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¡eino del Padre, salvo aquello a lo c¡ue se ha llegado por pacto y CAPITUI,O OCTAVO
coloquio (lo mismo que, en el úte¡o mrte.no, nuda'de lo'así establá-
cido puede ser más que accide¡{al). El combate 5s sll¿yi2¿ ss E,SPLENDOR Y TAREA DEL HEROE
-q
agrava- en debate. Cuanto más bajo se es¡á en la escala del esprriru,
más.apr.,.io se ¡iene ¿ l,r unanimijad; pcro segLin se asciencle ha.ia
niveles más sutiles, la discotdia ruzon,ida va ilcanzando su debida
pteponderancia ideal. Una cierta angusria nos sobrecoge al ver cómo
el espíritu devasta lo inmedia¡o e tr¡oduce la s.pa,-ícicin v el des-
gar¡amier)to conflictivo incluso e¡ lo mas susraneialntente esponraneo;
la pa"ión ercirica perr,,rba los mec¿nismos reprodJclores.,ul .omo L¡
nostaJgia frenre ¿ l¿ na¡ura]e¿a erplorrda y amenazada coovie¡re a I¡
imposiblc fyri.r en nuesrra gr,n otru de árte futu¡a. Todo e, a¡lifi_
cial, pues no de ot¡o modo puede se¡ 10 sellado po¡ nuestra imagen y
semejanza; así nuest¡as tareas, nuesttas conquistas, nuesttos tem"o¡es, <rEl ve¡dade¡o desm del homb¡e heroico es Ia juveo'
nU(5trO5 goces y nucsrros cr:tilos. tud eterna y la paridad con los dioses.»
EI P,,d¡e no":rm¿ y nos ll"mr, c"ro úlrinro uomo I¿ meior m¿rri- gtiega
J. Bur.crlrut: Hi¡toria de la ctthura
fesracion de aq.rellu. SL- reclarno 5aca af nino-lob.¡ dr la selva n,.uicia
y de la compañia it¡eflcriva de las fie¡asr nada puede cont¡arresta¡ su «L'imaginatioo est toujouJs icune.»
llamada,. aunque plenitud indistin¡a y gástiia siga ofrecieodo in- G. BAcrüL.ta!
_la
consoloble-nen¡e l¡ añor-Lnza de lo que ,r.ri-zá nun, a iLre. MowgJi deja
atrás sus correrías lunares, las grandes uacerias, los osos v sc;ientes
para parrir hacia el Éoblado de los h.rmb¡es. La p¡nterá n.rr" ou.
por ¡l se enirenra a Shere Khan, la [eroz or.ur, .^ .,,rá llrr.o
reposó ranras veres l¡ cobeza le sigue a "onrbra
Io lejos por ia espesura, gri-
tá-ndole una y orra vez: ,;Acuerdati de que Bagheera te quer ra:- plt.o Héroe es quiert l.og/4 eiemp.lilicu c-on ¡u acció.n !'"i:'.4 *\Zl
Mowgli ya no puede rcrro\eder: m¿r.clra- ha. i¿ 'Ía nirir de grandcs oi.rs fuer¿a v ex, elincia. En esta definición Ia mayorra de los términos
por ia que tabajará y lucha¡á, hacia las palabr..rs en que" tend¡a que orr.da. ,., conceptualizados rigurosamente, sólo pueden se¡ clescritos
verter a partir de aho¡a su susta¡cia, hacii sus compaieros v com;e- Á, ,or"ot,r'o, por medio á. .r,entot o mitos alusivos; guarda!án
ridores, hacia sus empr.esis. Dcia aLrás ,od, ..peranru . a palrir'de ^orlo
h¿"ta el fin¿l su es;nrial ambigüedad, y es-preciso gue asÍ ocurra' si
ahora siempre l¿ 1s¡61¡j ¿¡¡a¡- y avaoza hacia los símbolos infe¡nales pecar a la vez contra Ia hon¡adez cientifica y Poética En
para perdcrse
"n.llos v sel el mismo. "á-ju...-ot
.i,.rr.oo de ia ética, todo aquello que no es ambiguo -todo aquello
cuya IecLura pretende ser inequivoca- es dogma eclesiástico o código .
o"'rrrl, el procedi,nienco natrativo, por su fa;[e, tambiin rienc lr'ico, I
.l p.ro io .án[i."u de antemano y está dispuesro a desmentirse en su I
f¿rn.,acy'.s.4tr,ater
iu*ino .,,"nto haga falta para que el truco nunca se oh'ide del todo \
fo y'r, rea ,/¿t / ¡5 ¿'rd <: y por ota por,. Iigu ilrniionando. Si así se quiere ver, la diferencia
n árli* qor.tl. pretJnden Pos€er una ciencia áel hombre (sea ésta la
/¿1e,ru,:, 3<z rP t it-t7rt's tÚ
episterue platóiica. el conocimiento empírico-experimental,o - como
., lo -at común - un hrtrido de ambos) y quienes pttfier(n tejer
/?9 ). eEP"n<'U historias ¡eflexivas resPecto a é1, es la misma que exisie entre los
bluios que practican la magia negra o la necromancia y los ilusionistas
,1. con.iito .n la chiste¡a: todos iuegan con la oedulidad de1 público
y con Iá propia, Pero Ios .s.glnJos col[ies¿n de e¡rra4a que se pIg-
ponen engañar coi¡o1ía de deleile, mlen¡ras que los Pr¡meros nunca
111
de:an de sosrener:u muy vert¿ relaciórr rlirecra colr Srrjnr. quiete vencer:
¿Cuál es bre gui.t"
llg vencer golque ]q qu.-,¡_o vence s![úa como mLe,lc) v
)a tt.4J'to t qlre lt élrLJ narrltiva prerende resgrrard,rr o pro¡,a;ar? La (=139¿+SEll!g
(\nada óeor o e eeslár mn.i"., según;Jviirió-§énelcá.
confianz¿ en que la acción humana e.te abÉ¡ia-,i- lá
slar r.nuer¡o 4ntes de.
¿le qro¡ir»,
".-,',- - l:;i-"ix_ C:-;^; X
como conclici,¡n¡dr p.,r lo ncie"rrio (y qrre para to,, ;;rlbl'É-l;r.
l'¿ra obvlar esLe problema, algunos defensores de la virtud, vi¡tud_ no pu- ou_
ur(n3 ¿cilon. lo foslblc cs miis tulevantc y signifi.,riv.r.lrre[,:ip;r;,i', d" diendo negar su derrota en este mundor han asegurado su rácompin-
diendo
lo n(((- sa, t¡iunfal eD ot¡o, más allá de la nuerte. Pe¡o-este fiunfo es muy
rnrio)' creencia nrir.iia en que la f" ,"r.,"ii1,,ál
,lr, ".,,"¡úilidld
rr(r()n.rlrJad hu¡nanr. b.r.r¡n prrr Irrnd.rr. v l, relativo, porque
-exige
la complicidad de la mue¡te misma y en últimc;
m¿nrener y t.an.forn,¿,1 I,,s lérrnino
LLrrrrlLru supurrc la lras
supone ra más plura
plcna oerrora
derrora J< vida que conocemos, anl-
oe Ia vloa ant_
vaiores \',no.mas quc r.-gularL l¡ v:dr.lc l.r" honrbr.s; Ia obsrin¿cion quilaJa en be¡elicjo de la realidad del oro rnunáo d. r"crrrr,,eÁ"o,,
en J(tcndcr lu_qlre eralrJ jubilosamenrr al homble y le hrce sentilse castigo. Hay otra
,¡ás trrme y más libre. 1 , sin embargo, de ve¡ a l¿
del mundo: la
V"lvamos a_ l¿ definirio¡ del hé¡oe con la quc co¡neruamos. E! el
1, _
c,¡.,mplili.a qu.. realmcnre, l, vir.Lud es [t,erzr v ex.elencia,
lheloe.se
I es. d((ir _eI herue prrreb.r .¡". la virrud -s ].r lcción t¡iLl,l.¡lrnc.rre n,.is
lelr(a¿. _A.Lptemos par.r seguir irrgarrd" qLie ii.rud ei,rn cornpo¡.¡¡l mayo¡ía cof]lo
mlenro 5oüjlrnenl. .rJr rir-ble er¡ el q,rc 1". h,nrbres rr,..rnoccn sLr err buena medida convencional y, por trnro, discu.
icleal. acrivo de dignidid y gloria. A t" ,,",.a _q.. .ii,fi;;l;;;.*
proviene de uir, fletza o v¡lor- se le-rclonocc ¡-" .{i.,,ai" de su narLrraleze, como
pero tal reconocir¡iento reó¡ico y ..lifi.u"t.'"rti
i".ai."r.,
-.o;;;;;.;;-;;;;;".
mcnrillo por I¿ ¡c,.rn-l¡.ion J. irrc¡"u" concre¡os ¿, t" lo"¿,,..,a ui,_ ñ-
tLrusa quc,cu.rlqr:ierr.purde corsrata¡ el la vida cotidia¡a.
