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Evolución Histórica del Derecho Mercantil Venezolano

Al hacer un análisis histórico de la evolución del Derecho Mercantil Venezolano,


perfectamente se pueden determinar dos periodos definidos.

El primero, que se inicia en la época de la colonia hasta el año de 1862, y el segundo,


desde ese año hasta nuestros días.

El primer periodo estuvo representado por las leyes y ordenanzas entre las cuales se
menciona entre otras las de Bilbao de 1520 y la más completa de 1737; la Resolución del 10
de septiembre de 1821 que declaró "contraria al derecho de propiedad la concesión moratoria
en perjuicio y contra la voluntad de los acreedores" para negar a los Magistrados de la
República, la posibilidad de ejercer esa prerrogativa; la Ley del 10 de julio de 1824, de
contenido procesal, en la cual se determinaba el modo de conocer, sustanciar y determinar
las causas comerciales.

Estructurada la República, y después de varios intentos, se logró promulgar el primer


Código de Comercio, el 15 de febrero de 1862, orientado fundamentalmente por el Código
de Comercio de Francia, de 1808 y por el español de 1829.

Se iniciaba así el proceso de codificación de la materia comercial, en un periodo


donde propiamente podemos hablar de la promulgación de un nuevo Código (1873) y de
varias Reformas, con la más reciente del año 1955, fecha en la cual se introducen las
sociedades de responsabilidad limitada, lo cual a nuestro entender, es lo más significativo de
dicha Reforma.

Pero al lado de estas Reformas que todas han conducido a actualizar el derecho con
la evolución práctica, se han promulgado unas cuantas leyes, atendiendo a su especialidad;
unas corresponden a la materia de Seguros, como la Ley de Empresas de Seguros y
Reaseguros, y sus diversos Reglamentos y disposiciones complementarias; otras a la
actividad bancaria disciplinada en parte por la Ley General de Bancos y otros Institutos de
Crédito, al lado de otras leyes, que disciplinan también la actividad crediticia relacionada con
el Sistema Nacional de Ahorro y Préstamo, a la actividad industrial, con la Ley de Propiedad
Industrial, la Ley de la Navegación, etc. Es decir, existe actualmente un conjunto de leyes
especiales, todas ellas destinadas a integrar la disciplina, la actividad comercial. Esto nos da
una idea, que al igual como ocurre en todos los países, tanto los que se encuentran en pleno
desarrollo como en aquellos que están dentro de esa meta, la materia comercial, cada día se
hace más compleja y por lo tanto requiere un cuidadoso orden jurídico que constantemente
se está enriqueciendo, no sólo con el Código de Comercio, sino también por Leyes y Decretos
orientados hacia el tratamiento jurídico integral de las instituciones comerciales, nacidas de
la evolución del comercio como elemento de desarrollo de las instituciones socio-económicas
del país.

Ahora bien, ¿cuál es el contenido de todo ese cuerpo normativo? Para su concepción
tenemos necesariamente que enfocar su estudio desde los dos puntos de vista tradicional para
ser consecuente con nuestro esquema normativo: el Derecho Privado y el Público.
El Derecho Mercantil en el Sistema del Derecho Privado y sus Diversas Incidencias
ante el Derecho Civil

En todos los países en los cuales el derecho tiene un origen romanista, es común la
afirmación que el Derecho Mercantil es una desmembración del Derecho Civil. Afirmación
que se hace en base a documentos y hechos históricos, todos los cuales nos despejan cualquier
duda que al respecto se pueda suscitar.

Pero ocurre que, con el andar histórico, todos lo sabemos, que el binomio
comerciante-comercio que motivó el surgimiento del Derecho Mercantil como rama
autónoma y con la evolución de las instituciones económicas, sociales, políticas y religiosas,
las cosas han cambiado notablemente y ya ese derecho desmembrado, actualmente tiene una
posición distinta de su derecho matriz.

Ciertamente si en un primer momento, el Derecho Mercantil en su concepción


universal estuvo integrado por la disciplina del ejercicio de la actividad comercial que sirvió
de base a la concepción del sistema objetivo, o del comerciante que dio paso al sistema
subjetivo; actualmente esa posición ha cambiado sensiblemente, ya que la actividad
comercial en Venezuela, y creo que también en casi todos los países del universo, ya no es
de la exclusiva competencia del ejercicio de una clase determinada sino que cualquier
ciudadano, independientemente de su legítima profesión, realiza constantemente, directa o
indirectamente actividades comerciales.

