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Marina Cesar Sisson - Ceylan
Marina Cesar Sisson - Ceylan
Ceilán, actual Sri Lanka, es una isla de poco más de 65 mil kilómetros cuadrados,
al sur de la India. De acuerdo con la Doctrina Secreta, es una de las tierras más
antiguas del planeta, pues HPB dice que ya formaba parte del antiguo continente
al que se le dio el nombre de Lemuria (SD, II, p. 324), y que apenas esta isla y una
parte de lo que hoy es Africa sobraron de lo que era la Atlántida (SD, II, p. 314).
Así, Ceilán debe traer consigo los más antiguos registros de la humanidad.
“...que ella luego verificó ser lo que se denomina ‘chela’, o alumno de los Maestros
o adeptos de la ciencia oculta oriental. Los tres peregrinos del misticismo fueron,
vía del Cabo, para Ceilán y, después de eso, en un velero, para Bombay donde,
por lo que yo deduje de las fechas, deben haber llegado casi al final de 1852.”
(Incidentes, p. 66)
El segundo viaje del que se tiene registro de Madame a la isla fue en 1880,
acompañada de Olcott y Damodar. Esta visita ya era requerida hace mucho
tiempo, tanto por la comunidad laica de la isla, como por los principales monjes
budistas, representados principalmente por U. Sumangala y M. Gunananda, un
monje que era famoso en la isla como orador.
Sumangala era el sacerdote-jefe del templo que queda al pie del Pico Adam, que
es el punto más elevado de Ceilán, con 2.243 m. Para todos los efectos prácticos,
era considerado como el Jefe del Budismo del sur en pleno. (CW III, p. 531). HPB
da a entender que Sumangala estaba en contacto con los Adeptos, pues después
de la visita de 1880 ella escribe:
El encuentro entre los dos Fundadores y Sumangala había sido hecho a través de
J.M.Peebles, un escritor y viajante americano que estaba en Ceilán en 1874,
cuando Sumangala organizó un debate entre misioneros cristianos y el monje
Gunananda. Peebles mostró a Olcott y a HPB un reportaje sobre el
acontecimiento. Quien relata como los hechos se desarrollaron es Anagarika
Dharmapala, que después se tornó mundialmente famoso por su trabajo por el
Budismo
Dharmapala cuenta que, aunque tuviese apenas diez años en esta época,
recuerda como, por tres días, el debate movilizó centenas de personas venidas de
todas las partes de la isla. Olcott y Madame escribirán a Sumangala y Gunananda
que “en beneficio de la fraternidad universal, ellos habían acabado de fundar una
sociedad inspirada por filosofías orientales, y que ellos irían a Ceilán para ayudar
a los budistas” (Caldwell, p. 117). HPB también envió al monje Gunananda los dos
volúmenes de Isis, como un presente. (Gomes, p. 201) Las cartas de Olcott y HPB
fueron traducidas al inglés y ampliamente distribuídas. Anagarika cuenta que al
leer estas cartas:
“Mi corazón sintió afecto hacia estos dos extranjeros, tan distantes y aún así tan
solidarios, y decidí que, cuando ellos viniesen a Ceilán, yo me uniría a ellos. Ellos
realmente vinieron a Colombo algunos años más tarde, cuando yo tenía dieciséis
años. (...) Yo me acuerdo de ir a saludarlos. En el momento en que toqué sus
manos, yo me sentí lleno de alegría. El deseo por la fraternidad universal, por
todas las cosas que ellos querían para la humanidad, tocó una cuerda receptiva
dentro de mi.” (Caldwell, p. 117)
“Estoy hoy aquí para expresar mi más profunda simpatía, yo debería decir, mi más
profunda alianza a la causa teosófica, simplemente porque ella me llevó a respetar
mi propia religión. (...) Ellos dijeron: Estudie su propia religión, no ofenda la
religión de los otros, e intente encontrar la verdad: pero lleve una vida pura.”
