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RESEÑA

Castells, Manuel.
Redes de indignación y esperanza:
los movimientos sociales en la era
de Internet1.
Madrid: Alianza Editorial, 2012. 296 pp.

EL 2011 HA PASADO a ocupar un lugar central en la


1
estimular el debate sobre las repercusiones prácticas (y,
historia. Será recordado como un año más en la crisis en última instancia, políticas) de dichas hipótesis […].
económica global, pero, fundamentalmente, como el (2012, 22)
año de la primavera árabe, de la indignación, de las re-
voluciones, de las protestas multitudinarias y del sur- Para ello se sustenta, primero, en el marco analítico
gimiento de nuevos movimientos sociales. Al ser uno de la teoría del poder, formulada en su anterior libro,
de los temas políticos más asombrosos y fascinantes Comunicación y poder (2009); segundo, en un exahusti-
de nuestro tiempo, ha motivado la publicación de una vo ejercicio de indagación sobre diferentes movimien-
buena cantidad de artículos, libros y reportajes que tos sociales y también en la experiencia y conocimiento
abordan las causas, implicaciones y consecuencias de directo que gracias a sus visitas a las acampadas de Bar-
esta oleada de manifestaciones y movilizaciones. Uno celona, Madrid y Londres y a su apoyo en la elaboración
de ellos es el libro de Manuel Castells, Redes de indig- de propuestas del movimiento ha obtenido.
nación y esperanza: los movimientos sociales en la era de El libro se estructura en ocho apartados, a través de
Internet, en el que se analiza el papel de la Internet y las los cuales Castells explora tanto el papel de la Internet
nuevas tecnologías en la formación, dinámica y pers- como la diversidad cultural y el poder político de los mo-
pectivas de cambio social de dichos movimientos. vimientos. La introducción presenta los planteamientos
En este trabajo Castells hace un análisis de plena teóricos en torno a las relaciones de poder y las redes de
actualidad, y casi que en tiempo real, en el que conjuga comunicación. La siguiente sección está dedicada a las
las que han sido sus líneas de investigación durante dé- revueltas de Túnez e Islandia, que sirvieron de inspira-
cadas, y que están presentes en su grandiosa y prolífica ción a los movimientos posteriores, los cuales son ana-
obra2: los movimientos sociales (1986), la sociedad red lizados en detalle en los siguientes cuatro apartados del
global (1997; 1998; 2001) y las relaciones de poder y los libro: la revolución egipcia, la primavera árabe, las indig-
medios de comunicación (2009). El objetivo de Castells nadas en España y el movimiento Occupy Wall Street en
es, a su jucio, modesto: Estados Unidos. En las dos últimas secciones de su obra,
[…] proponer algunas hipótesis, basadas en la ob- Castells analiza los elementos de convergencia de los di-
servación, sobre la naturaleza y perspectivas de los mo- ferentes movimientos y su capacidad transformadora y
vimientos sociales en red con la esperanza de identificar generadora de cambio social.
los nuevos caminos del cambio social en nuestra época y Dos cuestiones son centrales en la reflexión de Cas-
tells: de un lado, determinar cuáles fueron los factores
1 El libro fue publicado originalmente en inglés como Net- que incitaron las revueltas en diferentes lugares del
works of Outrage and Hope: Social Movements in the Internet mundo; y del otro, establecer la perspectiva de cambio
Age. Cambridge: Polity Press, 2012. social de esta nuevas formas de participación y acción
2 Una relación detallada del curriculum vitae y de la produc-
política. La respuesta, según Castells, es simple:
ción académica de Manuel Castells con información sobre
traducciones y ediciones puede consultarse en http://www. No fue solo la pobreza, o la crisis económica, o la falta
manuelcastells.info/es/cv_index.htm. de democracia lo que provocó esta rebelión polifacética,