S; i;ug,,u t¡as que no puede clecirse que el heroe sea tal por atenerse a la pres-
ast uo¿ pracrirl .rnrivirruosa, que aconseja con cí¡ica áis_ cripción vi¡tuosa; lo valioso de la virtud ¡eside en su ejecriante
,satrdurid_
c¡ecron l¡-re¡uncja a, ia vi¡t[J. aun aceptando ésta como Lln monu_ ejemplar, el héroe, y no al ¡evés. A¡istótcles insiste repetldas veces en
menro ull de co.r.cion y co[.c:i.,n "o.i.¡1. y es quc Ia rillrd. corrr,.r que las virtudes no pueden se¡ definidas ni aprendidas abst¡actameD-
Io mas p opi.¡rnrnl, hu¡r:rno_. 1, ár__rrirrr,fur-.o jé,-¡echir-rd¡; éJ h6m] te, sino que han de se¡ imitadas de la conducta del hombre excelente,
e7 spoud atos. es la el valo¡ o la iusticia2 Lo
I Una fcrmul¡cicin exr-<rn.r J( una ópric: filo:óÉica ser¡r
ianre ¿ l¡ oue ¡q,l esta respuesta no§
p¡opongo se halle en la siguiente cita de Sar,r:yana, qu. n,. lnttuvá
it..ñuu- que tivo precede aquí
mente rl cor¡icnzo de mi r,rr¡.eipecul¡,.r, y.i,.,,¡il,i,,,,,,.,:i6iilr'L.i
pler¿mer.rc, nrF )i¿ur pJr(fie.rdo iundrmenr.rl¡renre core. r¡: * l_J¿ l"
'liio-
la
sotlJ rnblc.d v al<min¿ rs merd lir<r¿tura. F..,us rn¿: pr.furrd,¡s alconcei aoel¡
simplemenre a lo _que e1 homb¡e se dice a sr mhrno'.;;j;;;;; separa¡la sin pelvettirla o volverla mezquinrt y Do de uDa norma
;;; ;í.,,
turJi, cuJ¡dú vuelve a pinrar 5ur pe15pe(rv¿!, cr.¡ndo an¡lii, ri,.-.f.r,.,","- convcncional establecida socialmente por razcnes utilitarias. Como
sa\. cJ¡nJo rlrrbt )u oj.g(n e im,¡ine bs var.:rJ"s er¡eriencia" crue Ic dice bellanreqre Hermann Nohl, -el iJeal es la fuerza alesre, v ¿na.
su.ror.,,r
poseer, acr.mut¿u\.t y,lJ".r"ri."roente unrti,,rJ¿r. Fl r,nit.r"o d.rmos.¡uc
i, ur¡ novcla
c'ryo hcroe e5 e¡rgol y la arnnli¡ud J. la fi,cion,-udndo cl (su es iulro y onrnr-
damos clue debe encarna¡ en
cn el hombl.e excelenre
excelEnre para
D.rra ser"recono..i.ló
ser reconocido
voro,,nr LonLrd¡f,lce :u r.en,.a puiLi,a. Ia c,,mpl,.iclon prr(Je r.r nqdrnr. o como tal.
ln\r0rüJ. o r(rdrgJdJl I.cro ¡ur oLrJ pJrte es a v..is,oL,.-rn.,a y
El heroe es qlien 4{rcre y puede. Dejemos por uD momento apa¡-
Jrtrayenre, corno Lr rurobiogLafia de un sanro; y, tomada con]o las ^onc.,,,
cc¡nfesiores te roda nlrest¡a poética moderna del fracaso, la melancólica glorifi
oe.un, escÉlrrrcrsmo rornjnri(o que trat¡ de s¿cudirse el a¡nés dc la cación de la de¡¡ota como dignidad ante lo ineluctablemente a¡verso
convención
y dr l.rs pdldbr¿s, oucde rerr"r grrn prorunoi.l.rd e rxter.s dr¿nrjrico. p(ro ni (para Hermann Melville, por ejemplo, <,sólo cuando un homb¡e ha
uno sot(, de sus, terfilnc,s ni ¡¡na sol¿ de sus co¡ch¡siones ticne el
menor vajo¡ sido vencido puede descub¡i¡se su verdadera grdndeza»): ser de¡rota-
rlenrrtr.o y \otu .,rdndo .,¡ ljosufl¡ .s b¡ en.r lircr¿lur¡ silve oer¡ alsu,
tulJt ¡gos ¿t ¿t t¡,ab"). Cttno puedc ver"r, y no poder, poder
(oncturroner p"re.id"s a I"\ de RLJolf Carrr.,p Ceor.ge Sanrryanr ,l,lg¿ a.rri a
en su.elcbr< rcrto d'.ro*¿i"rio
a( r.r mer_trstc¿. ddn(lue el rumbo filo"orrco po:.el que .rrub,s ont,ñn,,u
pu(u( scr mJ\ opuc5ro. per,JnJl-nenre .onfie.o.¡ue no creo oue l, focm, d.
super"r l" nrveh del .¡o r.a ponrific.rr de,Jc t,';i.;.i.;;. ,ál'ri". J,ril,
groso rr¡un!c.cnle t.rrtb¡¿n e\ u¡¡ dc los pr.¡e.ro" hcror.,o lnsplran nue§tta
que DáIta-.. d(l prorrdonisla v
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visra del hé¡oe y nlda lograríamos h¡ce¡ si no iue¡a así. Por ridículo el r¡a¡tes pasado o el jueves de la semana que viene. Pero el ;iempo
qL1e sea erteriorizrt¡lo enfáticaucn¡e, Lodo 1,ornb,-c sano y cuerdo, aventu¡e¡o es ¡ealmente fiuestro t, la relacicjn que m.Lntenenros con-él
activo, vive alcntado por la saga d.'s¡.¡s h¡z.rñas y cs uoble y acosrrdo se hace apasionada, más allá de cualquier módulo convencional, pues
palaclín ante su fue¡o iorerno. No es incompatible esre salL,dal¡ie puede ser nuestro mejor cómplice o implacable tirano. Cada segr-rndo
dcli¡io con la lírcicLa visión de nues¡¡¡ con,lición menesterosa, sin,' es dife¡ente y nos interpela directamente; ni siquiera pueCe hablarse
que es en palte corregido por cLI,r, pero en Pall. sir-ve Para corr-e- de segundos o días, pues ese tiempo no se mide, sino que se saborea
lgirla. .tlgLricn tan .tntihrruieo com,, Pascal, hlbl¡¡clo de una religión
o se sufre, pero eo cualquier caso se niega a preserrtarse de rnane¡a
homogénea para plegarse a cualquier baremo objetivo. Jrn una pala-
lirr, .r¡or"u,",rr.nrer ¡nriheroic¡ cc.mo el c¡isti¡uismo, tllvo quc ad bra, el tiempo en la aventu¡a es el na¡co d¡amático de 1o que pasa,
]. lmilr .El c¡isti¡ni"n¡o es extraño; o¡den¡ al ltombre reconocer que mienfras que en la ¡u¡ina todo pasa para ilenar de algún modo el
les v,l c incloso abonrinrbl., y le orllena quele¡ se¡ semejante a I)ios
lSin tal c.,ntrapeso csrJ .'lcvició¡ le volverí¡ hortiblentenre vano, o hueco bostezante del tiempo.
I esre rebaja,lienro le volvería lrorrible¡lente ab¡,sa¡a.,, á) En la 4ye,q1uru-lsLg ualus de,lLzpt"rolidsl_ane¿r1zr1§?ez:) .
11 115
't
clrenremenle con la muerte y hr oh'e'i,lo de ell4-I4ugly-¡g-!l0:-
r¡:ll Fñiñd¡;[, ef-í"*tl*ro no se juega la vicla, pues éstrr es rár'nosla, los que han causado nuestra irrupción en el mundo sin pedir
li.ir.-a,,,a lo que l,rcren.lc grna¡ (Le modo ¡ea[irmado y me¡eciclo: nues[a opinión pueden también expulsarnos de él cont¡a nuest¡¡r
le i,re..,a l, -u.ri". .l lote inef irablc de la coticliaoid¡d uestesiada, voluntad. El despliegue heroico tiene como fundamental obl'erivo in-
l.r p.ri.rr,.nr.coart.r,l,r de Io qLre impone su me.lioc¡id¡d sin peligro dependizarse de esta an.rbigua providencia. p-¡¡ASllo jI
y abornina del arriesgedo esplendor.
Au¿oos y eNErrrcos
118 119
para log¡ar que volviese Carlomagno y salvar asl las vidas de la ¡eta- lización del esplritu del héroe (Ciice) y traición. Pero respcclo a las
guardil {rancesa; pero el orgulloso gr:errero prefiere morir con- relaciones del héroe con el unive¡so femenino habla¡emos miis ade-
dena¡ también a todos sus compañeros, que comprueban así-yque no lante; baste aqul señalar cómo el héroe, t¡as haber dejado su casa
es graruita la gloria que se gana cabalgando junto a los héroes- y librado Ia primera batalla con sus padres impaestat, debe después
anres (lue pedir ayuda. Sigue más el héroe por lo común los dict¿rdos entendérselas con las diversas posibilidades de padres y madrts elec'
de su audacia insensara que los de la prudenc.ia, al menos el héroe ,iuot, en:re los que tendrá que escoger sus modelos ideales, debatién-
ripo Aquiles (irente al hé¡oe asruro tipo Ulises, qr.re también tiene en dose {tecuentemente hasta el límite de la ambigüedad y la contradic-
cualquier caso su propio tipo de insenstltez)i pero es qüe vi\'e rbie¡to ción ent¡e lo que le palece admirable y Io que se Ie presenta se.luctor,
al azar de su suerte, -e lo que Batri)le lhma¡ia «voluntad d. suerte» enrre lo que [e confirma en su fue¡za y lo qr-re le olrece algo a , ambio
y ¡osolros quizá <<desrino». Y para qtie la sue¡ie nos sea propicia de perderla, casi siempre el dulce olvido de sl mismo.
