Expediente: 04593-2013-10-AAC Departamento: La Paz
En revisión la Resolución 032/2013 de 28 de agosto, cursante de fs. 283 a 286,
pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Jorge Luis Castelú Coca contra Alberto Jorge Aracena Martínez, Comandante General; Alberto Jacobo Armaly Rasguido, Inspector General; Rigoberto Sánchez Villanueva, Presidente del Tribunal Superior; Gino Antonio Catacora Belmonte, Director Nacional de Instrucción y Enseñanza; y, Wálter Jonny Villarpando Moya; Director Nacional de Personal, todos de la Policía Boliviana y miembros de la Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de Orden General de Ascensos, Gestión 2013.
I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA
I.1. Contenido de la demanda
Mediante memoriales presentados el 23 de julio y 7 de agosto de 2013,
cursantes de fs. 53 a 61 y 102 a 105, respectivamente, el accionante expresa los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
I.1.1. Hechos que motivan la acción
El 6 de diciembre de 2012, en su calidad de Mayor de la Policía Boliviana,
egresó del curso de Administración y Estado Mayor, organizado por la Universidad Policial Mariscal Antonio José de Sucre en el grado de Diplomado, acreditando previamente que cumplió con los requisitos para acceder al citado postgrado académico, hecho que se traduciría en un incremento en los puntajes para su posterior consideración en las listas de ascensos.
Agrega que, en el informe de 8 de enero de 2013, elaborado por la Comisión
Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden General de Ascensos Gestión 2013, su nombre fue observado bajo el falaz argumento que su persona no cumplía con el puntaje demandado, además de no contar con la antigüedad requerida, cuando en el grado de Mayor de la Policía Boliviana se encontraba ya hace seis años, siendo el mínimo solicitado únicamente de cuatro años; y, toda vez que su puntaje alcanzó la cifra de mil setecientos cuarenta y un puntos que es el doble del mínimo requerido para habilitarse a los ascensos, situación ilegal que fue consolidada el 1 de febrero de 2013, cuando fue publicada la Orden General de Ascensos de la Policía Boliviana 01/2013, de la cual su nombre fue excluido en definitiva.
Indica que, ante su ilegal eliminación de la Orden General de Ascensos de la
Policía Boliviana 01/2013, el 4 de febrero del citado año, pidió conocer los motivos de su exclusión, solicitud reiterada el 5 y 19 del mismo mes y año, mediante orden judicial, misma que fue respondida recién después de veinte días en base al informe de la Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden General de Ascensos Gestión 2013.
Refiere que, se llevaron a cabo tres reuniones con autoridades de la Policía
Boliviana incluido el Comandante General, a efectos de dar solución a sus reclamos y de otros oficiales en similar situación, sin obtenerse el resultado buscado; por el contrario, lo que se pretendía era lograr que el tiempo de caducidad para la probable interposición de una acción constitucional precluya.
Finalmente denuncia que, las aseveraciones de su persona -respecto a que el
contenido del Informe de la Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden General de Ascensos Gestión 2013- contiene información falsa, dio lugar a que sea procesado en la vía administrativa.
I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados
El accionante señala como lesionados sus derechos al trabajo, al debido
proceso, a la defensa y los principios de legalidad, seguridad jurídica e igualdad, citando al efecto los arts. 22; 46.I; 110.II; 114.II; 115.I y II; 119.II; y, 180 de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la acción, y se ordene: a) La nulidad del informe de la
Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden General de Ascensos Gestión 2013; y, b) Se incluya su nombre en la lista de ascensos de la referida gestión.
I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías
Celebrada la audiencia pública el 15 de agosto de 2013, según consta en el
acta cursante de fs. 264 a 274, en presencia del accionante y de los representantes legales de las autoridades demandadas, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación de la acción
La parte accionante ratificó los argumentos del memorial de demanda,
señalando los presupuestos fácticos y las mismas normas supuestamente vulneradas.
