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LEYENDAS DE QUESERIA

EL APARECIDO
Javier es un hombre de cuarenta y cinco años originario de Quesería, cuando tenía veinticinco
años emigro a los Estados Unidos de Norteamérica. Como suele pasar con todo los
indocumentados cuando llegan a Estados Unidos encuentran muchas dificultades y duran
mucho tiempo para volver al terruño, pues bien, eso le pasó a Javier, venia a visitar a su familia
cada cinco años hasta que se casó con una norteamericana y pudo obtener sus documentos
legales, fue entonces cuando Javier comenzó a visitar a sus papás cada año.

En una de esas visitas que hizo Javier a Quesería en las fiestas decembrinas en el año 2004,
paseaba todas las tardes recorriendo el pueblo con la esperanza encontrar a todos los amigos
que había dejado y comentar con ellos todo lo que había pasado en su ausencia, total que se le
hacia de noche sentado en una banca del jardín como ya es una tradición en Quesería,
sentarse a escuchar una buena platica y hasta un buen chisme. Ya cuando escuchaba el pitazo
del ingenio de las diez de la noche comenzaba su despedida que duraba un buen rato.

En una de esas noches Javier se dirigía a su casa saboreando una paleta cuando se encontró a
Mario, un conocido de toda la vida que además había sido su compañero en la primaria, le dio
tanto gusto verlo que corrió a encontrarlo y a saludarlo. Mario lo recibió con una sonrisa e invitó
a Javier a comer a su casa a otro día, quedando la cita en su casa a las tres de la tarde, dando
tiempo a que Mario llegara del trabajo ya que su turno en el ingenio terminaba a las dos de la
tarde.

Pues así se hizo, Javier llegó a la casa de Mario a las dos cuarenta y cinco, tocó la puerta tres
veces y hasta creyó que no había nadie hasta que escuchó una voz a lo lejos. Era Carmen, la
esposa de Mario quien abrió la puerta y cuando vió a Javier lo saludó y lo invitó a pasar, se
sentaron y le ofreció un vaso de agua fresca de arroz. Estaban platicando muy amenamente
cuando Javier le preguntó a Carmen por Mario porque lo había invitado a comer y pensaba que
a lo mejor había llegado muy temprano. Cuando Carmen escuchó eso, se puso pálida y le pidió
a Javier que le repitiera lo que había dicho, por lo que Javier le repitió lo que había dicho y le
dijo a Carmen que si era molestia mejor se iba. Carmen no soportó más y soltó el llanto. Javier
sorprendido le dijo que mejor se iba porque él no iba a causar problemas, pero Carmen entre
sollozos le suplicó a Javier que no se fuera, que se quedara.

Cuando logro calmarse le dijo que le sorprendió lo que dijo porque Mario tenia ya ocho meses
de haber fallecido, su muerte había sido muy repentina pues había muerto de un infarto al
corazón mientras dormía. Al escuchar esto Javier se quedo mudó y se tiró a la silla en la que
había estado sentado, se quedó quieto y callado por unos segundos pues no podía asimilar que
había hablado con Mario una noche antes y que lo había saludado de mano, además de que
también platicó con él y que estaba seguro de que no lo había soñado.

Después de algunos minutos se despidió de Carmen y se fue a casa de sus papás a


comentarles lo acontecido, cuando los papás lo escucharon lo calmaron y le dijeron que a lo
mejor solo quería que supiera que se había muerto. Por la impresión Javier empezó a tener
pesadillas hasta que ofreció una misa en la memoria de Mario y visitó su tumba, en la que
cariñosamente dejó una ofrenda para su gran amigo fallecido. Aquí una muestra de que los que
se han adelantado a otro mundo no mueren. Viven mientras los sigamos recordando.

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EL TRAILERO
Fredy es un hombre de 42 años de oficio transportista -o trailero- como es mas común
llamarlos, ha dedicado 15 años de su vida a recorrer la república de norte a sur y de
este a oeste, y en sus múltiples viajes ha logrado conocer a muchas personas. Conoce
también usos y costumbres de los lugares a los que ha ido y que decir de la
gastronomía; ha estado en días importantes parado en una orilla carretera solo,
aguantando el frío, la lluvia y el viento, pero la carga siempre tiene que llegar a tiempo
para ser entregada a sus propietarios, esa es la vida de Fredy de todos los días.

Fredy cuenta que en una ocasión andando en la zona desértica de San Luís Potosí
donde es difícil encontrar seres humanos caminando, al dar vuelta en una curva vió a
un hombre que se encontraba parado en la orilla de la carretera, iba distraído por lo que
no logró pararse a tiempo para ver que se le ofrecía ya que era muy raro encontrar a
alguien en ese lugar y lo mas probable era que algo le habría pasado. Miró por el
retrovisor y lo vió allí parado, decidió pararse y echarse de reversa hasta donde se
encontraba el hombre, pero al llegar a ese lugar no había nadie. Se bajó y lo buscó
pero no lo encontró, entonces subió a su trailer y temblando de miedo por la impresión
se retiró lo mas rápido que pudo, cuando tuvo la oportunidad lo platicó con un
compañero y le dijo que lo mismo le había pasado a un primo de él en el mismo lugar.

Durante sus 15 años de trailero ha visto muchas cosas raras en la carretera, pero nada
como lo que continuación narraré.

Era el día 9 de mayo de 1998 cerca de las 7 de la tarde cuando circulaba por la
carretera libre a Ciudad Guzmán a la altura de las curvas de Beltrán, unos kilómetros
arriba de “El platanar”, se dirigía a entregar una carga a Nayarit, iba por la carretera
libre para ahorrarse la caseta de peaje de San Marcos como muchos lo hacen.

