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AVISO DE OCASIÓN

Se renta poeta para mañanas de domingo


para coser corazones rotos
para recuperar la lujuria
o la confianza en caso de que se requiera
me rento para reiniciar cuerpos
para contar historias en borracheras
para escribir cartas de amor
o mensajes publicitarios que sí vendan
ofrezco mis servicios de planeo para principiantes
cómo amar a tu mujer para dummies
enseño a hacer el amor en todos los idiomas
enseño a coger en braille
a soñar despierto y a amar dormido
se renta poeta para preparar el desayuno
para leer poesía en voz alta sin playera
rento mi pecho como almohada
mis piernas como cimientos
y mi corazón como una fuga
tengo certificado en desestrés
experto en escuchar a la mujer hasta que se aburra
domador de berrinches
quiropráctico para el alma
empoderador de sueños
y levantador profesional de mujeres
se renta poeta para lo que usted deseé
desde lo tierno hasta lo pervertido
presto mis manos para construir o azotar
presto mi voz si la suya está cansada
vendo mis palabras si es que le faltan
no busco dinero
ofrezco mi vida porque a mí ya no me sirve.

Carlos Cortés | Mujeres que son

Creo que tú y yo
nunca vamos a salir juntos
nunca tomaré tu mano
y caminaremos despacio
por los riscos y las olas
nunca dormiremos
en bolsas de dormir sobre la arena
ni desayunaremos bolillo con café
calentado por leña
creo que tú y yo
nunca vamos a salir juntos
porque yo soy un misterio
mientras tú bonita pero simple
me pregunto
¿Que será de ti cuando se vaya tu belleza?
No sé si te han dicho
que los mejores años de la mujer
son la exploración del hombre
la belleza es un cangrejo
caminando hacia atrás
hasta regresar a la tierra
no eres más real que una ilusión
ni más ilusión que una realidad
a veces tengo ganas de quererte
pero yo soy libre
y tú ni sabes estar contigo
creo que somos dispersas partículas
tratando de calmar sus dudas
sobre existir
sobre existir hago muchas preguntas
no como tú que te resignas
viviendo más serena
creo que tú y yo
nunca vamos a salir juntos
por tu bien
porque soy hombre libre
sería una tragedia contagiarte
las dudas de mi locura
hasta postrarte en el sublime
ósculo del sol con las nubes
a veces envidio a quién cierra los ojos
e ignora lo que hiere y cautiva
a un alma sintonizadora
enérgica viajera
en la autopista cósmica
a veces envidio a quién cierra los ojos
y se va a acostar pensando
en su imagen destellando vanidad
porque esto de andar mucho
y saber tanto se convierte
en un sufrimiento complicado

Quetzal Noah

Invítala a salir ¿por qué le piensas como si dependiera el movimiento de los planetas de
ello? Tal vez sí. Tal vez te va a decir que no, que está ocupada, que sale tarde del
trabajo, que la escuela no le permite, que casi no se desvela, que vive lejos. Tú
pregunta hasta que la dejes sin opciones ¿no te gusta el café? ¿entonces un té? ¿vives
muy lejos? ¿y si voy por ti y te acompaño de regreso? ¿no te gustan los bares?
¿Entonces vamos al teatro? No sé, quizá no le guste algo que a tú adoras, sin embargo,
podría sólo ser un detalle que te ayudaría a crecer, y quizás, puede suceder, que ambos
comiencen a descubrir otras cosas que no les sabían que les gustaban. No te prives de
una oportunidad de conocer una caricia radioactiva para ese corazón que ya casi no
late. Invítala a salir, si te dice que le gusta bailar y tú no sabes dile a tu madre, tu amiga,
hermana o prima que te dé un curso intensivo de baile para primeras citas. Si ella te
gusta, si la pronuncias cuando duermes, si te despiertas queriendo escucharla, si la ves
y sueñas con el momento en que vuele tu mejilla por el valle de su frente entonces no
ignores lo que sientes; si te dicen que hay más mujeres, es una verdad irrefutable, pero
las demás no son ella, no te provocan, la ternura, la timidez, el sueño, la osadía. Invítala
a salir que lo único que podrías perder son las dudas.

Del libro Mezcalero, Quetzal Noah

Algún día quiero tomar un café con alguien bajo la lluvia o el aire fresco del otoño porque
hasta la fecha eso sólo lo he vivido por libros

Y cuando te pregunte

¿Qué quieres hacer?

Le contestas

Contigo todo pero primero un café

Sólo se necesita un café contigo para contemplar tus ojos y ver cómo nace un siglo de
poesía.

