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Plan nacional de salud

Visión
En Guatemala, en el año 2020 todas y todos los guatemaltecos, en las diferentes etapas
del ciclo de vida, tienen acceso equitativo a servicios de salud integrales e integrados,
con un enfoque humano, de calidad y pertinencia cultural a través de una efectiva
coordinación interinstitucional e intersectorial. 

Misión
Garantizar el ejercicio del derecho a la salud de las y los habitantes del país, ejerciendo
la rectoría del sector salud a través de la conducción, coordinación, y regulación de la
prestación de servicios de salud, y control del financiamiento y administración de los
recursos, orientados al trato humano para la promoción de la salud, prevención de la
enfermedad, recuperación y rehabilitación de las personas, con calidad, pertinencia
cultural y en condiciones de equidad.

Grandes desafíos
 
Repensar y Rediseñar el modelo de atención, para garantizar un sistema de salud mas
incluyente, democrático y solidario en la nación Guatemalteca. Esto implica para el
Ministerio de Salud:

 Retomar y ganarse el verdadero ejercicio de la rectoría frente al sector salud.

 Contar con una fuerza laboral de salud preparada para los cambios

 Propiciar el diseño e implementación de una prestación de servicios universal pero


diferenciada, que promueve la participación, el respeto a las culturas y la
diversidad.

 Garantizar que los recursos son administrados descentralizadamente, en donde la


participación de toda la sociedad es fundamental.

¿Cómo hacerlo?
 
1. Incorporándonos y participando activamente en la discusión de las diferentes
iniciativas e instancias que en la actualidad  piensan el nuevo modelo de salud de la
Nación. Tomando en cuenta que llegamos tarde, pero eso no implica dejar de pensar
en  que debemos ser y seremos los líderes en este proceso.
 
2. Elaborando, reproduciendo, divulgando e implementando él ?Plan Nacional para la
salud de guatemaltecas y guatemaltecos?, que contiene:

 Un marco de políticas vistas como la parte ideológica y de intenciones del


Ministerio de Salud. 

 El plan estratégico nacional para la salud de las y los guatemaltecos, que define
metas, periodos y momentos de implementación. 

 Un plan de acción prioritario para la salud de las y los guatemaltecos de la


administración actual.

 Y planes locales de salud de cada uno de los departamentos del país.

Desarrollo humano en Guatemala


La Convención Americana señala en su preámbulo que "sólo puede realizarse
el ideal del ser humano libre, exento del temor y de la miseria, si se crean
condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos económicos,
sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y políticos".

Asimismo, en el Preámbulo del Protocolo de San Salvador se ha señalado que


la estrecha relación que existe entre la vigencia de los derechos económicos,
sociales y culturales y la de los derechos civiles y políticos, por cuanto las
diferentes categorías de derechos constituyen un todo indisoluble que
encuentran su base en el reconocimiento de la dignidad de la persona humana,
por lo cual exigen una tutela y promoción permanente con el objeto de lograr
su vigencia plena, sin que jamás pueda justificarse la violación de unos en aras
de la realización de otros.

Un análisis de la situación de los derechos, económicos, sociales y culturales


en Guatemala hoy en día, necesita ser visualizada desde una perspectiva
histórica para poder entender tanto los avances y problemas presentes, como
los desafíos futuros. En este sentido, nos remitiremos a las conclusiones de la
Comisión de Esclarecimiento Histórico, quien sobre el particular señaló:
….concluye que la estructura y la naturaleza de las relaciones económicas,
culturales y sociales en Guatemala han sido profundamente excluyentes,
antagónicas y conflictivas, reflejo de su historia colonial

El carácter antidemocrático de la tradición política guatemalteca tiene sus


raíces en una estructura económica caracterizada por la concentración en
pocas manos de los bienes productivos, sentando con ello las bases de un
régimen de exclusiones múltiples, a las que se sumaron los elementos de una
cultura racista, que es a su vez la expresión más profunda de un sistema de
relaciones violentas y deshumanizadoras. El Estado se fue articulando
paulatinamente como un instrumento para salvaguardar esa estructura,
garantizando la persistencia de la exclusión y la injusticia.

La ausencia de una política social eficaz por parte del Estado, con excepción
de la época que abarca 1944 hasta 1955, acentuó una dinámica histórica
excluyente. En muchos casos las políticas estatales durante el período reciente
propiciaron las desigualdades o, como mínimo, su endémica debilidad
institucional permitió que éstas se exacerbaran. Como muestra, durante los
veinte años de mayor crecimiento económico en Guatemala (1960-1980), el
gasto social del Estado fue el menos de Centroamérica y la carga tributaria fue
a su vez la más baja.

