Un objetivo de Mindfulness es que la mente no se distraiga. Seguramente,
mientras lees, tu mente anda dando saltitos de un espacio a otro y numerosos pensamientos cruzan por tu cabeza. Unos pasan corriendo, otros se detienen porque te has apegado a ellos y te distraen de lo que estabas haciendo.
La respiración nos devuelve –como poderosa “herramienta” que es- al instante
presente. Nuestra respiración es el nexo de unión entre el cuerpo y los pensamientos. Nuestra respiración es fuente de vida y serenidad, pero también pozo de ansiedad y sufrimiento.
Unas 20.000 respiraciones al día, ¿de cuántas eres consciente? En la infancia
respiramos plenamente, con el vientre relajado…a medida que crecemos perdemos esa magia y la respiración se altera y sentimos cansancio, falta de vitalidad, irritación, ansiedad…
Ya que vas a vivir con ella toda la vida ¿por qué no atenderla?
LA PROPUESTA
Esta semana vas a dedicarte a recuperar tu respiración observándola con
atención.
Observa tu respiración a lo largo del día, especialmente, cuando estés en
situaciones distintas…en relax, en estrés, mientras andas, mientras corres, mientras hablas. Lleva de vez en cuando tu conciencia al proceso de respirar. ¿De dónde nace tu respiración?: ¿es abdominal?, ¿es torácica?, ¿es rápida?, ¿es lenta? Sé consciente de ello y date cuenta. ¿Sientes cuando inspiras cómo te llenas de energía, y cuando espiras cómo te vacías abriéndote a lo desconocido?, ¿eres consciente de su ritmo cambiante?
Si tu respiración se agita, es entrecortada o irregular seguramente estés
nervioso, enfadado o asustado. Para y respira con atención. Es bueno disponer de un soporte en el que centrar la atención. Algo así como un ancla que nos mantenga “atados” al momento presente y que nos ayude a regresar al instante en el que habitas cuando la mente se agita de pensamientos. Ese soporte- ancla es tu respiración.
CONECTA CON LA SENSACIÓN DE RESPIRAR.
SIENTE HOY COMO ENTRA Y SALE EL AIRE DE TU CUERPO. NO FUERCES, SOLO PON ATENCIÓN EN LA RESPIRACIÓN