Esto nos indica, que la actividad comercial se ha generalizado. Pero esta


generalización ha conducido a que ciertas categorías de normas hayan dejado su ubicación
originaria, para pasar a integrar el normativo del Derecho Común, o sea el Código Civil,
como instrumento en el cual se encuentran codificadas todas las normas que disciplinan las
actividades de
común ejercicio por la colectividad.

Este fenómeno que la doctrina mercantilista extranjera y también la nacional lo ha


denominado, la comercialización del Derecho Civil, se ha reflejado en nuestro Código Civil
al precisar ciertos principios, bajo esa concepción de orden común, de instituciones
comerciales como son la contabilidad, los contratos celebrados por los factores o
dependientes, las particulares reglas sobre la venta bajo sus diversas modalidades, los
principios sobre el Derecho de Sociedades, títulos valores, contrato de transporte, etc.

Todo esto nos conduce a afirmar que el Derecho Mercantil Venezolano, desde este
punto de vista se encuentra en una etapa de franco proceso generalizador de principios
aplicables a toda actividad económica.

Pero al lado de esta posición que va poco a poco asumiendo el Derecho Mercantil,
nos encontramos por otra parte, que dentro de la actividad práctica comercial, ha tomado un
verdadero auge la concepción de la empresa como organismo idóneo para explotar las
actividades comerciales. O sea, dentro del ámbito nacional, se ha tomado una especie de
conciencia de que la organización es uno de los presupuestos básicos para emprender el
desarrollo de cualquier actividad económica y particularmente comercial. Esto significa que
la concepción de la empresa desde este punto de vista, ya ha sido incorporada en varios textos
legales de naturaleza comercial, como son por ejemplo las Leyes de Bancos y otros Institutos
de Crédito; la de Empresas de Seguros y Reaseguras, la de Mercado de Capitales, etc., y
también en las leyes laborales.

La realidad entonces nos está conduciendo a que se deje a un lado la concepción


tradicional del comerciante o del acto de comercio como uno de los fundamentos del Derecho
Mercantil.

Y como consecuencia de la evolución del comerciante nacional e internacional, han


surgido a nivel práctico una serie de negocios que aún no han encontrado la correspondiente
disciplina legal como es por ejemplo el caso de los contratos estimatorios, los contratos
bursátiles, suministro, los bancarios (no considerando la cuenta corriente dentro de esa
categoría) la tarjeta de crédito, etc., lo cual no obliga a resolver los diversos problemas que a
propósito de dichos contratos se presentan, remitiéndonos a los principios de los otros
contratos que le son aplicables atendiendo al método de interpretación de la materia
comercial.

Quiere decir entonces, que el Derecho Mercantil Venezolano en el orden del Dereho
Privado y particularmente ante el Derecho Civil, ha cambiado su posición de la concepción
tradicional que se estableció bajo la orientación del sistema objetivo en su primera
codificación del año de 1862. Y esa modificación en el espacio y en el tiempo no es obra del
azar sino de la evolución misma de todas las instituciones que inciden en el fenómeno del
comercio, lo que naturalmente implica que se vaya tomando paulatinamente otro concepto
de lo que en verdad hoy en día representa el Derecho Mercantil, o sea que propiamente, el
Derecho Mercantil no es el derecho de una clase o de una actividad económica determinada
ejercida por una clase en especial, sino que se corresponde con la disciplina que orienta y
ordena una determinada actividad económica, cuyos sujetos impulsadores los constituyen en
primer término aquéllos que se dedican profesionalmente al ejercicio de la actividad
comercial, que son los empresarios, y aquellos otros sujetos que sin ser empresarios, también
contribuimos directa o indirectamente al desarrollo de esas actividades económicas, pero que
también nos beneficiamos del comercio lo que finalmente entonces nos permite concluir, que
el Derecho Mercantil al lado de su concepción económica que siempre ha tenido, se destaque
actualmente también su contenido social, lo cual se ha manifestado por el contenido social
de ciertas leyes especiales de naturaleza comercial y por los diversos documentos, producidos
por el máximo organismo empresarial de Venezuela, la Federación de Cámaras de Comercio
y de Industria, conocido por las siglas FEDECAMARAS.

El Derecho Mercantil ante el Derecho Público y sus Recientes Innovaciones

Uno de los fenómenos más interesantes que se han observado en Venezuela, es el


caso de la actividad comercial compenetrada con las Instituciones Públicas.

