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Ante el tiempo

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Georges Didi-Huberman

Ante el tiempo
HiStoria del arre y anacronismo de las imágenes

Cer ouvragc, publi.é dans leodredu Progr:unmc d'Aidc• l; Publio tion


Vicroru Ocampo , bénéficie du sou.cien du Ministerc fra.,_.,_;$desAff.úrcs
rcs«duServiaedeCoopcmion ctd'Action CuJ,w¿;,a<l'Ambas.sade
deFranceen Arg.-.minc.

Esaobra,bcacfü:i.ukoon l:,_ayud:,_dd Minincrio fr:u,céscie.¼untos Exuo.n-


¡eros y del Servivio de Cooperación y Acción Cultural ¿, i. E:nbajada de
l'r•ncia ca la Argentino. edita en el marco del progr:,_-,,. d, ayuda a I•
publicación Victocia.Ocampo.
Adriana Hidalgo editora

-
Didí-Hubcrman, Gc:orges
MU el tiempo )•, ed.
)lucnosAire•: Adriana Hadalgo cdíror:a, 2006,
3U p.; l9x13 cm. • (Filosofía e historia)
!S3:-1987-1156-32·4
1 FilosoGa fr•n sa 1. Titulo
C'.)0194
"Enciarosentido, todoproblana es
filosofia e historia d deunc:mplco dd tiempo.•
G. Bata.illc, Mlt0doM mtiÍÚ4<i4n (1947)
Título original: Droant k umps.
Hi.Jtoirt del'111el 11na.chronim1edesimagtt
T ducci6o; Osear Antonio Oviedo Punes

Editor: "Lamanera porlaqued pasado recibelaimpresión de


Fab,án Lcbcnglik unaaaualidad recienteestá d:td:t porla i-mago1
enlacualse hall,comprendido.
Diseño decubierta e interiores: Y= penetración dialéaica,estacapacidad de hacer
EduazdoStupía yG. D. presenteshtscorrdacionesp:isadas,eslapruebade \ 'l!t•
dadde laacción presente.Esosignilicaqu, dh, encien-
ISBN JO: 987-1156-32...j de lamcch.a dd oq,lo.sivo que moraenloqueh.uido."
ISBN 13: 978-987-1156-32-0
\VI. Benjamín, Pariscapitakdu X!Xsitclt. Ltlwr,d,s
© 2000 by Les Édition.s de Minuit pmsag,1 (1927-1940)
© Adtian• Hido.lgo cditoraSA , 2005
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(1054) Buenos Aires
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de laedicori:,J.Todoslosderechos reservados.
l. fo, Angdico, p•r« infeñor de la Vi,xm tÚ 1m S•mtlr.u, h,cia 1440-1450.
Fresco. Flormcia, oonvmto deSan M:u=. cx,mdo, scp«mrional Almr;u 1.50 m.
FotQ: C. O .- H.
LA HISTORIA DEL ARTE
COMO DISCIPLINA ANACRÓNICA

..
APERTURA
l.A H!STORJA DEL ARTE COMO DISCJPUNA ANACRÓNICA

Am:e la imagen: anee el tiempo

Siempre, ame la imagen, esramos ame el tiempo. Como


el pobre ignorante del relato de Kafka, estamos anee la ima-
gen como Ante la ley: como ante el marco de una puerta
abierta. Ella no nos oculta nada, bastaria con enrrar, su luz
casi nos ciega, nos controla. Su misma aperrura - y nomen-
ciono al guardia- nosdetiene: mirarla es desearla, es esperar,
es estar anee el tiempo. Pero ¡qué clase de riempo> ¿De qué
plasticidades y de qué fracturas, de qué rirmos y de qué gol-
pes de tiempo puede rratarse en esca aperruta de la imagen?
Dirijamos un instante nuestra mirada hacia ese muro de
pinrura renacentista (fig.1). Es un frescodelconvento de San
Marco, en Florencia. Verosímilmentefue pintado en losaños
1440 por un hermano dominico que , ,-ia ali/ y al que más
tardeseconoció como Bearo Angeüco. Seencuentra a la altu-
ra de la mirada, en d corredor oriental de la clausuro.. Jusro
másarriba está pintada una Santa Conver;a.ción.Todo d resto
de la galería está, igual que las celdas, pintado a la cal. En esta
doble diferencia -con laescena figurada arriba, con elfondo
blanco circundanre-, el muro de fresco rojo, acribillado por
manchas errácicas, produce como una deflagración: un fuego

l 11
Gcorges Didi-Huberman Apemm

de artificio coloreado que lleva incluso la huella de s u a pari- ginales, los registros bien - o mal- llamados"inferiores" de
ción originaria (el pigmento quefuearrojadoadistancia, como los ciclos de frescos, los registros del "decorado", de los "falsos
lluvia, en fracción de instantes) )'que, desde enronces, se per- mármoles".Pero enrra.é.a paradojal (y, para mí, decisiva), pues-
:,eruó como una constelación de estrellas fijas. to que se trataba de comprender la necesidadintrínseca, la
· Ante esta imagen, de golpe nuestro presen te puede verse necesidad figurativa, o mejor figurn.l de una zona de pintura
a ::rapado y, de una sola vez, expuesto a la cxperi ncia de la fácilmente aprehensibi: bajo la etiqueta de "arce absuacro"(2).
:niiada.Aunque desde esra singular experiencia han cranscu- Se rracaba, en el mis::10 movimiento -en la misma perpleji-
:: ido (1) - en lo que a mi concierne- más de quince años, mi dad- , de comprende:!)Or qué roda esca accr.idad pictórica, en
· oresenre re miniscentc"no ha terminado, me parece, de sa- FraAngelico (pero ra:r.:>ién en Giotto, Simone Marcini, Pierro
todas las lecciones. Ante una imagen-can amigua como Lorenzeni, Lorenzo:\fo:.aco, Piero della Francesca,Andrea del
sea-, el presenre no cesa jamás de reconfigura:se por poco Castagno. Manregna y::amos orros también), estaba íncim a-
cue el desasimiento de la mirada no han cedido del todoel menre mezclada con le iconografía religiosa , por qué codo ese
:e ar a la cosrumbre infaruada del "eps ccial is:a-. Ante una mundo de imágenes!'::iecrameme visibles no habíasido, has-
ta allí, ni mirado, ni b.:erprerado, ni incluso entrevisto e n la
:; agen -tan recin ete, tan conrem poráneacomosea-, el pasa-
cio nocesa nun ca de reconfigura rse, dadoque es.a imagensólo inmensa lirerarura cier::::ica consagrada a la pimuradel Rena-
:Íe\·eine pensable en una conscrucción de la memoria, cuando cimienro (3}. Es así ue surgió, faralmencc. la cuest ión epis-
::o de la obsesión. En fin, ame una imagen, renemos humilde- temológica. Es así qut d esrudio de caso - una singu laridad
:nemcque reconocer losiguiente: que probablementeella nos pictórica que un día ::-::er rumpió mi paso en el co rredor de
;ob revivirá, que ameella somos el elemento fr:í;& i. el clemen- San Ma rcer hizoapa:e:er un3 exigencia más general en cuan-
:o de paso, y que ame nosotros ella eselelemenrn del fururo, to a !a "arq ueología"". :orno hubiera dicho :-.fiche! Fo ucaulc,
e:eleme nto de la d uración. La imagen a menudo :iencmásde del saber sobre el arte,. sobre las imágenes.
::icmor ia y más de porvenir que elser que la m:ra. Posid vamenre, esr;;!!Xigencia podría formularse asi:¿en qué
Pero ¿cómo esrar a la alrur.J de tod os los tiempos q ue esca condi ciones un objero. o un cuescionamicmohisrórico nue-
:.nagen, ante nosorros, conjuga sobre ramos pbnos? Y. pri- vo puede, asimismo. e::1erger rardiameme en un contexto ran
:nero, ,cómo dar cuenca del presentede esta experiencia. de la conocido y can, por as: decirlo, "documemado", como es el
memoria que convocaba, del porvenir que comprometía? Renacimienro floren:, ::o 1 Uno podría, con razón, expresarse
Detenerse a m e el murode Fra Angelico, someterse asu misce- más negarivamcncc: ¿e_::¿es lo que,en la historia del arcecomo
cio fig ura!, en eso consistía e nt rar, modesta )' paradójicamen- disciplina, como "orác.del discurso", pudo mantener cal con -
te, en el saber quese llama historia del arce. Ent rada modesta, dición de enceguecim:mro, tal "volunradde no ver" )' de no
porque la gran pintura del Renacimiento floren cino era abor- saber'¿Cuálesson las ,,;.zones epistemológicas de tal negación
dada justamente desdesus bordes: sus pn.rcrgn.sus zonas mar- -la negación que con;:ste en saber idcmifü:a,ren una S11.nt11.

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1
Gcorgcs Didi-Hubcrman Apcrrura

Covn ersación el menor acributo iconográfico y, al mismo tiem- surgir la exigencia de una semiología no iconológica-enel sen-
po no presea: la menor atención al pasmoso fuego de arri_ficio tido "científico" y actual, comado de Panofsky-, una semio-
coloreado que se despliega justo debajo en una superficie de logía que no fuese ni posirivisca (la representación como es-
rrcs roceros de ancho v un metro cincuenta de alrura? pejo de las cosas) ni incluso escrucruralisra (la represcncació n
EstaS preguncas m y simples, romadas de un caso particular comosistema de signos). Era la represemación misma la que
(pero que poseen, espero, algún valorejempi ) compromeccn debía ser cuesrionada ante el muro.Y en consecuencia co m-
n la hiscoria del arce en su método, en su mismo escarnro -su prometerse a un debate de orden epistemológicosobre los
estarut o "c i entí fico",se!!Ún suele decirse-asícomo. en suh.i s t o- ria. medios y losfinesde la hisroria del arre en ramo que disciplina.
Derenerse ame e/ murode Fra Angelico, era pnmcro mren- lm emar, en definitiva, una arqueología crÍticade/,z historia del
cr dar una dignidad hisrórica, incluso una sutileza inrel ecru al y arte capaz de desplazar d postulado panofskiano de "la
estética, a objetos visuales co nside rados hasta nronces com historia del artecomo disciplina humanis:a" (6). Era poreso
inexiscenres, o al menos desproV1st0s de senaao. Se hi.zo evi- necesariocuesrionar rodo un conjunto decertezas en c uan to
denreenseguida que. para llegar a ese?, por poc? que fuera,_era al objero "arte"-d objero mismo de nuescra disciplina his tó -
necesario tomar oc:-as vías que las fi¡adas mag1saal y canoni- rica-, cercezas que tienen por trasfondo una larga tradición
camence por Erwin Panofsky bajo el nombre de" iconolo- teórica que corre sobre todo de Vasari a Kanr y másallá (espe-
<>ía"(4): era dificil, aquí, inferir una "significación convencio- cialmeme hasta el mismo Panofsky)(7). Pero detenerse anre
al"a parcir de un "sujeto natural"; dificil de encontrar un el muro no es solameme imerrogar al objero de nuesrras mi-
'·mot ivo " o una "aleeoria" en el sentido habitual de esos tér- radas. Esdetenerse también anteel riempo. Es inrer rogar en la
minos; difícil idemificar un "asum o" bien claroo un "cerna" historia del arre, alobjero "histo ria " , a la his roricidad misma.
bien distinco; difícil exhibir una "fue nte" escrita que hubiera Tal es la a puesta del presente rrabajo: em!>= unaarqueolo-
podidoservir de imerpretació n verificable. No había ninguna gía crítica de los modelos de tiempo, de los valoresde uso del
"clave" para sacar de los archivos o de la Ktmstiireraner,co mo tiempo en la disciplina histórica que quiso hacer de las imáge-
el maao-iconólogo sabesacar ran bien de su sombrero la úni- nes su objeto de esrudio. Cuestión ran ,·ital, tan concreta y
ca cla e "simbólica"de una imagen "figuraci\':i'". cotidiana -cada gesto, cada decisión del historiador, desde
H ub iera sido necesario desplazar y complejiz.ar las cosas, la más humilde clasificació n de sus fichas hasra sus más altas
volvera q ué pueden decir, en el fondo, para un historiadordel ambiciones sintéticas ¿no funda n, cada, · . una elección de
arce, "rema", ((significación'\..alegoría" o"fuenre-. Era necesario tiem po, un acrode remporalización? Es dificil de esclarecer.
sumergirse de nuC\'O e n la semiología no iconológica -<:n el Muy rápido se manifiesta que nada , aquí. permanece mu-
sentido humanista de Cesare Ripa (5)-queconstituía, dentro cho tiempo bajo la serena luz de las evidencias.
de los muros del convento de San Marco. el universo teológi-
co, exegético y linírgico de los dominicos. Y, de rebote, hacer

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.... - --alll- -
Apcnura
Georgcs Didi-Hu berman
pertinente" en else ntido de que percenec.c, corno el fresco de
P areamos, justamente, de lo que paree.e constinúr la eviden-
Fra Angelico, a lacivilización italiana del Renacimiento: testi-
cia de lasevidencias: el recha20 del anacronismo para el histo-
monia,en esesentido, la recepción humanista de una pintura
riador. Ese.a esla regla de oro:sobre wdo no "proyeo:ar", como
producida bajoel mecenazgo de Cosme de Meclicis. ¿Es por
suele decirse, nuestras propias realidades - nuestrosconc.cptos,
lo canco "históricamente pertinente" en elsentido de que per-
nuestros gusros, nuestros valores- sobre las realidades del pa-
mita comprender la necesidad pictórica -pero también inte-
sado, objeto de nuestra investigación hisrórica. ¿No es evi-
lecrual, religiosa- de los muros coloreados de San Marco> De
denteque la "clave" para comprender un objeto del pasado se
ningún modo. Comparado con la misma producción de Fra
encuencra en el pasado mismo, y más aún, en d mismo pasado
Angelico, el juicio de Landino nos lleva a imaginar que él
que el del objeto? Regla de buen sentido: para comprender
jamás pisóla clausura del convento florentino -cosa bastante
los muros coloreados de Fra Angelico, será necesario buscar
probable-, y que Yio esta pincura sin prestarle atenció n, sin
un.a foent de época capaz de hacernos acc.eder a la"herramienta
entender gran cosa. Cada una de sus "categorías"-la faciü-
menear -t écnica , estécica, religiosa- que hi:z.o posible ese tipo
dad, la jovialidad, la devoción ingenua-está en las antípodas
de elección picrórica. Definamos esta actitud canónica del
de la complejidad, de la gravedad y de la sucile:z.a ejecutadas
historiador: no es otra cosa que una búsqueda de la concor-
por la pintura claramente exegética del hermano dominico (9).
danciade tiempos, una búsqueda de la concordancia eucrón.ica
Estarnos pues anrr el m11ro como ante una pregunta nueva
Tratándose de Fra Angelico, tenemos una" i:iterprecación
planteadaal historiador: si la fuente"ideal"-específica, eucró-
eucrónica" de primerísimo orden: el juicio pronunciado acer-
nica- no escapaz de decir algo, lo quesea, acerca del objeto de
ca del pincor por el humanista Cristoforo Landino en 1481.
la investigación ,.sólo nosofrece una fuentesobre su recepción
Michael Baxandall presentó este juicio como el tipo mismo y no sobresu escruau.-a, ¿a qué santos, a qué interpretacioneses
de una fuente de época capaz de hacernos comprender una
necesario entonces encomendarse? Hay un primer elemento a
actividad pictórica muy cerca de su realidad imrinseca, según
subrayar que concierne a la dignidad abusiYamenreconceclida
las"cat ego rías visuales" propia s de su tiempo -es decir, "histó-
al texro de Landino: se lo declara pertinente porque es" con-
ricarnence pertinentes" (8). Tal es la evidencia eucrónica. Se
remporáneo" (no habloaquídeeucronía más que paradestaCJ.r
llega a exhibir una fuenre específica (el juicio de Landino, en
elvalor de cohe rencia ideal, de Zeirgeist, prestada a una tal con-
efecto, no es en cuanro algénero sino al nombre) y, graciasa
temporaneidad). Pero ¿verdaderamente lo es?O mejor: ¿según
eso, llegamos a inrerpretar d pasado con las categorías del
qué escala,según qué o rden de magnirud puede serconsiderada
pasado. ¿No eseseel ideal del historiador? como tal> Lanclino escribió una treintena de años después de la
Pero ¿qué es el ideal si no el resultado de un proceso de
muertedel pincor-? en eselapso muchas cosasse habrán trans-
idealización? ¿Qué es el ideal si no la edulcoración, la sim pl i-
formado, aqu / )'allá.en la esfera estética, religiosa y humanis-
ficación, la síntesis abstracta, la negación de la rnc11rnadura.de
ta. Landino era versado en larín clásico (con suscategorías, su
las cosas? Sin d uda el texto de Landino es "históricamente

17
IG
L ---:a.--
'

Apmur,
Georgcs Didi-Hubcrman
En el ún ico e jemplo del muro manchado de Fra An<>el ico,
retórica propia\. pero rambién era un defensor ardientede la len- al menos tres tiempos - res tiempos heterogéneos,ana:róni-
gua vulgar ( 1O):FraAngelico no conoda m:í. que ell.aán medie- cos los unos en relación a los ocros- se trenzan de manera
val de sus leeturasdel noviciado, con susdisrincion::sescolásticas notable. El cuadro en crompe-l'reil muestra sin luoar a dudas
v susj erarq uía sin fin: eso sólo bascaria para sospediar en eer el p un mimecis o "moderno" y una noción de la pros;ecriva que
in ror y el humanista la escisió n de un verdadero anacroinsm .o se puede calificar, gruesamente, como albcrriana: "eucrónica"
Vayamos más lejos: Landino fue anacrónico respecto de a ese siglo XV florencino del primer Renacimiento. Pero la
Fra Angelico no sólo en la diferencia de ciempo -de culm ra
función '.11em o rariva dei color mismo supone, por otra parte,
qu e , con roda evidencia, los separaba; cambién e'. mi s m o Fra
una noción de la figura (!UC el pi nt o r había tomado de los
. -\gn eli co parece haber sido anacrónico co n relacio:1asucson-
escriros dominicos de los sig los XIIl y XIV: anes de la me-
:emporáneos máscercanos, si se quiere consici=:ar como caal moria, "sumas de simili: udes" o exégesis de la Escritura bí-
Leno Bartista .-\lberri. por ejemplo, que ceoriza:::,;¡ ace rca de la
blica (en este sentido se ha pod ido calificar a Fra Anoelico
?inrura en el mismo momento y a algunos cen:e:1ares deme- como pintor "ancicuacio". adjetivo que en lcngi.;a corric te se
:ros del pasillo donde las supe rficies rojas secu::i:-ian de man-
dacomoequivalente a ·a:,acrónico''). En fin, ia a'issimilirudo,
coas blancas arrojadas a dista ncia. Tampoco Dt_01cmr11podría la dese mejanza que ex1;¡ en ese mu.ro de pimu:a se remon-
adecuadamente -aunque fuera euc rónica- d..: :uenta dela ta más le jos aún: cons:::uye la interpretación específica de
necesidad pictó rica en los frescos de San Ma, : o (11). Saca- roda una trad ición rex::.:al cuidadosamence reci bida en la
mos b impresión de que los contemporáneos a menud o no
bib lio teca de San Marco í D io niso el Areopagi;a comentado
se comprenden mejor que los individuos sep1:ados en el por Alberto Magno o S. nro To más de Aouino}, así como
!iem po: elanacronismo atraviesa rodas las co::;emporanci- una antigua cradiciór: :'iguraciva llegada hasca l calia desde
dades. No existe - casi- la concordancia em:e iosciem pos. Biiancio (uso litúrgico ¿e las piedras semi preciosas mulci-
;Faralidad del m111cronismo? Es factible seo.;..-.;: a esos dos
colores) vitt el arce gócicc, y Giocco mismo (ios mármoles fuJ.
p e¡fec tos comempor:ineos que fueron Alber :· :=ra Angelico
_sos de la ': pilla Scro'"efnil... Todoesco ded icado a otra para-
,. q ue a mbos no pensaban entre sí cocalmeme· en el m ismo do¡a de.l aempo: la rep : ició n licúr cica - prooa!!ación y di-
ciempo". Ahora bien. esca situación no puede se:::alificada de
fracción temporale.<- del ::1omenco originario :ca-piral de·coda
"fatal" - negativa, dest ructiva- sino respecro át una concep-
esta eco nomía, el momenco mítico de la Encarnación (12).
dón ideal, empobrecida de la misma historia= . < más vá l id o
Escamas mue el mur o como frence a un ob jero de rie m-
reconocer la necesid,,d del 111211cronism1J como una riqueu:
po complejo, de tiempo impuro: un ext raordinario montaje
parece interior a los o bjetos mismos -a las irr.agenes- cuya
de tiempos hereroge11eo.' fl11t fomum an11cro11ismos. En la diná-
historia imemamos hacer. El anacronismo se:ia así, en una
mica y en la complejida·d¿eeste moncaje, las nociones históricas
primera aproximación. el modo temporal de expresar la exube-
can fundamentales come, lade "estilo" o la de "época"alcanzan
rancia, la complejidad. la sobredeter minació n cie bs imágenes.