hacen falta, según Ernst Jünger, dos cosAs: <<no exhibirse demasiado
como buela person¿ y tene¡ un cierto grano de locura>>. El anrigo
del héroe suele se¡ demasiado buena persona y estar totalurente Er mánor Y Lo FEMENTNo
ho¡¡o de demencia, por 1o que la sue¡te suerte heroica, que, a
-la
veces, comporta la muerte, arlnque como preámbulo r¡ la ¿poteosis- Recue¡do una escena muy significativa de una de las películas
le es csquiva. Pe¡o nada es más he¡moso que esa amistacl, que la más perfectas de la historia del cine, <,Solo ante el peligr:o» (Hlgá
I¡ate¡nidad he¡dica: nada l¿lmpoco nrás libre y esplénclidam e¡te ético. noon), Se aproxima
-la el momento del enfrentamiento con }os cuat¡o
El br¡eo cine del oes¡e ame¡icano (Fold, Walsh, Hal,ks. . . ) la ha can- facinerosos; aldea está completamente vacía bajo el sol. EI t,tarsbal
tado c1e modo inigualable; pero rambién, por supuesto, la vieja deambula por las calles en las que se le niega todo auxilio y se
épica, como admi¡emos en esa despe.Jida de Olivie¡ a Rolando, pre- c¡uza con un catro: en él abandooan la ciudad las dos mujeres de su
cisa¡-reirte tras los'reproches antes nencionados Atjourl'bui prend vida, la morena de fuego y la rubia kantiarra, la tu¡biedad arrebata-
lia noire lo1:al conpagaotndge: tDtut ce soir no s rous sépareront, do¡a de la pasión y el deber conyugal. Po¡ ¡azones opuestas (irunque
et ga sera tlur, despecho en an-rbos casos, en urio por haber sido postergada a otra
Los aliados y enemigos humaniz,rdos se convie¡ten en trasrültos m,rjer, en oto por haberlo sido a la obligación viril del valor) las
cli¡ecros de los padres, en sus aspectos positivos y negativos. dos se alejan del hé¡oe en peligro; finalmente, la esposa volverá para
prestar la única ayuda que el narshal ha de recibir y probar que los
lazos del amor son más fue¡tes que los de 1¿r ciudadanía. Pero cent¡é-
monos en el momento del doble abandono: ¿es ineluctable que el
hé¡oe sea repudiado por lo femenino? Sl, en tanto que él rnismo se
le regala de buen graclo sus arrnas); negalivamente considerada, es ha visto obligado a ¡echazar antes las ptoPuesras femeninas para ele-
el poder maligno ¡, Ia astucia diabólica, el endr.rrecimiento agresivo en gir su propia vocación de excelencia; ha renunciado con tal motivo a
la perversión, e1 instalimiento usurpatorío en posiciones de mando la pasión y a la familia, al desorden y al orden amoroso, a la seduc-
y privilegio... la negativa a ¡ecoDocer positivanente al hé¡oe o a ción de la conquista y a la fidelidad a la promesa mat¡imonial. La
cede¡le el ¡elevo. Narrr¡almente, la sutileza lite¡¡¡ia ¡evela la er.tor- amante no comprende puede tolerar cordialmenle- que se
me ambigüeded que encierran 'tales <<r,irtudes>> y <<vicios>>, como ¡enuncie al éxtasis sensual -noy sentimental para fundar una inscitucio-
queda magistralmente cliiro en el diseño que hace Stevenson de John nalización del amo¡: su pasión se niega al futuro, a la convención
Sih'er y que ya he analizado sr¡ficie¡remen¡e en olro lugar (\tid. ¡d y a la conveniencia social; la esposa no comprende tolerar
ixfdncia recuperad¿ cap. I). En 1o tocante a l,r fi
-no Puede
cordialruente- que se renuncie al intercambio con.rercial, al ahoro
advoceciones oositiv¿s la -u"inun .o*-olu-iicir,n y al reposo en las instituciones de seguridacl (o a la huida prudente,
caso de que éstas falten) para optar por el valor desesperaclo que no
¡et¡ocede ante la violencia, pese a que la violencia nunca resuelve
nes negallvas slguen d.ef initioaruente nada y tiene que acudir una y otra vez a su cita mot-
--celos, dureza de corazón, falsa m¿te¡nid¡d, falta de entrega a los tal. Pero el hé¡oe debe fundar y debe también esta¡ dispuesto a pre-
hijos, livian.lad, agresiones hipóoitas- o el modelo «Dalila>>, con {erirse a 1o {undado; debe otgar,izar lo que ha de funcion:r¡ sin él o
su seduccióo debilitadora, embotar¡¡iento por el exceso sensurl, bestia- con él como si él no estuviese, y también ha de negat el peso inerte
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de la organización cuando amenaza a la Irrerza propia clesde la que te¡r¡inatia que la Madre enca¡na. Llay en el hé¡oe - quizá es Io <¡.ie
brora la posibili.hd de d¡r ioim,rs. El ,tt¡hal tiene un tie¡no apclati- prirrcipalmeote le constituye como tal- ur¡a suble'.,ación (o,rt!a la
vo que sLtsurrrir a¡Io¡ cllando ¡¡lbils c¡bez.ls se ap()y.l1'r en Ia almoha- ley dé ta especie y la impersonalidad biológica que Ia_ reprorlucción
da 1' ranrbién puecle sel disringuido con el digno tírrrlo cie esposo: percr iÁ¡,one. Tal-exigencia pudiera expresarse risí: <,c¡eced bttsta rt'dtipli'
a llamarie por sr,r nombre verJaJe¡o --por aquél-l cuyo recl¿rmo no ceros»; ei hé¡oe busca una plenitud individt.al ilimitada y, Pot tanto,
puede regarse- sólo ¡certó aquel alto mediodía cl pisrolcro que le no quiere que se pongan ba¡re¡as a su u¡gtncia de c¡ece¡. lista pos-
desaiiaba. tura, insistamos de nuevo en ello, no está en modo alguno reservada
La ¡iriljl¡,1 r.lel hért¡e es esencirl, aunque sLr sero puede ¡e¡ a los .<hombresr, es decir, a los <tt'atones»; en su ?áe Deúal ol Death
m¡scrrlirro o lenenino I. La leloz virgrn A¡alrnca, l¡ belicosa santi- asegura Ernst Becke¡: <<Tanto chicos como chicas sucumbe¡ ai deseo
d¿rl de lLr¡na de Arco, incluso la ,rbn.gación de Nladle Coraje enca- de huir del sexo rep¡esentado por la madre; necesititn pocz. coacción
jao pelteciamenre en el esquema herc,ico; pero yir no 11 cns[igador:l para identificarse con el padre y su mundo. Este parece más neutro
Dian,r, cuya desnuclez plohibicl¡ ?ltctuttó a Acreón y le transi,¡mó de físicamente, más limpiamente poderoso, me»os inmerso en los dere¡'
cazrldor en presa, segain el bellísimo rrrito tau excelertenente alali- mirtismos <Iel cuerpo; parece más 'simbólicamenre libre', represenra
zado pol Pier-re Klosst¡u,ski (Lt batz ,le Dia»e). E.n l'.rs armls pulas el vasto mundo f.,e.a de .asa, el mundo social con su org,'nizado
de 1l seducción hrry algo profundamente ¿¡nriLcroico: Lrua resistenci{ trilrlfo sobre la naturaleza, la auténtica huida de 1a continE.ocia que
indom¡ble i qlle rodo quecle re,.,elaclo, a c¡ue los códigos se cstablcz- el niño busca.» Escapar de la finirud, t¡ata¡ de lil¡¡a¡se si¡¡bólica-
crn de inane¡r ir¡:quír,oca, a qLle sea la volunted dc aiirmnción propia mente de la necesi,laá norfal que el sexo lepresenta, es ¡cchazar la
y el dt¿lqr¡e lrrrnr¡l lo clue exclusivamenre predomincn. Un aprcndizaje ttíz nágica de nuest¡a inplaDtación en la vicla y en l,r liberraC: otros,
en percl.rse y relunci¡r rr l¿ individtL¡1i2¿ción aglesiva que el propio como Georges Bataille, han br-rscado precisamente en {isa <(zona
Hé¡cul"-: recii¡ió tejiendo ¿l L.s pies de l¿ ¡eina Ortalia, pero también maldita», en la propia he¡itla del determioismo, la vía para asumir
la en¡¡añr:sa complic,idad en propósitos masclrlinaDrente estatules por una co¡dición que iebasa todo i¡st¡umetltalismo y va más a1lá tan-
via .lel Jisi¡az de la proteica N{¡r¡-Ilr¡i- .EI oldeu de lo he¡oico se to de la anin)aiidad como de Ia sociabilid¡d L¡ ¡econciliación del
desliza a ,,,eces h,rci:, la rigidez no¡naii\.n y el paroxisruo ior¡rerioso de hé¡oe con la Madre es la hazañ¿ más difícil y rambién la n,ás im-
ia voluntad, h,rcier<io irl prescinJible l-r regeneraci{in .lc la irüIéniica prescindible: reconcili¿rción que no puede ser fusión, natu¡almente,
libert¡d éric,i por nledio de la inte¡r,elr:ión divergelre cLe l¡ se.lucciti¡l si»o pérdida jubilosa y perdición en el goce.
