Mediante el presente informe desarrollaré una síntesis del origen, trayectoria y fuetes del constitucionalismo peruano:
1. Origen y trayectoria del constitucionalismo peruano.
El Perú, desde antes de la independencia gozó de cierta forma una suerte de
existencia constitucional, partiendo desde la Carta o Constitución Española de Cadiz de 1812, que se aplicó simultáneamente en los virreinatos de latinoamerica y en especial en el Perú, en el cual se otorgó de forma normativa un conglomerado de derechos ciudadanos a los españoles, mestizos, criollos y naturales, entre lo que destacó fue las actividades políticas, culturales, dio nacimiento a la libertad de imprenta y a la libre elección de autoridades edilicias.
Posteriormente, se inicia la corriente independentista la cual culmina con
la emancipación del Perú del yugo español en 1821 y así se comenzaron a constituir las primeras constituciones, en el Siglo XIX, las cuales fueron: Constitución Política de la República Peruana de 1823, la cual luego de su promulgación fue indefinidamente suspendida hasta el año 1827 en que fue restaurada, y tuvo una vigencia de 1 año, esta fue promulgada por el presidente José Bernardo de Tagle y tenía una vocación liberal. Dentro del periodo de suspensión de la Constitución de 1823 se promulgó por el Consejo de Gobierno de Andrés de Santa Cruz, bajo las ordenes del Libertador Simón Bolivar, la Constitución Vitalicia de 1826, y tenía una dirección ideológica mas conservadora, lo resaltante de ella es que se estipuló la presidencia vitalicia (reservada para Simón Bolivar), sin embargo no tuvo mas que una vigencia de 50 días debido a que emergió una resistencia antibolivariana la cual produjo la caída de esta el 27 de Enero de 1927.
Luego de ello, se promulgó la Constitución Política del Perú de 1928,
la cual fue promulgada el 18 de Abril de 1928, por el Congreso General Constituyente del Perú, esta constitución duró hasta 1834, sin embargo su significancia radica en que fue la base para las constituciones posteriores durante un siglo, tuvo un carácter mas liberal y se la considera la Madre de todas nuestra constituciones.
Las constituciones posteriores, como la Constitución Política del Perú
(1839), la Constitución de la República Peruana (1856) y la Constitución Política del Perú (1967), fueron constituciones efímeras que fueron producto del caudillismo, y de los problemas políticos/militares que afrontó el país.
Cabe mencionar que durante el siglo XIX, resaltan la Constitución
Política del Perú (1860), las cual duró de forma intermitente el resto del siglo XIX y una quinta parte del Siglo XX, pues fue una Carta de consenso entre la línea liberal y conservadora, ya que en ella se transaron para otorgar al país una Constitución equilibrada y realista, superando así los extremismos ideológicos que habían imperado en la redacción de las anteriores cartas políticas, esta constitución fue promulgada por el Presidente Mariscal Ramon Castilla, y es la que mas tiempo a durado en lo que respecta a nuestra vida republicana.
La Constitución para la República del Perú de 1920 fue la novena
carta magna de la República del Perú, que fue aprobada el 27 de diciembre de 1919 por la Asamblea Nacional convocada plebiscitariamente por el presidente provisorio de la República Augusto B. Leguía, y promulgada por este mismo el 18 de enero de 1920, ya como presidente constitucional. De carácter progresista, muchas de sus innovaciones no fueron implementadas y quedaron en el papel. Estuvo en vigencia hasta el 9 de abril de 1933, cuando lo reemplazó la Constitución de 1933.
La Constitución Peruana de 1933, oficialmente Constitución Política
del Perú, fue la décima carta política de la República del Perú, que fue discutida y sancionada por el Congreso Constituyente de 1931 y promulgada el 9 de abril de 1933 bajo el gobierno del Presidente Constitucional de la República Luis Sánchez Cerro. Se la puede definir como moderada, aunque en muchos aspectos fortalecía al Poder Legislativo disminuyendo los privilegios del Poder Ejecutivo. Estuvo en vigencia hasta el 28 de julio de 1980.