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18
Apcrtur.i
Georgcs Didi-Hubcrman
t iempo subtilis, practicando el pumo de visea máscomplejo de
de pronto una peligrosa plasticidad (peligrosa solamente para la exégesisbíblica y de la teología encamacional (15). El modo
quienq uisiera que rodas las cosas permanecieran en su lugar
facilis, anee nu rro muro de pimura, consisciría en no ver allí
paras i e mpre tn la misma época: figura bastante común además
más que un ref.scrosun tuar io , desprovisco de sentido "simbó-
de lo que llamaré el "his to riador fóbico del tiempo").Pl ant ear
lico": un simpie marco ornamental, un panel de fulso mármol
la cuesción del anacronismo, es pues interrogar esca plasict ida d
en crompe-l'ceil sirviendo de basca una Santa Conversación. El
fundamental y, con ella, la mezcla, can difícil de analiz,ar de los
modo mbrilise:nerge desde muchos planos posibles, según se
difermcialestÚ tiempo que o pe ran en cada imagen. estéateneo a la indicación litúrgica propuesta aquí por el pin-
La hiscoria social del arce, que desde hace algunos años
tor (el mu ro de falso mármol es exaccamenre a la Santa Con-
domina roda la disciplina, abusa a menudo de la noción escá-
versacíó11 lo que un airar es a un retablo); o bien a sus asocia-
cic-a semiócicra cemporalmeme rígida- de" herramien ca men- ciones devocio::ales(las manchas blancas cubren la pared del
ea!", lo que Baxanéall,a propósitode FraAngdico,llamó un"equi- pasillo como io hadan, se dice, las gocas de la leche de la
po"(equ ip ment) culrural o cognitivo (13}. Como si leb astara a Virgen sobreia pared de la gru ta de la avidad): o bien, a las
cada uon sacarde una caja de herramiencas. palabras, repr eesn- alusiones alegó;icas que hacen del mármol mulcicolor una.fi·
tacioneso conceptos ya for ma dos y liscos para el uso.O lv ida gura Chrisri; e aun a las implicaciones performa tivas de la
que, desde la caja hasca la mano que las utiliza, las hre ram ie n · proyección a c:i.stanciade un pigmento (acto récnico defi ní·
c as están formándose a sí mismas, es decir, aparecen menos ble, escricrnmenre hablando, como una unción);o, en fin, a
comoe nt idades que como formas pl:iscicas en rransforma-
las numerosa; referencias místicas oue asocian el acco de
ciónperp etua. Es mejor que imaginemos herramim e as m a · conrem plació:i con la fronralidad "a6scracca" de las super-
lea b les, herramientas de cera d úcril que adquieren para cada ficies mulrico.ores (el mármo l manchado co mo materia/is
manoy p ar a cada mate rial utilizado, una forma, una si gn i -fi manuductio ce ta visio Dei, según Juan .Esco co Erígena, el
cacióny un valor de uso diferentes. Quizás Fra Angelico saque abare Suger o e:dominico Giovanni di San G imignano) (16).
de su caja mema] de herramientas la discinción comem po r á · La ima!(en está fuertemente sob redecermina da: ell·a¡ueoa,
neae nrt e loscuarro cipos de sermones rd igiosos- mb ril,is fa ci,sli
se podría ded:. en ,-arioscuadrosa la vei.. .Elabanico de posi-
w r iosus, devonl.'- , co mo utilmence nos recuerda Baxandall
bilidades simbólicas que acabo de esbozar a propósito de ese
(14). Pero decir esco es sólo un breve comienzo del crayec.co El único muro ce fresco icalian o no encuencra en sí mismo su
hsit o riador del arcedebesobre codo co m pr ender en qué r
sentido -r ne, puede obtener un principio de verificació n-
c ómo elt rab a jo pictórico de Fra Angclico habria consisitdo,
más que respe co del abanico abierto dd smrido cuyas condi-
j uscamence, en subvert ir cal disti nc ión. en transformar, en
cione.s había rorjado, en general, la exégesis med ieval (17) .
reinvemar dicha caja de herramientas mema!. Cómo uncua-
Es en cal can:,io de posibilidades que sin d ud a es necesario
dro religioso se habría presencado sobreel modo facilis,Fácil de
com prender e!aspecco de momajcde dferencitIS q ue caracce-
mirar desde el puneo de visea de la iconografía, pero al mismo

21
20
...
Georgcs Didi-Hubcrman Apc:nura

rizan esta simple -pero pacadojal- imagen. Ahora bien, con que Alberti o Landino no nos permiten comprender en el
este montaje. codo elabanicodeltiempo se abreampliam:nte. muro de Fra Angelico, si lo permiten ampliamente las múlci-
La dinámica temporal de esre montaje debería, con roca lógi- plescombinaciones de pensamientos separados en el tiempo
ca, depender de un paradigma teórico y de una cecnicidad -Alberto el Grande con elseudo Dionisio, Tomás de Aouino
propia: lo que ofrecen exaccamence las "artes de la memoria" con Alberto Magno, Jacques de Voragine con san ,\, cin.
en la larga duración de la Edad Media (18). Pensarnos que el arrisca dominico los renia a su disposición y
La imagen está, pues, abierramentesobredecerminaáa res- en su tiempo en ese lugar anacrónico por excelencia que fue la
pccco del tiempo. Eso implica reconocer el principio funcio- biblioteca del convenco de San Marco: pensamientos de co-
nal de esca so brede re rm inació n áentro de una cierra diruimica dos los tiempos - diecinuevesiglos al menos, de Platón a San
de l.,¡ memoria. Mucho ames de que el arce mviera una nisrn· Antonino- reunidossobrelos mismos anaqueles (19).
ose puede, por lo canco, en un caso semejance, comentar-
cia -oue- comenzó o recomenzó, e dice, con Vasari-,!a.s i má-
gene; han tenido , han llevado. han producido la memoria. secon hacer la hirtorin de un arte bajoelán,,<>ulo de la"eucronía",
Ahora bien, la memoria también juega en codos los c adros esdecir, bajo el ángulo con"cncional de "el arrisca y su c:iempo".
delt ie m po. A ella y a su "arce.. medieval se debe el montaje Tal ,·isualidad exige que se lo examine bajo el ángulo de su
de ci:mpos heterogéneos por el cual, en nuestro muro de
memoria, es decir, de sus manipulaciones del tiempo, cuiros
pintura. podemos encontrar un pensamiento miscico áe: siglo hilos nosdescubren mejora un arrisca anacró nico , a un "arrisca
V -d del seudo Dioniso el Areopagita a pro pósico de los conr:a su ciempo". También debemos considerara FraAm:elico
mármoles manchados- diez si¡dos más tarde, sobreYi•;ience como un artista del pasadohistó rico (un artisra de su cie po,
,. transformado, embucido de;uo del marco de ur.;. oers- que fue el Q uaccrocent o f. pero igualmence como un arrisca
peeth-:i totalmente ''moderna.. y albertiana. · del md,-que-p11s11do me morativo (un arrisca que manipula
S brra11ía delanacroinsmo: en algunos lapsos de pr sente. tiempos que no eran los s uyos). Esca situación engencira una
un arrisca d el Renacimiento -<!UC jusro acababa de arroiar el paradoja suplementaria: si el pasado eucrónico (Lanáino)
pigmenco blanco sobre un fondo de fresco rojo rodeario por hace pancalla u o bsracu liza al más-que-pasado anacrónico
su ribete en rrompe-l'ceil- habrá concrerado para el rururo (Dionisia el Areo pagita). ¿có mo hacer para romper b pa n-
esta ,·erdadera constelación, htcha imagen, de tiem pos nece- calla. para superar el obs;áculo?
roeéneos. Soberanía del anacronismo: el hiscoriador o::e hov Es necesaria, me auevcria a decir, una exuañez.a mas. en la
vo!,·iera al pasado sólo "eucrónico" -al solo Zeitgci;; cie F;a cual se co nfirme la paradó jica fec11ndidn.d del 11nacro11ismo.
Angelico- carecería complemmence del sencido de su gesco Para acceder a los m últiples tiempos escracificados, a bs su-
perYi,·e ncias, a las largas duracio nes del más-que-pasado
pictórico. El anacronismo es necesario, elanacronismC1es fe-
cundo. cuando el pasado se muestra insuficiente, yconsriruye mncsico, es necesario el m.i.<-q11e-presemede un acco: un cho-
in cl uso, un o bs tác ulo pa ra la comprensión de si mismo. Lo que. un desgarramiento del velo, una irrupción o aparición

,,
Georg<> Oidi-Hubcrman Apertura

del tiempo, aquello de lo cual hablaron tan icn Prou t J Heurísric11delanacronismo: ¿cómo un recorrido hasta ese
Bejn a mín bajo la denominación de "memoria mvoluncana · punro contrario a los axiomas del mérodo histórico puede
J ac kson Pollock-he ahíd anacronismo- demostró ser excrc· llegaraldescubrimientode nuevos o bjeroshistóricos? La cues-
madamente capaz de ver y de mostrar aquello que Landino Y tión, con su paradójica respuesta -es Pollock y no Alberci, es
codos los historiadores del arte no pudieron percibir anee el )can Clay y no AndréChastel, quienes han hecho posibleque
muro manchado del siglo ).'V. Si hoy intenro acordarme de se haya "recobrad o" una gran superficie del fresco pintado
lo que pudo inrerrumpir mi pasoen el pasillo d.eSan Mai:co, por Fra Angelico, visible para codo s pero mantenida invisi-
no creo equivocarme aldecirque fue una especie de seme;an.· ble para la misma hisroria del arre-, remite al difícil proble-
za desp/.az,ada encre io que descubrí allí, en .un conven.to del ma de la '' buena distancia" que el histor iadorsueña mante-
Renacimiento, y los dnppings del artista amencano admira· ner de su objero. Demasiado presente, elobjeto correel ries-
dos ydescubiertostantos años anees (20). gode no ser más que unsoportede fu.nrasmas; dem asiado pre-
Escieno que talsemejanza concierneal dominio deloquese térito, corre el riesgo de no ser más que un resid uo positivo,
Uama unscudomomsmo: las relaciones deanalogíaenereel muro muerto, una estocada dirigida a su misma··objetivdiad" (otro
manchado de Fra _.\ngelico y un cuadro deJackson Pollock no fantasma). No es necesario pretender fijar, ni pretender eli-
resits e n demasiadoel análisis (desdela cuestión dela horizonta· minar esta distancia: hay que hacerla n·abajar m eL tempo
lidad hasta la de las apuestas simbólicas). En ningún caso, Fra diferencial de los instantes de proximidad empárica, intem·
Angelico eselanrecesor del action painting'.· hubi.erasido total· pestivos e invcrificables, y los mo mentos de rechaio críti-
menreescúpido buscar,en las proyecciones p1gmemanasde nues· cos, escrupulosos y verificadores.Toda cuestión de mérodo
ero pasillo, cualquier"economía libidinal", o elgénero "expre· se vuelv quizás una cuestión de tempo(:!1).
sionismo abscracco··. Elarre dePollock, evicienremente, no pue- Elanacronismo, ahora, podría no reducirseniservistocomo
de servir para imerpreraradecuada mentedelas manchasde Fra el horrible pecado que veen él, esponr:ineamenre, codo histo·
Angelico. Pero d historiadornoescapagraru.iramentea esca cues- riador patentado. Podria ser pensado como un segmenro de
tión, puessubsistela parado ja,elmalestar ni elmétodo: la emer- tiempo, como un golpereo rítmico del método, aun cuando
oencia del objetohhróricocomo tal no habría sidoel fruto de un fuesesu momenro desíncopa. Aun siendo paradoja!o peligro·
;ecqrridohiJróricos;andard- faccual,co nrcxrual, eucró nico-, sino so, como lo es roda situaciónde riesgo. El presente libro qui-
de un momenro anacrónicocasi aberrante. algocomo unsfnro- siera ser una cenrati" a queexplore algunos deesos tempi, y CO·
maen elsaber histórico. Es la violencia misma y la inco ngruen- rra d riesgo de dar algunos ejemplos para abrir el mérodo. Se
cia,esladiferencia misma y la inverificabilidadlasque habrían trata, principalmenre,dee. render la cuesrión del riempo a una
provocado dehecho, como levantando la censura, d surgimien- hipótesis yaemitida y argume nrada acerca delsenrido:si la his-
to de un nuevo objeto a ver y, más allá, la constitución de un toria de las imágenes es una historia de objetos so bredeccrmj.
nuevo problemaparalahiscoria dd arte. nados, entonceses necesario acepcar-pero ¿hasta dónde?¿cómo?,

24 25
l.. _,.
AJ)"rtura
Gcorgcs Didi-Hubcrm>.n

roda la cuestión esci allí- que a estosobjcros sobrederermina· cuando se multiplican las excepciones, lossíntomas, los casos
que deberían ser ilegícimosy que, sin embargo , demuestran
doscorresp ll1de unsabersobreimerprecativo (22).La_ven:i_eme
cemporal d esca hipó tesis podría formularse así: la h1stona de ser fecundos. Me aparecieron así configuracionesanacrónicas
las imáoencs es un2 hisroria de objetos temporalmente impu- que estruccurabar. objetos o problemas histórico s tan dife-
rosc,o ;p lcj os , sobredecerminados. Es una historia de objetos rentes entre si como una escultura de Donatello -capaz de
policrónicos, de obiecos heterocrónicos o anacró icos. ¿Esro reunir referencias neterogéneas de la a nt igüedad , de lo medie-
no implica decir oue la historia delarte es en s, misma una val y de lo mode::io- , la evolución de una cécn ic a como el
grabado -capaz cie reunir el gesto prehistórico y la palabra
disciplino n11oc rónica, para peor, pero también para mejor?
vanguardista-, elóanico amropológico de un material como
la cera -capaz de reunir la larga duración de las supervivencias
Todasescas reflexiones en realidad corresponden a un estado formales y la corta duración del objeto a fundir-... O laincli-
dec rabajo ,·a viejo .23). Su límite consistió. por supuesto, en la nación caracceris:i:a de numerosas obras del siglo XX -de
sin<>ularidad, incl uso en el esrrechamientodela experiencia des- Rodin a Marcel D:.ichamp, de G iacom ct ti a Tony Smich, de
cri;ra.AunqueAh,·\v'arburg. Walter Benjamín v Carl Einscein Barnett Newman :-, Simon H anta"i- , que tienden a practicar,
-dicho de otro mocio, los eres " hilos rojos'· teóricos seguidos aun sólo en busca de resulcados formalmente homogéneos,
en el preseme craba·c-- hubiesen sido, desde.hora, convocados esce "momaje d ,:empos heterogéneos" (24).
a c:sre banquete ce: anacronismo. parece dificil todavía sacar Una episremG:,,gia del anacronismo no se co ncibe sin la
conclusiones aene::ues a parcir de este caso can limitado, tan "arqueología'' ciis:arsiva de la que ya hablé ames. Es raro
acipico, que ofrece..-. los muros multicolores de Fra Angelico. P que miremos c:i:i:amence el modo según el cual trabaja-
eordurante losci..:ince años que siguieron aproximadamente a mos en nuestra e; pecialidad: a menudo rechazamos cuestio-
esca experiencia ::iicial, otras configuracionesde una misma nar la hisroria es::acificada, no siempre gloriosa, de pala-
complejidad tem!'o;al, ocros montajes de tiempos heterogéneos bras, categorías o fineros literariosqueempleamos cotid ia-
que no tenía pre\":scos, siguieron emergiendo. Es a partir de namente para procucir nuestro saber histórico. Esta arqueo-
allí que podía pla.-.cearse, en un plano general másconvincen- logía no carda en :nosrrar regiones íntegras de censura o de
te, la cuestión prop:amente episcemológic:i del anacronismo. irreflexión, y así termina siempre provocando un debace o,
El trabajo ceó:ico no tiene como función primera, según al menos la inte:-·ención en un de bace. Nada más preciso
se cree con frecue:i ia, los plamcos axiomácicos: vale decir, que esta obsen·acion de Michel Foucault: "Saber, incluso en
fundar juridicamence las condicio nes generales de una prác-ti elorden histórico. no significa 'recobrar·. ni mucho menos
ca. Su primer o\:-,\etivo -en las disciplinas hisróricas al me- nos- ' reco brarnos'. L:l r.istoria será 'efectiva' en la medida en que
es reflexion3: acerca de los aspectos heurísticos de la ex- incrodu2ca lo dis oncinuo en nuestro propio ser(,..). El sa-
periencia: es deci:. poner en duda las evidencias del método ber no escá hecho p ra comprende r, sino para co rcar" (25).

