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Salvador Minuchin

H. Charles Fishman

Técnicas
de terapia
familiar

Paidos Terapia Familiar


Los doctores Minuchin y Fishman. maestros
de la terapia familiar, exponen en este libro,
tanto para el neófito como para el especia-
lista, un completo repertorio de intervencio-
nes que acaban conformando una guía clara
y matizada. Su amplio enfoque analiza la
labor del terapeuta desde sus pasos inicia-
les, en el momento mismo en que se definen
las metas de la terapia, hasta llegar a la cul-
minación, cuando la familia alcanza un fun-
cionamiento más eficaz, descripciones que
van acompañadas de extensas transcripcio-
nes de sesiones reales que ejemplifican la
aplicación de cada una de las técnicas en la
práctica efectiva. I-os autores, a partir de
ahí. abordan las aptitudes que el terapeuta
debe alcanzar para convertirse en un eficaz
promotor del cambio, de manera que com-
prender a la familia, entrar en coparticipa-
ción con ella y planificar el tratamiento
resultan ser pasos esenciales. Técnicas más
específicas incluyen la escenificación del
problema, su reencuadramicnto y su intensi-
ficación hasta un punto en que entre en
crisis. Por último, los autores explican cómo
construir realidades diferentes para la fami-
lia, utilizar intervenciones paradójicas y
poner el acento en los lados fuertes.
Salvador Minuchin es también autor de
Calidoscopio familiar y La recuperación de
la familia, mientras que H. Charles Fishman
ha escrito igualmente Tratamiento de ado-
lescentes con problemas, lodos ellos publi-
cados por Paidós.

Paidos Terapia Familiar


Terapia familiar
Últimos títulos publicados: Salvador Minuchin
39. J. Haley - Las tácticas de poder de Jesucristo H. Charles Fishman
40. M. Bowen - De la familia al individuo
41. C. Whitaker • Meditaciones nocturnas de un terapeuta familiar
42. M. M. Berger - Más allá del doble vínculo
43. M. Walters, B. Cárter, P. Papp y O. Silverstein - La red invisible
45. M. Selvini - Crónica de una investigación
46. C. R. Herscovci y L. Bay - Anorexia nerviosa y bulimia
48. S. Rosen - Mi voz irá contigo
Técnicas
49. A Campanini y F. Luppi - Servicio social y modelo sistémico
50. B. P. Keeney - La improvisación en psicoterapia de terapia
51. P. Caillé - Uno más uno son tres. La pareja revelada a sí misma
52. J. Carpenter y A. Treacher - Problemas y soluciones en terapia familiar y de pareja
53. M. Zappella • So veo, no oigo, no hablo. Elautismo infantil
familiar
54. J. Navarro Góngora - Técnicas y programas en terapia familiar
55. C. Madanes - Sexo, amor y violencia
56. M. White y D. Epston - Medios narrativos para fines terapéuticos
57. W. R. Beavers y R. B. Hampson - Familias exitosas
58. L. Segal - Soñar la realidad
59. S. Grillo • El cambio en los contextos no terapéuticos
60. S. Minuchin y M. P. Nichols • La recuperación de la familia. Relatos de esperanza
y renovación
61. D. A, Bagarozzi y S. A. Anderson - Mitos personales, matrimoniales y familiares
62. J. Navarro Góngora y M. Beyebach - Avances en terapia familiar sistémica
63. B. Cade y W H. O'Hanlon - Guía breve de terapia breve
64. B. Camdessus y otros - Crisis familiares y ancianidad
65. J. L. Linares - Identidad y narrativa
66. L. Boscolo y P. Bertrando - Los tiempos del tiempo
67. W. Santi (comp.) - Herramientas para psicoterapeutas
68. M. Elkaim (comp.) - La terapia familiar en transformación
69. J. L. Frarno • Familia de origen y psicoterapia
70. J. M. Droeven (comp.) • Más allá de pactos y traiciones
71. M. C. Ravazzola - Historias infames: los maltratos en las relaciones
72. M, Coletti y J. L. Linares • La intervención sistémica en los servicios sociales inte
la familia multiproblemática
1}. R. Perrone y M. Nanmini - Violencia y abusos sexuales en la familia
74. J. Barudy • El dolor invisible de la infanáa GUARDO I t M N B V m g i
75. S. Minuchin y otros - El arte de la terapia familiar PSIQUIATRA
76. M. Selvini Palazzoli y otros - Muchachas anoréxicas y bulímicas RUT: fi.842.2I2 4
11. S. Grillo y otros - La familia del toxicodependiente RCM U 8 4 6 . V
78. P, Watzlawick y G. Nardone (comps.) - Terapia breve estratégica
79. M. Malacrea - Trauma y reparación
80. J. Navarro Góngora y J. Pereira - Parejas en situaciones especiales
81. J. L. Linares y C. Campo - Tras la honorable fachada
82. V. Ugazio - Historias permitidas, historias prohibidas
83. B. O'Hanlon y B. Bertalino (comps,) - Desarrollar posibilidades
84. R. Ramos - Sanativas contadas, narraciones vividas
85. J. L. Linares - Del abuso y otros desmanes PAIDOS
86. G. Cecchin y otros - Irreverencia Buenos Aires
Barcelona
Méwco
Título original: Family Therapy Techniques
Publicado en inglés por Harvard University Press ÍNDICE

