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INTRODUCCIÓN

El cinismo es una de las manifestaciones más radicales de la filosofía y también


de las más incomprendidas. Los cínicos consideran que la forma de vivir es parte
fundamental de la filosofía e inseparable de su manera de pensar.

Sin embargo, no todos los integrantes de este movimiento tienen las mismas
actitudes externas ni los mismos comportamientos, por lo que a veces se habla
de filosofía cínica, otras veces de actitud cínica y otras simplemente de locura.

El término cínico es uno de esos términos que han ido perdiendo su significado
original y transformándose en otro distinto al que tuvo en sus orígenes. Tanto es
así que hay algunas propuestas para usar los términos quínico o kínico, con el
fin de diferenciar claramente el concepto de cínico en su sentido original del que
se usa hoy en día, es decir, diferenciar en concepto de cínico en sentido
filosófico, de su sentido popular.

Filosóficamente de lo que se trata, es de retomar o de pensar de un modo nuevo


y diferente algunos temas antiguos, ya que el paso del tiempo ha cambiado
completamente su significado, su origen y desarrollo han sido velados, para
llegar a significar hoy, poco más que un insulto.

El cinismo es una filosofía teórica y una práctica, pero también una forma de
vida, aunque esta característica se empezó a perder enseguida, es una filosofía
que pretende alcanzar la felicidad mediante la sabiduría y la ascesis.

Uno de los rasgos que diferencia al cinismo de otros movimientos es


precisamente la importancia que dan a la ascesis, la práctica continua del
ejercicio mental y físico, como camino para conseguir un estado de ánimo
apropiado para alcanzar la autosuficiencia, que les libere de los imprevistos y les
endurezca para permanecer impasibles ante "adversarios existenciales" como el
hambre, el frío o la pobreza, que no dependen de ellos. Esta actitud les
emparentaba con el estoicismo, aunque su desvergüenza les volvía a alejar.

Se pueden distinguir dos fases en el movimiento cínico: la primera fase se


desarrolló básicamente en Grecia, durante los siglos -IV y -III, la segunda fase
se desarrolló en las grandes ciudades del imperio romano: Roma, Alejandría y
Constantinopla, y duró desde los siglos I a V.
ESCUELA FILOSÓFICA CÍNICA

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1. DEFINICIÓN
 ESCUELA FILOSÓFICA

Es una simple agrupación de filósofos; escuela de pensamiento, corriente


de pensamiento, corriente filosófica, doctrina filosófica o movimiento
filosófico.

 CINISMO

Proviene del latín cynismus aunque tiene origen griego. El término permite
hacer referencia a la impudencia, la obscenidad descarada y la falta de
vergüenza a la hora de mentir o defender acciones que son condenables.

La noción de cinismo también se utilizó para nombrar a la doctrina de la


escuela cínica, formada por discípulos de Sócrates a mediados del siglo
IV a.C. La denominación surgió como un calificativo despectivo a su modo
de vivir, ya que los cínicos despreciaban las riquezas y los bienes
materiales.

 CYNOSARGO

El Cynosorgo o Kunosarges, como escriben algunos, era un gimnasio


público frecuentado por el pueblo de Atenas, o sea por lo plebeyos. Si esto
es verdad, puede decirse que hasta el sitio elegido por Antístenes para
enseñar su doctrina estaba en relación y armonía con el espíritu y las
tendencias de ésta.

2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
El fundador de esta escuela fue Antístenes, nacido en Atenas hacia el año
422 antes del cristianismo. Después de escuchar y seguir las lecciones de
Gorgias, se hizo discípulo, amigo y admirador de Sócrates. Muerto éste,
enseñó públicamente, y sus discípulos recibieron el nombre de cínicos,
bien sea a causa del sitio en que enseñaba Antístenes, llamado
Cynosargo , bien sea a causa de la rudeza de sus costumbres sociales, o
bien por las dos causas a la vez.
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La doctrina de la escuela cínica y de su fundador es la antítesis completa


de la doctrina cirenaica, bien, así como la vida de Antístenes es la antítesis
de la vida de Aristipo. Sócrates había enseñado y dicho muchas veces en
sus discursos, que en la virtud consiste el bien real, verdadero y único del
hombre: y, exagerando y desfigurando el sentido de esta gran verdad,
Antístenes comenzó a enseñar que la virtud es el bien supremo, el último
fin del hombre, felicidad suma y única a que éste debe aspirar. Las
riquezas, los honores, el poder y los demás bienes son cosas indiferentes
en el orden moral; son despreciables, y hasta aborrecibles, por
consiguiente, para el hombre virtuoso. El placer sensual, lejos de constituir
el bien, la felicidad verdadera del hombre, como pretende Aristipo, es, en
realidad, un mal, y un mal de los mayores, a causa de los vicios a que
arrastra. (Según Diógenes Laercio, Antístenes solía decir: «Quisiera más
caer en locura furiosa, que experimentar un placer sensual»).

La libertad y la felicidad suprema del hombre consisten en su


independencia de todas las cosas por medio de la vida virtuosa, y prueba
de ello es que si Dios es perfectamente bueno y perfectamente feliz, es
en razón de su absoluta independencia de todas las cosas. Para adquirir
la semejanza con Dios, en la cual consiste la perfección y felicidad del
hombre, según la enseñanza de Sócrates, es preciso que éste se haga
independiente de todas las cosas, como lo es la Divinidad. Con este
objeto, además de mirar con indiferencia los honores, las riquezas y
demás bienes de este género, debemos menospreciar las necesidades
facticias de la sociedad, y sobreponernos a los que se llama
conveniencias sociales y exigencias de la civilización. El hombre virtuoso
debe limitarse a satisfacer de una manera sencilla y natural las escasas
necesidades que le impone la naturaleza.

Aunque parece que Antístenes hacía poco caso de las ciencias


especulativas, y particularmente de las físicas y matemáticas, poseía, no
obstante, una idea muy elevada de la Divinidad, puesto que enseñaba a
sus discípulos que Dios es un ser independiente y superior a todas las
cosas, inclusas las divinidades del culto popular; y que, lejos de ser
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semejante a cosa alguna sensible, no debe ser representado con


imágenes, en atención a que es un ser puramente espiritual.