Por su mismo carácter excluyente el Estado fue incapaz de lograr un consenso


social en torno a un proyecto de nación que pudiera aglutinar al conjunto de la
población. Concomitantemente renunció a su papel de mediador entre los
intereses sociales y económicos divergentes, abriendo un vació que facilitó la
confrontación directa entre los sectores afectados..

Quedo así conformado un círculo vicioso donde la injusticia social provocó


protesta y luego inestabilidad política, que permanentemente sólo tuvo dos
respuestas: represión o golpe militar. Frente a movimientos que proponían
reivindicaciones económicas, políticas, sociales o culturales, el Estado
recurrió crecientemente a la violencia y el terror para mantener el control
social. En este sentido la violencia política fue una expresión directa de la
violencia estructural de la sociedad.

fenómenos coincidentes como la injusticia estructural, el cierre de los espacios


políticos, el racismo, la profundización de una institucionalidad excluyente y
antidemocrática, así como la renuencia a impulsar reformas sustantivas que
pudieran haber reducido los conflictos estructurales, constituyen los factores
que determinaron en un sentido profundo el origen y ulterior estallido del
enfrentamiento armado.

Como consecuencia de la situación descrita, en donde la gran mayoría de la


sociedad guatemalteca se ha visto históricamente postergada del desarrollo
económico, en los acuerdos de paz de 1996, se firmó el Acuerdo sobre
Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria. En este Acuerdo se señaló:
“Que una paz firme y duradera debe cimentarse sobre un desarrollo
socioeconómico orientado al bien común que responda a las necesidades de
toda la población. Que ello es necesario para superar las situaciones de
pobreza, extrema pobreza, discriminación y marginación social que han
obstaculizado y distorsionado el desarrollo social, económico, cultural y
político del país, y han constituido fuente de conflicto e inestabilidad”.

La Comisión en el presente Informe analizará únicamente algunos de los


derechos sociales, culturales y económicos establecidos en el “Protocolo
Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Protocolo de San Salvador”.
Este análisis lo hará a la luz de lo establecido en el “Protocolo de San
Salvador” y lo señalado en el Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y
Situación Agraria. Asimismo, se tratará de tomar siempre en consideración lo
referente a la población indígena, ya que esta representa más del 50% de la
población y a su vez lo que diga relación a las áreas rurales, atendido que el
Estado guatemalteco es esencialmente rural, en donde alrededor del 60% de la
población vive en estas áreas y su principal fuente de divisas proviene de las
mismas. Dentro de este contexto, la Comisión analizará en primer mención el
Índice de Desarrollo Humano en Guatemala desde una perspectiva comparada.
Luego se analizará la situación de la salud y educación. Posteriormente se hará
mención al denominado Pacto Fiscal como una de las herramientas
fundamentales para lograr un desarrollo social sostenible en Guatemala. Por
último, se formularan conclusiones y recomendaciones.

Consideraciones generales
El 6 de Octubre de 2000, el Estado guatemalteco depósito en la Secretaría
General de la Organización de Estados Americanos su ratificación al
“Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos
en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Protocolo de San
Salvador”. La Comisión valora esta iniciativa del Estado guatemalteco y
espera que el “Protocolo de San Salvador” logre una vigencia efectiva y sirva
para promover y alcanzar una mayor justicia social en Guatemala.

Guatemala muestra la segunda más desigual distribución del ingreso del


hemisferio, en donde el 20 % más rico de la población consume el 63% de los
ingresos totales en cambio el 20 % más pobre consume solamente el 2.1 % de
los ingresos totales. El 39.8% de la población gana menos de un dólar diario.
Se estime que el 57% vive bajo la línea de la pobreza.

Un desarrollo sostenido de la economía es fundamental para la inversión


pública y el logro de las metas sociales. Consciente de la importancia de esto
en el Acuerdo Socioeconómico, se reconoció que “el crecimiento acelerado
del país es necesario para la generación de empleos y su desarrollo social.” En
este sentido, el Gobierno se comprometió en los acuerdos de paz a adoptar
políticas económicas tendientes a alcanzar un crecimiento sostenido del
producto interno bruto (PIB) a una tasa no menor del 6% anual con el objeto
de desarrollar una política social avanzada. El crecimiento del producto
interno bruto desde los años 1997 a 2000 en Guatemala ha sido de: 1997,
4,3%; 1998, 5.1%; 1999, 3.6%; 2000, 3.6% (estimado).

