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itt EL BAZAR Y LOS ALGORITMOS. UNA TIPOLOG{A DE LA COMPETENCIA DE LAS METRICAS DE LA INFORMACION EN LA WEB Dosmnvtque CaRDoN Si para algunos la web de los documentos parece una leonera, la web de los big data tiene todos los ingredientes de un genuino bazar La extensién de intemet a todas las esferas de la vida social genera uit wutéutica avalancha de huellas que pretenden conver- tirse en informaciones. En La riqueza de las redes, Yochai Benleler denomina «objecién de Babel» ala idea de que la proliferacién de Jos datos transforma la web en un inmenso bazar en el que resulta imposible seleccionar la informacién de calidad. Para refutar este argumento, muestra que existe un orden propio de la web que se caracteriza por el hecho de que la seleccién de las informaciones ha dejado de ser monopolio de los gatekeepers, periodistas y editores, para ser confiada al conjunto de internautas anunciantes que, tandosc los unos a los otz0s en los nichos conversacionales, hacen visibles las informaciones de calidad a los algoritmos que después van a otdenarlas para mostrarlas en los buscadores. Ast, el orden de la web aparece como una coproduccién de los intemautas y las herramientas computacionales de la web, los algoritmos (Benkler, 2009). No obstante, esta refutacién de la objecion de Babel sitda el tema de la seleccién de la informacién en la zona de alta visibilidad de la web que se asemeja a un espacio piblico. Sostiene que la in- teligencia colectiva de los internautas, entendida como una especie de razén practica inmanente a las maltiples artimaiias individuales presentes en la web, consigue disciplinar la torre de Babel. Las transformaciones actuales de In web, y sobre todo Ia proliferacién de datos que hasta la fecha no eran considerados depositarios de un valor puiblico, nos obliga a reconsiderar este argumento, La web ya no es un simple espacio documental, Las formas expresivas apa nn las redles sociales, la puesta en red de datos piblicos reivindicados por el movimiento Open data, la prolites widn de da- 212 El bazar y los algoritmes, Una tipologis de la competencia [.] tos procedentes de las huellas digitalizadas de los individuos, en el campo del comercio, la salud o los viajes han contribuido a ampliar significativamente «el bazar de la web». Este ya no se presenta tini- camente como un espacio piblico que ha de dar visibilidad a los documentos cuya calidad ha sido estimada por los internautas.” Capturados, almacenados, agregados, calculados, los datos en- tran cada vez més a formar parte de dispositivos de mercado, de vigilancia o de recomendacién. De una’ utilizacin ex post reserva- da a los profesionales, las medidas se convierten en indicadores ex ante, se inscriben en las interfaces y se introducen en los usos mis, cotidianos. Por ahora, la creaci6n de un mando de datos es a menu- do considerada, con entusiasmo © espanto, como una nueva poten~ cia susceptible, para unos, de reinventar los mercados y la organi- zaci6n, de hacer que la democracia sea mas transparente, de facilitar las intetacciones entre las cosas y el medio ambiente o de elaborar los conocimientos predictivos, mientras que otros se alarman de los uusos comerciales de los ficheros, de las amenazas contra la vida piiblica, de la dictadura de la hipervisibilidad o de la colonizacién del mundo llevada a cabo por un espititu de calculo y evaluacién, ''No se interroga a los datos por su materialidad, por lo que son y | Jo que hacen, sino més bien para escenificar las esperanzas y temo- (tes que suscitan, Ahora bien, mientras que el debate de algunos enloquece en tomo a los riesgos y las oportunidades de los big data, otros dedi- can todas sus atenciones a ajustar los algoritmos destinados a «ba cer que hablen» los datos. Mantienen una relacién mucho més <«realista» con respecto al hecho de que la muhtiplicidad de las hue- llas digitales a priori no encierra ningiin significado y se desloman en construir nuevos artefactos computacionales destinados a darles significado alos mundos de datos. Gestionan la heterogencidad cre~ ciente de las buellas, ponen a prueba modelos, movilizan nuevos saberes estadisticos, disenian nuevas formas de visualizacién. Son