Está en la página 1de 1

EDAD ANTIGUA

La Edad Antigua, o Antigüedad, fue un periodo de la historia que marcó cambios fundamentales
para el desarrollo de la vida en sociedad. Su inicio se atribuye al surgimiento de la escritura
alrededor del año 4000 a.C. y representa el fin de la prehistoria.
La vida en las civilizaciones antiguas, tiene un peso fundamental para la construcción ideológica y
discursiva de nuestros días. Entre otras, Grecia, fue la cuna de grandes pensadores y oradores que
construyeron el duro camino de las ciudades- Estado tal como hoy las conocemos.
En palabras de la filósofa política, Hannah Arendt, “Cosas y hombres forman al medio ambiente de
cada una de las actividades humanas”, y es por este motivo, que la constitución de las sociedades
en la Edad Antigua, marcaría una nueva forma de relacionarse con el otro.
Los hombres viven juntos y eso condiciona la creación de todo aquello necesario para vivir y
desarrollarse como sociedad.
“Homo est naturaliter politicus, id est socialis”
El hombre es político por naturaleza, esto es, social. Así reza la frase pronunciada por Santo Tomás
y que acuña el sentido más profundo de los pensadores Antiguos. Lo social excede al individuo y lo
relaciona con ese otro que construye día a día.
La organización política y el desarrollo de las instancias de decisión en la Antigua Grecia, marcaron
el camino de elaboración de la democracia como la conocemos en la actualidad. Ahí se gestó la
democracia y la filosofía, fue como diría Cornelius Castoriadis, el gérmen de nuestras sociedades.
El lenguaje une, y las significaciones construyen. Comprender dichas significaciones, es poder
entender los lazos que mantienen unida a la sociedad.
La fundación de la polis, como el lugar de encuentro, y como la concepción de una ciudad-Estado,
destierra las formas de vida organizadas según el parentesco. En el intercambio de ideas, mediante
praxis y lexis, los asuntos humanos toman forma. Participar de los encuentros en la plaza o ágora,
era el centro de la vida pública y en ella se discutían todos los asuntos de interés para la
comunidad. Las palabras constituyeron la herramienta más valiosa para enfrentarse y poder ser
usadas en el momento oportuno de cada ocasión.
Para Aristóteles, el hombre es un ser político, y por esto, vive en la polis. Pero además, es un ser
vivo capaz de discurso. Por naturaleza se comunica y no puede dejar de hacerlo en ninguna
instancia de su vida. Porque por sobre todo, antes de ser un animal político, es un animal social.
La oposición de “lo público” con “lo privado”, es clara muestra de esto. En la Antigua Grecia, eran
dos esferas separadas, escindidas y diferenciadas entre sí. La polis y la familia marcaron dos
ámbitos de relaciones humanas de suma importancia.
El hombre, varón, mayor y libre, debía ser propietario de su propia casa para poder involucrarse en
los asuntos del mundo. La participación en la plaza pública solo se daba bajo estas características
(REFERENCIA AL ESQUEMA DEL PIZARRÓN).
En cuanto a la esfera doméstica, los hombres vivían relacionados por sus exigencias y necesidades
que se agrupaban para satisfacerlas. Para los Griegos, ser libre significaba poder tener autoridad
política y participación pública, satisfacer sus necesidades y sobre todo, era sinónimo de la
felicidad. (NOCIÓN DE IGUALDAD)
Ascenso de lo privado a lo público: el papel de la lo religioso.

También podría gustarte