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Si lees la Biblia cuidadosamente vas a ver que este ideal no fue practicado en muchas
ocasiones. ¿Sabes que en la Biblia no hay una familia ideal modelada para nosotros seguir
su ejemplo en todo? Todos los principios ideales están en la Palabra de Dios, mas no
encontramos una familia que los practique todos, porque esa no es la realidad. Lo que
vemos modelado en la Palabra de Dios son familias que quieren agradar a Dios y a través
de sus problemas y dificultades observamos como mantienen la fe y la esperanza en Dios.
Vemos como, a pesar de los pesares que trae la vida, podemos triunfar en medio de nuestras
derrotas. Vemos que lo que quiere Dios es un amor perfecto, no necesariamente un
comportamiento perfecto. El amor perfecto se aprende cuando la familia entera tiene que
enfrentar situaciones no ideales. Eso es lo que madura el amor.
a. Sabemos sobre la primera familia, de Adán y Eva. Ellos tuvieron problemas desde
el mismo principio. No pudieron obedecer a Su Padre por querer complacerse a
ellos mismos, y aprendieron a las malas que hay que escuchar a Dios. ¿Cómo
aprendió Caín a ser tan egoísta y tan envidioso? ¿Cómo aprendió Abel a ser tan
servidor y tan preocupado por las cosas de Dios? No sabemos exactamente como
estos patrones de aprendizaje se dieron, pero sabemos que la influencia de sus padres
fue el ejemplo primordial en la vida de estos dos hermanos. Adán y Eva modelaron
un comportamiento, y tal vez fue tan dividido como el ejemplo que vemos cuando
Eva fácilmente se deja llevar por la serpiente en vez del mandato de Dios. Vemos
que la primera familia que hizo Dios estuvo muy lejos de la perfección, porque el
primer asesinato en el mundo ocurrió entre dos hermanos. ¡Qué ejemplo!
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b. La familia de Jacobo tampoco fue ejemplar. Tuvo doce hijos, y entre ellos se
manifestaron bastantes tendencias disfuncionales. Los hermanos trataron de matar
al menor por envidia, y el mismo José sufría de ilusiones de grandeza. Era un niño
lleno de fantasía que tuvo que aprender la realidad a duras fuerzas.
c. También tenemos a David, sabemos que su corazón siempre añoraba por el Señor,
pero vemos en su vida reflejada los sufrimientos de una persona muy volátil en sus
emociones. Esto se refleja claramente en sus hijos y estos le causaron a David
bastantes problemas a través de su vida. David tuvo múltiples esposas, cometió
adulterio y cometió un asesinato. Entre sus hijos hubo una violación, falta de respeto
entre ellos y con el padre, y muchas lágrimas derramadas por David, sus esposas y
sus hijos por todo este revolú.
d. Hasta la familia de Jesús no era una familia modelo. Rodeada de controversias desde
antes que María y José se casaran, ni los hermanos de Jesús le creían a Él. Era una
familia bastante ordinaria, por la cual causo muchas dudas en su pueblo nativo de
que Jesús fuera algo extraordinario.
a. Expresa tu apreciación cuando alguien en la familia hace algo bueno para ti. A
menudo expresamos críticas y faltas en nuestros familiares. Pero las cosas bien
hechas no ameritan nuestros debidos elogias y exhortaciones con frecuencia. Tal vez
hasta cuando hacen algo que casi está completamente bien debemos llamarle la
atención positivamente para conducirlos a que continúen en buenos hábitos.
b. Específicamente describe los beneficios que vienen de su comportamiento. Si tu
hijo te trae un ramo de flores, dile cuan bien eso te hace sentir y cuan pensativo es.
Si tu hija saca buenas notas, dile cuanto esto te agrada porque está invirtiendo en su
futuro. Dile que esto le va ayudar y es bueno para ella. Ayúdale a sentirse bien por
hacer esto porque es para ella, no solamente para complacer a los padres.
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c. Hazlo a menudo. Siempre ten los ojos abiertos hacia estas oportunidades de
elogiar. Haz del elogio un hábito.
Proverbios 27:21
21
En el crisol se prueba la plata, en el horno el oro,
y al hombre la boca del que le alaba.