De los datos anteriores podemos apreciar que en 1997 y 1998 la economía


guatemalteca registró tasas de crecimiento acorde con las metas señaladas en
los acuerdos de paz. Este aumento en el crecimiento se debió básicamente a un
aumento en la inversión pública y a los avances en la estabilidad
macroeconómica. Sin embargo, podemos apreciar que en el año 1999 y las
estimaciones para el 2000 están muy por debajo de la meta del 6%, lo cual
significa una menor generación de empleos e ingresos para la población.

Índice de desarrollo humano


El Estado guatemalteco en el año 2000 fue catalogado en cuanto a su IDH en
el lugar 120 de un total de 174 países. Esto coloca a Guatemala, después de
Haití con segundo IDH más bajo del hemisferio. En lo que se refiere al
índice del desarrollo humano dentro de las diferentes regiones geográficas de
Guatemala, la Región Metropolitana (departamento de Guatemala) es la que
tiene un mayor IDH. En contrapartida las regiones Norte y Noroccidente, con
mayores proporciones de población indígena, presentan los índices más
desfavorables. En este sentido, el ingreso de la región metropolitana pasó a ser
equivalente a 1.6 veces la media nacional en 1989 a 2,1 veces la media en
1994, para luego mantenerse a un nivel 2.0 veces mayor en 1998. En
contraste, la región noroccidental, la de menos ingresos, que pasó de tener un
ingreso equivalente a poco más de la mitad de la media nacional en 1989 (0.6
veces la media) a cerca de la mitad en 1994 (0.5 veces la media) y a menos de
la mitad en 1998

Educación
El Protocolo de San Salvador establece en su artículo 13 las siguientes
disposiciones concernientes al derecho a la educación:

 Toda persona tiene derecho a la educación.

Los Estados partes en el presente Protocolo convienen en que la educación


deberá orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y del
sentido de su dignidad y deberá fortalecer el respeto por los derechos
humanos, el pluralismo ideológico, las libertades fundamentales, la justicia y
la paz. Convienen, asimismo, en que la educación debe capacitar a todas las
personas para participar efectivamente en una sociedad democrática y
pluralista, lograr una subsistencia digna, favorecer la comprensión, la
tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos raciales,
étnicos o religiosos y promover las actividades en favor del mantenimiento de
la paz.

Los Estados partes en el presente Protocolo reconocen que, con objeto de


lograr el pleno ejercicio del derecho a la educación:

 La enseñanza primaria debe ser obligatoria y asequible a todos


gratuitamente;

 La enseñanza secundaria en sus diferentes formas, incluso la


enseñanza secundaria técnica y profesional, debe ser generalizada y
hacerse accesible a todos, por cuantos medios sean apropiados, y en
particular por la implantación progresiva de la enseñanza gratuita.

 La enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos,


sobre la base de la capacidad de cada uno, por cuantos medios sean
apropiados y, en particular, por la implantación progresiva de la
enseñanza gratuita.
 Se deberá fomentar o intensificar, en la medida de lo posible, la
educación básica para aquellas personas que no hayan recibido o
terminado el ciclo completo de instrucción primaria;

 Se deberán establecer programas de enseñanza diferenciada para los


minusválidos a fin de proporcionar una especial instrucción y
formación a personas con impedimentos físicos o deficiencias
mentales.

 Conforme con la legislación interna de los Estados partes, los padres


tendrán derecho a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus
hijos, siempre que ella se adecue a los principios enunciados
precedentemente

Nada de lo dispuesto en este Protocolo se interpretará como una restricción de


la libertad de los particulares y entidades para establecer y dirigir instituciones
de enseñanza, de acuerdo con la legislación interna de los Estados partes.

En la historia guatemalteca la educación nunca fue un área prioritaria de


preocupación por parte del Estado. Los ingresos del producto interno bruto
destinado a educación siempre fueron mínimos, históricamente los más bajos
de la región centroamericana.[20] Asimismo, el acceso a la educación se ha
caracterizado por ser excluyente para los sectores más pobres y en las áreas
rurales. “Según proyecciones basadas en los últimos datos censales, para 1998
el 61% de los hombres y el 67% de las mujeres mayores de 7 años tenían un
nivel de escolaridad inferior a tres años de primaria, y cerca de un 30% de los
hombres y un 40% de las mujeres nunca asistieron a la escuela.”[21] El
Instituto Nacional de Estadísticas (INE) estima que el promedio de escolaridad
en Guatemala es de sólo 2.3 años.

En el Acuerdo Socioeconómico se hace especial mención a la educación y se


indica que esta cumple un papel fundamental para el desarrollo económico,
cultural, social y político del Estado guatemalteco. En los acuerdos de paz el
Gobierno se comprometió a “aumentar significativamente los recursos
destinados a educación. Como mínimo el Gobierno se propone incrementar,
para el año 2000, el gasto público ejecutado en educación en relación con el
PIB.

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