Conviene recordar, que el Derecho Mercantil, siempre ha tenido en sus principios un


contenido público, como es el caso de la jurisdicción comercial, el Registro de Comercio,
etc., al lado de las expresas disposiciones en las cuales se le permite al Estado, por medio de
los organismos administrativos competentes, vigilar el cumplimiento de los requisitos legales
establecidos para la constitución y funcionamiento de las compañías anónimas y sociedades
de responsabilidad limitada y leyes especiales en las cuales se hace cada día notoria más la
intervención estatal.

Pero ocurre que recientemente, como consecuencia de la nacionalización de la


Industria y el Comercio de los Hidrocarburos, se han constituido empresas estatales,
mediante Decreto, las cuales han sido revestidas con la forma de sociedad anónima, sin que
para ello hubiese mediado el contrato de sociedad, como es lo ordinario en la formación del
acto asociativo.

Es decir, se han constituido empresas, como por ejemplo, "Petróleos de Venezuela",


sin mediar ningún contrato de sociedad. Se ha constituido una sociedad unipersonal.

A nosotros, los que estamos ubicados dentro del área del Derecho Privado nos ha
llamado profundamente la atención este paso legal, ya que si bien es cierto, que esto no es
nada nuevo, porque ya ha sido aplicado en otros países, concretamente en los Estados Unidos,
que creo que en quince (15) Estados de la Unión, ya han permitido la constitución de
sociedades unipersonales, y asimismo en otros países anglosajones, esa posibilidad es para
toda clase de empresa, tanto pública como privada, en Venezuela, esa facultad se la ha
arrojado únicamente el Estado. Los particulares, o mejor dicho la empresa privada continúa
con el procedimiento ordinario, del otorgamiento de un contrato de sociedad, la cual puede,
eso si, convertirse más adelante en una sociedad unipersonal, por permisión que al respecto
hace el artículo 341 del Código de Comercio.

Y este nuevo paso lo está haciendo también extensivo al transformar Institutos


Autónomos, como era el caso del Instituto Venezolano de Petroquímica, en Sociedad
Anónima.

Por otra parte, al lado de este nuevo fenómeno que naturalmente incide en la
concepción del tradicional Derecho Mercantil observamos que se dictan constantemente
Leyes y Reglamentos, orientados por la política integracionista del Pacto Andino y del
Sistema Económico Latinoamericano, como es el caso de la Ley del Mercado de Capital,
Reglamento del Sistema de Seguro o la Exportación, y toda esa serie de ratificaciones,
acuerdos y convenios dirigidos a disciplinar la política integracionista latinoamericana.

Todo esto, nos indica entonces, que asistimos a un verdadero proceso de


coparticipación en el ejercicio de actividades comerciales, tanto por el sector privado como
por el Estatal.

Lo cual nos indica asimismo, que siendo esta la actual orientación que se observa en
el sistema jurídico comercial venezolano, ya en este sentido no se puede continuar hablando
de un derecho mercantil, circunscripto únicamente al comerciante, como empresa privada,
sino que se quiera o no ese calificativo hay que hacerlo extensivo a la Empresa Estatal, aún
cuando exista el Artículo 7" del Código de Comercio, que establece: "La Nación, los Estados,
el Distrito Federal, los Distritos y los Municipios no pueden asumir la cualidad del
comerciante, pero pueden ejecutar actos de comercio; y, en cuanto a estos actos, quedan
sujetos a las leyes
mercantiles".

Según esta norma, el Estado no puede adquirir en ningún momento la condición


jurídica de comerciante. Y creemos que tiene que ser así, porque sus fines son otros, y no
precisamente, los comerciales.

Pero lo que debemos destacar es que esa norma, la realidad se ha encargado de


señalarle o imprimirle un nuevo enfoque, ya que si bien es cierto que el Estado en su
condición directa y personal no puede asumir la condición jurídica de comerciante, aún
ejecutando actos de comercio, las empresas en las cuales él es su único propietario en virtud
de ser el titular de todas las acciones, y además de ejercer el comercio, tomando una figura
que es creación del Derecho Comercial, nos preguntamos entonces si una empresa estatal,
que tiene además de su forma comercial, tiene también su objeto principal que es la
comercialización del producto, ¿será o no esa empresa comercial? Si hacemos un
razonamiento riguroso del planteamiento del problema, la respuesta tiene que ser
necesariamente afirmativa. Y si es afirmativa, entonces el Estado a través de la constitución
de sociedades anónimas unipersonales, habrá adquirido la condición jurídica de comerciante,
y si esta es la conclusión a que se llega, debemos entonces admitir, que el preindicado
Artículo 7° ya no tiene un vigor pleno, porque ya la realidad ha cambiado.