3. CONTEXTO HISTÓRICO
Aproximadamente hacia el siglo IV A. C. se produce la conquista de Atenas por
parte de Filipo de Macedonia en el año 338 a. C Las ciudades griegas se habían
destruido con la guerra civil del Peloponeso, cuyo enfrentamiento entre Atenas y
Esparta concluyó con la victoria y la instauración de la corrupta oligarquía
espartana y el indeclinable deterioro de la democracia ateniense. Si bien Atenas
retomó su impulso democrático, tras la contienda nada volvió a ser igual.

Más tarde, luego de la muerte del mismo, en el 323 a. C., su hijo, Alejandro
Magno, extendió su imperio por todo el mundo conocido y universalizó la cultura
griega, iniciando la etapa helenística. Se erigen nuevos centros intelectuales y
un fuerte impulso del desarrollo científico. No obstante, los conceptos de ciudad-
Estado, independencia territorial y libertad política y ciudadana acaban. Con el
desamparo del individuo, la crisis e inestabilidad espiritual y económica "de
fondo".

Es la etapa de la decadencia de las polis griegas (denominación dada a las


ciudades-estado independientes), que ya no se valen por sí mismas, la extinción
de la democracia y los tiempos de inseguridad, histeria colectiva y guerras. En
Atenas gobiernan los macedonios y se hace lo que el rey quiere, lo que el rey
dicta. En este contexto se suceden asesinatos, inestabilidad política, inseguridad
de qué va a pasar con uno el día de mañana y de qué puede acaecer en cualquier
momento, y la incitación a los griegos de rebelarse contra los macedonios, lo
cual al principio tuvo mediano éxito pero que terminó en fracaso y apartó a la
mayoría de la población de los altos cargos del gobierno, como consecuencia.

En esta etapa, tras la influencia y herencia socráticas, los que habían sido
discípulos suyos y lo habían seguido, como Platón o Antístenes, van a fundar las
principales Escuelas o Sectas filosóficas del periodo helenístico (El Cinismo, del
cual saldrán en dos ramas el Estoicismo y el Epicureísmo, el Escepticismo, el
Pirronismo, la Escuela Cirenaica…) y también las Academia y el Liceo con sus
respectivas enseñanzas como van a ser el Platonismo y el Peripatetismo (que
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en griego significa ambulante y es debido a que las enseñanzas se realizaban


visitando lugares en vez de estar recluidos en un sitio sentados) de Aristóteles.

Esto es una consecuencia del enrarecimiento de la vida pública, el hecho de que


la libertad de expresión ya no existiera y uno no pudiera ir al Ágora a debatir y a
dar sus argumentos; entonces se recluyen en sus espacios particulares los
respectivos filósofos y sus discípulos se ponen a debatir y a cuestionar y tratar
los hechos; pero ya no naturales como los presocráticos, no del mismo modo en
que los Sofistas, Sócrates, Platón y Aristóteles habían tratado los temas
antropocéntricos, sino desde otras perspectivas como la de que la libertad real
era la interior, la de la mente, la de la imaginación.

El Cinismo o Escuela Cínica, no es un grupo homogéneo que resulte fácil de


identificar, como pasa con los Estoicos o los Epicúreos, ya que los hay quiénes
los consideran una verdadera Escuela y quiénes no, quiénes los consideran
filósofos y quiénes no; sin embargo, el Cinismo comienza de un modo tímido con
el antiguo sofista seguidor de Gorgias Antístenes y "convertido" posteriormente
a Sócrates, que ya comparte unos rasgos tanto socráticos como incipientemente
cínicos; es Diógenes de Sínope quién radicaliza esos principios, tomando como
modelo a Antístenes, y del que sí se puede decir que es ya un cínico en sí mismo.

II: antecedente: Antístenes, orador sofista y posterior socrático


Antístenes (444 a. C. - 365 a. C.) fue el precursor de la Escuela Cínica. Nació en
Atenas de padre ateniense y esclava tracia, era un meteco (un extranjero), pero
su padre se las ingenió para colarlo como ciudadano ateniense. Fue discípulo de
Gorgias el sofista y cobraba por sus clases de retórica, con lo cual su posición
económica no debía de ser precisamente mala; todo cambió cuando conoció a
Sócrates y se adscribió a su filosofía; de hecho, estuvo con Sócrates durante sus
últimas horas de vida hasta beber la cicuta. Tras la muerte de Sócrates y,
despojándose de sus posesiones, fundó el gimnasio de Cynosarges, en las
afueras de la ciudad, al cual acudían personas tales como metecos, extranjeros
y personas no bien vistas. No obstante, huelga decir que su intención no era la
de proporcionar una enseñanza "superior" a sus alumnos, como la Academia de
Platón y el Liceo de Aristóteles hacían.
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Antístenes lleva a cabo un cambio radical que se manifiesta también


externamente (no sólo en la adopción de los presupuestos socráticos); pasa a
vestir un manto, un ajuar y un bastón, indumentaria que se convierte en el
uniforme del cínico. Prescinde de una manera decisiva de todo lo que no puede
llevar encima, con la intención de librarse de los caprichos de la Tyche (la suerte,
la fortuna) y que ésta no pudiera sobrecogerle o pillarle desprevenido. El objetivo
es alcanzar la felicidad y esto se consigue si uno depende solo de sí mismo;
además, el sabio demuestra su sabiduría con los hechos.

Antístenes elogia la riqueza del alma que cree que es la verdadera frente a la de
la riqueza y el desprecio del placer (patente luego en los Estoicos). Elogia,
también, el ponos (el esfuerzo) como medio para alcanzar la virtud (la areté), una
conducta que ejemplificada por Heracles (Hércules) toma como modelo del
héroe cínico, estoico, el máximo representante de la vida del esfuerzo; su
herramienta de la virtud era el esfuerzo, ésta también incluía la resistencia, la
benevolencia hacia los demás y la filantropía (amor a los hombres, al género
humano), todo combinado con la vida de atlético vagabundo, como anticipo del
Antístenes llevaba una vida sin grandes riquezas, moderada y austera; no vivía
en la miseria ni mendigaba. Cabe destacar que participó en la batalla de Tanagra
en la que se comportó de forma heroica. Como rasgos socráticos se aprecian su
defensa de la educación, su búsqueda de la virtud y su crítica hacia la demagogia
ateniense del momento. Desde su visión, el sabio para alcanzar la felicidad debe
ser autosuficiente (autarkeia), depender únicamente de su propio saber y virtud.
Antístenes reclama como bien la adoxía (la mala fama); Sócrates expresaba que
el sabio debía guiarse por su propia razón y alejarse de la doxa (la opinión) de
los demás, sobre todo la de las gentes, situándose en la parà doxan, es decir,
situarse al margen de la opinión general de la gente; Antístenes va más allá de
Sócrates al propugnar la "mala fama" como un bien del mismo estilo del esfuerzo.