I.2.2. Informe de las autoridades demandadas
El representante legal de Rigoberto Sánchez Villanueva, en audiencia expresó:
1) Los demandados; es decir, la Comisión Revisora del Proyecto de la Orden General de Ascensos de la Policía Boliviana, carecen de legitimación pasiva, por cuanto la Orden General de Ascensos data de 1 de enero de 2013, y fue emitida por “Gustavo Romero Bonifáz” (sic) Ministro de Gobierno, por lo cual el 2 de dicho mes y año, el Comandante General de la Policía Boliviana, conformó la Comisión Revisora del Proyecto de Orden General de Ascensos; 2) Previos los trámites de ley, Rigoberto Sánchez Villanueva, emite su informe correspondiente el 7 de enero de 2013, es decir seis días después que fue emitida la orden general de ascensos; 3) En el informe de la Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden General de Ascensos Gestión 2013, fue observado el proceso de habilitación del ahora accionante al curso de Administración Policial y no se hace referencia a los requisitos para el ascenso; lo que en realidad ocurrió, es que fue descubierta una irregularidad que permitió al ahora accionante acceder a un curso para el cual no se encontraba habilitado; 4) No existe coherencia entre lo fundamentado por la parte accionante y el petitorio de la presente acción de amparo constitucional; 5) En éste caso, concurren hechos controvertidos que deben ser dilucidados en la vía contencioso administrativa; 6) Ninguna de las solicitudes se encontraba dirigida a Rigoberto Sánchez Villanueva, ni a la Comisión de Revisión de Proyecto impetrando la extensión de fotocopias; peticiones todas que fueron presentadas en el Comando General de la Policía Boliviana, reiterándose la referida Comisión cesó en sus funciones una vez presentado el informe; y, 7) La Orden General de Ascensos no es atribución de la Comisión ahora demandada.
La abogada María Luisa Rojas, en representación de Wálter Villarpando Moya,
manifestó: i) El Reglamento de Calificaciones y Evaluaciones de la Gestión 2010, fue aprobado mediante Resolución Suprema 193/2009, que señala en su art. 16, que la recepción de documentación es hasta el 15 de octubre de cada gestión; ii) En el presente caso, el accionante presentó su documentación durante la gestión 2011, haciendo un puntaje de cuatrocientos noventa y dos puntos; es decir, que no cumplía con el requisito de los seiscientos puntos que requería en base al reglamento del 2010; iii) El informe que presentó el accionante se encuentra fechado el 4 de enero de 2013, calificación efectuada con el Reglamento aprobado el 27 de febrero de 2012; iv) El accionante habiendo presentado documentación hasta octubre de 2011, logró obtener noventa y ocho puntos adicionales a los cuatrocientos noventa y dos, por lo cual acudió ante la Comisión de apelación, instancia institucional que mediante Resolución 09/2012, revocando su calificación inicial le otorgó el plazo de sesenta días para la presentación adicional; sin embargo, por un principio de igualdad con todos sus camaradas, debió presentar documentación anterior a la convocatoria a ascensos, extremo que no se dio, por cuanto adjuntó tres memorándums de 2012, hecho que la Comisión Revisora detectó como irregularidad informando al respecto, por lo cual no podía ser convocado a la Escuela de Postgrado; v) El derecho al trabajo del accionante no fue vulnerado, toda vez que estuvo recibiendo con normalidad sus haberes de manera mensual; y, vi) El accionante fue sancionado con la pérdida de un año de antigüedad hecho que justifica los seis años que se encuentra en su grado policial.
Por su parte, Marco Antonio Rodríguez Camacho, en representación de Alberto
Jorge Aracena Martínez, expresó que: a) Se reitera la exposición de sus predecesores, en el sentido que el ahora accionante no cumplía con los requisitos al momento de presentar su postulación a la Orden General de Ascensos; b) La extralimitación de la Comisión de apelación al otorgarle un plazo excesivo para subsanar las observaciones no es válida, hechos que rayan en la comisión de irregularidades que fueron remitidas a la Inspectoría General para su aclaración; c) La Comisión de Revisión contaba con las atribuciones para dicho efecto; consecuentemente, no se vulneró el debido proceso y menos aún la legítima defensa; y, d) El ahora accionante ha iniciado acción penal contra su representado, dando lugar a que se hubiesen activado dos vías legales de manera simultánea.
