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NO LO HE PASADO TAN MAL

Empiezo a estar cansado

de diferir y ser por ello señalado,

como si el resto no lo hiciera

sólo porque compartan el margen.

Empiezo a estar ya cansado

de estar donde no quiero estar.

De asumir cierta parte de locura

por no hacer algo

que, al resto, parece inquietarle;

Incluso lo paladean.

Empiezo a estar muy cansado.

Y es esquivo el reposo en la batalla

cuando el guerrero ha de pelear

siguiendo las normas

que marcan una derrota segura.

Empiezo a estar ya cansado

de no disfrutar cuando tú lo pretendes,

cuando es nuestro sentir diferente.

Y me da por pensar si con la mía

se podría también corregir

vuestra locura.

Aparecer engalanado,

besar a la novia,

estrechar manos que no me tienden,


fotografiar lo que a la fuerza es recuerdo

y deciros a gritos justo antes de los postres

que os creo a todos locos

por venir de tan buen humor

a otro enlace de Paco y Ana.

Que estáis todos locos

y que no entiendo por qué

os aburren los versos,

qué veis tan malo en la reflexión

para huirla como a un padre que intimida.

Levantarme y brindar diciendo:

Por favor, haced por aislaros una vez al mes

para leer, para pensar, para estar, para sentir,

para descubrir cuáles son vuestros errores

y evitar así relamerse cuando otro los comete.

Entonces me diréis ya en la pista de baile

que estoy loco. Y quizá algo tocado.

Os miro con cierta mirada vidriosa que da

el alcohol y las bodas y pienso

que es sólo el miedo quien os guía,

y que si hicierais caso una sola vez,

nos faltarían bodas para asistir

y podríais, por fin, disfrutar

de una vida infeliz y verdadera.

Pero clarea y sigo bailando, y río,

río con fuerza para haceros saber


que aunque esté loco

y deteste vuestro comportamiento

que termina siendo el mío, seguiré

acudiendo puntual a la siguiente boda.

Porque ha amanecido,

porque tengo miedo

y porque, a fin de cuentas,

una vez más, no lo he pasado del todo mal.

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