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EL TESTIMONIO Corregido
EL TESTIMONIO Corregido
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Capítulo I
MEDIOS DE PRUEBA
1.- EL TESTIMONIO
Siendo las características más resaltantes, que los datos brindados por el testigo, son
datos que han sido percibidos por sus sentidos (tanto de vista, oído, de tacto, de olfato
y de gusto).
En ese mismo sentido, Parra Quijano, nos dice que, el testimonio es la declaración
de tercero ajeno a la contienda y el proceso, referente a hechos percibidos a través
de los sentidos y relacionados principalmente con los hechos objeto del proceso
(causa pretendí).
Queda claro de esta forma que el testimonio para tener tal valor, ha de sustentarse:
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b) Que su memoria conserve firmemente al recuerdo del hecho percibido y,
c) Que manifiesten todo lo que sabe.
Es por ello que para que un testimonio tenga validez debe ser creíble, para ello es
necesario establecer un modelo de credibilidad que sea:
Lo expuesto no hace más que afirmar las condiciones normales, en que se manifiesta
el testimonio, por tanto, cauces ajenos a ello, pueden interpretarse como faltar a la
verdad, ya sea afirmando, negando u ocultando la existencia de alguna circunstancia
que pueda servir de prueba sobre el hecho principal, o que aumente o disminuya su
gravedad, por lo que el testigo incurrirá en el delito previsto en el artículo 409 del
Código Penal, siempre y cuando su intervención sea dolosa, es decir que trate de
engañar a la justicia; porque si simplemente incurre una falsedad creencia, esto sólo
implicaría un vicio de voluntad y no un delito.
El testigo, como sujeto físico, en todo caso es ajeno al proceso, citado por el órgano
jurisdiccional, a efectos que preste declaración, sobre hechos conocidos porque
puede conocer elementos de prueba o convertirse en fuente de ella, relevantes para
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el proceso penal, sin duda su testimonio, es valioso, siempre que disponga de
capacidad de ejercicio o no tenga impedimento taxativamente señalado por ley. Sin
embargo, la sola imputación del testigo, sin otra prueba que lo corrobore no es
suficiente para imponer una sentencia condenatoria; que en todo caso existe duda al
respecto, la misma que le favorece en atención al principio Universal del in dubio pro
reo consagrado en el inciso 11 del artículo 139 de la Constitución Política del Estado.
Sólo queda agregar que los testigos, pueden ser tachados, si su declaración importa
un cuestionamiento de la capacidad del testigo de su imparcialidad, tales como, por
ejemplo tener una clara enemistad con el que propone la tacha. En todo caso, al
proponer la tacha, los hechos en que se fundan deben ser acreditados para poder ser
declarada fundada.
Por norma general, todos están obligados a concurrir ante el llamado de la autoridad,
previa citación, y a declarar oralmente cuando supiesen sobre los hechos, en virtud
del deber genérico que toda persona tiene de prestar auxilio a la Administración de
Justicia.
Veamos el artículo 162 del Código Procesal Penal expresa una norma general con dos
excepciones: “Capacidad para rendir testimonio.- 1. Toda persona es, en principio, hábil para
prestar testimonio, excepto el inhábil por razones naturales o el impedido por la
Ley.”
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La inhabilidad natural puede estar determinada por deficiencias físicas o psíquicas
que obstaculizan o limitan las condiciones de percepción, o en todo caso que
imposibilitan la transmisión de las percepciones de manera inteligible y del modo
previsto en la ley.
El testigo debe tener una idoneidad física o psíquica, la misma en algunos casos
requiere su probanza mediante pericia. Según el artículo 162 CPP la Capacidad “para
valorar el testimonio es necesario verificar la idoneidad física o psíquica del testigo, se realizarán
las indagaciones necesarias y, en especial, la realización de las pericias que correspondan.”
Similar contenido encontramos en el artículo 171 inciso 3 del Código Procesal Penal.
“Cuando deba recibirse testimonio de menores (…) que hayan resultado víctimas de hechos
que las han afectado psicológicamente, se podrá disponer su recepción en privado. (…)
Igualmente, permitirá la asistencia de un familiar del testigo.”
El testigo con alguna limitación para expresarse puede declarar con el apoyo de un
intérprete, establece el artículo 171 inciso 1, del CPP: “Si el testigo es mudo, sordo o sordo
mudo, o cuando no hable el castellano, declarará por medio de intérprete.”