La abogada representante de Alberto Jacobo Armaly Rasguido, señaló: 1) La
Inspectoría General como cabeza del ente investigativo al interior de la Policía Nacional, remitió los informes a la Dirección General de Investigación Policial Interna a efectos de aclararse los mismos; y, 2) Se adhiere a los informes presentados precedentemente a objeto de redundar en la exposición, por lo cual solicita que los miembros de la Comisión observada sean excluidos de la presente acción de amparo constitucional, por carecer de legitimación pasiva.
El abogado de Gino Antonio Catacora Belmonte, por su parte, manifestó que su
representado carecía de cualquier facultad para determinar qué Oficial podía ser aceptado en la Escuela Superior de Policía, en razón a que no detentaba el cargo de Director Nacional de Instrucción; razón por la cual, debe ser excluido de la presente acción de amparo constitucional.
I.2.3. Intervención del tercero interesado
No existen terceros interesados.
I.2.4. Resolución
La Sala Civil y Comercial Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La
Paz, mediante Resolución 032/2013 de 28 de agosto, cursante de fs. 283 a 286, denegó la tutela solicitada; bajo los siguientes argumentos: i) En cumplimiento del memorándum 012/2013 de 2 de enero, la Comisión Revisora conformada por Alberto Jacobo Armaly Rasguido, Wálter Jhonny Villarpando Moya, Rigoberto Sánchez Villanueva y Gino Antonio Catacora Belmonte, emitieron el informe de 7 de enero de 2013, respecto a la revisión del Proyecto de la Orden General de Ascensos gestión 2013, en presencia de Notario de Fe Pública de Primera Clase 103, en el que se observó al ahora accionante respecto a su puntuación, que fue mejorada en base a memorándums de la gestión 2012; ii) La Orden General de Ascensos de 1 de enero de 2013, no consigna el nombre de Jorge Luis Castelú Coca; iii) Los informes, salvo se disponga lo contrario, son hechos administrativos, ya que son actuaciones administrativas facultativas y no vinculantes que sirven para ilustrar al órgano decisor; y, iv) La decisión final de ascensos, es atribución del Comandante General de la Policía, previa conformidad del Ministro de Gobierno y aprobación final del Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia a través de la Orden de Ascensos, conforme lo determina el art. 84 de la “Ley 1678”.
I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional
En el marco de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, se procedió al
sorteo de la presente acción el 8 de enero de 2014; no obstante, a solicitud de la Magistrada Relatora por requerir de documentación complementaria para un mejor análisis y resolución de la acción, la Comisión de Admisión de este Tribunal, mediante decreto constitucional de 30 del referido mes y año (fs. 290), dispuso la suspensión del plazo procesal, mismo que continuó hasta su efectivización.
Recibida la documentación solicitada, por decreto de 5 de mayo de 2014,
notificado a las partes procesales el 13 del mismo mes y año, se reanudó el cómputo del plazo (fs. 330 a 332).
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se
establecen las siguientes conclusiones:
II.1. El 1 de enero de 2013, fue emitida la Orden General de Ascensos de la
Policía Boliviana por Alberto Jorge Aracena Martínez, Comandante General a.i. de la Policía Boliviana, con el Visto Bueno de Carlos Gustavo Romero Bonifáz, Ministro de Gobierno y de Juan Evo Morales Ayma, Presidente Constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia, en la que no se incluye el nombre de Jorge Luis Castelú Coca (fs. 68 a 73).