el tipo de operaciones que nos gustaria clarificar en este ensayo, rela cionando la proliferacién de los datos publicados en Ia web con la diversidad de los principios introduciclos con objeto de ordenarlos en dispositivos cada vez mis dispersos. Para ello, hemos decidido dlibuyjar un mapa somero del nuevo bazar de la web de datos, para Dominique Cardon 213 localizar las principales lineas directrices de los nuevos dispositivos que intentan disciplinar la extravagante aceleraci6n de la digitaliza- cién de la vida social. CINCO PRINCIPIOS DE CLASIFICACION DE LAS INFORMACIONES EN LA WEB Desde los primeros pasos de la web, la clasificacién de las infor: ‘maciones que aparecen en ella constituyé uno de los principales motores de su desarrollo. Y hasta finales de los alos noventa, atin se podian contraponer de manera sencilla tres estratepias diferen- tes para ordenar las informaciones y facilitar la navegacién de los primeros internautas. Editorializacion, autoridad y audiencia La primera estrategia consiste en pedirles a las personas que efectiicn una editorializacién de la web confidndoles la tarea de ele- sir, catalogar y clasificar los mejores sitios web, La elaboracién del anuatio de sitios web de Yahoo (Batelle, 2005), llevada a cabo con una sericdad de documentalista y una pizca de extravagancia geek Por un ejército de pequefias manos, fue el emblema de una ambi- cci6n que atin no era itrazonable: realizar una clasificacién humana de toda la web. El anuario participativo del Open Directory Project (Dmoz), la redaccién de articulos en Wikipedia, que hacen referen- cia a las fuentes legitimas de la web, o las sclecciones de los sitios web ofrecidos en los grandes portales de informacién han prolon- gado hasta hoy el riesgo que supone el confiar al juicio humano el privilegio de llevar a cabo una seleccién razonada y asumida de lo mejor de la web. No obstante, el crecimiento exponencial de la red ha restado répidamente cualquier atisbo de realidad al proyecto desmesurado de una ordenacién exhaustiva de los sitios web de internet por manos humanas (Weinberger, 2007; Shirky, 2005). A partir de ahora, la editori in de la web no puede concebirse |, como una empresa local, muestreada y contextual, Se ejerce sobre. | 214 Elbazar y los algoriumos. Una tipologéa de la competencia [1 un petimetro identificado a partir de criterios reivindicados y apunta a la promocién, en la superficie de un océano de informa- ciones insondables, de una seleccién electiva de los editores. Mien- ttas que la abundancia de Ins informaciones debilitaba la estrategia editorial, la ampliacién del némero de editores ha hecho cada vez mas cuestionable el privilegio que algunos, los profesionales de la cedicién, la documentacién y el periodismo, se reservaban para se- leccionar y jerarquizar las informaciones para los demés. $i hoy en dia la editorializacién de la web es local, es sobre todo mas abierta, miltiple y polifénica. Paralelamente, se puso en marcha otra estrategia de clasifica- cion desde los inicios de internet mediante la competicion que sur gid entre los primeros buscadores (Batelle, 2005; Levy, 2011). Se trataba, esta ver, de confiat la jerarquizacién de los sitios a un algos ritmo buscando la formula de clasificacién que respondiera con la mayor pertinencia a las peticiones de los internautas. Sobrepasan- do a los primeros buscadores con base léxica, Google aport6, a fit nales de los afios noventa, una solucién técnica audaz que abrazaba la reivindicacién de «inteligencia colectiva» de la internet de los pioneros: la mejor jerarquia de la informacién se basa en el grafico de la web y mide la autoridad de las paginas web en base al peso que les otorgan las otras paginas web dirigiendo Jinks hacia ellas, Todo contribuye a garantizar la hegemonia del PageRank en inter: net: una aspiracién de exhaustividad que los sezes humanos habian tenido que abandonar, la pertinencia de clasificaciones que repro» ducen'principios meritocraticos dificilmente criticables, una defis nicién de la calidad basada en la masa de datos calculables mas que cen su significado y la artimafia de un modelo publicitario de una cficacia sin igual. Google extiende su imperio en la web definiendo las reglas del