Destaca en Antístenes el elogio que hace de la paidea (enseñanza, educación)


comparándola a la gimnasio con respecto al cuerpo; la educación, pues, para él,
es mejor que cualquier riqueza, y que constituye una diferencia entre los que
viven "despiertos" y los que lo hacen como sonámbulos. Es peculiar el
pensamiento que tenía sobre la enseñanza ya que decía que los conocimientos
había que tenerlos en el alma y no en las tablillas y notas para que no se pierdan,
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siendo así duraderos. Estos son los bienes que se mantienen con uno mismo
aun en un naufragio.

Y para educarse había que centrarse en los ejemplos de las figuras virtuosas
(como Sócrates pudiera serlo), y vivir de acuerdo a la razón (que recuerda a la
noción estoica de vivir de acuerdo a la naturaleza, que es entendida por ellos
como la razón), alejándose del pensamiento del vulgo. La educación debe formar
individuos tan firmes y sencillos que no deseen la fama y sepan vivir de manera
autárquica, sin depender de nada ni nadie más que de sí mismos. Un punto en
el que confluirán luego los epicúreos pero más "radicalmente" alejándose de la
política, es la postura de Antístenes de distanciarse de la política aunque siempre
cumpliendo con sus deberes cívicos. Finalmente Antístenes marca la pauta que
seguirán los cínicos posteriormente: una vaga concepción religiosa y una
indiferencia y actitud satíricas ante las religiones.

FUNDAMENTOS Y CARACTERÍSTICAS DE LA ESCUELA CÍNICA

Los fundamentos que caracterizan a la escuela cínica pueden resumirse en estos


puntos de capital importancia:

El rechazo del progreso, la civilización y las convenciones sociales que, según


los cínicos, crean personas esclavas tanto de la opinión general como de la
propia cultura en que se enmarca.

El modo de hablar sin tapujos ni circunloquios (parresía), la libertad que se


convierte en el punto central de su escuela dónde prima ante todo y se busca
ante todo, considerada como lo que hace a la persona, diferente de lo que sería
ser un hombre, un borrego o un "sonámbulo". Y nada debe imponerse ni subsistir
por encima de la libertad: la persona debe aspirar a la libertad deshaciéndose de
todo aquello que le pueda encadenar, sea material, social o de pensamiento.

Enlazando con el punto anterior: el despojarse de los lujos, los placeres (el único
placer que aprueban sin dudas es el de la libertad, ya mencionado), las
posesiones materiales, la fama, las responsabilidades o tareas comunitarias y
aquello que pudiera encadenar al individuo.
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Otro rasgo característico que luego sería recogido por los estoicos, es el del
Cosmopolitismo, consistente que en la única patria del cínico, de la persona
realmente libre es el universo, el conjunto de todos los seres humanos,
rechazando patrias y fronteras.

Su pasividad ante los hechos, los insultos, las convenciones sociales, los
calificativos y los desprecios a los que el vulgo, la masa social, pueda someter al
cínico. A un cínico le da exactamente igual que te metas con él, que le llames lo
que sea o que te burles o lo vayas criticando, puesto que el cínico sabrá cómo
poner eso de su parte y convertirlo en ventaja.

El ácido, caústico y corrosivo humor y sátira que los cínicos usan para criticar o
dejar en evidencia a lo que consideran que no tiene razón de ser o que es
estúpido. Nótense los confrontamientos verbales entre Platón y Diógenes de
Sínope que se convierten en algo más sutil que despotricar del otro.

El desafío que se realiza a lo correcto moral o políticamente mediante lo


excéntrico, lo considerado "amoral" o la realización de aquello que llamaba la
atención e impactaba. En este sentido hay una intención (pero no
peyorativamente), de intentar llamar la atención para ver cómo se reduce a lo
absurdo lo que los demás consideran como normal, exquisito o "apropiado". Y
con respecto a esto pueden citarse diversos ejemplos, como el de Diógenes de
Sínope dándole a la zambomba en mitad del Ágora o del templo atenienses,
viéndole todo el mundo y hablando de él, e incluso acercándosele uno y
recriminándole, a lo que Diógenes responde que si tuviera hambre o cualquier
otra cosa también la haría delante de los demás.

La filosofía entendida como algo práctico que se adquiere a base de


entrenamiento, hábito y tiempo igual que un deportista se entrena físicamente,
desdeñando así, las teorías elevadas, la filosofía teórica y las matemáticas y las
ciencias.

La autarkéia que consiste en valerse por sí mismo, adoptando una opinión


propia, alejada de la de los demás, y no dependiendo del mundo, de la
comunidad y de cualquier cosa, como ya se ha mencionado en Antístenes, cosa
que sería asumida por los epicúreos y que la plantearían de un modo muy
parecido.
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CÍNICOS

El nombre de cínicos tiene dos orígenes diferentes asociados a sus fundadores.


El primero viene del lugar donde Antístenes solía enseñar, que era un gimnasio
llamado Cinosarges, que se puede traducir como el perro blanco o el perro veloz.
El segundo origen tiene que ver con comportamiento de Antístenes y de
Diógenes, que se asemejaba al de los perros, por lo cual la gente les apodaba
con ese nombre (kinicós). Está comparación viene por el modo de vida que
habían elegido estos personajes, por su idea radical de libertad, su
desvergüenza y sus continuos ataques a las tradiciones y los modos de vida
sociales.
Sin embargo detrás de todo esto, el cinismo pretendía dar una respuesta
individual a la incertidumbre que se vivía en este periodo de crisis cultural,
manifestando su malestar y descontento, y también librarse de los caprichos de
la fortuna, guiando al individuo hacia la felicidad. Este camino no era fácil así que
se necesitaba un entrenamiento, una disciplina para a conseguir una plena
autonomía moral y a ser posible también física. Era característico de los cínicos
la transgresión continua, tanto de los valores tradicionales, como de las normas
sociales.
Los cínicos tomaron como modelos a la naturaleza y los animales, los adoptaron
como ejemplos de autosuficiencia y basándose en ello propusieron un modelo
de comportamiento ético que consideraban fundamental para alcanzar la
felicidad, aunque esto solo era posible mediante una rigurosa disciplina física y
mental. Proponen la necesidad de la autoafirmación individual frente a una
sociedad alienante y coaccionadora.