Traducción de José Luis Eicheverry

Cubierta de Mario Eskenazi

Minuchin, Salvador
Técnicas de terapia familiar / Salvador Minuchin y
Charles Fishman.- Ia. ed. - Buenos Aires : Paidós, 2004.
288 p . ; 22x16 cm.- (Terapia familiar)

Traducción de: José Luis Etcheverry

ISBN 950-12-4699-X
AGRADECIMIENTOS 13
1. Terapia Familiar I. Fishman, Charles II. Título
ESPONTANEIDAD 15
CDD 616.891 56
Espontaneidad terapéutica 16
Métodos de formación 18
1° edición en Argentina, 2004
FAMILIAS 25
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las
sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio El holón individual 27
o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de El holón conyugal 30
ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. El holón p a r e n t a l 32
El holón de los hermanos 33
© 1981 by The President and Fellows of Harvard College El desarrollo y el cambio 34
© 1983 de todas las ediciones en castellano, La formación de pareja 37
Ediciones Paidós Ibérica SA La familia con hijos pequeños 38
Mariano Cubí 92, Barcelona L a familia con hijos e n edad escolar o adolescentes . . . . 39
© 2004 de esta edición, para Argentina y Uruguay La familia con hijos adultos 40
Editorial Paidós SAICF
Defensa 599, Buenos Aires COPARTICIPACIÓN 42
e-mail: literaria@editorialpaidos.com.ar La instrumentación del terapeuta 43
www.paidosargcntina.com.ar Posición de cercanía 47
Posición intermedia 48
Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723 Posición distante 53
Impreso en Argentina - Printed in Argentina Problemas 54
Un ejemplo 56
Impreso en Talleres Gráficos D'Aversa
Vicente López 318. Quilmes, en febrero de 2004 PLANIFICACIÓN 63
Tirada: 1000 ejemplares Familias de pas de deux 64
Familias de tres generaciones 65
ISBN 930- 12-4699-X Familias con soporte 66
Familias acordeón 67
Las familias cambiantes 68
Edición para comercializar exclusivamente en Familias huéspedes 69
Argentina y Uruguay Familias con p a d r a s t r o o madrastra 70
8 TÉCNICAS DE TERAPIA FAMILIAR ÍNDICE 9

Familias con un fantasma 70 REALIDADES 207


Familias descontroladas 71 La concepción del m u n d o de la familia 207
Familias psicosomáticas 73 La elaboración de u n a concepción del m u n d o 209
La averiguación de la e s t r u c t u r a en las p r i m e r a s interacciones . 74 Validación de u n a concepción del m u n d o 210
Cuestionamiento de la concepción del m u n d o 212
CAMBIO 77
C u e s t i o n a m i e n t o del s í n t o m a 80 CONSTRUCCIONES 215
C u e s t i o n a m i e n t o d e l a e s t r u c t u r a familiar .81 Símbolos universales 216
C u e s t i o n a m i e n t o de la realidad familiar 84 Verdades familiares 227
Consejo especializado 230
REENCUADRAMIENTO 85
PARADOJAS 242
ESCENIFICACIÓN 89 Intervenciones d i r e c t a s , b a s a d a s e n l a a c e p t a c i ó n . . . . 243
Intervenciones p a r a d ó j i c a s , b a s a d a s e n e l desafío . . . . 244
E l p r i m e r m o v i m i e n t o : interacciones e s p o n t á n e a s . . . . 93
Inversiones, b a s a d a s e n l a a c e p t a c i ó n y e l desafío . . . . 246
El s e g u n d o m o v i m i e n t o : p r o v o c a r i n t e r a c c i o n e s 95
El grupo de c o n s u l t a c o m o c o r o griego •. 246
E l tercer movimiento: interacciones alternativas . . . . 96
Fidelidad a la p a r a d o j a sistémica 251
I l u m i n a c i ó n de u n a reacción e s p o n t á n e a 99
E j e m p l o de lo que no se debe h a c e r 104
LOS LADOS F U E R T E S 259
ENFOQUE 107 Los defectos de la familia 260
Trampas 109 Los a p o r t e s de la familia 262
El e n r o q u e al servicio del c a m b i o 110 R e s p u e s t a al p a c i e n t e individualizado 266
Alternativas de interacción 273
INTENSIDAD 124
Repetición del mensaje 126 MAS ALIA DE LA TÉCNICA . 282
Repetición de interacciones isomórficas 130
Modificación del t i e m p o 136
C a m b i o de la distancia 144
Resistencia a la presión de la familia 145