II.2. El 7 de enero de 2013, fue emitido el Informe de Revisión del Proyecto
de Orden General de Ascensos Gestión 2013, en el que respecto a Jorge Luis Castelú Coca se dispuso: “…En tal sentido el citado funcionario policial presentó Memorándums de Felicitaciones de fechas 27 y 28/02/2012 y 01/03/2012. Al respecto cabe señalar que la Comisión de Apelación al otorgar el plazo de 60 días se ha extralimitado, toda vez que la comisión tenía facultad de conocer y resolver en Audiencia las apelaciones de los Oficiales, Sub Oficiales, Sargentos, Cabos y Policías que hayan presentado su memorial de apelación de forma escrita” (sic). El referido informe en la hoja doce numeral 2), señaló: “En cuanto a los funcionarios policiales observados en el Grado de Mayores, Capitanes, Tenientes, Subtenientes, Suboficiales Mayores, Suboficiales Primeros, Suboficiales Segundos, Sargentos Primeros, Sargentos Segundos, Cabos y Policías, de igual manera sean excluidos de la Orden General de Ascensos gestión 2013” (sic) (fs. 81 a 93).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
El accionante, alega que las autoridades demandadas lesionaron sus derechos
al trabajo, al debido proceso, a la defensa y los principios de legalidad, seguridad jurídica e igualdad, dado que en el informe de 7 de enero de 2013, elaborado por la Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden General de Ascensos Gestión 2013, su nombre fue observado bajo el falaz argumento que su persona no cumplía con el puntaje demandado, además de no contar con la antigüedad requerida, cuando en el grado de Mayor de la Policía Boliviana se encontraba ya hace seis años, siendo el mínimo solicitado únicamente de cuatro años y toda vez que su puntaje alcanzó la cifra de mil setecientos cuarenta y un puntos que es el doble del mínimo requerido para habilitarse a los ascensos; situación ilegal que fue consolidada el 1 de febrero de 2013, cuando fue publicada la Orden General de Ascensos de la Policía Boliviana 01/2013, de la cual su nombre fue excluido en definitiva, razón por la cual el 4 del citado mes y año, solicitó conocer los motivos de su exclusión, pedido reiterado el 5 y 19 del mismo mes y año mediante orden judicial, misma que fue respondida recién después de veinte días, en base al informe de la Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden General de Ascensos Gestión 2013.
En consecuencia, en revisión de la Resolución dictada por el Tribunal de
garantías, corresponde dilucidar si tales extremos son evidentes y si constituyen actos ilegales lesivos de los derechos fundamentales o garantías constitucionales del accionante, a fin de conceder o denegar la tutela impetrada.
III.1. La acción de amparo constitucional y principios que la rigen
El orden constitucional boliviano, dentro de las acciones de defensa,
instituye en el art. 128 la acción de amparo constitucional como un mecanismo de defensa que tendrá lugar contra los: “…actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley”.
Del contenido del texto constitucional de referencia, puede inferirse que
la acción de amparo constitucional es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de protección de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito de protección se circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales y garantías, que no se encuentran resguardados por los otros mecanismos de protección especializada que el mismo orden constitucional brinda a los bolivianos, como la acción de libertad, de protección de privacidad, popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los actos contra los que procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y omisiones ilegales o indebidos provenientes no sólo de los servidores públicos sino también de las personas individuales o colectivas que restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su protección. Dentro de los principios procesales configuradores del amparo constitucional, el constituyente resalta la subsidiariedad y la inmediatez, al señalar en el parágrafo I del art. 129 de la CPE, que esta acción: “…se interpondrá (…) siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados”. En virtud al primero de los citados, corresponde a los accionantes, agotar todos los recursos de impugnación idóneos que la ley les otorga para el reclamo de sus derechos y garantías que consideren vulnerados; y de persistirse en su lesión, recién podrán solicitar la tutela constitucional, cuidando, en virtud al segundo principio de los citados, que sea activada dentro del plazo máximo de seis meses a partir de la comisión de la vulneración alegada o de la notificación con la última decisión judicial o administrativa que se considere lesiva de los derechos y garantías alegados, en cumplimiento a lo preceptuado por el art. 129.I y II de la Norma Suprema, que impele a las partes al cumplimiento de ambos principios previa interposición de este mecanismo de defensa preventivo y reparador, norma concordante con los arts. 54 y 55 del Código Procesal Constitucional (CPCo).
Sobre el principio de subsidiariedad, la SC 0150/2010-R de 17 de mayo,
precisó lo siguiente: “… el amparo constitucional se constituye en un instrumento subsidiario y supletorio de protección; subsidiario porque no puede ser utilizado si previamente no se agotaron la vías ordinarias de defensa, y supletorio porque viene a reparar y reponer las deficiencias de esa vía ordinaria. En consecuencia, para que los fundamentos de una demanda de amparo constitucional puedan ser analizados en el fondo, la parte recurrente debe haber utilizado hasta agotar todos los medios y recursos legales idóneos para la tutela de sus derechos sea en la vía jurisdiccional o administrativa, pues donde se deben reparar los derechos y garantías lesionados es en el mismo proceso, o en la instancia donde fueron vulnerados, esto es, que en principio haya acudido ante la misma autoridad que incurrió en la presunta lesión y luego a las superiores a ésta, y si a pesar de ello persiste la lesión porque los medios o recursos utilizados resultaron ineficaces, recién se abre la posibilidad de acudir al amparo constitucional, el que no puede ser utilizado como un mecanismo alternativo o sustitutivo de protección, pues ello desnaturalizaría su esencia”.