El cinismo es una forma de vivir, pero también de pensar y de expresarse, y


como no se han conservado las obras de los primeros cínicos, hoy son conocidos
en gran parte por dichos y anécdotas (chreiai), que fueron transmitidos en forma
de colecciones, la más usada es la de Diógenes Laercio, referencia fundamental
para el estudio no solo de los cínicos, sino de gran parte de la filosofía anterior a
su autor. Utilizaron recursos literarios diversos donde no faltan la parodia, la
sátira, la anécdota o la burla, pero siempre de forma escandalosa y provocadora.
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Invalidar la moneda en curso.

Según la tradición antigua, Diógenes se vio obligado a abandonar Sinope,


porque su padre o él mismo (o ambos), se dedicaron a invalidar monedas,
estropeándolas con un punzón. A raíz de todo esto su padre fue encarcelado y
Diógenes tuvo que huir, o bien fue exiliado, no se sabe con certeza.

Relacionado con este asunto se formó la leyenda de que Diógenes fue a


consultar al oráculo de Delfos, y recibió como respuesta a su pregunta el
enigmático consejo de invalidar la moneda, que se acabó convirtiendo en la
consigna cínica, y en metáfora de buena parte de su comportamiento.

Lo cual podría ser considerado un antecedente lejano de la importante consigna


nietzscheana sobre la transvaloración de los valores. Invalidar los valores y
cambiarlos por otros fué uno de los retos que asumieron los cínicos y que
persiguieron con insistencia.

La libertad radical.

La libertad radical es libertal de pensar, de acción y de palabra. El cínico se


diferenciaba de los demás por su desvergüenza radical, por adoptar modos de
vida que escandalizaban a su sociedad, por predicar la autosuficiencia, la libertad
de palabra y la austeridad como cosas necesarias para alcanzar la tranquilidad
de ánimo y con ello la felicidad.

Se proclamaban cosmopolitas y liberados de cualquier obediencia a las


instituciones, convenciones o leyes, ya que estas son siempre locales, y ellos se
consideraban ciudadanos del mundo. En cualquier sitio se encontraban en su
casa.

PRINCIPALES FILÓSOFOS DE ESTE MOVIMIENTO/ESCUELA

En cuanto a los filósofos de esta escuela, hay diversos y puede ser subjetivo cuál
es más importante que cual, pero nos centraremos en estos por ser los más
llamativos y los más "originales" dentro de la escuela.
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DIÓGENES "EL PERRO".

Diógenes era de Sínope, hijo de Hicesio, un banquero. Cuenta Diocles que se


exilió por falsificar la moneda, ya que su padre estaba a cargo de la banca estatal
de la propia ciudad de Sínope; se marcharon su padre y él, confesando que
había alterado la acuñación de la moneda. Al llegar a Atenas conoció a
Antístenes, el cual no lo admitía como discípulo (porque no admitía a nadie a su
lado) y lo rechazaba hasta que de tanta insistencia lo admitió. Fue una figura
escandalosa, extravagante y provocadora con sus gestos, su manera de hablar
y también de vivir. Es un filósofo práctico y lleva hasta el extremo los postulados
antes mencionados de Antístenes. Con su fina y caústica ironía y libertad de
palabra para expresar lo que pensara sin reparos y criticar a los que se creían
libres o a los que seguían o predicaban una moral.

Fue emigrante y apátrida visitando ciudades como Atenas, Esparta y Corinto.


Diógenes se proclamaba "ciudadano del mundo" (el cosmopolitismo que antes
hemos explicado); mientras las ciudades griegas se sumían en guerras, él
observaba desdeñoso lo que ocurría su alrededor y no le concedía mucha
importancia. Escribió una obra llamada "Politeia" de corte utópico y satírico.
Considera que el hombre es autosuficiente para la virtud, si es sabio, en el
sentido más práctico. Afirmaba también que poco se necesita para vivir, al menos
para el que no está muy ligado a ocupaciones y deberes convencionales, igual
que el pobre que no busca honores ni fortuna.

Diógenes no tenía patria ni familia, ni siquiera un hogar; así que consiguió una
tinaja que le servía de pequeño espacio, símbolo de extrema frugalidad. Su ajuar
era mínimo, pocas cosas que llevaba encima. Hacía hincapié en que la sabiduría
práctica requería de hábito constante, de entrenamiento, y el sabio es experto
en esto igual que lo es un atleta o un músico. Y una vez entrenado desprecia el
placer y no cae en las tentaciones del deleite. El cínico no renuncia a los placeres
ni a la vida regalada porque vea remordimiento o mortificación, tampoco se
espere una recompensa ulterior (como podría hacerse según una religión), o
porque piense que el cuerpo ha de ser castigado. Su independencia estriba en
su única obediencia a lo natural y desprecio a las convenciones sociales.
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La conquista de la libertad era el máximo objetivo del sabio, según Diógenes,


ya que permite gobernarse uno a sí mismo al margen de la opinión de los
demás y de las normas legales y las convenciones. Le faltaba desvergüenza,
expresada en hechos como que cuando salía la gente del teatro pasara por
allí para chocarse con la caterva a propósito. Cabe destacar la anécdota que
se contaba de él que un día caminaba por la ciudad de Atenas con un pequeño
farolillo asegurando estar buscando personas pero que lo único que veía eran
hombres, gente sin más, aludiendo a que sólo encontraba a personas
esclavas de convenciones, de apariencias y de otras cosas igualmente falsas.

La figura de Diógenes enseguida pasó a ser una leyenda de provocación y la


imagen del sabio cínico por excelencia, de aspecto descuidado, burlón y
sarcástico. Su forma de vida perruna, su estilo agresivo, su comportamiento
siempre en contra, le diferencian sin confusiones.

