- ¿Cómo se aplica el principio de inmediación en la prueba
documental? El principio de inmediación es la obligación de los miembros del Poder Judicial de estar presentes en todas las diligencias judiciales que requieran su presencia, está encaminado a lograr una relación directa entre el juez y los medios de pruebas incorporados al proceso Pues bien, se entiende que no podemos confundir conceptos. Por un lado, se ha entendido que la observancia del principio de inmediación producía retraso en la llevanza de los asuntos del juzgado y, al mismo tiempo, estos mismos detractores de este principio opinaban que los cumplidores de la inmediación no podrían cumplir con sus obligaciones en el juzgado. Valentín Cortés señala “La inmediación es un valor en sí mismo y que cualquier valoración que se quiera hacer de este principio tiene que dejar fuera las apreciaciones más o menos sociológicas sobre si es más o menos eficaz, o sobre si es más o menos imprescindible que el órgano judicial reciba directamente los actos procesales.” Su objeto principal es permitir al juzgador apreciar personalmente todo aquello que es ventilado en el proceso, procurando al alcanza una mejor percepción de lo narrado y lo ocurrido realmente. Es así, que en el caso de la declaración de testigos, por ejemplo, ese contacto directo que se podrá dar entre el juez y el testigo, permitirla establecer un grado de afinidad tal, que posibilitaría dilucidar las dudas del magistrado, imposibles de vislumbrar por actuaciones o intermediarios, los cuales cuentan con apreciaciones naturalmente diferentes. En ese contacto prueba juez, que se va dando a lo largo del procedimiento probatorio, el juzgador es capaz de aclarar las dudas que acarrea, sin necesidad de valerse de otros mecanismos, que podrán llegar a ser más onerosos y de prolongada duración. Si bien en la práctica, esa juez se enfrenta con ciertos problemas, bien conocidos por todos, obligando al juez a delegar sus funciones, el mismo debe tomar las precauciones del caso y valerse de todos los elementos a su alcance para lograr una actividad eficaz, salvaguardando los derechos objeto del proceso puestos a su conocimiento. 2.- ¿Qué significa que el principio de contradicción sea una derivación del derecho de defensa? Implica que las partes en el proceso penal puedan acceder con efectividad al proceso penal para hacer valer sus pretensiones dentro del proceso, que se supone es regido plenamente por las garantías del debido proceso. Para poder explicar el Principio de Contradicción, debemos precisar lo que significa el Derecho a la Defensa, el cual se da de manera conjunta en todos los sistemas legales de la mayoría de los países en los cuales se ejerce a plenitud el estado de derecho, puesto que el principio de contradicción es sólo una de las expresiones y piezas fundamentales del Derecho a la Defensa, el cual dentro del proceso se manifiesta abiertamente en la etapa del juicio oral. El Derecho a la Defensa es un derecho humano que ha sido recogido en diversos instrumentos internacionales sobre la materia, tales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Todos estos instrumentos a través de un conjunto de medidas reconocen el denominado debido proceso, en tanto abarca las condiciones que deben cumplirse para asegurar la adecuada defensa de aquellos cuyos derechos y obligaciones están bajo consideración judicial.
El Derecho a la Defensa consiste en la facultad de toda persona de contar con el
tiempo y los medios necesarios para ejercer su defensa en todo proceso donde se vea involucrado, lo cual implica contar con un abogado defensor, acceder a documentos y pruebas, ser informado con anticipación de las actuaciones iniciadas en su contra, etc.
Vulneración del derecho a la defensa, cuando:
Se niega la asistencia inmediata de un abogado libremente elegido o de un
defensor público de oficio; Se impide al abogado comunicarse con su defendido; Se reciben las notificaciones con retraso; Se niega el acceso al expediente o a las diligencias vinculadas al proceso; Se obstaculizan los esfuerzos de la defensa para identificar, u ubicar y obtener la comparecencia de testigos. Como se señala el derecho a la defensa engloba una serie de principios que a su vez, forman parte de aquella gran estructura constitucional que garantiza el estado de derecho, que es como señalamos anteriormente EL DEBIDO PROCESO.