REESTRUCTURACIÓN . 148

FRONTERAS 152
Distancia psicológica 152
Duración de la interacción 159

DESEQUILIBRAMIENTO 166
Alianza con m i e m b r o s de la familia 168
Alianza a l t e r n a n t e 175
I g n o r a r a m i e m b r o s de la familia 176
Coalición c o n t r a m i e m b r o s de la familia 182

COMPLEMENTARIEDAD 192
Cuestionamiento del p r o b l e m a 195
C u e s t i o n a m i e n t o del c o n t r o l lineal 196
Cuestionamiento del m o d o de r e c o r t a r los sucesos . . . . 198
Dedico este libro a la Philadelphia Child
Guidance Clinic, institución que durante toda
su existencia ha promovido la investigación
y apoyado orientaciones heterodoxas en la
búsqueda de sistemas mejores para la asis-
tencia de los niños.
AGRADECIMIENTOS

Hace algunos años, H. Charles Fishman y Thomas A. Roesler, discípu-


los ambos de Salvador Minuchin, propusieron que se escribiera un libro
sobre el aprendizaje de las técnicas, según se las enseñaba su maestro.
Desde ese momento, y a medida que se modificaban las conceptualiza-
ciones y los modos de enseñanza de Salvador Minuchin, el libro expe-
rimentó considerables transformaciones.
Peggy Papp nos autorizó a incluir como capítulo 16 de nuestro libro
su trabajo «The Greek Choras and Other Techniques of Paradoxical
Therapy» [El coro griego y otras técnicas de terapia paradójica], Family
Process 19, n.° 1 (marzo de 1980). Puesto que no utilizamos la técnica
de las intervenciones paradójicas con la misma asiduidad que ciertas
escuelas de terapia de familia, ofrecemos el mencionado artículo, que
es una clara exposición sobre el tema.
Agradecemos al doctor Roesler sus aportes en los primeros debates
sobre este libro, y a la doctora Patricia Minuchin las sugerencias y la
colaboración que brindó para el capítulo sobre el desarrollo familiar.
Queremos mencionar también a Virginia LaPlante, que nos asesoró en
la presentación de nuestro trabajo; a Marge Arnold, por su infatigable
auxilio y, como siempre, a Fran Hitchcock, sin cuya intervención nues-
tro libro habría sido más largo y deslucido.
1. ESPONTANEIDAD

La mención de técnicas contiene una referencia a cierta artesanía:


