etc.). Esto le permitió
tanto dar cuenta del funcionamiento de la ciudad como de denunciar y cuestionar la gestión de otras
instituciones coloniales.
3.4.4.- La Real Hacienda y la función de control que sobre ella ejercía la Real Audiencia: El
Contador entre Partes.-
- Si bien las atribuciones de la Real Audiencia eran de carácter puramente judicial, en distintas
ocasiones debió ejercer también funciones administrativas y de Hacienda. En el caso de la
Hacienda, al momento de ser el ingreso económico que les proporcionaban las colonias un aspecto
esencial de su administración para la Corona, y buscando evitar posibles fraudes y pérdidas, se
encargó a la Real Audiencia la tarea de fiscalizar la Real Hacienda.
- La Real Hacienda se estableció en las colonias desde los inicios de la Conquista, y sufrió pocas
modificaciones en su estructura en Chile, solo eliminando el cargo de Veedor de los Oficiales
Reales en 1773 por una Real Orden (otros cambios así fueron ocurriendo en las Tesorerías de
Concepción y Valdivia [pags. 124-125]). Se conformaba por cuatro Oficiales Reales: Contador,
Tesorero, Factor y Veedor, todos nombrados por el Rey y funcionarios directos de la Corona.
Además, existían los Tenientes de Real Hacienda, que debían cumplir las mismas labores que el
resto de los cargos en el distrito que se les fuera designado. La función principal de la Real
Hacienda era la percepción de impuestos y tributos, y el control de los ingresos y egresos de las
Cajas. Esta información se recopilaba en el Libro General de Cargo y Data de cada año respectivo,
que se manejaba en cada oficina de Hacienda.
- A finales del siglo XVII se hizo común que los Oficiales Reales presentaran a principios de cada
año los libros de cuentas y documentos recopilados a los Oidores de la Real Audiencia, de forma de
poder corroborar su funcionamiento óptimo, y sometiendo a juicio a los Oficiales cuando se
presentaba algún reparo. De los Oidores pasaban al Tribunal de Cuentas de Lima, para terminar en
manos de la Contaduría Mayor de Indias para su examen y aprobación final en España.
- En la medida que avanzaban los años, y Chile iba creciendo demográfica y económicamente, se
tornaba más engorrosa la labor de la Hacienda, lo que derivó en la creación por disposición de la
Corona al Contador entre Partes, a finales del siglo XVII. La labor del Contador fue revisar y
ordenar las cuentas presentadas por la Hacienda, para su óptima revisión dentro de la Audiencia,
haciendo de funcionario intermedio en el proceso de fiscalización. El cargo duró desde 1689 a
1768, momento en el que se creo el de Contador Mayor.
- El proceso de fiscalización de la Real Hacienda por la Real Audiencia disponía que el Presidente y
dos Oidores tomasen las cuentas a los Oficiales Reales. El proceso estaba conformado por los
siguientes pasos:
a) Visita de Corte y Tanteo a las Cajas de la Real Hacienda: Inspección del estado de la Caja
(pesar oro y plata, contar monedas y dejar registro). Revisión de los instrumentos de trabajo
de los Oficiales Reales (pesas y balanzas).
b) La inspección de cuentas a la Real Hacienda: Los Oficiales Reales presentaban el
contenido de la Real Caja, y entregaban el Libro Real Común junto con otros registros. Los
Visitadores revisarían los registros para corroborar que no hubiera deficiencias, y en el caso
de hacerlas, señalaban su enmienda a Hacienda. Si había déficit, Hacienda tenía tres días
para enterar los alcances.
IV
El siglo XVIII
La tendencia al cambio (1769 – 1817)
- La hegemonía española estaba en declive por la gestión de los últimos Asturias y la crisis
económica inflacionaria generada por el oro de las colonias. El Imperio se encontraba en una
pésima situación política y económica, que, junto a la guerra de sucesión (donde triunfó, no sin un
enorme gasto de las arcas imperiales, Felipe V), significaron una situación adversa para la corona.
- Al asumir Felipe V, lleva a cabo las reformas borbónicas, profundas trasnformaciones políticas y
administrativas de la orgánica que había regido al imperio hasta ese entonces, instaurando el
absolutismo e imponiendo una tendencia centralizadora en la reorganización de los gobiernos
regionales. Se logra, de esta forma, la unidad política definitiva del Imperio Español. La política
reformista se mantendría a lo largo de los emperadores borbónicos, cada uno intentando mejorar la
situación que quejaba al imperio en ese momento. Destaca Carlos III (1759 – 1788), que se rodeó
de intelectuales y letrados como ministros para proponer y gestionar las reformas.
- Destacan principalmente las reformas económicas, que modificaron el sistema tributario,
industrializaron la península, aplicaron una reforma agraria, y fortalecieron el comercio interno y
externo con mejoras a las vías de comunicación; y administrativas en las colonias, que respondían al
creciente poderío de otras potencias europeas en el continente americano y asiático (Inglaterra y
Holanda) y lo endeble del poderío español sobre América en el siglo XVIII.
- En reemplazo a los consejos que utilizaban los Asturias, los Borbones implementaron un sistema
de Secretarías de Estado o Ministerios, que hacía más eficiente y menos burocráticas las labores de
Estado. A la par, se instauran la Junta de Estado, reunión periódica entre el Rey y los Ministros.
- La existencia de un Ministro de Indias fue quitándole atribuciones legislativas y económicas al
Consejo de Indias, que solo conservó sus atribuciones judiciales. La modernización de la
administración de la corona fue el pie para el proceso reformista en las colonias, cuyo objetivo era
convertirlas en una base económica sólida para el Imperio. Así, tuvieron lugar reformas
comerciales, mineras, agrarias, administrativas, judiciales, y modificaciones en el sistema de
Hacienda. Junto a esto, se modificó la jurisdicción administrativa de los territorios americanos,
creando el Virreinato de Nueva Granada en 1717, del Río de la Plata en 1776, la Capitanía General
de Venezuela (1731), Cuba y Guatemala (1764), formando así unidades administrativas de menor
extensión para un óptimo manejo administrativo. Cabe destacar que estas medidas mermaron el
poderío político, económico y militar del Virreinato del Perú, lo que le permitió a Chile minimizar
su dependencia económica y poder abrirse a otros puertos del Imperio.