(Gomes, p. 17)
“...que ella hubiese previsto alguno de los muchos eventos dolorosos que le
acontecieron a través de amigos traidores o de enemigos maliciosos. Si ella lo
hizo, nunca lo contó, ni a mi, ni a cualquier otra persona que yo tenga
conocimiento.” (ODL II, p. 155).
Llegada a Ceilán
Ellos llegaron a Colombo, capital de Ceilán, en la mañana del 16 de mayo, donde
Gunananda y otros monjes del monasterio de Sumangala vinieron a recibirlos.
Antes del amanecer del día 17, llegaron a Galle, donde fueron recibidos con gran
pompa, lo que demuestra la importancia que les estaban atribuyendo. Llevados
por un barco todo adornado con gajos de árboles y flores, junto con los dirigentes
budistas locales, ellos pasaron por cordones de barcos pesqueros ataviados con
paños vistosos y, a lo largo de la playa, una multitud los saludaba agitando
banderas en señal de bienvenida. Una gran agitación tomó cuenta de la isla, pues
ellos eran los primeros “blancos” que admiraban el Budismo, en flagrante
contraste con los misioneros cristianos. (ODL II, p. 165). Tres sacerdotes-jefes los
recibieron, bendiciéndolos y recitando versos en Pali.
Es interesante notar cómo, en esta época, HPB era bastante liberal en las
demostraciones de los fenómenos psíquicos, los cuales aún eran un gran
elemento de atracción de las personas de la ST. Después ellos fueros retirados de
escena pues, como dice el Maestro KH: “No son fenómenos físicos que jamás
traerán convicción a los corazones de los que no creen en la ‘Fraternidad’, pero sí
fenómenos de intelectualidad, filosofía y lógica...” (MLcr., p. 147; ML-35)
El día 25 de mayo, en Galle, HPB y Olcott declararán el pansil –palabra Pali para
pancha sila o los cinco preceptos de compasión, honestidad, pureza, sinceridad y
temperancia, en una ceremonia oficiada por el venerable Bulatgama, siendo
entonces formalmente reconocidos como budistas. En esta ceremonia, el
sacerdote recita los “Cinco Preceptos” y los “Tres Refugios” en Pali, siendo
repetidos por los candidatos y presentes. Relata Olcott:
Esta calurosa recepción debe haber ayudado a HPB a enfrentar los duros días
que seguirían. Llegando a Adyar, ella y Olcott se despreocuparían. Ella quería ir a
la justicia contra los Coulombs, pero él no concordaba. Un comité especialmente
designado para discutir esta cuestión decidió que ella no debería entrar en la
justicia contra sus difamadores. Entre otras razones porque, especialmente para
los miembros hindúes, los nombres de los Maestros no podrían ser asociados a
una cosa tan mundana. A HPB no le gustó esta decisión, pero la acató. Poco
tiempo después, el 31 de marzo de 1885, muy enferma, ella partió para Europa,
nunca más retornando a la India.
