- La escuela primaria en el siglo XIX no se diferenciaba, en cuestión de esquema
a la actual si bien la afluencia era mucha más baja, llegando a existir un fenómeno de aulas vacías, los contenidos se centraban en preparar al estudiante para una vida moralizada y permitirle encajar en una sociedad altamente religiosa. Formando una uniformidad cultural enfocada en el fortalecimiento de la nueva nación. 2.- El rol del preceptor era la de un actual profesor, con una figura fortalecida, el primer ciudadano, enfocado a guiar a los futuros ciudadanos. No solo impartía los contenidos, podía también impartir castigos de forma física o psicológica para el fin de civilizar a los estudiantes. El visitador cumplía con la misión de supervisar a los preceptores y a los colegios, para que estos siguieran las normas correctas y siempre la figura del preceptor fuese un ejemplo. 3.- El texto menciona que el colegio en algunas ocasiones cumplía como juez de barrio, yendo a consultar o pedir castigo para sus hijos, sin embargo en otras ocasiones los maltratos del preceptor también encendían las quejas de los padres. Cual fuera el caso, la escuela recibía una mucho mayor autoridad y podía establecerse sobre temas que hoy se le asocian solamente al hogar. 4.- Los golpes, los reglazos, sentadillas, coscorrones, etc. Son actividades que fueron indispensables en las escuelas del siglo XIX, pero que hoy de realizarse alguna desencadenaría incluso en alegatos judiciales, las mayores medidas punitivas que hoy se hacen sentir no tienen relación l castigo físico y un poco más alejado al psicológico, las anotaciones, citaciones o expulsiones han terminado por asentarse en la educación. 5.- Principalmente las concepciones ideológicas determinantes a la hora de decir el que y el cómo de la enseñanza, tomándole casi una década e incluso hasta hoy, para determinar temáticas de religiosidad o ciencias por ejemplo. También el incluir a la escuela dentro del colectivo social, entregándole importancia para aumentar la escolaridad. 6.- En la ordenanza #0768 ratificada el 21 de abril 2017, con relación a los derechos de niños y niñas trans; entrega las normativas para el apoyo y la adecuada educación, inserción y aceptación de niños bajo esta condición, entablando sus derechos dentro del sistema educativo, respetando su naturaleza humana en concordancia con los derechos humanos. En este caso es difícil correlacionar directamente a la educación del siglo XIX parámetros educativos, sin embargo es posible entablar desde los hechos; siendo la carta de los derechos humanos aun no concebida, el carácter moralizador que tenía la escuela y el pudor religioso existente en conjunto a sus normativas de vestimenta y actitudes que la educación estaba a siglos de normalizar una realidad impropia de la época, no por su inexistencia, sino por la Invisibilización bajo la cual cayó en un sistema altamente cerrado y correctivo, en el cual cualquier atisbo siquiera de desorientación sexual seria altamente castigada.