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FUNDACION Y COMITE

DOCENTE: LUIS FELIPE LOAYZA LEON


• Artículo 99.- La fundación es una organización no lucrativa
instituida mediante la afectación de uno o más bienes
para la realización de objetivos de carácter religioso,
asistencial, cultural u otros de interés social.
• La fundación es una persona jurídica no lucrativa, pero esto
no debe llevar a confusión: tener un fin no lucrativo no
impide el realizar actividades económicas que generen
excedentes. Lo que sí implica el carácter no lucrativo es que
estos excedentes no podrán destinarse a el o los
fundadores, en caso se trate de una fundación constituida
mediante escritura pública, o a los herederos del fundador
si la fundación se constituyó por testamento, sino que
deberán ser aplicados a la consecución del fin fundacional.
• Si bien la fundación debe contar con una organización, pues
ésta es necesaria para la existencia de toda persona
jurídica, existe controversia en cuanto a si la fundación
cuenta con miembros o no. Es nuestro parecer que esta
persona jurídica no tiene miembros por cuanto ni los
fundadores, que al constituirla se desligan necesariamente
de la misma, ni los administradores, simple órgano
administrativo, son miembros de la misma. Al no tener
miembros es el Consejo de Supervigilancia de Fundaciones
el ente que asume las principales prerrogativas en cuanto a
su control. Se tiene así que la fundación es un patrimonio,
administrado por una organización de personas que no son
miembros de la misma, destinado a realizar un fin de
"interés social" bajo la supervisión del Consejo de
Supervigilancia de Fundaciones.
• Por último, la constitución de la fundación requiere
de la afectación de bienes que habrán de constituir
su patrimonio, ya que, a diferencia del comité cuyo
propósito es recaudar fondos para un determinado
fin altruista, la fundación se constituye con el
objetivo de lograr un fin de interés social. La
consecución de este fin requiere que ya existan
fondos, lo que no impide que para continuar se
realice actividades económicas que generen
excedentes -lo que será especialmente importante
en fines de larga duración-.
Constitución de la Fundación