Necesitas encontrar razones legitimas para elogiar a los demás. El elogio vació no
es de provecho y suena artificial, como si estuvieras tratando de manipular la
persona. Siempre hay razones legitimas para elogiar todos los días, hasta en las más
viles personas. Los ánimos y hábitos buenos se refuerzan con debidos elogios. No
refuerces los hábitos malos con críticas. A veces no encontramos razones para
elogiar porque estamos muy pendientes a criticar. La crítica negativa es egoísta. La
crítica constructiva se encuentra en el elogio, primeramente.
Tus hijos necesitan saber porque son valiosos para ti y para Dios. Necesitan sentirse
amados y apreciados, simplemente porque son, no necesariamente porque rinden una labor
útil para ti o porque hacen cosas buenas. Las cosas buenas que hacen debe ser porque se
sienten valiosos, no para buscar valor de ti, porque entonces, cuando cometan errores, se
van a sentir sin valor. Los padres son las personas que más influencia van a tener sobre la
autoestima de sus hijos.
a. Recuerda que no puedes darle suficientes elogios a tus hijos o cónyuge. Debes
hacerlo diariamente.
b. Busca buen comportamiento en tus hijos para elogiarlos. Se activó en esa
búsqueda. No importa que sean cosas que tú crees que son bobas. Comienza con lo
pequeño y veras que pronto se convertirán en cosas muy buenas y grandes. Siempre
dales las gracias cuando hacen su trabajo en la casa y cumplen con sus
responsabilidades. No te acostumbres a no dar las gracias por las cosas que esperas
de todos.
c. Envuélvete personalmente con tus hijos. No hay nada que les deje mejor impresión
que tus envolvimientos personales con ellos. Siempre procura pasar tiempo de
calidad con ellos, hasta si es por unos pocos minutos.
d. Escucha tus hijos. No tengas una relación de “SÍ” o “NO” con ellos. Dialoga,
pruébales su mente, sus sueños y sus gustos, especialmente si son
adolescentes. Pregúntales sus opiniones y considéralas. Practica el discernimiento
con ellos. Envuélvelos en las decisiones del hogar y deja que sus votos
cuenten. ¿Cómo los vas a entrenar para sus propias vidas si no le vas dando peso a
sus opiniones y responsabilidades?
Proverbios 22:1
1
Más vale el buen nombre que las muchas riquezas,
y la buena fama vale más que la plata y el oro.
Proverbios 11:14
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14
Donde no hay dirección sabia, el pueblo cae;
la seguridad está en los muchos consejeros.
Donde no hay dirección sabia de los padres los hijos se caen, pero muchos maestros sabios
lo hacen victoriosos.
Proverbios 22:6
6
Instruye al niño en su camino,
y ni aun de viejo se apartará de él.
El cuarto capítulo de Proverbios nos enseña como tenemos que entrenar nuestros
hijos. Salomón dice que si un niño escuchas las direcciones espirituales de sus padres sus
años de vida serán muchos. Pero la dirección que tu le vas a dar tiene que ser sabia, sin
hipocresía de tu parte.
Proverbios 4:13
13
Aférrate a la instrucción, no la dejes;
guárdala, porque ella es tu vida.
Escucha como en el Salmo 25 David le pide al Señor que sea su guía. Dios le ha dado la
responsabilidad a los padres de enseñar a sus hijos tal como David le pide a Dios en este
Salmo.
Los niños aprenden más por tu ejemplo visual que de tus consejos. Si tu vida es consistente
con tus creencias, serás un modelo ideal para tus hijos y abonaras respeto en ellos para
ti. Te escucharán mejor y tus ejemplos serán grabados en sus conciencias por siempre. Si
eres débil de carácter, orgulloso o egoísta, tus hijos aprenderán de esos patrones y te tratarán
como tú los tratas.
CONCLUSIÓN
Nuestra sociedad siempre ha tratado de cambiar el ideal familiar, tratando familias de un padre
como si fueran normales y el divorcio como si fuera un derecho para todos. El compromiso esta
siendo acechado por el relativismo, y el egoísmo predomina. Tenemos que ayudar estas familias
disfuncionales, no rechazarlos, sino tratar de reconstruir patrones saludables para que no seamos
derrotados por el diablo, sino que aprendamos hasta en estas situaciones a darle gloria a Dios. La
Palabra de Dios nos da mucha esperanza, ya que la mayoría de las familias que vemos lidiaron
con situaciones igual de gravosas o peores.