26 27
b "is
Gcorgcs Didi-Huberman

El debate que está en juego tiene quizás su principio en esencia, a la historicidad. Al contrario, quiero afirmar que su
esta única pre<>unta: ;cuál es lt1 relación entre'4 historia y el temporalidad no será reconocida como tal en tanto el ele-
::, . mento histó ricoque la produce no se vea dialectizado por el
ciempo impuesta por /.a imagen? Y ¿qué consecuencia tiene
esto para la historia del arce? No hacemos este planteo con· elemento anacrónico que la atraviesa.
vocando a filósofos para quienes simplemence el tiempose Es lo que Gilles Deleuze, en el plano filosófico, indicó con
opondría a la hisroria. Ni imerrogaremos "al ciempo de la fuerza c ando introdujo la noción de imagen-tiempoen doble
obra" como lo han hecho, con mayor o menor agudeza,lo s refcrena a al montaje y al movimie nto aberrante (que, por mi
fcno menólogos del arte (26). Tampoco interrogaremos al parte,yo llamaríaelsínto ma) (31). Es también lo que al!1Unos
tiempo de la imagen como un "ciempo de lectura"semi oló- historiadores del arre - además de aq uellos quc se com nten
gico, aunq ue se prolongara en el modelo del srméio-n de la aquí- han querido dar cuenra: por ejemplo, George Kubler,
tum ba- y allí se presentara, interno a ésta, "el limi te de la cuyas Formas en eltiempose despliegansobreel rel!istro siem-
rep rese nt ación (21)'. Ni seguiremos a los historiadores paar pre dialectizado de la orientacióny de la redsobredererrnina-
quienes el tiempo se reduce al de la historia. Reducció n tí p-i da, del "transcurso"}'de la " resistencia" a los cambio s, de las
cma ente: p os itivis:a.bastante habirual, a fin de cuencas, que "series prolongadas" y de las "seriesdetenidas", errantes, imer-
r ed uce las imágenes a sim ples doc ument os de la hisroria, mitenccs o simultáneas (32). Heori Focillon, en el úlcimo
modo de negar la pe:versidad de unas y la complejidad de la capírulo de su Vida de /,u fonnas, ya había opuesto al flujo de
orra (28). Pero no es mejo r decla rar la incomperencia dela la historia elobstáculo del acontecimiento-el acontecimien-
hisroria como tal:cuando se la declara "acabada" o cuandose to entendido como ur.a "brusquedad eficaz" (33). Focillon,
p ret e nde "acabar.. con ella (29) . Los debates acrualessobreel mesas hermosas paginas, terminaba por decii ar a las"fisuras"
"fin de la historia",·.- paralelamente- sobre el fin del ar,ce y a lo·s··desacuerdos(34)"d rema del determinismo histórico.
son burdos y esdn mal planteados, porque se fundan en m Así se ve mejor el pro blema que este "plep.do" encubre:
odelos de riem po inconsiste ntes y no dialécticos(30). La hacer la historia de l arre fucalmeme nos impone hacer jugar
noción de anacronismo será aquí examinada" trabajadaa,s í cada uno de los dos términos como una herramienta crícica
lo espero , por su ,·irrud d ialéctica.:En primer lu , el 3 _!1·3 aplicable al otro. Así, el pumo de visea de la historia aporca
cro nismo parece surgir en el pliegiu exacto de /.a relllcion en- una duda saludableacerca de los sisremas de Yalores q ue, e n
tre imagw..eJv1 1ori.z: las imágcn s, de d·e 1ueg;o ti,e m üna un momento dado, contiene la palabra "arte·. Pero el punto
hits oria ; pero lo queellas son,su movimiento propio, su podre de viseadel arre -o , al menos, el de la imager.. el del objeto
_..,esp ecí fico-:-ño aparece en la historia más que como un síñro- visual- aporta, recíprocamente, una duda saludable de los
ma -un malescar, una desmentida..más o menos violent,o modelos de inteligibilidad que, en un momento dado, con-
un a s us. sión. Por el comrario, sobre todo quierocledr que tiene la palabra"hist0ria". ¿En qué "momento dado" estamos?
la imagen es "aremporal", "absoluta", "ere rna',· que escapa, por Sin duda en un momento de crisis y de hegemonía mezcla-

29
28
..... ---...
Apertura

Georgcs Didi-Huberm"'1 historia del are podría tomar prestado- no existe verdadera-
":em_c. Muy b,_e lo enun ió Michel Foucault: «(La) muta·
das: al mismo tiempo que la hisroria como disciplina está aón cp1Stemolog1ca. de la historia aún no ha acabad.o h O-),.. 5,n
investida de un poder cada va mayor -estimación preic ia,l embargo, ella nod .ata de ayer (37)"-modo.d_e alud 'ir al ccerno
pre dicció n,j u risdicción- , la disciplina histórica parece perder retorno y al anacronismo de las cuestiones fundamental
su coherencia epistemológica. Ahora bien, en d mismo ciem· .hisroria (•38). Estamos en elplíe,m ,. te exa..",o cJu. : l11 re,i.a_
.n,on eesne/Tne
po donde duda de su mérodo y de sus posiciones, la historia ru
. , .m po ehmor i
. a. Cabria pre"<>unc a r
., , aho·a a la.m 15•. d1"s·c1p¡·,na
m a
extiendesiempre más el campo desus competencias: el artey hmonca quéquiere hacer deeste_plieo1rue,·( ·ocultar d anacro·nis-
laim ag en , en lo sucesivo, están en el menú -y eso es canco mo ue :m rge: y po _es9apl scar calla !!nre el t e!Il.Pº bajo
mejor-del "ogro historiador (35)'. la füscona -o b,en abnr el pliegue ydejar florecer la paradoja?
Perosila historiadelarcecontiene ensu propio tirulolaopera·
ción de "regreso crítico" del cual he hablado -regreso crítico del
arcesobrela historia y de la histaria sobreelarce, regreso crítico de Par adoja - parte maldita
la imagen sobre el tiempo y del tiempo sobre la image,n- emon-
ces no es satisfactorio considerar la rustoria del arce como una Dejemos florecer la paradoja: h ¡:<;n_la hiscoria un tiem-
rama particular de!a historia.la pre nca másadecuada parafor- po para <:I anac <:>nismo. ¿Qué hace el his oria l anre cal
mular seria ésta: ;hacer histo1-ia delanr e;hacer histona,enelsen- estado de cosas' Con frecuencia se debate en una accirud
tidoen quesela tiende,enelsenrido m que sela praaica habi- mental ana!!z da en el pasado por ÜCta\'C Mannoni (39):Sé
cualmemc? ¡O es mejor modificar en profundidad el esquema muy_bzen, áira. q e el a acr nismo es inevicable, que noses
ep isrc mol6gico dela propia hist0ria: Hans Roben Jauss se pre- pam cularmenc? imposible1ncerprecar el pasado sin recurrir
guntaba unavez"si vcrdaderarnenreb historiadelarce puede ha- a nues,tro propio presenre..., pero a pm1r de zodo, aare<>ará
cer algo más que romar prestado a la hiscoria su propio rpin c - i pio muy _rap,do, elanacronismo siguesiencio algo que no es"'ne-
de símesis (36)'". Pienso , en efeao, que la hisroria del arce cesano ev,car a redo precio. Es el pecacio mayor del hiscor ia-
debe hacer otra cosa: seconfesó capndeesoen un momemo- _dor, su obsesión. su bestia negra. Es lo que debe alejar de sí
elque marcaron los nombresde 'v:lolffiin,de Warburg, deRiegl- ªJº pena de perder su propia idenciciad -canco es así que
en que proporcionó a la hiscoria un modelode rigoranailricoasí caer en elanacronismo", como bien suele decirse, equivale
como cic invención conceptual . w hiscoria del arce se mostró
enconces tan filosójic11memeaudaz co mo filoMgicammrne gur.os,, ª no hacer fus con a, a no ser historiador (40).
yes en eso. posiblemente, que pude> iugar, respecco de lasd is- La "bestia negra" a menudo se hace figura de lo impensa-
ciplinas históricas en general, ese rol"'piloto"que la lingüfsrica do: lo que se expulsa lejos de sí, lo que se rechaza a codo
asumió más carde en la época del esrruccuralismo naciente. precio pero que no deja de volver como "la mosca a la nariz
Otra razón para rechazar el juicic, de Jauss es que el pricni- del orador (41l". La bestia negra de unl disciplina essu parte
pio de síntesis que la historia podria hoy probar -r queb

31
3)
Apertura
Georgcs Didi-Huberman
consiste en dece.rminar con exactitud la serie de precaucio-
ma láita, su verdad mal dicha. Los manual esy la.,; síntesis
nes que deben ,ornarse y de prescripciones a que uno debe
meco do ló¡;i cas nos serán poco úáles. El anacronismo no -
someterse para evitar el pecado mayor de codos los peca-
cecomo concepto individualizado-o comoentrada de tnCll·
dos, el más irremisible de codos: el anacronismo" (44).
ce- en la., biblioo-rafía.-; sobre el á empo, en l a "ceoría de la
h si corio gr a fía" d; Benedecto Croce, en la "filosofíade la h-.is
El ejemplo de "César muerco de un disparo de brownign"
coria" concada por RaymondAron, en el"c ?ocimiento his- t
escablecí a con claridad que al anacronismo se lo ubica en el
ór ico " según Henri-lrénée Marrou, en las cacegodas en la
rango de los errores históricos, incluso de la producción frau-
historia" según Cháun Perelrnan, en la "me odolo ía de la
dulenta de los "falsos documentos"!notemos que aquíel voca-
historia" de los discípulos de Braudel, en las rdlex1ones so-
bulariovacila entre el errur, la enfmnedad oontra la cual esnece-
brela historia" de Georges Lefebvre,en los remas de los indi-
sario armarse de "precauciones", de '·prescripciones",)'el peca-
ces de la revista Annales, incluso en "la hismria deconsrruc- c
do ). Ahora bien, Lucien Febvre agregaba que "este anacronis-
ion i s ta"de alounos amoresanglosajones (42)...
mo como herramienta material no es nada en comparación
Al recorrerlos escricos memdológicos de los historiadores
con elanacronismo como herramienta mema!''... Pero ;cómo
contemporáneos,seextrae la impresión de que lad e fi,nicóin ,.
evicarlo? Si "cada época se fabrica r.ientalmente su uni c rso".
la refutación de la herejía anacrónica fueron hechas oe una
veip. or codas por Lucien Febne -uno delosp a dres, co:n o se ¿cómo el histo riado r podrá salir cor:1pletamente de su prooio
"universo memal" y pensar solamente en la "herramienta.;de
sabe de la escuela de los A,maüs- sin que luego haya a- bido
épocas perimidas? La misma elección de un objeto de escuciio
g;ran cosa que agregar. Al final de los años' 3,0 Fó,·re
históri co- el problema de ia incrc duiidad.o la obrade Rabel ii-
se pr;nunciaba ya contra elanacronismo, definido c mo la i
¿noes un indicio del universo men r:>J al cual pertenece el hisco-
ntru s i ón de una época en orra. e iluscrado por el e¡e plo
riador? E-cisceaquí, a no dudarlo, una primera aporía que Olivie:
surrc:1Hsra de '·César muerto porun disparo de brownin-(g;j )''.
Dumoulin. elegantememe, expres, en estos cérminos: "(... ) el
Poco t ie mp o de spués, el h istoriador ofrecía, en su clasico
pecado original es carnbié n la fuente ciel co nocimiento (45r .
estudioso br e El problema de/,,i11credulidad en el sig.io\ l ,'l
una critica del anacronismo que sirvecasi de punto de \"!S ta Laaporia es can molesra que 1'íarcBloch-el otro ''pacire..
de los A111111les- en su Apologir pour 11,isroire no cerne inuo-
incroduccorio al libro en su co talid ad :
d ucir el d l vo de esce a nac ronis mo escru c rural que el hisco ri3-
..u h itso ria, hija del tiempo. 1':o lo digo. en verd.da p:i,-:i dor no puede rehuir: no solamenee es imposible comprenci r
re ba j aalr. (...) Cada época se forja mencalmence su uniYtr· el p resenreignorando cJ pasado (46), sino, incluso, es necesa-
.,o . ( ..) La elabora con sus propias doces, con su ingenio rio conocer el presente - apoyarseen él- para comprender el
espe cífico, sus cualidades y su inclinaciones, con rod i;, lo pasado r, entonces, saber plamearle bs preguncas co nvenientes:
qu e la distingue de las épocas onceriores. (...) ...el probbna

3_;
.)2
1, oz
A n:ura
Gcorgcs Didi-Hubcrman

.E.n verdad. conscicnccmente o no, siempre romamos montón de esfamzo-s , la idea que em erge man ifiesta ya la
de nuestras experiencias cotidia nas, matíuidas o no con marca, paradójica, de un anacronismo: elconocimiento his-
nuevos times. donde sea preciso, los elementos que nos tórico seria un proceso 111 revés del orden crono/óº qico• "u n re-
sirven para reconscruir d pasado. ¡Qué semido tendrían croceso en el t iem po", es decir, estrictamente, un anacronis-
p a ra nosotros los nombres que usamos para caracterizar mo. Elan acronismo, como "definició n acomr11rio de la his-
toria" (48), proporciona también la defi nición heurística de
los estados de alma desaparecidos, las formas sociales des-
vanecidas. si no hubiéramos visto antes vivir a los hom - lahistoria como anamnesia cronológica, regresión del tiem-
bres? Es cien vec!S preferible sustiruir esa impregnación po 11 contrario del orden de los acontecimiemos. "César
in s ti nt iva por una observación volunraria y controlad a. muerco de un disparo de brow11i11g": la historia es aquí fal-
. ( ..) Ocurre que en una linea determinada , d conoci- m ie sificada porque se hizo "retroceder" un arma de fueao con-
nt o del presemt es aún más importante para la com- temporánea hasca la amigüedad romana. Pero la " hiscoria
prensión direcra del pasado. Sería un grave error pesnar rambién puede construirse, incluso verifica, e. haciendo "re-
que el o rden adoptado por los historiadores en sus in- troceder", hasta la antigüedad romana, un ar:álisis de la
vets igaciones de:b¡ modelarse necesa.riamenre por la :ro conjura política buscando sus ejemplos-o sus supe rvive n-
n ología de los aconrecimicmos. Aunque acaben rcsmu · cias- en la época contemporánea.
ve ndo a la hisrori2 su verdadero movirnienro. muchas Tal es_f! UCS la paradoja:..se.dice que hacer la f:isco ria es no
-eces pueden ob,ener un gran provecho si comienzana leer :iacer anacronismo; pero también se diceque remo::uarse ha-
la , como decia 1'\aidand, 'al revés'. Porque d camino cia el pasado ño sé hice más que con nuestros aaos decono-
natural de ,oda investigación es el que va de lo más co· cimiéncoque están en el presente._Sc r_e onoce asi que hacer la
nocido o de lo menos desconocido , a lo más oscuro. (..). iiisroria es hacer -al menos- un anacronismo. ,Qué acritud
En forma menos excepcional de lo que se piensa ocurre adoptar ánreesta' pa rado ja? Permanecec mudo. ignorando al-
que para e ncontrar la luz es necesario llegar hasta el pre- gunos anacronismos enmascarados y pro testando contra el
sente. (...) Aqui. como en todo, lo que el historiador enemigo iéóiié:o que sería el único ·culpable. Es lo más fre-
busca captar es un cambio. Pero en el film que conside- cu.cnc·e. E n elotroextremo del especero, algu nos provocado-
ra , sólo escá inra-:ta 13 última película. Para reconstruir los res rei,·ind ica ro n elanacronismo en nombre de ur:a " histo ria
crozos rotos de la; demás, ha sido necesario posar 13 cima lúdica" o experimental que se tomaría la libertad cie desfasar el
al revés de cómo se tomaron los visras" (47). calendario en algunos añoso bien imaginar una niscoria de la
Europa de posguerra en la que hubieran sido cierrocados los
Aunque la mecitora cinematognlfica no escé trabajada has- aliados (49)... Se puede considerar el anacronismo también
ta las paradojas que implica como reconstrucción temporal bajo d aspecto de objeto de historia, buscando los momen-
- Marc Bloch imagin:rndo un film sin mont:ije, un simple tos en que se lo mostró verdaderamente como un tabú (50).

34
L
Apertur.>
GcorgcsD idi-H uberm:>n

O bien, en la ün:a directa de las "precauciones" Y de las 5610ha y h istoria anacrónica: el mo ntaje
"pr escripciones"deseadas por Lucien Fe vre, se buscará_dis-
ringuir en el :inacro:-.:smo- verdadero pharmako!de la h1sro- Pero ¿cómo asumir esca paradoja> Abordá:1dola como un
ria-lo quees bueno y loque es malo: elanacron1s o-venen? riesgo necesario a.la misma accividaddel histo::ador, esdecir
co nrt a el cual prO,f:f rse. )' el anacronismo-remediao pres ri- incluso al d: scubrimie t ya!ª conscirució" de los objeto;
bir mediando al=as precauciones de uso y algunas ltmJaC- desu sabe_r. Nunca se ms1m a lo suficiente sobre hasta qué
ci;nes de dosific:;ción (51). En este orden de ideas, algunas punro el miedo al anacronismo es bloqueante", escribe
veces se quiso dis::".lguir entre el a11ac.-011ismo comoerror Nicole Loraux en un "Elogio del anacronis:-:io" orientado
m er odoló" ic o en l. historia y el anacronismo comoerranc a1 por lasiguienre exhortación:"(...) imporca rr.t:1ossentirse a
ontológic; en el tie:npo: a uno se lo proscribiría ª?solui:a· me sí mismo culpable que tener la 111,dncia deur hísrori11dor lo
que qu'i,z.as corresponda a asumir el riesgo de: anacronismo '
nte, elotroserfa :nevirable en canto que" anacronsm io del
sero" -en eldomi:-.:o que nos interesa más parcicularmenr-e (o, al menos, de una cierra dosis de anacro:-.:s mo) bajo la
remp o ralidad ontc:ogica de la obra de arre (52).P <o;r el dis- condic1on de quesea con conocimiento de cz::sa veligiendo
curso no sedesem::,.;.;:uade su"anacronismo" al arro.¡ar roda la as modalidades de la operac ión (54)". Aqu:';e prop;ne un
"anac ronía'' del laé.:-de lo real.Jacques Ranciere tiene razón al levanram1enro
.
del rnbú historiador del anac:onismo"v'en
afirmar que "exiSl! . modos de conexión (en la historia como c? secuen c1 , un puerca abierta a su "prácri:s control da''
proceso) que pod::.-:-.os llamar posiri=enre111111cronf s: acon· (),). Audacia conerente. Pero audacia difíc:. d legislar -
re cimiemos. nocio:ies, significacionesque roman el nempo al ¿hac r la historia sería una cuestión de racro'- i.JOrgu; elana-
revés. que hacen c[:.:-.ilar; I semido de una manera queescapa cronismo, como coda susrancia fuerte, como ro.::o phdrnit1kon,
roda contempor;¡.-: :dnd, a roda identidad del riempo consigo modifica compler:imente d aspecro de las cos:;., según el,-:ilor
mismo..."Tiene _.:jn en concluir que "lamultiplicidad de las de_uso ue se_le quiera acordar. Puede hacer ap : er una nueva
líneas det e mpori :.:bdes, de los sentidos mismos de cicmp?s in ?b¡em dad h1s tóric.1p. ero puede hacernos c:ier .i un deliriode
clui dos en un · :; mo' tiempo es la condición del hacer his- t ó mcerprecacionessubjet ivas. Es lo que inmedia:2menre revela
rico" (53). ¿Ser:. por lo canco necesario renunciar a inteffo· nuescra manipulación, nuestro racro dcl riempC'.
gar, enesce mismC':::acer histórico, al nn11cro11i;1110-esra noaón La excrema dificultad en la que se encuenrr.; el historiador
ás vulgar, meno; :ilosófica, menos cargada demisteriosonto- para definir,en el usodesus modelos de tiempo.i:i.s "p re c:iucio-
lógicos? ;¡-..;o _es e'._2.nacronisiño}a"j nica.forma posible de da: nes", las ''p rescripcione.s.y "controles" a adopta:. es una dificul-
tad no solamente deorden metodológico. O. n:i , bien. la difi-
- --
cuenta,en elsabe:'tisrórico, de lasanacronías_de1 historia real!
-·- cultad merodológic:i no parece poder, c:n una sirnación pareci-
da, resolverse en el interiorde sí misma, por eiemplobajo la
forma de un régimen de cosas a hacero no para¡::.iardar el buen

