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7 ENSAYOS DE INTERPRETACION DE

LA REALIDAD PERUANA
EL PROBLEMA DEL INDIO
Su nuevo planteamiento:
Lo que Mariátegui empieza afirmando frente al problema indígena es que éste no podrá ser
abordado, de una manera seria, mientras no se preste atención a sus fundamentos y rasgos
económico-sociales. Mariátegui estaba seguro que el problema del indio desde esta óptica, es
pues esencialmente económico y no, como se solía pensar y tratar, jurídico, eclesiástico,
administrativo, cultural, racial, moral, etc no como un asunto racial, administrativo, jurídico,
educativo o eclesiástico, sino como un problema principalmente económico cuyo origen estaba
en el injusto sistema de propiedad de la tierra que se encontraba concentrado en pocas manos
(gamonalismo o latifundismo); mientras durara esta forma de propiedad todo intento por
solucionar el problema del indio sería inutil.
El gamonalismo se oponía con éxito a toda ley u ordenanza de protección indígena. El
hacendado, latifundista o gamonal era prácticamente un señor feudal. Frente a él, la ley era
impotente. La República había prohibido el trabajo gratuito, pero aun así, el trabajo gratuito, y
el trabajo forzado, sobrevivían.
Otra visión con la que polemiza Mariátegui es la que concierne a la superioridad o inferioridad
de la raza indígena. Él señala que dicha raza no ha “degenerado” y que, por lo tanto, no tiene
sentido pensar el problema indígena en términos “étnicos”.
Sumaria revisión histórica
Se calcula que la población del Imperio de los Incas fue de diez millones de habitantes. El
virreinato estableció un régimen de brutal explotación. Los españoles impusieron el régimen
feudal de la tenencia de la tierra y dieron más importancia a la extracción del oro y la plata. La
población indígena fue sometida a un sistema abrumador de trabajos forzados, en las minas y
los obrajes. El sistema que implantaron fue el feudal y el esclavista, de manera simultánea.
En la sierra, la región habitada principalmente por los indios, subsistía en tiempos de Mariátegui
la más bárbara y omnipotente feudalidad. El dominio de la tierra estaba en manos de los
gamonales o latifundistas. Sin embargo, la propagación de las ideas socialistas originó un fuerte
movimiento de reivindicación entre la masa indígena.
COMENTARIO
como bien lo dijo Mariátegui el problema del indio es un problema social y un problema económico a partir de
este ensayo, creo que es muy importante saber por qué la mayoría de peruanos no piensa en mejorar y solo
en mantenerse. Este ensayo nos muestra este problema desde fondo y a la vez nos indica cómo se ha de
superar esta situación; el problema del indio desde hace bastante tiempo viene perdurando sino también en
la actualidad, los problemas sociales como la desigualdad, discriminación, racismo e injusticia han
incrementado nuestros problemas económicos y sociales.
Finalmente, creo que todo esto puede mejorar siempre que tengamos en cuenta que no vivimos para
obedecer, sino para expresar nuestras ideas y para ejercer nuestros deberes y derechos; para ser respetados y
también respetar a los demás.

EL PROBLEMA DE LA TIERRA
I. El problema agrario, problema del indio, colonialismo y feudalismo

