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Atenuantes y Agravantes
Atenuantes y Agravantes
LA RESPONSABILIDAD PENAL.
La responsabilidad penal ha sido enfocada desde diferentes puntos de vista por varias doctrinas.
II)-La doctrina Clásica que considera la responsabilidad de cada partícipe según el grado de
participación que haya tenido en la comisión del delito, es decir, en todo lo contrario a la anterior
doctrina, pues hay tantas responsabilidades como según sea el grado o intensidad de participación
en el hecho, dicho de otra manera, bajo el principio de que “a cada uno según sus obras”, doctrina
que también es considerada vulnerable. Si se tiene en cuenta por ejemplo, el caso del inductor que
ya concluyó por decirlo así su labor, y que en cambio quedaría impune si el ejecutor no realiza el
acto delictivo, o que sólo respondería de tentativa o de frustración.
a) La equitativa de condiciones, y
b) La positivista propiamente dicha. En ambas se aprecia con preferencia el aspecto subjetivo sobre
el objetivo, pues se basa en la temibilidad en grado mayor que demuestren los sujetos al concretar
sus voluntades; así como también el hecho de que su participación es un conjunto y son
precisamente aquellos delincuentes de tendencias instintivas, los habituales o los profesionales, casi
nunca los ocasionales ni los pasionales.
La otra corriente, o sea la positiva, de preferencia a la temibilidad que presentan los copartícipes,
mide su grado y conforme a la misma determina la responsabilidad de cada partícipe con su
consiguiente sanción, sustituyendo el principio de la escuela clásica de “cada uno según su obra”,
por el de “a cada uno según su peligrosidad”.
En lo que corresponde a las doctrinas positivas de la cual una de ellas trata el de que “a cada uno
según su peligrosidad”; sobre esto y a efecto de aprovechar los resultados sobre la peligrosidad y la
defensa social, la dogmática, vertida en términos jurídicos, propugnó por legislaciones que, como el
nuevo Código Penal Salvadoreño, tuvieron en cuenta, la “personalidad del delincuente” para
individualizar la sanción, comprendiendo tanto la pena como las medidas de seguridad.
CONCEPTO DE RESPONSABILIDAD
La responsabilidad consiste en la “obligación que tiene toda persona de responder ante todo y otros,
del resultado de agravio que surge como consecuencia de su acto o actos voluntariamente
realizados”.
El hecho de responder por un determinado acto, conlleva que se hace mediante una satisfacción
que se logra deshaciendo el agravio o al menos, sosegando o tratando de sosegar un sentimiento; y
mediante una reparación, que se hace enmendando o restableciendo el menoscabo sufrido.
Las circunstancias, tal cual son, no constituyen la esencia misma del hecho, por sí influyen de tal
manera en el cometimiento o en el resultado del acto delictivo, dándole el legislador el carácter de
elemento del tipo: ejemplo de lo dicho es el caso de la alevosía en el homicidio, que lo convierte en
homicidio agravado o asesinato. Como se ve, en todo caso modifican la responsabilidad penal.
La conclusión es que para los imputados está la sanción y puede haber también medidas de
seguridad, mientras que para los inimputables sólo esta última.
De conformidad al Artículo 30 del Código Penal, las circunstancias agravantes son las siguientes:
Alevosía
Existe alevosía, cuando en los delitos contra la vida o la integridad personal, el hecho provoca o se
aprovecha de la situación de indefensión de la víctima para prevenir el ataque o defenderse de la
agresión, sin riesgo de su persona.
Se presume legalmente la alevosía cuando la víctima fuere menor de doce años y en el caso de
homicidio precedido de secuestro.
Premeditación
2) Obrar con premeditación. Hay premeditación cuando se planea con la anticipación necesaria,
reflexiva y persistentemente, la realización del delito;
Insidia
Peligro Común
4) Cometer el delito empleando explosivos, fuego u otros medios capaces de producir un peligro
común.
Abuso de Superioridad
5) Abusar de superioridad en el ataque o emplear medios que debiliten la defensa del ofendido.
6) a)Hacer uso de cualquier artificio destinado a facilitar la comisión del delito, a dificultar el
descubrimiento del hecho o del delincuente, o para facilitar la fuga inmediata de éste;
Menosprecio de Autoridad
Irrespeto Personal
9) Cometer el delito en perjuicio de personas que merezcan consideración o respeto especial por
haber sido el agraviado, maestro, tutor o curador de aquél o por la edad o dignidad que tenga el
ofendido. Esta agravante se apreciará discrecionalmente por el juez, de acuerdo con las
circunstancias de tiempo, lugar y de las relaciones entre uno y otro.
Irrespeto de Lugar
10) Ejecutarlo en lugar que merezca respeto o en la morada del ofendido, cuando éste no haya
provocado el suceso.
Sevicia
Ignominia
13) Emplear medios o hacer que concurran circunstancias que añadan ignominia a los efectos
propios del hecho.