juego de un ecosistema al que debera ceder todo pros ductor de informaciéa descoso de garantizar su visibilidad en la red (Levy, 2010). Mientras que la web es, en lo esencial, de naturas Jeza documental, la I6gica que preside su clasificacién es la autorle id que el PageRank mide como el resultado de un voto ponder de los internautas anunciantes. El cotejo de los modelos de editorializaciém y de antoridad algos ritmtica escenario de un conflicto sobreactuado entre los seres hus Dominique Garden 215 manos y las méquinas, duré demasiado poco. Al ampliar ain mas al volumen de sus datos, el ntimero de usuarios y Ia diversidad de sus servicios, la web de los fundadores ha derivado en l6gicas mil tiples y contradictorias (Zittrain, 2008). La masificacién de los usos ha transformado profundamente la web egocéntrica de los pione 10s. Los principios que dieron forma a la web postulaban clara- mente que aquellos que publicaban también eran los que clasific ban las publicaciones; como simples lectores, los internautas pasivos quedaban_excluidos. Este elitismo podia negar que fuera aristocré- tico debido al cuidado que prestaba a la reivindicacién de ampliar a todos el acceso a la publicacién. Pero el mesianismo participativo de los pioneros quedé cada vez mas en entredicho debido a la rea- lidad de las practicas de los nuevos internautas (Rebillard, 2007) El execiente desfase entre el niimero de internautas participativos y pasivos, ha abierto Ja via a nuevas métricas que miden el tipo de Iectura de los que, en un ntimero cada vez mayor, navegan en lt web sin publicar. Un tercer tipo de medicién, la audievcia, ha con-€ trapuesto con gran celeridad la clasificacién de los pasivos a la de los activos, sin contar los enlaces publicados, tal y como lo hace el PageRank, sino mis bien los actos de navegaci6n de los internau- tas, sobre todo mediante la medicién de las «paginas visitadas» y del «visitante Gnico» (Beanvisage, 2007; Jouét, 2004). Las métricas de audiencia importan al universo de internet las técnicas de cono- cimiento del publico desarrolladas por los medios tradicionales para satisfacer la aplicacién de un modelo econémico publicitatio. No obstante, inmerso en el mundo plistico e inmediato de las in- terfaces digitales, esta medida ex post que sanciona a toro pasado Jos contenidos que ha sabido reunir el piblico mas numeroso, se ha convertido en un indicador prescriptivo que permite clasificar e7 tiempo real las informaciones en funcién del nimero de internautas, que hayan hecho clic sobre uno u otro enlace. Lo que, en los me- dios de flujo, media la recepci6n se ha convertido en internet en un determinante calculable de la editorializacién de los enlaces, sobre todo bajo la forma de bit parade. La aparicién de indicadores de audiencia en el mundo de internet muestra el interés por la visibili- dad de aquellos que publican, pero sobre todo traduce el objetivo comercial de medir la notoriedad de las informaciones, ya no en 216 El bazar y los algoritmos, Una tipologia de la competencia[..1 base a los pares, sino en base al publico, De esta manera, la gene- ralizacién de las mediciones de audiencia acompafia el momento crucial de la masificacién de los usos de la web y reproduce, transformandolo, el debate entre la calidad, evaluada pot los pa- 0% res, y el éxito, medido por el mayor nimero, que tuvo lugar en la “evaluaci6n de los pablicos en los medios tradicionales (Méadel, 2010). Afinidad y velocidad La editorializacién, la autoridad y la audiencia podsian haber sido las tres formas dominantes de la jerarquizacién de la informa- cién si la web, figura por fin realizada de la biblioteca universal, hubiera conservado su naturaleza esencialmente documental. Pero tuna transformacién decisiva ha acompaiiado a la masificacién de los pablicos de la webs al lado y al margen de la web se ha desarro- lado un inmenso espacio conversacional impulsado por la dinémi- ca de las recles sociales de internet (Vanbremeersh, 2009), Una pat te de aquellos que leian Ja web sin escribir en ella, han encontrado una manera de participara un coste minimo intercambiando frases sobre su estado, chistes, debates y enlaces comentados a partir de su pagina petsonal en las redes sociales. La Ilegada