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EN LO PRINCIPAL: OPONE EXCEPCIONES DILATORIAS.

PRIMER OTROSÍ: ACOMPAÑA

DOCUMENTOS; SEGUNDO OTROSÍ: PATROCINIO Y PODER.-

S. J. L. (16º Civil)

MARIA PIA ASENJO OYARZÚN, abogado, por el demandado CLINICA

BICENTENARIO S.A, en los autos seguidos en juicio ordinario sobre indemnización de

perjuicios, caratulados “MOYA/ALVARADO”, causa ROL N° 15131-2016, a Usía

respetuosamente digo:

Con fecha 31 de Mayo del 2017 mi representada Clínica Bicentenario fue

notificada de la demanda entablada por doña ROSA MOYA CASTILLO en la cual solicita

tanto que mi patrocinado como don Oscar Alvarado Jorquera sean condenados a pagar

los presuntos perjuicios ocasionados ascendentes a la suma alzada de $150.000.000.-

Ahora bien, estando dentro de plazo que me confiere la ley, vengo en

interponer a la referida demanda las siguientes excepciones dilatorias, las cuales desde

ya solicito a Usía tenga bien en acogerlas en todas sus partes, con expresa condenación

en costas, en consideración a los argumentos de hecho y derecho que a continuación

expongo:

1) Aquella contemplada en el N° 2 del artículo 303 del Código de Procedimiento

Civil, esto es “la falta de capacidad del demandante, o de personería o

representación legal del que comparece en su nombre”

En efecto, y tal como consta en autos, la demandante doña ROSA MOYA CASTILLO

comparece a fojas 2 de la demanda en lo principal “(…) en su calidad de cónyuge del

causante don Guillermo Mora Mora (sic) (…)” agregando que viene en deducir
demanda en el ámbito extracontractual debido a la supuesta “(…) negligencia

grave, inexcusable y culposa en contra de mi cónyuge don Guillermo mora Moya

(…)” (punto 3 de apartado “EL DERECHO”) argumentando que “En ese orden de

ideas, el artículo 2329 del Código Civil dispone que: “por regla general todo daño

que pueda imputarse a negligencia o malicia de otra persona debe ser reparado por

esta”. Así entonces están obligados ambos demandados a reparar solidariamente el

daño causado a mi familia al producirse el deceso por los actos negligentes de cada

uno de ellos, causó a mi marido Guillermo mora moya” (párrafo final de apartado

“EL DERECHO”). Así las cosas, resulta claro que la actora invoca su calidad de

cónyuge del paciente atendido en Clínica Bicentenario por el médico codemandado

al momento de presentar la acción, basando en este mero hecho su legitimación

activa, para lo cual acompaña como documentos probatorios de dicha calidad un

certificado de matrimonio en donde se consigna su nombre y el del paciente, y un

certificado de defunción de éste.

Sin embargo, lo cierto es que de conformidad con la legislación aplicable y a la

luz de los mismos documentos acompañados a la demanda, la actora no posee la

calidad de cónyuge de don Guillermo Mora Moya, pues de conformidad con el Art.

42 de la ley 19.947 de Matrimonio civil, el vínculo se disuelve al momento de la

muerte de uno de los cónyuges. En efecto, dicho artículo dispone: “El matrimonio

termina: - Por la muerte de uno de los cónyuges; - Por la muerte presunta,

cumplidos que sean los plazos señalados en el artículo siguiente; - Por sentencia

firme de nulidad, y - Por sentencia firme de divorcio”. Así las cosas, la calidad

invocada por doña Rosa Moya Castillo es inexistente, ya que el matrimonio que le

unía con don Guillermo Mora terminó el 21 de Enero del 2014 – mucho antes de la

presentación de la demanda e invocación de la calidad referida como base para

presentar la acción- y en consecuencia, no procede que se dé curso a la demanda


presentada en lo principal sin que se invoque la calidad de heredera u otra

pertinente, de corresponder.

En efecto, en este punto es necesario señalar que si la demandante

argumentase que la calidad que ha invocado para accionar es en efecto no la de

cónyuge – como ha declarado en variadas ocasiones en el libelo pretensor – sino de

hecho la de heredera de don Guillermo Mora y, que en virtud de la transmisibilidad

de la acción indemnizatoria específica para requerir el pago de daño moral del

causante, doña Rosa Mora deberá, de conformidad con el Art. 951, 1097, 1241 y ss.