Vivía en un tonel, buscaba a plena luz del día con un candil, nada menos que al
hombre, se masturbaba en público, comía carne cruda, escribía libros a favor del
incesto y del canibalismo. Si alguien es el prototipo de trasgresor, ese es
Diógenes de Sinope.

Nació en Sinope (Asia Menor) entre los años -413 y -400 y murió en Corinto en
el año -323. Este mismo año es probable que murieran también Aristóteles y
Alejandro Magno. Su padre era banquero y cuenta Diógenes Laercio que un
buen día decidió consultar al oráculo y recibió como respuesta "invalidar la
moneda en curso", que como todas las respuestas de los oráculo era enigmática,
dicha respuesta tenía al menos tres sentidos: falsificar la moneda, modificar las
leyes o transmutar los valores.
Diógenes no quiso elegir e hizo las tres cosas, el resultado fue la expulsión y el
destierro de Sinope. “Ellos me condenan a irme y yo les condeno a ellos a
quedarse”, fue su irónico comentario.

Forzado por estas circunstancias deambuló por Esparta, Corinto y Atenas, en


esta ciudad frecuentó el cinosarges y se hizo discípulo de Antístenes, optó por
llevar una vida austera y adoptó la indumentaria cínica, como su maestro.
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Desde sus comienzos en Atenas mostró un carácter apasionado, llegando Platón


a decir de él, que era un Sócrates que se había vuelto loco. Pone en práctica de
una manera radical las teorías de su maestro Antístenes. Lleva al extremo la
libertad de palabra, su dedicación es criticar y denunciar todo aquello que limita
al hombre, en particular las instituciones. Propone una nueva valoración frente a
la valoración tradicional y se enfrenta constantemente a las normas sociales.

Se considera cosmopolita, es decir, ciudadano del mundo, en cualquier parte se


encuentra el cínico como en su casa y reconoce esto mismo en los demás, por
tanto en mundo es de todos. La leyenda cuenta que se deshizo de todo lo que
no era indispensable, incluso abandonó su escudilla cuando vio que un
muchacho bebía agua en el hueco de las manos.

Conoció a algunos de los filósofos y gobernantes de la época, se cuenta la


anécdota de que estando un día en las afueras de Corinto, se le acercó a
Alejandro Magno y ofreció concederle lo que quisiera, a lo que el filosofo
respondió simplemente: “apártate a un lado que me quitas el sol”. Esta anécdota
pretende reflejar claramente que el sabio no necesita nada de los poderosos,
que está por encima de las riquezas materiales y de la ambición del poder. Esta
actitud crea una radical separación con los políticos.

Todo esto es posible pero se necesita un duro entrenamiento (askesis).


Diógenes, como todos los cínicos recomienda el entrenamiento para adquirir la
areté, ejercitarse tanto física como mentalmente para endurecerse y llegar a la
impasibilidad y a la autosuficiencia. La independencia se consigue con el
esfuerzo, como el viejo héroe Heracles, que sirve de ejemplo a los cínicos,
porque vive conforme a su propia valoración de las cosas y no según normas ni
convenciones impuestas desde fuera.

Escribió algunos libros, que se han perdido, pero todos los indicios hacen
suponer que eran de carácter breve y en forma de máximas o sentencias agudas
e irónicas, según sus comentaristas.

Su muerte, como no podía ser de otra manera, también es motivo de anécdotas.


Según algunos murió por su propia voluntad, suicidándose mediante la
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contención del aliento, dueño de su destino y del momento de su muerte. Según


otros murió de las mordeduras de un perro, esta vez de los de cuatro patas o de
una indigestión por comer pulpo crudo. Y cuentan también otros que aún resuena
el eco de las carcajadas del sabio de vez en cuando y que sus amigos levantaron
un monumento en su honor, que consistía en una columna coronada por un perro
de mármol.

Crates de Tebas
Crates, hijo de Ascondas,era de Tebas. Algunos dicen que era discípulo del
propio Diógenes y otros que lo era de Brisón de Acaya. Vendió su hacienda
—siendo una persona de notable posición— y reunió doscientos talentos
(moneda de la época) y los repartió entre sus conciudadanos. Le llamaban "el
abrepuertas" debido a que entraba en cualquier casa y aconsejaba a sus
habitantes. Pasó de potentado (persona rica) a mendigo y filósofo. Con él, el
cinismo se imbuye de amabilidad y serenidad. Destacan en él un carácter más
feliz y filantrópico. En el año 335, Alejandro arrasó la ciudad de Tebas y se
cuenta que le dio la opción a Crates de reconstruirla y respondió él que no
quería otra patria igual que fuera arrasada por otro Alejandro, prefiriendo la
"patria universal de todos los hombres" que proclamaban los cínicos.
Escribió algunos versos parodiando otros de corte clásico. Mezclaba lo serio
con lo jocoso. Crates parodió todos los géneros de poesía, con el fin de que
fuesen populares. Sus versos eran claro testimonio de su personalidad y
manera de ver la vida, y poco le importaba la teoría estética que separaba al
arte de la moral. Crates argüía que el deseo fervoroso de riquezas, el lujo y la
carencia producen conflictos civiles y guerras mientras que la sencilla actitud
del cínico traía consigo la paz y la independencia (de espíritu); igual que
Diógenes ideó una ciudad ideal de acuerdo a su manera de ver la vida,
anárquica, sencilla y feliz. En esta ciudad los habitantes no se dejan esclavizar
por riquezas ni por pasiones ni mucho menos por afán de amasar dinero, que
estimula la violencia; y para vivir felizmente hay que atender únicamente a lo
mínimo, y lo demás vendrá como añadido.

Se aprecia suavidad en el trato de este filósofo en cuanto a que se dedicaba


a aconsejar a los demás y se proponía zanjar los problemas y discusiones
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que hubiera entre la gente; decía que de la filosofía había aprendido el vivir
conformándose y siendo feliz con lo presente, a no desear las cosas que le
faltaran y a no quejarse de lo que le sucediera, de las circunstancias.
Desdeñaba los placeres como los cínicos pero no los cotidianos y sencillos
que se podían extraer de cada día y se mostraba en contra del amor aunque
fue protagonista de una historia de amor con nuestra siguiente filósofa cínica,
Hiparquía, hermana de su discípulo Metrocles. Crates vivió, pues, una vida
larga y con serenidad.