La SC 0770/2003-R de 6 de junio, definiendo la naturaleza y alcance del
principio de inmediatez afirmó que: “…el recurso debe ser presentado hasta dentro de los seis meses de ocurrido el acto ilegal u omisión indebida o de agotados los medios y recursos judiciales ordinarios o administrativos idóneos para hacer cesar el acto, vale decir, que el recurso no podrá ser presentado cuando el plazo de los seis meses esté superabundantemente vencido o cuando habiendo sido presentado dentro del referido plazo no se acudió previamente a las instancias competentes para denunciar la lesión al derecho fundamental”. Plazo de caducidad que como se demostró precedentemente se instituyó expresamente por nuestra Ley Fundamental, dado que: “…por principio general del derecho ningún actor procesal puede pretender que el órgano jurisdiccional esté a su disposición en forma indefinida, sino que sólo podrá estarlo dentro de un tiempo razonable, pues también es importante señalar que si en ese tiempo el agraviado no presenta ningún reclamo implica que no tiene interés alguno en que sus derechos y garantías le sean restituidos” (SC 1157/2003-R de 15 de agosto).
III.2. Respecto al valor de los informes técnicos y su impugnación en
sede administrativa
Al referirse a los actos administrativos, la doctrina es uniforme al señalar:
“Quedan aquí excluidos del concepto todos los 'actos preparatorios' (informes, dictámenes, proyectos, etc.) y en general cualquier acto que por sí mismo no sea suficiente para dar lugar a un efecto jurídico inmediato en relación a un sujeto de derecho; esos actos no son impugnables administrativa ni judicialmente.
(…) En cambio, quedan comprendidos en el concepto aquellas
actividades que producen por sí mismas un efecto jurídico, aunque él no sea inmediato en el tiempo: actos que se dictan para producir efectos a partir de una fecha futura determinada, sujetos a término o condición, etc ”.
“Informes administrativos son aquellos documentos que contienen una
declaración de juicio emitida por un organismo, centro directivo o unidad de la administración sobre cuestiones de hecho o derecho que sean objeto de un procedimiento. (…) La finalidad de estos documentos, es proporcionar a los órganos administrativos competentes para la instrucción y resolución del procedimiento, datos, valoraciones y opiniones precisos para la formación de su voluntad y la adopción de los acuerdos o resoluciones”.
Los informes técnicos elaborados por las distintas instancias
institucionales al interior de las entidades públicas, inicialmente no podrán considerase actos administrativos propiamente dichos, en razón a que no producen efectos jurídicos de manera inmediata, por cuanto únicamente sirven de sustento técnico para la toma de decisiones que se trasuntan en resoluciones administrativas o respuestas de carácter concluyente; por el contrario son actos administrativos aquellos informes técnicos que produzcan efectos jurídicos para el administrado y no sean un acto preparatorio de otro acto administrativo definitivo como ser el respaldo de una Resolución Administrativa. Con mayor razón será considerado un acto administrativo, aquél documento denominado informe que sin embargo implique una decisión que defina alguna situación respecto al administrado.
En conclusión, sí son impugnables los informes técnicos que
puedan vulnerar de manera directa algún derecho o principio, consecuentemente, una vez agotada la vía administrativa podrán ser impugnados en la esfera constitucional, por cuanto en los hechos son asimilables a los actos administrativos propiamente dichos, en razón a que en esencia no difieren de los mismos.