Del Código civil, acreditar su calidad de heredera del causante, para lo cual el único

documento válido para el efecto es la copia de la certificación o resolución

administrativa que conceda la posesión efectiva de la actora como heredera, o de la

sentencia que falla respecto al proceso testamentario, de corresponder. Respecto a

este requisito, la Corte suprema ha sido consistente en señalar que “Como ya

quedó insinuado atrás, demostrando que se tiene vocación a suceder en el

patrimonio del causante, ya por llamamiento testamentario, ya por llamamiento de

la ley, y, además, que se ha aceptado la herencia. Debe, pues, quien invoca el título

de heredero, aportar copia del testamento, debidamente registrada, en que se le

instituyó asignatario (…). También puede demostrarse esta calidad con copia del

auto dictado dentro del respectivo proceso sucesorio, en que se haya declarado que

se le reconoce esta calidad a la persona que la invoca. Es apenas lógico, como lo ha

sostenido la Corte desde 1926, aunque con alcance diferente, que la copia del auto

por medio del cual el Juez que conoce del proceso sucesorio, reconoce como

heredero a cierta persona, sirve de prueba en otro proceso de la dicha calidad, de

heredero, 'mientras no se demuestre lo contrario en la forma prevenida por la ley'

por la potísima razón de que para que el Juez hiciera ese pronunciamiento,

previamente debía obrar en autos la copia del testamento o de las actas del

estado civil respectivas y aparecer que el asignatario ha aceptado" [sentencia de


26 de agosto de 1976]. Hasta ese momento, en donde se incorpore materialmente

el documento fundante de la legitimación activa, se podrá tener por cumplido el

requisito que por ley se le exige a la parte demandante.

Esta parte considera fundamental para el ejercicio de sus alegaciones y

excepciones, así como también para la labor que debe realizar Usía, exigir el

cumplimiento cabal y estricto del anterior requisito, por cuanto es la única forma en

que se generará una relación jurídica procesal válida, para así poder argumentar su

defensa de una manera clara y precisa, permitiendo en consecuencia, que trabado el

conflicto, Usía esté en una real y adecuada condición de poder pronunciar sentencia,

sin incurrir en vicio de ultra petita por contener el fallo decisiones contradictorias, o

bien, no resolver realmente el asunto controvertido u otorgar sentencia favorable a

quien en derecho no le corresponde; todas situaciones que harían necesario recurrir de

casación, dilatando innecesariamente la resolución adecuada y pronta del conflicto

anunciado con la presentación de esta demanda, y que desde ya implica un menoscabo

para esta defensa.

En conclusión, la demanda intentada por el actor resulta del todo inepta

para trabar la litis y dar la posibilidad real de actuar en defensa de los derechos de mi

representado, por carecer de legitimación activa, obligando así a esta parte a oponer la

presente excepción dilatoria para que se subsanen los defectos, previo a contestar

derechamente.

Ahora bien, atendido el carácter de orden público que tienen las normas

que reglamentan el procedimiento, no existe la posibilidad de ratificar o convalidar a

posteriori la demanda que carece de requisitos de admisibilidad, por lo que una vez

efectuado el acto omitido la demandante deberá presentar una nueva demanda para

poder obtener que la litis se trabe válidamente.


POR TANTO,

RUEGO A USÍA: En mérito de lo expuesto y de lo preceptuado en las disposiciones

legales citadas, se sirva tener por interpuesta las excepciones dilatorias antes

individualizadas, acogerla en todas sus partes declarando que la parte demandante

debe subsanar el defecto de que adolece, con expresa condenación al pago de las

costas de la incidencia.

PRIMER OTROSÍ: RUEGO A SS. tener por acompañada, con citación, copia de la

escritura pública de fecha 22 de diciembre del año 2015, otorgada ante don JORGE

IVÁN ARENAS RUZ, abogado, Notario Público Suplente del Titular de la Décimo

Séptima Notaría de Santiago de don JAIME MORANDE ORREGO en donde consta mis

facultades para representar a la Clínica demandada en autos.

SEGUNDO OTROSÍ: Solicito a SS. tener presente que atendido al mandato judicial que

se acompaña en otrosí y mi calidad de abogada habilitada, vengo en asumir

personalmente el patrocinio y poder del CLÍNICA BICENTENARIO SPA en estos autos,

señalando como domicilio calle Alcántara 200, oficina 405, Las Condes, ciudad de

Santiago

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