36 37
Gcorgc:s Oidi-Huberm2J1 Apem.,r.,

anacronismo y rechazar el malo. "Es la idea misma de anacro· Esce aspecto fundamental d e la exigencia teórica en Marc
nismo como errorac:rca del tiempo lo que debeserdeconscru1- Bloch me parece que fue poco co mentado. Se ad_(!lit<:_fácil-
do", escribeJacqu es Rancicre: modo de decir que el problema men te que el q!;>je ro histó ri co es el fruco d U!::<construcción
es, anee codo, de orcien filosófico.Algo que elhistoriador posi- ra_cio n al 1§1). Se ad mite que el p rese nt e del h?storiador tiene
civisca rend r:í cierraciificulcad en q uer er admitir (56) . su parre en esa const rucción del objeto pasado 162). Pe ro se
Lo que no carece po r orra parte de una cie rra manera admire menos fácilmente que el mismo pasaco pierda su es-
filosófica de planrear las pregun cas que el propioMarc Bloch tabilidad de parámerro temporal y,sobre todo. de "elemenro
habrá reflexionado respecto del estatuto dt su práctica his- narural" dondese mueven las ciencias hisróri= . En realidad,
tórica. Para él, la h:sco ria está fundada sobre una duda me- Bloch señalaba_ hacia dos direcciones de pesr ..-.nienro:ño es
tódica - es necesario. dice, cam ina r conscanremenre"en per- necesario decir que "la historia es la ciencia del ?asado", prime-
secución de la menrira r el error··- y sobre un ''método crí- ro porgue 110 e; exaaameme el pásado el que se-:onstiruye en el
tico" a elaborar car: rac io nal mente como sea posible (57). Es objeto _de la i d iscipli nas históricas, luego por :: 110 esexacra-
también como fiiósofo que reprochará a las palabras como- menteuua ciencia la que practica el historiado= . 1 p imer pi;n-
dines del hiscoriac o r el co ns ti tu irse en ídolos: cada uno sabe ro nos ayuda a compre nder algo que depenác cie una memo·
del sano cues-ciona::-,ienro del " ídolo de lo; orígenes'·(58). ria,es decir, de una or¡:aniiación impura, de 1.::: montaje - no
Pe.ro la o bse r\' ació.: \'ale igualmente para lo que se podrfa "hiscórico"- del tiempo. El seg und o punro ne; aruda a com-
Uamar, por inferen :a, el '' ídolo del presenre·· desca lificado prender algo que depende de unapoéricn., es c! : ir, de una o r-
por Bloch con la a:·uda de una cica de Goeche: " No hay ganización im pura. de un monraje-no cienr' : o- del saber.
presente, sólo de\'e:1ir" (59). Peor coda\'ia: es el mismo pa- La historia no esexaccamente la cienciode: ?lSado porque
sado, en canco que principal objeto de laciencia histórica, el el "pasado exacto" no existe. El pasado sólo:::,,;re a través de
que debe sufrir e! fuego de la duda metódica: esa "dccantaciónr de !a cual nos habla Marc S::i:n -decanta-
ción paradó jica puesw que consisre en excrae,.id riempo pa-
"Se ha dicho ait una vez.: ' la historia es la ciencia del pasa- sadosu misma pureu. su carácter de absolutC' ;'.;ico (astronó-
do'. Me parece·,;na forma impropia de h:.ol3r. Porque, mico, geológico, geográfico) o de absrraccici:: :necafisica. El
en primer lug.:. es absurda la idea de que el pasado, pasado que hacelahistoria es el pasado hu rn ::o. Bloch frun-
considerado como cal, p ueda ser o bjero de la ciencia. ce el ceño incluso para deci r "el ho mbre'' , pre:: re decir " los
Porque ¿cómo puede_se r.2bje!_2 ª _co no.cimiento ho mbres", a cal punro piensa la h isto ria com.: :i.mda.mental-
racional sin une delimitación previa, una serie de fen6- mcnce consagrada a lo diverso (63). Iodo p:u;;cio, entonces,
menos que no ti ncn ouo carácter en comllñ qUFelño debecscar im plicadoen una amropologia del cie.r.·?.<· J Toda histo-
ser nues tros conremporáneos:" (60) ria se rá la hisror ia de los hombres - esre o bjerc> ciiverso, pero
también esra extensa duración de la inrerrof : ión hiscórica.

38 39
Apertura
Georgcs D idi-Hu b<rman

E n canco diverso , semejant e objeto nos prohibe elanacro- cancación" del tiempo. No se puede acepcar la dimensión me-
mo rati va de la historia sin aceptar, al mismo tiempo , su an-
nismo (así, para co m pre nde r lo que quiere decir figura en F ra
Angelico, es preciso desp rendern os de nuestro uso es- clajeen elinconscience y su d ime nsió n anacrónica (66).
pontáneo de la palabra"figura"). Porque sobreviviend o en la ¿Qué decir de esto sino que la historia no es exactamente
Jaro-a d ur ación, este objeco no es al mismo tiempo másque una ciencié La formulación de Marc Bloch parece volverse
un: organización de anacro n ismos sutiles: fibras de tiempos aqul conrra la de Lucie n Febvre . En ésrc, la acusación de ana-
e ntremezdados, campo arqueológico a descifrar (es puesne- cronismo, ha sido, por orra parre, desmoneada por Jacq ues
cesario cava r en nuest ro uso de la palabra figura para recobr..r Ranciere como se desmont a un sofisma: decir que "eso no
los ind ic ios, ias fib rasque conducen a la figura medieval). Los pudo exiscir en esa fecha", decir que "la época no lo permi-
hombres sor. diversos, los hombres son cambianres -pero ios te", es pc,scular si n razón -en el mismo ejemplo de la in-
hombres di.::an en el tie m po re prod ucién dose, por ranro se p cred ulidad del siglo >'.V . I- q ue "la forma del tiempo es iden-
tica a la forma de la creencia", es afirmar sin razó n que "se
are cen unos a ocros. Nosotros no somos solamente extr - ñosa
los hombres del pasado, también somos sus descen- pertenece a su tiempo en el modo de la adhesión indefec-
dientes, su; semejantes: aqui se hace escuchar, en el elemento tible" (67). Ranciere muestra, además. que elanacronismo
de la inquierame extrañeza, lo armónico de las supervi"en- viene a ser. en Lucíen Febvre, un "pecado" respecto del or-
cias,ese··c nshisrórico'· al cual el hisroriador no puede de¡l, den causal '..un concepto abstracto dd tiempo que funcio-
delado induso cuando sabe que debe desconfiar de él (6 ). na, en el hisro:iador, como un sustituto de eternidad: una
,Yaes,a:-:,os "precisamente alli donde sedetiene eldominio a bst racció n metafísica. "El anac ronismo emblematiza un
de lo verir,;::able", precisa mente alli "donde comienza a ej e- :- concepto y un uso dd tiempo en el que éste absorbió. sin
cerse In ir:-m:i:acióntle áñá éro nism_.o'..:: est am_os ame un tie::1- p dejar rrazos, b.s propiedades de su conr:ra:io. la etern idad'' (68).
o " q ut n; es d tie p- o _de \ s fec has" (65). Ese tiempo que no El cro!}i;m9. sería, pues, meno, _u n.errru..cienúfico que
es exa,u :meme. l pa!ado tjeQe un.no mbre : es.la..memor.;:, u12a.f.d r, c_ome·nda respecto de Úl conveniencia de los riem pos.
Es ella la que decanta el pasa rjo.dc .su e.xaccirnd,J: ,s ell a la que Lo mismo que la hisca.ria de l_arc¿ co mo_ c1en_c1a _es_1!1c az
humaniz...v configurá"él tiempo, entrelaza sus fibras, asegura de camuflar hasra d fü! a\.s(! !. '. iSQ.!re.rasio., c r4Jico, incluso
sust ra n s rr:isiones, co nság rán do ló a up;¡jrpp!!r ac;secn i al. Es cortesano (69). lo mismQ la bismria como "cienc,i; Cs inca-
!a memoria lo que d hisr_qr,ia99 r convoca e int erroga, no exa,· pazclerecusar hasca_eÍjin !la.ambivale:icia .d - - p. opi oo_ .om -
r a mence "el pasado". No hay historia que no sea me morativ a bre-;-t:¡üe r upo ne la _c a r:ria d las ficciones (co nrad li.s_ro ri as)
o mnem otécnica: decir esto es decir una evidencia, perc> e canco col)'lo el saber de acgn teci m.iencos reales (hacer-la his-
ta mbién h :er entrar al loboen d corral de lasovejas del cien· t i . Muchos han insistido sobre este punro. La historia
rificismo. Pues la memoria es pilq11íc.1 en su proceso, annc-rti- construi ·e imrígas, la historia es una forma poétíca, incluso
níca e n su; efectos de montaje, de reconstrucción o de'· ck- una retóricn del tiem po explorado (70). Ya Barthes señalaba

40 41
Gcorgc:s Didi -H ubcrr...w AJl"rtura

la importancia considerable de losshijicrs-embraguesli güís- orros-, elsaber hisrórico debería aprender a complejiz.ar sus
cicosllamadosde"escucha" o de"orgarú.ación"-en el discur- propios modelos de tiempo, atravesar el espesor de memo-
sodel historiador,para conscacar acto seguido su función tÚs· rias múlciples, tejer de nuevo las fibrasde tiempos heterogé-
cronologizanre, su manera de deconmu ir el relato en zig-zag, neos, recomponer los ritmos a los rempi dislocados. El ana-
en cambios de tempi,en complejidade.s no lineales, con roces cronismo recibe, de esca complejización, una siruación re-
enue tiempos heterogéneos (71)... novada, dialeccizada: parte maldita del saber historiador, en-
Una ve. más, elanacronismo jueg•. en la posición de este cuentra en su misma negatividad-en s:i poder de exuañeza-
problema, un rol absolucameme crucial. De un lado, aparece una chance heurística que.le permite, C'.'·\ emualmeme,acceder
como la marca misma de la ficción, ouese concedecodas las a lasiruación de parte nativa , esencial • ia emergencia misma
discordancias posibles en el orden re:::poral: a este respecto, de los objetos de ese saber. Hablar asi del saber historiador
será dadocomo elcontrariode la hisro:ia, como el cie,redel1 implica decir algo sobre su objeto: es ¡:,roponer la hipótesis
hiscorúz (72). Perodeouo,legcíimame-.:: puede aparecer como de que sólo hr.y historia de /os r.nn.croni,mos·.Q uiero decir al
una 11percura de la histori a , u'}a co.mp: jizacióQ_ aludable de men ue el objet on.9légico no e en s(in,smo pensa-
sus modelos de tiempo: l s g_éneros ce mom11jcs 1:.nacrónicso ble más qüecñsu conrra-rirmo anac:ón ico.
introducidos por Marce! Proust o ror James Joyce quizás Uñ05jerOd1alecrico. -Un-;. cosa de coble faz, una percu-
habrán -a sus espaldas- enriquecido :a historia de este "ele- sión ricmica. ,Cómo llamar a este obi ro, si la palab:a "ana-
mento de omnitemporalida"d, del c1.::;.: habló can ie_Q.Eric;h cronismo" no designa e,•enrualmeme ::.:ís que una vertiente
Aubcrbach (73), ). que supone una :'momenologia no tri- de su oscilación?Arriesguemos un paw m:ís - arr iesguemos
vial del ciempo humano, una fenon:.::iología _arem;i prime- una palabra par:i rraca.r de dar cuerpo . la hipótesis: sólo hr.y
ro a los procesos, individuales:·coie :i,·os, de.la.memoria. historia de lossimomm. Este trabajo no consriru1•e quiris;rs-
Respectode escn fenomenología.:. hisroria demuestra la qúeunaexploraciónde la mencionac" hipót;e is, a través de
insuficiencia desu vocación - vocacio::: necesaria, nadie lo ne- algunos ejemplos elegidos en el carr.!)O - ran vasro- de las
gará jamás, por restituir las cronolo i;:is. Es probable que no imágenes visuJles. Sería necesario, pues. interrogarse también
haya hisroria inreresante excepto en : montaje, el juego rit· sobre lo queouie rcdecir. sobre lo que:::-iplica la palabra "sín-
mico, la co11n·ad1111:;11de las cronolof:J.S )' losanacro nismos. roma" (741. Palabra dificil de delimira:: no designa una cosa
aislada, ni inclusoun proceso reductible unoo dos vecrorcs, o
a uo número preciso de componenres. ::.s una complejidad de
Sólo hay historia de los anacronismos: el síntoma segundo grado. No es lo mismo que ur.concepto semiológi-
co o clínico. incluso cuando comprom ete una determinada
Sólo ha,· historia anacrónica: escie:ir que, para dar cuen- comprensión de la emergencia (fenoménica) del senrido. e
ta de la .;., ida histórica" - expresió n de Burck.hard c, e ntre inclusosi comprome e una determin,ida comprensión de la

43
Aperrura
Gcorgcs Did i-H ulx rman

Foucaulr describió las "emergencias distincas", desfasadas, los


pregnancia (cstruc:rurnl) de la disfu ncio nalidad. Esca noción
wnbrales heterogéneos en función de aue la historia de un
denota por lo menos una doble paradoja, visual y temporal,
mismo objeto pueda presentar una "cr nologia (que no es)
cuyo interés rcsulc.i comprensible para nuestro campo de in-
regular ni homogénea" (76). ;Por qué, entonces, rechazar el
terrogación sobrelas imágenes y el tiempo.
anacronismo si ésce no expresa, despuésde todo, más que los
La paradoja visi.:al es la de la aparición: un síntoma apa-
aspectos críticos del desarrollo temporal mismo?
rece, un sínto ma sobreviene, interru mpe el curso no rm al
En el pla no de la medida- recorre de las duraciones-, se ha
de las cosas según una ley-can soberana como subterrá nea-
afirmado abieru.mencc en codas lasciencias humanaselcasácter
que resiste a la obse:vación banal. Lo que la ímagen-símomn
complejo ydiferenciado de los órdenes de magnitud tem poral,
interrumpe: no es o::a cosaque el cutso normal de la repre-
desde las largas duraciones hasta los puncos de referencia
sentación. Pero lo ue ella co nt rae/a, e ':!n sentido lo sos-
microhistóricos, desde lasesrruccuras globales hasca lassingula-
ciene: ella podri, oensar-sebajoe l f ngu lo de un inconscien-
ridades locales. Los sociólogos y los anrropólogos han admiti-
te de úr represem.: :011. Encuanto a la oaradoja cmporal,
do una "multiplicid ad de tiempos soc:ales" (77). Fernand
se habrá recono ::.o la deJ anacronismo: un illl!.ºma ¡aroás
Braudel ha reco nocido que " no hay histo ria unila tera"l y ha
sobreviene en ei ::: o:n e nt o cq r-..ri;.g, o ªPªfc_;.f s_i_err_iJ?rea des- t afirmado, en consecuencia, la sob redeterminació n de los fac-
iem p o, como ur. \iejenfe rl)1edad_q uey ucl ve a ¡_,";po r.ru- nar
cores hisróricos (78). Reinhan Koselleck vio "en cada presen-
nuesrro pres ::: e. Y tambiéul!Lsegú..!) una lev Que re- te las di mensiones temporales del pasadoy del fmuro puestos
siste a la observa¿ c:: bana. l, una ley subce : án_.::. _9.ue cQ.Dlpo- en relación" (79). Paul Veyne criticó el fanrasma eucró nico )'
ne duraciones rr::.:.::.:?les, tiempos heterogéneos r memorias abogó por un "im·emario de las d iferenc:as··capaz de "explici-
enrre!a..adas. Lo -;::e d síntoma-tiempo incerrwnpe n.<? i.2!!ª tar la origiMlidad cie lo desco nocido·· . oajo el riesgo de mez-
cosa que el cu rso ¿ :a his coriaE nológica. Pero lo que con- clar las carcas d el '·retara co nt inuo " , p=ro cambien las de la
t ra ría , rambién le- ; .:,st ie n s: _s J o _p2a ri a pensa r l:ia¡o el a ngu - sucesión de períodos (80). ¿Por q ué, en ronces, en nombre de
lo de un i nconsc,n:r: de la historia. -- la periodización -ese "insuumenro de comprensión de los
¿En qué esra::?: .:>t esis prolonga las lecciones de la escuda
cambios significativos" (81)- rechazar elanncronismo cuan-
de losA1111nles y-:t : llamada "nueva historia" -en qué, más
do éste, mir:indolo bien, no expresa m:is que el aspecto cla-
allá, abre una or :::.;' Una vez más, la cuesción del anacronis-
ramente comple jo y sincomárico de esos mismos cambios?
mo se reveía cr,; :.L en un debate do nde parece que dibujara
Finalmente, en el te rren o cid tempo-e n el terreno de las
cada línc.i de f :;: ::.:- En el plano, si puedo decir, de la linea
lenticudes o de las velocidades rícmica - yr. no se justifica el
melódica --en e!?, : ,:10 de lacontinuidad hisrórica- , se ha afir-
tabú del anacronismo en una d iscipli n:. que ya reconoció, de
mado con frect: .: :3 el carácter críric,: .:ie una h is to ri a que
"plantea proble::.1/· )'·al mismo tiemr o. rompe la linealidad del una vez paro sie:npre, la coexisrencia ci duracionesheterogé-
neos. Fern:md Be.tudel pudo escribir, en 1958. que" en rre los
relato histó :: , - , 5 ). En su Atq11coi,•¡;i,1del;a,be·, M ichel