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Los impedimentos de ley son de carácter funcional o procesal, según afecten a los
funcionarios judiciales, fiscales, secretarios, personal técnico, administrativo y auxiliar
que conocen de un mismo proceso.
Los jueces no pueden ser testigos si antes han intervenido como juzgadores en una
causa que les toco resolver, así establece el artículo 53 del CPP.
Citado como testigo tiene el deber de concurrir, salvo las excepciones legales
correspondientes y de responder a la verdad a las preguntas que se le hagan (Art.
163.1).Desde que una persona es llamada formalmente a la instancia jurisdiccional,
para declarar sobre un asunto penal, recae sobre ella una obligación que se deriva
de una relación jurídico-publica, al cual se someten todos los ciudadanos bajo los
presupuestos del estado de derecho, cuya obligatoriedad únicamente puede ser
enervada por las excepciones previstas en la ley.
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El testigo no puede ser obligado a declarar sobre hechos de los cuales podría surgir
su responsabilidad penal. El testigo tendrá el mismo derecho cuando, por su
declaración pudiere incriminar a algunas de las personas mencionadas en el numeral
1 del Art 165 ( Art.163.2).
El testigo solo debe ser inquirido a declarar en relación al hecho punible objeto de
persecución penal, los cuales se encuentran contenidos en la denuncia, solo sobre el
imputado recae la persecución penal estatal. En tal sentido, su declaración testimonial
no puede ser dirigida a establecer algún tipo de responsabilidad personal sobre su
persona, pues su intervención testifical se circunscribe al esclarecimiento de hechos
que sustentan la incriminación del imputado.
Este derecho se extiende a los supuestos en los que se pudiese incriminar a los
parientes más cercanos del imputado. Ciertamente la calidad del imputado no puede
ser confundida con la de un testigo, ya que ambos ocupan lugares esencialmente
distintos en el proceso penal, la relación adversarial solo fluye entre el imputado y el
acusador público; de tal modo que obligar al testigo a declarar sobre hechos que
infieren su responsabilidad es tratarlo como un “imputado”, situación insostenible en
un sistema procesal habilitante de las garantías jurídicas de los sujetos.
El testigo policial, militar o miembro de los sistemas del estado no puede ser obligado
o revelar los nombres de sus informantes. Si los informantes no son interrogados
como testigos, las informaciones dadas por ellos no podrán ser recibidas ni utilizadas
(Art.163.3).
Por razones estrictas de seguridad nacional o en defensa de la seguridad del estado,
se proscribe que los agentes militares, policiales o de los sistemas de inteligencia,
puedan revelar la identidad de sus informantes, como una forma de tutelar la
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seguridad de los informantes y de que no se filtre información estrictamente
reservada, en virtud de su naturaleza sumamente delicada; pues, a razones de justicia
a veces se van a sobreponer intereses de carácter nacional y estatal(ponderación de
intereses en conflicto).
En palabras de MORENO CATENA, el secreto de los funcionarios públicos vienen a
preservar, dentro del proceso penal, los secretos que estos conozcan por razón de
sus cargos, bien se trate de secretos de estado (materias clasificadas como “secretas”
o como “reservadas”).
La declaración del testigo versa sobre lo percibido en relación con los hechos objeto
de prueba (art.166.1). El testigo es requerido por la instancia jurisdiccional en razón
de los hechos relacionados con el objeto de prueba (esclarecimiento de los hechos
supuestamente delictivos que han sido percibido por sus facultades sensoriales, por
lo tanto, su manifestación se circunscribe a este ámbito con cognitivo, o pudiendo ser
rebasado a efectos de preservar su relevancia e idoneidad como medio de prueba.
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imputado que nada tienen que ver con el objeto de testifical, salvo de un testigo
técnico, que podría ser un psicólogo, medico u otro profesional que tenga que
pronunciarse sobre personalidad del imputado. En este último caso, nos referimos a
la persona del perito, lo cierto es que, a pesar de reunir ciertas cualidades, esta clase
de órganos de prueba es en realidad un testigo y no un perito, debido a ello a lo que
originaría y motiva su llamamiento a declarar en la circunstancia de suponer que haya
percibido hechos conducentes al esclarecimiento del suceso, o bien de cualquier otro
hecho pertinente para el conocimiento de la verdad.
Esto significa alegar contra un testigo algún motivo de índole legal, para que no sea
creído en la causa o por poner reparos a sus declaraciones, por encontrarse afectado
por algún impedimento o defecto legal que induce a pensar en una parcialización.