14) Cometer el delito mediante precio, promesa, recompensa o esperanza de ventajas económicas.
Reincidencia o habitualidad.
17) Tener el sujeto activo del delito, la calidad de funcionario publico, autoridad publica o agente de
autoridad.
18) Ejecutar el delio contra un funcionario publico o autoridad publica, agente de autoridad, o en
contra de miembros del personal penitenciario, en atención a su calidad de servidores públicos, sea
que se encuentren o no en el ejercicio de sus funciones.
19) Cuando el delito se ejecutare mediante el concurso de los integrantes de una agrupación ilícita
o de crimen organizado.
21) Cuando el delito sea motivado por la labor de la victima en el ambito de la promoción y
protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
22) Cometer el delito contra una persona que ha sido proclamada candidata o esta inscrita coo
candidata para un cargo de elección popular.
ATENUANTES DE LA RESPONSABILIDAD PENAL.
De conformidad al Código Penal, podremos clasificar las atenuantes así: generales o determinadas,
genéricas, especiales y específicas.
A) Las atenuantes generales son las que enumera y describe el Art. 29, los que transcribimos a
continuación y que dicen así:
1° Estar el culpable ene stado de intoxicación alcoholica o de otra índole que sin ser preordenada al
hecho, no llegue a tener plenitud de efectos sobre el sujeto.
2º El exceso de los limites establecidos para las causas de exclusión de la responsabilidad penal
comprendidos en los números 1, 2 y 3 del articulo 27 de este Codigo, cunado no lo ocasionare una
excitación o perturbación que lo hicieren excusable;
Estados Pasionales
5º Cualquier otra circunstancia de igual entidad, que a juicio del tribunal deba ser apreciada por su
analogía con las anteriores o por peculiares condiciones personales del agente o de su ambiente.
Cabe preguntar: Cuál es la diferencia que existe entre las atenuantes generales y las genéricas? La
respuesta consiste en lo siguiente: Existe disposición taxativa sobre estas últimas, hasta donde debe
llegar la pena mínima cuando tales circunstancias concurren, mientras que las primeras se rigen
sobre disposiciones generales establecidas en el Código Penal en los Arts. 66, 67, 68 y 69, que
determinan las normas que se deben aplicar en lo que corresponde a la sanción.
Las circunstancias especiales o calificadas están contenidas en el Artículo 70 del Código Penal que
dice así:
CIRCUNSTANCIA AMBIVALENTE
“Art. 31.-Podrá ser apreciada como circunstancia agravante o atenuantes, según la naturaleza, los
móviles y los efectos del delito, ser el agraviado cónyuge, ascendiente, descendiente o hermano del
agente. También podrá agravarse o atenuarse la pena, en su caso, cuando el delito se comete en la
concubina o en el compañero de vida marital, si convivieren en la misma morada”.
Como se advierte el parentesco o los vínculos de familia en los grados expresados y el puramente
marital, cuando el compañero de vida y la concubina convivieren en la misma morada, puede dar
lugar para que estas circunstancias puedan ser apreciadas como agravantes de la responsabilidad o
como atenuantes, siempre que no constituyeren un elemento del tipo.
Lo constituyen siempre que el legislador haya tomado en cuenta tales vínculos como integrantes de
la figura delictiva, tal como ocurre en los casos del “homicidio agravado”, el “atenuado” y en el
homicidio piadoso.
Para ser apreciado como agravante, el fundamento que se tiene es el irrespeto a esos vínculos
familiares o la violación de los mismos, con lo cual determinado sujeto demuestra su grado de
perversidad o de peligrosidad, propio del que traiciona lo que para él debería ser sagrado. En
cambio, cuando objetivamente la ofensa se da en el pariente, y el parentesco ha sido el motivo para
que se genere el hecho, o por la concurrencia de otros factores que predominan sobre la relación
familiar, no se destaca aquella violación de lo que es el santuario del hogar o de la familia, sino que
por el contrario, en parte, aminora la gravedad justamente por el vínculo de parentesco que une a
ofendido y defensor, operando en estos casos la vinculación como atenuante. Ejemplo: el hijo que
golpea a su padre lesionándolo para evitar un pleito, en el cual el otro le puede causar mayor daño
debido a que anda armado y su padre no.
Pero para hacer su aplicación, cuáles son los principios o reglas a seguir? El legislador se conforma
con expresar “según la naturaleza, los móviles y los efectos del delito”.
Dice el Dr. MANUEL ARRIETA GALLEGOS en sus comentarios al Código Penal: “Pacheco, que se
quejaba de la inclusión de esta circunstancia como agravante, sostenía que para tomarla como tal
o como atenuante había que distinguir entre los delitos contra las cosas y los delitos contra las
personas”. En aquellos, si el legislador no establece una excusa absolutoria como en los hurtos,
defraudaciones y daños entre parientes podría ser aplicada como atenuante. En cambio, en los
delitos contra las personas, o sea, contra la vida y la integridad personal, debe hacerse un nuevo
distingo entre los de mayor gravedad, el parentesco actúa en la calificación de la acción delictiva;
tal sucede en el homicidio agravado o parricidio y en éstos, los de menor gravedad, débase,
distinguir quién es el ofensor y quién es el ofendido. Si el ofensor es el pariente de mayor dignidad
(padre, madre u otro ascendiente) el parentesco actúa como atenuante; más, el ofensor es pariente
de menor dignidad (hijo, nietos) obra como agravante.