Transitaba muy tranquilamente por la carretera cuando dió vuelta a una curva cerrada y
al salir de la curva, vió a una pequeña niña de aproximadamente 8 años en el bordo de
la carretera haciendo señales de ayuda, pero como no pudo parase en ese lugar buscó
una orilla para estacionarse y no estorbar en el camino. Cuando logró estacionarse se
bajó del trailer y se dirigió hacia donde estaba la niña, le preguntó que era lo que tenia,
donde estaban sus padres, la niña se encontraba sangrando de una ceja además de
tener muchas raspaduras, como todavía había luz logro verla muy bien. La niña explicó
que habían tenido un accidente, sus papás y sus hermanitos estaban en el barranco
que no podían salir, pues estaba muy honda la barranca, sin decir mas Fredy le dijo que
se esperara allí, que no se moviera porque iba a pedir ayuda por el radio, fué al trailer y
tomó el radio pero no tenia frecuencia, entonces recordó que traía un celular y decidió
hablarle a su primo Pepe que era paramédico de la Cruz Roja de Ciudad Guzmán,
después de varios intentos logro la comunicación.

Después de unos segundos vió un carro Tsuru que pasaba por el lugar e hizo la seña
para que se pararan, así lo hicieron y se bajaron dos jóvenes del vehiculo y preguntaron
que era lo que pasaba, les contó de la niña y que ya había hablado a la Cruz Roja y
venían en camino, al regresar al lugar del accidente no encontraron a la niña, la
buscaron por los alrededores y no la encontraron.

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Minutos después llego Pepe abordo de una ambulancia y con la herramienta adecuada
bajaron a la barranca y encontraron un auto golf en color amarillo casi desbaratado por
las vueltas al momento de la caída, en éste encontraron a un hombre, una mujer, una
niña y un niño de mas o menos 3 años, se encontraban 3 de ellos en estado grave pero
concientes; el que tenia menos golpes era el niño ya que su hermanita lo había
protegido con su cuerpo para que no le pasara nada.

Comenzó la tarea de rescate y fueron subiendo uno por uno a los heridos, cuando
estuvieron los heridos en la ambulancia Pepe le pidió a Fredy que se acercara y le dijo
que le describiera a la niña, dijo que traía un vestido floreado en azul, tenia el pelo
suelto a los hombros y sangraba de una ceja. Pepe le pidió a Fredy que bajara, ya que
estuvo junto al auto, le dijo que viera la niña preguntando si era conocida para él, Fredy
palideció y dijo que era la niña que le había pedido ayuda pero que no entendía nada,
que alguien le explicara lo que pasaba. Cuando se hubo calmado, Pepe le explicó que
él como paramédico había visto cosas inexplicables, que tal vez el espíritu de la niña
había tomado forma para pedir ayuda porque el automóvil había quedado lejos de la
vista de los vehículos que circulaban por la carretera, que esta niña había muerto por
traumatismo craneoencefálico producido por los golpes que recibió al proteger a su
hermanito para que este no sufriera ningún daño. Cuando se termino el rescate, Fredy
habló con su jefe y le contó lo sucedido y pidió que enviara a alguien para que llevara la
carga a su destino, ya que el no podía manejar por la impresión que se había llevado.

Días después Fredy volvió a su trabajo donde recibió una tremenda regañada por
ahorrarse las casetas y prometió no volverlo a hacer pues la lección la había aprendido.
Por el periódico se entero que la niña recibía el nombre de Clarita y que era de Tuxpan,
Jal. y que ese día se dirigían a Tonila a ver a su abuelita por el día de las madres.
Según los expertos del tema de los espíritus aseguran que toman la forma humana que
un día tuvieron para comunicarse con los vivos.

Dedicado a todos los traileros de Quesería que se juegan la vida en la carretera sin
importar días festivos, el clima y los contratiempos, saben que siempre hay alguien que
los espera. También un profundo reconocimiento a todos aquellos que se dedican
también a salvar vidas, aún a costa de las propias.

EL ÁNIMA
Teresa, una chica de 22 años vivía con su mamá y sus 3 hermanos: Daniel, Francisco y
Carolina.

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Cuando Teresa tenía 16 años su mamá tuvo un accidente carretero por el cual quedó inválida.
Su papá al ver las complicaciones que esto ocasionaría a su vida sin pensarlo más huyó, como
el cobarde que era; dejando a la familia desamparada y sin un peso. Esto trajo como era de
esperarse problemas económicos, los integrantes de la familia se reunieron a platicar la
situación que no era nada fácil y llegaron a un acuerdo: Daniel y Teresa -que eran los mayores-
dejaron sus estudios para trabajar en lo que encontraran. Teresa encontró trabajo como
encargada de un videoclub, pero Daniel no tuvo la misma suerte y pasaron los días y la
situación en la familia empeoraba, entonces fue cuando Daniel decidió irse a los Estados
Unidos donde se encontraba un tío, hermano de su papá, y logró colocarse en un trabajo y la
situación económica de la familia comenzó a mejorar tanto que Teresa pudo combinar su
trabajo con la escuela.
Después de algún tiempo compraron un terreno en una de las colonias nuevas de Quesería,
poco a poco edificaron una casita sencilla pero ya de su propiedad. Su vida transcurría
normalmente, el periodo de clases estaba comenzando por lo que Francisco y Carolina se iban
el lunes por la mañana a Colima donde estudiaban y se quedaban toda la semana con una tía
que los hospedaba durante el periodo de clases. En uno de esos días que se quedaban Teresa
y su mamá a solas por la noche, llegó el momento de irse a dormir. Teresa ayudó a su mamá a
recostarse en la cama de su habitación; y cuando hubo terminado su labor ella también se
recostó en su cama, que se encontraba al otro lado de la habitación de su mamá.
Era una noche calurosa, por lo que Teresa se retiró su cobija y se durmió. Pasaron unas horas,
Teresa dormía plácidamente cuando fue despertada de forma muy abrupta por algo que la
inmovilizó de manos y piernas, además de sentir como el peso de una persona la mantenía
sujeta a la cama, además de no permitirle hablar y mucho menos gritar. Después de algunos
segundos que para ella parecieron horas de angustia, decidió rezar lo poco que recordaba en
ese momento tan misterioso, y cuando sintió que podía gritar comenzó a rezar en voz alta y fue
como su cuerpo se fue liberando del enorme peso que tenía encima de su cuerpo.
Asustada y temblando de miedo se levantó y prendió la luz pero no vió a nadie, así que corrió a
la habitación de su mamá y la vio dormida, optó por despertarla y contarle lo sucedido. Cuando
relató el suceso la mamá le confesó que a ella ya le había sucedido, pero que no había dicho
nada para que no se asustaran o tuvieran problemas para dormir. Le dijo que cuando sucede
eso las personas dicen que “se les subió el muerto” y que hay personas que son muy
perseguidas para eso. Le dijo además que por las noches le rezara al ánima que anda penando
para que encontrara la paz que necesitaba para que pudiera descansar en la otra vida.
Así lo hizo todas las noches, le hablaron a un sacerdote para la bendición de la casa y todo
quedó como una mala experiencia. Un ánima en pena es un alma que no puede descansar por
que en vida dejó algún asunto pendiente.

