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PRÁCTICA N°1
¿QUÉ GANO SI ME PORTO BIEN?
ALUMNA:
DOCENTE:
GARCÍA TAFUR
CURSO:
ÉTICA Y DEONTOLOGÍA
TRUJILLO – 2018- I
ACTIVIDADES
La felicidad tiene que ser algo mucho más profundo y noble. Sería el resultado
de alcanzar la plenitud. Es decir, consistiría en vivir de acuerdo con lo que
significa nuestra naturaleza vista no de modo parcial (caprichos, ocurrencias),
sino de modo integral: con nuestra alma y con nuestro cuerpo, con nuestras
aspiraciones personales y con nuestra condición de hombres que viven en
sociedad y abiertos a lo eterno.
FELICIDAD NO FELICIDAD
Es una disciplina que nos ayuda a orientar nuestros actos libres en orden a
conseguir, en la medida de lo posible, la realización completa de nuestra
humanidad. Aunque tengamos que enfrentarnos a las ideas de los que viven a
nuestro lado.
E l hombre desde que es pequeño es orientado por sus padres hacia lo que ellos
creen que es correcto, y ayudan a sus hijos a diferenciar entre lo que está bien
y lo que no; pero ya está en cada uno de ellos tomar una decisión el cual los
puede llevar hacia la felicidad o la no felicidad y pese a los obstáculos que
encontramos en la vida.
“El autor nos habla que la felicidad tiene que ser algo profundo y noble. Para
algunos pensadores como Platón, Aristóteles, San Agustín y Santo Tomás, la
felicidad sería el resultado de alcanzar la plenitud.” Para vivir en plenitud es
necesario sentirse bien con uno mismo, sentir paz interior, estar satisfechos con
las decisiones que tomamos, viviendo de forma honorable como antiguamente
lo hacían los samuráis quienes se quitaban la vida si hacían algo deshonroso;
actualmente no llegamos a esos extremismos, pero definitivamente el actuar
bien, actuar correctamente nos llena de plenitud por ende nos hace sentir felices
por lo que según el autor hay una relación entre la ética y la felicidad ya que si
actuamos con ética nos sentiremos felices; pero también nos plantea obstáculos
como las enfermedades, los imprevistos, los peligros a los cuales estamos sujetos
todos los días, y la voluntad que está sujeto a nosotros cuando sentimos pereza,
miedo al fracaso, a las críticas, lo que nos limitan nos detienen y nos atrapan,
no nos dejan llegar hacia donde queríamos ir.
Está claro que actuar correctamente nos lleva a la plenitud, a la felicidad pese
a los obstáculos que estamos sujetos cada día, nada es fácil; pero siempre
podemos confiar en Dios quien también nos guía hacia ese camino correcto,
puesto que el desea la felicidad para sus hijos.