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TÉCNICAS Y MEDIOS ARTÍSTICOS

Cubiertas arquitectónicas: la bóveda

Ilustración 1 Distintas bóvedas cubriendo la Catedral de Soissons, Francia © Stan Parry Photography

Una bóveda es una estructura arqueada que cumple una función: cubrir un
espacio entre dos apoyos para así poder formar el techo o la cubierta de un
edificio. ¿Cómo se forma? Por la rotación de un arco, por su propio
desplazamiento a lo largo de un eje o por la intersección de varios arcos o dos
bóvedas de la misma flecha. Los precedentes las arquitecturas megalíticas pero
son denominadas falsas bóvedas o bóvedas de aproximación de hiladas, como se
muestra en la Cueva del Romeral, de Antequera, Málaga.

Ilustración 2 Falsa cúpula en la Cueva del Romeral, Antequera, Málaga © Rutas por Extremadura
Elementos de la bóveda
Las partes que componen una bóveda son prácticamente las mismas que componen
un arco, aunque de la bóveda no se puede olvidar ni su muro frontal, pues es el que
cierra la propia bóveda en sus partes abiertas o frentes, ni su luneto, la abertura
practicada en la bóveda por otra bóveda que intersecciona con ella. De todos modos
se facilitan dos imágenes que muestran los elementos constructivos de ambas
estructuras.

Ilustración 3 Elementos constructivos de una bóveda

Ilustración 4 Elementos del arco


Tipos de bóvedas
Conociendo ya sus elementos, seguidamente se definen de forma breve una serie de
bóvedas reducidas en dos grupos: las de sección semicircular y las de nervios.
Bóvedas de sección semicircular
La Bóveda de cañón se genera por el desplazamiento de un arco de medio punto a
través de un eje longitudinal. Y, si el arco desplazado es apuntado, la bóveda se
conoce comoBóveda de cañón apuntada. Lo mismo ocurre con el arco peraltado,
dando nombre a la bóveda de cañón peraltada. Esta bóveda de cañón aparece por
primera vez durante las primeras grandes civilizaciones, mostrando unos arcos más
profundos de lo habitual, más tridemensionales. Roma la emplea, como muestran las
estancias laterales de la Basílicade Majencio, y ya en época románica el uso es
sistemático.

Ilustración 5 Bóveda de cañón apuntada (cisterciense), con arcos fajones en el Monasterio de Fontenay © Jean-
Christophe Benoist

Mención especial tiene la bóveda anular, es decir, aquella bóveda de cañón que
cierra un espacio entre muros circulares y concéntricos. Esta bóveda, al ser curva,
cubregirolas/deambulatorios. La Bóveda de Arista es aquella que se origina por
la intersección de dos bóvedas perpendiculares de cañón de la misma flecha y
diámetro. Cada una contrarresta el empuje de la otra, cubriendo así espacios de
planta cuadrada. Es la intersección, que crea cuatro aristas, la que da nombre a la
bóveda. En Roma supieron advertir que con su uso podían abrir grandes espacios y
que podían emplearla hasta el infinito.
Ilustración 6 Bóvedas de arista de las termas de Diocleciano transformada en iglesia por Miguel Ángel, interior de
la iglesia de Santa María degli Angeli e dei Martiri © Bgabel

Resumiendo: en la conocida como Alta y Plena Edad Media se emplea


estas bóvedas, que sustituyen las cubiertas de madera, evitando el riesgo de
incendios. Estas bóvedas de piedra, resistentes al fuego, las vemos sobre gruesos
muros y pilares con columnas adosadas. La bóveda de cañón, semicilíndrica, se
encontrará reforzada por arcos fajones, que son los que dividen en tramos la
bóveda y que descargan su peso sobre los pilares. Éstos, a su vez, estarán enlazados
por arcos paralelos al eje longitudinal de la nave, y son los que se conocen
como arcos formeros. Por otra parte, la bóveda de arista se origina por la
intersección de dos de cañón.

Ilustración 7 Distintos tipos de bóvedas


Bóvedas por nervios

-Bóveda de crucería
Los arquitectos, los maestros, al estudiar la bóveda de arista, comprendieron que
podían cubrir espacios con bóvedas de crucería. Apreciaron poder construir
liberando los muros. Surge así lo que se entiende como arquitectura gótica. ¿Cómo
lo consiguieron? Materializando lo espiritual, es decir, empleando un nuevo sistema
constructivo basado en el arco apuntado u ojival, la bóveda de ojivas y
el arbotante. De esta forma consiguieron levantar estructuras más esbeltas, más
ligeras. Así, gracias a las estructuras que trabajaban a tracción y no a compresión,
lograron unos espacios diáfanos, es decir, amplios e iluminados. Con esto de que las
bóvedas góticas no actúan a compresión se quiere decir que no se apoyan en los
muros sino que dirigen sus empujes a ciertos puntos que los recogen (en
el románico, el peso de los abovedamientos se repartía a lo largo de los muros
portantes).

Ilustración 8 Bóveda de crucería de la basílica de Notre Dame de l’Epine, Francia © Vassil

Este tipo de innovación técnica se consigue gracias a la bóveda de crucería


(nervada u ojival), conformada por dos nervios que se cruzan (dos arcos
apuntados) y entre los que se añade la plementería (materiales que llenan el
espacio entre dichos nervios) para cubrir un espacio cuadrangular. Los nervios, lo
que permiten, es llevar el peso de la bóveda al suelo apoyándose en pilares o
columnas adosadas. Este entramado de nervios, arcos y soportes constituyen un
armazón tridemensional y unitario sobre el que descansan las bóvedas y es,
además, el esqueleto que da forma a los tramos de las naves (central o laterales), y
que pueden ser repetidos de manera seriada hasta el infinito.
Ilustración 9 Bóvedas de la catedral de Soissons, Francia © Stan Parry Photography

Distintos tipos de bóvedas de crucería:

Se conoce como bóveda de crucería sexpartita aquella a la que se le ha añadido un


tercer nervio transversal (típico del primer gótico francés).

Ilustración 10 Bóveda de crucería sexpartita, Catedral de Laon, Francia © Mattis


Se llama bóveda de terceletes cuando más nervios parten de un mismo punto.

Ilustración 11 Bóveda de crucería con hiladas circulares y terceletes de la Iglesia de San Miguel, Jerez de la
Frontera, Cádiz © José Luis Filpo Cabana

Bóveda estrellada cuando los nervios secundarios se multiplican dando lugar a


claves secundarias.

Ilustración 12 Bóveda estrellada, Catedral de Sevilla © Pom²

Por último, se le llama bóveda de abanico o palmeada cuando los nervios


parten de un mismo apoyo y se abren en forma de abanico (característica de la
arquitectura gótica inglesa).

Ilustración 13 Bóveda de abanico, Abadía de Bath, Inglaterra © Steve Cadman


-Bóvedas actuales
Los nuevos materiales surgidos en el siglo XIX consiguen crear bóvedas de acero
que sirven como soportes, como marcos, de paneles de cristal. Pero ya no son
estructurales sino decorativas. Un buen ejemplo se encuentra en la Bóveda del
Palacio de Cristal de Londres.

Ilustración 14 Planta y sección del Crystal Palace de Joseph Paxton, Londres, 1851

Bibliografía Consultada
(2011) ALEGRE CARVAJAL, E., Cubiertas arquitectónicas: bóvedas. Técnicas y
Medios Artísticos. UNED, Madrid

(2008) MORALES GÓMEZ, A., Diccionario visual de términos arquitectónicos.


Cátedra, Madrid

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