cuidar los detalles, atender a la función del producto y a la relación
entre el esfuerzo y los resultados. Evoca las imágenes de un ángulo per-
fecto entre dos paredes, un cajón que se desliza sin dificultad, las
finas incrustaciones de nácar en una puerta medieval, la ensambladura
de los mosaicos griegos o las armoniosas filigranas de la Alhambra. Pero
la expresión «técnicas de terapia de familia» suscita dudas. Evoca el
manejo de unas personas por otras: espectros del lavado de cerebro,
un control utilizado para acumular poder personal, un clientelismo. Esta
inquietud moral está absolutamente justificada. Por otra parte, la téc-
nica sola no asegura eficacia. Si el terapeuta permanece apegado a la
técnica, si se limita a ser un artesano, su contacto con los pacientes
será objetivo, desapegado, limpio, pero también superficial, manipulador
en beneficio del poder personal y, en definitiva, no muy eficaz.
En consecuencia, el entrenamiento en la terapia de familia debe ser
esencialmente una enseñanza de técnicas que el discípulo olvide des-
pués que las dominó. Leído este libro, se lo debe obsequiar a alguien
o abandonar en un rincón. El oficio del terapeuta es curar; es un ser
humano que se interesa terapéuticamente por sus prójimos en ámbi-
tos y problemas que los hacen sufrir, al tiempo que observa un gran
respeto por sus valores, sus intereses y sus preferencias estéticas.
En otras palabras, la meta es trascender lo técnico. Sólo alguien que
ha dominado la técnica y ha conseguido olvidarla después puede llegar
a ser un terapeuta competente. El salto desembarazado de un Nijinsky
es el producto de años de cuidadoso estudio que le han permitido domi-
nar su cuerpo de una manera artística, no técnica.
¿En qué consiste el arte de la terapia de familia? En entrar én
coparticipación con una familia, experimentar la realidad como sus
miembros la vivencian y envolverse en las interacciones repetidas que
dan forma a la estructura familiar y plasman el pensamiento y la con-
ducta de las personas. En instrumentar esa coparticipación para conver-
tirse en un agente de cambio que obre dentro de las reglas del sistema
familiar, con modalidades de intervención sólo posibles en esta familia
16 TÉCNICAS DE TERAPIA FAMILIAR ESPONTANEIDAD 17

en particular y destinadas a producir un modo de vida diferente, más las líneas empiezan a vincularse. Cada una responde a las demás y se
productivo. Consiste en internarse en ese laberinto que es la' familia organiza en relación con ellas. La pintura, limitada por el marco, cons-
y en encontrar un hilo de Ariadna. tituye un sistema armónico donde cada línea se relaciona con el todo.
La libertad del pintor está restringida por la primera línea trazada
sobre la tela. También los escritores saben que sus personajes cobran
Espontaneidad terapéutica vida propia y adquieren una autonomía que impone un despliegue en
determinado sentido. La obra de Pirandello Seis personajes en busca de
La terapia de familia demanda el empleo de sí mismo. El terapeuta un autor es una exposición metafórica del imperio de la obra sobre el
de familia no puede observar y sondear desde afuera. Tiene que inte- autor. La espontaneidad, aun la espiritual, está siempre limitada por
grarse en un sistema de personas interdependientes. Para ser eficaz el contexto.
como miembro de este sistema, debe responder a las circunstancias en La espontaneidad del terapeuta está canalizada por el contexto de
armonía con las reglas del sistema, al tiempo que se utiliza a sí mismo la terapia. El terapeuta, cuyo papel es influir sobre la gente y cambiarla,
de la manera más amplia posible. Es lo que se entiende por esponta- está en el interior del campo que observa y sobre el cual ha de influir.
neidad terapéutica. Sus acciones, aunque reguladas por las metas de la terapia, son el pro-
En el lenguaje usual, espontaneidad evoca la idea de lo «no pla- ducto de su vínculo con la familia cliente. El terapeuta tiene una posi-
neado». Por eso mismo, «entrenamiento para la espontaneidad» parece ción semejante al ejecutante del bajo continuo en una suite del Barroco.
una contradicción en los términos; nos confirma en esta conclusión el Es libre de hacer lo que le parezca siempre que se mantenga dentro de
