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Ministerio del Poder Popular para la Educación

Unidad Educativa Colegio Agustiniano “Cristo Rey”


Educación Artística

INFORME #1
EL CULTO A LA MUERTE
El hombre antiguo vivía en un mundo hostil y cambiante lleno de dificultades y
realidades que se veían inalcanzables. Él tan insignificante y pequeño, solo un puñado de
polvo de estrellas, se invento una realidad. Una llena de dioses que lo salvarían de la
destrucción. Una realidad lleno de mitos y de un cielo lejano que debían alcanzar.

Es así como el hombre crea esa necesidad de alcanzar lo inalcanzable, lograr lo


imposible y creer en lo increíble. Esa necesidad se ve expresada en sus monumentales
pirámides como las egipcias y mesopotámicas cuyo objetivo era uno solo: llegar más alto
en el camino a un mundo perfecto.

La Perfección se ve expresadas de tantas maneras que es difícil definir un concepto


claro. Podría ser esa de cuerpos estilizados, jerárquica e imponente, seria y severa como la
egipcia y mesopotámica o esa atlética y precisa, bella y armoniosa como la griega y
romana. La estilización del cuerpo es una pieza clave en el logro de la “perfección”, es así
como un canon preciso y estricto surge creando un sistema perfecto que mide la belleza.

Pero ¿es eso la perfección? ¿Es eso algo que se define? Obras raras hay muchas, pero
¿eso las hace bellas?

El cielo, ese éxtasis divino, ese punto tan lejano y venerado. Habitad de seres tan
legendarios y raros ¿Cómo llegar a él? ¿Cómo estar más cerca de esos seres? La respuesta
es simple: Monumentalidad, pirámides majestuosas en forma de terrazas construidas de
enormes bloques de adobe desaparecen en el tiempo, dejando un rastro de la necesidad de
llegar al “nirvana” antiguo.

Los mesopotámicos con Zigurats enormes se acercaban, mientras que las pirámides
egipcias sepultaban al hombre guiando su destino sagrado. Esculturas monumentales de
dioses eran venerados por todos los pueblos, en busca de algo, protección del mundo
violento que los rodeaba, atemorizándolos con algún día hacerlos desaparecer.

En resumen, el hombre tomó el arte como una salida, un espacio libre en donde
proyectar ese porvenir en todas las culturas y sociedades. El hombre no ofrecía un gran
culto por la vida, algo tan corto y mundano no merecía su adoración, en cambio la muerte,
algo tan misterioso, divino e infinito hizo que las sociedades ofrecieran un ferviente culto a
la muerte.

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