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[…] fue fundamentalmente la humillación causada por el sociales? ¿Qué ocurre con las formas y espacios “tradi-
cinismo y la arrogancia de los poderosos, tanto del ámbi- cionales” de movilización social? A este respecto, Cas-
to financiero como político y cultural […]. (2012, 20) tells mantiene que las “redes de comunicación son un
elemento indispensable en la práctica y la organización
Fueron las redes sociales del Internet inalámbrico, de estos movimientos”, pero también reconoce que
“la difusión viral de imágenes e ideas”, las que hicieron “son un elemento necesario aunque no suficiente de la
que estos sentimientos de ira, indignación y esperan- acción colectiva” (2012, 219), y que, además de la Inter-
za se extendieran por el mundo como una forma de net, los movimientos también viven y actúan gracias a
contagio. la comunicación cara a cara, a las redes sociales offline
Castells es enfático al señalar que, si bien el papel de preexistentes y a la ocupación del espacio urbano. Jus-
la Internet y la comunicación inalámbrica han sido fun- tamente, el trabajo de Wilson y Dunn (2011) contribuye
damentales en estos movimientos sociales, en ningún a matizar —al menos en términos cuantitativos— el
caso pueden ser consideradas como sus referentes causa- protagonismo de la comunicación inalámbrica en el
les: “Ni Internet ni ninguna otra tecnología, para el levantamiento egipcio. Según los resultados prelimi-
caso, puede ser origen de una causalidad social […]” nares de la encuesta aplicada a los manifestantes de la
(2012, 218). Asumir que los movimientos han sido plaza Tahrir, la interacción cara a cara fue la forma más
creados por la Internet implicaría caer en lo que al- importante de comunicación para los activistas (93%),
gunos denominan el determinismo tecnológico. Las re- seguida de medios tradicionales como el teléfono, la
vueltas surgen por las contradicciones y conflictos de televisión vía satélite y los medios impresos. El medio
diferente tipo que existen en cada una de las socieda- digital más mencionado fueron los SMS (46%), segui-
des —bien sea por los regímenes autoritarios, por las dos de Facebook (42%), los correos electrónicos (27%),
crisis económicas o por la connivencia entre la política el Twitter (13%) y los blogs (12%) (Wilson y Dunn 2011,
y el capital—, pero es a través de la redes interactivas 1252). No obstante, estos datos de ninguna manera res-
de comunicación como la gente logra conectarse en- tan importancia al papel de las tecnologías en la difu-
tre sí y compartir su indignación. En este sentido, la sión en tiempo real de las imágenes de lo que estaba
Internet es un soporte material, un instrumento de ocurriendo durante las revueltas en los diferentes paí-
acción de estos movimientos, en la medida en que les ses árabes, que resultaron determinantes para el efecto
permite “movilizar, organizar, deliberar, coordinar y de contagio viral entre países, pero también para de-
decidir” (2012, 19). nunciar la dura represión de las protestas, para generar
Según Castells, esta relación entre la Internet y los una opinión pública y, en algunos casos, para lograr los
movimientos sociales en red no es meramente instru- objetivos inmediatos.
mental, sino que, además, da lugar a una ‘cultura de la Detrás del protagonismo concedido a la Internet
autonomía’, entendida como la “[…] capacidad de un y a la comunicación inalámbrica en los movimientos
actor social para convertirse en sujeto definiendo su sociales del 2011, hay una cuestión clave: la relación
acción alrededor de proyectos construidos al margen entre el espacio de los flujos y el espacio de los luga-
de las instituciones de la sociedad, de acuerdo con los res, en los propios términos empleados por Castells.
valores e intereses del actor social […]” (2012, 220). Como muestra en todos los casos estudiados, las redes
Castells asegura que existe un círculo virtuoso entre de comunicación sirvieron para convocar e informar
las nuevas tecnologías y la autonomía, pues a través de sobre las revueltas, pero el desarrollo de las moviliza-
la conexión en red actores individuales construyen su ciones y las grandes deliberaciones tuvieron lugar en
autonomía con personas de similares ideas a través de el espacio público. Las calles de Sidi Buzid y la Place du
las redes que prefieran. Esta idea de la autonomía está Gouvernement de la capital en Túnez, la Plaza Tahrir
relacionada también con su noción de la ‘autocomuni- en Egipto, la Plaza de La Perla en Bahréin, la Plaza del
cación de masas’, basada en redes horizontales, en las Sol en Madrid, la Plaza Catalunya en Barcelona, Zuc-
que se procesan mensajes de muchos para muchos y cotti Park en Nueva York o Finsbury Square en Lon-
sobresalen rasgos como la autoconvocatoria, la coope- dres fueron los espacios urbanos donde convergieron
ración, la instantaneidad o el dinamismo. las movilizaciones, haciéndose evidente la diversidad
Ahora bien, ¿es posible que se esté sobredimen- de los manifestantes. El espacio público fue el lugar de
sionando el papel de la Internet en los movimientos encuentro, visibilización y resistencia de las revueltas.