4S
......_ __
Apertura
Gcorges Didi-Hubcrman

tiemposdiferenres de la hisroria, la larga duración se presenta laextraña conjunción deesas dos duraciones heterogéneas: la
como un personaje embarazoso, a menudo in¿dito" (82). La apcmua repentina y la aparición (aceleraci6n) de una larencía
O de una superv1venc1a·cislot·e de inmovilismo)? ¿Qué es un
sicuación, sesabe, ya cambió, puesro que la "larga duración"
devino un paradigma privilegiado, si nodominante, de la in- síntcimi"siñoprécisarñcnrela.extra-ña conjuncióndela diferen-
vestigación histórica (83). Pero, en el mismo movimienco, cia }' .la répcéici6ri? La "arencióñ ál-ó repetitivo" r a los empi
un temor esponcáneo ame lo heterogéneo -el anacronismo siempre imprevisiblesdesus manifesradoñéssíntoma como
apareciendo como lo heterogéneo o la disparidad deltiempo, juego no cronol6gico de latencias y de crisis-, he allí la más
sentido en este aspecto como un fermcnco de irracionali- simple jusrificación de una necesaria inse_rció n del anacronis-
dad-engendró algo parecido a una reacción dedefensa, una moen los modelós de tiempo ucilizados por el historiador.
resisrencia inrema a la hipótesis fundadora. No·es forcuíro que todo el "Elogio del anacronismo" de
Por una parre, se red ujola polirrirmia histórica a una reseña NicoleLoraux terminó replanteando la cuestión, todavía ál-
cuya pobreza haría sonreír al másinsignificanre músico:"ciempo gida,de saber qué hacer de !'<ieczsche y de Freud cuando sees
rápido" dela historia aconrecimiencal; tiempo de"realidadesque historiador y, en particular, historiador de la Grecia amigua
cambian lentamente'·. "historia casi inmóvil" de la iarga dura- (87). Esevidente que Niea.sche y Freud no vacilaron en hacer
ción (84). Por otra pa. e,se haconjurado lasensa.ción d; desme- un u.sodeliberadamenreanacrónico de la mitologí.a, la rrage-
nuzamiento temporal - ¡có mo hacer la historia si el tiempo se dia griega. Pero re r h?:rles esteanac 2nis!]10s;omo una ralea_
disemina?- sicuando la. larga duración en elámbico de una hisro- fundarnenral -la "fulca histórica" mayor, el "pecado más im-
ria inmóvil donde dom¡;an "sistemas" masivos y regulaciones perdonable de codos", es simplemente no escuchar la lección
perperuas (85). Por tílrimo :·sobre todo, se ha pri,·iiegadQ..una queesteanacronismo impartía en el terreno mismo del pen-
aproximación separada deesosdiferentes riañ os, cuando elver- samiento del tiempo, de la historia. Los anacroni smos de
dadero problema co nsisteeñ pensarl·a rormacionm eid ada-es l'iieczsche no funcionan sin una cierra idea de repetición en !.a
decir. su anacronismo. N·oes necesario decir que ha,ol5jerós culnm:, y que i'm.plican una cierta crítica de los modelos
históricos mosr a do r:ií o c al d ración: es necesan . o com- hiscoricisras delsiglo XIX. Los anacronismos deFreud no fun-
prender que encada okicto hiu6,i;o todos los riempoJ ffe 11fi1en- cion sin una cierta idea dela repetict'ón en !.apsiqufr-pulsión
mm. enrran en colisión o bie.n.sefi.inc!_plásticameme los uncis de muerte, represión, recomo de lo reprimido, apri:s-coup,
e_n los ocres, se bifurcan o bien seenredan los unosenlosorros. ere.-, que implican una cierra reoría de la memoria.
¿Hacer del añaclónis'mo un·parad1grna ce ntral de la inte- Antes incluso de tener que examinar el impacro y la fe-
rrogación histórica? Eso signi fica, corno lo escribe Nicole cundidad de esos modelos de tiempo en algunos dominios
Loraux, "atarse a rodo lo que desborda el tiempo de la narra- precisos de la historia de las imágenes -como incencaremos
ción ordenada: canco a las aceleraciones,corno a los islotes de hacerlo a propósiro del concepto de mpmJivencia según Aby
inmovilismo" (86). Pero ¿qué es un síntoma sino jusramence \'í-arbur¡; (88)-, podemos comprobar hasta qué punto el his-

46 47
l -b, ....
Apertura
Gcorges Didi-Huberman

m riador, incluso acrualmente, C\·ira la cuestión comosi huye- nuevo. :--Joséde ningún libro donde sea tratado" (93). Sin em-
ra de un malestar profundo. $igno más amplio de una rela- bargo, no olvidaba a Huí:únga. Pero olvidaba o fingía ohidar a
ción muy compleja entre la historia, la filosofía y, más, el \'<farourg, Larnprecht, Burckhardry mda la /údrurg schichteale-
psicoanálisis. Incluso Jacques Le Goff-uno de los más fe- mana (94)y repetía, por enésima vr::z., d peligro que acechaba:
cundosy abiertos de nuestros historiadores-niega a Níecz.sche anacro:u.smo. Remíáa a Charles Blondel y a su lncrod11ction á la
un mínimo lugar en su bibliografía merodológíca; incluso, prychologie colfecti11e para expresar el subjetivismo -otra bestia
reivindica gustosamente el <ilebre aforismo de Fuste!d e negra cidhistoriado-r donde, pordefinición, evoluciona la'\ida
Coulangcs ("Ha)' una filosofía )' hay una historia, pero no afecri,-a" (95 ). Así planteaba los híros de una "historia de las
hav una filosofía de la historia") comoel juicio, una vez más men idades" y de una "psicología histórica" que, en Francia,
d·edevolución y rechazo, de Lucien Febvre: "Filosofar - lo sed=..,ollaron durante las cuatro o cinco décadas sígui nces.
queen labios de hiscoriador signiñca... d crimencapiral"189). En !%i, porejemplo, Roben Mandrou reivindicaba;n. ··psi-
Lascosas parecen todavía más retorcidas en elcampo dela cologia hiscóríca" que reconocia sus fundamentos teóricosen
psiquis,o mnipresente e imposioie de contener como" terri- Lucí::: Febvrepor una parre)' Henri Wallon yJean Piager por
t or io". En 1938, Lucien Febvre se decía "resignado de e::: a- otra-noción de"herramiema mental" en última instancia (96) .
da" al carácrc.r"decepcionante" áe las relaciones entre la hisro- Et ::üsmo año, Georges Dub)·proponía una síncesís mero-
ría)"la psicología (90). ¿Por qué? Precisamente porque la ps:-d,é doló.s:::a sobre la "historia delas menralidades'·o.ue retomaba'
una a ::::a, todas las "precauciones"yaadelamadas por Lucíen
es una fuente constante de anacronismos: "... ni b psícoiogía
Feb,-:-e::a psicología, aunque necesaria, expone al hisror:ad-or
de nuesuos psicólogos co nrem;:io ráncostiene curso posible
a la"i::g nuidad'' r alanacronismo. peligro contra d cua!l. no-
en el p:isado, ni la psicología de nuestros ancestros tiene a li-
ción.::-:.isobjetiva,de herramienra mental debe prevenirnos. C har-
cación global posible en los hombres de hoy" (91). Parn apo-
les Bio:1del, Henrí \vallon, Émile Durkheim-su noción de..con-
yar sus afirmaciones, Lucien Fdwre daba elejemplo de las:i.n-
riguas··arres de morir" cuya"crueldad psicológica -a nue;rro cienc::olecriva··, resignificaó corno"menralidad"-,e ind uso
juicio al menos- nos transpor:a. de golpe, singularmente la psicología social anglosajona. son quienes habrán dado a
lejos de nosorros mismos r cie nuestra mentalidad" 192). Gco: =s Duby lasreferencias rundamenrales para deñnir loque
Como si el hombre de J938 nubiera rer minado con roda en his:oriala palabra psiquisquiere decir (97). Paralelamenee,
"crueldad psicológica"... Como ,í la crueldad no cuviera. en la Jean- PierreVernant reivindic. ba una "psicolog ía históri·cae·n
psiquisy en la p ráctica de los hombres, una hisroria de lar- la cu::: lgnace Meyerson era e.levado a padre fundador 19S).
ga duración, con sussupervivencias)'susercrnos retornos... l.:; excepicón notoria que constituye la obra de Michel de
Pero el objero psíquico no puede, sin caer en la inconse- Cerr u (99)no puede atenuar esra irnpresión global: la escuela
cuencia. sc:r excluido del campo de la historia. Lucíen Febvre hisróric:i.francesa siguió en codo-yen su mala lógica rambién-
descubría en 1941 la "historia de la sensibilidad":"(...) rema las lecciones de la escuela psicológica francesa. Adoptó. sin
Georgc:s Didi-Huberman Apenura

discutir con precisión susconcepros, una posición de rechazo sitiad-la expresión es mía-del campo culrural: ha propuesto
táciro, incluso de resentimiento irracional, respeaodeesta nue- una "hisroria culcural de lo social" en lugar de !a "his to ria
va "cie ncia humana"que era el psicoanálisis. Lossilencios so- social de la culrura" (pe.rm uració n ya operada hace un siglo
bre Freud de Jean-Pierrc Vernant, los cuales sorprenden a por Aby Warburg, como comprobaremos).Y ha propuesto
N icole Loraux, fueron ames los de lgnace Meyerson que, en a modo de concepto operatorio -un recurso, dice, para la
sus propios trabajos de "psicologíade las obras" e incluso de "crisis general de las ciencias sociales"- , la representación: la
"psicología del sueño", quiso ignorar-y por ramo negar y re- rep rese ntació n ampliamente encendida como "herramienta
chazar-el psicoanálisis freudiano (l 00). En cuanco a Jacques nocional que los conrempor.íneos urilizan" y como disposi-
l.::Goff, incluyó el psicoanálisis "e m re lasevoluciones imere· tivo más escrucrural rambién, del tipo de lo que Louis Marin
sanees, perocon resulradosaún limirados" en la llamada "nue- pudo hacer emerger en sus análisis del signo clásico y de la
va hisroriá' (101) y ,·io en los psicoanalisras sólo a teóricos iconografía del poder en d siglo :>-.'Yll (105).
dominados por "la renración de tratar la memoria como una Proposición justa en su senrido -pero con u:ia jusrifica-
cosa, (quienes) impulsan la búsqueda de lo intemporal r bus- ció n a mitad de camino. Por un lado, roma no.a de la posi-
can evacuar el pasaciro (102). Que el psicoanáiisissea final- ción crucial de las imdgmes, me.males o cosificaéas, para la
menee reducido a un ·\-asro movimiento amihisrórico ", esalgo psicología hisrórica, incluso para la a nt ropologia istórica: su
oue. al fin de cuentls. no hace más que dar una visión de b fecundidad está testimo:iiada por los rrabajosa:: ales de los
¿b:a freudiana compieramente sesgada a rravés cielas referen- d.isdpulos de Jean-Pierre \ ·emane o de Jacques Goff (106).
c:as de Pierre Janer, de Fraisse o de Jean Piager ( 103). Por otro, ella rechaza corr.ar nora de que la probl ::i:hica de la
Loque !aira a la..psicología histórica" es sencillamente una imagen - enriendo la ir.n¡:.en como concepto oo ::arorio )' no
reo:ia de lo psíqujco I l04). Lo que empobrece la..historia de como simple sopone de i:onografía- supone cios inflexiones,
las mentalidades" es simplemente el hecho de que sus nocio- incluso dos revisiones b:isi::as que implican critiClS profundas:
nes operarorias-las ..herramienras mentales", en parcicular- no podemos producir una noción coherente dt :a imagen sin
dependen de una psicología superada, positivisra y.en primer un pensamiento de la !'siquú, que implic.1 el sinroma y el
términ o, de una psicolo gía sin el concepto de inconsciente. inconscienre, es decir. sin hacer una críricn d l,: represemn-
Al¡:.unos histo riado res parecen haber sentidoel impasse al que ción (107). Del mismo modo, no podemm rroducir una
losconduáa esta pereza --0 este temor- teórico respecto de lo noción coherente de la imagen sin una nociór. de tiempo,
'·psiquico", de lo '·cultural", en síncesis, de codo lo que en la que implica la diterencia ). la repetición (1OS), el sinroma )'
historia resiste a la oh jecivación positiva. Roger Charcier, en- el a nacro nismo , es decir. una crírica de ln hisrori,1 como su·
tre ocros, ha puesto en cela de juicio las la6,u nasde una histo- misa cota lme nte al tiempo cronológico. Criticas que sería
riasocial preocupada por "globalidades"o porsimpies ''recorres", necesario llevar a cabo no desde el exterior. sino más bien
..deñniciones territoriales" incapaces de hacer justicia a la poro- desde el inrer-ior de la p .icrica histórica.

50 'il
Gcorgcs Didi-Huberm:tn

Enrre este puñado -o , para decirlo mejor, esca comuúuión


de pensadores m uertos hace ya tiempo, pero cuyos estilos y
conccpcos d ibujan algo bien reconocible, una figura cicrramcn-
Constelación del anacronismo:
te compleja pero que nosayucia, en la oscuridad de hoy,a orien-
la historia del an e ante nuestro tiempo
rarnos- , elegí interrogar a rres autores: Abv Warbum_, Wa lt e r
¿Programa ambicioso y-en esros tiempos de positivismo Benja s . C ad Eio srcin,. El primero es célebre en la hmoña
reinante- paradoja!? Quizás. Sin embargo, la intuición que delarce (más por el insci ruco que lleva su nombre que por su
me Uevó a escr ibir este trabajosiguesiendo que este programa propia obra) pero singularmente ignorado, en Francia al me-
fue ya pensado hace mucho tiempo y, hasra un cierto punto, nos, por los hiscoriado res y ios filósofos. Trataré, sin embargo,
dedescribir cómo fundó una trOP.ología histórica de las imá-
realizado. Pero no ha sido reconocido, no ha sido leídocomo
genes a tenién dome a..uno-cie sus conceprosfundamcntales, la
cal. A cuenca de una historia de las imágenes - historia del
arce en sentido tradicional, historia de las" represem:aic o n es" sup ivencia (N ac_ feben)¿ gu1.:_p focurañacer justicia a la com-- ..
en elsentido en que quiertn entenderlo algunos historiado- pleja temporalidad de las imágenes: largas d uracio:iesr "grie-
rasen el tiem po", latencias:·sincomas, memorias encerradas)'
res- , retomaria la fórmlda empleada por Michel Foucaulat
mcmoríassu,:_!; r¡ac_ro;;ismos y_um b ralescriticas (110).
propósit o de la historia en general: su mutación episremo-
El seguñclo es célebreen.::e los filósofos, pero especialmente
lógi;::a todavía hoy no acabó... aunque ella no da:a de ayer.
Enconces ¿de cuán do data? ¿De dónde nos llega esca mu- ignorado porlos hisroriadore; ,. ios historiadores dela.,e. lncenta-
tación epistemológica a la cual la histo ria del arce debe vol- ,ré sin embir go; desc;ibi/có;o fundó un 9 ete rmir.ada hiscocia ,.,
delasimágenes a crn:•ésde su ?:-.Ícri(?"cpis te(llg-cricici' dd " mon-
ver con carita ur gencia como el psicoanálisis, en tiempo de
taje" (/11oniage),q ue ind uce..:n n_uevo estilo de saber-por canro
Lacan, debió redefinir su propia mutació n epistemológica a
de nuevoscontenidos de saoer- e n el cuadro de una concepción
partir de una rcleccura. de un "retorn o a Freud':' (109) . E ll a
nos llega de un pu ñado de histo riado res ale manes conrcm- original},' para decirlo claro. perrurbadóra oél tiempo hisrórico.
El re rccroes a esco noci aoe ñ to élo·s los do minios (salvo,
poráneos de Freud: hisroriadores no acadé micos - máso me-
quizás, para algunos antro!)ólogos del arce africano ? para
nos rechazados de frence por la enseñanza universi,aria-em- p
eña do s en la co nsti rución práctica de sus objetos ciecscudio algunos histo riado resde ,-:.:1guardia interesados en elcubis-
mo, para Georges Batail!t o para la revista Dowmems), fue
tanto como en la reflexión filosófica sobre la epi.<-rrme de su
disciplina. pmparcen dos órdene_ de pumo común quien literalme nt e inventó.desde l 915. nuevos oo jecos, nue-
esenciales a nuestro rem a: han pues r 11.qge1; eJL cl.ce-n vos prob lemas, nuevos áo:ninios históricos ,. teóricos. Es
cieno que esas vrns-fueron '::>iercas en m o d un extraordi-
tro de su práctica hisrórica y d·é su ceoría de la hism J:.ic diad ;
nario riesgo anacrdni coal t:al trataré de resticu;de el mm·i-
han desl uci d o una co ncep9 _ó dél ijmpo a11imada por la
mienco heurístico canco cc o sea posible.
noción o_pe rat_oJ ia de an,i.:ronismo.

)3

L .,, ,
Apmura
George.< Oidi-Hcberman

Esos aesautores hacen época pero no forman un movimien- bía dado los medios para comprender lasscdimemacionesM·
roconscicuido. Aunquelas rebcion::s entre sus pensamientossean córicas y amropológicas de una cal implicación en elarre vi"º·
múltiples. son como aes estrellas solitariasen medio de esa ex- Lejosde_ estetiia{ .ÁU.r:Defüdo.hi.srruciq,_tod QSes <i_pensacio-
rrañaconsrdaci<'>n cuya historia,deacuerdo con loquesé, no ha res han hecho, al revés - a contrapelo de la historia del arte
sid o hecha de modo exhaustivo. Su carácter relacivamenredis- rradicional- , de la.imagen una uesti·ón vital, viva y alrameme
compleja: un_verd e ro5 entro neurálgico, la clavija dialécri::a
perso, aunque reconocible, vuelve difíciles lascosas: nodibuja
un campo disciplinariosinoquea-.z.a como un rizoma decodos por excelencia de la "vidahistórica" en gen·eral. Historiadores
losincen-alos quedeberían comuni::ar entresílasdisciplinas que aápicos cales como Kracauer, Giedion o Max Raphael, en,:
plantean unconjunco de problerr.:a.; del tiempo}' de la imagen. orros ques:n duda olvido, quedarían_po1 r de cubriren es:,,
Del bdodel tiempo, la consteladón dela cual hablo fuecon- constelación anacrónica que hoy nos parece can lejana (113 ..
rempor.ínea -algunas i e es.deud ;; , a 'D ocrtíica:: deeran- Pero ¿por qué nos parece can lejana? 'alter Benjamin res-
des obr:t< filosóficasque floreciero:: al fin dei osvein(e: en pondió, p:obablemenre en nombre de codos, al escribir en s::s
!)articula:. la. lecdo13e yom _1111af:::oiiiéi1o&gío de ÚI coñcimcio cesis Sobr! !l concepto dehistoria escritas en 1940:"Nuestra ge·
,iní nz. dr!:iempo de Husserl y Srr;. :iempo de Heidegger (111). neración pagócaroelsaber, puesro quela única imagen qu,e,
En esca misma época, \Xlarburg co:-::oo níasu atlas Mnemorme ,. dejareslaáe una generación vencida. Eseserá su legado a losc;::e
Ben;amin3!:Jríalacantera del Libroi / w,P=)es. Peroseriap;ecis vienen"('. i-í). Sería cambién jusco decir que roda esta gene:,·
:unpfar. hablar de las reflexiones so:,re la hismria efectuadas oor ción de judios alemanes pagócaro el;nbe,·- liceralmenre hó :l
Geor& Sinunel o por EmscCassicer-;;,sicomo porcsasorras"es'm:- pagado ensu carne por sentirse libresen el goi savoir hisróri: o.
Jlas'"cielnm:me!aciónquefueron E:-::st Bloch, Franz.Roser.zweig, Deloseres aurorcs que releeremos, dossesuicidaron en 19-'!ú :i'.
Gershom Scholem o,..más.=de, l-i,;nnah Arendr (112). • acercarse a una sence.ncia de la Historiaque los perseguía de.;ce
Del l:1do de la imagenJa co:-;,: elación ql,! forman esms hacía largo;añosdeexilio. üna veincenade añosanees, elcerce:-:-
pensador.:., esiñ parabT- ede lascor:::1ocioñesestéticas inscrio::is -Aby Wa:burg- se habia hundido en la locura como en e:::.
en los rres!)rimeros decenios del;' ioXX. l mposihle-de c m- · fisura abierta porel primer gran terremoro mundial. Los peml·
prender b hisroria de la culcura : : como Benjami_l) la p rac:i- dores ana rónicosdelos cuales hablo quizás practicaron la i-.:s-
có, sin implicar-de un modo ot:t seria necesario interrogar toria"porañción", si porescoseenriendeel hecho de inven,= e
sobre suserectos anacrónicos de " :-;ocimienro-, la accual<ilad nuevas ,i.JS heuriscicas y de no tener cdtedro en la universid:.c.
de Prous,. de Kafka, de Breche, peco rambié- del-su -;;_lismo Pero la historia en ellos sehacía com e,loquees una cosa distin:-:i
y del cine. Es imposible de comp:ender loscombares cricicos (N. delT.:iuegode palabras enrrechoire(cáredra) ychoir(or ne1 ;.
de Ca.rl Einstein en el rerreno mismo de l-a hiscoria-sin b ac- Michad Lowy, evocando, además de Ernst Bloch y 'v::ai,er
rualidad de James Joyce y del cuoismo. de_Musil, de Karl Benjamín. a personalidades tales como Guscav Landauer.
Kraus o dd cinc de Jean Renoir_-\:ites de ellos, Warburg ha- Gyorgy Lucl-.1cs, Erich Fromm y algunos otros, completa nue;-