DESOBEDIENCIA
Carolina, una chiquilla de tan solo 15 años, se desempeñaba como estudiante de
secundaria. Era una jovencita berrinchuda, desobligada con sus tareas y para el colmo
desobediente con su mamá.

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Luz, su mamá, constantemente estaba en la dirección de la escuela recibiendo quejas de


Carolina, era un sufrir con esa niña ya que el único temor que tenía era Víctor, su papá y
con esto la atemorizaba Luz, con dar la queja al jefe de la familia, esta era la única forma de
que la incontrolable chiquilla se pusiera quieta por unos días, pero luego volvía a lo mismo.
En una ocasión Carolina fue castigada en el mes de septiembre cuando se celebra la
máxima festividad del pueblo. Claro que esto no iba a impedir que saliera al jardín con sus
amigas, días antes se había puesto de acuerdo con Julia y Adriana de que iría con ellas
aunque estuviera castigada, hasta les apostó el almuerzo del lunes a que ahí estaría
presente.
Eran las 10:05 de la noche del sábado cuando Caro, -como la llamaban-, supuestamente se
retiró a su cuarto a dormir. Cinco minutos después también se retiraron sus papas junto con
Enrique su hermanito.
Aprovechó entonces para salirse por la ventana de su cuarto que daba al patio y así poder
brincar una barda de 2 metros de altura y salir a la calle. Ya en la calle la incansable
muchacha echó a correr hacia la calle de las boyas, y no paró hasta llegar al jardín donde
ya la esperaban Julia y Adriana.
Ya en el jardín buscó con la mirada a sus amigas pero no las veía, en cambio descubrió
entre la gente a un chico delgado, alto, de tez blanca, cabellera no muy larga, como se
usaba en esa época de fines de los años ochentas. El joven llamaba tanto la atención que
era imposible dejar de mirarlo, así lo hacía disimuladamente y tal parecía que el joven
también la miraba de igual forma. El encanto fue roto por la voz de Julia que le dijo:
-¡Ya rato te esperábamos!
A lo que ella le contestó:
-No me podía escapar hasta que mis papás se durmieran.
Con la alegría que esperaban las fiestas para poder dar vueltas en el jardín y así ver a los
muchachos que daban la vuelta de lado contrario para poder verse a la pasada, Carolina
descubrió en una orilla del jardín junto a una banca, al joven que había visto al llegar a la
fiesta. Buscó su mirada sin mencionar nada a sus amigas pues temía que le hiciesen burla.
Llegadas las casi once de la noche Adriana y Julia se retiraron a sus casas, y Carolina
decidió quedarse a ver si encontraba a alguien conocido y no regresar a su casa sola, pues
en realidad no era tan valiente como presumía. Esperó unos minutos y no vio a nadie que
viviera para su barrio, así que estaba por irse cuando sintió que alguien se paraba junto a
ella; sintió una sensación algo extraña que la hizo voltear rápido, y ahí estaba ese joven
que había visto desde su llegada, parado junto a ella. El muchacho era muy atractivo, y ya
de cortito Carolina sintió que su cara cambiaba de color cuando el muchacho le dijo:
-¿Como estás, Caro?
Ella contestó muy extrañada:
-¿De donde me conoces?
El joven sonrió y dijo:

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-¿Quien no conoce a Carolina Cabrera, la niña mas famosa de la secundaria?