masiva de la conversacién social a la web ha trafdo consigo numerosas conse- cuencias. En primer lugar’ pueden participar aquellos lectores que no hubieran escrito en una web formada dinicamente por docu- mentos piblicos. Ademis, se despliega més fécilmente cuando los internautas pueden expresarse en una escena de visibilidad en «cla- roscuro», privada y publica al mismo tiempo, disefiandola a partir de sured social de conocidos ampliada a.aquellas personas con las ‘que comparten intereses comunes (Cardon, 2008). Y, por iltimo, pone de manifiesto una’demanda de personalizacién del acceso a las informaciones que pretende sustraerse a las clasificaciones cen- trales, de aplastante conformismo de tanto ser compartidas por to- dos, de las métricas dle autoridad y de audiencia, Una de las contri- buciones mas otiginales cle la Web 2.0, ha sido la de mostrar que mas que una busqueda tematica de la informacién, la red social de Dominique Carden 217 los individuos constitufa un filtro de mayor calidad que les propon. dria contenidos de su interés. A partir de entonces, son las métricas afinitarias las que se han desarzollado para ordenat las informacio- nes en funcién de las preferencias personalizadas de los individuos. El newsfeed de Facebook, el timeline de Twitter y las mil y una herramientas que permiten agregar, ordenar y publicar contenidos en funcién de la estructura relacional declarada por los internautas en su red de contactos y afiliaciones, todo eso son piezas dispersas de estas nuevas métricas de afinidad que erosionan la autoridad central del PageRank (Pariser, 2011) La profunda sacudida que hoy provocan las métricas afinitarias en la organizacién de la web tambien ha contribuido a resaltar otro principio de ordenamiento de las informaciones: su novedad. Al ampliar su oferta de servicios sin cuartel, la web se ha convertido en un medio en tiempo teal que acelera el ritmo de difusién de las informaciones, A partir de ahora, la visibilidad de las informacio- nes ya no depende tinicamente del tiempo profundo registrado por a autoridad metitocrética del PageRank, sino de la capacidad viri cade crear una ventana de atraccién temporal durante la cual una informacién sera masivamente transmitida por los internautas. Con “Twitter, la temporalidad de la informacién, y especialmente su 2elocidad de contagio, se ha convertido en un nuevo principio de clasificacién de las informaciones (Wasik, 2009). Principios en competicion La rapida aproximacién de estas cinco logicas de clasificacién de la informacién, Ia editorializactén, la autoridad, la audiencia, la afinidad y \a velocidad, muestra bastante bien la pluralidad de los principios de ordenamiento desplegados en la web. A partir de ahora se trata de un objeto mucho més complejo y multiforme que Ja web documental de los pioneros con sus anuarios y sus buscado- res. En la actualidad, un torrente de datos se vuelca en internet y transforma su naturaleza, Cada dia se contabilizan 900.000 posts de blogs, 50 millones de tweets, mas de 60 millones de estados en Facchook y 210 sallicenes ds ccnsiia (Patines, 2010. Al exoreien: 218 El bazar y los algoritmos. Una tipologia de la competencta [..J tey director general de Google, Eric Schmidt, le gusta decir que si tuvigramos que digitalizar todas las noticias y los escritos desde los albores de la humanidad hasta 2003, serian necesarios cinco mil millones de gigabits para almacenarlos. Hoy en dia, genetamos este volumen de informaciones digitales en dos dias.’ Por extraordina- riamente masiva que pueda ser, esta explosin de datos no es un simple cambio cuantitativo, incluso un paso a una escala mayor. Es, ante todo, la consecuencia de la desaparicién de! filtro que aplica- ban los gatekeepers para separat las informaciones piblicas de las que no lo eran (Cardon, 2010). El espacio informacional tradicio- nal era binario. Los periodistas y editores se ponian de acuerdo sobre lo que tenia que ser piblico y, por consiguiente, disfrutaban de una amplia visibilidad. Todo el resto, informaciones no verifica- das, manuscritos improbables, declaraciones arriesgadas, diarios intimos, blocs de notas o huellas cotidianas, permanecia en la som- bra, Internet sustituye este recorte binario por