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En este sentido, es claro que los movimientos sociales permitió la construcción “colaborativa” de una nueva
en la era de la Internet conservan al espacio público Constitución, cuyos principios, valores y formas políti-
como el lugar para la expresión política y el diálogo cas estuvieran hechos a medida de las demandas y aspi-
polifónico de las visiones del mundo. A este respecto, raciones de los ciudadanos.
Castells sostiene: “[…] la revolución de Internet no Castells define las indignadas en España como un
invalida el carácter territorial de las revoluciones a lo movimiento político contra el sistema político, el cual de-
largo de la historia. Más bien lo extiende del espacio de nunciaba la falta de una democracia real, cuestionando
los lugares al espacio de los flujos […]” (2012, 72). el sistema de representación política, pues se considera-
Castells va mucho más allá sobre esta cuestión al se- ba que los principales partidos servían a los intereses de
ñalar que, aunque los movimientos sociales comenzaron los bancos y no eran sensibles a las demandas de los ciu-
en las redes de la Internet, se convirtieron en movi- dadanos. Con la celebración de unas elecciones munici-
miento al ocupar el espacio urbano, bien fuera de mane- pales como telón de fondo, los manifestantes ocuparon
ra permanente o por manifestaciones continuadas. El las plazas de Madrid y Barcelona y, posteriormente, las
espacio de los movimientos se construye a través de las de otras ciudades del Estado, para debatir el significado
interacciones entre el espacio de los flujos y el espacio de la democracia real, los problemas que las campañas
de los lugares ocupados, generando, según Castells, un políticas habían ignorado, la injusta gestión de la crisis
híbrido, un tercer espacio, al que denomina espacio de la económica, y también para manifestar su rechazo al sis-
autonomía. La explicación es que la autonomía, como se tema de participación electoral. Las mismas asambleas
mencionó antes, solo puede darse mediante la capaci- realizadas en los espacios ocupados se convirtieron en
dad de organización de las redes de comunicación, de la una especie de laboratorios de repertorios de democra-
misma manera que solo se convierte en fuerza transfor- cia participativa y deliberativa, trasladando las prácti-
madora desafiando el orden institucional y recuperando cas de la Internet al espacio público. Los manifestantes
el espacio público para los ciudadanos. se representaban a sí mismos, sin intermediaciones, ni
Esta recuperación del espacio público como el lugar líderes o portavoces reconocidos, primando la plurali-
de ejercicio de la ciudadanía plena tiene que ver con el dad y la horizontalidad como norma, la deliberación y la
proceso de conquista y redefinición de la democracia; generación de consensos, la flexibilidad (ajustes sobre
objetivo compartido por los diferentes movimientos la marcha a la dinámica a partir de los aprendizajes) y la
estudiados por Castells. Los manifestantes tunecinos, descentralización (comisiones y asambleas por barrios
al igual que los egipcios, y, en general, los de los países o ciudades). Como indica Castells, este mismo modo de
árabes reivindicaron la total democratización de sus funcionar se replicaría y enriquecería posteriormente
países, que pasaban necesariamente por el abandono en Occupy Wall Street con nuevos esquemas para la
del poder o el derrocamiento de los gobiernos —que organización, deliberación y toma de decisiones como
durante décadas se habían mantenido como dictadu- una forma de aprender haciendo, lo que se considera la
ras o como pseudodemocracias—, y la posterior defi- democracia real.
nición de nuevos regímenes electorales y la celebración Las cuestiones aquí resaltadas, y otras igualmente
de elecciones libres y limpias. Efectivamente, tanto en sugerentes, hacen parte del análisis de Castells sobre
Túnez como en Egipto se llevaron a cabo procesos elec- las perspectivas del cambio social de los movimientos
torales y se reformaron las respectivas constituciones. sociales en la era de la Internet. Como bien lo señala el
Sin embargo, a juzgar por las nuevas manifestaciones autor, al momento de redactar el libro estaban todavía
ocurridas durante los últimos dos años, parte del ma- muy frescos los acontecimientos y era demasiado pron-
lestar y del inconformismo que motivaron las revuel- to para elaborar “una interpretación más sistemática y
tas no han sido superados del todo. académica sobre estos movimientos sociales”, además
La experiencia de Islandia, como lo ilustra Castells, algunos de ellos continuaban de alguna manera como
mostró que era posible acabar con la subordinación del si se tratara de revoluciones inconclusas y otros habían
gobierno y de los partidos políticos al sector financiero, derivado en sangrientos conflictos, que aún hoy día se
mediante la transformación del sistema político. La ce- mantienen, como en el caso de Siria.
lebración de un proceso constituyente que armonizara De todas maneras, a partir del trabajo de Castells
la democracia representativa con la democracia partici- quedan planteadas algunas cuestiones que amerita-
pativa —esta última ejercida a través de la Internet— rían nuevas reflexiones, especialmente a la luz de la

