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Preludio al Castigo

Dueto del Ser y el Sol:


Un lugar perdido y olvidado, perdido en el tiempo, olvidado en las oscuras profundidades de un
mundo conocido por muchos.

Un Ser, un Ser alado yacía erguido en medio de este lugar desolado.

Ante los ojos del Ser existía un castillo, un castillo siendo consumido rápidamente por las llamas.

Cada segundo una pared se derrumbaba.

Cada segundo la estructura dejaba de ser un castillo.

Lenta y desesperadamente las garras afiladas del Ser se clavaban en su frente, sangre podía verse
escurriendo de ella, sangre negra, la sangre de un pecador.

Pero ni el más grande castigo que el Ser recibiera, podía compararse a lo que sentía al ver ese
castillo desmoronándose.

El Ser se inclinó.

Ese Ser desfalleció.

Ese Ser perdió su corazón al ver derrumbarse el castillo que el mismo había construido desde sus
cimientos.

‘’…’’

El Ser alado murmuro palabras, que solo él podría haber escuchado

Desde lo más alto, plasmado en un cielo carmesí, Un Sol Escarchado juzgaba imponente a esa
patética forma de vida, que alguna vez fue un Ser de alas emplumadas.

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