54 55
L fi t
Apmura
Georgcs Oid i-H ubcrmV'l
1ca capa, de plancear los problemas en cérminos filosóficos
cea idea deesca constelación alínsiscir sobre la"revoluciónper- precif_ Se E!C>ª!.i.11..!. uiur l _sj n ;_ción.qe prevaleció desde ,-
manenre" conducida por esros espírirus que simecizarons,e- e_n ron_': es _dici_e'.! gue la Segunda Guerra munciial quebró
gún él, el romanticismo alemán y el mesianismo judí-o y de
este. i:!1.?vimienco pero que la¡, sg !.ra cntellil..Sllmtmoria.
¿onde habría surgido, escribe,"u7111 nueva concepción delahis- Como si el momento fecundo del que hablo, hubiera
toria, una nueva percepción de la temporalidad, que rompe
muerto dosveces: primero, destruido por susenemigos, lue-
con elevolucionismo yla filosofla del progreso". Agrega Lowy
go negado-sus huellas abando nadas- por sus mismos here-
cueesra generac1"odn" e profei tas desarmado" s aparece "exat-r deros. En su gran mayoría,los discípulos deWarburg emigra-
:':amente anacrónica'' hoy día, formando sin embargo -o por
ron al mundo universitarioanglosajón. Ese mundo se hallaba
o mismo- "la más acrual (en los pensamiemos) y la más
dispuesro a acogerlos pero no esraba dispuesro, inceleccual-
;:argada de explosi,·idad utópica" (1J 5). Ahora bien, lo que
menre, a recoger rodo ese fondo germánico de pensamienrn,
::.i.::een el plano de la teoría polírica y de la filosofíade la hisro-
con sus referencias propias,susgirosdeesrilo yde pensamienro,
: ai vale exacramenre, me parece, en elde la hisroria del arre.
sus palabras intraducibles... Los discípulos deWarburgdebie-
Cuando hoyseemra, en Hamburgo, a la casa-biblioreca de
ron camb1arde lengua ') por endedevocabulario. Guarda.ron
. .;by 1a.rburg vaáa de codos suslibros-lossesema mil volúme-
las herramiencas filológicas)' dejaron de lado las hcr,amienras
:-: foeron crasladados una noche de 1933 bajo el riesgo de la críricas: los aforismos deFiedler, el haptisch deAlois Riegl, el
:..."l'lenaz.a nazi-, uno queda sorprendido por una pequeña pieza conceprn de Einfiihlrmg, las nociones direccameme s:i.lidas del
:iena dedossiers, de,icjos papeles: reúnen losdestinosde rodo s psicoanálisis freudiano, de ia dialéctica o de la fenomenoi o-
o:s hi roriadores delarrealemán, ensu mayor parce judí,os que gia. rodoesocediósu lugar. un vocabu lario deliberadamenee
.::ebieron emigrar en losañosrreinca (116). Esro. tescimonia- más pragmático, más, como se dice, positivo y- se nacreido-
cio por Archiv zw k1111srgeschigtlichm V?isserichnftsemigrarion es más cient(fico. Al renw,cin•,; m lengua, los historiadores del
la gran fracrura de b cual la hisroria del arte -:anciemífica )' C OC la ropa herida tem1Ínaron por ren1111ci11r ,l SI/ pens,1-
:-an segura desí misma-, hoy creesin razó n haberse recuperad .o 1/1/eJ/(O teonco. En este senado, eso se co mprende muy bien
,,,- L:i fracrura de la que hablo nos despojó cuamo menos, de -secomprende, por ejemp lo, que despuésde 1933 Panofsk1·
:mestros pr_opi s m.9men_ s-fondadores.La "muyacioñ e§sre- no haya c!rado jamás a Heideggers, ecomprende incluso que
:nológica" de la historia del arre ru\/tl ugar.e_n e.ma_nia..yen ha!'ª podido expresar un franco recha:io por ese ,·o abulario
\ ten en las prime.as décadas.del-siglo:con Wa -/1.X!olfflin, no solamente "envejecido.. sino rambién "comaminado" de
.:on Alois Ricgl. Julius von S.chlosser...)' alg unos.o.cros.llasta su propio destino (118). En ouo sentido, es la misma aenera-
Panofsky (J 17). !omento.de.unaextraordinariafecundidad .
c.1on v,mcida que era vencida una segunda ve2.
"
porque los presupuesros generalesdelaestérica clásica_e r¡in pues-
.., En Francia, el probelmas planteó, porsupuesto. de forma
cosa prueba por Üna.fi/oloilñrigu rosa,yp - esrafilología a airereme, pero los resulrado5 habrían sido los mismos: un re-
su va se veía cuescion:1da sin tregua y..rearicruada poruna criti-
- 56
.__,
Gcorgcs Oidi-Hu man

chazo de12 i, isroria delartegermánico a panirde unasicuaci,ór


explosiva ( ! 19) - pero que terminan por rechazar con ella ese
esdlo de pensamiemo,eseconju nto deexigenciasconcepruab
donde la hisroria del arce se había consricuido , aun que sea po:
una vez, como vanguardia del pensamiemo. Releer hoy los
texros de es-..a "co nstelaciónanacrónica" no es fácil.Yo mismo NOTAS
formo parrede una generación cuyos padres querían escucha:
rodas las r::úsicas del mundo , salvo la de la lengua alem,ar: . l) Cf. G. Didi-H uberm an, "La dissemblance des figures
Así, mi en::ada enestos texros- ade:násdesu dificultad- lle,·:;_ selon Fr:iAngelico",Mélangesde l'Ecoú:fi11nf11Ísedelwmt,Mowm
la marca cie una verdadera inquimrnteexm1ñeza de la leng, .: Áge-Temps modemes, XCVlll, 1986, nº 2, p. 709-802.
semir un=" :: sí"en una lengua exrraniera, acercándoselea tie - 2) Id.. Fm Angelico - Dissembln11ce u figurntion, Pa:is,
ras, quese:. enfatiza un po';;o,queca un poco de miedo cua:-.- Flammarion. 1990 (rééd.1995, co!l."Champs").
do se piens:;_en su hisroria a la vez ra. presrigiosa )' tan a:ígiw. 3) En l. monografía más autor izadade la época en que
Relecr:::-a sin embargo necesari•. Que corresponde, pa:. este crabai o fue emprendido, la Sama Co11versnció11 de F:a
terminar, ,. un uiple deseo. a una rfroleapuesta: arqucoló gic.;. Angelico no era asíinrerprerada )' focografiada y sólo era rr:e-
anacrónic,. y prospecti\'a. ArqueM o gica, pa ra ahondar a era,· ; dida la mi:-ad desu superficie real. como si sencillamenre :,o
de losespesores del olvido que la dis: iplina nocesó deacum::- existiera e: registro tan sorprendenrede los "muros" multi:o-
lat respecto desus propios fundame:uos. Anncrónicn, para::- lores.Cf.J. Pope-Hennessy, Frn A11gelico, Lo ndres, Phaicio::.
monear, cie,dc el malesrar acruaL i:asta quie nes la generacic:: 1952 (2cia. ed. re\'isada, 1974), p. 206.
de nuestro; ''padres" no senda come- pad res. l'rosperci111,, pa:.; 4) C:'.E. PanofsJ..,,, Essaisd 1co110/ogrc. Themesh11mn11i steuÚ1!!
reinvenar,. si fuera posible, un ,·3!0: de u.so d e los concep:0 ; l'art de Ir. k11nisso11cc ( 1939) , erad. C. Herbeney B. Teyssecir .
marcadm :-orla hiscoria - el "origer... según Beniamin, la ..s:i- Paris,Galiimard, 1967, p. 13-4 5. (Ha¡- traducción al csp2ño::
¡;
perviven, : -- según \Varburg, ··mol emidai ' según G :i Esmdio.' sob,-eiconologí,aAlianza Universidad, Madrid, 1-9 :::.
Einstein- ,ero que pueden revesci: noy alguna acrualidad e:: 5) Cf. C. Ripa, lcono/ogin overo Descri1io11e dell fm ngi11i
nuesuoscie::iatessobre lasimágenes,.sobre:el tiempo. Laapue uni vcrs,1ii , ,w nte dell'Anrichitlr )' dn nlrri Luoghi (.. . ) ·"ª
es queello; puedan inren·enir canco en un debatesobre el,·.;- reppre;e11r,trtle virtu, vitti, n./fitri, e pnstio111 h11mn11e (1593 :.
lor de la p labra imngo según Plinio el Viejo, como sobre e: Padoue. Tozzi, 1611 (2da. ed. ilustrada), réed. New York-
valor del 1:0/11 arrístíco según Barnea Newman. Londres. Garland, 1976.
6) E. Pa1ot f-sl-1., 'Thisroiredel'arresr unedisciplinehum;mi;te..
(l 992 , 1999) (1940), trad. B. v M.Teyssédte, L'a:uvi,·d'nrtetsessig11i.fica11ons.
Essasisur Í<'s ''nrts vimels", Paris, Gallimard, 1969, p. 27-5:!.

5S 59
- .,
Apertura
Gcorgcs Didi-Huh<Im•n

(Hay craducción al español: El significado en las artes visllllle,. 18) Cf. EA. Yaces, L:Art de In 111émoire (1966), trad. D.
Arasse, París, Gal limard, 1975. (H ar traducció n alespañol: El
Ediciones I:ifinito, Buenos Aires, l970).
7) Cf. G. Didi-H uberm a n, Devam l'image. Question po;fr arte deIn memoria,Taurus, Madrid, 197 4). M.J- Carruchers,
tlllX fins d'unehistoire de l'art, París, Minuit, 1990.
The Book /JfMmwryi A Study of Memoryrin Medieval C11!t:ure,
8) M. Baxandall, l'CEil du Qttattrocemo. l 'usagede i.: C am b ridge-l':e w York, Cambridge Universiry Press, 1990.
peinture dttm l'!talú dela Renaissa11ce(1972), trad. Y. Delsau:. J9) Cf. B.L. Ullman y P.A. Stad ter , The Public Library of
Paris, Ga!:::nard, 1985, p. '.!24-231. El rex10 de Landino :s Renaissance F/orence. Nicc/Jlo Niccoli, Cósimo de' Medici and
rhe Library of San Marco, Padoue, Amenore, 1972.
-
esre: "Fra_; , gelico era alegre, devoto, muv , acicalado ,v do::;.-
20) Es necesario ag regar a e.sta re miniscencia un de meneo
d o de grar. :a cilidad" (Fra Giovanni Angelico et vezoso etdi11oro
et omaro ,.., !tocon grandissima facilita). importance de "coma en cons ide ració n de la figurabiüdad" : es
9) Cf. G. Didi- H ube rm an, Fm Angclico - Dí.ssemblnnc f r: la am is tad, la proximidad incdecmal con Jean Clay (auto:.
fignratio,:. op.á t., p. 25-29 (rééd.1995, p. 41-49). par ricu lar mencc.de un artículo luminoso titulado " Pollock.
. rutorroro Landino e il vo1ge " e·101.1:. ·.:
lo) C.;-••' \J'., Sancoro, "C 1
Mo ndr ian, Seurac: la profondeur piare" (1977), L:Arelier df
St/Jrico de .' : lerzeraniraitaliana,CXA-"Xl, 195 4 , p. 501-54- . Jackson Pol/ocl,, Paris, Macula, 1982, p. 15-28) bajo la consig-
11) C:. G. Didi-H ube rm an, Fm Angelice- Dissemb/.i,::.- na de... la mancha (marnln). Esta consigna teórica, compro-
ct.figumr:;;, op.cit., p. 49-51 (réed. 1995. p. 70-74). metida en el debarecontemporáneo alrededor de arriscas c:;,b
12) [/,:d.. passim. especialmeme p. 113-241 (rééd. l 9:·- como Robert Ryman, Martin Barré o Christian Bonnefoi. pa-
p. 209-3&: 1 sobre la Anunciación analizada como figura ;'l- recía de pronto comar cuerpo, en Florencia, en la dime nsió::
radojal de: :iempo. histórica más desape rcibida, la de la Edad Media v el Renaci-
13) ;\! Saxandall, L'CEild11 Q11,1m•ocemo, op. cit., p. 1,,S. miento. Señalemos que Jean-Claude Lebenszcej . quien en-
14), /,,·....·.. p. '->?- 7 --?:>1 . tregó a la re,·isca Macula importantes contribuciones encrc
1976 y 19?9. elaboró después orra anamncsia de la mancha
15) e:·. G. D idi - H ube rmaa , Frr.Angdico - Dissemb/,::::.-
parrir de la,experiencias de Cozens en el siglo )..'VII. C f. j.-
ei.fig11m ::C'r., p. 17-42 (rééd. 1995. p. 27-56).
16) Ji,:,:".. p. 55-111 (rééd. 19()5. p. 74 - 145). C. Lebenszrein, L'Arz d In tache. /11n·oáuaio11;,la ''Nouvelit
17) C:-. H. de Lubac, Exégese 111cdievalc. l esr¡11an·esei:;,1, méthod"e d'. lexander Cozms, s.l., Édicions du Limon, 1990 .
l'Écrimr:-. !'aris, Aubier, 1959-1()64. E. Auerbach, Fif':1r.: 21) Parrice LoraUJ( incluso mosrró, de modo admif:lble.
(J938), rci.:i. M .A. Bernier, Paris. Berlín, 1993. (Hav rrad ·.:: - que roda cuestión de pensamiento es una cuestión de remPO.
ción al es!'.tñol: Fig11ra, Editorial Trorra, Madrid, 1 ' 998 ). C Cf. P. Loraux, Le Tempo de la pemec. París, Le Seu i l, 19 93.
D id i- H u:- rman, "Puissances de la figure. Exégeseer visu.1:ict 22) Cf. G. Didi-Huberman, Dl!Vl111f l'image, op.cit., p. 19 2-
dans l' r: : hrétien,"Encyclopaedi,1 Universa/is - Sym¡,,o;'.:m:. 193, donde b respuesta era buscada en relación con las for-
Pa r ís, E. \.: .. 1990, p. 596-609. mulaciones freudianas.

61
60
Apcrrura
Georges Dídi-Hubcrman

23) Ellas fueronpresentadas como tale.sen una "Journitede G. Picon, Admirabk tremblement du temp1, Géneve, Skira,
di sc ussion inrerdisciplianire", de la EH ESS, consagrada, en 1970. H. M1 dincy,Aítresde la langueer demntreJ dela pensée,
mano de 1992, a la cuestión del Tiempo tÚ las disciplinas. Allí Laussane, l'Age d'homme, 197 5. B. Lamblin, Pei11ture et
pa rticiparon igualmente André Burguiere,Jacques Derrida. remps, Paris, Klincksieck, 1983. M. Ribon, L'art et /'or du
Chrisciane Klapisch-Zuber, Hervé Le B.-as, Ja cq uesLe Goff y temp1. EssaiJ SUI'l'artetletemps, París, Kimé, 1997. E. Escoubas
Nicole Loraux. Todavía recuerdo cómo Jacques Le Goff, con (dir.), Phinoménologie et expérience esthérique, La Versanne,
mucha honestidad, introducía lascomu11icacionesde esca jor- Encre marine,1998.
nada de estudios: reconociendo quesi d nisroriador considera 27) Cf. L. Marin, Études sémiowgiq11e;.Écriru,-es,peinml'es,
como un lugar común la muldplicidad delostiempos, preserva Paris, Klincksieck, 197 1, p. 85-123. Id "O¿posirio n d u temps
al menos una cendenciaobstinada en querer unificarelriempo. dans la représemarion peince" (1990). De La représentt1tion,
24) Cf. especialmnete G. Didi-Huoerman, Ce qu,e ww Paris, Gallimard-Le Seuil, 1994, p. 282-300.
voyons, ce qui nous regarde, Paris, Minui:. 1992. (Hay traduc- 28) Cf. F. H askell, L'Historien et /.es im age
r (1993), erad. A.
ción al español: Lo que vemos, lo que 110, mira, EdicionesMa- TachetecL Évrard, París,Gallimard, 1995,especialmenre p.409-
nantial, Buenos Aires, 1997 ). Id. "La le on d'anachroni,e" An 570. S. Bann"The road ro Roscommon" , Oxfard Arr}ournal,
Press n° 185, 1993, p: 23-25. Id. "Regardhistorique, regard XVII, 1994, a0 I, p.98-102 (informe del r:.oajo de HaskeU).
imempestif(encrerien avec S. Germer e: r. Perrin)", Bloc-1\·o- 29) H. Belrin'!.. L'Hisroh·e de L'arr esr-elle r:nief (l 983 ), trad.
w. An contempormn. nº 3. 1993. p.30-35. Id. "The Hisr01J oi J.-F. Poirierer Y;. 1ichaud, Nimes,Jacque!i : Chambon, 1989
Aru isan Anachronisóc Discipline.Cririci Rdleai ons'' , Ar!fo,wn (donde, desde elcomienzo, el autor toma :io:a de que la cu es-
lntm1ariow1/, XXXIII, 1995, nº 5, p. 6 -65 et 10 3-104. /d. tión, en esos términos, esd mal planteada). S. Bann, TheT,·ue
L'Empreime, Paris, Édirio ns du Centre Pomp idou, 199 7, p. Vine 011 Vimal Rcpresenrarion ond the \l." ;rem Tmdition,
16-22. Id.Viscosiréset survivanccs. Chiswire de !'arca l'epreuve Cambridge-N.e\,\ork, Cambridge Universi,y Press, J989, p.
du marériau", Critique, LIV, 1998, nº 61;, p. 138-162. 244-263 ("Endings and Beginnings"). D. Preziois, Rcthinking
25) M. Foucault. ":"\ietz.sche, la ¡::foéalogie, l'h iscoire" 'Art History 1\.fedim riom on II Coy Sciencc. :\ew Haven- Lon-
(1971), Dit;etécrir,1954-1988, 11, 1-9 0-1975,ed. D.Defert dres, YaJe Universiry Press, 1989, p. 156--1 9 ("The End(s) of
er F. Ewald, Paris, Gallimard, 1994, p. 147-148. An: Hisrory')' .R. Michel,"De la non histoir cie l'arr. Plaidoyer
2 6 ) Cf. especialmence J. Patocka, [:;rt et le umps. Es;,,i., pour la rolérance er le pluralisme dans unedis:ipline haméepar
(1952- 196 S), erad. E.Abrams, Paris, POL, 1990, p. 305-36S. laviolence er l'c.xdusio n", David contreD,n·:c.'..tlcresducol/oque
É. Souriau, ''La inserrion cemporelle del'reuvrc d'arr" , joumn! qrganiJé aum11siedu Louvn:, Paris,La Documemacion fra111;:aise,
de psychologie uormnle et pathowgiq11c. :'\.LJV, 1951, p. 38-62. 1993, I, p. XIIJ-L'<ll. J. Roberts, "lncrociu: rion: Art has No
M. Dufrenne, Phé11oménolo,u,ie de /'cxperience erthétiqul'. Hisrory!Rdleccions on An:Historyand Hisrorical Marerialism",
1.L'objetesthirique, París, PUF,1953 \ed. 1992), p. 346-355. Art has No Hisror!yThe Moking a11d U 1111:.1ki11g o/ Modern