Todo esto entonces, nos conduce a afirmar también que las actividades comerciales,
ya no son ejercidas únicamente por los participantes, sino que de acuerdo a las exigencias del
interés nacional o de la colectividad, también serán ejercidas por el Estado a través de los
distintos organismos que crea para llevar a efecto el ejercicio de dichas actividades
comerciales.

Por eso si antes de observar este fenómeno, se afirmaba que atendiendo a la


participación del Estado en el desarrollo y ejercicio de las actividades comerciales y al
número de instituciones de Derecho Público que contiene el Código de Comercio, se
calificaba ese fenómeno de la "publicación del Derecho Mercantil", creemos que hoy en día
se justifica aún más tal calificativo. Lo cual, al igual como lo señalamos cuando analizamos
el punto anterior, creemos que, a nuestra manera de interpretar este fenómeno, la realidad
política y socioeconómica, nos están conduciendo virtualmente a un nuevo sistema de
Derecho Comercial, o tal vez, estemos en los umbrales del denominado derecho económico,
del cual si bien es cierto aún no se tiene una definición acabada de su contenido pero si se
tiene del significado de su lineamiento general.

Conclusión

De tal manera que, si hacemos una recapitulación de lo que hemos precisado en esta
ponencia, tendremos que puntualizar lo siguiente: Ciertamente el Derecho Mercantil
Venezolano, se encuentra en un período cuya orientación actual aún no se puede precisar,
originado fundamentalmente por las series de factores políticos, económicos y socialesque
han surgido en los últimos años, destacándose dentro de estos factores:
a) El proceso de integración como política de superación de los países latinoamericanos
que al vincularse en el trazado de políticas económicas, tienden a ordenar sus
respectivas leyes comerciales, lo cual incide en la concepción de la materia comercial.

b) La constante generalización del ejercicio de las actividades comerciales que impulsan


el nacimiento de nuevos contratos y nuevas formas de contratación.

c) la estructuración de la empresa como organismo idóneo para llevar a cabo el ejercicio


de las actividades comerciales sea ya esta empresa concebida dentro del área pública
o privada, con su proyección tanto al área económica como en la laboral.

Estos factores desde hace cierto tiempo vienen preocupando al Estado Venezolano,
lo cual se ha reflejado en proyectos de leyes presentados al Congreso Nacional en el año de
1962, relacionados con la Reforma del Código de Comercio y el de la Unificación de las
Obligaciones y Contratos Civiles y Mercantiles, mediante la reforma del Código Civil, y con
la reciente creación de una Comisión por parte del Ministerio de Justicia, según resolución
No. 24 del 28 de septiembre de 1976 y por disposición del ciudadano Presidente de la
República, encargada dicha Comisión de reformar el Código de Comercio y de integrar en
éste todas las materias de la misma índole que se encuentren dispersas en otros ordenamientos
legales.

Es decir, el Derecho Mercantil Venezolano, se encuentra en un proceso de revisión y


los que nos dedicamos a su estudio, nos encontramos estudiando esta serie de factores a fin
de ordenar bajo una concepción clásica y orientadores los principios que integrarán el nuevo
Derecho Mercantil Venezolano.

Y sobre este delineamiento es que particularmente pienso, que al tener como centro
dentro del contexto económico y jurídico a la empresa, y al proyectarse la empresa como
organismo en virtud de la cual el comerciante puede desarrollar su actividad comercial, el
Derecho Mercantil tiene principios orientadores que nos permiten afirmar entonces que
constituye una ciencia jurídica que estudiará a la empresa, pero al mismo tiempo a su sujeto
impulsador, el empresario, y al lado del empresario, toda una serie de elementos y contratos
que nacen del desarrollo de la actividad comercial, pero todo esto, surge con una
particularidad, y es que la integración latinoamericana se encuentra directamente vinculada
al desarrollo de ciertas áreas de producción y de desarrollo, lo cual incide al mismo tiempo
en la integración del capital que no se puede invertir libremente, sino mediante la vigilancia
y fiscalización del Estado. Se crea así un Estado interventor no ya para la protección de un
interés colectivo dentro de determinada área comercial, sino el interés nacional, entendido
bajo la concepción estatal.