Crates era un ciudadano adinerado y de buena posición social, que renunció a


toda su fortuna para hacerse filósofo cínico. Fue discípulo de Diógenes y maestro
de Zenón de Citio, el que luego fundara una de las escuelas más importantes de
la filosofía antigua, el estoicismo. Crates, a diferencia de su maestro, era un
hombre amable y tranquilo, que le valió el sobrenombre de "el filántropo", así
como el de "abrepuertas" porque la gente le llamaba a sus casas para pedirle
consejo y charlar con él.

Nació en Tebas aproximadamente en el año -368, pero enseguida se marchó a


Atenas, para hacerse seguidor de Diógenes, murió hacia el año -288. Como
todos los cínicos predicaba la autarquía y la sencillez dando ejemplo con su vida
y sus actos, y aunque de estilo menos agresivo que sus predecesores, su actitud
es la misma que los demás.

Para Crates la filosofía le libera de su esclavitud externa, en cuanto a la familia,


la propiedad o las costumbres sociales y le libera también de esclavitud interna,
de sus opiniones, manteniendo su radical libertad individual. Para conseguir vivir
feliz, es suficiente con lo mínimo, es esencial la frugalidad y la distancia con las
instituciones y las leyes.

Crates escribió bastantes obras de literatura en las que consiguió mantener un


buen nivel y además las escribió casi siempre en verso, sus obras consisten en
una mezcla de poemas medio broma y medio serio, y parodias que escondían
mensajes éticos.
ESCUELA FILOSÓFICA CÍNICA

Pretendía propagar los principios de Diógenes, de una manera atractiva, y


probablemente de esta manera consiguió llegar a una audiencia bastante amplia.
Protagonizó uno de los escándalos mas curiosos de la filosofía antigua: su
historia de amor con Hiparquia, filósofa cínica como él.

Metrocles e Hiparquia de Maronea

Fueron dos hermanos que provenían de una familia rica de Maronea. Metrocles
tuvo desde muy temprano inquietudes filosóficas y gracias a que tenía bastante
dinero pudo dedicarse a ello sin problemas. Fue discípulo de Teofrasto y luego
también de Jenócrates.

Pero no se sintió satisfecho hasta que encontró a Crates y se hizo discípulo suyo
y abandonó sus pertenencias. Fue conocido como un experto en la anécdota
breve, con ánimo de memorizar y utilizar como guía.

Poco más se sabe de su vida, salvo que por su mediación, su hermana Hiparquia
conoció a Crates del que se enamoró, pero al principio este amor no fue
correspondido y ante esta situación le amenazó con suicidarse, al final y en
contra de las normas sociales de la época mantuvieron una relación cínica, que
incluía el mantenimiento de relaciones sexuales en público.

Hiparquia es una de las pocas mujeres filósofas de la antigüedad (pero no la


única), y desde luego fue la única cínica. La dureza de tener que abandonar
todas sus pertenencias, vestir el manto cínico, llevar una vida como la de sus
compañeros y ser uno más no debió ser nada fácil, dadas las costumbres de la
época. Sin embargo su relación con su Crates, parece que fue de los más cordial
y compartían todo de igual a igual, incluido la filosofía.

Onesícrito de Astipalea

Su vida transcurrió aproximadamente entre los años -380 a -300. Fue otro de los
discípulos importantes de Diógenes y el más viajero. Acompaño a Alejandro
Magno en una expedición la India, donde entró en contacto con los gimnosofistas
hindúes, a los que define como sabios o santones medio desnudos y a los que
comparó con los cínicos griegos.
ESCUELA FILOSÓFICA CÍNICA

Su vida no fue la un auténtico cínico al estilo de sus predecesores, pero su actitud


y la propagación del cinismo hizo que Diógenes Laercio le incluyera en su libro
y su nombre figure en cualquier lista de cínicos.

Otros cínicos menos conocidos

Diogenes Laercio aún menciona a otros tres filósofos en la lista de cínicos y a


los que trata más brevemente: Mónimo de Siracusa, que fue discípulo de
Diógenes, Menipo de Gadara, discípulo de Crates, Menedemo de Lampsaco y
dos más en otras partes de su libro: Bión de Boristenes (-335 a -245) que fue
vendido como esclavo, y acabó en Atenas estudiando filosofía con Crates y
Estilpon de Megara (-360 a -280) que pasó por la escuela cínica (es probable
que fuera alumno de Diógenes) y acabó fundando su propia escuela: la
megárica.

De los filósofos posteriores a Diógenes Laercio, solo destacaremos a Luciano de


Samosata que fue una mezcla de cínico y de epicúreo, escribió numerosa obras,
casi todas de carácter satírico, así como diálogos en algunos de los cuales
intervienen filósofos cínicos.

Catálogo integral de filósofos cínicos conocidos

M.-O.Goulet-Cazé, en un excelente trabajo, ha elaborado un catálogo integral de


los cínicos conocidos, con un pequeño resumen de cada uno de ellos, dispuestos
en 8 grupos: 83 cínicos cuya autenticidad histórica está comprobada, 14 cínicos
anónimos, 10 personas cuya vinculación con el cinismo es incierta, 31 cínicos de
las pseudoepigráficas Epístolas cínicas, 13 cínicos casi con seguridad ficticios,
pero que aparecen en la literatura, 1 cínico por equivocación, 4 personas que no
fueron cínicas, pero a las que se conocía como perros, y por último varios títulos
en los que aparece la voz perro.