Iemenln¡: éstl es eróric,r, siq clrrcll. pe¡o taDrbié[ pu.de ldoptar la
ini,rgen de la rmena y civilizld:r Solí¿, corno eotre los neoplxr&ricos
y renaccnristas. o de dquclld bie¡avenfrrLanza iluni1l¡Ldc)la que el cris- Mnr'ronrl Y oRrcEN
rianismr.: llemó G¡aci¡. !n l,r época contemporáoea hay una escle¡o"is
cle los r',rlo¡es plrrernos qL¡e ha ilcvadi, a una desvaloriz,rción o sos- El hé¡oe nunca olvida quién es, para así poder, finaLnente, llegar
pecha anre lo heroico, como luego comentaremos. y a una exlltación a se¡lo; ea todo herolsmo hay una fidelidaci a la memo¡ia rlel propro
de las io¡mas de scduccirin fen':enina cnyos aspectos positivos puc.lctl origen, que es de donde viene la fuerza y la determinación. F'ec<irdar
orien¡ar haci,r unl regenelación étic¿r eo ur ideal .le {lexible fi¡meza el ó¡igen suele equivaler a no olvid¿¡ por ,'tté salió uno de casa: en
y culrds conseaueflcias negativas yn t¡.ttú cn orra palte (vici- «1.,a asun' el c,,áto populai, de los ¡res hermanos qlre parten hacia el castillo
ción de h N{¡d¡e,,). No se t¡¡ra dq busL arle en lo fc¡neni,ro un r-eposo ernbrujado en busca de Ia priocesa cautiva, sólo ¡¡¡¡ m¡¡6¡, sl
o una trÉEu¡ rl glrerr-ero, silo cle ¡esc¡,¡¡lc dc l¡ blntalicl¡.1 nrostrá¡¡- héroe- tecuerda a qué va y no se entrefiele recogienclo -ql las piedras
dole to¡la l¿ surilcza cl¡ l¡ b¡r¡Il¡ .1uc hi tle libr,rr. orecios¡s oue le tienian a la ve¡a del camiro ni se arredr¡ ante las
Lo he¡oico pcrleoe.e {,-Lnclaaren tr ln teo t e al reiro del PLtdre, aon- ii.rr. q.,. l" cie¡¡¡n el pasol pero tamhién sólo é1 lecuerda quién es
que no se. m,is clrre por hLrir dc 1¡ oblig.rción se\u¡l ercesivdrntote (Le- y se ditiene en su marcha para socore! ¡l anciano desvalido q.¡e
solicita su ayuda, ganando asi *y sólo asl_'ala princesa. 111 oráculo
2 No i¡l¡,rn. empero, eiempios de e:<plícirr misoginia el el cL¡lLo herc¡ico. [l pindár'ico oid.rrubu, llcflt) rt \et lo que ere:; y Franqois Mauriac, al
escriror j.rponés Yukio ltishinra, por ejem¡,Ic, que en so adolescco(i¿ col¿c- iin,.,l de su vida, contestrba a la pregunta lreriodística <<de no habe¡
ciontrba inigenes ¡riunfalcs de toilas 1as cukuras, incluyó en su colccción una
esrampe de Juana de Arco romÍndol.r por el rerr¡to dc 'rl iovcn lr.r,,c frrnco. sido quien es, ¿qué otro hubiera quelido se¡?» con r¡n ¡otundo: -Mol-
Cuanáo rlguieo 1e r¿veló l¿ co¡dición le¡¡e¡ina de 'u IJul", ron:pio rrrJignado tnéui, nais rrr,rri. Nodu tao arriesgado y c(,mpromerido como sobre-
la ilus¡¡¿ción. ponerse a todo aquello qoe conspita coo :u ine¡cia a ce¡¡a¡nos el
t22 t2,
orro l.do debc sana¡"e una penealosia. esro cs, debe tneteccr rcr *
paso hacia nuestro propio logro: pero el complot co¡rienza el¡ nLrestro ,t ui¿ »,s.' L;¿;;¿im;loEF- "
fuero inteloo, con la dr¡d¡r soble nuestrd pr.opia inclestrLrcLibilidad, es ?iiló;ñ El r.y de Iraca sabe que ha de volver a su rron() y a su
Jecir, so5re clue lealmente sooos lo clu,.queremos ser con sólo :r¡ries- reina, sin dejarse detener en su periplo de ¡eror¡o po¡ los monst¡uos
garnos firnemenre a ello... y tanro p¿1ra bien como parl nral. En ni sedr.¡ci¡ por las hechiceras; pero mientras viaja y corLe averrlu)'xs su
uno de süs espléndidos ,¡to¡ismos dice I.".rflia: <,Teóricrrnente hay urra nomb¡e es Nadie, un náufrago recogido de h fu¡ia del ma¡ sio I ieucs
periectrr posibilidad de felicid¡d: c¡ee¡ en lo inclesrructible que hay ni e¡nblenas y qLre se conmueve hasta las lágrimas al oÍr cont:¡ ;ierta
en u¡o v no empeñnrsi en alcanz¡¡lo.» Y lo coruplementa mís lde- historia que ninguno de sus huéspedes sabe que es la suya o el men-
l¿nre con csre otro: <.(lreer quiere rieci¡ libera¡ Io inclestructible digo que llega ál que uD día fue su palacio sin se¡ ¡econocitlo ni
c¡-re hey en uno mis¡ro, o, rlds exactaroente; liber,u.se, o, nás exlc, saludado cortésmente salvo por su viejo perro de caza. Ulises ¡tcuer-
ramente: ser inclesrructible, o, ntás ex¡rtemente: ser.» No.emperi.rrse da quién es y al mismo tiempo advierte que ya no es uadie: sz,be que
en alcirúar la indes¡¡uctil¡ilidad quiere clecir.oo supolerla fuera, como no habrá grandeza en su nombre salvo Ia clue él ponga al 1og.-ar la
algo a cc,nseguir y a incr:rporar a nues¡ra sLrstaocia, a la qlle sólo se hazaña de recorrquistarlo. Tiene que ir desc.rbriéndose, reuelá¡dose
añ¡di¡á ¡rccident¡lorente (iy quiéo sabe si podremos permirirnos tan a 1o largo de sus peligros y sus amores, de sus astucias y su firneza.
insóliro lLrjol), sino dejetle llui¡ rlesde Jettto en srrs maniles r.rcion¿s PorqrLe toda nobleza es conquistada y rradie puede enorgullecerse del
cre¿tlc¡¡as como ,rlgo ql¡e se dma ¿lctivalmenle ¡ sí orisrno por ser lo nomb¡e que se ha proplresto obtener, sino del que ya merece... aun-
que es. que también en elegir bien el nombre por el que se ha dc Lregar
,/..'i_
El hrro. rrs¡il:r .r l,r prllrct,r robl.-.t cs.l<.i¡ r ouc su .lct'.r est¡iba no poca virtud.
jÉ- ner .e le imDon*r conro unJ co.lccion r\terior .in,' qrre cu.tsisl¡ .n
' [-.¡!ffi$\trlffiIP'"r..
ético kanti'rno como r-einvención de
1¿ 1,,,s v¡lores por el supcrhonbre
cle Nierziche aspirrn a 1¡ auronorlía h,rroicn, es decir, a le n,rblez,r, ble en quién es coba¡de o mezquino. Valor para conquistarlo y clefen-
aunque diiieren en i¡ funció¡r cor,c¿l¡i.l,r a la u¡river s¿rli,lad: mienLl:rs derlo rodo, generosidad para renunciar a todo; valor para co¡side¡ar
que perl Kant l¡ noblez¡ qrre cor.r.es¡rc,nl'le a 1¿¡ crirtt¡.rra r¿rcional es que nada está vedado po¡ su alturil o dificult,ld, generosidad para no
1¡ esttict,r tidelid,r¡l ¡ lo r¡nivers:rl (dejaldo fuera toJo ¡'lrrticr-rlarismo necesirar nada; valo¡ pa¡a afrontar la insoslayable desJicha, generosi-
concreto aor¡o ¡esiclLro de n.,ltlrralismo), parrr Nietzsche ningrura ¿rLttén- dacl para compartir la improbable felicidad; ,',alor del héroe par'a ser
tic¿ vi¡¡ud es univrrsdlizable porque h¿r de couesponder ¿ la fue¡za él mismo y valor para admitir que está colldenado a no se¡lo de1
de una ¡.tzón petsor izaltt, encarnada ('tt unr¡ irrepetible ale¡ción de todo, a serlo en tanto va dejando también de serlo: y a estc último
cuerpo y r,olnnt,rd. En el hé¡oe, el ¡ech¡zcr del n,¡l cleliva cli¡ect¡- tipo de valor hay que llamarlo generosidad. i'{ietzschc, por su parre,
mente de la volun¡ad de persever-ar en sLl ser, por LleciLlo con e-\prr- en un se[tido r¡ruy p¡óximo al aquí apuntado, fundió valor y genero
sión spinozian'r, no del rcoror a ningírn tipo de castigo impuesto por sidad en una sola ioya que propuso como destino del que supera todo
u¡¡a ¿rn¡olidad exrcriot: eo esro txmbiél coinri.ler li¡nt v Nierzsche. resentimienlo y habló de la uittud que bace regalos.