diccionario de Webster de la lengua inglesa, donde hallamos definida la estructura armónica. Así son las cosas.
la espontaneidad como «lo que nace de un sentimiento natural o una Pero consideremos ahora las ventajas que estas mismas restricciones
tendencia innata, sin constreñimiento externo». Pero esta perplejidad del contexto procuran a la terapia. Si el terapeuta produce interven-
obedece al contexto cultural. En la- cultura occidental, modernamente, ciones dentro de la gama tolerable, es justamente porque experimenta
se tiende a considerar a los seres humanos como individuos indepen- la realidad de la familia y porque las reglas de la familia lo estructuran
dientes de los constreñimientos del medio. En consecuencia, la definición desde dentro del campo. Las intervenciones ineficaces no se vuelven
de «espontaneidad» es tan sumaria como la que los australianos dan de caóticas ni destructivas; la familia simplemente las asimila sin producir
«nieve». Los esquimales tienen varias palabras para designarla, que enun- cambio. En cierto sentido son las limitaciones situacionales las que con-
cian las diferentes variedades de esta sustancia. Lo mismo los aficio- ceden libertad al terapeuta. Su espontaneidad está modelada por el cam-
nados al deporte del esquí. Pero para los australianos, que nunca han po justamente porque él depende del campo en que participa. En conse-
visto nieve y menos aún intentaron designar sus variedades, la nieve no cuencia, puede trabajar confiado, sabiendo que no necesita acertar
es más que nieve. De este mismo modo definimos la espontaneidad. siempre. En la situación dada, dará por lo menos cerca del blanco. Puede
Pero cuando el terapeuta atiende a los seres humanos en su contexto permitirse los sondeos, sabiendo que en el peor de los casos sus res-
social, con la inteligencia de la interacción continua entre persona y puestas producirán información útil. Si sobrepasa el umbral de lo acep-
contexto, la palabra espontaneidad cobra un sentido más rico. Se apro- table, el sistema mismo lo corregirá. Puede ser espontáneo justamente
xima entonces a su definición por la raíz: «por su movimiento propio porque reacciona dentro de un contexto específico.
(como un río que sigue su curso)». En este sentido, un terapeuta espon- La formación de los terapeutas de familia presenta semejanzas con
táneo es el que ha sido entrenado para emplear diferentes aspectos de la del samurai en el antiguo Japón. Miyamoto Musashi, maestro samurai
sí mismo en respuesta a contextos sociales diversos. El terapeuta puede del siglo xv, expuso las técnicas para sobrevivir en combate; algunas
reaccionar, moverse y hacer sus sondeos con libertad, pero sólo dentro presentan una sorprendente semejanza con las técnicas de la terapia
de la gama de posibilidades tolerable en un contexto determinado. Como de familia. Se refiere a la acción de «compenetrarse»: «Cuando has em-
la expresión dependencia, peyorativa en el siglo xix, pero que en el xx peñado combate y luchas con el enemigo y adviertes que no puedes
obtuvo reconocimiento como hecho ecológico, espontaneidad se enrique- progresar, te "compenetras" con el enemigo y te haces uno con él (...) a
ce cuando se pone en relación con el contexto. menudo puedes conseguir una victoria decisiva si tienes la ventaja de
Miremos de cerca una pintura de De Kooning. Los trazos no parecen saber cómo "compenetrarte" con el enemigo, en una situación en que, si
guardar relación recíproca, se cruzan y se combinan al azar. Pero retro- te mantuvieras aparte, perderías la posibilidad de ganar». Cuando el
cedamos y observémosla desde lejos. Aparecen sobre la tela las mujeres samurai no puede ver la posición del enemigo, tiene que «mover la som-
de Acabonig o las de Sag Harbor. La línea ondulante que parecía bra»: «Haces ver que estás a punto de llevar un fuerte ataque, y esto
independiente de las demás forma parte de un pecho femenino. Aun para descubrir los recursos del enemigo. Después que hayas visto sus
en la más abstracta de estas pinturas, después de un rato de observación,
18 ESPONTANEIDAD 19
TÉCNICAS DE TERAPIA FAMILIAR

recursos, te será fácil derrotarlo con un método diferente».1 Si compa- las operaciones específicas del encuentro terapéutico. Es como si tuviera
ramos estas técnicas con el procedimiento terapéutico de entrar en una lista de palabras en una mano y un poema épico en la otra. El
coparticipación, descubrimos que, si bien la terapia no es arte marcial, proceso de formación tiene que reunir esos dos niveles. Los constructos
el terapeuta, lo mismo que el samurai, tiene que dejarse llevar y traer teóricos sugerirán las metas y estrategias terapéuticas, que a su vez go-
por el sistema a fin de vivenciar sus características. bernarán las menudas intervenciones del terapeuta. El método para en-
También la del samurai era una formación para la espontaneidad. señar el difícil arte de la terapia de familia tiene que guardar una rela-
Sólo podía sobrevivir si su espada se convertía en la prolongación del ción armoniosa entre los conceptos y las prácticas que transmite.
brazo. Eran extraordinariamente detalladas las prescripciones que se La formación de un terapeuta espontáneo desecha ciertos métodos
consideraban esenciales para lograr aquella espontaneidad. Quien desea- populares de enseñanza y supervisión. No tiene sentido, por ejemplo,
ra alcanzar el grado de maestro debía entrenarse en las artes de la supervisar a un terapeuta pidiéndole que describa una sesión si no ha
guerra durante un período de tres a cinco años. Lograda esa pericia, se cobrado conciencia de haber ingresado en el sistema familiar. Parece
le ordenaba abandonar su oficio y pasar algunos años estudiando disci- ineficaz formar a un terapeuta haciéndole representar los roles corres-
plinas ajenas, por ejemplo, pintura, poesía o caligrafía. Sólo después pondientes a su posición dentro de su familia de origen en diferentes
de obtener maestría en estas empresas intelectuales podía volver a to- estadios de su vida, puesto que lo que necesita es matizar su estilo de
mar la espada, pues sólo entonces ésta se convertía en la prolongación contacto y de intervención a fin de poder adaptarse a una diversidad
de su brazo. Se había transformado en un samurai porque había olvi- de familias. Del mismo modo parece inadecuado requerirle que modifi-
dado la técnica. Este mismo es el significado que damos al concepto de que su posición en su familia de origen cuando su objetivo es adquirir
terapeuta espontáneo. la pericia que le permita cuestionar una diversidad de sistemas. Todas
La pericia técnica no admite incertidumbre; un artesano diestro está esas técnicas pueden ser útiles para que el terapeuta como individuo
seguro de su oficio. Por ello mismo, un terapeuta, habilitado en técnicas comprenda su posición dentro de su sistema familiar y se haga cons-
de dominación, no debe apoyarse demasiado en su pericia artesanal. ciente de su propio funcionamiento y el de su familia, pero no son nece-
Puede enamorarse de su habilidad para unir dos piezas de hermosa ma- sarias ni suficientes para llegar a ser un terapeuta espontáneo. Con este
dera hasta el punto de empeñarse en ello sin advertir que nadie las fin, son más eficaces los métodos inductivos de enseñanza y el trabajo
quería unidas. Por suerte, el sistema terapéutico inhibe esta unilaterali- con familias desde el comienzo del proceso de formación.
daü artesanal porque obliga al terapeuta a vivenciar y responder desde En el caso ideal, un pequeño grupo de cinco a ocho aspirantes queda
adentro. Sólo puede ver la realidad desde la perspectiva que tiene en a cargo de un maestro supervisor. Tienen que disponer del número sufi-
el sistema. Por ello la realidad es siempre parcial y toda verdad lo es a ciente de familias en tratamiento, que les proporcionarán una experien-
medias. Esto impone olvidar técnicas tan laboriosamente aprendidas cia terapéutica variada, así como de maestros que los instruyan en el
para que, al cabo, el terapeuta pueda llegar a ser el que cura. nivel más general, teórico. La formación requiere también determinado
instrumental pedagógico: una colección de videotapes sobre el trabajo
de terapeutas experimentados, una sala provista de un falso espejo para
Métodos de formación la supervisión en vivo y un sistema completo de videotape que permita
registrar la labor de los aspirantes, a fin de poder analizarla después.
El terapeuta espontáneo debe poseer conocimientos sobre las carac- La formación tiene dos fases; una está dedicada a la observación y la
terísticas de las familias como sistemas, el proceso de su transformación otra a la práctica. En la primera fase, los maestros enseñan su estilo
y la participación del terapeuta en ese proceso. Se trata de constructos terapéutico en sesiones en vivo, que los discípulos observan. Mientras
teóricos que se aprenden por vía deductiva. Las habilidades específicas un maestro hace terapia de familia ante un falso espejo, otro, en la sala
de la terapia, por el contrario, se transmiten por vía inductiva en un contigua, interpreta para los aspirantes los movimientos del terapeuta.
proceso de aprendizaje. El terapeuta aprende los pequeños movimientos Es común que los discípulos se desalienten cuando observan a un tera-
de la terapia y los aplica a un proceso de construcción pieza por pieza peuta experimentado. Los asalta la idea de que nunca alcanzarán el grado
en sesiones repetidas, con supervisión. Con el tiempo, aprende a ge- de conocimiento y el nivel de destreza necesarios para esta intervención
neralizar. mágica. Empiezan a atribuir al terapeuta perito una sabiduría innata
Por este camino el terapeuta entra en posesión de dos diferentes que nada tendría que ver con la formación y el oficio. Pero el maestro
haces informativos. Uno es la dinámica de la situación humana. El otro, situado tras el espejo los insta a prestar atención a las técnicas, selec-
cionando determinadas operaciones para someterlas a discusión y aná-
1. Miyamoto Musashi: A Book Five Rings: A Cuide lo Slrategy, Woodstock,
lisis.
Nueva York. The Overlook Press. 1974. págs. 78-79. Este tipo de observación se combina con la observación y el análisis
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