La Constitución para la República del Perú de 1979 fue la undécima
carta magna de la República del Perú que fue redactada en las postrimerías del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas por la Asamblea Constituyente de 1978, convocada por el mismo con el fin de facilitar el retorno de la democracia, tras más de una década de gobierno militar. Dicha Asamblea fue presidida por Víctor Raúl Haya de la Torre, líder histórico del Partido Aprista. El texto constitucional fue sancionado el 12 de julio de 1979 y entró en vigencia a partir del 28 de julio de 1980, con la inauguración del segundo gobierno constitucional del arquitecto Fernando Belaunde Terry. Estuvo vigente hasta 1992, cuando fue suspendida por el gobierno de Alberto Fujimori en cuya gestión entró en vigor la Constitución de 1993. La Constitución Política del Perú de 1993 es la norma fundamental de la República del Perú. Antecedida por otros 11 textos constitucionales, fue redactada a inicios del gobierno de Alberto Fujimori por el Congreso Constituyente Democrático convocado por el mismo tras la disolución del Congreso en el autogolpe de 1992, consecuentemente fue aprobada mediante el referéndum de 1993, aunque los resultados han sido discutidos por algunos sectores.
Esta ley fundamental es la base del ordenamiento jurídico nacional: de
sus principios jurídicos, políticos, sociales, filosóficos y económicos se desprenden todas las leyes de la República. La Constitución organiza los poderes e instituciones políticas, además de establecer y normar los derechos y libertades de los ciudadanos peruanos. Prima sobre toda ley y sus normas son inviolables y de cumplimiento obligatorio.
2. Fuentes formales del Constitucionalismo Peruano.
El constitucionalismo peruano, dentro de su desarrollo incial al
contemporáneo, muestra las siguientes fuentes formales que inspiran su preexistencia dentro de la cúspide normativa del estado:
2.1. La legislación constitucional.
La legislación constitucional es el conjunto sistematizado de textos
legislativos emanados de los organismos estatales competentes, que tienen eficacia y validez en todo el territorio nacional y sobre todas las personas que lo habitan.
Es la fuente formal directa por excelencia, y constituye la súper legalidad
del Estado. Sin ella, no habría orden social, ni estabilidad estatal. Sin la legislación constitucional tampoco existiría la seguridad jurídica, la paz social, el desarrollo, integran de los pueblos, el bienestar individual y colectivo ni justicia en sus diversas manifestaciones.
La legislación constitucional, en su conjunto, forma lo que se ha dado en
llamar bloque o plexo de constitucionalidad, La observan tanto los gobernantes como los gobernados, sometiendo cada uno de ellos sus actos a la correspondiente regulación cotidiana y permanente.
Para su mejor comprensión se ha convenido en distinguir la legislación
constitucional primaria de la legislación constitucional secundaria. La primera está integrada por la Constitución, las leyes constitucionales, los tratados internacionales y las leyes cualificadas. La segunda, entre tanto, se halla conformada por las leyes orgánicas y las leyes de desarrollo constitucional. 2.2. La costumbre constitucional.
La costumbre constitucional es el conjunto de prácticas político jurídicas,
que a fuerza de ser constantemente repetidas por la población, adquieren uso generalizado y conciencia de obligatoriedad en el seno de la sociedad nacional.
Surgen de manera espontánea y, dada su repetición permanente, se
convierten en acciones jurídicas aceptadas por todo el cuerpo social, adquiriendo, de esta manera, valor normativo.
2.3. La jurisprudencia constitucional.
La jurisprudencia constitucional es el conjunto de fallos emanados de los
jueces, salas o tribunales, dotados de competencia para defender la constitucionalidad del ordenamiento jurídico estatal. En tales fallos encontramos un riquísimo conglomerado de principios, criterios técnico jurídicos, así como doctrinas orientadoras de las funciones del Estado, ya sea en su quehacer administrativo, legislativo, jurisdiccional, forense, etc.
A través de la jurisprudencia constitucional, los magistrados crean y
recrean el Derecho. Es que la jurisprudencia en este campo, perfecciona, armoniza y flexibiliza el ordenamiento jurídico. Las funciones de la jurisprudencia son:
a. Garantizar la supremacía de la Constitución, evitando su
modificación por cauces irregulares, o su violación por parte de los legisladores.
b. Formación y aplicación de valores, principios y sanas prácticas,
con miras a enriquecer el orden y la cultura jurídica de la Nación.
c. Interpretar y declarar lo que es constitucional y lo que es
inconstitucional, en función de los elementos espacio temporales concretos, teniendo en cuenta que la Constitución es un espíritu, un thelos, un proyecto de vida de la comunidad políticamente organizada, y no una simple suma de términos, frases, títulos, artículos, etc.