O srr. LLL.:cl lrcr,,c llo rs.r':rlu por\lrre \so no !1.or) el'l(, LrrL eo i.
r.,r.",1.1_+,.iG-.h,u.o]Gi*_ü_r=co,ñ,n-.,,,riüdl,*;;;
te -g1¡lqs-e] mal. Cede¡ ¡l m¿l es tener L¡n¿i debili.l'Lri, clebiliraiiffi Er- nÉnon Y LA cruDAD
mrlo.lel mal es precisamente l¡ del¡ilicl,rd qne encierra. De lquí que
el hérc,e ¡o puede triun{ur cle cualquier nrorJo (pues no todo imponcrsc La vinculación del hé¡oe con la excelencia le opone por de{irrición
o tlomiol¡ es un tr.iunto), sino que rrirrof:r porqrie oo se desDrjer,te) a la medioc¡idad de lo común: no Ialta quien ext¡aPolLr este clrrto y le
porque no aspira rr ningún preniio rljeno a 1o que él fiisruo es: noble, declara incompatible con 1o con¡unitario. Sid.rey Hook, por eiemplo,
zrl coosiste en no c¡lvid¡r lo que nno es ni eoiljet.tdrse por lo .1Lre I,r en su 7áe Hero in History, se pregunta muy ieria y coocienzudrmen
conve¡rcióo erter¡r considcrd un bien. Per,¡ t.rmbién esuib¡ Ia noblezl te si una democ¡acia puede confiar en el héioe, 1o cual es cuestión
' en ¡o rer¡er ni caiumoirr¡ ¡ Il voluntld propia, en otttt)tttte ¿ que- que ya en su día preocupó a los ciudadanos priegos. Podríamos decir
rcr... Re;pecro ir c¡-rién es, el hér.oe se h'illa en un,t parrtJ(íjica ccrndj- [or lo pronto qoe la democracia es la realización ético-política más
ción (par:rdój.ic,r, rl meoos, cuando se 1¡ corrsicler¡¡ s uper.{icitt lIrlenre) : inequlvicamente heroica que se han propuestc los hombres: heroica y
por LLn'¿ pitrre. como ),¿ se ha dicho, ha cle guerclar {ideli.la,l a Ia hasia titánica, porque se trata de un asalto eli toda ¡egla al cielo del
memc,ria c1e stL origeo (es decir, no olvid,tr por qué s,rlió de casLt); por
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poder. Pc¡o a estc punro ya le dedic¡relDos r-in pa¡ de c¡lritlllos eo la C)1i.'eo. serial¿ qJe er, la Odisea la. palaL-'ra 'hiroe' p:rrece c"'D )rrn'
rercera parre de este lib¡o. De¡noc¡aci,r y heroísmo coinciden en la r'le¡ a ¡odos los [,ombr.s liL,rcs, hasta el punro de quÉ cüanJo A cnea
común b¡sc,r de utto¡ottia: arrrbas con,parten idé¡rica raíz érica. Lo ,aonr.;o o Telér¡aco en el canto primero <rque convoqlre en el rigora
que paJa es que lra1,, una cietLa descripcicin de la democ¡acia .--cn Toc- a los héroes a,lueos,, 1o que quería deci¡ es <<reúnc m¡ña¡a a la
queville oo falr¡n abunilantes ejemplos- que considera Ia a¡imad- assrnbl.¿ ¡epular de Itaca".
ve¡sión o al menos la desconfiarzl ¿rnre io sob¡es¡liente co¡¡o l¡n daro Es eierLá que el héroe suele §er a urenudo de uit orgu)lo poco
fund¡rue¡rt¡l cle ésta; tarrrbién Nietzsche, por sLr pa¡Te, vio e¡¡ las transigente y proclive a la imperiosidad, pero hay que admitir que a
mode¡na: tendencias clernoc¡í¡ic¿rs y socialistis una pleponderancia ¡uien Lic¡¡e {uet're pc¡sc,¡r,rlidad le es más difícil renuncj,rr a impo-
políLicr clel rese¡ti¡rienro, Según 1a visión clel resenrido, él es mcnos nerlu qu. a quicn vive con un ,llma en se¡ie. Y eso po¡que el s':gunrlo
porq!1e oLros sozz trís; pero é1 no quisiera ¡ealmerrte ser más (que- ,u ." Én.,r..ri.u ¡efleiado en todas partes, en 1,.'s hábitos y en ios iuga-
¡e¡lo se¡ía coinenzar a serlo), sino llue se contentd ao¡ qire los otrars ,'a. .,rarn.., mientras qre el orru no se haL,, p,r par Le alg'rna .sino
sean ¡r.nos. I{ay una tendeocia r 1a igr",ald.rd llue ro es h¡cha contra corrro ,r.gudá y po, tunto siente l¿ fuerte teotacicjo dc eseL'l¡'ir el
1o clurc iujusramcnte itrpicle ctecet, sirro ¡ruro alátr de lebajar. Sin ,rru.,lo u".r, iáag."
"yu
y semejaoza. Sin embargc, el sueño heroico por
embargo, esLe for¡rracióo reecti\ra es o(t¿rr)ente deLrdora de la mett- excelencia, .orno ui,rur, és la independencia, la-autarquír, lal como
ralid¿.1 sr¡¡,11, es dccir-, cs un ¡esiJuo del o¡den p,isa.lo y no ,rn ir,-rto foe ."prerado gaÍlardumet,te por el psicoanalista Vícto¡ Tausi<: <<In-
.1e1hombre nuevo qlre aparece políricenrente hablanrlo con la 1lust¡e- d"p",rái"r,r. porque ¡adie depende de mÍ, no soy esclavo porqrte no
ciern; Ia igLralJ.rcl qu< 1-r dcorocr..icia proclarna y delien,le es estrict¿t- soy n,,., Di n."ro el rnh.ló de 'et i,ttltT rhi, que se oponr J Pa(-l -
meore neg.rrirr y !e..pon. r cu.rlcluier torna cle jelrrqLría natu¡a1iz¡- cei L¡na autoridad impuesta, pero tan.rbién a intponer su auto¡idaC La
da, a cualquier privilegio dcl potlcr o i¡rflucncia qne no cluieLa somc- ti¡anía no es un objeiivo he¡áico, más bien tc¡<lo lo conttario: el \é¡oe
rerse liml,ianente a la p.ilesrra del debare s<¡cial. Sólo qrrien ha nacido busca coropañeros, no súbdi¡os. Quiere que se Ie ¡econozca. t'n su
parn v:,s.rllo puede creer que tod,r adoriració¡ es un¡ folrn¿r c¡m¡¡fla valor y singularidaá sobresaliente, pero tal recc'nocimiento pierde todo
da de obcdicnci¡. l)e'hecho, admir,rr y leconoce¡ la exc,rlencia es una inte¡és si e"s coactivo y no esPontáneo: sólo un incapaz, Ileno Ce justi-
ca¡ac¡e¡ísrica áel é¡hos hcroico, aurLqr;e ¡¿iI reconocimicnto cc,l¡¡e la {icaclas dudas .ub.e s.r, potitilidades, se contenrará con el halago rle
aparienci:r neglriva cle.la emulación y i,r pugna. Por otra palte, en abvectos esclavos. Ei héioe necesita homb¡es libres Psra ser recono-
la democr-acia node¡na desenboca tocl:r unx tende¡ci,r a reivindicar ciáo, acorlipañado y desafiado por ello; de aqul que su tuás sincela
la plenitud i¡rdividu¡l eri su diferenci¡ 1, novedad frente al pcso de1 inteivención política, paternalista a veces e impaciente casi sienpre,
orden tr,idicionrl, comba¡e c¿¡rcte¡ísri(.rmente heroico. Nnnca han consista en piopulsar a sus conciudadanos a L libe¡tad No es !'o¡ su
sido .,l,is masas¡, (concepto más propi.r de le panrdería qr-re de la libertad por'lo q,,,e ,e esfuerru, pues é1 encuentra en su propio dcstino
política) )as que hen provoclclo los glrrdcs vLreicos libelaciores, sino to.la la libertad q.re necesita; ial como Carón antes de suicidarse, Pue-
personalidades distinguiJas; los ¡ebel.les rrrás activos y eficaces no de decir: «Si he-combarido coo tanta obstinación no ha sido por ser
{ue¡on los qire uda tenían y, por lalro, oada podían perder, sino libre, sioo por vivir entre libres.» Pe¡o es que 1a r:rayor'ía de lo-s hom
y se scntían lo sulicien¡emente fue¡-
qLrienes habíen corrquisruclo algo bles's,ilo clnocen e} iúbi1o de la libe¡tad e¡ el momento que ln reci
¡es collro p¿1r¿ aspirar a más.Un pens,rJo-,_ ral poco sospechoso de ben, pucs Luchar pára conqulstarla les asrtsta, y practicar'la una
eiitismo cor¡o E¡nsr Bloch nos ¡ecue¡d¡ qlLe «los prineros en com- vez-cánseguida Les fatiga. Este es el punto de vista expresado por
bati¡ la cosrumb¡e siempr-e han siclo soliLarios, ioclir,iduos extuños y, Viadimir jankélévitch Jn su La uolonjé de :¡ottLoir: «El impaipable
o su caso ParticlL_
1o clue es rnás, señores,,¡rre rietiencl'eo srL existe¡cia oo.le¡ 1laáado ]ibe¡tad no es ve¡daderamentc vivido en toda la exalta-
lar; jan,ás sujcros colectir.os,> ien Dererl:o, n.ttutdL
.y dignil,u.l hund iiór, de.,ru nr.reva vida más que en el mot¡e¡rto en que se nos tla: es
za). En principio, la propia asamblea dcmocrátic.r rro es rr ás que un entonces la manumisión pata el esclav,r, la enrancipación Pa¡a- e1 opr-i'
Iras¡.rnto de Ia ¡sa¡rblc,¡ de 1os héroes. celosos .le su pleemineucia mid,, L liLerIrd pa.a l,o c,rutivos en lin. y sobre toJo la lil eracion
indiv.idu¡l, pero que Ia depcnen en ciert¡rs ocasion.s pa,-a colaborar oara t.,d,,s nn'otl.or. La libcra.icjn cra un3 gr.n cosa bajo Ia "pr<sión
er un¿ ernp¡as¡ cornú¡, r¡1 corrro vemos eo ),a llí¡rJ¿: tanto el prepo- .rr*oi." .l s,rbi,, decepci<,n,rdo. O n.¡ás bicn, e] sabio es aquí elgañado
tente Ag,rmenón como el ¡ese¡tido y demagógico '1'crsites r¡uenazao po¡ su ,rosLalgia, no es la Iibe¡¡ad lo que es grancie, es la liberación
l¿ concorclia asarnbleariir, pero ésta rermina prevalcciendo firraLuenre. iu q.," fn. h.i¡¡rosa.. Pues bien para e1 héroe 1o her-moso --y.su con-
Y cuando hablanos de la .rsemblea de los hé¡ocs lro nos reier.irrros dición nobLemente natural- es la libe¡tad, que no riene aplicación
probelrleneore sóio a unos pocos. N{. I. Finlcy, eo El ttuado ¡Le mejor que liber:ar y hacer seDtil a los otros e goce, para ellc's instan-
r26
t.rnio ) ibiJo. d. ¿b.¡rcl,n.,r.por un nt\ ¡ne¡rro l,ls c.rdcn..rs qrrc .1uiz:r
rrL
otcn. Fn csrÉ :,lan cl l-cro. ts ¡.tlp)utu. ,lrr( (li;¡ul,rpi(J.
