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Principios 8

Gál 6:7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el
hombre sembrare, eso también segará.
Gál 6:8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará
corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida
eterna.
Gál 6:9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo
segaremos, si no desmayamos.
Gál 6:10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos,
y mayormente a los de la familia de la fe.

Nunca sabemos lo que va a ocurrir más adelante. La siembra y la cosecha


son parte de la vida, no solo de la vida del cristiano, sino de aquel que no
lo es. Dios nos enseña a través de la siembra y la cosecha lecciones
importantes para cuidar nuestra vida, y quien sabe alguna vez tendremos
de vuelta lo sembrado.

Hay sub principios inquebrantables de la siembra y la cosecha.

I. Todos sembramos.
1. Lo sembrado son acciones.
2. Según la ley natural, el hombre tiene la capacidad de escoger
el tipo de semilla que quiere sembrar. Lo mismo pasa en la
vida. NOSOTROS escogemos lo que deseamos sembrar en
nuestras acciones.
3. Sembramos en palabras, ¿Cuáles son nuestras palabras
frente a las personas?
4. Sembramos en intenciones primero. Siempre hay una
intención detrás, puede ser buena o mala. Y siempre
recibiremos de acuerdo con esa intención.
5. Sembramos en todos los que nos rodean amigos, familiares,
vecinos, trabajo, en trámites, etc.
II. Hay tipos de siembras.
1. Podemos sembrar en Justicia. Se cosecha bondad y tendrá
recompensa, pero Prov. 22.8 si se siembra en injusticia se
cosecha infortunio.
2. Siembra viento puede cosechar tempestad. Solo un poco y
puede armar una gran tempestad.
3. Se puede sembrar para nuestros propios deseos, y
cosechamos lamentos y maldad.
4. Se puede sembrar para agradar a Dios, y cosechamos gozo y
vida eterna.
5. Se siembra paz y se cosecha. Hay personas que piensan que
pueden apagar el fuego con bencina, eso es imposible.
Sembramos paz y cosechamos paz.
6. La ley de Dios es sembrar su palabra en los corazones, si
sembramos en lo espiritual cosechamos en lo espiritual.
III. La ley de Dios.
1. Siempre todo vuelve porque es una ley de Dios. Por eso tenga
cuidado si se burla de alguien, porque puede volver a usted.
2. Se siembra y no se cosecha de inmediato. Todo tiene un
tiempo. Es al tiempo de Dios, él distribuye los tiempos. Si
sembramos el bien, a su tiempo segaremos, como en lo
natural se espera con paciencia, pero Dios dá el crecimiento.
3. Es natural siempre será mayor la cosecha que lo sembrado.
Es la perspectiva que debemos tener en cuenta para lo que
sembramos siempre. Y puede llegar a ser al ciento por uno.
4. Dios da a cada uno según sus obras.
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo
transforma en no apto para impacientes: Siembras la semilla, la
abonas, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los
primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa
nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto,
que un cultivador inexperto estaría convencido de haber
comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo
año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú
crece ¡más de 30 metros!
5. Nuestras obras tienen de Dios su bendición o su rechazo.

Hoy más que nunca debemos pedirle al Señor que nos ayude a poner
atención en lo que sembramos para que no suframos y esperemos una
cosecha de bendición y no de amargura. Amén

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