Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
584008137.toxicomania y Psicosis1 PDF
584008137.toxicomania y Psicosis1 PDF
584008137.toxicomania y Psicosis1 PDF
Fabián A. Naparstek
W r ! Y \ b í l O ')
3. Lacan, ].: "Clausura de las jom adas de carteles de la EEP", 1975, inédito.
4. Laurent, E.: "Tres observaciones sobre la toxicomanía", en Sujeto, goce y mo
dernidad II, Buenos Aires, Atuel/TyA, 1994, págs. 15-21. -
5. Ibid, pág. 17.
f
Qué nos está queriendo decir Miller aquí: que en esta primera
época de Lacan quedaba muy bien definido lo que era del signifi
cante y lo que finalmente era del goce; como dos lugares aparte.
Miller (se verifica en todo el texto, yo extraigo esta parte) propone
que esta bipartición sirvió en ese momento. Se ve muy bien en la
clínica el límite que imponía este modo de diagnóstico diferencial.
Es decir, que quedaba limitado a lo que en El seminario 3 está ubi
cado como trastorno del lenguaje, que está muy acentuado por La
can eh ese momento. Se ve claro en el ejemplo de marrana donde di
ce que hasta que no apareció el fenómeno elemental no pudo con
cluir que se trataba de una psicosis. Sin embargo, a partir de esta se
gunda clínica empezamos a encontrarjenóm enos mucho más suti
les, diferentes de la alucinación verbal, por ejemplo. Hay que decir
lo, no hizo falta que viniera Lacan para que.digamos que alguien
que tiene una alucinación verbal es una psicosis; es algo que ya sa
bían los psiquiatras. Lo que sí aisló de una manera fantástica es la
estructura que la subyace. Pero finalmente con la primera clínica de
Lacan teníamos una clínica que iba directamente a los trastornos
del lenguaje, entendidos como neologismos/ alucinaciones verba
les, etc. Y a partir de esta última clínica de Lacan, el ejemplo funda
mental -aunque vamos a ver si podemos abordar otros casos clíni-
Psicosis ordinarias y toxicomanías
r
46 El p sico a n á lisis a p lica d o a las to xico m an ía s
Y empieza a describir:
Y concluye:
Por cierto, que esta clínica de ninguna manera barre con la dis
tinción psicosis-neurosis, aunque sea más dificultoso con el deber
que tenemos como psicoanalistas de la orientación lacaniana de ha
cer un diagnóstico diferencial. Es parte de nuestra labor y no hay
que ceder en eso. Pero sí muestra cómo se amplía el campo de las
psicosis y cómo muchos sujetos que antes los metíamos en el cam
po de las neurosis, con esta concepción aparecen del lado de las psi
cosis. Y hay muchos datos clínicos que dan cuenta de esto. Eric
Laurent ya estaba interesado en estos problemas desde hace tiem
po. En un libro que se llama Estabilizaciones en ¡as psicosis, del año
1987, en el artículo "Los límites de la psicosis" relata el caso de un
paciente al que durante diez años se lo trató como un neurótico, se
lo interpretó, se lo hizo ir al diván, y resistió diez años de análisis.
Por una contingencia de la vida, y no necesariamente por el análi
Acá utiliza dos términos en francés que son débil y fuerte, pero
también son como una suerte de caña y roble. En un caso es mírame
y no me toques y cualquier cosa la tira abajo, aunque tiene la flexibi
lidad de la caña. En el otro caso, si bien es muy fuerte -fuerte como
un roble-, cuándo uno lé pega un hachazo se parte al medio. Está ha
blando de aquella psicosis que cuando se la toca en un punto se par
te al medio y de otra que es débil, pero que tiene mucha movilidad,
tiene la plasticidad de hacer estos enganches y desenganches. Bueno,
para finalizar resumo subrayando dos cosas. En primer lugar, cómo
la tesis central con la que nos manejamos durante años no sirve para
la clínica de la psicosis, e incluyo allí a la psicosis ordinaria. La tesis
de la ruptura nos ha sido de mucha utilidad en al campo de la toxi
comanía para la neurosis, pero demuestra a las claras sus limitacio
nes. Por otro lado, y como ya dijimos, cada vez más nos encontramos
con sujetos psicóticos que se presentan como toxicómanos. Creo que
muchos de ellos responden a la descripción de las así llamadas psico
sis ordinarias y de las monomanías nombradas por Eric Laurent. Se ve
que tenemos un camino por delante a recorrer. Lo que hasta aquí les
presenté no es más que un puntapié inicial para pensar las conse
cuencias de nuestra clínica con toxicómanos.
12. ídem.