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evolución que, durante los años transcurridos, han te- términos de construcción de proyectos políticos en el
nido los movimientos sociales estudiados. En primer mediano y largo plazo.
lugar, valora los movimientos no solo en términos de En tercer lugar, tanto las indignadas en España
proceso social sino también de su efectividad política como los movimientos Occupy debatieron en torno a
y capacidad transformadora de las instituciones; que, la crisis económica, al poder del sector financiero, al
aunque no es un tema ajeno en el análisis de Castells, drama de las hipotecas y a la desigualdad en los ingre-
requeriría de mayores precisiones. Por ejemplo, en qué sos, entre otros. Sin embargo, según señala Castells,
medida los debates en torno a la forma y alcances de la no se plantearon posiciones abiertamente anticapita-
democracia real han permeado o no la agenda progra- listas, para el caso de Nueva York, sosteniendo que la
mática y la lógica de los partidos políticos o los siste- mayoría de partidarios del movimiento “[…] no criti-
mas electorales, y cómo han actuado los movimientos can abiertamente al capitalismo, […] la crítica se cen-
sociales ante cualquiera de esos escenarios. En el caso tra en el capitalismo financiero y en su influencia en el
de las indignadas en España, a pesar de su rechazo al gobierno, no en el capitalismo en sí […]” (2012, 195).
modelo de representación política y de que, según el Un asunto bien interesante, si se tiene en cuenta que
análisis de Castells, los movimientos sociales “expre- los actuales movimientos sociales antiglobalización
san sentimientos y agitan el debate, pero no crean par- son en su mayoría decididamente anticapitalistas. ¿Es
tidos ni apoyan gobiernos” (2012, 217), algunos de los posible que con respecto al sistema económico se con-
seguidores del movimiento han creado recientemente figuren diferentes tipos de movimientos sociales en la
el partido X, una nueva formación política con una era de la Internet?
única propuesta, “democracia y punto”3, y cuatro me- Finalmente, como se ha intentado presentar en
canismos para su realización: referéndum, transparen- esta reseña, la obra más reciente de Manuel Castells
cia, voto permanente y wikigobierno. Se trata de una presenta algunas de las claves para comprender uno de
experiencia a la que valdría la pena seguirle la pista, en los fenómenos sociales y políticos más apasionantes de
la medida en que intenta articular dos aspectos pre- los últimos años e ilustra el paso de la indignación a
sentes en la reflexión de Castells: la construcción de la la esperanza y la ruta del cambio social a partir de los
democracia real y el uso de la Internet. movimientos sociales en la era de la Internet.
En segundo lugar, Castells refiriéndose a la prima-
vera árabe, señala que aquellos países que no tienen Referencias
una sociedad civil equipada con una plataforma digital
son mucho menos propensos a generar movimientos Castells, Manuel. 1986. La ciudad y las masas: sociología de los
sociales a favor de la democracia; en esa medida pa- movimientos sociales urbanos. Madrid: Alianza.
reciera establecer una relación directa: a mayor acceso Castells, Manuel. 1997-1998. La era de la información: econo-
a la Internet, más democracia. Es preciso matizar el mía, sociedad y cultura. 1ed. Madrid: Alianza.
papel que puede desempeñar la Internet en la profun- Castells, Manuel. 2001. La galaxia Internet: reflexiones sobre
dización de la democracia, en la medida que si bien las Internet, empresa y sociedad. Barcelona: Plaza & Janés.
redes de comunicación permiten compartir informa- Castells, Manuel. 2009. Comunicación y poder. Madrid: Alianza.
ción y movilizar la acción, en muchos casos se trata de Castells, Manuel. 2012. Redes de indignación y esperanza: los
redes débiles, reactivas, instantáneas, construidas por movimientos sociales en la era de Internet. Madrid: Alianza.
afinidades pero que no aportan significativamente en Wilson, Christopher y Alexandra Dunn. 2011. Digital Media
in the Egyptian Revolution: Descriptive Analysis from
3 Para mayor información sobre esta iniciativa véase http:// the Tahrir Data Sets. International Journal of Communi-
partidodelfuturo.net/programa/. cation 5:1248-1272.

Isabel Duque Franco


Universidad Nacional de Colombia
Doctora en Geografía Humana de la Universidad de Barcelona

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