El derecho básico que Mariátegui quiere reivindicar para los indios es el derecho a la tierra,
derecho que hace de condición de posibilidad de los derechos que tradicionalmente se buscan y
reclaman: “educación”, “cultura”, “progreso”, “amor”, “cielo”, etc
El problema de la tierra es, a grandes rasgos, el problema de lo que Mariátegui considera la
feudalidad en el Perú. Maríategui considera que su abolición debió darse a través de la clase
burguesa. Sin embargo, nuestra independencia no habría generado todavía dicha clase. Lo que
tendríamos sería una feudalidad “camuflada” o “disfrazada” de burguesía republicana.
La revolución en la economía agraria busca pues, acabar con los elementos feudales que para
Mariátegui se expresan en el gamonalismo, el latifundio y la servidumbre. Es la subsistencia de
la feudalidad que la impide desarrollar el capitalismo. Sus expresiones culturales (los ejemplos
que pone Mariátegui son: “inquisición”, “feudalidad” “espíritu reaccionario”, “método jesuítico”,
“casuísmo escolástico”) ya han sido erradicadas, pero el fundamento económico no.
Mariátegui observa que el régimen colonial español resultó incapaz de desarrollar en el Perú una
economía de puro tipo feudal y que injertó en ella elementos de la economía esclavista. El
colonizador español, que no tenía desarrollada la idea del valor económico del hombre,
estableció una política de despoblamiento, es decir, de exterminio de la masa indígena
(etnocidio). Llegó el momento en que los españoles se vieron necesitados de mano de obra y
recurrieron entonces a la importación de negros, trayendo así la esclavitud. Pero también los
indios prácticamente sufrieron un régimen esclavista, pues la actividad preferida de los
españoles, la minería, debía ser necesariamente un trabajo de esclavos.
Mariátegui compara al colonizador español con el anglosajón (inglés). El español no tuvo las
condiciones del colonizador anglosajón o pionero. Pensaba que las riquezas del Perú eran sus
metales preciosos. Así, con la práctica de la mita, aniquilaron el capital humano, trayendo la
decadencia de la agricultura. El colonizador español nunca fue un creador de riqueza, como si lo
fue el anglosajón La República trató de legislar con miras a fortalecer la pequeña propiedad
individual, de acuerdo al liberalismo entonces en boga. Ello equivalía a desarticular tanto al
latifundio como a la comunidad indígena. Sin embargo, esta intención no prosperó. El latifundio
se consolidó y extendió, mientras que la comunidad indígena fue la más afectada, tanto por la
ambición de los terratenientes como por la política desatinada dirigida desde la capital.
El poder de la clase política de la República procedía en buena cuenta de la propiedad de la tierra
(feudalismo latifundista). Los políticos y caudillos eran por lo general, dueños de grandes
haciendas. Mientras que el latifundismo serrano mantenía un nivel muy atrasado en su sistema
de producción, el latifundismo costeño, orientado a los intereses de los capitales británicos y
estadounidenses, se hallaba más desarrollado tecnológicamente, aunque su explotación
reposaba todavía sobre prácticas y principios feudales.
Al sobrevivir en el Perú el latifundio feudal, sobrevivía también la servidumbre, bajo diversas
formas y distintos nombres. La diferencia entre la agricultura de la costa y de las sierra, era que
la primera tenía un nivel técnico más desarrollado, pero no más. Ambas seguían teniendo el
carácter feudal o semifeudal. Métodos feudales aplicados eran el yanaconazgo y el “enganche”.
El yanaconazgo consistía en que un campesino o yanacona laboraba en las tierras de un
propietario recibiendo a cambio de su trabajo una parte de la producción. El enganche era un
sistema aplicado en la costa, por el cual se contrataban trabajadores o braceros dándoles
anticipos en dinero, pero por lo general, esa deuda tendía a crecer, quedando el trabajador
prácticamente atado al contrato, sin poder disponer de su libertad.
En la costa, el trabajador de la tierra fue, además del indio, el negro esclavo y el coolíe chino. En
la sierra, exclusivamente el indio.El terrateniente costeño admitía, aunque muy atenuado, el
régimen del salario y del trabajo libre. En cambio, en la sierra, el poder del terrateniente era
prácticamente absoluto y mantenía el feudalismo en toda su dimensión

COMENTARIO
José Carlos Mariátegui al estudiar el problema de la tierra lo consideró clave para entender la
cuestión del poder oligárquico en el Perú.Hoy en día la inclusión colonial a la globalización
capitalista en el que se encuentra nuestro país es se ha vuelto primordial el controlar y extraer
la riqueza de los recursos de nuestra tierra.
Mariátegui sostuvo la importancia de la presencia de las comunidades agrarias en el Perú. Las
entendió incluso como un factor principal de una posible construcción socialista nacional. En el
Perú de nuestros días el creciente protagonismo indígena resalta y concuerda de alguna forma
con ese análisis comprensivo de Mariátegui. Más aún si gran parte de este viene proponiendo,
junto con el respeto a su propia identidad, producción y trabajo, su efectividad como modo de
vida alternativo a la crueldad capitalista global.

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