Hiparquía
Hiparquía de Maronea, una de las primeras mujeres filósofas y la única que
aparece descrita en La vida de los filósofos ilustres de Diógenes Laercio,
historiador griego de la filosofía antigua quedó cautivada por las enseñanzas
ESCUELA FILOSÓFICA CÍNICA

de Crates; se enamoró de él tanto por sus palabras como por sus actos. No
hacía ningún caso a los que intentaban cortejarla, ni a las riquezas, ni a su
propia belleza, a nada, sólo a él. Amenazó, incluso, a sus padres con
suicidarse si no la daban a él. Así pues, los padres de Hiparquía llamaron a
Crates para que la disuadiera; lo intentó, y al no lograrlo se desnudó ante ella
y le dijo que así era él (de pobre y de no agraciado) y así era su hacienda (lo
que ella poseía en comparación) y que no estaba dispuesto a ir con nadie que
no compartiera los mismos preceptos que él. Lo eligió a él y tomó su mismo
estilo de vida, con un vestido raído.
Desafió las normas e imposiciones sociales que limitaban el papel de la mujer
al hogar y al cuidado de los hijos; dedicó el mismo tiempo a su educación que,
según la tradición, debería haber gastado en el telar.
DIFERENCIA

El sabio cínico considera que para alcanzar la felicidad es necesario la libertad,


la autosuficiencia y el desapego. Los cínicos no estaban dispuestos a conceder
que la felicidad dependiera de cuestiones ajenas a sí mismos, la libertad está en
el centro de la forma de pensar cínica y se refiere a la libertad de acción y a la
libertad de expresión.

Una parte importante de la tradición cínica se ha transmitido en forma de


anécdotas (chreia), lo cual no es de extrañar considerando cierta aversión por la
escritura de algunos de sus miembros, y la importancia de las "performances" o
acciones públicas características de los cínicos. Hay varias colecciones de estas
anécdotas, algunas de las cuales fueron recopiladas por Diogenes Laercio en su
libro.

Las acciones más representativas son las atribuidas a Diógenes, tales como
masturbarse o defecar en público, mear encima de alguien, escupir a la gente o
hablar en favor del incesto y del canibalismo. Sin embargo todos estos hechos
solo tienen validez porque son actos deliberados de protesta contra las
costumbres sociales y morales y porque los cínicos primitivos creían que era una
forma de enseñanza realizada
ESCUELA FILOSÓFICA CÍNICA

Las acciones.

La teoría cínica proviene de la práctica y su fundamento se encuentra en la


exigencia de libertad frente a todo aquello que pueda esclavizarle. Como parte
de esta libertad radical se encuentra la libertad de palabra (parrhesia).
Esta libertad de expresión es un rechazo de la polis y de la autoridad, porque va
directamente contra sus propias normas, asumiendo la posibilidad de recibir
severos castigos, incluso el exilio. La libertad de palabra utilizaba formas que
habitualmente llegaban a ser ofensivas.

Junto con la libertad de palabra, otra característica del cínico es su desvergüenza


(anaideia). Aceptaban el apodo de perros porque lo tomaban precisamente como
el símbolo de su falta de vergüenza. Como parte de esta desvergüenza asumían
el desprecio por las convenciones y el placer.

El cínico adopta un estilo de vida que representa su independencia y proclama


la necesidad de autosuficiencia (autarkeia) para conseguirla. Pero para lograr
esta autosuficiencia es preciso vivir de una manera sencilla, con deseos que
puedan ser satisfechos fácilmente y con las únicas pertenencias que uno pudiera
"salvar en caso de naufragio".

Los cínicos concedían un gran valor a la austeridad y a la frugalidad y en esto se


asemejaban a los estoicos. Otra cuestión fundamental para el cinismo era la
práctica de ejercicio físico, porque la disciplina (askesis) le fortifica frente a las
adversidades imprevistas y aumenta su resistencia a vivir en la intemperie.
Acostumbrarse a cuidar de sí mismos, sin criados, seguir dietas sencillas y vestir
un simple manto y un bastón.

Los cínicos proponen también una vida conforme a la naturaleza, tomando a los
animales como ejemplo de autosuficiencia. Los animales tienen pocas
necesidades y se adaptan rápidamente a la situación en que se encuentran.
Diógenes vivía en la polis, como si fuera un perro, con un comportamiento
escandaloso para un ser humano, aunque no todos los cínicos llevaron el
compromiso a tales extremos.
ESCUELA FILOSÓFICA CÍNICA

La imperturbabilidad (apatheia) es el ideal del sabio cínico, que vive alejado de


todo lo que le produce perturbación o angustia y es capaz de adaptarse con
indiferencia a las circunstancias. Y por último el cosmopolitismo cínico, que está
relacionado con la libertad de no pertenecer a ningún país, ni estar obligado por
las leyes, porque son regionales y lo que vale en un sitio no vale en otros.
También está relacionado con la oposición a la polis, porque la naturaleza no
tiene fronteras ni leyes.

El paso del tiempo.

Con el paso del tiempo el comportamiento y la vida provocativa de los primeros


cínicos fue dando paso a un escándalo verbal y escrito. Teoría y práctica están
inseparablemente unidas en el cinismo, pero la importancia de una y otra no es
la misma, se dejarán a un lado el manto y el bastón, y lo que queda es la escritura
pero no la vida cínica.

RESUMEN

La escuela cínica, fundada en Atenas alrededor del 400 a.C., continuó en


existencia hasta el 200 a.C. aproximadamente. Se formó a partir de la doctrina
ética de Sócrates acerca de la necesidad de moderación y negación de uno
mismo, y combinó este elemento ético con los métodos dialéctico y retórico de
los eleáticos y los sofistas. Los usos primitivos de estas influencias, sin embargo,
fueron desvirtuados; la ética socrática fue interpretada por los cínicos como un
tosco y hasta vulgar desprecio del conocimiento, refinamiento y convenciones
sociales, mientras que los métodos de los eleáticos y los sofistas se
transformaron en manos de los cínicos en un instrumento de disputa (método
erístico) más que en un medio de alcanzar la verdad. El menosprecio cínico de
la afectación y las convenciones de la sociedad refinada se alude como
explicación del nombre perros (kúnes), con el cual se designó a los primeros
representantes de la escuela; si bien, según algunos entendidos, la
denominación cínico proviene del hecho de que aquellos acostumbraban
reunirse en el gimnasio de Cinosargo.
ESCUELA FILOSÓFICA CÍNICA

El fundador de la escuela fue Antístenes, un ateniense nacido aproximadamente


en el 436 a.C., y discípulo de Sócrates. Los más conocidos de sus seguidores
son Diógenes de Sínope, Crates, Menedemo y Menipo. El mismo Antístenes
parece haber sido un pensador serio y un hábil escritor. En su teoría del
conocimiento defendió el sensualismo individualista en oposición a la teoría de
las ideas intelectualista de Platón; es decir, enseñó que solo existe el individuo
que percibe por los sentidos y que no hay objetos universales de conocimiento.
En ética, sostuvo que la virtud es el único bien, y que el placer es siempre y en
toda circunstancia un mal. El dominio de uno mismo, decía, es la esencia de la
virtud, y el sabio aprenderá por sobre todas las cosas a despreciar las
necesidades materiales y las comodidades artificiales en que los hombres
mundanos hallan felicidad.