r r:-rñ.rtr¡ Jr apetencias al té¡mino medio aceptado como socialmerrte seguro. Ilay
mente quicre. Jsci¡_: ¡¿rci¡lo libre; cíi,icamente, srr rarea ,,r,ís espirti- algo de inequívocamente heroico en desafiar a los poderes estableci-
neamenre es la lle Liberaclo¡. dos y en no respetar las situltcioaes de privilegio consolidaJas: inclúsc
hay mucho de he¡oico en perderle el respeto a las leyes vigentes. Iil
. Sir en:bargo, no es tácil vir,ir junto a[ gru hombre. I'al co¡no se
Jilc J. 6.rL..nin, rl rer.r. e: ur¡ t-",nrbrr pr..ioro e ir,pr..siil.liLlc rl barrclole¡o y los libertinos de Sade despienan temor en Ia partc ie
Jr¡ Ju I.r.h.tol,'cion. per. Ir,v.¡,.< rusil.rli., a l¡ ¡,,,,,1.ro¿.igrrienre. Su rebaño que hay en cada ciudadano, pero tambiér exaltan el anhelc
lugrr es lr 1e¡cnJ;_ no l,r hi;rona. Los homlr¡es necesit,rn ñéroes para heroico cle cada cual cuando se identifica con sus fechorías... o h¿,2¡-
canLarlos) pero toler:rn oral convivi¡ con ellos: l¡ ir¡tensidacl siin¡a ñas, según se mire. ¿Puede ser el hé¡oe c¡iminal sin dejar de ser
bien ¡ l¡ ..arreri heroice (el sol rie Alej-rndr.o o cle r\{ozart brillar.a I hétoe o precisameute polq¿te /o es? ¿luede cumpli¡se tambié¡ ¿1
hasra el últioo clía), pero clil¿rarse mucÉo no suele hacerle más que
I
c¡imen rnost¡ando excelencia e incluso virtud? Hay rostlos de lo
daño. Como ¡dem,ís de rornper moldes c innov¿¡ el hér.oe t¡nrtiéu I
sobresaliente que despiertan espanto, cierto; pero también es verdad
es tLind;¡dc¡ ]' cooservador. de lo iostituido, su longeviclad excesiva en 1o más íntimo de cada uno de nosotros aquello que cor¡fesaba Bn-
pue.1e conrribuir. eiic¿zmenre a escleroriztr¡ ir.r image-n e[l¿lrcipadora. chelard de sí mismo; <<para mí, todas las cimas humanas soo clz,¿sr,.
El liberrrclo¡ N¡cion¡l se conve¡rirá eu intrrrnsig-enre ¿uióci.¿ta e¡ A fin de cuentas, las posibilidades del homb¡e desbo¡dau cualquier
nomhre .le 1a prcrpia libe¡¡ció¡ que en ju clir clisrribuyó gcnerosa- córligo moral y es rrás importante que permanezcan abiertas, pese a
ntente; el Llr,rn A¡¡isr¡ se ¡cadeL¡rizarri ), cer¡¡¡rí el paso ,, los ouevos sus inmensos peligros, que ence¡rarnos mutiladolamente en la segu-
r,,rlores aur'que ésrc¡ no cuesrionen su m.rit.,; el Ilir"rre S,tbio euvas ridad de lo debido-
geni:rles re",rías ¡enoi1r¡roo sr-r discipJrn.r c,,o\,!,rrii,t cor, .l tier¡po s,rs
intL,i.ion." subr.r',rt"' rn !rn n.rrvr,l,gr ,.rLismu. Lo, griegos consi-
derabln que ¡ddd hLr)' o-¡ris he.mosl: c1oé uo joven hér.o"e tiuerro; et Er nÉtor Y [o sAcruDo
¡.trrrbio, los L.ldl!lr(\ j. L,,s grL.rreros nrrdLrros suelcn ser desciitos
cn Lr epJcr homr¡i¡rr cun r..rsgo; líigubr.es o despectivos: sc han hccho
rogrr demasililo... Lo propio cle los ast¡os fulguuntes es <lcslt¡mbrar
.lL,r:.rn¡. ,n m,,lt(nL, Jr plcr¡rru.l r c. lrp:,rrrc, n-tt culr( rrir.( <n grrriln.
ri¿.rC.r-(s p.1m.,nrnrrs dcl .,Lr,rrrLrrrJo ptrhli,o. ll,ry .,lgo Jc inrol.r.a
bie en ir¡¡sina¡se un llimLlud cincueniór¡ ¡c{nriridó en"la Acadenia y
qLrizj ctrn,,crtiJo ¡l c.rroli.isr¡o, o und lüx¡ih,n lv{onroe Ioudo¡a hh- pata naáa, ni a servi¡ a los orlos hombres o a los
,icnJo b¡cr,. :ln.rrijiun(\ crr pelí.r,l.rs d. iar.,,¡,r1..., .r rr r Nirpuleún dioses o a la especie y su colección de genes: el homb¡e no nace p¿ra
,,i.te,cio¡n .n \\':rL.rl.,.r .r(lnriri)lrrJo sewit, lo n¿lce sierra. El hé¡oe se emancipa de la necesidad de s¡-rvil
Pero es quc ¡demás 1.r descr¡nti¡nza ..sp.cto 'u .ntp,rio rciL,¡. ¡,nos'¡¡.is...
al héroe se basa e¡l st¡ cio que esclaviza al homb¡e eo todas las épocas y culturas, del únicol
propif, riaturalezi¡ ligerlmenre monsrmosa y hasta crinrinal en ocisio- modo posible individualmente (hay otra forma de emanciparse colec-l
ncs. Hdl,en el hé¡oe algc, c1e atro., cie.,ce¡rvo. de lrL1t.rrc¡n,iJr, el tivamáte, por 1a fiesta y el saoi{ício, el poder y la gl,erá, tal comol
rrepid:rr libr,inre de una voluntad di:prre;r-r a .riirrnir.5r sin eo¡c.iio- analiza Ceorges Baraille en st Teoria de la reli¿ióx): eligiendo s,r
!es. La socieLltlJ le necesira, porque el sua.i)o co¡tlrnirru-io esl¿í hecho 5ervicio y realizándolo de moclo ran ¡abio>amenrc impecable que l.r
de poder 1, negación de 1a muerre, dc. ind. pcndenc i.r grup.rl l, .ilirnia- rabia y la perfección se sobrepongan a 1o servil, anulándo1o-. 1,a,1
ci in Jc l¡ ,J.n.r.l.rJ.olc.rir.r es dc.-ir. p,rq,r. 1-,pror,,.i, d,. l,r viJ.r tateas del hé¡oe son menos imponantes que Ia energía he¡oica con
soci-rl cs hcroicir 1 rn e1 esplendor L1el héloe se reconoce co¡¡ro que son llevadas a cabo, lo mismo que no cuenLr principalmente lir
fin¡lmen¡e curlplicla. 'o1o que el rey ordene realiza¡ a Hé¡cules (algunos de los trabajos son
Pero pol orr:r p,rrtc hly un t.nror socj¡l frents
.rl indi,,,itiuo.lLre pd¡ecú n¡cesira¡ menos asisiencia de Ia courpañía de útiles, pero ot¡os absu¡dos o cap¡ichosos), sino el hecho de ejecutarlo
socorlos ¡lllrrl¡.rs qlre es lx comunidad; si l.r solirl¡r.icl¡<l cs a fin de perfectamente para estar a cada proeza más cerc¿, de libra¡se, fi¡aI-
cueDtas una {orm,r,.ie -isegLrrarse p¡orecciLín y ayLrclLr, quien se.pr.esente mente, de su forzado servicio. Porque en sí mismos rodos los papeles
.umu .r{i i rruln, r¡bl< . sc vulg., p-rr sr n:isrrr,, ,,,i1o, .Ji.l" ere que el héroe puede desempeñar Artista, P¡ofeta, Libe¡ador
Ios Jgm". s.ri lc J.r Li g,,nr y "n
tn l. r,r.a q,..c pie o cualquier ouo que algún Carlyle-Rey,
de turno quiera proponer- tienen
fie¡,r: se¡á"ol.r 'uliC.',ru "i algo de estecho, de civil e históricamente limit¿:do. Son manifesta-
diiícil hace¡le chantaje para !u. ii-i,. el vueio c1e sus
ciones culturales, sometidas a las urgencias de 1a época y a las Decesi-
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cladcs rie un clere¡¡ni¡r.¡clopueblo,.uv'l' rcsuh¡d"s pr¡(Licñs resr'rll'ur Atento como nadie a la novedad mis[ro es en buena ntedida
in¡c¡bal¡Ier¡en¡e c.liscutibles según l(ts cr:irerios csLerJcos, r'llgrusoi o AxgeLas Nouus el héroe está, -él
sin embargo, e¡t¡r¡ncado con 1o que
Dolticos euE sE ernpl.En. L,-, que e1 lLéroe hacc, eD cuanto que hsce no es t¡aído por e1 riempo, sino que siempre permanece ahí, rcpi-
u,,r.t.o co:1, el'l l.ll lnJn,rnL.j \ no err orl'o. qurLlJ s'lie'" a tiéndose al potente conjunto de la decisión qL'.e parece invent¿r en
",o
r..lor¡...,n J..ru5J \ Il-Ltle..l(mc tr 1 dcl)i.:.l i('ni ¡"Lo J;r -r"'hir"r cada r¡omenro aquello por 1o clue opta. En e.l reiuo de la acción- lo
oe¡tcc.ro! con quc lo hace her,¡is¡rtt¡ es¡,i m.is allá dc crral- qrie nunca n-ruele ni janás eorpieza se presenta lrecuentemente cr¡:¡o la
q,-,ie, rpr..i,rcici,, conLiBeotc.-su Cl.rro qtre t.rnlbiéu prrra aprcciar el he- maravilla que se da por prinera vez. El hé¡oe ma¡ca su tieDpc, Fero