una graduacién sin costuras: todo esta potencialmente accesible, pero no goza de la misma visibilidad, El filtro de las informaciones no ha desapareci- do; sin embargo, su economia se ha transformado. A priori ya no separa las contadas informaciones seleccionadas por los profe- sionales del espacio pitblico, Sin embargo, a posteriori ordena un inmenso océano de informaciones distribuyéndolas en base a la es- cala de la visibilidad calculada por el PageRank y cuyo principal trofeo es el acceso a la primera pagina de Google. A partir de aho- ra, ante este torrente de datos heterogéneos, el nuevo poder de clasificacién pertenece a las algoritmos (Shirky, 2009). Esta revolu- cion en el proceso de clasificacién de las informaciones, el paso del filtro a la escala, de los gatekeepers a los algoritmos, atin esta poco © mal visto por los internautas.' La web es el reatro de una despia- dada competicién por la visibilidad, donde «ser visto» significa cada vez mas ser visto por los algoritmos. Asimismo, las reglas de este nuevo juego, inscritas en los parametros de las métricas de la web, se imprimen cada vez.mas en las pricticas y las costumbres de los internautas (Balnaves, 2011; Galloway, 2004). Si el PageRank de Google constituye la espina dorsal de este nuevo sistema informacional, su aplastante centralidad solamente ‘Connie ConiboAes Gis pedek de pattnais nivel son lis infoortaclet Dominique Cardon 219) nes de internet. El PageRank clasifica las respuestas a las pregun- tas, Responde a intenciones de brisqueda explicitas que ponen de manifiesto practicas fuertemente matcadas por la naturaleza docu- mental de la web. La diversificacién de los usos, y sobre todo el gre souscasiood, ha guiado a los internautas hacia otros modos navegacion y de exposicién a las informaciones que no van por el camino de los buscadores, Asimismo, una increible proliferacién de herramientas de clasificacién ha hecho su aparicién en las dife- rentes plataformas de la web, para producir clasificaciones locales arquitecturando el espacio informacional que el internauta esta acostumbrado a frecuentar. A su manera, el newsfeed de Facebook, el hashtag de Twitter, los puntos de karma de Slashdot, los best friends de MySpace, las recomendaciones de Amazon, los grupos «S0fav» de Flickr, las opiniones de hoteles de TripAdvisor, los tags de Delicious, los videos mds vistos de YouTube, los mejores comen- tarios de articulos de Rue89, los alealdes de Foursquare, etc., cons- tituyen otras tantas técnicas de clasificaci6n destinadas a hacer que ciestas informaciones scan més visibles que otcas para los internau. tas, Ninguno de estos artefactos encierra de manera «pura> uno t otto de los cinco principios en los que se apoya la historia de las meétzicas de la web. Al multiplicarse, han hecho que los principios de organizacién que permiten darle un significado a las razones por las que una informacién esta mejor clasificada que otra, se hayan complicado y entremezclado. Esta ilegibilidad contribuye al desco- nocimiento por Jos internautas de la estructuracién de las informa- ciones que dan forma y dirigen sus navegaciones. LA EXTENSION DEL PERIMETRO DE LOS DATOS Laweb amplia su poder mediante su capacidad para capturar y hacet que el mundo sea manipulable por el mayor niimero posible de personas. La dindmica que preside su extensi6n se alimenta de un doble movimiento que apunta, por un lado, a ixformar al mun doy, por otro ladlo, a dotarlo de significado. Antes de que la opera- cién de digitalizacién facilitara la portabilidad, la circulacién y la tomnakeeirmactte da les leckormmclones distteles, fa condicids extehda iH 220 El bazar y los algoritmos, Una tipologta de la competencia C.J para favorecer este doble movimiento era que los datos fueran pai blios. En todas partes, empiezan a ver la luz teivindicaciones que invitan a compartir un volumen cada vez mayor de informaciones. or un lado, los internautas, sobre todo en las redes sociales, se ven cada vez mds expuestos a compartir informaciones de todo tipo sobre su identidad, Por otro lado, el movimiento de los «datos abiertos» (open data) invita a las instituciones y empresas a publicar los datos estadisticos ebrutos» que guardaban celosamente para uso