• Artículo 100.- La fundación se constituye


mediante escritura pública, por una o varias
personas naturales o jurídicas, indistintamente,
o por testamento.
• La fundación, en este sentido, nace de un
negocio jurídico unilateral que puede ser
otorgado por uno o más sujetos. En el caso en
que se constituya por más de una persona, dado
que los fundadores quedan al margen de la
fundación, entre ellos no se constituye ninguna
relación contractual o asociativa.
Acto constitutivo
• Artículo 101.- El acto constitutivo de la fundación debe
expresar necesariamente su finalidad y el bien o bienes que
se afectan. El fundador puede también indicar el nombre y
domicilio de la fundación, así como designar al administrador
o a los administradores y señalar normas para su régimen
económico, funcionamiento y extinción así como el destino
final del patrimonio.
• Puede nombrarse como administradores de la fundación a
personas jurídicas o a quien o quienes desempeñen funciones
específicas en ellas. En el primer caso, debe designarse a la
persona natural que la represente.
• El registrador de personas jurídicas debe enviar al Consejo de
Supervigilancia de Fundaciones el título de constitución que
careciere de alguno de los requisitos señalados en el primer
párrafo del presente artículo. El Consejo procederá en un
plazo no mayor de diez días, con arreglo al artículo 104,
incisos 1 a 3, según el caso.
• Como bien ha sido señalado, en la fundación la administración
de los bienes corre a cargo de personas que no han contribuido
a la formación del patrimonio de la organización y que no son
beneficiarios de ella. El fundador, generalmente, no tiene
ingerencia en las decisiones. Además, la fundación puede ser
creada por testamento, en cuyo caso se presenta la
imposibilidad de la participación del fundador dada su
inexistencia al instituirse la fundación. A ello se añade que los
beneficiarios de la fundación no tienen intervención en la
administración de la fundación.
• Estas razones abonan en pro de la necesidad de la existencia de
un organismo que controle las labores cumplidas por los
administradores de las fundaciones.
• A este respecto, debe señalarse que desde octubre de 1955
nuestra legislación contempla la presencia del ahora
denominado Consejo de Supervigilancia de Fundaciones, CSF:
Esta instancia, actualmente dependiente del Ministerio de
Justicia(55), se encarga de las funciones establecidas tanto en el
Código civil como en los Reglamentos aprobados por Decretos
Supremos Nº 00394-JUS y 00494-JUS.
Revocación del fundador
• Artículo 102.- La facultad de revocar no es transmisible.
El acto de constitución de la fundación, una vez inscrito,
es irrevocable.
• La constitución de una fundación es, por esencia, un acto
que deriva de una decisión personalísima, producto de la
libertad que tiene el fundador sobre el destino de sus
bienes, siempre dentro de los límites impuestos por el
ordenamiento jurídico cuando el fundador tiene herederos
forzosos a los cuales la ley les asegura una parte
determinada de la masa patrimonial del ascendiente.
• La revocación es un concepto asignado a negocios
jurídicos unilaterales. Por medio de la revocación, el autor
de un negocio unilateral priva a éste de eficacia. La
revocación es, ella misma, un nuevo negocio jurídico,
también unilateral. Ello ocurre, por ejemplo, con el
testamento y con el apoderamiento.
Disolución y destino del patrimonio
• Como ya hemos anotado, la fundación no puede ser disuelta por los
administradores. En verdad tampoco podría ser extinguida por
voluntad del fundador.
• Para que se disuelva una fundación es indispensable que ella no pueda
cumplir sus fines. Lo contrario sería atentar contra la estabilidad de las
funciones de interés social que aporta a la colectividad.
• La disolución, además, es necesariamente judicial y sólo es conocida
por el Poder Judicial a instancia del CSF (art. 109 del Código civil). En no
pocos casos la solicitud del CSF es consecuencia del pedido de los
administradores. Para saber si tiene o no sustento, el CSF debe ordenar
una auditoría o bien realizar las indagaciones que corresponda.
• Si el Poder Judicial ordena la disolución debe designarse a los
liquidadores para que, cubiertas las obligaciones de la institución,
destinen el haber neto resultante al fin previsto en el acto constitutivo.
Si ello no fuera posible, se destina, a propuesta del CSF, a incrementar
el patrimonio de otra u otras fundaciones de finalidad análoga o, en su
defecto a la Beneficencia Pública de la localidad en la que la fundación
tuvo su sede, para satisfacer propósitos similares (art. 110 del Código
civil).
COMITE
• El artículo 111 del Código civil define al comité como la organización de
personas naturales o jurídicas, o de ambas, dedicada a la recaudación
pública de aportes destinados a una finalidad altruista.
• El comité es una de las novedades que trajo el Código al ser
promulgado. La ley de 1936 no lo contemplaba como una de las
personas jurídicas del derecho civil.
• El legislador se inspiró en el Codice civile italiano de 1942 para
introducir esta figura.
• Esta persona jurídica surge con la finalidad de recaudar aportes del
público para conseguir un objetivo altruista, lo que implica que los
aportes realizados se consiguen con el propósito de beneficiar a otras
personas, esto es, se busca lograr con aportes de terceros el bien ajeno.
Queda claro que los aportes no los hacen los miembros del comité, a
diferencia de la asociación, en donde usualmente son los asociados los
que realizan los aportes. Esto no quiere decir que un miembro del
comité no puede realizar aportes, pues se considera que si lo hace es
en calidad de tercero y no en su condición de miembro del comité.
CARACTERISTICAS
• Es, en primer lugar, una organización de temperamento asociativo, al
igual que la asociación. En esa medida, su constitución exige la presencia
de cuando menos dos personas, entre las que se crea, al igual que entre
ellas y el comité, un vínculo de “necesidad”. Es, en este aspecto, tan
similar a la asociación que en los países que no tienen un tratamiento
especial se denomina a los comités como asociaciones de hecho o
asociaciones temporales.
• Sus miembros también realizan actividades en común, pareciéndose,
nuevamente, a la asociación. No obstante, la participación excede
ampliamente la actuación de quienes hacen parte de él, pues el fondo
de aportes que se forma es producto de la solidaridad comunitaria,
gracias a las contribuciones del público en la colecta que se lleva a cabo.
• También se asemeja a la asociación (y se distingue, por ende, de la
fundación) por ser una organización abierta a la afiliación. Cualquier
persona puede integrarse a ella siempre que cumplan con las previsiones
estatutarias para la admisión de nuevos miembros.
• El comité se distingue de las demás personas jurídicas por su existencia
efímera. Después de la recaudación de fondos del público y de aplicar los
recursos captados a un fin altruista, se disuelve. Se organiza para una
colecta pública y nada más.
Patrimonio del comité. Destino del
patrimonio en caso de disolución.
• Al comité no le importa tanto tener un patrimonio propio
formado por los instituyentes (promotores) y miembros del
mismo, cuanto recaudar dinero u otros bienes del público.
• En verdad, su patrimonio proviene del público y se destina a un
fin altruista, aspecto que lo diferencia de la asociación por
cuanto en ésta es formado en base a los aportes de sus
integrantes y es aplicado a satisfacer fines de ellos mismos.
• En principio, una vez captada la recaudación prevista y
planificada por el comité y aplicados los fondos obtenidos a la
finalidad motivadora, éste debe disolverse por acuerdo de los
miembros de la persona jurídica. Se entiende que los recursos
resultantes de la colecta, rifa, tómbola, etc., son enteramente
destinados a los objetivos promocionados. Ocurrido ello, ha de
extinguirse el comité haciendo de conocimiento del Ministerio
Público las cuentas finales y balances.
Órganos del comité
• El comité presenta algunos rasgos similares con la
estructura orgánica de la asociación, en cuanto
cuenta con una asamblea y un Consejo Directivo.
• La asamblea del comité no goza de las mismas
libertades de las que puede gozar la asamblea de
una asociación. La limitación más importante que
colorea y condiciona sus decisiones es que sus
integrantes no tienen, en conjunto, la capacidad
para transformar al comité con el objeto que persiga
otros fines diversos a los propuestos (una vez
realizada la colecta o la obra prevista), dado que los
erogantes o contribuyentes han destinado parte de
su patrimonio al comité, salvo que sea imposible
que se pueda alcanzar el objetivo.

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