De manera general, la Ley de Procedimiento Administrativo prevé el
sistema de impugnación contra los actos administrativos, basado en dos recursos, como son el de revocatoria y el jerárquico, el primero de ellos a ser presentado ante la autoridad que emitió la resolución impugnada previo cumplimiento de condiciones y plazos establecidos en la norma, y en caso de obtenerse una decisión desfavorable, ya sea por la emisión de una resolución, o bien por la omisión en su pronunciamiento dentro del plazo estipulado, entonces queda abierta la vía del recurso jerárquico, el que deberá ser presentado ante la misma autoridad que resolvió el recurso de revocatoria, a efectos de que ésta, remita el mismo ante la autoridad competente para su conocimiento y resolución.
III.3. Legitimación pasiva en las acciones de amparo constitucional
El art. 33.2 del CPCo, está referido a la legitimación pasiva de la acción
de amparo constitucional, la que implica necesariamente la existencia de la capacidad de la parte demandada a objeto de presentarse en la demanda; lo que significa que a quien se demande, cuente con la facultad para responder por las obligaciones y/o reconocer los derechos que el demandante o accionante procura que se aclaren dentro del proceso instaurado. En resumen, la legitimación pasiva, señala que de quien se pretende determinada acción o abstención, sea efectivamente la persona o autoridad que pueda atender el reclamo efectuado. En este punto, es necesario especificar que, los terceros interesados, cuyo reconocimiento se halla contenido en los arts. 31.II y 35.2 del CPCo, tienen condición procesal distinta a la de los demandados en una acción de defensa, toda vez que pueden intervenir en la misma, presentando algún informe o procurando proteger algún interés propio, mas no responden por los supuestos agravios efectuados contra el accionante.
La SC 1086/2010-R de 27 de agosto, ha dispuesto: “Al respecto el
doctrinario, De Vescovi, manifiesta que; 'la legitimación es un presupuesto de la sentencia de mérito; el juez, previamente a la decisión, debe analizar si las partes que están presentes en el proceso, son las que deben estar, esto es, aquellas que son los titulares de los derechos que se discuten. Así, si se demanda a dos condóminos por la propiedad, y estos son tres, carecerán de legitimación …'. 'La legitimación no es sino la idoneidad de la persona para actuar en juicio inferida de su posición respecto al litigio'. (Teoría General del Proceso', segunda Edición, Editorial Temis S.A., Santa Fé de Bogotá - Colombia, 1999).
(…)
En ese sentido la SC 0095/2010-R de 4 de mayo, ha señalado: 'En la SC
0325/2001-R de 16 de abril, con relación a la legitimación pasiva este Tribunal ha establecido que: «…para la procedencia del amparo constitucional es ineludible que el Recurso sea dirigido contra el sujeto que ejecutó el acto ilegal o la omisión indebida, es decir, el agraviante». En ese sentido, un recurrido carece de legitimación pasiva cuando no se da esta coincidencia, así la SC 0410/2001-R de 8 de mayo, establece que: «…no se presenta la coincidencia que tiene que darse entre la autoridad que presuntamente causó la violación a los derechos y aquella contra quién se dirige la acción»”.
III.4. Análisis del caso concreto
El accionante alega que las autoridades demandadas lesionaron sus
derechos al trabajo, al debido proceso, a la defensa y los principios de legalidad, seguridad jurídica e igualdad, dado que en el informe de 7 de enero de 2013, elaborado por la Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden General de Ascensos Gestión 2013, su nombre fue observado bajo el falaz argumento que su persona no cumplía con el puntaje demandado, además de no contar con la antigüedad requerida, cuando en el grado de Mayor de la Policía Boliviana se encontraba desde ya hace seis años siendo el mínimo solicitado únicamente de cuatro años y toda vez que su puntaje alcanzó la cifra de mil setecientos cuarenta y un puntos que es el doble del mínimo requerido para habilitarse a los ascensos; situación ilegal que fue consolidada el 1 de febrero de 2013, cuando fue publicada la Orden General de Ascensos de la Policía Boliviana 01/2013, de la cual su nombre fue excluido en definitiva; razón por la cual, el 4 del citado mes ya año, solicitó conocer los motivos de su exclusión, pedido reiterado el 5 y 19 del mismo mes y año, mediante orden judicial, misma que fue respondida recién después de veinte días en base al informe de la Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden General de Ascensos Gestión 2013.
