La igualdad es valorar a todos los seres humanos como a
nosotros mismos y aceptarlos como son, sin importar edad, tamaño, color, sexo o cualquier otra diferencia.
Las diferencias son las que nos hacen especiales y únicos, y
entre nosotros, nos complementamos; es decir, si eres tímido, yo te puedo ayudar a ser más sociable y a integrarte con mis amigos. Y tú me puedes enseñar a cocinar.
Nunca debemos reírnos de nadie por lo defectos que tenga
porque tú el que te estás riendo también tienes muchos otros defectos.
Y tampoco no nos debemos burlar de que los demás no
tengan las mismas virtudes que tu. Por ejemplo, tú puedes ser muy bueno jugando al fútbol y que tu compañero sea muy bueno al baloncesto. Por esta razón no hay que burlarse de las virtudes que uno tiene.
En conclusión, la palabra igualdad quiere decir que debemos
tolerar a cualquier tipo de persona con sus defectos y sus virtudes. Al igual que debemos respetar su color de piel negro o blanco, sexo hombre o mujer, tamaño grande o pequeño, gordo o delgado…