El Derecho Mercantil, naturalmente en estas condiciones, se convierte en una


disciplina jurídica que dista mucho de su concepción tradicional, por razones, es que nos
atrevemos a afirmar, que el Derecho Mercantil Venezolano, constituye actualmente un
derecho fundamental privado, pero que al mismo tiempo está integrado además de los
tradicionales principios de Derecho Público, por los nuevos principios inspirados por la
protección del interés colectivo y nacional con un empresario organizado hacia una
proyección latinoamericana, teniendo al sustratum de la empresa como medio para llevar a
cabo el ejercicio y desarrollo de su actividad comercial.

Y sobre esta concepción creemos que se plantea de nuevo, el ya viejo principio de la


unificación de ciertas instituciones de Derecho Mercantil Latinoamericano, y
fundamentalmente, por los que se comporten comunes principios de integración.

En base a este planteamiento, nos acercamos entonces, a un Derecho que la evolución


de las instituciones socioeconómicas y políticas; lo han colocado en una posición que le
permite contribuir con sus propios principios a la formación de un nuevo Derecho de la
Integración que si bien es cierto que aún tiene una estructura definida en sus fundamentos
autonómicos, creemos que la presión integracionista, contribuirá de manera determinante a
que se tenga de él, una concepción definida, tanto en sus fundamentos como en su fisiología

Antecedentes Históricos del Código de Comercio en Venezuela


http://elderechomercantil.blogspot.com/2011/02/el-derecho-mercantil-en-
venezuela.html

El Primer Código de Comercio venezolano fue sancionado el 15 de febrero de 1862,


por el General José Antonio Páez, y fue publicado en el Registro Oficial, en varias entregas,
a partir del No. 21, de fecha 1° de marzo de 1862 y se terminó de imprimir en el No. 40, de
25 de junio de 1862; derogando definitivamente las Ordenanzas de Bilbao, resultando
anterior a nuestro primer Código Civil, ratificándose así en Venezuela la separación de las
materias civil y comercial que venían perpetuándose desde la etapa colonial.

El 29 de agosto de 1862, el Gobierno del General José Antonio Páez promulga un


nuevo Código de Comercio, el cual entra en vigor el mismo día de su promulgación y
publicación; en opinión del Dr. Leopoldo Borjas, aunque existían diferencias entre el Código
de Comercio de 15 de febrero y el de 29 de agosto, las mismas no justificaban la
promulgación del segundo.

Nuestros primeros Códigos de Comercio no hicieron al respecto más que injertar


íntegramente en su texto, el articulado de la referida ley del 26 de mayo de 1846. Las
principales características de nuestros primeros Códigos de Comercio de 1862, en relación
al acto objetivo de comercio son:

 Configura un Código de leyes especiales para quienes hacen del ejercicio del
comercio su profesión habitual (artículo 1°);

 Se hace una enumeración de los “actos objetivos de comercio” a los fines de someter
a la jurisdicción mercantil el conocimiento de las controversias que versen sobre
ellos;

 Es posible que siguiendo el modelo francés de 1807, y en consonancia con la


ideología de la época, a la que repugnaba toda legislación de clases, el legislador
venezolano de 1862 haya entendido limitarse a ratificar la supresión de la idea de un
“código para la clase inscritos en la corporación de comerciantes”, y pretendiendo
afirmar que tan solo la condición profesional de comerciante se adquiere por el libre
ejercicio de estos actos de comercio; sin aspirar en absoluto a fijar el contenido de
una materia comercial, especial y distinta a la materia civil;

 Trata un conjunto de materias que para la época parecían peculiares o de exclusivo


interés de los comerciantes: capacidad para el ejercicio del comercio, contabilidad y
libros de comercio, agentes e intermediarios de comercio, compañías de comercio,
letras de cambio, libranzas y pagarés, además del comercio marítimo, entre otros; sin
ofrecer normas de un contenido general susceptible, por su misma generalidad y
especialidad simultáneas de servir de fundamento a la construcción de un sistema con
pretensiones de autonomía.

El Código de Comercio de 1862 no indica capítulos especiales (como si lo hacen los


Códigos de Comercio ulteriores desde el 20 de septiembre 1873), que dispongan reglas
particulares destinadas a regular las obligaciones y los contratos “mercantiles”, duplicando
así la normativa que trae el Código Civil sobre los contratos.

Objetos del Código de Comercio

Suministrar las normas que regulan la producción, el transporte, el depósito, la


distribución y la comercialización de los bienes y servicios (la industria y el comercio son
los contenidos del Código de Comercio). Para poder atender las actividades económicas, los
individuos se agrupan en empresas. Los intercambios económicos se producen diariamente
a todos los niveles de la vida social. La vida cotidiana se desenvuelve dentro de un marco de
relaciones jurídicas cuyo eje es el Código de Comercio.

