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LA PARTERÍA TRADICIONAL EN MÉXICO: UN MEDIO ALTERNATIVO DE

ATENCIÓN.
ESCRITO POR: MICHELLE CAMACHO.
En la actualidad los conceptos posmodernos han situado a la partería en un proceso coyuntural
en un análisis de suma importancia, pues si bien el concepto de autonomía está relacionado con
el autogobierno, la autogestión, poder y autoridad. La partería para poderse ejercer actualmente
tiene que tener un cierto grado de libertad, el sistema de salud condiciona a la partería
tradicional y reduce sus necesidades como posibilidades con respecto a la formación teórica
científica de la cual puedan hacer uso adecuadamente y la regulación con la cual refiere a su
práctica como oficio, por lo tanto esta no puede ejercer una independencia laboral si está ligada
al sistema normativo de salud. La autonomía del oficio de la partería da la posibilidad a que este
grupo de mujeres que procuran el bienestar colectivo de una determinada población, puedan
construir las herramientas y protocolos para tomar decisiones colectivamente, pues en la
actualidad se suscitan fenómenos en donde la mujer busca los derechos reproductivos que le
fueron arrebatados por la biomedicina. Las pocas mujeres que ejercen el oficio de la partería
procuran trabajar por fuera de las instituciones, pues ellas se consideran críticas de la violencia
obstétrica y el sistema de salud. En este contexto surge el movimiento pro mujer que vela por los
derechos reproductivos para mejorar la situación en la que se encuentra la partería mexicana.

Las parteras autónomas que no tienen ningún reconocimiento por el sistema de salud, ellas se
cuentan en 40 y son activas en la Asociación Mexicana de Partería, muchas de ellas tienen
casas de parto y todas prefieren atender de manera independiente y no institucionalizada, algunas
cuentan con certificaciones, pero cargan con una determinada conciencia política e histórica
sobre la partería y proponen un modelo distinto al que promueve el sistema biomédico moderno.
Si hablamos del sistema obstétrico que atiende a la mayoría de los nacimientos a nivel mundial,
el doctor argentino Carlos Burgo acota situaciones negativas relevantes al proceso de
alumbramiento del sistema médico, pues dice que la medicina occidental moderna en lo que
refiere al parto no solo es un suceso fisiológico sino también emocional y social, su experiencia
tras laborar en partos hospitalizados por décadas le acabó por convencer y apoya a los partos
domiciliarios, Carlos Burgos autor del libro “parir con compasión’’ menciona que en el hogar el
ambiente social positivo apoyan al hecho de que los partos avancen de forma más segura que los
hospitales pues el cuerpo de la mujer le informa que no es un lugar seguro pues intervienen
situaciones como los reflectores de luz, tecnología y la autoridad del personal del hospital lo que
provoca que el parto se haga más lento por lo que inicia una serie de intervenciones cuyo
objetivo es el avance más rápido de alumbramiento, , estos procedimientos fueron diseñados para
partos más riesgosos en lo cual se aplica la droga llamada oxitocina sintética, que provoca y
conduce a dolores insoportables acompañados con traumas psicológicos y fisiológicos, en este
proceso obstétrico se busca acelerar los partos por razones económicas y la madre no tiene
posibilidad de decisión en cuanto al nacimiento de los hijos. Para el estado la partería tradicional
como profesión no genera ingresos laborales debido a su poco prestigio y poder por lo tanto no
influye en procesos políticos para la visión gubernamental, por otra parte la enfermería
establecida como profesión médica ocupa un lugar controlado por aquellos que tienen más
capital social. Otras profesiones íntimamente conectadas con la tradición de la partería o la
homeopatía son igualmente marginadas debido a su capacidad de ajustarse y desarrollarse por
el motivo de estar más limitadas a expandirse a la generalidad médica.En el proceso histórico
contemporáneo las sociedades industrializadas donde a duras penas las parteras ejercían su
labor tuvieron que enfrentarse al aumento de las maquinarias, la técnica, la institucionalización,
la fe en la creencia de los cambios y las tasas de nacimiento que amenazaban la existencia de la
partería y su autonomía.

La posición política y social de las parteras ofrecía poco margen para el desarrollo de su
profesión, por ende no podía ampliarse ni siquiera preservar su independencia pues no contaban
con los recursos en términos de influencia política en lo que refiere a la competencia científica.
Las parteras para poder competir con los obstétricos en algunos casos se vieron obligadas a ser
pupilos o asistentes de las especialidades obstétricas. La partería se vio reinventada desde los
años 60's en estados unidos pues el feminismo dotó a esta labor ancestral la crítica a la
formación que ofrecían los sistemas de sanidad, por lo cual se reivindicaron poniendo por
delante el aprendizaje y la auto educación por lo tanto atendían partos en lugares con remedios
herbales y simplificaron las soluciones para facilitar su acceso a la población, esto se convertiría
en un aspecto contracultural retomado ancestralmente. La partera procura la salud sexual en sus
pacientes y la comunidad, su papel hace ver a la mujer como el centro de atención en el proceso
de embarazo, tanto como en la atención ginecológica y lo general con respecto a las mujeres que
luchan por la regularización de la profesión. Muchas parteras están implicadas en temas como la
planificación familiar y la salud reproductiva o bien coordinan casas de adopción o recién
nacidos por lo tanto son denominadas promotoras pastilleras. En México la partería autónoma
nace de un contexto complejo que está vinculado a la complejidad y la dificultad en lo que se
refiere a la definición de la partera tradicional, pues no hay escuelas de partería pero existen
enfermeras perinatales.

La partería mexicana tiene dos caminos en la perspectiva histórica indígena, pues originalmente
procuró su trabajo al servicio comunitario, no cobraba por sus servicios y se le relacionaba con
el curanderismo por lo tanto a las mujeres seleccionadas como parteras era un gran honor y eran
respetadas por toda la comunidad. El significado de la partera en México es asociada con la
abuela, la abuelita, comadrona, matrona y madrina en las lenguas indígenas se hacía referencia a
la sabia, la hábil, la diestra, aquella que da la vida, la que corta el cordón umbilical y la que
ayuda y baja a los niños, también ayudan a quitar el mal de ojo y sanar los huesos.

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