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La función mantenimiento

1. ¿Qué es mantenimiento?

Se define básicamente el mantenimiento como el conjunto de técnicas destinado a


conservar equipos e instalaciones en servicio durante el mayor tiempo posible (bus-
cando la más alta disponibilidad) y con el máximo rendimiento.
En los inicios de la revolución industrial, las tareas eran principalmente correctivas,
por lo que se dedicaba el esfuerzo a solucionar las fallas que se producían en los
equipos, realizado por los mismos operarios de producción. Luego apareció el con-
cepto de fiabilidad, y los departamentos de mantenimiento buscan no sólo solucio-
nar las fallas de los equipos, sino, prevenir que se produzcan. Se crea personal
dedicado a estudiar qué tareas de mantenimiento deben realizarse para evitar las
fallas. Aparecen el Mantenimiento Preventivo, el Mantenimiento Predictivo, el Man-
tenimiento Proactivo, la Gestión de Mantenimiento Asistida por Ordenador y el Man-
tenimiento Basado en Fiabilidad (RCM). El RCM como estilo de gestión de mante-
nimiento, se basa en el estudio de los equipos, en el análisis de los modos de fallo
y en la aplicación de técnicas estadísticas y tecnología de detección. Podríamos
decir que RCM es una filosofía de mantenimiento básicamente tecnológica.
A partir de los 80, se desarrolla el TPM, o Mantenimiento Productivo Total, en el que
algunas de las tareas normalmente realizadas por el personal de mantenimiento
(trabajos de limpieza, lubricación, ajustes, reaprietes de tornillos y pequeñas repa-
raciones) son ahora realizadas nuevamente por operarios de producción. Se pre-
tende conseguir con ello que el operario de producción se implique más en el cui-
dado de la máquina, siendo el objetivo último del TPM conseguir cero averías.
Colmo filosofía de mantenimiento, TPM se basa en la formación, motivación e im-
plicación del equipo humano, en lugar de la tecnología.
TPM Y RCM son formas de dirigir el mantenimiento que conviven mutuamente en
la actualidad en la mayoría de empresas. Sin embargo, existen muchas empresas
en las que ninguna de estas dos filosofías triunfa.

2. Mantenimiento como cliente interno de producción.

El concepto de cliente interno es un concepto muy interesante para cadenas de


producción, en las que una fase de la producción proporciona la «materia prima»
con la que se elaborará la siguiente. Este concepto de cliente interno se aplicó tam-
bién a otros departamentos, estableciéndose en multitud de empresas que Mante-
nimiento es el «proveedor» de producción, y éste, por tanto, su cliente. Esta forma
de establecer la relación entre Mantenimiento y Producción tal vez sea válida en
entornos en los que no existe Gestión de Mantenimiento, donde Mantenimiento tan
solo se ocupa de la reparación de las fallas que comunica Producción. Pero esta
situación es muy discutible cuando el mantenimiento se gestiona, entendiendo por
gestionar tratar de optimizar los recursos que se emplean.

3. Porqué debemos gestionar el mantenimiento.

 Porque la competencia obliga a rebajar costes. Por tanto, es necesario opti-


mizar el consumo de materiales y el empleo de mano de obra, siendo impres-
cindible estudiar el modelo de organización que mejor se adapta a las carac-
terísticas de cada planta.
 Porque han aparecido multitud de técnicas que es necesario analizar, para
estudiar si su implantación supondría una mejora en los resultados de la em-
presa, y cómo desarrollarlas, en el caso de que pudieran ser de aplicación.
Por ejemplo, TPM, RCM, sistemas GMAO, mantenimiento predictivo.
 Porque los departamentos necesitan estrategias, directrices a aplicar, que
sean acordes con los objetivos planteados por la dirección.
 Porque la calidad, la seguridad, y las interrelaciones con el medio ambiente
son aspectos que han tomado una extraordinaria importancia en la gestión
industrial.

Análisis de equipos

Hoy por hoy no es justificable pensar que toda una planta debe estar sujeta a un
tipo de mantenimiento. Cada equipo ocupa una posición distinta en el proceso in-
dustrial, y tiene unas características propias que lo hacen diferente del resto, incluso
de otros equipos similares. Si queremos optimizar, ya no es suficiente con pensar
en el tipo de instalación o en las características del equipo. Es necesario tener en
cuenta toda una serie de factores, como el coste de una parada de producción, su
influencia en la seguridad, el coste de una reparación, etc., que van a determinar
las tareas de mantenimiento más convenientes para cada equipo.
El trabajo previo que debemos realizar en una planta antes de elaborar el Plan de
Mantenimiento es muy grande, Debemos estudiar cada uno de los equipos que
constituyen la planta con cierto nivel de detalle, determinando qué tareas son ren-
tables y cuáles no lo son.

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