El Código de Comercio ha permanecido incólume y, al mismo tiempo, ha sufrido


cambios constantes. Esta aparente paradoja se explica así: Ha permanecido constante en su
función de marco general y básico de la economía de mercado, cuyo protagonista es el
empresario; ha sufrido cambios constantes (en Venezuela, a traves de leyes especiales) por
virtud de las transformaciones del mercado, tanto en su complejidad como en su dimensión:
El mercado se ha transformado y ha dejado de ser un mercado local para pasar a ser un
mercado global y virtual, después de haber sido nacional e internacional.

Ámbito del Código de Comercio

En el campo del derecho, se llama código al conjunto de normas legales ordenadas y


sistemáticas que regulan, de manera unitaria, una cierta materia. En el caso del código de
comercio, se trata del conjunto de normas y preceptos que regulan las relaciones mercantiles
entre diversos individuos o empresas de un mismo territorio.

Los códigos de comercio surgieron con la Ilustración para ordenar la actividad


comercial. El desarrollo del comercio ha generado que, en la actualidad, el derecho mercantil
se encuentre regulado tanto por el código de comercio como por otras leyes especiales a
través de un proceso descodificador.

El Código de Comercio rige las obligaciones de los comerciantes en sus operaciones


mercantiles y los actos de comercio, aunque sean ejecutados por no comerciantes. Son
comerciantes los que teniendo capacidad para contratar hacen del comercio su profesión
habitual, y las sociedades de comercio.

Estructura del Código de Comercio

Su estructura está compuesta por cuatro (4) libros, el Primero refiere del Comercio en
General; el Segundo concerniente del Comercio Marítimo (este libro ha sido reemplazado
por la Ley de Comercio Marítimo); el Tercero, de Atrasos y Quiebras; y el Cuarto de la
Anulación y de la Rescisión del Convenio.

A continuación, se indicará mediante un índice el contenido del código:

 DISPOSICIONES GENERALES

 LIBRO PRIMERO: DEL COMERCIO EN GENERAL

Título I. De los comerciantes (Art. 10 al 44)


Título II. De los auxiliares y de los intermediarios del comercio (Art. 45 al 106).
Título III. De las obligaciones y de los contratos mercantiles en general (Art. 107 al 132).
Título IV. De la compraventa y de la cesión de derechos (Art. 133 al 152).
Título V. De la permuta (Art. 153).
Título VI. Del transporte por tierra, lagos, canales y ríos navegables (Art. 154 al 199).
Título VII. De las compañías de comercio y de las cuentas en participación (Art. 200 al 375).
Título VIII. Del contrato de comisión (Art. 376 al 409).
Título IX. De la letra de cambio (Art. 410 al 485).
Título X. De los pagarés (Art. 486 al 488).
Título XI. Del cheque (Art. 489 al 494).
Título XII. De las cartas de crédito (Art. 495 al 502).
Título XIII. Del contrato de cuenta corriente (Art. 503 al 526).
Título XIV. Del préstamo (Art. 527 al 531).
Título XV. Del depósito (Art. 532 al 534).
Título XVI. De la prenda (Art. 535 al 543).
Título XVII. De la fianza (Art. 544 al 547).
Título XVIII. Del seguro en general y del terrestre en particular (Este Título ha sido
eliminado por La Ley del Contrato de Seguro).

 LIBRO SEGUNDO: DEL COMERCIO MARÍTIMO (DEROGADO POR LEY DE


COMERCIO MARÍTIMO).

 LIBRO TERCERO: DE LOS ATRASOS Y QUIEBRAS.


Título I. De los atrasos y de la liquidación amigable (Art. 898 al 913).
Título II. De las quiebras de mayor cuantía (Art. 914 al 1068).
Título III. De las quiebras de menor cuantía (Art. 1069 al 1081).

 LIBRO CUARTO: DE LA JURISDICCIÓN COMERCIAL.

Título I. De los Tribunales de comercio (Art. 1082 al 1089).


Título II. De la competencia (Art. 1090 al 1096).
Título III. Del procedimiento (Art. 1097 al 1120).

NOTA: Los ordinales 3º, 4º, 5º y 6º del Artículo 1090, el último aparte del Articulo 1095, el
primer aparte del Artículo 1100 y los Artículos 1116, 1117 y 1118 han sido derogados por la
Ley de Comercio Marítimo, según Gaceta Oficial 5.551 del 9/11/2001.

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