3.- ¿Qué ventajas ofrece al juzgador la aplicación en juicio del
principio de oralidad? Nuestra realidad judicial nos indicaba que, pese a las reformas introducidas en el antiguo Código de Procedimientos Civiles, no existió una actitud de los operadores del derecho y, fundamentalmente, del Juez de propiciar la oralidad a través de las audiencias. Nuestro denominado juicio ordinario, no sólo contenía una predominancia de la escritura, sino que los pocos actos orales, como eran algunas pruebas que debían actuarse en el juzgado mismo, no las realizaba el Juez, sino el secretario de la causa, con lo que el principio de inmediación que es consecuencial del principio de oralidad, no se cumplía. Lo mismo ocurría con los procesos denominados de menor cuantía, donde el comparendo sólo se convertía en el acto procesal a través del cual el demandado contestaba la demanda, y cuando excepcionalmente se decidían las partes a actuar algunas pruebas, en ellas tampoco participaba el Juez. ROSENBERG LEO, señala que " La Oralidad tiene la ventaja de la mayor claridad y energía, agilidad y naturalidad de la exposición; la posibilidad, más fácil, de adaptación al caso particular; la eliminación de las malas interpretaciones; el complemento y aclaración de la materia procesal; el alejamiento de las falsedades y triquiñuelas; la posibilidad de la publicidad, que tiene tanto valor para alejar la desconfianza contra los tribunales" El principio de la oralidad sirve de sustento a la nueva tendencia de considerar el proceso como un asunto público, donde la figura del Juez cobra especial preponderancia, asumiendo poderes de dirección. Ya no es más un convidado de piedra en la dirección del proceso, sino que asumiendo la representación del Estado, lo dirige y lo controla al cumplimiento de su finalidad. a) Mayor celeridad. El argumento es que es posible eliminar una serie de actos procedimentales en el proceso escrito. Existe todo un mecanismo de vinculación entre el que peticiona, el Juez que resuelve y la notificación a la otra parte, lo que implica demora. Con la oralidad, todo se hace en el instante. Se peticiona, se absuelve por la otra parte, se resuelve por parte del Juez y finalmente se puede impugnar; todo en un solo acto. b) La justicia escrita es una justicia "muerta". La ventaja del sistema oral, se dice, es que le permite al Juez estar en contacto con las partes, escucharlos, observarlos, persuadirlos para que acepten algo conveniente, disuadirlos cuando pretende recurrir a la mala fe o a la falsedad. El Juez tiene al frente un problema de la vida, un problema entre seres humanos y con sus conocimientos jurídicos, pero fundamentalmente con su experiencia, puede formarse convicciones como consecuencia de la apreciación de los hechos y de las personas que participan en el proceso. c) Mayor publicidad del proceso. Llevándose a cabo los actos procesales más importantes en las audiencias, implica mayor publicidad, ya que las mismas son actos procesales públicos, y sólo excepcionalmente se llevan a cabo en privado. Esto permite un mejor control sobre el propio órgano jurisdiccional. Este es un principio que se ha cumplido efectivamente, porque a las audiencias existía y existe la posibilidad de concurrir sin tener un interés directo en el resultado del proceso. Simplemente, como ciudadano interesado en conocer la forma como se hace justicia en el Perú. d) Favorece el ejercicio del poder de dirección del proceso de que disfruta el Juez civil contemporáneo. Bajo el sistema oral se concede, como hemos afirmado anteriormente, amplios poderes al Juez para que se convierta en el director del proceso, teniendo en mente las finalidades inmediatas y mediatas que debe cumplir esta institución. d) La resistencia hacia el proceso oral obedece a una suerte de inercia. Los más reticentes al cambio, se ha dicho, son los abogados. Entender el nuevo Código para poder operar con él, implica un cambio de mentalidad y reaprender las instituciones procesales que cobija. Ello significa romper la inercia natural de los seres humanos, en especial de los abogados. Este argumento muy utilizado cuando se implementó el Código Procesal Civil, hay que tomarlo con pinzas. Es una afirmación generalizada y considero es un prejuicio. Es indudable que todo cambio genera algún tipo de reacción, pero ello no nos puede llevar a pensar en términos negativos ni peyorativos. e) Evita, en mayor medida que el proceso escrito, la inconducta procesal. Esto se hace palpable, de la simple comparación entre los dos sistemas que hemos tenido. En el proceso escrito las partes inescrupulosas podían entorpecer la secuela del proceso, fomentar las nulidades, los incidentes; desviar el curso del proceso hacia aspectos formales sin ninguna trascendencia, tratando de que se descuide el fondo de la controversia. Con una correcta dirección del Juzgador, éste puede cortar de plano las articulaciones maliciosas, centrando el debate, evitando pérdida de tiempo y esfuerzos, y 12 de ser necesario aplicando sanciones para el litigante o abogado que no actúa de buena. f) Favorece el principio de concentración. A diferencia del proceso escrito, el principio de concentración cobra especial vigencia en el sistema oral. En las audiencias se realizan los mayores actos procesales posibles, concentrándolos en un sólo acto, evitando la dispersión. Los medios probatorios se actúan en un solo acto, con la dirección obligatoria del Juez, bajo sanción de nulidad, con lo que el Juez toma conciencia cabal y convicción de lo que se discute en el proceso. Este es un aspecto medular del sistema oral. En realidad, el problema no es el tema de la concentración de los actos procesales, sino la carga procesal que impide que se lleven a cabo otros actos tanto o más importantes, en los plazos adecuados, con las sentencias.