63
1 ,+...,
Gcorges Didi-Hu rman

Art,dir.J. Robercs, Londres-New York, Verso, 1994, p. 1-36. 33) H. Focillon, Vie des formes, París, PUF. J 943 (éd.
30) Cf. G. Didi-Huberman,"D'un resscntimenr en mal 1970), p. 99. (Hay traducción al español: La vida deÚ1J for-
eschétique", L,s Cahiers du Musée 1111tional d'Art modenu, nº mAS y Elogio tÚ la mano,Xarait ediciones, 1983)

43, 1993, p. 102-118. Id., L'Empreinte, op. cit., p. 16-22. 34) Jbíd., p. 100: "Esca multiplicidad de facto res es lo que
31) G. Dcleuie, Cinema 2. L'image-umps, París, Minuit , seopone al rigor del determinismo y que, al dividirlo en ac-
1985, p. 51-54: "(...) el propio monraje consriruye el todo. ciones y reacciones innumerables, provoca por todas partes
y nos da así la imagen "del" tiempo. Es, por lo ramo, el acco desacuerdos" fisuxas".
principal del cine. El tiempo es necesariamenre una repre- 35) CE p cularmence J. Le Goff. L'fmaginaire médiéval
sentación indirecta, porque emana del montaje (...). una Essais, Paris, Gallimard, 1985. Image erhisroire, Paris, Publisud,
presem.ación directa del tiempo no implica la detención del 1987.AnnalesE.S.C.LXVIII, 1993, n°6 ("Mo ndesde l'art").J.
movimiemo sino más bien la pro moción del movimiento BaschetetJ.C.Schm.in (dir.}, L'fmage. FoncrionserusagestÚs imnge;
aberrance . Lo que hace de esre problema un problema cine- dans /'Ocddt11; médiéva.l, París, Le Leopard d'o r, 1996.
maro"ráfico canco como filosófico es que la ima2en-mol'i- 36) H.R._1.uss, "Hiscoireet hisroire de l'arc" (1974), trad.
mienro parece ser en sí misma un movimiento fundamemal- C.Maillard, Pouruneesrhétique delaréception, Paris, Gallimarci,
menre aberrante, anormal. (...) Si el movimienro normal su- 1978, p. 83.
bordinaa: riempo, del que nosda una re presentación ind irec- 37) M. Fou::ault, L'archéologied11snvoir, París, Gallimard.
ta, el mo,i mienco aberranreda fede una anterioridad del tiem- 1969, p. 2l.
po que ¿¡ nos prescnra directamente, desde el fondo de 1:. 38) Lo que hace decir a Paul Yeyne. en la misma época,que
despropo:; ió n de las escalas, de la ciisipación de los cenrros. "Foucault reYoiuciona la his roria"y queésta, por lo canco,"carece
del falso-;-;;.ccord de las propias imagenes" (Hay traducción al de mérocio" fijado. Cf. Paul Yeyne. Commem 011 écrit n,isroirc.
español:;_ imnge11-riempo.Esnidio1;obre cine2, Paidós, Bue- París, LeSeuil. 1971 (ed . 1996), p. 146-151 i• 383-429.
nosAires. 1987).Másallá de lasciiierencias de aproximación. 39) O. :--b nno ni , "Je sais bien, mais quand méme..."
cie maccríales interrogados, así como de algunas d ivergencia; · (1963), Ckfipourtimnginaire,01el'a11rrescc11e, Pa ris , u SeuiL
de sensibiiidad filosófica (la relación con el psicoanálisis , d 1969, p. 9-33.
rol atribuido a las'·recapirulaciones"cipológicas de las ima¡:e- 40) Cf. 1'. Loraux, "t.loge de l'anachronisme en hisroire".
nes, cmrt orr:is cosas), la organización misma de los capírulos Le Genrt h11111,IÍ11, nº 27, 1993, p. 23.
del presente libro testimonia, como se habrá advertido, un 41} G. Ba:aille, " Figu re humaine' , CE1111res complém, f.
homena je efecruacio a la imagm-riempo deleuziana. París, Gallimard, 1970, p. 184.
32) G. Kubler, Formes dt, remps. Remarques sur l'histoir<' 42) Cf. E.$. K.rudy, B.T. Bacon y R.Turner (dir.), Time: A
des chose.,1 ! 962), erad. Y. Kornel et C. Naggar, París, Champ Bibliogmph)·. Londres-Washington,lnformacion Recrieval, 1976.
libre, 19-3. J.Bender r O.E.Wellbery (dír.), Chronorypes. The Consmu:rio11

64
.--,·.., ·-
65
l.
Georg<:S Di di-Huberman Apertura

efTum,Stanford, Stanford Universicy Press, 1991. B.Croce, 47) l bíd., p. 96-97.


Théorie et hiJtoire de l'hi!roriographie (1915), trad. A. Dufour, 48) O. Dumoulin, "Anachronisme", art. cit., p. 34.
G neve, Droz, 1968. R.Aron, lntroduction o la philosophie de 49) Cf. D.S. Milo, "Pour u.ne histoire e.xperimema.l, ou le
l'hisroire. Essais sur les limites de l'objectivité historique (1938), gaí savoir", Alter histoirt:. Essais d'hútoire experimenta/e, dir. A.
éd. revue et annorée par S. Mesure, París, Gallimard, 1986. Boureau y D.S. Milo, Paris, Les BeUes Lercres, 1991, p. 9-55
H.-L. Marrou, De la comuzissance hist orique, París, Le Scuil, (en parcicular p. 39-40). Posición criticada por P. Boucry,
1954 (éd. 1975). C. Perelman (dir.), Les Caiégoriesenhisioire, urancescr errances de laraison hiscorienne",Passésrecompéoss.
Bru.xeUes, Éditions de l'lnsrirur desociologie-Universcié libre Champs et chanriers de la histoire, Paris, Édirio ns Aucremem,
de BruxeUes, 1969.Mékznges enl'h1m11mrde Fernand Braudel, 1995, p. 56-68.
I!. .lvféthocwlogiedel'histoire et des scimces h11maines, Toulousse, 50) Cf. Franc;ois Han og, "La Révolucioo fran aiseec la
P:h-ac, 1 973 . G. Lefebvre, Riflexionssurl'hirtoire,París,Maspero, Anciquicé. Avenir d' une illusion ou cheminemem d'un
\978. M. Grinberg y Y. T rabuc, \/ingt années d'hisroire ei des quiproquo·?' , la Pensée poliriqlle, n° 1, 1993, p. 30-6i: "Tal
sr::!l1ceshumaines. Tabk"1lll ¡riq11i'desAnnales, 19691 - 988, París, era el porvenir polícico del concepro de ilusión, convocado
:\..-mand Colin, 1991. G. .\ íaisec, Le Disco11rs et l'hisioire.Esiai para dar cuenra, muy particu.larmenre, de la rdación que los
;.,r la représmtation historimne du temps,Tours, Mame, 1974. jacobinos enrabiaron con la Antigü edad. Invocando anti-
?. Jameson, Th c Seeds o/Time, New York, Columbia Universiry guas repúblicas, 'confundieron' los tiempos y los lugares, las
P=. 1994.F.Ankersmir vH. Kellner (dir.),A New Philosophyof circunstanciasy los hombres. Han querido hacer de Francia
ii:;t ry, Londres, Reakcion Books, 1995. A. Munslow, una nueva Esparta: de allí pro,·ino la cacáscrofe. La
D:eon;m ,cring History•, Londres-NewYork, Roudedge, 1997. imerpenerración que en ade!amese llamará anacronismo no
43) C icado ycomencado porO. Oumoulin, "Anachronism"e, perdona. Es necesario 'analizar' d presente en el preseme )'
D:mo1111airedes sciencesh frroriques.dir. A. Burguiere. París,P UF, dejar que el pasado sea el pasado" (p. 53).
!986, p. 34. 51) Cf. A. Du Toir, "Legitimare Anachronism as a problem
44) L. Febvre, le Problbnede l'incroyance al/. XV! siécle. Ln forlmellccrual H iscoryand for Plú.loso phy",South A.fúanJounllt!
r:iigionde Robelais, Paris,1\.lban Michd, 1942 (ed.1968). p. 12 ofPhiiosophy.X,199 1, n° 3, p. 87-95. LK.Amovic, "lcs a Sign
,. ! 5. (Hav traducción alespañol: Elprobknuz de laincredulidad ofche Times: Usesof Anachronism in Medieval Drama and che
;;e/siglo XVI. út n:ligión de Rílbelais,UTEHA, Mexico. 1959). Posonodern Novel", Studia 11e1>phi/ologica, LX\ 1993, nº 2, p.
45) O. Dumoulin, "Anachronisme", arr. cit., p. 34. 157-16S.F. Rigoloc, " Ime rpréccrRabelais ajourd'hui:anachronies
46) M. Bloch, Apologiepo11r /'histoire ou Mtrierd 11irsorim eccacachronies", Poétiqeu, oº 103, 1995, p.269-283.
(l941-1942), éd. É. Bloch. Paris,Armand Colin.1993. p. 93. 52) Cf. J. Lichrenscein,,; Edicoria.l", Traverses, N.S., nº 2,
\ :i a y traducciónal español: lmroducción a la historia. FCE, 1992, p. 5.F. Coblence, "La passion du colleo:ionneur".ibíd.,
:--l éxico, 1970). p.67-68. O. Payor, Anachronies de l'a:uvred 'art, Paris, G:tlilée,

66 c,-
Georgcs Didi-Huberman Apertur:i

1990. En este trabajo, D.Payor consrruye menos la noción e Colín, 1963 (cd. revisada). A. Schaff, Histoire et verité. Essai
··:1.nacronía" -incegramenre deducida de un único pasaje e sur l'objectivizé de l.a conaissance historique (1970), trad. A.
Derrida (cirado p. 86,21O y 215) quela propuesrade un mes1 - Karrunska et C. Brendel, Paris, Amhropos, l 97 1, p. 107-
nismo del am:sobre el fondo dela pérdida del aura (la obra ce 150 y 203-217. P. Veyne, Commem on écrit l'histoire, op. cit..
arce como"precedencia dela promesa" [p.201-220]). Sobre i2 p. 194-234. M. de Cerreau, "L:opéracion hist0ri9ue", are.ci:.
noción de"anacronía", cf. igualmeme J. Derrida, SpectrndeMa.rx p. 3. Retomado en LÉcrit:ttre del'histoirc, op. cit., p. 63. J. Le
L'!:.tat de la der:re, /.e rravail d11 der<il e. la nozwelk l nrernati01w:.. Goff, Hi;roire et mémoire, París, Gallimard, 1988, p. 11,57.
P aris, Galilét, 1993 , p. 43· ) / . (Hay traducción al español: E:- 186-193. B. Leperit, "Le présenr de l'histoire", Les Forme!df
pem·os de 1'.farx. El estaM de la der,da, el tmbajo del d11ew )' : l'o:perience. Une 1111rre hirtoire sociak, dir. B. Lepetit, Paris.
nueva J,irernacional, Editorial Trora. 1adrid, 1995). Albín Míchel, 1995, p. 273-297 (en particular p. 295-29,7 .
53)J. Ranciere, "Leconcepc d'anachronismeecla vericéú 63) M. Bioch, Apologie pour L'l1istoire, op. cit., p. 83: "(...!
!' historien·. L'Jnacruel, nº 6. 1996. p. 67 -68 . el objeto de la historia es esencialmente el hombre. Mejo:
5 4 ) :--:. '....oraux, º Elogedel'anachronismeen hiscoire".a.: dicho: los hombres. Más que el singular, favorable a !a abs-
. ..,. 1,! tracción. com·iene a una ciencía de lo ciiversoel plural, que e.;
Cit., p., - "'---··
55) ¡,jid., p. 28 \' 34. . el modo gramatical de la relatividad'·.
5 6 ) ]. Ranciere, "Lec.oncept d'anachronisme er la verité c:- 64) ]bid.. p. 95: "Hemosaprendido que rambién el hom-
l' hisc;o ier.·. art. cit., p. 53 ') 66. bre ha cambiado mucho: en su espíriru :·· sinduda, hasta en los
57) ;,..-1, Bloch, Apologiepour l11i;roire, op. cit., p. 119-1
; :' . más delicados mecanismos de su cuerpo. ¿Cómo había de se,
58 ) I,i:d,.p. 85-89. de orro modc? Su atmósfera mema! se ha transformado pro-
59) !b:'d., p. 90. fundamente. ,. no menos su higiene, st:alimentación. Pero. 2
60) Ji,:d. p. 81. pesarde roda. s menester queexista en ia naruraleza human. ,.
61) e:·. particularmente R. :\ron, fntrod11crio11 r. ..; . en lassociedades humanas un fondo permanenre,sín elcual i
phi/osoph:r de l'hisroirc, op.cit. M. de Cerreau, "I.:opérario_:: aun las palabras'hombre')''socieda'dquerrían decir nada".
hitso riqu · . Faire de l'histoire, J. !\'01111eazv: probleme,sdí:r.. 65)J. Ranciere, "Leconcepr d'anachronismer la veriré de
Le Gofi v P. Nora, Paris, Gallimard, l 974, p. 3. Recom,au' l'hiscorien". are. cic., p. 54-58.
en L'Érri:-urt de l'hisroire, París , Gallimard, l 975 , p. 65-N• 66) Eso dicho de modo diferente a J. Le Goff, Histoier r.
(Hay rraéucción al español: L1 m,imra de la historia. C:-:l- mémoire, op. ci1.. p. 190 y 194:"Esca dependencia de la hisro ri:i
versidad foeroamericana, México DF. 1993). del pasado en relación con el presente ciel historiador debe ha-
62) C[. parricularmenreF. Braudel, "Posióons del'hisroir.. cerle tomar:tlgunas precauciones(...) para respetarlo yevitar e:
(1950). écrirs sur l'histoire, Paris. Flammarion, 1969 , p. 1:-. a nacronismo.(...) Haydos historias al menos: la de la memo-
L.-E. H:ilkin. lniriarion a /.acririqur historique, París, Armat,.! ria colecti\'J )'lade los historiadores. Li primeraaparece como

68 69
l, fe a
Apertura
Georg<$ Didi-Hu rm>n

73) E. Auerbach, Mimisis. La représmratiort de /.a rea/iré


::n.:ialmentc míáca, deformada, anacrónica. (...) La historia
<le:ie esclarecer la memoria y ayudara rectificar suserrores". E!
d,,m /.a lirumrure occidentale (19 46), trad. C. Heim, Pa:is,
Gallimard, 1968, p. 539.{Hay traducción al español: Mímesis.
pro:ilema capital es el de la relació n de la h isto ria con la psi-
co:ogía y, más aún, con el psicoanálisis. Notamos, ya.que esa la re¡m:smtación de la realid,,d en la literatura occidm:al.
FCE. México, 1950).
r :ión está en el corazón de la argumem:ación de 1'. Loraux,
74) Cf. parricularmence G. Didi-Huberman, lnvmrion
"l:ioge de l'anachronismcen hisroire", are. cit., p.24-27.
de l'hpurie. Charcot et L'iconographie photogmphique de la
68) Jbíd., p. 65.
69) C f. G. D id i- H u be rman, Devant l'image, op. cit., p.
Salpé 'ére, París, Macula, 1982. Id.. Devanr l'image, op. cit.

6) · 'lO:'J.
p.19)-218. Id., la Resmnbl.ance infomie, oulegaisavofrt'i,11el
- o)Cf. P. Veync, Comment on écrit l'histoir,eop.ci:. p.50- selon Georges Barnille, Paris, Macula, 1995, p. l65-383. id.,
69. P. Ricoeur, Tempset récir, l. l'inrrigue et le récirhi;,orique. "Dialogue sur le symptóme (avec Patrice Lacoste)" , l'/11ar.11el
nº 3, l 995, p. 191-226 .
Pz . Le Seuil, 1983 (éd. 1991). Hay traducción a: español:
75) Cf. parcicularmence E Furer "De la hisroirc-r : :: a
T:,mpo y nan·ación l. Siglo XXI, México DF, i 995). J.
l'hisrnire-probleme" (1975}. L'Atelie,- de l'hisroire, P;.:is,
P ,.:ii:re. Les Nonu de /'histoirc. Essai du poérique a'u sauoit.
Flamrr.arion, 1982, p. 73-90.
P..:-:s. Le Seuil, 1992.
- ¡ ) R. Barthes, "Le discours de l'hisroire" (196- . Essé.<
76· :VI. Foucaulc, L'Archéologie du snvoir, op. cit.. p. :.,3.
247. i:-l.ay traducción al español: La m·r¡ueología delsabe·.Si-
cr:::qucs. Jl' le bmissemcm dela langue, París, Le Se::í:.J 984.
glo >-.'\J. M éxico, 1970). Cf G. DeleU2e. Fouca11k, París, Mi:::j¡,
p. : 4-157. (Hay trad ucción al español: El suri,rrc. del lm-
1986 , p. 55-75 ("les srratcs ou formations historiques: :,:e ·i -
g;..rt. P:iidós, Barcelona. 1987). sible e: l'éno nc;.able") (Hay uaducción al español: Fou·..;:,J:,
- 2) Cf. G. Genette, Figures///, París, Le Seuil. : 9- 2, p.
P aidós. Buenos Aires, J 98 7l.
- • i 2l. Define los nnacronismos 1111rrt1ávos como "rc-,:mas de
1 1Cf. G. Gu.rvitch, La 1111tiripliciiidestemps socin1L,·.? :is,
¿:; ordancia entre el orden de la historia y el del rd:ir·o' ( p.
Cencre de documencarion un iversiraire, 1958. A G::.ss.
- . distingue las prolepm (e"ocaciones por anticipa cio) de las
Socio,'o_efe dl!1 mptures. Les pi<'ge.< r/11 ,emps m rcimce., so.c.:1ú,
.:1:.cicpsi., (e vocaciones a poscecio ri) y, en fin, romas:.:, ejem-
p:0sde Homero y Proust para evocar un movimier:co n3rra- :,ans.PUF, l979 (do nde e c:atasobre"tiempos hcceroger: os ',
ln\ "'S1onesde tenden cias'. '1flucruacionCS,"invariancias,"..r..::,:u...
r:,·c, c:ipaz de "e manciparse del tiempo". Cf. Id., .\'01111c,111.,·
r'.:.,:orm du récit, París, Le Seuil, 1983, p. 15-22. P. Ricoe u r. ras",er:..J.A Gcll, TheA11thropologvof1ime.Cult,11'tllComrn;,. ,11.<
Tm1ps et récit, JI. la configumrion d,,nsle récit defir:-:01:. París. of Tm ooralMapsandlmoge.,. Oxford-Providence, Berg. : ,·..)2.
" 78) F. Braudel, "Position de l'histoire", an. cti , p ::ti.::¡.
L Seuil, 1984 (éd. 199l ). p. 115-188 (en parácub: p. 156- 1'-
Sl. (Hai · traducción al español: Tiempo y nnrm::ti" JI. Si-
Ya no creemos que la historia se e plique por cal o cu a: :ac-
tor cio inanre. No hay historia uni!aceral. No la dorr.::.an
¡:;o XXI. México DF, 1995).