Hecha la valoración de antecedentes y considerando que el art. 128 de la
CPE, dispone que la acción de amparo constitucional ha sido instituida como una acción tutelar de defensa contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos reconocidos por la misma Constitución y la ley, se concluye lo siguiente: El 1 de enero de 2013, fue emitida la Orden General de Ascensos de la Policía Boliviana por Alberto Jorge Aracena Martínez, Comandante General a.i. de la Policía Boliviana, con el Visto Bueno de Carlos Gustavo Romero Bonifáz, Ministro de Gobierno y de Juan Evo Morales Ayma, Presidente Constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia, misma en la que no se incluye el nombre de Jorge Luis Castelú Coca, siendo éste el acto administrativo supuestamente lesivo de los derechos del ahora accionante; sin embargo, contradictoriamente interpuso la presente acción tutelar solicitando la nulidad del Informe de Revisión del Proyecto de Orden General de Ascensos Gestión 2013 de 7 de enero, mediante el cual se hubiese excluido su nombre de la Orden General de Ascensos gestión 2013.
Corresponde aclarar que el referido Informe de Revisión del Proyecto de
Orden General de Ascensos Gestión 2013, en su página once inicia las conclusiones con el rótulo de “sugerencia”, formalidad que en definitiva es real; por cuanto el citado informe es únicamente una propuesta dirigida al Comandante General de la Policía Boliviana y no tiene el valor de acto administrativo definitivo; consecuentemente, el numeral dos al plantear la supresión del nombre del ahora accionante de la lista de ascensos, no implica acto vulneratorio directo contra los derechos de éste, tal cual se expresó en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, entendiendo que únicamente son impugnables los informes técnicos que definan determinada situación jurídica y en consecuencia lesionen algún derecho o principio. Lo anteriormente señalado implica que quedan excluidos del alcance de la presente acción de amparo constitucional por carecer de legitimación pasiva: Alberto Jacobo Armaly Rasguido, Inspector General; Rigoberto Sánchez Villanueva, Presidente del Tribunal Superior; Gino Antonio Catacora Belmonte, Director Nacional de Instrucción y Enseñanza y Wálter Jonny Villarpando Moya, Director Nacional de Personal, todos de la Policía Boliviana y miembros de la Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de Orden General de Ascensos, Gestión 2013.
Ahora bien, en lo que se refiere al demandado Jorge Alberto Aracena
Martínez, Comandante General de la Policía Boliviana, éste Tribunal entiende que no existe claridad en la acción planteada y en el petitorio de la misma, toda vez que por un lado Jorge Luis Castelú Coca pide la nulidad del informe de la Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden General de Ascensos Gestión 2013, cuando este informe no fue suscrito por el Comandante General de la Policía; y, por otro lado, no demanda la propia Orden General de Ascensos que sí fue firmada por ésta autoridad, derivando en que también se deniegue la tutela en lo que a ésta autoridad se refiere.
Los informes presentados en audiencia por los demandados, son
concluyentes cuando señalan que, el informe de la Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden General de Ascensos Gestión 2013, observó el proceso de habilitación de Jorge Luis Castelú Coca al curso de Administración Policial, fruto de la ulterior presentación de documentación que hubiese mejorado su puntuación, documentación que sin embargo se encuentra relacionada a situaciones fácticas posteriores al periodo de convocatoria a los ascensos correspondientes a la gestión 2013; hechos controvertidos cuyo análisis no corresponde en esta instancia constitucional.
Por todo lo expuesto precedentemente, se puede concluir que no se
advierte la vulneración de los derechos del accionante al debido proceso, a la defensa y los principios de legalidad, seguridad jurídica e igualdad, menos aún del derecho al trabajo, toda vez que Jorge Luis Castelú Coca, no fue desvinculado de sus funciones al interior de la Policía Boliviana.
Por lo precedentemente señalado, el Tribunal de garantías al haber denegado
la acción de amparo constitucional, efectuó una adecuada compulsa de los antecedentes procesales.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera Especializada, en
virtud de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, en revisión resuelve: CONFIRMAR la Resolución 032/2013 de 28 de agosto, pronunciada por la Sala Civil y Comercial Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz; y en consecuencia; DENEGAR la tutela solicitada con relación a todos los derechos demandados.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional