Nuestra finalidad es expandir más el Evangelio de Jesucristo en el

cual hemos creído, sabiendo que Dios es Uno y fuera de Él no hay

quien salve.

El Señor Jesús mismo dijo: enseñándoles que guarden todas las

cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén (Mateo 28:20).

Es por ello nuestro interés enseñarles a todas las naciones lo que

conocemos de nuestro único y sabio Dios, nuestro salvador, pues el
mismo dijo: y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el
perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde
Jerusalén. (Lucas 24:47).

Pero antes de dar a conocer el evangelio es necesario explicar quién

es Jesucristo, pues esto es lo dicho en su palabra: “en llama de
fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni
obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;”. (2
Tesalonicenses 1:8).

Conociendo a Dios.
Antes que nada queremos dar a conocer que Dios no está formado o
compuesto por tres seres o dioses diferentes, como muchos
piensan, creyendo que el Padre es uno, el Hijo es otro y el Espíritu
Santo es otro, y que estos tres se mezclan y forman un dios, Dios no
es una trinidad, más bien Él es único, indivisible y eterno. Esto no es
una idea que se haya inventado, esto es la realidad pues esto es lo
dicho en la palabra de Dios:

Dios es uno
Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen,
y tiemblan. Santiago 2:19

Como bien puede notarse en el texto anterior el nuevo testamento

en la biblia afirma y confirma que Dios es uno, y no tres como se nos
ha enseñado, el diablo mismo quiere que nosotros no conozcamos a
Dios, pues este mismo sabe que hay un castigo para los que no
conocen a Dios, como lo mencionamos en el texto de 2 de
Tesalonicenses 1:8. Habiendo ya explicado esto continuemos con la
enseñanza a través de las referencias en la palabra de Dios.
Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. (Deuteronomio
6:4).
Al pueblo elegido por Dios, todo el tiempo se les fue enseñado que
Dios era uno. En ningún momento se les indico que había un Dios
Padre, Dios Hijo y un Dios Espíritu Santo. Mismo Dios lo dio a
conocer en el siguiente texto, haciendo referencia que no existe
ningún dios aparte de él:
Ved ahora que yo, yo soy, Y no hay dioses conmigo; Yo hago
morir, y yo hago vivir; Yo hiero, y yo sano; Y no hay quien pueda
librar de mi mano. Deuteronomio 32:39
Además de esto Dios nos indica que Él es el primero y el último
Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los
ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí
no hay Dios. Isaías 44:6
Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo
te ceñiré, aunque tú no me conociste. Isaías 45:5
Como se puede observar, tanto en el antiguo testamento como en el
nuevo, se indica que Dios es uno, el mismo que se nos ha
presentado con diferentes nombres, como Yave, Yawe, Jehova,
Elohim, Adonai, el Shadai. Pero ¿cuál de todos estos nombres es el
verdadero nombre de Dios?, muchos pensarán que Dios no tiene
nombre, pero en este momento desmentiremos esta interrogante.
El nombre de Dios
El nombre verdadero de Dios es YHWH, pero los hebreos le dieron
nombres diferentes a Dios, unos nombres compuestos a través de
las consonantes YHWH y otros nombres fueron dados a Dios de
acuerdo a sus manifestaciones que este hacía. ¿Pero por qué no
llamarle YHWH?, ¿Qué necesidad había de ponerle otros nombres?
Las razones son las siguientes: La primera es porque los primeros
hombres nos les había sido revelado el nombre de Dios, sino hasta
Moisés fue revelado el nombre divino de Dios, veamos los siguientes
pasajes:
Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les
digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos
me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?
Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás
a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el
Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios
de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para
siempre; con él se me recordará por todos los siglos. Exodo 3:13-15
Nota: Como se puede observar Dios responde a Moisés diciendo:
YO SOY EL QUE SOY, que en hebreo se escribe YHWH
Ahora responderemos la segunda pregunta, por que ponerle otros
nombres diferentes, si mismo Dios reveló a Moisés su nombre. La
respuesta es sencilla, por respeto y temor pues esta es la instrucción
dada al pueblo de Dios:
No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará
por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano. Exodo 20:7
Jehova, Yave, Yawe son nombres compuestos y que contienen las
consonantes originales YHWH.
 Ahora que ya conocemos que Dios es uno y además conocemos su
nombre, podemos decir que vamos saliendo del desconocimiento
sobre quien es Dios en realidad, pero muchos se preguntarán, que
pasa con Jesucristo y que pasa con el Espíritu Santo. La respuesta
es sencilla, Jesucristo y el Espíritu Santo son el mismo Dios que le
estamos enseñando a conocer.
Dios se ha manifestado de diferentes formas al mundo, primero
como Padre cuando creó el universo y todas las cosas que existen,
después como Hijo al redimir la humanidad, y en nuestros tiempos
como Espíritu Santo derramándose en los corazones de los
creyentes. Esto tampoco es otro invento, ni es otra idea que se nos
haya ocurrido, veamos lo siguiente:
¿Quién es Jesús?
Jesús es Dios manifestado en carne, pues el mismo anunció su
venida a la tierra a través del profeta Isaías:
Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día;
porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente. Isaías 52:6.
Nótese la expresión: yo mismo que hablo he aquí estaré presente.
"Porque así ha dicho Jehová el Señor: Yo mismo iré a buscar a mis
ovejas, y las reconoceré." Ezequiel 34:11
Dios no dijo que iba a enviar a otro diferente, sino que el mismo se
iba a hacer presente, y que él personalmente vendría en búsqueda
de sus ovejas. No solo dijo que iba a estar presente, también dijo
sobre las señales que iban a acontecer para entender su llegada:
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado
sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero,
Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Isaías 9:6
Ahora bien, el texto anterior nos dice: Que un niño nos sería dado,
hijo nos es dado, casi al final del texto nos menciona que ese ese
niño es el mismo Dios fuerte y que es el mismo Padre eterno.
Probablemente aún no quieras creer esta verdad, pues es difícil
despojarse de las enseñanzas tradicionales que nos han dado desde
pequeños, pero es importante repetir, el enemigo no quiere que
conozcamos a Dios. Ahora bien sigamos explicando sobre Jesús:
E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue
manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los
ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido
arriba en gloria. 1 Timoteo 3:16
La palabra de Dios es clara, y esta no se contradice, en el texto
anterior nos dice que Dios fue manifestado en carne. Y esa
manifestación en carne es Jesucristo mismo
Jesús mismo afirmo en muchas ocasiones lo que en este momento
le estamos explicando, una de esas ocasiones es cuando uno de los
discípulos querían ver al Padre:
Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le
dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has
conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo,
pues, dices tú: Muéstranos el Padre? Juan 14:8-9
Jesús habla acerca de su eternidad:
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham
fuese, yo soy. Juan 8:58
“de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino
Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos.
Amén.” Romanos 9:5
Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Juan
20:28

Entendamos pues que Dios es uno, y que Jesús no es la segunda
persona de la divinidad. Veamos que dice la palabra de Dios:
“para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual
proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor,
Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por
medio de él.” 1 Corintios 8:6
Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.
Colosenses 2:9
“un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es
sobre todos, y por todos, y en todos”. Efesios 4:5-6
Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno. Gálatas 3:20
Para terminar con la explicación sobre, ¿Quién es Jesús? Veamos
este texto:
CONCLUSIÓN
Con todo lo que acabamos de ver, nos damos cuenta que La Biblia
habla de la existencia de un solo Dios, y este Dios es quien vino a
salvarnos. Quien se reveló a través de varios nombres en el Antiguo
Testamento, como Elohím, Adonai, etc. y en el Nuevo Testamento,
Dios se reveló en Cristo Jesús, cuyo Nombre, JESÚS, significa:
"Dios salva". Este es el Mismo y Único Dios de la Biblia:
"Jehová nuestro Dios" (Deut.6:4), siendo ésta la declaración que
constituye el fundamento sólido sobre el cual se edificó la fe del
pueblo, o nación de Dios del antiguo pacto (Antiguo Testamento), y
también sobre el cual se edifica la genuina Iglesia de Jesucristo: “el
fundamento de los apóstoles y profetas" (Ef.2:20).
También, podemos ver que, cuando Dios redimió a Israel de la
esclavitud de Egipto, se reveló a Moisés igualmente como el Dios
UNO, el Absoluto Dios: "El que es lo que Es en sí Mismo y por sí
Mismo" (Ex.3:14).

“al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad,
imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén”. Judas 1:25
La palabra de Dios nos dice: al único y sabio Dios, o sea que solo
hay un Dios, no dos ni tres
Y, al hablar de la redención de toda la humanidad, Dios también se
reveló como Dios Único: el Salvador insustituible. Is.45:20-22, "Y no
hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí.
Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo
soy Dios, y no hay más."

También nos dice que ese único y sabio Dios es nuestro Salvador.
¿Y quién es nuestro Salvador? Pues Jesús.

La palabra dice:

Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve. Isaías 43:11

La pregunta según el texto anterior. ¿Hay dos salvadores? Claro que

no, es el mismo pero manifestado en carne.
Era necesario explicar quién es Dios, para saber en quien estamos
creyendo, pero ahora que ya conocemos al autor del plan de
salvación, podemos explicar paso a paso lo que se necesita para
que esa salvación que Dios nos ofrece podamos alcanzarla también
nosotros. El Señor mismo dijo que es necesario hacer para alcanzar
esa salvación:

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere,

será condenado. Marcos 16:16

Es necesario saber que en aquello que hay que creer es en el

evangelio. ¿Pero que necesito hacer para creer?

OIR

Como bien Jesucristo dijo que es necesario creer, pero antes de

creer debemos oír, y es este el primer paso para alcanzar la
salvación, a continuación se muestra el siguiente texto bíblico:

¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo

creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber
quien les predique? Romanos 10:14

El texto se explica por sí solo, ¿cómo hemos de creer en algo o

alguien del que no sabemos nada, del que no hemos oído? Un
ejemplo simple: ¿Cómo sabe que el viento existe? Simple porque
oye su sonido, así también es necesario oír el evangelio de
Jesucristo, para que sepa que este es real.

Jesús dijo: El que oye mi Palabra y cree al que me envió tiene vida
eterna y no vendrá a condenación, sino que ha pasado de muerte a
vida. Juan 5:24.

En el texto anterior dice: “El que oye mi Palabra y cree”. Nótese muy
bien que existe un “Y” o sea que se tienen que hacer ambas cosas,
por ejemplo cuando le decimos a un niño “Si te portas bien y no
lloras te compro un dulce”, pero ¿qué pasa si el niño solo no lloró?
¿Alcanzo la promesa hecha por su padre? Claro que no porque no
cumplió las dos condiciones, de la misma manera el texto anterior.
Muchos dicen no querer oír porque ellos “no creen en esas cosas”, o
porque “no lo siento el deseo de hacerlo”, pero para creer primero es
necesario oír, pues la palabra de Dios dice:

Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. Romanos

10:17

En otras palabras, la fe viene cuando oímos la palabra de Dios.

Cuando comenzamos a oír su palabra es cuando viene el cambio a
nuestras vidas, es cuando comenzamos a creer en Dios, en
maravillas, prodigios y promesas, pues sabemos que:

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda

espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las
intenciones del corazón. Hebreos 4:12

En muchas ocasiones, nos invitan a oír la palabra de Dios, pero sin

embargo rechazamos, pensando que es aburrido, que la palabra de
Dios es un invento, entre muchos más argumentos, pero Dios dice:

Este pueblo malo, que no quiere oír mis palabras, que anda en las
imaginaciones de su corazón, y que va en pos de dioses ajenos
para servirles, y para postrarse ante ellos, vendrá a ser como este
cinto, que para ninguna cosa es bueno. Jeremías 13:10