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Somos Sal de la tierra

Luc 14:34-35 Buena es la sal; mas si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se
sazonará? (35) Ni para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El
que tiene oídos para oír, oiga.
Hoy más que nunca necesitamos ser este elemento en medio del mundo en
que vivimos y en la iglesia. El descenso de las leyes y la moral en nuestra
sociedad está cada vez más y más bajo. Nos damos cuenta nosotros y muchas
personas que aún ni siquiera son cristianas, que a lo bueno llaman malo y lo
malo bueno.
La sal en su tiempo tenía un gran valor comercial en tiempos de Cristo. Hubo
guerras por este elemento porque era importante como recurso para los
pueblos. Y hoy para nosotros representa grandes valores como lo enseño
Cristo Jesús. Veamos Su Valor.
I. Su Valor está en Preservar
1. Se usaba para las carnes, pescados.
2. Tenía un efecto purificador y preservante.
3. Esto apunta a nuestras relaciones sociales, etc.
4. Si no tenemos influencia moral perdemos nuestro valor cristiano.
II. Su valor está en dar las buenas noticias
1. Esto habla del uso de la sal como condimento
2. No se puede arreglar con otra sustancia.
3. No se puede mezclar el evangelio con yoga, Etc.
4. Ni nosotros ni el evangelio que debemos entregar podemos mezclar
5. Podemos perder el valor de su mensaje y de ganar a alguien para Cristo.
6. Tenemos sal en nosotros por lo que Cristo ha hecho en nosotros.
III. El valor está en ayudar al crecimiento
1. Se usaba como una especie de abono para las buenas plantas
2. Este es el valor del buen testimonio en la iglesia
3. Este es un valor interno que da ayuda al crecimiento de la iglesia.
4. Si perdemos este valor no seremos aporte a la iglesia de Cristo, solo un
tropiezo para otros que necesitan la salvación tanto como nosotros.
Si queremos tener un hogar bendecido y una familia bendecida, una vida que
camina tras los pasos de Cristo. Nosotros no podemos perder el valor que
tenemos por lo que Cristo hizo por nosotros. Dios nos ha dado el valor que
tenemos y que lo podemos perder si vivimos en pecado, si nos alejamos de
Cristo, si nos mezclamos en la forma de hablar y de vivir perderemos el valor
que Cristo nos ha dado, y perder la salvación, y su bendición.

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