personal de sus propios intérpretes. Las comunidades de la web han empezado, en numerosos campos, a describir con todo lujo de detalles el mundo que les apasiona y les interesa, como los cart6grafos de OpenStreetMap, los enciclopedistas aticionados de Wikipedia o los ciudadanos vigilantes de Ushahidi, Por diltimo, la Frenovacién de las técnicas de data mining, iniciada por el Social Customer Relationship Management (Social CRM), invita a explo- tar las huellas que los clientes de las empresas dejan en la red. La puesta en informacién del mundo Lo que motiva el crecimiento continuo de la web es la voraz extensiGn del perimetro de los datos que recolecta sobre el mundo, " procedimiento cuya ambicién es la «digitalizacién de la vida mi ma» (Rouvroy, 2009). La web se amplia transformando en objeto digital cosas, actividades, flujos © estados que antes permanecian en la sombra, Silenciosamente ancladas en su context, estas hue- Has no tenjan una raz6n especial para circular en un espacio de in- formacién més amplio, Conservan las buellas que cualquier accién deposita en su contexto,’ Idiosincrésicas, nada poco intenciona- des, aisladas, carecen de sentido fuera de su contexto y estén tan profundamente vinculadas a él que no se distinguen del flujo de actividad de los individuos. Otorgandoles una existencia digital, la { | web hace que éstados del mundo que hasta ahora habian pasado | desapetcibidos, se tornen perceptibles, méviles y numerables, Este insaciable movimiento de expansién, cuyo punto de fuga es el de- sarrollo de una internet de los objetos, procede de un proceso de racionalizacién que lo que pretende es capturar estos estados del Dominique Cudon 221 mundo «con poco ruido» para teansformarlos en informaciones di- pitales. Se trata de transformar huellas en indicios, de sefialar con huellas (Merzeau, 2009), La transmutacién digital de estas hucllas se descompone en una serie de operaciones. Primero se suelta—a menudo, dafiandolas— la referencia que ataba estas hucllas a su_ contexio para darles un valor indiciario. A continuacién, se les su- perpone ung existencia digital que facilita su prensién y su puesta en circulacién en un espacio que permita compartitlas, asogiatlas y compararlas con otras. Y, por tiltimo, se las transforma en soportes de evaluacién creando posibles conexiones para actividades de no- taci6n, comentario y clasificacién, Entonces, las huellas indiciarias pueden convertirse en sefiales informacionales cuando se compar- ten en piiblico y, de ese modo, permiten iniciar operaciones inter- pretativas que les otorguen un significado.’ Si la digitalizacién registra un niimero cada vez mayor de esta- dos del mundo, resulta incuestionable que acelera, en un movimien- to propiamente endégeno, la_produccién “de estados del mundo, destinados a su registro digital. Un ejemplo permite ilustrar este proceso continuo y sin sujeto de captura del mundo, Se ha observa- do con frecuencia que el desarrollo de la fotografia digital ha am- pliado el espacio fotografiable. El universo capturado por la foto- prafia digital tenia un perimetro limitado. Los lugares turisticos, los acontecimientos importantes de la vida social, como las bodas 0 los cumpleaiios, y la representaci6n de los allegados en contextos ritualizados constitufan el principal repertorio de la fotografia ama- eur (Bourdieu, 1965). El desarrollo de lo digital, yla generalizacién de la funci6n fotogrifica en cualquicr tipo de dispositive portitil, ha ampliado €l mundo a fotografiar a objetos, situaciones o lugares inesperados, improbables y estrafalarios, Incluso para algunas per sonas, esta captura meticulosa del mundo ha sido objeto de una implicacién apasionada, obsesiva 0 poética, tal y como muestran las inmensas colecciones que aparecen en las paginas de intercambio de fotografias que recogen negativos de comidas de aviones, chapas de botellas de cerveza, cémaras de vigilancia, aceras, animales do- mésticos 0 autorretrates sacados todos los dias a la misma hora.” Analizaclos indlividualmente, estos registros maniacos de la vida gatilianes de Sox lntaRtiorn, daciticen Wek. otis ule wale 222 El hazary los algoritmos. Una tipologi de la competeneis [..] puestos en comiin, pueden representar espacios