Antes de que ella siguiera con el interrogatorio, el joven dijo llamarse Felipe Guzmán y que
era de Ciudad Guzmán; y los dos rieron por la similitud de los apellidos. Agregó Felipe que
tenía unos tíos que vivían en el callejón viejo y que con ellos se quedaba cuando venía de
visita,
-¿Los conoces?- preguntó él.
Caro recordó y dijo:
-don Juan y doña Carmen ¿verdad?- el joven movió la cabeza afirmando.
Sintiéndose conocidos de toda una vida, los nuevos amigos continuaron con la plática hasta
que Carolina dijo:
-Tengo que irme.
Felipe muy amable se ofreció a llevarla, y a la muchacha no le quedó otro camino más que
aceptar porque era ya muy tarde.
En el camino a su casa platicaron de todo, llegando a la calle que cruza con las boyas
Carolina dijo a Felipe:
-Gracias por traerme, de aquí me voy sola.
Él no pregunto nada más y quedaron de verse en el jardín al día siguiente.
Cuando se aproximaba la hora de su cita secreta, sucedió lo mismo en la casa de Carolina,
llegó la hora de dormir y sus papás se despidieron para ir a descansar y ella hizo como que
dormía, repitió la operación del día anterior, solo que ahora se llevó una gran sorpresa al
brincar la barda. Su sorpresa fue mayúscula al voltear a la puerta de su casa y ver parado a
¡Felipe! Sorprendida la chiquilla le preguntó que como sabía donde vivía, Felipe sonriente le
dijo:
-Quien no sabe donde vive Carolina Cabrera; y los dos rieron.
Con rapidez bajaron hacia el jardín para evitar que sus papás los vieran, pues tremendo
regaño y castigo recibiría si se enteraban que se escapaba. El joven propuso sentarse en
una bardita que servía de banca, frente al lugar donde salía el bagazo del ingenio que era
el lugar que servía de resbaladilla a los niños. Para los dos nuevos amigos el tiempo
transcurría lentamente, se sentían tan conocidos que Felipe le obsequió una cadena con un
crucifijo, ella no lo aceptó, pero el joven insistió en que lo tomara y se lo pusiera, quedaron
entonces en verse en otra ocasión y el prometió buscarla, la acompañó hasta la puerta de
la casa y después de despedirse, Felipe caminó con rumbo desconocido.
El lunes al llegar a la escuela Caro fue recibida por sus amigas, enojadas pues las había
plantado y de castigo pagaría el almuerzo, a lo que la chiquilla dijo que valía la pena pues
les presumió la cadena y les platicó todo lo ocurrido, ellas quedaron boquiabiertas pues
nunca vieron al muchacho que ella decía y la juzgaron de mentirosa.
Dice el dicho que en pueblo chico el infierno es grande, y así es, no faltó quien fuera con el
chisme a casa de los Cabrera, se armó un problemón pues los señores eran muy

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conservadores y pusieron a Carolina en el sillón de los acusados y la hicieron decir toda la


verdad, fue entonces cuando doña Luz mandó a la muchacha a regresar la cadena a su
dueño y no quedando de otra, así lo hizo. Acompañada de sus amigas llegó hasta la casa
del callejón viejo donde vivían los tíos de Felipe y tocó la puerta, segundos después salió
don Juan:
-¿Que se les ofrece?, preguntó muy amablemente.
Carolina le dijo que si le podría dejar algo a su sobrino Felipe.
-¿Felipe? Preguntó don Juan, -¿mi sobrino? Reiteró.
La chiquilla le dijo que con ellos se quedaba cuando venia de visita y el domingo que lo
había visto le había regalado algo y quería regresárselo, pues su mamá la había regañado
y quería que lo regresara.
El hombre sorprendido llamó a su mujer y le repitió lo que la chiquilla decía, la señora
quedó sorprendida y con lagrimas en los ojos le dijo que eso no podía ser, pues Felipe
había muerto hacia 2 años en un accidente en la carretera pues el camión se había
desbarrancado a la altura de “el platanar” cuando venía a visitarlos a escondidas de su
mamá, pues como no tenía permiso el muchacho se había venido escondidas a las fiestas.
Dijo que esa cadena se la habían comprado ellos porque era como un hijo para los señores
porque no habían tenido descendencia.
Carolina quedó muy sorprendida ya que ella aseguraba haber estado con él, lo describió
físicamente y los tíos dijeron que así era Felipe. La vida de Carolina se transformó y sus
papás decían que era un ángel que se le había aparecido para que mejorara su vida. Por
un tiempo estuvo muy enferma, pues la impresión había sido muy grande.
Pasaron los años, Carolina se casó y ya tiene dos hijos adolescentes, cada vez que ve que
andan en malos pasos les cuenta su historia con el ángel, como ella le llamó desde el
momento en que su mamá así lo llamara. En ocasiones los jovencitos la ignoran y cuando
esto sucede ella les dice que hay muchas formas de aprender las lecciones, que cual
prefieren ellos.

En ocasiones la desobediencia se puede pagar muy cara y a veces no tiene solución

LA OUIJA
Eran los inicios del ciclo escolar de una escuela preparatoria y los jóvenes de nuevo
ingreso, nerviosos pero a la vez contentos de iniciar una nueva etapa de su vida como
estudiantes del nivel medio superior, los hacia sentir que habían dejado la adolescencia,
para convertirse en jóvenes con un alto nivel académico. Algunos de ellos habían
estudiado en la misma secundaria, otros venían de escuelas de otras comunidades, en
si la alegría era la misma.

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Pasados algunos días de iniciadas las clases, los jóvenes inquietos tuvieron una hora
de clases porque la maestra de historia no había llegado y esto fue bien aprovechado
por los alumnos que deseosos de ocuparse en algo comenzaron a contar chistes,
después de algunos momentos ya nadie quiso contar chistes y fue cuando Gladis, una
de las jovencitas de ese salón les dijo que era el momento de jugar a otra cosa mas
fuerte y se dirigió a su mochila; de entre sus cuadernos saco una bolsa negra con una
especie de tabla, retiró la bolsa y saco una tabla de forma rectangular con letras y
números y con una palabra en cada esquina que eran “si” y “no”, sacó también un
triangulo medio raro que colocó sobre la tabla que hasta ese momento desconocían
que era , con la curiosidad que caracteriza a los chamacos comenzó la lluvia de
preguntas, uno dijo que si era un juego de la oca, otro que si era una lotería o algo así,
pero sólo una joven de nombre Silvia y que era la mayor de todos sabía de lo que se
trataba: era una ouija y algunos habían escuchado hablar de ella pero nunca habían
visto una personalmente. Silvia al ver el asombro de sus compañeros les explicó que su
mamá decía que era diabólica y que no se debería de jugar con ella porque siempre las
dirige algún espíritu maligno. Esto asustó a los muchachos y hubo quienes
emprendieron la graciosa huida del salón de clases, pero como siempre suele suceder
hay uno que otro aventado que le gusta arriesgarse y se quedó. En su totalidad había
doce muchachos de un grupo de cuarenta y dos alumnos, entre ellos se encontraban
Gladis la dueña de la tabla, Silvia, Paco, Pedro, Lorena, Pablo, entre otros.
Gladis que era la mas aventada tomó el triangulo y lo colocó al centro de la tabla, luego
dijo en voz alta: -acaso Gerardo mi novio me pone los cuernos con Karla, el pequeño
triangulo se comenzó a mover por debajo de sus dedos y se fué hacia el extremo de la
tabla donde decía la palabra “si”, los allí presentes dijeron que había sido un truco
porque ella lo había movido, pero Gladis lo negó. Paco decidió tomar su turno y se
colocó en posición e hizo una pregunta en voz alta: –¿voy a reprobar el primer
examen?, Paco quedo boquiabierto cuando sintió moverse el triangulo y dirigirse a la
palabra “si”, asustado aventó el triangulito y se levantó rápido de la butaca ante el
asombro de los allí presentes. Algunos asustados, otros incrédulos pero Paco no los
pudo convencer de que era verdad que se movía solo el triangulo.
Como la mayoría decía que se habían puesto de acuerdo para jugarles una broma
solicitaron a Pablo -que era un muchacho muy serio y bien portado- se sentara y los
sacara de la duda, obviamente Pablo con la timidez que lo caracterizaba no quiso
aceptar, pero ante tanta insistencia les dió gusto y se sentó, tomo el conductor y apenas
puso los dedos cuando este se movió hacia la letra “v” luego se dirigió a la letra “e” y así
continuo señalando letras hasta que formo la palabra “vete”, Pablo asustado se paró
rápidamente y les dijo que solo se había movido, lo convencieron de intentarlo de nuevo
y casi lo sentaron a la fuerza. Lo mismo sucedió ahora la palabra era “fuera”, todos se
espantaron porque no sabían que era lo que pasaba hasta que Pablo todo hecho un
manojo de nervios sintió tanto calor que desabrocho su camisa y se dejo ver la imagen
de Nuestra Señora de Guadalupe, todos en ese momento palidecieron y comprendieron
porque el conductor de la tabla formaba esas palabras, todos estaban tan asustados
que no supieron a que hora entró uno de los profesores y al preguntarles lo que hacían
todos gritaron asustados, el profesor al ver de lo que se trataba los reprendió y le
ordenó a Gladis no volver a llevar ese tipo de cosas a la escuela, la joven aprendió la
lección, llegando a su casa la tabla fue quemada y nunca mas se volvió a hablar del
asunto.

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Hay personas que afirman no poderse deshacerse de ella y sienten que no pueden
dejarla de usar, hay quienes la han tirado a la basura y regresa a su lado hasta que se
quema. Esto sucedió en agosto de 1991, y de las cosas que se preguntaron si eran
ciertas -a Gladis la engañaba el novio y Paco reprobó el examen- y como era una
condición de sus papás lo sacaron de la escuela, ya que era un muchacho que
desaprovechaba las oportunidades que siempre tuvo; ahora vive en U. S. A. Gladis
también se casó y vive en la ciudad de Colima. Pablo está casado y asegura que cada
vez que recuerda el suceso se le eriza la piel.
No se debe de jugar con nuestro destino ya que todos lo construimos día con día, es
mejor dejárselo a nuestro Padre Dios y que el tiempo lo decida por nosotros, o ¿no lo
crees así?

TABACO
Manuel era un hombre muy extraño, en el pueblo era mejor conocido como “tabaco”.
Hombre de estatura media, físicamente era muy delgado, usaba barba alargada muy descuidada, su
vestimenta era muy estrafalaria ya que usaba un pantalón amarrado con un pedazo de ixtle, playera,
en ocasiones arrevesada, su calzado eran unas botas de trabajo maltratadas y sin cintillas, usaba un
accesorio muy poco usual ya que nadie en el pueblo usaba algo así, se trataba de una gabardina
grisácea larga que no dejaba ni a sol ni a sombra, para complementar su ajuar traía consigo un
costal muy parecido al que usan para envasar el azúcar en el ingenio, era su herramienta de trabajo
de la cual ni para dormir se desprendía.

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Su día comenzaba muy temprano: se levantaba y buscaba a ver quien le daba un taco como él
decía, había quienes lo condicionaban dándole un pequeño trabajo para que se ganara la comida
del día, se le veía en algunas tiendas limpiando cebollas, o barriendo las calles.
Tabaco tenía el carácter un tanto disparejo y los que aprovechaban ese detalle eran los chiquillos del
pueblo, ya que sabían que se enojaba si le gritaban cosas y los correteaba, se veía el chiquillero por
todos lados porque cuando se enojaba agarraba lo que tenia mas cerca de la mano y no le
importaba si golpeaba a alguien aunque siempre pagaban justos por pecadores.
Su inseparable costal fungía como almohada ya que donde le agarraba el sueño no había cama
mala, se le veía acostado en una banca de el jardín, en cualquier banqueta de las calles del pueblo,
ya por las noches se iba a dormir en alguna casa abandonada o afuera de alguna casa, una de las
casas que usaba para dormir esta en la zona denominada el triangulito ya que estaba en
construcción y era muy fácil meterse en ella.
Su hora favorita era la salida de los chamacos de la escuela, ya que sabia que de seguro pelearían
con el gritándole alguna majadería y ya traía el parque preparado en el costal (piedras de todos
tamaños). Eso era todos los días mientras duró en el pueblo que fueron bastantes años. La gente
siempre se preguntaba lo que contenía el costal que el buen Manuel cuidaba tanto, su contenido era
algo extraño ya que cargaba consigo siempre su cobija, alguna ropa y de seguro muchos, pero
muchos recuerdos.
La vida de tabaco siempre fue un misterio para todo el pueblo pues se escuchaban muchas
versiones:
· había quien aseguraba que Manuel era un hombre muy rico que se iba a casar en la ciudad
de México y que la novia se había escapado con otro hombre, esto lo enloqueció y fue como
llego aquí con unas personas del pueblo.
· se decía también que Manuel había sido un militar en la ciudad de Guadalajara y que por
eso usaba esa gabardina tan extravagante.
· comentaba la gente también que venia de la ciudad de Colima buscando a la mujer que lo
había abandonado y al no encontrarla enloqueció quedándose en el pueblo.
Un buen día tabaco desapareció, la gente comenzó a notar su ausencia, la chiquillada ya no lo
encontraba para hacerlo enojar y que él los apedreara, no se le veía en las bancas del jardín, esto
desató la lluvia de suposiciones que la gente hacia al respecto.
Por su ausencia se decía que habían venido sus familiares por él y que estaba en un hospital
psiquiátrico en la ciudad de Guadalajara, los niños decían que los marcianos lo habían secuestrado
por peleonero; en sí eran muchas las suposiciones y pocas las respuestas. Hubo quien dijo haberlo
visto como todo un hombre de mundo vestido elegantemente y ya recuperado de su supuesta
locura. Desde su desaparición a principios de la década de los noventas todo es un misterio,
convirtiéndose en un hombre mitológico, como pocos personajes han existido en el pueblo de
Quesería y que la gente sigue recordando con cariño.

AMOR ETERNO
El día 15 de junio del año de 1985 fue una fecha muy memorable para Juan José y
Margarita, ya que ese día contrajeron nupcias. La misa se efectuó como sucedía en
todas las demás bodas del pueblo: hubo lágrimas, risas, recuerdos y fotos -unas
cuantas- ya que eran de clase humilde y sus familias se habían cooperado para
organizar todo, la fiesta fue en casa de los papás de Margarita, en el patio se pusieron
mesas, sillas y para ambientar un tocadiscos.
La novia estaba preciosa vestía su vestido blanco, un velo largo, largo y su corona de
azahares, hacía juego con un collar de perlas que había sido regalo de su madre.

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Julia, amiga de Margarita, le preguntó si creía lo que decían de las perlas: “dicen que si
usas perlas el día de tu boda llorarás siempre”. Ella le contestó que en todos los
matrimonios había lágrimas, pero que el de ella sería muy diferente, y para
demostrárselo le dijo que siempre usaría ese collar.
Como era de suponerse no hubo viaje de bodas, así que se dedicaron a arreglar la
casita que habían rentado con las pocas pertenencias con las que contaban. Quedó
muy sencilla pero adornada y con tanto amor que no importaba mucho.
Ese día margarita hizo prometer a Juanjo que si ella llegara a morir él no se volvería a
casar, él lo tomó a broma y le dijo que no pensara eso, que tenía tantos años por
delante, a lo que ella le dijo que no era broma, y que ella prometía que si él fallecía
nunca mas se casaría, así que a Juanjo no le quedó otra mas que la de prometer lo
mismo.
Era el mes de agosto del año de 1993, la pareja vivía muy feliz con sus dos hijos, Diana
y Juanito de 7 y 5 años de edad. Todo era normal, por las mañanas Margarita llevaba a
sus pequeños a la escuela y de ahí se iba a su trabajo de afanadora de una oficina
pública en la ciudad de Colima, no volvía sino hasta las 7 de la tarde a atender a sus
hijos y a su esposo con todo el amor que solo una madre puede dar a su familia.
Como todos los días Margarita se fue a sus actividades cotidianas, solo que este día
era diferente. Ya no regresó a su casa a atender a sus hijos y a su marido, el cruel
destino le tenía preparada la peor de las sorpresas: su muerte. Todo ocurrió cuando
abordó el camión de regreso a Quesería, los sorprendió una fuerte neblina a la altura de
“El Cóbano” y el chofer perdió el control y cayó a un pequeño barranco en donde
perdieron la vida varias personas de otras comunidades.
Eran ya las 10:30 de la noche y no regresaba, así que Juanjo salió a buscarla, y fue
cuando se enteró del accidente por los vecinos que lo comentaban, muy nervioso pidió
a las autoridades que vieran si su esposa estaba en el camión, minutos después le
confirmaron la desgarradora noticia.
Los funerales se llevaron a cabo en la casa de los papás de Margarita justo en donde
años antes habían celebrado su boda, estaba casi todo el pueblo, como sucede cada
vez que hay este tipo de desgracias y se veía la solidaridad de los habitantes de
Quesería; llevaban lo que podían: azúcar, galletas y hasta mezcal.
El entierro, como todos, era bastante triste por los niños tan pequeños que había
dejado.
Juanjo se hizo cargo de los niños, los quehaceres de la casa y de las tareas de la
escuela, pero como era de esperarse, una mujer cuando enviuda saca todo adelante
sola, pero un hombre se siente atrapado, eso le pasó a él y no tardo en buscar una
mujer para rehacer su vida nuevamente.
Pasado un tiempo tuvieron una niña, hija de él y su nueva pareja, lo cual desplazó a los
anteriores que comenzaron a hacer a un lado en todos los aspectos, los niños sufrían
mucho debido a los malos tratos de su nueva mamá que en vez de protegerlos los
regañaba.
La tristeza de los niños era muy notoria ya que cada vez que eran reprendidos, la niña
pedía llorando a su mamá que la llevara con ella al cielo pues decía que su papito no la
quería.

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LEYENDAS DE QUESERIA

Un día Dianita, despertó muy contenta diciéndole a su papá que había visto a su mamá,
que estaba iluminada y que le cantaba una canción de Cri-cri, a Juanjo no le sorprendió
pues a esa edad los niños fantaseaban mucho, así que no le hizo mucho caso. Dianita
pidió a su papá le peinara trencitas en el cabello como lo hacía su mamá antes de ir a la
escuela, pero él le dijo que no sabía como se hacían y la niña se puso muy triste.
El nuevo día llegó y al despertar a Dianita, ésta sonrió y le dijo a su papa:
-Papito vino mi mamá y me hizo trenzas, mira.
Al verla peinada le dijo que quien la había peinado y ella dijo:
-Mamita me peinó.
Esto ya era algo extraño así que le preguntó a su esposa que si ella la había peinado,
ella lo negó y Juanjo comenzó a creer que tal vez era cierto y se estremeció de nervios.
Unos días después la niña despertó riendo a carcajadas, Juan José se acercó a la
cama de la niña y al verlo ella le dijo:
–Mira lo que me trajo mi mamá.
Palideció el hombre ya que entre las manos la niña tenia el collar de perlas que
Margarita había usado siempre y que traía puesto el día del accidente y que nunca lo
habían vuelto a ver, pues muchas cosas no las habían entregado los de la policía;
comprendió entonces que no había cumplido su promesa de no volverse a casar y
éstas eran unas pruebas del error que había cometido al no cumplir su promesa,
además que comprendió que les había hecho mucho daño a sus hijos, por su cobardía
a enfrentar la vida solo. Pidió perdón a Margarita por no haber cumplido. A su esposa le
pidió tratar mejor a los dos niños a lo que ella prometió ser una madre para ellos, esta
promesa se hizo en la tumba de Margarita, donde vuelven cada año a rezar cada día de
las madres.
Nunca prometas lo que no estés seguro que vas a cumplir por que lo puedes
pagar muy caro.

LAS CUEVAS DE EL ANTIGUO RASTRO


En el año de 1978 Víctor era un adolescente curioso e inquieto como todos los de su
edad. Estando con su amigo Manuel jugando en la calle a las canicas, escucharon a un
señor de avanzada edad que por allí pasaba platicando a su pequeño nieto sobre una
historia fantástica, sobre un tesoro que se encontraba escondido en las cuevas del
antiguo rastro, esto sorprendió a los adolescentes. Mostrándose interesados detuvieron
el paso del señor y le preguntaron si eso que decía era cierto, el hombre al ver la
curiosidad con la que preguntaban les dijo que era cierto lo que decía y los invitó a
sentarse en la banqueta para narrarles la historia.
Siendo él muy joven se lanzó a la aventura con un compadre a recorrer la barranca y
aprovecharon la ocasión para cazar algo para la cena. Ya eran pasadas las 9 de la
noche cuando lograron cazar un armadillo y contentos con la presa, se disponían a

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LEYENDAS DE QUESERIA

retirarse cuando entre la oscuridad se escucharon unas voces dentro de una cueva de
mas o menos 2 metros y medio de alto, no la distinguían muy bien ya que estaba algo
tapada con la maleza, poco a poco las voces se escuchaban mas cercanas a ellos, así
que decidieron esconderse para ver de qué y quienes se trataba.
La luna estaba llena, así que con la claridad que daba vieron a dos hombres salir de la
cueva muy misteriosos, estos hombres eran conocidos en el pueblo y los alrededores
como delincuentes ya que lo mismo se robaban una vaca que asaltaban a toda persona
que se les ponía enfrente.
Cuando vieron que se retiraban los ladrones, los dos compadres se aseguraron de que
nadie los viera para entrar a averiguar que era lo que escondían esos dos maleantes.
Con mucha precaución y temerosos de que aquellos hombres volvieran y los
encontraran adentro, caminaron rápidamente adentro de la cueva alumbrándose con un
cerillo prendido; entre un montón de piedras descubrieron una caja de madera de
tamaño regular, pero cuando se acercaron para ver que era lo que contenía la
misteriosa caja escucharon las mismas voces de los hombres que habían estado en la
cueva, y con el miedo reflejado en el rostro los dos compadres se escondieron en una
pequeña abertura que tenía la cueva.
Cuando los maleantes estaban junto a la caja conversaban sobre el tesoro que le
habían robado al dueño de la hacienda de “la malquerida”, en el estado de Jalisco,
tesoro que habían estado guardando por mucho tiempo y que ya era la hora de
venderlo. Asegurando con llave la caja de madera, se retiraron y dijeron que al otro día
regresarían por el.
Los compadres salieron de su escondite y planearon la forma de llevarse el tesoro para
regresarlo a las autoridades del pueblo, pero como era mucho y muy pesado,
decidieron irse y dar parte a las autoridades para que ellas lo recogieran. Ya en el
pueblo los compadres hablaron con el comisario y quedaron que al amanecer irían a
recogerlo para regresarlo a su dueño.
El comisario acompañado de varios hombres bajó a la barranca y con la ayuda de sus
informantes dieron con la cueva y entraron, encontrando a los dos hombres dormidos
en el suelo. Cuando se vieron descubiertos intentaron huir pero los policías dispararon
e hirieron a uno de ellos y mataron al otro, y el delincuente que quedó vivo juró que se
vengaría de todos ellos.
En su confesión el ladrón dijo que había más tesoros enterrados en la cueva, pero que
nadie los encontraría ya que quien intentara sacarlos no saldría vivo de allí porque la
cueva estaba maldita. Pasó el tiempo y la gente seguía mencionando el suceso, así que
sobraba quien se hiciera el valiente y tratara de entrar a la cueva pero decían que había
una fuerza sobrenatural que se los impedía, hubo quienes decían haber logrado entrar
y visto tres entradas: una chiquita de 1 metro de altura, otra de 1 metro y medio y la
última y la mas grande de mas o menos 5 metros de alto por 4 metros de ancho. Había
personas que decían que la cueva grande llevaba hacia dentro de las instalaciones del
ingenio y que en tiempos pasados se utilizaba para tirar desechos del mismo.
En la actualidad los adolescentes curiosos que escucharon la historia de las cuevas
dicen haber entrado por curiosidad y verificar lo que en realidad se encuentra allí. Dicen
que llegando se siente una sensación de frío, además de que les falta el oxigeno y las
lámparas se les apagaban, aseguran haber encontrado las cuevas de adentro tal y

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como el señor se los había contado; cuando decidieron entrar a la mas grande de las
tres dicen haber sufrido de falta de oxigeno y sentir un frío muy extraño que impedía
que sus cuerpos se movieran con facilidad, el miedo los paralizó y optaron por salir del
lugar y no volvieron nunca.
La ubicación de estas cuevas es en la calle Pedro Moreno, a un costado del antiguo
rastro.

