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Experto En Sonido E Iluminación

Partimos del estudio y manejo de todos los aparatos y equipos que intervienen en un
montaje. De este modo, cuando termines tu formación, serás un profesional capaz de definir
el equipo necesario para una puesta en escena, montarlo, manejarlo y llevar a cabo su
mantenimiento. Este curso incluye, además, la interpretación de los planos de iluminación y
sonido, además de la adaptación de los diseños a las características de espacios diversos.
Aprender la teoría y técnica suficiente para poder ser capaz de llevar adelante proyectos y/o
eventos de sonorización e iluminación tanto en espacios de grandes dimensiones como en
las que no lo son. Familiarizarse con los diferentes aparatos, micrófonos, material de
iluminación y conexiones existentes ya en locales a la hora de tener que hacerse cargo del
sistema de un espectáculo en directo. Ser capaz de comprender las diferentes
especificaciones y cualidades del sistema al que nos enfrentamos, para poder elegir la mejor
opción a la hora del evento. Tener la capacidad de decidir dónde y cómo realizar la
colocación correcta de la o las distintas fuentes sonoras, lumínicas y material de escena y
saber cómo ejecutar el control de las mismas. Técnico de sonido e iluminación en teatros
públicos o privados. Técnico en empresas de sonido e iluminación. Técnico de sonido e
iluminación en compañías de teatro. Técnico de sonido e iluminación de grupos musicales.
Técnico de sonido e iluminación en emisoras de radio y TV. Técnico de sonido e iluminación
en otros: palacios de congresos, auditorios, ferias, circos, teatrillos de marionetas, etcétera.

Llevaban el rollo de Burning, que iban con colores superchillones, botas altas. Pepe Risi,
cuando me pedía discos, quería T. Rex, Slade… «Cum On Feel the Noize» le parecía la
hostia. Y Eva Rock era puro Slade; eran Slade en potente. Ese festival es histórico, fue el
primero, pero parece que fue insufrible por el calor y la calidad del sonido. Hice un reportaje
diciendo que fue horroroso. No se escuchaba nada, el equipo era desastroso. No distinguías
una guitarra de un bajo. Solo era batería y ruido. En ese sentido fue un festival heavy de
puta madre. Hilario Camacho, pobrecito mío, salió con una guitarra acústica y no se le oía
absolutamente nada. Los técnicos no sabían sonorizar a un tío con una guitarra y a un grupo
como Eva Rock o los Burning. Y luego Triana, y luego Iceberg. Fue un horror de sonido. En
el Festival de León que hubo después, organizado también por Fernández de Córdoba, fue
igual. Lo mismo que otro que hubo en Torrelavega. Siempre los mismos diez grupos, la
Dharma, Iceberg, Bloque, Burning, Gualberto… Solo en León hubo una estrella
internacional, que fue Nico, y fue horroroso.

En medio de aquella marabunta heavy de pronto salió ella en una esquina, porque no actuó
en el escenario principal, sino en uno pequeñito. Salió toda vestida de negro con un
harmonium y empezó a tocar «The End» de los Doors, había dos hippies mirándola y todos
los heavies: «Buahhh, fuera, fuera». La abuchearon, la pobrecita se tuvo que ir. Creo que
solo tocó tres canciones. Fue espantoso. renta de sonido para fiestas en neza tipo de cosas
se hacían entonces, mezclar canciones intimistas entre grupos como los Burning y Eva
Rock. O Tilburi, que hacían harmonías de Crosby, Stills and Nash. O Gualberto, con su sitar
y un acompañamiento muy tenue, muy bonito y muy melódico. Eran festivales sin pies ni
cabeza. Pero eran reuniones de todo lo que había. Fernández de Córdoba lo juntaba todo.
En Canet, por lo que te he leído, parece que ya se veían los mimbres de los festivales
actuales, de cobrar por todo e ir a hacer caja. Era un negocio. Había como veinte casetas,
una vendía rodajas de sandía del tamaño de un folio, la otra té, lo típico, ya empezaba el
ecologismo y sus alimentos, muy hippie todo.

En los libros que has sacado ahora en Efe Eme comentas que las producciones de los
estudios Torrelaguna de Madrid trasladaron el foco musical de Barcelona a la capital. Todos
los músicos que entrevisté coinciden en que se hicieron muy buenas producciones, pero
faltaba un entramado empresarial para defender eso. Había unos estudios en Hispavox con
unos ingenieros, unos técnicos acojonantes y una orquesta que hacía maravillas, que iban
muy bien para hacer canciones de verano. Esto me lo comentaba Guzmán en mi libro. Ellos
querían ser Crosby, Stills, Nash and Young a la española y se encontraban con que no
podían tocar en ningún sitio. Solera eran el equivalente a unos Badfinger. Y no tuvieron
absolutamente ninguna salida. renta de audio lineal me contaba lo mismo. Su grupo, Los
Canarios, era más potente, más R&B, y tuvo más oportunidades porque tiraban en las
discotecas de Mallorca e Ibiza. Un circuito de diez o doce discotecas. «Get on Your Knees»
logró tener éxito incluso en listas extranjeras, pero de ahí no pasó la cosa. Y Cánovas,
Rodrigo, Adolfo y Guzmán no tenían nada. Con los Pop-Tops, tres cuartos de lo mismo.
Tuvieron un par de grandes éxitos y nada más.

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