documentales ines- perados ¢ iniciar las coordinaciones oportunas que constituyen el principio de la formacién de comunidades en la web (Beuscart y otros, 2009; Aguiton y Cardon, 2007). Observamos un proceso milar para numerosas huellas de la vida cotidiana, No se nos habia ‘ocurrido contar el ntimero de amigos, Facebook nos ha ensefiado a hacerlo. No mediamos el niimero de kilémetros recorridos en un dia, Fitbit lo hace por nosotros. No contabamos el ntimero de actos militantes (reuniones, octavillas distribuidas, puerta a puerta o lla. madas telefénicas), MyBarackObama.com lo ha convertido en un motivo de orgullo a lucie delante de nuestros allegados. Mientras que los trayectos cotidianos, los esfuezzos deportivos 0 cl consumo cléctrico no dejaban buellas explotables, ctan olvidados al instante y no se convertian en el soporte de ningiin conocimiento (o como mucho ce un conocimiento simplemente local y de uso estricta- mente personal), se han convertido hoy en dia cn capturas explota- bles que pueden, en ciertas circunstancias, servir para producit informacién, red, métricas o conversaciones. La digitalizacién de Jas huellas participa en un movimiento de influencia sobre el mun- do que aumenta las posibilidades de dar sentido a miiltiples huellas cuando estas se publican o se comparten No obstante, el significado de estas nuevas huellas esta lejos de ser adquirido desde un principio, Incluso, cabria prepuntarse paca qué sirven estas huellas ruidosas, extrafias y aparentemente sin ob- jeto. Otorgarles el éstatus de «informacién» parece sobrestimar en gran medica su capacidad indiciaria. A menudo, la web captura nuevas huellas sin una finalidad explicita, Deja al libre juego de la cooperacién entre internautas decidir lo que estos datos, una vez publicados, puedan significars’ Los promotores de los datos abier tos dicen a las instituciones que si no pueden decirles de antemano para qué usos han de publicarse los datos, siempre encontrarén internautas que, a posteriori, sabrin hacerles hablar.* La inversién temporal del ex pose hacia el ex ante es una caracteristica central de fa economia informacional de internet, Los datos son piiblicos por defecto, mientras que estabamos acostumbrados a considerarlos datos privados por defecto. La web publica y después filtra, cuan- dds bis paasiile theallicthsedten Maatiees enienale cae poi care Dominique Cardon 223 sién también se aplica al sentido del trabajo estadistico cuando pasa de una situacién de escasez a un contexto de abundancia de datos. Al tiempo que la estadistica ha concebido durante mucho tiempo la produccién de datos como una manera de responder a hipétesis formadas de antcmano, hoy en dia, las hipétesis se mani- fiestan como consecuencias emergentes del trabajo de reconoci- miento efectuado en el seno de gigantescas masas de datos «idio- tas». Las nuevas técnicas de tratamiento estadistico del data mixing, basado en el reconocimiento de datos y el aprendizaje, no formulan ninguna hipstesis previa sobre los datos que calculan, por muy he terogeneos que scan. Y no es poco frecuente que pretendan con: vertir en pertinentes las cortelaciones sin causa (Rouvroy y Berns, 2010; Weinberger, 2011). Para algunos, el trabajo de interpretacién de las ciencias humanas no tendria razn de ser en la era de los big data y podria abandonarse al reciente matrimonio entre el bebavio- rismo y los algoritmos. En «La era de los Petabytes», Chris Ander- son, redactor getente de Wired, escribe: Es un mundo en el que las cantidades masivas de datos y las mate- miaticas aplicadas sustituyen al resto de instrumentos que podrian utilizarse, Deja de lado a todas las teorias sobre los comportamien. tos humanos, de la lingiistica ala sociologia. Olvidaros de la taxo- noma, la ontologia y la sicologie. y el «+», constituyen un nimero tan grande de captu- lectu ne 224 El bazary los algoritmos. Una tipologi de la competencia [1 ras que, a partir de ahora, resulta posible atar a cualquier objeto digital sea cual sea. A veces, sin saber cudles van a ser los usos da- dos a estas nuevas capturas, los disefiadores de servicios, a menudo eligen por defecto afiadir dichas funcionalidades a su plataforma, Una foto en Flickr puede ser recomendada, etiquetada, incluida