4.- ¿Cuál es la base normativa del principio de publicidad en nuestro
país? La publicidad de las normas legales constituye un mecanismo de manifestación externa de las decisiones del Estado, desde las más complejas hasta las más simples, lo cual se justifica cuando sus mandatos vinculan a la ciudadanía y a la par, a la Administración Pública para que garantice los derechos e intereses de los administrados en general, fomentando la protección y realización del interés general. En efecto, dichos mandatos generarán obligaciones, deberes especiales, restricciones, así como también regularán determinados derechos a ser ejercidos por los administrados ante las diversas entidades públicas que conforman la Administración Pública, la que en paralelo conocerá cuáles son sus atribuciones, deberes y responsabilidades. Por todo ello y más, la publicidad de normas legales de alcance general se hace obligatorio y necesario en un Estado Democrático de Derecho, para que todos sus integrantes, sean estos funcionarios o servidores públicos, ciudadanos, inversionistas nacionales o extranjeros y la comunidad en general, conozca y se someta válidamente a su cumplimiento y vigencia. El ordenamiento jurídico nacional se constituye por las normas legales que rigen los destinos de una sociedad. En este contexto, el Estado se erige como el único productor de normas legales, por lo que le corresponde a éste disponer su publicidad oficial a través de diversos medios que sean de acceso a toda la comunidad. La publicidad de las normas legales ha sido expresamente establecida en dos artículos de la Constitución Política de 1993 como un principio general: Artículo 51: (…). La publicidad es esencial para la vigencia de toda norma del Estado
Artículo 109: La ley es obligatoria desde el día siguiente de su publicación en
el diario oficial, salvo disposición contraria de la misma ley que posterga su vigencia en todo o en parte
Estos dos preceptos constitucionales constituyen un binomio indisoluble,
comprendidos en el alcance del concepto norma del Estado y de publicidad de la ley. Cuando la actual Constitución señala que la publicidad normativa es esencial, debemos entender que lo esencial en Derecho es obligatorio. La publicidad de las normas legales que realiza el Estado directamente y/o la que pueden realizar terceros en su representación (concesión de la publicidad de las normas legales, aún no aplicable en nuestro país) tiene (o tendrá) el carácter oficial. No hay razonamiento jurídico en contrario que sea admisible para justificar la no publicación de determinadas normas legales, salvo que la ley expresamente establezca las causales de excepción de publicidad, tema por lo demás muy delicado, pues desde años atrás la sociedad mediante algunas entidades públicas5 y otras no públicas tienen como objetivo desterrar la cultura del secreto, lo que comprende, además de promover y fortalecer el acceso a la información pública, no justificar relaciones jurídicas que tengan como base a normas legales no publicadas oficialmente. 5.- ¿En qué consiste el principio de legalidad de la actividad probatoria? Consiste en un derecho fundamental de cada persona, el cual se encuentra expresamente establecido por nuestra Constitución Política del Estado en su Artículo 2 numeral 24 literal D, que dice: “Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse no esté previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca, como infracción punible; ni sancionado con pena no prevista en la ley.” El Artículo I numeral 2 del Título Preliminar del CPP, que establece: “Toda persona tiene derecho a un juicio previo, oral, público y contradictorio, desarrollado conforme a las normas de este código.” Ello nos recuerda que el proceso penal se encuentra plenamente determinado, en forma previa, estricta y cierta por la ley. El Principio De Legalidad está presente en las diversas etapas del proceso consideradas por el CPP. Así y para citar solo unos ejemplos: el Artículo 61 del CPP si bien establece la independencia de criterio del Fiscal, señala que este criterio objetivo se rige por la Constitución y la Ley. El Artículo 155 referido a la PRUEBA, igualmente consagra que la actividad probatoria se rige por la Constitución y la ley, que determinan la admisión, exclusión o reexamen de las pruebas; lo cual se encuentra concordado con el Artículo 157 del mismo. El Artículo 253 del CPP consagra la excepcionalidad de las medidas de coerción procesal al mandar que: los derechos fundamentales en el marco del proceso penal sólo podrán ser restringidos, si la ley lo permite y con las garantías previstas en ella. El artículo 344 numeral 2 literal B establece que el sobreseimiento de la causa por el fiscal procede cuando el hecho imputado no es típico, (esto es: no se adecúa al supuesto previsto por la ley o no existe como delito), facultad y obligación del fiscal que nacen del Principio de Legalidad. Este principio tiene como objetivo garantizar la seguridad jurídica por medio de la sujeción de determinados actos al sistema normativo vigente. Entendido como una limitante al poder público, que caracteriza su ejercicio, y una garantía de convivencia, y seguridad para los asociados. Las fuentes de este principio son el Estado de Derecho, que es regido por las normas y no por los hombres, con lo cual se buscaba dar seguridad jurídica a las decisiones que se dictaban con respecto a los asociados, y las relaciones entre los mismos y el soberano. Teniendo como base un procedimiento reglado, al que se debían someter quienes determinara las sanciones y las cargas, para no caer en la arbitrariedad personal de forma tal que afectara sin justificación a los súbditos.