Vine a un café bien fresa con mi laptop a trabajar cuando en realidad sólo ando viendo
el celular y haciéndome pendejo. Soy todo un milenial

Hay tantas cosas que quedaron pendientes entre nosotros, un café en un callejón, una
cerveza en un bar solitario, un beso en alguna oscura calle de la ciudad, un vals de
Agustín Lara en tu sala. ¿Sabes? He estado pensándote como se piensan las cosas que
nunca suceden, así lejana, dormida en unos brazos de espuma que te llevan a flotar en
el delirio de la noche. Me sorprende que a las personas nunca les importa la falta que
nos hacen, tú me has dejado un terrible deseo de dejar todo por completo. Me
comprometo a que mis viajes no sean el motivo para disipar la angustia que me
construyó tu olvido sino un sosiego para aclarar mis ideales. Por lo pronto solo vagaré
en el sendero de la playa cósmica buscando una estrella para no sentir que se oscurece
mi travesía. Te pienso en infinitas formas, te encuentro hasta en los claveles de la
aurora.

Quetzal Noah
—¿Has estado en alguna poesía?
—No, que yo sepa.
—¿Te gustaría aparecer en uno?
—¿Cómo?

Yo, cada vez que le hablo a una chica en un café o un bar.

Deseo muy pocas cosas la verdad,


y de esas cosas que deseo una es
gustarte al menos un verano
un mes, una semana, un día, una hora, una parte de ese tiempo que tal vez vas a
gastar en llorar
por pendejos que no te van a mirar de la manera que yo lo hago.

Las viejas cartas para Ana, Quetzal Noah.

“Te dejé en visto, pero le doy like a lo que publicas porque me da pena hablarte de
nuevo pero quiero que me vuelvas a hablar para que me cuentes cualquier cosa y otra
vez dejarte en visto usando como excusa que soy una persona ocupada o distraída".

POBRE JUSTIFICACIÓN DE MI PUTERÍA


Lo que pasa es que el amor de mi vida
no sabe qué hacer cuando estoy triste
lo que pasa es que la que coje bien chido
no sabe cocinar y la que cocina riquísimo
es demasiado celosa
lo triste es que la nalgona me tranquiliza
pero me relaja tanto que me vuelve pasivo
y de pronto ya no tengo la misma ambición
eso
es completamente diferente a la chichona
que me levanta el ego pero éste llega tan alto
que me vuelvo sumamente insoportable
la flaquita es fitness y no le gusta verme fumar
la gordibuena me llama joto porque tomo cerveza ligth
la warrior toma más que yo y me termina cargando a mí
y la aplicada de la escuela le molesta que ande bebiendo
al mismo tiempo que me recomienda
terminar una carrera universitaria
la empresaria me pide a base de sobornos varios
que deje la poesía y le entre al emprendimiento
la cougar me llama niño
y me persigna tres veces antes de salir de su casa
no estaría mal quedarme con ella
pero es mamá de un amigo mío
la que no la hace de pedo es menor de edad
la ninfómana no sabe qué es el amor y no le importa
la de ojos verdes me mira como amigo con derechos
y a la de ojos normales le brillan los ojos tanto
que pareciera que fuese yo lo más bonito que han visto
la divorciada tiene un hijo que me cae a toda madre
pero aún no estoy listo para ser padre
la que lee mucho sólo me admira por lo poeta
la que no lee no sabe qué chingados hago para vivir
¡¿en qué pinche lio me viene a meter
chingadamadre?!
lo que pasa es que las necesito a todas
aunque ninguna de ellas
necesite de mí.

Carlos Cortés | Palabrera: Actos Humanos (2da Edición) | Whisky y Té.

HÁBITO
Tengo el hábito
de ver a las mujeres como objetos
tengo la mala costumbre
de hablarles bonito para que me miren
con ojos un poco parecidos al amor
me gusta tomarlas de la cintura
y decir que ahora sí
ya casi me encuentro
tengo la mala costumbre de estar perdido
y encontrarme en camas ajenas
tengo el hábito
de cambiar de colores sólo para colarme
soy un camaleón
una víbora
mis colores indican aléjense
ese no sabe querer ni quedarse
tengo el mal hábito de no saber qué hacer conmigo
digo que amo la soledad pero me aterra
porque cuando estoy solo me toca verme
y me veo en los espejos y en el agua
y no me reconozco
yo no soy éste que habla y promete
yo no soy este que toca y se va
yo no soy este que pica y corre
yo no soy una abeja ni un colibrí
yo no soy este que busca la mujer
yo soy yo después de que la encuentro
yo no soy este que se va
yo soy el que se queda
tengo la costumbre de encontrar partes de mí
en los cuerpos de otras mujeres
y el habito de juntar mis piezas en la cama
y despertar de nuevo desarmado
tengo el habito
de encender la cafetera para dos
y pedirle a todas que se queden
con mis ojos tristes como diciendo
no te vayas por favor
no me dejes a solas conmigo.

-Carlos Cortés | Actos Fallidos.

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