Esta tacha deberá ser debidamente fundamentada y corroborada con el medio de
prueba pertinente; y esta deberá ser formulada tan pronto se reciba la notificación de
admisión de la testimonial, pero nada impide que la tacha se deduzca a pesar de
haberse recibido el ya testimonio. Lo básico de la tacha contra un testigo es objetar
la eficacia del testimonio por su evidente parcialización; por su falta de idoneidad
moral o por adolecer de una severa deficiencia sensorial que le haya impedido percibir
aquello sobre lo que ha de declarar. Finalmente le interposición de la tacha no impide
el recibir la declaración testimonial. El valor probatorio de una testimonial sujeta a
tacha, será compulsada en su debida oportunidad, es decir antes de formularse
acusación o al momento de emitirse su sentencia.
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sentencia o con el informe final, y esto según la naturaleza y la oportunidad de la
tacha.
Debemos aclarar que no solo los testimonios pueden ser objeto de tacha, ya que
además lo serán los documentos, peritos, pericias e informes técnicos, grabaciones
de diversas clases, pruebas que se consideren prohibidas, actas, etc.
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de procedimientos penales, el actual código adjetivo penal no hace una relación de
dichas causales, no obstante lo cual, podemos realizar una aplicación supletoria de
aquella normatividad.
• Adquisición.
• Actuación.
• Valoración.
• Decisión.
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alcance sus fines propios de descubrimiento y sanción con los hechos delictivos
producidos. A esta conducción probatoria se le denomina “prueba anticipada”. En tal
sentido, el precepto establece que en caso de peligro de muerte o de viaje inminente,
se tomará la declaración de inmediato, al no poderse aplicar las reglas de la prueba
anticipada, pues la realización de esta última requiere la observancia de una serie de
requisitos, que se inicia con una solicitud, se corre traslado a los sujetos procesales,
se dispone su realización y se da lugar a una audiencia, etc., lo cual en esos casos
es imposible de cumplir por los riesgos implícitos que el paso del tiempo pueden
ocasionar de forma inevitable.
La Justicia Penal debe ofrecer a la víctima todo un conjunto de normas, que eviten
una segunda victimización, pues, éstas en el caso de delitos violentos, han sido
afectadas no sólo en su esfera somática, sino también el hecho delictivo ha
repercutido en su ámbito emocional y psíquico. Por lo tanto, el testimonio de una
persona que ha sido víctima de hechos que la han afectado psicológicamente, se
podrá realizar en privado, con el fin de que su intimidad no se vea amenazada por la
publicidad de dicha actuación judicial.
En el caso, que la prueba testifical no pueda realizarse bajo las normas de la prueba
anticipada, el Juzgador deberá adoptar las medidas de protección que sean
necesarias, y de ser el caso, disponer la asistencia de un perito psicólogo a fin de
cautelar la indemnidad del testigo, permitiéndose también la asistencia de un familiar
que de seguro le va otorgar mayor confianza al menor.
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Para la declaración del agraviado, rigen las mismas reglas prescritas para los testigos.
Sin duda, el agraviado (declaración preventiva) debe ser premunido también de las
mismas garantías y facultades procesales, al igual que el testigo, más aun, cuando
este es quien ha sido afectado perjudicialmente en su esfera de libertad personal, es
pues, el sujeto pasivo de la conducta delictiva.
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Jurisdiccional, según las directivas que sobre el particular dicte el órgano de gobierno
respectivo. En el caso de testigos dependientes, sometido a una relación de
subordinación, el empleador o superior jerárquico perteneciente a la esfera de la
administración pública, está en la obligación de procurar los mecanismos posibles
para que el testigo pueda rendir su testifical en el día y hora, bajo responsabilidad
Nuestro ordenamiento jurídico penal reprime la conducta del testigo, perito, traductor
o interprete, que siendo legalmente requerido se abstiene de comparecer o prestar la
declaración respectiva, por tal razón, la omisión del deber testificar supone una
afectación relevante a los principios sobre los cuales debe desarrollarse la actuación
pública, de objetividad, imparcialidad y legalidad. Esta conducta el normal desarrollo
del proceso penal.
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La citación judicial tiene por finalidad hacer comparecer a las víctimas, testigos,
peritos, intérpretes, depositarios y otros que correspondan, en el tiempo y lugar
prefijados, para llevar a cabo una actuación judicial, en los casos que el órgano
jurisdiccional considere necesaria su presencia.