En 1890, en una circular a los miembros indios, ella revela porque fue que hizo un
voto de nunca más volver a Adyar, ya que la fragilidad de su salud era apenas una
disculpa, pues “Aquellos que me salvaron de la muerte en Adyar, y más de dos
veces desde entonces, podrían tan fácilmente mantenerme viva allá como Ellos lo
hacen aquí.” (CW XII, p. 157). La verdadera razón era que, en Adyar, el espíritu
de devoción a los Maestros y el coraje de proclamarlos estaban cada vez mas
reducidos, y también el comportamiento que los dirigentes en Adyar habían tenido,
decidiendo que ella no se defendería judicialmente de las acusaciones y
difamaciones que sufría. Ella escribe:
En esta época Madame estaba muy nerviosa, pues era acusada por la prensa de
aventurera inescrupulosa y de espía rusa. Hume escribió un artículo defendiéndola
y, con esta actitud, el Maestro M. se sintió en deuda con él, agradecido por lo que
él hiciera para auxiliar a HPB. Para el Maestro, una deuda de gratitud era algo
sagrado. Así, el intenta aclarar un mal entendido que había ocurrido entre él,
Sinnett y Madame:
“Yo estaba allá, respetados Sahibs, y puedo repetir cada palabra de lo que ella
dijo: “¿Qué es esto?... Lo que usted anduvo haciendo o diciéndole a KH” -ella
gritó, en su acostumbrada manera excitada y nerviosa, al Sr. Sinnett, que estaba
solo en el cuarto- “que M., (nombrándome) esté tan enojado, al punto de decirme
que me prepare para irme y establecer nuestra sede en Ceilán?” – fueron las
primeras palabras que ella dijo, así mostrando que ella no sabía nada con certeza,
menos todavía que se le había dicho, y simplemente conjeturó de lo que yo le
había dicho. Y lo que yo había dicho fue, sencillamente, que ella haría mejor en
prepararse para lo peor y para establecerse en Ceilán, que hacer de si misma una
tonta, tanto asombro a cada carta que le era entregada para enviar a KH; que a
menos que ella aprendiese a controlarse mejor de lo que hacía, yo pondría fin a
este asunto...” (MLcr., p. 88, ML-29)
Esta afirmación de HPB es corroborada por Maji, aquella yoguina que, como
citamos en el Informativo HPB n° 2, Madame, Olcott y Damodar habían
encontrado en Benares, en 1879. Maji, que tenía poderes psíquicos, decía que el
Gurú de ella era el mismo que el de Madame, y que el había nacido en Punjab,
pero “generalmente vivía en la parte del sur de la India y, especialmente, en
Ceilán. El tiene cerca de 300 años y tiene un compañero más o menos de la
misma edad, no obstante ambos no aparentan mas de cuarenta. En pocos siglos
el entrará en el cuerpo de un ‘Kshatriya’ (la casta de guerreros) y hará algunas
grandes obras por la India”. (Eek, p. 38). Damodar cuenta en una carta para
Judge, que cierta vez el Maestro KH (simbolizado por ‘¿’) lo llevó a un cierto local
en Ceilán. Por sus descripciones, queda claro que esto ocurrió en 1880, en el viaje
con HPB y Olcott. El dice que una noche, cuando se preparaba para dormir, el
maestro KH apareció en sus aposentos y lo condujo a un local que parecía una
pequeña isla.
“En el tope de la construcción había una luz triangular. A la distancia, una persona
en la orilla del mar pensaría que es un lugar aislado que estaba todo cubierto por
arbustos verdes. Era apenas una entrada. Y nadie lo puede encontrar, a no ser
que el ocupante desee que la persona halle el camino. Después de llegar a la isla,
tuvimos que dar una vuelta por unos cinco minutos, antes de llegar al frente de un
verdadero predio. Allí, en un pequeño jardín en el frente, encontramos uno de los
Hermanos sentado. Yo lo había visto antes en la sala del Consejo, y es a él que
este lugar pertenece. ‘¿’ se sentó al lado y yo quedé de pie en frente de ellos.
Estuvimos allí cerca de media hora. Me mostraron una parte del local. Qué
agradable es! Y dentro de este local hay una especie de pequeño cuarto donde el
cuerpo queda cuando el Espíritu anda por ahí. Qué sitio tan encantador y
fascinante! Qué agradable perfume de rosas y de varios tipos de flores! Desearía
que me fuese permitido visitar aquel lugar nuevamente si yo fuese a Ceilán en otra
ocasión.” (Eek, p. 56)
“En mi última carta yo le omití mencionar los otros dos lugares a los cuales fui
llevado antes de este último que le mencione en mi carta. Pero, como no estoy
autorizado a describirlos, me abstendré de hacerlo por el momento, hasta que me
sea permitido. Apenas diré que uno de ellos está cerca de Colombo, una casa
privada de ¿ y el otro próximo a Kandy, una biblioteca.” (Eek, p. 57)