en uno 0 varios grupos o afiadida a favoritos, Un estado de Facebook puede compartirse, comentarse, ctiquetarse «Me gusta», y los co: ‘mentarios que suscita pueden, a su ver, ser etiquetados como «Me gusta» y comentados, etc. Todo est preparado para hacer que los objetos de la web sean manipulables por los usuarios hasta el infi- nito. Esta manejabilidad digital transforma al mismo tiempo a los internautas y a los objetos que manipulan, Estos tiltimos pueden convertirse en el objeto de miiltiples clasificaciones, Se convierten en multifacéticas y alimentan métricas con principios heterogé- neos. Los internautas, por su parte, pueden hacerse con los objetos de diferentes maneras, en base a intenciones y competencias muy diferentes. A diferencia de los objetos cerrados con capturas dife- rentes y limitaciones del espacio piiblico tradicional, los libros, los articulos de prensa o las peliculas digitales son infinitamente mani- pulables. La economia de la evaluacién en el seno del espacio de vi- sibilidad que representa la web sale transformada. A través de estas, nuevas capturas, los objetos digitales entran en un espacio masiva- ‘mente interaccional y guardan la memoria de las manipulaciones. Los nuevos espacios de interaccién permiten aislar, rematar y hacer que sobresalga uno u otro objeto, que no hubiera llamado la aten- . 4. De una encnesta de 2005 se desprende que solamente el 38% de los internautas americanos eran capaces de distinguit la clasificacién . 8. Una de las explicaciones de esta inversién la encontramos en el hecho de que en el mundo digital, os costes de coordinacién se reducen considerablemente, y son tendencialmente nulos cuando esta se enco- mienda a las eapaciclades de autoorganizacién de los usuarios. Asimis- ‘mo, resulta bastante més facil utilizar los datos que ya estin ahi. Clay Shirky nos da un ejemplo de ello, las fotos Flickr de los desfiles en las calles de Londres. Ningiin fotégrafo profesional es capaz de generar un conjunto diversificado de fotos a bajo coste, mientras que usando un 2a, que permite agregar fotos, los usuarios pucden producit una repre- sentacién de conjunto del evento a partit de producciones individuales cuyo objeto no era la realizacién de una obra colectiva. «The basic ca- pabilitis of tools like Flickr reverse the old order of group activity, transforming “gather, then share” into “share, then gathet” » Véase Shirky (2008). 9. Acerca de estas formas de interpretacién que emergen ex post del tratamiento que le dan los internautas a los datos piblicas, véase la no- cin «democracia cooperativa» en Noveck (2009), 10. Anderson, Chris, «The End of Theory. Will the Data Deluge Dominique Carden 231 Makes the Scientific Method Obsolete?», Edge (2008) citado en Boyd y ‘Crawford (2011). Véase también Manovich (2011), 11. Para mas informacién sobre este tema consultar Rouvtoy y Berns (2010, pags. 88-103). 12. Este punto es motivo de debate en torno al PageRank y al abor dacla search neuirality. Existen numerosos argumentos convincentes para proteger parialmente el secreto en torn0 al algoitmo de Google para pro- teger la web contra las estrategias oportunistas de los internautas. Véase Grimmelmann (2010), pags. 435-459. . , 15, Podrfamos hacer que estos cinco principios correspondan con I igramatica de las ciudades desarrollada por Luc Boltanski y Laurent Thé vvenot en Les economies de la grandeur, asociando la editorializacién con la ciudad inspinada, la autoridad con la ciudad efeico, la anvtiencia com la ciudad mercantil, la afinidad con la ciudad daméstica y la velocidad con la ciudad industrial. Véase Boltanski y Thévenot (1991). Brnuiocraria sit istophe y Cardon, Dominique (2007), «The Strength of Naas An webiech tit toed Meaning of Web 2.0», Communications & Strategies, n° 65, 1" quarter, pigs. 51-65. Disponible en; Balnaves, Mark’y Willson, Michele (2011), A New Theory of Information and the Internet, Public Spheres meets Protocol, Nueva York, Peter Barthes Roland (1980), Le cantbre clare, Note sur le photographie, Pa- ris, Gallimard (trad. cast: La edmara hicida: nota sobre la fotografia, Barcelona, Paidés, 2010). Battelle, John (2005), The Search. 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