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Carlos y Juanito

Había una vez, un niño que se llamaba Carlos, él tenía 10 años, de cabellos
castaños y ojos verdes. Él vivía en Carabayllo con sus padres; Sin embargo sus
padres trabajan en la Miraflores. De lunes a viernes viajaban con el Metropolitano
y la madre todas las mañanas dejaba a Carlos en el Colegio n° 7001 “Andrés
Bello”. A pesar de la lejanía Carlos es puntual para llegar a su colegio.

En el colegio n° 7001 Andrés Bello los profesores enseñaban valores entre todos
los estudiantes que provenían de diferente zonas del Perú. Carlos estaba en el
Quinto grado .El licenciado Portugal, era su maestros desde el primer grado. El
siempre enseñaba la tolerancia y el respeto frente a las diferencias de los demás.

Un día, en la escuela, Carlos se encontró, con un nuevo compañero de clases,


muy bajito de tez oscura y de ojos negros. Recién había llegado de la sierra, su
nombre era Juanito. La madre de Juanito era empleada de unos diplomáticos
Franceses. Durante la primera semana Juanito hablaba muy poco y siempre se
iba solo al trabajo de su mamá.

El día que el profesor de Educación Física organizo equipos para jugar futbol
Juanito demostró ser un gran pelotero como el futbolista peruano “Cueva”.
Carlos al ver como sus compañeros y amigos se acercaban a felicitarlo por que
logro cinco goles para su equipo, sintió una envidia porque él era considerado el
Paolo Guerrero del Colegio y había visto que Juanito era un rival muy peligroso
para él. Por eso aquel día al terminar el juego, Carlos reunió a sus amigos y le
dijo que Juanito no era igual que ellos, porque era un cholo; que había oído que
las personas de la sierra huelen mal , considerados delincuentes y que era muy
peligroso juntarse con los cholos. Entonces, nadie quiso jugar con Juanito
durante el recreo porque tenían miedo de Carlos no les dejará jugar futbol en su
equipo. Mientras todos jugaban y gritaban de contentos Juanito estaba triste,
por lo que se fue a una esquina de la escuela para llorar sin que nadie lo viera
teniendo como testigo a los árboles y los pájaros.
El licenciado Portugal se había percatado que Carlos estaba actuando mal en
contra de los valores que él había enseñado a sus estudiantes. Por lo que muy
inteligente hablo con la madre de Carlos .Ella muy avergonzada prometió que
conversaría con su hijo Carlos. Ese mismo día, por la noche la Madre muy
cariñosa pregunto a Carlos sobre el niño nuevo que había llegado al colegio.
Entonces él conto a su Madre que había llegado un niño cholo y que jugaba muy
bien con la pelota. La madre le respondió: ¡Que buena oportunidad de conocer
a otro compañero de otro lugar ! ¿Debe ser tan buen jugador, que has permitido
que la envidia entre a tu corazón? ¿Aun no entiendo porque te expresas con
rencor hacia un nuevo compañero? No olvides que ante los ojos de Dios todos
somos iguales porque en cada corazón existe el amor que nos une como seres
humanos .Acaso te has olvidado que tu padre ha nacido en la sierra y además
tus abuelos son de Ayacucho. Porque has hablado así de Juanito. No
comprendes que el futbol es un trabajo de equipo y sería muy importante para
tu equipo que Juanito sea un integrante y con el seguro ganaran muchas
medallas. También has olvidado que tu padre hace poco estuvo en la cárcel por
luchar por los derechos de los campesinos, para que seamos todos iguales y
estemos unidos. Gracias a los medios de comunicación y a los diplomáticos
franceses, tu padre ya está libre. Ahora el presidente del Perú ha comprendido
que los campesinos también tienen derechos igual que los demás. No por hablar
de otra manera o tener costumbres distintas a los demás deban ser
discriminados los hombres y mujeres de la sierra.

Carlos comprendió el mensaje de sus madre y se sintió mal, pero se dijo a sí


mismo, mañana les diré a mis compañeros que todos somos iguales. Carlos se
fue a la cama, sintiéndose mal por haber dicho que los niños de la sierra no eran
iguales y que eran malos. Carlos se fue quedando dormido y empezó a soñar y
soñar….

Ahora vivía en otro lugar, lucía un poncho colorido y ojotas en sus pies, entonces
conmovido pregunto en que pueblo Vivian y le respondieron que se llamaba
Puno . Su padre era negro y su madre china. Observaba como unos blancos
azotaban a los indios y su corazón se agitaba de pánico porque se decía así
mismo que hice. Yo trate mal ahora a Juanito, ahora a mí también me trataran
mal, creyendo que pasaría penurias se desmayó .De repente su madre se le
acercó y le dijo: -levántate Carlos o llegaras tarde a la escuela. Se quedó mirando
a su madre recordando la conversación de la noche anterior. Comprendiendo
que había sido un sueño en se momento entendió lo mal que había actuado con
Juanito.

En el desayuno, Carlos no se cansaba de decir “Todos somos todos iguales”.


Contando a sus padres el sueño tan extraño que había tenido. Entonces ellos le
dijeron. –bueno hijo, tú ya sabes que debes de hacer con respeto a Juanito.
Además debes mirar la diferencia de los demás como una oportunidad de
aprendizaje . Es muy interesante conocer personas con otras costumbres e
ideas para enriquecer el conocimiento y valores que uno tiene, de esa manera
se logrará mejorar la convivencia.

Cuando llegaron a la escuela, Juanito estaba en una esquina con la mirada


triste, en eso llegaron todos los niños de la escuela, porque ya Carlos les había
contado la verdad y el sueño de la noche anterior. Entre todos le pidieron perdón
por su comportamiento además lo nombraron capitán de equipo.

Todos los niños y los profesores de la escuela, firmaron una carta en donde le
pedían al gobierno del Perú, que dedique todo su apoyo al pueblo campesinos
de la sierra y selva, y que todos tenían el derecho a coexistir mejor.
Desde entonces, el equipo de la escuela, es campeón, no únicamente en el
futbol, sino también en la lucha para que todos seamos iguales. Difundiendo el
lema “Diversidad que nos une, comunidad que comparte”.

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