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1.

La candelaria, la zona más visitada de la ciudad, tiene 1608 predios de


conservación arquitectónica.
Es la localidad número 17 y es el principal punto histórico y turístico de la ciudad. Por este
sector están ubicados la mayoría de museos de la cuidad y parte de la historia del país,
de manera que los esfuerzos de conservación son muy importantes. Como para tomar
dimensión, el centro histórico tiene 123 manzanas y ocupa una extensión de 137
hectáreas. Según el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, allí “existen un total de 2.364
predios, de los cuales 54 están declarados como Bienes de Interés Cultural del Orden
Nacional (antiguos Monumentos Nacionales) y 1.608 son predios de conservación
arquitectónica”.
2. La localidad de Chapinero debe su nombre a un zapatero.
Había una vez un zapatero que era el encargado de realizar el calzado para los
“chapines”, es decir, para aquellas personas que tenían defectos en los pies. El apellido
de ese buen hombre era “Hero”, así que quienes necesitaban calzado especial iban al
“Chapin –Hero”. Tanta fama cobró el arte de este señor, que dio nombre a toda la
localidad.
3. Bogotá tuvo uno de los primeros aeropuertos en Latinoamérica.
¡Así es! El Aeródromo de Techo, que hoy en día ya no existe, fue uno de los primeros en
el continente y el primero en Colombia. Estaba ubicado al sur de Bogotá y estuvo en
funcionamiento desde 1930 hasta 1959, cuando fue reemplazado por el Aeropuerto
Eldorado.
4. No puedes decir que has visitado Bogotá si no has probado los tamales con
chocolate en “La Puerta Falsa”.
Además, es la única ‘aguapanelería’ que se salvó del gran incendio de 1948 de la zona.
Este pequeño restaurante tradicional de la ciudad está ubicado frente a la Catedral
Primada, en el centro de Bogotá. Desde su creación, en 1816, se ha convertido en un
lugar obligado para propios y visitantes, incluyendo poetas y presidentes. Es un sitio
donde se puede calmar el frío con aguapanela, chocolate, peto con panela rallada,
tamales, dulce de mora y arequipe, brevas y las demás delicias hechas con recetas
familiares.
5. La calle más angosta de la ciudad mide 20 centímetros.

Esta calle está ubicada frente al antiguo teatro Olimpia, entre las calles 25 y 26, y entre
las carreras 9 y 10. Digna de un record Guinness, vale la pena la visita, como para decir
“yo estuve allí”.
6. El edificio Cudecom, de 700 toneladas y 6 pisos, fue trasladado para dar más
espacio a la calle 19.
Se trata del edificio ubicado en la calle 19 con Caracas. El 6 de octubre de 1974, el equipo
del ingeniero Antonio Pérez logró la proeza de trasladar este bloque de 700 toneladas
unos metros, para poder así ampliar calle 19.
7. La fundación de Bogotá ocurrió en otra zona.
Según se pudo establecer, Gonzalo Jiménez de Quesada (fundador de Bogotá) se asentó
en un principio en el municipio de Funza. El cacique del lugar se opuso, de manera que
Quesada llegó al Chorro de Quevedo e inició la ciudad por segunda vez. Sin embargo,
incluso este hecho es controversial: para algunos historiadores, la fundación no se realizó
en este sector, ya que para la época se acostumbraba a asentarse en lugares planos.
8. La primera cerveza se vendió en 1841.
Fue en la tienda “Rosa Blanca”, cuyo dueño era el señor Francisco Stevnel. Los
campesinos de la época llamaban a este lugar como “La tienda de la espumita”. Hoy en
día, la cerveza supera a otras bebidas alcohólicas en el país. Según un artículo publicado
en La República en julio de 2015, el mercado nacional de cerveza mueve unos $21,1
billones al año, cuatro veces más de lo que recauda el negocio del aguardiente y el ron
(cerca de $5,3 billones anualmente). El mismo artículo hace una cuenta sorprendente: “Si
cada uno de los 48 millones de colombianos ahorrara los aproximadamente $432.848 que
gastan al año en el consumo de cerveza, podrían haber pagado la financiación del metro
de Bogotá (que cuesta $13 billones), y dejar más de $7 billones libres para otras
inversiones”. Da que pensar…
9. El primer circo que llegó a Bogotá… ¡lo hizo en 1831!
Fue el circo Circo Stepson and Hardy. Aunque fueron pocas sus presentaciones, logró
acaparar la atención de todos los habitantes de la ciudad. Colaboraba con la rica tradición
de teatro con la que Bogotá cuenta…
10. El nombre de la basílica de Monserrate no se debe a lo que muchos creen…
Muchas personas tienen la falsa creencia de que la basílica de Monserrate toma su
nombre en honor al señor caído de Monserrate. Sin embargo, toma el nombre en honor a

la virgen morena de Monserrate.

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