Diógenes, llamado generalmente "Diógenes el Cínico", es una de las figuras más


notables en la historia griega; al menos, su personalidad con sus
excentricidades, su humor basto, su originalidad y su desafío de los lugares
comunes ha atraído contundentemente la imaginación popular. Su encuentro
con Alejandro, cuya versión más simple se encuentra en Plutarco, fue en gran
medida exagerado por la tradición posterior. Los seguidores de Diógenes, en
especial Crates, Manedemo y Menipo, imitaron todas sus excentricidades,
exagerando de tal modo los elementos antisociales del sistema cínico que la
escuela finalmente sucumbió en el descrédito. Con todo, hubo constituyentes de
la filosofía cínica, principalmente el elemento ético, que luego se convirtieron en
una fuente de genuina inspiración en la escuela estoica. Aquel elemento, en
combinación con la idea estoica más abierta de la utilidad del cultivo intelectual
y el concepto estoico más civilizado del campo de la discusión lógica, reapareció
en la filosofía de Zenón y Cleantes, y fue la doctrina ética central del último gran
sistema filosófico de Grecia.
ESCUELA FILOSÓFICA CÍNICA

CONCLUCION

Los cínicos tenían como costumbre el llevar una vida de perros tumbados al sol
del ágora ateniense. Estaban en constante oposición y burla con las escuelas
tradicionales griegas, y se les consideraba un pensamiento crítico, subversivo y
revulsivo contra el idealismo platónico y la retórica convencional.

Rechazaban la teoría platónica de las ideas, es decir, para los cínicos sólo existe
lo que puede ser percibido por los sentidos, y defendieron una ética de la
autosuficiencia y la independencia. Propagaron el ideal de la vida natural y el
cosmopolitismo (el cínico Diógenes, desterrado de Sinope, fue el primero en
afirmar que era ciudadano del mundo) rechazando la existencia del Estado, y
afirmando que para el sabio no hay patria, ni leyes, ni familia, ni diferencias de
clase.

Los cínicos formaban un grupo un tanto vago y enteramente desorganizado de


maestros errabundos y filósofos populares. Su doctrina se dirigía de modo
principal hacia los pobres; enseñaban el desprecio de todos los
convencionalismos, y en su conducta adoptaban con frecuencia una rudeza
desagradable (en una banquete comenzaron a tirarle huesecillos {a Diógenes}
como a un perro. Y él se fue hacia ellos y les meó encima. como un perro) y una
absoluta falta de consideración por las formas decorosas (Diógenes realizaba en
público tanto las necesidades corpóreas como actos sexuales varios).

Según el estudioso George Sabine "cabe afirmar que constituyen el primer


ejemplo del filósofo proletario".

El cínico denuncia no con hermosos discursos, sino con zafios y agresivos


ademanes, el pacto cívico con una comunidad que le parece inauténtica y
perturbada. Actúa con una audacia personal que a los demás les parece
desvarío y locura (Platón definió a Diógenes como un Sócrates enloquecido).

Cuando el cínico se niega a rendir homenaje a "lo respetable", lo que pretende


es denunciar la inautenticidad de esa respetabilidad y sus supuestos, que los
demás aceptan por costumbre y comodidad más que por razonamiento. Con sus
gestos soeces y subversivos está contestando los valores admitidos en el
intercambio social.
ESCUELA FILOSÓFICA CÍNICA

La teoría política de los cínicos resultó utópica. Tanto Antístenes como Diógenes
escribieron libros políticos y ambos bosquejaron una especie de comunismo
idealizado, tal vez de anarquía, en la cual la propiedad, el matrimonio y el
gobierno desaparecían.

La escuela cínica fue fundada en Atenas por Antístenes (aproximadamente 445-


365 antes de Cristo.). Vendrían después otros filósofos como Diógenes, Crates,
Hiparquia, Onesícrito, Mónimo, o Salustio (éste ya en el siglo VI después de
Cristo). A lo largo del tiempo se iría diferenciando entre quienes escribían de
acuerdo con pautas cínicas y tomaban motivos literarios inspirados por el cinismo
(Onesícrito) y quienes llevaban una vida acorde con los preceptos de estos
"perros", acogiéndose a los hábitos de mendigos y vagabundos (Diógenes vivía
en una tinaja), con el tribón (manto), el bastón y la alforja.

En cierta manera se podría considerar a estos filósofos y filósofas como un


precursor del Anarquismo, una primera semilla que ya defendía y tenía un modo
de concebir al ser humano y a las personas (aunque hay que tener en cuenta su
contexto social para ver que pecaba de ciertas cosas típicas de su época) mucho
más libre, igualitario y sencillo que otros filósofos o incluso que su propia cultura,
pues hay que tener en cuenta que el Cinismo (o escuela cínica) es una respuesta
ante una cultura en crisis en la cual era más importante la comunidad, la polis,
que el propio individuo, y llevaban su propia moral y su propia concepción de las
cosas.

Lógicamente esto no es el Anarquismo de Bakunin, ni el de Kropotkin, pero es


digno de elogio esta escuela o movimiento (según se quiera considerar) que en
una época tan etnocentrista y cerrada en sí misma (los griegos consideraban
como bárbaros a los que no eran como ellos, igual los romanos con respecto a
los galos, los iberos, los germanos...) se proclamen ciudadanos del mundo y
consideren a todos iguales y tan potenciales para saber y aprender y llevarse
bien sean griegos, dacios o persas. Veo aquí un incipiente y latente anarquismo
que culminará (tras determinadas experiencias y hechos bastante ignorados y
aislados en la historia en las edades media y moderna) en el planteamiento y
sistematización del Anarquismo del siglo XIX que conocemos, con sus diversas
variantes.

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