r'oís,,ro,'rt,,í, ¡11á de s¿s ¡esuh¡dos DrriiLic,rs ¡ .lcl servicio civil que 1o rna¡ca desde fuera del tiernpo, co¡no si su mérito iuese aportar
.rrci".r,t. h"ce Lrlle. ttrsto, .u..o 1r.,i,, c-15r todu. Y no olvidcmos el algo qtLe la sucesión temporal no conoce ni puede hacer por sí mi:ma
diagnósiico del budislt¡ GetsLLdo: *Dr rdc h;1 un.r h,rz.rir,r iLrnrorl'rl, el brotar. IJay ¡nos u.niuer¡alcs del heroísruo, que son en buena mec¡ida
asno sólo ove truenos.)) los unive¡sales de la vida; nacla tan peculiar e irreperible comc, Ia
T.ascenJiendo e1 contenido concr(lo v la ¡nod¡lid,id pr.l¡ticLllar en forna que cl hé¡oe tiene de enca¡nar en su p¡oeza, pero trada tainpcco
que se etpresa su he¡oísruo, ent¡a e1 héroe et lo ittctlultblt: ao hlry que más ciertanenre ¡eitere una elección o un entusiasrno impercce-
É"r.,.o ¡-r,, juzgar'le ni ¡,.rtrón p,ir:r rnedirle, ¡'ues allí lo qu"' de áero. Lo que el héroe representa es de¡nasiado impotante para h rida
se¡vicio ie.,í¿ su ¡cciórt ha quedado ¡nul¡rlo T.¡c1o él es entonces como pala que no la acompañe y 1a posibilite desde sienpre. lJrr buen
victoria y recompensd, pero titmbién perdición Pe:dlLr',r al*o invisiLrle, expe¡to en esras cuesrionesJ G. K. Chesterton, concluye su ¡rovela
único, que no vtr a rc¡retirse, Pero ql( \rbe que nl(r'ceril retolnar El Napoleón (l,e Nott¡flg Hlll con esta página geoiei: <,Si tor:1as las
ar".,r".i,r,. (quizí éstc rer .1- ",rr.,i,i.., scr¡ti.l,' dql cclclrrt silr rle' cosas son siempre las nismas, es porque son sien-tpre he¡c,icas. Si todas
cro nie:zscheano),,r1go donilc se ilrei.Ln l¡.. ltur., 1'J" his rori'1,. inso- las cosas son las rnismas es porque son siempre nuevas. Só1o un aima
borreble, jubiloso hasta su pullto Ll!' iYtre¡l\r desgirr'lnlienro.-lLtljaz, es dada a cada hombre, y a cada alma sólo le es dado un poco de
Dero dlÉ;un ¡.si"re v sienrc q¡'re resistienilc¡ tr-iulfa. ¿Cómo llanlar- poder: el poder, en algunos momentos, de elevarse hasta las est¡ellas,
io: !-iur'. Bcckc¡, .o'r,, obt-, y" citlda y comenirttdo a Kie'kegaard, Si siglo tras siglo ese poder ¡ecae sob¡e 1os horabres, s.a 1o q're sea
dice: .,This invisiblc ruysrerl' ¿t th. hearr oi every c¡eatute nou' lo que se lo dé, es grande. Todo 1o que hace.al homb¡e senti¡se viejo
rrLJinj c( 5mrc .i;niri. rni. L,y ..t-irn,iLL¿ i s conne. ti.' l. uith the^invi- es mezqurno, sea un rmpeuo o Ia t¡astienda de u¡ usu¡e¡o. Todo
sil--le r¡¡.'ste¡v ol'-the c¡eatioi,. This i: the m.,roi¡g ,{ i.rith'' QLrizá 1o que haga al hombre senti¡se joven es grande, sea una guerra o
sea éste urt-plante¡miento dem¡siade, explícito Y que 'r-ecul¡e a una una historia de amor. Y en las tinieblas de 1<-¡s lib¡os de Dios hay
simbologia re'ligiosa juntanenre libsu¡cta y ajada. PeIo creo que atini esc¡.ita una verdad que es también un enigma. Es sob¡e las cosas
f u.r,l",,,Jnt"1*áte ei¡ 1¡.1iana de lo que poclriamos llarnar con
cie¡to nuevas que cansan a los hombres, sobre 1as otodas, los propósiros,
énl¡sis iró¡ico <,1¿r ve¡d¡c{,>. (ierkeg.r:rd (sLl ln(ioI cor¡dltrllisra, L\"ón las meioras y los cambios. Es sob¡e Ias viejas cosas que emocionan y
Chés¡or', insiste sobre ello) postuJ.r qoc ¡frrm¡r *Dios exis¡e" cquiv¡le que intoxican. Es sob¡e las viejas cosas que son nuevas. No hay es-
a deci¡ «todo es
rleci¡ ,,toc1o ». De esre
posible».
er posible mo.io, 4,9¿!fll:t-.--.tl-]¿l9,- s9¡ u BrE
e.¡e -o.io,4gbJjl:19--.tl'blg,-!9.!uBrE céptico que no tenga Ia sensación de que otros hao dudado antes que
sLr (5tdL-lo rror ]¡ nisnr.r.onl:t¡nzt drrn.!itrlJ'la cn 1., po)lb rJrd q]§ é1. No hay ¡ico ni veleidoso que no sienta quc todas las novcdades
.^,i..1.." lis.¡ "l h.'r.'e. Kil(., ñ', h.,t-,lo de cr..L..r'óln lc'tr'rcr'hlc son antiguas, No hay adorador del cambio qr,e no sienta so}:re su
,:r,i.rFÁ-.; i ñJ,t NiJJche, Je fiJeli.l¡C al sentido de la lierra; Bdtal' nuca e1 eno¡me peso del cánsancio dei Uoive¡so. Pero nosotos, los
úe, Carlle,is y ,rár,, n,tu. sc reti¡ierol a.,1o sag¡ado>, y erl ü¡ ser-]liclo que hacemos cosas antiguas, estamos alimentaJos por la n lúraleza
,ra,i,r .clesiai, por cierto: creo que todo,s e1los apunrrn funrlametlral- de una infancia perpetua. No hay hombre e¡ramo¡ado que piense
mente en Ia mlsma cii¡ección, tl1 corrru lves n1grillorias q.,e hnyen de que otros lo esurvie¡on antes que é1. No hay mujer que tenga un
inviernos muy diie¡en¡es pLrc,len enconttatse en la r¡ist¡¡ solcada hijo, que piense que ha habido otos hijos antes qu. el suyo, No
o¡il1a. Y el póe¡a Sainr-Joho Pe¡se formula est¡ invocación de ¡ltivo hay hombre que luche por su ciudad, que sienta el peso de 1os im-
desamparo: perios destuidos. ¡Sí, el mundo es siempre el mismo potclue es.in-
esperado! »
Ecorle, ó alit, dans les prétux déserts et ¡ous les'atcl¡es so tai- L.q. ¡n¿ctlroln ur:r, sÉnoE
ret, pttttti l¿s tr;tres sd¡rles et l'éttietteneit¡ tles uieílles tettT¡t¡¿\e5,
le grtitd pts souuetnj de l'ine sttns t;tt'tiére, Pcro, ¿cómo se puede ser héroe? ¿Cómo superar la necesidad y
"Co¡nne
t¿tt¡; tluLLes tle brortze oit ró¿ler¡til tn latoe' alca¡zat la exceleocia? ¿No es éste un sueño vano de om¡ipo¡encir
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inirntil? ¿No es el herolsmo una tu¡bia ilusión? Ctrando se lo des- y así prueban que ésta, aun cont¡a¡iada por un sino adverso o por su
menuz:¡ con lría y objeriv,r (o psico.rnaiítica) mir:ada, las ¡,retensio-
plopia condición pasional, al fin impone v.icroriosamelte su ¡n:or
nes del hé¡oe son injusriiicadas y lu aclmitación citre se le prolesa por encima <ie Ia misma mue¡te. Pa¡a los amanres no sólo su pasión
vana y políricamente cl¡dos¡: en un,r palabra, el heroísrno es zttrpo- ha valitlo la pena pese a todo, sino que es lo írnico que valdr:i per-
peruamenre. Pero ya Don Quijote no es de [a misma opinión y al
sible. Cierto, pero t.rmbién es imposible el ¡rlovimielto, como de-
mosrró sLglos antes cle Cristo el sr.¡ril Zenón. lmposible, es dccir: finrl de su vida llege a l¡ r¡is¡e corrclt¡sióo clc que sóló ha hecho
impeniable. Fall¡n las categorí.rs, la razón sigrre su carril iuexorable el loco; no se le c,cur¡e poner en cuestión el mundo <,cuerdor> al que
y se scp.¡¡a de la er,icleocil, No se puede pensel el mcvirliento, ni finalmeote hr de integrarse, sino que lo acepta como algo de verciad
ei herc,ísmo: lo que se piensa es innrutable y necesario, no móvil y y legitiniidad indiscutible: 1o iusustancial {ue¡on sus avenrur.as. fuás
libre. Pe¡o ahí esta cl movimiento y ahí están los hér',resr Dióge' allá de é1, los héroes conremporáneos no enc¡¡enrran se¡cillarlente
nes pased y larga de cuando en cuando un pr.rntapié a ona pieJ¡a; su puesto en ningúrn orden, pues aquello mismo por 1o que lrchan
AqtLiles, no contento con alcanz¡¡ ,r la tortug,r, conquista Tr()ya. está muy lejos de satis{acerles. Su t¡iunfo es su m¿},ol derrorr, el
momenlo en que advierten lo inevitable de su derrota. Penscrros,
¿Cómo puede ser? No paerle ser (ert el mundo de la razón necesa-
ria se pierde la categoría de 1o posiblt, a la que no hay clue tonfrurdir
p¡svi¡s atinrda¡nenre Kierkegaard- cor 1:¡.le lo probulrle),
-¡¡s¡1¡
pero er. A los que debaren las paradojas de ZenLin, les aconseia
Bergson eo Lalper¡ée et le Ílottn,t¡: .r¡Habra qrre PrúgLrntln'lc a
Aquiles cómo se las rrreglal>> Iso es: A.ltrile' deL¡e s¡b.rlo'l no
nos responderá, po¡ql¡e es hon-¡bre cle 1>ocas palabr-.rs y además las
pelabrrs son cosa de Zenón, pero él debe s¡bello. Y quien crea clue
no responde porq!¡e no sabe o que no pltedc saber salvo respon- qrre plegUnrJrse.in ces¡r .j cqrrello vale ¡eclmenle Ie pena, y se
clieoclo, se va en su vagooet¿ ¡acionai por el carril equivocado y afe¡ran a cierta érica cle 1a acción respero J 1a palabra
pierde la luz de 1¿ evidencia. Porque a esa pregnnta ln responde, en
-amistad,at'nque esrén iorrven-
clada, honradez, desprecio por la raición-
nornb¡c de Aquiles y con su nombre, el poeta Homcro. cidos de que su esfue¡zo individual va a quedar finalmente ahoga.lo
Nuesr¡a mode¡nidad oace baio el signo c'le ur héroe delirante y
por las circunstancias. Al ¡evés que Don Quijote, moribundo, se
afet¡an a su locura y se niegan a aceptar Ias ¡azones de la ¡ealidad
¡idic¡lizado QLLijore- y va acL¡nlul!¡ndo sarcasmos y recclos
-Don hasta clue poco a poco sólo .luecla la ionvicc.ión
sob¡e ¿1 he¡oísmo en la que se ven {orzados a vivir, aunque no se hacen esperanzas
de su I¡acaso inevi¡able. ¿En qué consiste tal l¡acaso? Dijimos que sobre quién prevalecerá. finalmente. También se advie¡te este desco-
el hé¡oe co¡¡ienza su aventlrr¿i dejanJo la casa pater[a y desa{inado razonamiento en ciertos westerns clásicos,.que cuentan la histoiia
a lo que conspita co¡tra su indepenclencia y su destino; penetra en clel fo¡astelo que llega a la ciudad sin ley, lleva a cabo una labor
pacificadora, pero luego debe abandonarla, contaminado por la parte
el caos, allí se fragua y después {unda su propia casa o se integra
a un o¡den ¡escatado con su ríesgo. El Teseo de André Gide violenta que hay en la justicia que rep¡esenra e iocapaz de integrarse
de las más sereoas y escépticas recre¡cignes clel mito clásico--una
con- en la cotidianidad burguesa del pueblo. El héroe del Oeste is Lrn
cluye sus n¡emo¡ias orgulloso con m.,deración de Ia Atenas que rige desarraigado, un proscrito, o un superviviente de pauras de vi,la
y dichoso de que la tumba de Edipo le asegure h prospericlad: «He periclitadas frente a la c¡ecienre urbanización que trae el futuro: el
vivido». dice al fi¡a]. Atrás quednn los ogros brndoleros, los ma- txarshdl de Sc¡lo ante el peligro abandona asqueudo el pueblo don,le
res, el laberinto, el NlÍnotau¡o.,. y Ariadna. Ha vivido y morirá nadie le ayudó; el pistolero de Raíces proluadris (Sbane) no ú.ene
rey. Para el héroe que no muere joveo, aquel Lu)¡a aPoreos s va a Puesto en la vida doméstica que ha defendido contra el crimen v de-
ser precedid,r de un período de serenid¡d triunial, no hay mejol des- be alejatse, pese a que su infantil admi¡ado¡ le llama, en térrnlnos
tino. En cualquier cáso, Teseo e§14 srgLrro de qu. su ¿estt htt uolido Iácilmente sin.rbólicos de la condición he¡oica de1 exilado: «¡Vuelve,
la penrt. \ lo mismo ocurre con desrinos mis p.tretico¡, como e] de Shane! ¡Papá te 1.ra perdonado, mamá te necesita...!'>; en la ma-
T¡istáo e Isoida, que no se arrepiente ni en la tu¡rba de su pasión gistral pelÍcula d¿ Fo¡d, el hombre qrre mató a Liverry Valence tie-
ne que ceder su posibilidad de dicha doméstica, violenta y rural, al
3 ¡No es cosa de preguntarle a la tortuge, como ha¡ía cualquier poseído por hombre de Ieyes y político que representa el nuevo o¡den ascenden-
el sínd¡ome r'le la objetividad racionall te. Pod!Íamos acumular los ejemplos de este heroísmo no ¡econei-
132 1.)3
lirdo, acLrcliendo a l.ls obras de Joseph Coorad, quizá el novelista En últioro tér'mino, Ia ta¡ea del hé¡oe no puede acabar jaroás;
con¡erDporáneo con más iúcido seDriJo de lo her oico (quien, sin en:- ni tanrpocc,si ha sido emprendida con verdard, puede ser ábando,
bargo, describe en Lrna de slrs rriejores novelas, significalivimente nada: es ella la que nos abandona. El valor, la generosidad, 12, in-
Lamacla \,/ictory, el r¡iunfo y reconciliaci(rn por vía lemenina dc ua dependeocia, la creación, la liberación, el triunfo, el fracaso, el or-
héroe escéptico), a,l Doklor Faus¡its de Thomas Nlan¡r o incluso al gullo y la diguidad, todo va desembocando poco a poco en urr estua-
U/rsas c{e Joyce. ¡io sereno que, si el azar nos es propicio, no tiene forzosamerrre que
L¿ desvenrura clel hé¡oe no es lLlevai lo nuevo de l¿ mode¡ni- llcva¡ la ma¡ca de la rígida decadencia. Pe¡o la decadencia nisma
dad es l¿r senslció¡ de esrerilid,rd y rrbsLrrdo que rodea a es?r desve!- puecle ser la postrer faceta de 1¿ empresa heroica, y ab¡irnos de par
tantr, el urttio ,orl¿l eo to¡no al héro.,. George Santal,ana dí.jo: <<Vivi en p¡r a ella constirui.rá el úrltimo regalo de la vi¡tud;
mos dr¡má¡ic¡rmen¡e en un mrrodo q.te ,ro .i ilrarláiico»>; áel mismo
modo, podriamos decir qtLe el hert,e se ve impulsado ¡ vivir he- <<Grattl áge, nous t-¡oici. Ptenez tnetare du coeur d'bont¿e.rt
r(\i.itjnrnLe en un nrL.rd,¡ qr,. nilJii,i. il l,ei",l,n". ,r,,c d.siLñ
e, (Saint-John Ppxst¡, Cñnica.. )
[]!!¡, ¡.n91r rg {e sl, ,j;;. c"m;l;,. .,, ;u d"i,:o, j. L;.'},¿r.,., ,;i;;:
{unrcs - qrrc sigu.n . iiri iéaJ,i-n-r',i¡llriréni.]Éiqie so,r inrpLÁi '\
cindibJcs prrl qu. L {e eo lrr vida no clecaiga- glrrenecen a las.
nanif esracione¡ 1'q! rur¡l¡nenre menos r.eiinad¿rs (rroveli pópiila¡ ciñé
\
de ------=i- ernciqn li,grrr, .§or[elr.levisión. i 1; para r'r.rc. r!os_. rrág
'rric.
§\tgel!9I .-Ll-1¡:_!.1'vg _tC,¡lj¿blr <s <l hér'oc ¡t ,rs*),. ¿b,rrld_onr,lo,
aqucl en .¡rre sc revclrtlJ iinposibili,l"d Je I:r vtlLr,l v no su ¡ril,rr-
lo. H; -n,' r'ñiJ.l.*ñosrlisica ió,n[1ice,f.'i.L .n .[-p."o de Iu nE-
ces?rrio) un desc¡édfto de 1o posible y un volunrario olvido de que
la victoria he¡oica' no esperd slr rer:ompens¿1 dc ¡,rda fue¡a dc sí
misma. En una paiabra, un fastidio impaciente ante la ética y el
-exalttn
fc¡¡o i¡diviJual que recllma, mientras se como ¡ealnrente e{i-
caces todos los rnec¡nis¡ztos coleclil,ot tle orienración e interpreta-
ción de l¿ acción a parrir de Io incvit:¡ble. Hay un rnaternalismo
(:mare¡ialismo) en ia considerrción del éxito por sus resultados
como ie¡róme¡lo erternor Ilo como trxnsfiguración espiritual: la obra
se irnpone a la ¿crividad misma que quiere abtir paso en ella a su
excelencia. Esre es el aspecro negati\,o ¡le la sitL¡ación actual, pero
li"-a;.,r . teDlenre
134 t15