70
Georgcs Didi-Hubcrman Apemua

exclusivamente ni los conflicros de raza, cuyas rispideceso 84) E Braudel, La Miditemznie et k monde médúerr11néen
concor d i as habrian decerminado todo el pasado delo s hom- ol'époquetú Philippell (! 949), Paris,Armand Coün, 1966, p.
bres· ni los poderosos ciemos económicos en tanto facrores Xlll-XIV (Hay traducción al español: El Medirerráneo en Úl
de p oareso o de debacle; ni lasconsranres censionessoic ale;s !poca de Felipe JI, FCE. México,1953) J. Le Golf. Histoireet
n i ese pirirualismo difuso de un_Ranke por elque.sesubli- mémoire,op. cir., p. 27-28 )'231. El simplismo deesce recone
man elin d ividuo y la vasca hiscona general; 111 el reino de la - a menudo reducido alsimplebinomio lenco/rápido- hasido
c écn i ca; ni la e.,plosión demográfica; ni la expl osi nó v ecal reciemememecapradoai particular por B. l.epetit,"Del'échdle
con sucs onsecuencias de arraso en la vida de las colecnv 1da- en hisroire",jeu.xd ífchelk!. La micro-11n11lyseo l'cxpérimce, d ir.
eds ... El hombre es mucho más complejo". J.Revel, Paris,Gallimard-1...eSeuil, 1996, p. 75: "Enrre la plu-
79) B. Koselleck.Le Fumr p=é. Conn-ibunon i;,ÍA_sémn tique ralidad de ciempos, dos ciimensiones han sido generalmente
de5temps historiqu s (1979),erad. M.-C. Hoock, ans, Édmons privilegiadas por la hisro:iografía:las tendencias largas ylasos-
del'EHESS, l 990, p. l l. Cf. igualmenre p. 119-144 )'307-329. cilacionescíclicas. El aco?larnienro de escas cacegorías cernpo-
80) P.Vyen e, Commmr onicrit l'lústqirc, opc.:': . , p. 42(con- rales fundó desdehace la:go riempo elorden de exposiciónde
cra "la idea de que todos los aconrecimienros cie unam_ isma los resulcados de las im·=s,igaciones:de un lado la estrucrura
época tienen t1na misma fisonomía )' forman i:na coathd d (...) ydel otro el recicati,·o de la coyuntura". Cf. M . Vovelle,
expr eis va"). Id. L'i11venraire des differmces, P:;,,:1s Seu:l. "I.:hist0ire ec la longueé:1rée",are. cic., p. 102:'·(...) creo que
1976, p. 44-49. Cf.igualmente P.Ari · Le"(em_ ;delimtotre pronto el problemadela é: aléccica del tiempocorto y delciem-
(l 954), París, LeSeuil. 1986 , p. 248 ( La htsco .:a deber es-n polargoquedará superaé-a i· sin d uda hiscóricamenrefechada".
ruir elsentido per<iicio de las parricularid de"s i. So_br!a cr ri- 85) E. Le Roy Ladi.::ie, 'T histoire immobile",A1111nles
ca de lap eriodización. cf. O. Dumouhn y R. \:alery _d( ir.) E.S.C , XXIX, 1974, nº S. p. 673-692. Cf. E Dosse, L'Hisroire
Piriodes. La co11srmc:io11 du umps hisroriquc, !' n,s Édmons en mietus. Des ''A1111nh " it Úl "notevelk histoire", Paris, La
de lE'H ESS-Hiscoire au présenr, 1991. D.S. :t\ i,lo 7i-ahir /,e Découverce, 1987, p. 105-118 y 231-235.
temps(hisroire), París. Les Selles Letcres,199;. 86) N. Loraux, "Élof: de l'anachronismeen histoíre,"are.
8 1 ) J. Le Goff Histoire er m émoire, op.c 1:., p.2 1 .8 cit., p. 37.
82) F. Braudel. "H iscoire et sciences sod:1ies. Lalo n gue 87) lbíd., p. 24-27, donde Nicole Loraux evoca a la vezs u
admiración porJean-Píe:r Vernam que escribióen 1962 Les
durée" (1958). Écrirs mrl'histoire, op. cit. p. 5.;.
83) Cf. M. Vo,·elle.·T histoire et la longueciurée"( 19 78 ,) Originestú la penstfe grecque "al uso del tiempo presente" (p.
25)-y su roma de distancia respecto de \lOa "psico logía hiscórí-
Ln 110,wcllehiJ,oirc. dir. J. Le Goff. París, Co:nplexe, 1 988,
p. 77- 1 08. E. Le Roy Ladurie, "Événemenr e: longued_ur e c:i' de la Grecia antigua incapaz de hablar sobre Níerzsche y
dansl h' is co iresociale: l'exemple chouan" (19-2). Le terrztOltl' Freud deotro modo que "nosea con elsilencio'·(p. 27).
dci'hisrorien, París. Gallimard, 1973, p. 169-186. 88) Cf. i,ifrn, nora 11O.

73
72
L s em> -e....
Georgc:s Didi-Huberman

psychologie hisrorique" (J987), P11SJéet préJent. Conrriburions


89)J. LeGoff, HiStoire et mémoire, op. cir., p. 2;7. En otra
parre, dice no apreciar en Paul Veyne "la predilección por la aunepsychologie historiqu.eid. R. Di Donato, Roma, Edizione
di Storia e Lenerarura, 1995, I, p. 3-9. id., "Les fonctions
explicación de cipo psicológico (y) el privilegiar las nociones y
psicholog iques er les ceU\·re{ (1989), ibíd., p. 9-14.
el vocabulario filosóficos" (ibíd., p. 34}. En cuanco a la cita de
Lucien Febvre, termina con una úk ima contorsión 99) Cf. M. de Ce rreau, L'Ecriturede l'histoire, op. cit., p.
incerdisciplinaria: "Se erara de hacer de modo que, permane- 289-3;8 ("Écrirures freudic:rnes").
ciendo uno r otro en sus posiciones (el hiscoriado yd filóso- 100) Cf. l. Meyerson. "Remarques pour une rhéorie du
fo) no ignoren al vecino al punco de serle, sino hostil, por lo réve. Observarions sur lecau:.,emarn (1937), Écrits1920-1983.
menos extraño". L. Febvre,"Leur hiscoireet la n6cre", Comb11t; Pour une psychologi-e historiq:,t, Paris, PUF, 1987, p. 195-207.
pour l'húroin:, París,.Armand Colín, 1992, p. 282. Id.,"P rob lemesd' hisroirep,:.:nologiquedesQ'.!uvres:spécifiáré,
90} L. Febvre, "Hiscoire ec psychologie"(19381, Comb11rs variation, expérience" (l 953 . ibíd., p.81-91. Id. Le;Fonctions
piychologiques et les amvres. !'a:is, Vrin, 1948,
pourl'histoire,op. cit. , p. 207.
l O1 ) J. LeGoff, "I..:hisrc:, nouvelle" (1978), L111101tvclle
91} /bid., p. 213.
92) Jbid., p. 214. hi sroire, d ir.J, Le Gof[ P1 :s. Com plexc, 1988, p. 57.
93) Id.,"La sensibilicé erl'hisroire" (1941), ioid., p. 221. 102) Id., Histoire et mi»:o,:rc op. cit., p. 55 )' l69.
94}Cf. el dossier reciente consagrado a esca cue.s:ión por la 1031 !bid. p. 33-36. 5 . : 05-l l0.
R .me germ1111ique inum11tionnle, nº 1O, 1998 r' Hiscoire 104) Cf. por ejemplo: . .. Dufour, Hisroii-e politiq11e et
culrurelle"}. psychologiehiSToriq11e, Ge:i ·:e. Oroz, 1966. p. 9-35, donde ni
9;) L. Febvre," La se nsibilicé er l'hisroire". an. ó:., p. 223. un solo concepto récniw -: :a psicología es discutido. mili-
96) R. Mandour, /,,n·od11crio11it/11 F1-ance m o·aa nc(1500- zado o incluso evocado.
1640). Essní de ps)'choiogic historique, Paris, Af::i:n Miche!. 105) R. Charrier, ··L ::1onde comme représencation",
1961 (ed. 1994), p. 11-13 y 91-104. Amutles E.S.C, XLIV, J9S·' . nº 6, p. 1505-1520, donde cica
97) G. Duby, "H iscoire des memalicés", L'i-:":; roir,·et m a L. Marin, L11 critique e:':, a·:.-..01m. Emde sur /.n Logique de
m&hodes, d ir. C. Samar.tn. Paris, Gallima,rd 196 i . :,. 937-966. Pon-Royal e,les Pensées a;·P,ucnl, Paris, Minuic, 19i5. Cf.
C:'. igualmence J, Le Goff, "Les mencalirés. L\e hisroire a.- desde id., De l.n re presem.,·.:N:, op. cir. Cf. igualmenee las re-
flexiones paralelas de A. Boa:eau, "La compérence inducrive.
-:1biguc", Faire de /'lJisroire /ll No11venux o i,-;;. ciir, J. Le
GoiTy P. Nora, Paris, Gafümard, 1974, p. 76- - (H ay cra- Un modele d'analysedesrep:¿semacions rares", Les Fomresde
ciacc ión al español: H.1c-er /11 hisrori11 1, 11 r JI!. ::.dit. Lai:1, l'expérience. Une nutre his,n:rr IOcit1le, Oir. B. Leperir. Paris,
Albin Michel, 1995, p. '.!;',-;',S (do nde la esperanza esrá pues-
Barcelona, 1978, 1979. 1980). ·
98) Cf. J.-P. Vcmanr, "Hiscoire et psycholofit". Rev11cd e ta, finalmente, ea la psicol0f iacognitiva como herramienta
· :-·nthe;c,LXXXVI. 1965, nº 37-39, p. 85-94. ir.'.,"Pour une operatoria para una "hisca:; ;; de la represenración").

74
,.

Apcnur-
Gcorgcs Oidi-Hubaman

106) Cf. especialmente F. Lisarrague, Un fat d'images Une 1964. M. Heidegger, Étreettemps (1927), erad. F. Vezineral.,
mhitiquedu banqu!'t grec, París,Adam Biro, 1987. F Froncisi- Paris, Gallimard, 1986. Para una idea general sobreestos pen-
Oucroux, Du masque au visage. Aspec/J de /'idemiré en Gl'ece samientos del tiempo, cf. K. Pomian, L'Ora'redu remps, Paris,
,mcienne, París, Flammarion, 1990.J.-C.Schmidc, La raison des Gallimard,1984,p. 323-447.
gestesdaml'Occidentmédiéval. Paris, Gallimard, 1990.J. Bascher, 112) Cf. parcicularmeme G. Simmd, Les problemes de la
LesJustices del'a11-deliz. Les représenrariomdel'enftr en Fl'lmce et phílosophiede l'histoire. UneétrKkd'épurémo'°fje(1892-1907), erad.
en lmlie{X]l-XV sied.e,), Rome, Écolefran sedeRome, 1993.
R. Boudon, París, PUF, 1984. E. Cassirer, "La philosophie de
107) Cf. G. Dicii-Huberman, De11am l'imnge, op. cit., p. l'histoire" (1944), trad.ECapeillercs r l. Thom25. I:ldiedel'histoire.
171-218. Id.,"Imi:a:ion, représenrarion, fonccion. Remarques Lesinéditesde } le et aunes écrirs d'exil Paris, LeCerf.1988, p. 51•
s ur un mychc épistemologique", L'imnge. Foncrions et usnges 67. E. Bloch, Hérirage de ce remps (1935), rrad. J. Lacosre, P:iris,
des imnges dom l'Occidem midiiv all, op. ciI. p. 59-86. Payoc, 1978, p.37-187 ("Non-conremporanéi<.éet enivremenr") y
108)Cf.G. Dele-..:ze, Dijférmceerré.péririon,Paris, PUF, l968, passim. H. Arendt, Lo Crise de la a,lr11 Huü exercises de peniée
p. 7-9, 337-339 y p.usim, do nde queda claramente establecido poütique(1954-1968), erad.dirigida porP.l.6)·· París,Gallimard,
que repensarel riempo con la diferencia y la repetición, es,en el 1972 (éd. 1989), p. 1J. 120 ("La brecheenrre ic¡,asséecle furur"-
mismo movimiento.;:ricicar la nociónciásica de represcnración. "Lacrad itionet l'áge moderne"• "Leconcept¿·histoire: ancique
109) Cf.J. Laca."'.. "La chose freudiennt, ou sensdu retour a ce moderne"). Sobre esra conscelac.ión de pensadores de!a histo-
Freud en psychanah-se" (1956), Écrits, Paris, LeSeuil, 1966 , p. ria, cf. sob re rodo el hermoso libro de S. :-S1oses, I.:Ange de
401-436. (Hay numerosas ediciones al español en Ed. Siglo l'histoire. Rosenzwe,igBenjnmin, Schofem, Paris. Le Seuil, 1992.
XXI). Hace una do: m a de años, Pierre Fédida me preguntaba, 113) Cf. especialmenee S. Kracauer, Ti.,c mms Orrutmenr
durante unsemina:io. quién había jug;ido. en hisroria del arre. mimar Essnys (1920-1931}, rrad. T.Y. Levin, C:tmbridge-
d rol de "Freud'' (C:·. Devnm l'imnge, op. cir., p. 16-17). La pri- Londres, HarYard l.iniversicyPress, 1995. Id., "T ime and
mera respuesta fuedecirle que no era Envin Panofü·,y,como se Hisrory" (1963), Hisrory nnd Theory Smdir,in rhe Philosophy
acosrumbra, aún ho,·. a presuponerlo. El p resente crabajo qui- ofHirrory, Supplemem VI, 1966, p. 65-7S. S. Giedion, The
zásaporrará una res?Jesta más precisaa b pregunta formulada. Eternal Presmt. A comribution on Consta1.1c: .111d Chan e, Lon-
"
110) Esce análisis dd /\lachleben warburguiano ha ido to· dres, Oxford Uni,·ersiry Press, 1962 (d volumen !, p. Vil, lleva
mando con el tieir.po la amplitud de un volumen al cual me un epígrafe de Ez.ra Pound:''Ali ages are comemporaneous").
permico remirir como al rronco comú,i delosesrudios reuni- M. Raphacl, T,·o.í, essais mr ú, significnrio1! dr l'nrr pnriétnl
dos en el presence iibro: L'imagc s111·vÍl',111te. Hisioire de l'nrt paltolithiq11e(19 45), trad. dirigée par P. B,ault, s.l., Kronos,
et 1emps desfanró1111; sclon AbyWnrb111J, París. Minuit, 2002. 1986, p. 185-203 ("Sur le progrés hiscori ue").
l 11) E. Husser:, LefOIIS pour mu· pbinomé11ologie de la 114) Vil. Beniamin, "Sur le concepr d'histoire" (1940),
consciencc imi111ea'11 remps (l 928), erad. H. Dusson, Paris, PUF, XII, Eci·irs fi'nnfnis. éd. J.-M. Monnoyer. Paris. Gallimard,

76 77

t• 110
Gcorgcs Didi-H uberman f ,,t
-,=-•
.A.-,,..nura

1991,p.345. (Hay craducción alespañolen: Ensayos escogitÍIJs,


--f' ?'v"' ocabularioalemán, induido el filosófico, cf. V. Klcmperer,
Sur, Buenos Aires, 1967). •· LTI, IA !.angue du Ille. Reich. Cameis d'un philologue (J947),
! 15) M. Lowy, Rédmtptionet utopie. Lejudai'rme/ibmaire erad. E. Guillor, París, Albin .\1ichel, 1996.
en Europe centra/e. Une étude d'affinité élective, Paris, PUF, 119) Cf. P. F rancasrel, L'Histoire de l'an, i11Stnm1mr de 1A
1988,p. 7-10. Sobre la "nueva concepción de la historia y de propagank gmnanü:¡ue( I940),Paris, LlbrairiedeMédicis, 1945.
la temporalidad", cf ibíd., p. 249-258. Cf. igualmente H.
M.yer, Allemands et ]uift. la révocario.nDes Lumi;.,.es a nos
jour;(1994), trad. J.-C.C respy,Paris, PUF, 1999,donde ade-
mi; son evocados Hugo ven Hofmannschal, Karl Kraus, Ono
\X,"¿:únger, Amold Schonberg,Anna Seghers, Hans Eisler, Max
Bree,Srefan Zweig,ecc. Ensu evocación deWalrer B:njamin,
H..-.-:nah Arendr insisáa yasobresu lado físicamente anacróni-
co: "Sus gesros r la inclinación de la cabeza al escuchar y al
co=·:ersar;el mododedesplazarse; sus modales. yespe:::ab1ence
su o tilo al hablar, hasra la elección de sus palabras y iaconfigu-
ra:::ón desu sintaxis; en fin,susgusrosabsolurament idiosin-
cr.,,;icos: todoello parecíacan pasado de moda quee:acomosi
h6 :era desembocado del siglo XIX en elsigloXX. a!:nodo de
un:iquefuerac:mpujadoa lacoscadeuna cierraexrrañ··a . - :\rende,
"\\-.:rer Benjamín,1892-1940" (l%8),erad.A Oppenhe::::1er-F.iure
y P.::....."v} Viespolinq=,Paris, Gallimard, 1974,p.268- 69. (Har
aa::ucción al español: \l;ialrer Benjamin, BaW/J Brtch .':.fmi111m1
Bn,:b,Rost1Luxembin-go, Ed.An¾o,rama, Barcelona. 19-:l.
: 16) Cf. H. Dilly, Dc11tsche Krmsthirtoriker, 1933-1945,
fvl:.:::ich-Berlin, Deucscher Kunsrverlag, J988.
i17) Cf.especialmente U. Kulre rmann,Th Hfrror:,·ofArt
H!,-:ory, New York, Abaris Books, 1993, p. 157-226.
l J8) Cf. E. Panofsky, "Three DecadesofAre Hisror:vin che
\Jnired Staces. lmpressionsofoTransplanred Europea."!- (1953),
/IJ(.mingin theVuualArn,Chicago,The Universriyo;Chicago
Pr<>ss, 1955 (ed. l982), p. 321-346. Sobre el desvío naz.i del

78 79

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