Entre algunos autores clásicos, éste ha sido el criterio que ha prevalecido, el que resulta insuficiente
y muy objetivo para determinar la aplicación de estas circunstancias, no sólo porque se refiere a los
delitos contra las cosas o contra las personas, sino que no toma en cuenta los móviles y los efectos
del delito, como dice la ley.
El parentesco debe apreciarse como agravante o como atenuante, cuando tiene relevancia como
móvil de agravación o de atenuación con el hecho cometido; además que no se debe descuidar la
naturaleza y los efectos de mayor o menor gravedad que tal hecho pueda tener. En esto consiste
precisamente la labor investigadora y apreciativa del Juez. Pero cuando el parentesco ya estuviere
roto y nada tiene que ver con el delito, tal circunstancia se vuelve inoperante y no podría apreciarla
como agravante o como atenuante. En cambio cuando se advierte irrespeto, violación o traición a
las normas de consideración y efecto familiar sí cabe apreciarlas, así a manera de ejemplo podríamos
decir. El hijo que lesiona el honor del padre por medio de la injuria, sobre todo si es grave, o lo
golpea para robarle, amerita una agravación. Pero si el vínculo familiar cede en importancia ante
otros factores que concurren en su realización podría actuar como atenuante así: el hijo que falsifica
la firma del padre ante la necesidad urgente de un pago personal en que el padre es fiador o cuando
éste se ha negado, por gusto y pudiendo proporcionar la cantidad precisa que necesita. Lo mismo
podría decirse del hijo que para evitar al padre un pleito, lo golpea, lesionándolo en vez de que otro
le pueda causar un mayor perjuicio.
Para la individualización de la pena hay dos criterios que el tribunal puede tomarlos en
consideración con el objeto de determinar la pena, siendo ellos:
El criterio objetivo que tiene en cuenta la mayor o menor gravedad del hecho punible y el criterio o
fuente subjetiva que tiene como base la personalidad del delincuente.
Para la adecuación de la pena se han tomado en cuenta las condiciones, circunstancias y objetivos
que con ella se persiguen, pues además de estar adecuada a la valoración jurídica social del hecho,
debe de adaptarse a las diversas características de los hechos y de los sujetos y a todo este proceso
se le designa como sistema de individualización o adaptación de la pena, que se efectúa en tres
fases o etapas que son: el campo Legislativo, el Jurisdiccional y el Ejecutivo o Administrativo.
Lo anterior lo realiza el legislador en el Código Penal, creando los tipos delictivos, sus modalidades,
los grados de ejecución por parte de los sujetos y determinando los grados de participación que
éstos puedan tener en el hecho. Es un acto legislativo que se da cuando la ley es promulgada y
publicada para que se cumpla. Y los sistemas empleados alternativamente para la adecuación de la
pena en el campo legislativo han sido:
El amplio poder discrecional que proporciona la pena absoluta indeterminada puede llegar dar lugar
de que el arbitrio judicial se convierta en arbitrariedad, lo que es propio de aquellos países que
pretenden el sistema totalitario. Cuando se trata de las penas fijas o determinadas da una situación
inconveniente, por el carácter objetivo que presenta, ya que mira únicamente la mayor o menor
gravedad del hecho punible, sin fijar su atención en el delincuente y éste era el sistema que se
adoptó en el Código de 1904 y en los anteriores que ha tenido El Salvador.
Actualmente la concurrencia de estas circunstancias, son un índice más que nos señala la dogmática
jurídica, para apreciar la personalidad del delincuente y decimos un índice porque están en juego
otros factores. La apreciación de las circunstancias forma parte, van incluidas como parte de la
apreciación que le hace de la personalidad del autor; o sea, que así como se tienen en cuenta la
edad, la instrucción, las costumbres y la conducta procedente y posterior del delincuente, para llegar
a la fijación de la medida de la pena, también en este proceso mental y apreciativo entran las
circunstancias que atenúan o agravan la responsabilidad.
La dogmática jurídica y los modernos Códigos han abandonado, por no responder a los intereses de
la justicia punitiva, la valoración fija en tal o cual parte alícuota de la pena por la concurrencia de tal
atenuante o de tal agravante, es más, se ha abandonado la compensación de una circunstancia por
otra; es decir que agravante y atenuante tienen igual valor en el delito, no se aprecia ni una ni otra,
como si no hubiesen concurrido.
Bibliografia
ARRIETA GALLEGOS MANUEL 1) Lecciones de Derecho Penal. 2) Comentarios al Nuevo Código Penal
Salvadoreño.