En caso de urgencia, la citación podrá ser realizada por teléfono, por correo
electrónico, facsímil, telegrama o cualquier otro medio de comunicación, de lo que se
hará constar en autos.
10.4.- Procedimiento
Una vez que el órgano jurisdiccional determine la necesidad de hacer comparecer a
las personas indicadas en el artículo 21 del Reglamento, la citación judicial será
remitida al encargado de notificaciones quien procederá a hacer entrega de la misma
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al destinatario de la citación. En casos especiales dispondrá que sea la Policía la
encargada de notificar.
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su presencia en el mismo. Según nuestra norma procesal, cuando menos hasta el
momento en que se formula oralmente la acusación fiscal para certificarnos de que
efectivamente conoce los cargos imputados. Dejarlo en la puerta del despacho
indicando “ya cumplí, me voy”, expone el riesgo de que vuelva escapar.
Otro tema peliagudo es el de la temporalidad. Suele decirse que, ésta no puede durar
más de 48 horas, pero ¿sí el contumaz es hallado en un lugar que está a más de un
día de distancia del juzgado requirente? Es evidente, y el sentido común así lo indica,
que el traslado debe efectuarse lo más rápido posible más allá que del tiempo que se
requiera para su materialización. Y una más ¿Qué ocurre si el juzgado está cerrado
o el juez se encuentra en otra diligencia? Sin olvidar que, el estado de contumaz la
ha generado el propio conducido, éste deberá sufrir las consecuencias de su propia
conducta omisiva, con lo que deberá esperar a que se le programe la audiencia; sin
que el juez deba abusar del llamado “tiempo razonable”, que supone el suficiente para
garantizar, también, que las otras partes procesales puedan ser notificadas para el
inicio del juicio oral, dígase el Ministerio Público y, el actor civil de ser el caso. Así, el
tiempo que pueda demorar esta restricción de la libertad, en realidad, debe ser
asumido por el propio afectado, pues responde en último término a su desinterés por
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EXP. N° 04194-2012-PHC/TC. AREQUIPA.
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el proceso. De haberse presentado en la oportunidad en que fue emplazado, no
estaría en la condición de contumaz y, menos, en la de “conducido compulsivamente”.
La Constitución Política señala que los detenidos (la conducción compulsiva supone
una detención fáctica) deben ser puestos a disposición del juez “dentro de las
veinticuatro horas o en el término de la distancia”. Ese el término temporal de
referencia, aunque habrá que salvar el asunto de sábados y domingos y los feriados
que extienden el fin de semana.
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cuando el juez considere indispensable su comparecencia para ejecutar un acto de
reconocimiento, de confrontación o por otra necesidad.
Los miembros del cuerpo diplomático, acreditados en el Perú, disponen del beneficio
de realizar sus declaraciones por medio escrito y por conducto del Ministerio de
Relaciones Exteriores, este beneficio alcanza también a aquellos agentes
diplomáticos y consulares, que no se encuentren en el Perú por haber culminado su
servicio en el país.
Para tal efecto se les enviara, por el conducto del ministro de relaciones exteriores, el
texto del interrogatorio que será absuelto bajo juramento o promesa de decir la
verdad. De igual manera procederá si el agente diplomático o consular culminó su
misión y se encuentra en el extranjero. En principio todos aquellos que ejercitan labor
consular o diplomática en el territorio nacional, se encuentra revestido de una
inmunidad que le permite sustraerse del ámbito de aplicación de la ley penal,
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obviamente esta prerrogativa se somete a una serie de excepciones pues inmunidad
diplomática no quiere decir de ningún modo “inmunidad”. De igual modo en el campo
procesal penal se confiere una serie de prerrogativas fundadas y justificadas en la
comprensión de la investidura diplomática, en la medida, que estos individuos
representan sus respectivos países en territorio peruano, como caracterización
importante de las relaciones internacionales del Perú, como parte de una política
internacional integracionista. En tal sentido, los agentes diplomáticos brindaran su
declaración testifical por escrito, haciendo el ministerio de relaciones exteriores las
veces de una especie de canal entre la jurisdicción penal y el agente diplomático
llamado a testificar.
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CONCLUSIÓN
PRIMERA.-
SEGUNDA.-
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TERCERA.-
CUARTA.-
QUINTA.-
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BIBLIOGRAFIA
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