PRUEBA DE FE......

Anita es una joven de 16 años, toda su vida la había pasado viviendo en el puerto de
Manzanillo y un buen día decidió irse a vivir al pueblo de Quesería, donde vivía la
familia de su mamá. Ya con algunos días en Quesería decidió poner en orden sus ideas
y entra a trabajar en un comercio donde se vendían cócteles de frutas. Era una chica
muy alegre y amiguera, además de muy inteligente para los negocios.
Su vida transcurría normalmente hasta un buen día de octubre conoció a Pedro de 20
años que era el hijo de la dueña del negocio donde trabajaba, rápido se hicieron novios
y más pronto de lo que esperaba su ahora familia, decidió fugarse con él a Cuauhtemoc
donde vivía el joven. Se dedicaban a atender una frutería que habían puesto ellos con
sus ahorros, meses después nació su primer hijo llamado Oswaldo, 2 años después
nació su hija Lupita.

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LEYENDAS DE QUESERIA

Era una familia muy feliz: tenían lo necesario para vivir, los niños ya tenían 9 y 7 años
así que decidieron que era tiempo de agrandar la familia. Con la ilusión de la llegada del
nuevo bebé, en la casa de ésta familia se preparaba todo para la recepción de la niña
que Dios les había concedido.
El día del alumbramiento llegó, todo era alegría a pesar de lo temprano que era, pero
no todo podría ser tan feliz para esta familia pues la desgracia se hacia presente: a
pocas horas le dieron la noticia a Pedro de que la niña había nacido perfecta, pero
tiempo después le avisaron que su esposa había tenido unas complicaciones con algo
que ellos no explicaban, siendo ya muy tarde comenzó Pedro a llamar a la familia de
Anita, pues la situación era muy grave y corría el riesgo de muerte.
Estando ya la familia junta se les comunicó que Anita estaba en estado inconsciente y
corría el riesgo de morir o si acaso vivía podría tener el resto de su vida problemas con
el funcionamiento de su cuerpo. Lorena, tía de Anita y que vivía en Quesería, cuando
llegó a su casa se postró ante la imagen de la Virgen de Guadalupe y le pidió por la
salud de su sobrina Anita, pues solo un verdadero milagro podría salvarla.
Todos los días Lorena antes de salir al hospital pedía a la Virgen por la salud de Anita
pidiéndole que si ella quería que viviera la dejara sana y sin secuelas, pero también
pedía que si ella quería llevársela consigo no la hiciera sufrir más. Estos fueron los
ruegos de Lorena al salir de su casa por la mañana y al llegar del hospital por la noche,
lentamente transcurrieron siete días llenos de angustia para toda la familia hasta que se
les aviso el triste aunque esperado desenlace: Anita había fallecido.
Como pasa en todas las familias hubo muchas lágrimas y mucha tristeza por los niños
que se habían quedado sin su mamá, pues eran muy pequeños. Los funerales se
llevaron a cabo en Cuauhtemoc, donde vivía desde que se había casado. La tristeza y
el coraje invadían a Lorena pues ella aseguraba que había habido negligencia en el
hospital, sin poder hacer nada mas por Anita, pidió una fotografía de su sobrina para
ponerla junto al féretro y la gente la recordara como ella era, entonces Pedro le dió una
foto donde se encontraban los dos y que año y medio atrás les había tomado Lorena en
una fiesta familiar que se hizo en conocido restaurante de la ciudad de Colima. Lorena
la sostuvo en sus manos y exclamó frente a su mamá y su hermana, mama de Anita:
-¡mira que alegre era y como nos la regresaron!, fue un momento de mucho dolor pues
todas las personas allí presentes la quisieron ver para recordarla. La fotografía volvió a
las manos de Lorena que se dispuso a colgarla en la pared, fué entonces que observó
algo extraño en la fotografía que minutos antes no había notado nadie, la quitó de la
pared y observó como se hacía más clara una pequeña manchita que tenía la
fotografía; cuando logró ver bien de lo que se trataba observó lo que creía era la
imagen de la Virgen de Guadalupe, su sorpresa era tan grande que gritando pedía la
presencia de su mamá para que la sacara de sus dudas, la imagen fue vista por los allí
presentes, era algo maravilloso, Lorena lo entendió como la respuesta que ella tanto le
había pedido a la Virgen. La imagen sigue en la fotografía, en los archivos de la
computadora donde se almacenaron las fotografías y en los discos que se grabaron
para la impresión de las mismas.
Tiempo después fueron a investigar si la imagen estaba en el árbol del restaurante
donde fue tomada la foto, pero se encontraron con la sorpresa que existe en la corteza
del tronco la mancha, aunque por ningún ángulo volvió a presentarse la imagen tal cual
apareció en la foto tomada un año atrás.

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La imagen a la que se le pedía por la salud de Anita se encuentra en la calle Vicente


Guerrero 2, de aquí de Quesería.
En nuestros pensamientos vivirás por siempre, querida Toñilla.

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